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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación universitaria


Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales “Ezequiel
Zamora”
Barinas- Estado- Barinas

Integrante:
REYES DIANA
CI: 25809346
PROF
CRIMINOLOGIA

Socopo, mayo del 2020


Introducción:
Dado que el hombre está dotado de una voluntad libre que le permite desarrollar sus
facultades naturales, teniendo como única limitante, a esa libertad, su propia naturaleza;
pero, en sociedad, esta libertad está forzosamente limitada por el respeto a la libertad de
otros hombres; de aquí deriva la necesidad de normas o reglas que garanticen a cada miembro
del cuerpo social, con una medida igual, el ejercicio de su actividad y desarrollo.
La teoría y existencia de este principio constituye el derecho, en su acepción más extensa.
Por tanto, el derecho como un conjunto de normas de observancia obligatoria para todos los
miembros de la sociedad, que han sido establecidas por el Estado de acuerdo a
procedimientos previamente establecidos, permiten la convivencia de todos los miembros de
la sociedad entre sí, de las instituciones del Estado y la interrelación de éstas y la sociedad.
Desde luego, la manifestación del derecho, en su aspecto práctico y real, es por medio o a
través de la ley. Ella y a los intereses de la sociedad, para una correcta y legal convivencia
entre los miembros de la sociedad y su relación con las instituciones del Estado, que la misma
ley denomina delito.
La causa de la infracción o de la no observación de las disposiciones de la ley, el delito, en
perjuicio de la sociedad y de la obligatoriedad de la misma ley por los hombres, obedece a
muchos y muy diversos factores, los que se mencionan más adelante; sin embargo, por lo
pronto, se adelanta que esos factores tienen origen en la propia naturaleza del hombre y la
convivencia estrecha a la que, hoy en día, se ve sometido. Pues, el hombre siempre
pretenderá tener un mayor número de satisfactores que otros, incluso más de los que necesita,
por el sólo hecho de acumular riquezas y el poder, que en la sociedad actual, representan una
posición admirada y envidiada por algunos de sus miembros, aun cuando no las puede
conseguir de manera honesta y legal.
En este sentido, es que el delito es una consecuencia de la convivencia social, que infringe
normas legales, en el afán de llegar a obtener la aprobación- social, desde el punto de vista
económico, y la dirigencia de la misma, como patrón de admiración.
En este orden de ideas, es que se desarrolla el tema denominado "EL DELITO", desde el
punto de vista del Derecho Penal, analizándose la definición de éste y la ubicación del delito
dentro de él. Por su parte, al delito se le define, se estudian los tipos de delito cuya existencia
acepta la ley, desde el punto de vista de su realización y su ubicación dentro de la
legislación que los prevé, las circunstancias que inciden en su existencia.
Noción del delito

El delito es en primer lugar es una conducta humana, donde se indican las conductas
prohibidas a las que se asocia con una pena. Técnicamente se llaman "tipos" a esos elementos
de la ley penal que individualizan la conducta que se prohíbe con relevancia penal. Cuando
una conducta se adecua a alguno de los tipos legales, se trata de una conducta típica que
presenta características de tipicidad.
De este modo se obtienen dos características del delito: una genérica que es la (conducta) y
otra específica que es la (tipicidad), es decir, la conducta típica es una especie del género
conducta. Cuando la conducta típica no está permitida se dice que es contraria al orden
jurídico y, por lo tanto, antijurídica. En consecuencia para que haya delito, además de la
tipicidad, debe presentarse la característica de antijuridicidad. En la doctrina se denomina a
una conducta típica y antijurídica como injusto penal.
Anteriormente para establecer la responsabilidad penal, sólo se tomaba en cuenta el daño
ocasionado, Pero algunos autores se han empeñado tercamente en formular un concepto en
los términos siguientes: El delito es la violación de un deber jurídico, de un derecho subjetivo.
La idea del delito toma su origen en la ley penal. Entre la ley penal y el delito existe un nexo,
pues el delito es propiamente la violación de la ley penal o, para ser más exactos, la infracción
de una orden o prohibición impuesta por la ley; en consecuencia, delito será todo hecho al
cual el ordenamiento jurídico penal le describe como consecuencia una pena, impuesta por
la autoridad judicial por medio de un proceso.
El sujeto activo del delito será toda persona que, en términos generales, infrinja la ley penal,
ya sea por su propia voluntad o sin ella; es decir, el delito puede ser cometido, por el sujeto
activo, con pleno conocimiento de la acción que va a realizar, esperando el resultado de ése,
o, en caso contrario, sin la voluntad de ese sujeto, cuando la acción, que da origen al delito,
no es deseada y se comete por imprudencia o sucede por un accidente. Sin embargo, este
sujeto será el que realice la acción de la conducta o la omisión de la misma que están previstas
y sancionadas por la ley penal. En el caso del sujeto pasivo del delito, éste será toda persona
que resienta el daño que ocasiona la comisión del delito, la consecuencia de la conducta
delictiva, ya se trate de su persona, en sus derechos o en sus bienes. La persona a quien se le
afecta en su esfera personal de derechos e intereses.
Nadie puede ser penado si no ha cometido un acto descrito previamente en la ley. Se designa
a tal acción con el nombre de delito y a la parte de la disciplina jurídica que lo estudia se
llama teoría del delito. Tradicionalmente, el delito ha sido definido como la acción u omisión
penada por la ley.
Concepciones del Delito
El delito fue siempre una valoración de la conducta humana condicionada por el criterio
ético de la clase que domina la sociedad.
Concepciones formales o nominales. Establecen que el delito es una conducta humana
que se opone a lo que la ley manda o prohíbe bajo la amenaza de una pena.
Es la ley la que establece que hechos son delitos, es la ley que nomina (da un nomen, da un
nombre) al hecho va ser considerado como delito, es la ley la designa y fija caracteres
delictuales a un hecho.
Si en algún momento la ley que nomina a un hecho como delito es abrogada [3] el delito
desaparece. Por lo tanto en la concepción formal o nominal, el delito es artificial.
Dentro las concepciones formales o nominales del delito se tiene: la “concepción jurídica” y
“filosófica” del delito
Concepciones substanciales o materiales. Establecen elementos del delito como
presupuestos para que un acto voluntario humano sea considerado como delito, así para estas
concepciones el delito es un acto humano típicamente antijurídico culpable y sancionada con
una pena de carácter criminal. Sigue el método analítico.
Dentro las concepciones substanciales o materiales del delito se tiene: la “concepción
dogmática” y la “concepción sociológica” del delito.

Concepción jurídica del delito


El delito en la concepción jurídica es todo acto humano voluntario que se adecua al
presupuesto jurídico de una ley penal.

Concepción filosófica del delito


El delito en la concepción filosófica consiste en la vulneración de un deber.

Concepción dogmática del Delito


La concepción dogmática del Delito enumera los elementos constitutivos del delito.
Concepción sociológica del delito
Delito. Es la lesión de los sentimientos altruistas fundamentales de piedad y probidad en la
medida media en que son poseídos por la comunidad y en la medida media en que son
indispensables para la adaptación del individuo a la sociedad.
Aunque esos sentimientos son inherentes al ser humano, no son los únicos. Este concepto
rechaza lo que la ley considera como delito.

Clasificación De Los Delitos


Los delitos se clasifican por las formas de culpabilidad, por la forma de acción, por la
calidad del sujeto activo, por la forma procesal, por el resultado y por el daño que causan;
por otra parte también existe la gran clasificación genérica que los divide en delitos civiles
y penales.
Formas de Culpabilidad.
Doloso.
Esto se debe a que la persona cometió el hecho punible con toda la intención de dañar a la
otra persona o bien al objeto contra el cual va la acción.
Imprudente.
En este caso el hecho no se debe a la intención de la persona dirigida a dañar, de hecho su
ocurrencia escapa de toda voluntad, el mismo obedece es a la inobservancia de una regla o
bien normativa.

Formas de la acción.
Comisión.
Esto se debe a la realización en sí de la acción es decir por la propia ejecución de aquella,
que es lo que permitió que se llevara a cabo el delito.

Omisión.
Esto ocurre cuando la persona comete el delito como producto de la no realización de una
conducta que debía efectuarse conforme al derecho o bien a la moral.
Por la calidad del sujeto activo.
Comunes.
Que son aquellos delitos contemplados por la legislación y que puede llevar a cabo
cualquier persona.

Especiales.
Deben su nombre a que para su configuración los delitos deben ser llevados por
determinadas personas con el fin de que puedan catalogarse como tal, como es el caso del
adulterio.

Por la forma procesal.


De acción pública.
Considerados así por para iniciar el proceso de punibilidad, las propias entidades jurídicas
del Estado, ya que no ameritan que la víctima haga ninguna acción.

De acción privada.
Considerados así porque para proceder ameritan que la víctima haga la respectiva denuncia
ante el ente competente.
Por el resultado.
Materiales.
Denominados así porque ameritan que los mismos coincidan entre la realización del hecho,
la consecución del mismo y el resultado de este; en efecto, se produce un esquema delictivo
integral.
Formales.
Son aquellos que suceden sin que medie la causa específica, en efecto, sin que se pueda
acceder a los mismos esquemas donde el resultado no es conjugable con la acción.
Por el daño que causan
De lesión.
Son aquellos que acarrean una lesión en la integridad de la persona.
De Peligro.
Son aquellos que ocasionan una situación de riesgo, sin que el daño se haya materializado.

El hecho punible
El hecho punible, acción sancionada por el Derecho con una pena, también es denominado
conducta delictiva, hecho penal o acción punible. El hecho punible se identifica con el delito
penal que según Carrara implica una contradicción entre un hecho humano, positivo o
negativo, y una ley que lo condena. Este hecho debe provocar un daño y ser imputable
moralmente. La ley que los castiga tiene por objeto proteger la seguridad pública.
Ejemplo: Simulación de Hechos Punibles en Venezuela. Este consta de un sólo artículo -el
239- del Capítulo II, el cual prescribe: “Cualquiera que denuncie a la autoridad judicial o a
algún funcionario de instrucción un hecho punible supuesto o imaginario, será castigado con
prisión de uno a quince meses
Características de un delito
Los delitos son comportamientos contrarios a la ley que merecen un castigo o pena. Así, se
caracterizan principalmente por ser:

Culpables y contrarios al derecho.


Acciones antijurídicas y tipificadas en la ley.
Sancionados penalmente.
Cuando la conducta o infracción no es lo suficientemente grave como para ser un delito, se
denomina delito leve (antes de la reforma del Código Penal en 2015 se denominaban faltas
y estaban tipificadas de forma separada en la ley).

Los elementos del delito


Son aquellas acciones, características y personas involucradas en la ejecución de una acción
antijurídica que vaya en contra de las leyes.

Acción
La acción es el hecho mismo que lleva a la consecución del delito (por ejemplo disparar a
una persona).
Para juzgar una acción dentro del delito existen varios factores a tener en cuenta, como la
voluntariedad del sujeto activo. Cuando el delito se ejecuta por la ausencia de una acción,
se llama omisión.

El concepto de “acto”
que en su sentido más amplio sería el género, en tanto la omisión y el delito serían las
especies, esto es así, ya que el acto representa todo hecho o acción, sin diferenciar la forma
y términos en que se realiza, el cual se define: proviene del latín “actus” que significa hecho
o acción.
Todo hecho u acto, sugiere no sólo actividades, aconteceres y realizaciones, sino también
abarca omisiones, porque la ausencia de la conducta humana puede, en determinados casos,
tener consecuencias importantes en el orden jurídico. En ese sentido puede afirmarse que
existen diversas clases de acciones, como son las actividades ejecutadas intencionalmente o
por descuido, omisiones o inactividades realizadas intencionalmente o por descuido.
El Resultado: es la consecuencia inmediata del comportamiento que se manifiesta
objetivamente, vale decir, modificando el mundo exterior. Comprende tanto el daño físico,
consecuencia del delito, como también el aspecto moral. Por ejemplo, en el caso de secuestro,
el peligro corrido por el sujeto, donde a pesar de no producirse otra consecuencia jurídica, se
altera el mundo exterior, lesionando la seguridad y tranquilidad de la víctima. En definitiva,
acogemos el criterio del maestro Luis Jiménez de Azua, quien señala que no hay delito sin
resultado, que es el efecto causal del comportamiento.
Para nosotros, el resultado es la mutación en el mundo exterior, producida por la voluntad
positiva o negativa de acción u omisión, que rompe no solo la armonía de ese mundo exterior,
sino que vulnera un bien tutelado o protegido por la ley

La Relación de Causalidad
Según el tratadista Eugenio Cuello Calón, la causalidad se constituye como una relación que
debe existir entre una acción u omisión y un resultado delictivo, elaborándose distintas teorías
acerca de esta relación de causalidad, tales como la Teoría de la Equivalencia o de la
condictio sine qua non, que exige una relación plena entre causas y resultado, la Teoría de la
condición más eficaz, o la denominada Teoría de la causalidad adecuada que considera como
causa de un resultado, aquella actividad que resulte normalmente adecuada para producir o
materializar un delito, y la Teoría de la última condición, que entiende como causa de un
determinado resultado antijurídico, la condición inmediatamente anterior, en el tiempo, del
hecho antijurídico.
Si exigimos que el resultado sea el efecto del comportamiento y este su causa, es obvio que
tal comportamiento debe ser atribuido al ser humano, por medio de un nexo causal o una
relación causal; no obstante, la relación causal implica que para que pueda ser atribuido a un
agente, es necesario que tal acción sea consecuencia directa o inmediata de su
comportamiento, que es directamente proporcional al conjunto de condición necesarias o
suficientes para producir la responsabilidad penal.

La relación de causalidad, viene a ser el nexo o vinculo existente entre la conducta exterior
positiva o negativa, humana y voluntaria, representa el cambio de una situación jurídica en
el mundo exterior que es llamada, resultado.

Teorías

Teoría de equivalencia de condiciones: Considera la causa que impulsa la acción,


estudia las condiciones que motivan la acción y su resultado. Esta teoría, considera primordial
establecer los todos los antecedentes sin el cual el resultado no se habría producido. En suma,
permite establecer la relación de causalidad e imputabilidad entre el comportamiento humano
y el resultado, si existen los antecedentes suficientes sin el cual el resultado no se habría
producido. Sostiene, que todas las condiciones del resultado, serian la consecuencia de su
causa, que es equivalentes, al sentido práctico del conjunto de condiciones que determinan
como la causa sinecuanom de la acción, ya que sin ellas no se podría producir el resultado.

Teoría de la causa eficiente o eficaz: Esta posición establece que todas las condiciones
de un resultado antijurídico son indispensables para que se produzca tal resultado, pero que
existe una causa más eficaz, más activa, que va a ser la determinante de la producción de ese
resultado antijurídico
A esta teoría se le objeta que es muy difícil determinar cuál es la condición más eficaz y que
no sirve para resolver el problema que represente el concurso de delincuentes, es decir la
participación de varias personas en la comisión del mismo delito.

Teoría de la causalidad adecuada: Surge por las criticas dadas a la teoría de la


equivalencia de condiciones, contraria a la primera, sostiene que causa no es toda condición
de resultado, sino que aquella que es apropiada para producirlo, lo que debe determinar en
abstracto el juez según su experiencia, ya que parte de un juicio a priori.
Esta teoría es objetada por los problemas prácticos que suscitan la determinación de la
idoneidad o adecuación del facto causal. Es inaplicable a nuestra legislación en lo que
representa a los delitos calificados por el resultado como el homicidio.
Teoría de la última condición: Esta interpretación sostiene que se debe entender como
causa de un determinado resultado antijurídico, la condición inmediatamente anterior, en el
tiempo, del hecho antijurídico. Es responsable penalmente por este hecho, la persona que
haya realizado esa última condición

La Ausencia de Acción: Como primer aspecto de la teoría del delito, la acción debe ser
voluntaria y consiente, producto de la libre elección del autor quien prevé un resultado que,
de acuerdo a la legislación penal, es punible. En principio, en la mente del autor se representa
el resultado de su acción, actúa con plena intención, conciencia de sus actos y realiza la
acción. Es entonces, la falta de representación del resultado, el factor que subsume la acción
en la culpabilidad y mitiga el dolo. Existen circunstancias que permiten mitigar o evitar la
persecución penal a causa del resultado producto de una acción, típica, anti jurídica ya que,
al entrar a analizar la voluntad consciente, se desprende la no culpabilidad por los siguientes
factores:

Estado de sueño: puede ser natural, inducido o sonambulismo, el cual provoca


el marchar dormido, alucinaciones y pesadillas. No es nuevo en la doctrina penal el concepto
de esta excepción de responsabilidad, por actos ejecutados en estado de sueño profundo,
porque desde el derecho romano, viene estableciéndose que los actos del durmiente se
equiparan a los del loco, en el sentido de que faltaba en ellos la conciencia de lo actuado.

Ebriedad del sueño: Consiste en la estimulación del sueño del organismo humano. Es el
resultado del adormecimiento de la conciencia, así como de diversos procesos mentales y
órganos que componen el cuerpo humano, produciendo en su conjunto un adormecimiento
parcial o total de los procesos que dinamizan la conciencia, originando el entorpecimiento de
la voluntad, que progresivamente son reversible al despertar y en muchos casos, no recordar
lo actuado.

Responsabilidad penal en la ebriedad : la legislación penal venezolana despenaliza la


responsabilidad de quien actúe bajo situación de embriaguez por sueño, dicha excepción se
encuentra señalada en el artículo 62 del Código Penal Venezolano. La excepción cuando el
que ejecuta el acto lo hace dormido. Cuando hay realmente embriaguez del sueño, la memoria
puede ser simplemente rudimentaria y no contener más que el recuerdo subjetivo del delito
y no las circunstancias objetivas, el juez obtendrá indicaciones complementarias estudiando
la vida anterior, la reputación, la naturaleza de los motivos, que en la mayoría de los casos
desvincula cualquier tipo de intención o motivo que haya impulsado el acto criminal y la
actitud del sujeto después del delito.
Hipnosis: se caracteriza por alucinaciones físicas y por la pérdida completa de la memoria
de los ejecutados; las acciones que realiza el hipnotizado son inconscientes, fatales y
amnésicas.

Conjunto de situaciones especiales del sistema nervioso, determinados por maniobras de


carácter artificial. La eficacia del proceso hipnótico consiste en fijar la atención del sujeto y
estancarla. La fijación en un objeto luminoso se emplea para producir fatiga, que asegura su
abandono. Fue considerado como una enfermedad mental.
El estado hipnótico se caracteriza por alucinaciones físicas, y por la pérdida completa de la
memoria de lo ejecutado; las acciones que realiza el hipnotizado son inconscientes, fatales y
amnésicas, y pueden serlo durante el sueño, y después de haber despertado.
El acto violentado
Puede provenir de una violencia física, ejercida materialmente sobre una persona o su
componente familiar, para hacerla ejecutar alguna acción, para sufrir algún daño o ejercer
una coacción moral sobre el ánimo de un individuo para determinarlo a ceder su resistencia.
La fuerza física transforma en autónoma al individuo sobre el cual se ejerce. Le convierte en
un mero instrumento material; los penalistas afirman que en el acto violento no toma parte ni
siquiera el hombre físico, porque también este permanece pasivo. La fuerza física
imposibilita el nacimiento de la acción; el obligado por virtud de una fuerza material
irresistible no actúa, en el sentido de que su conducta no puede ser considerada como acción,
porque esta no está formada únicamente por el acto físico, requiere la participación de la
voluntad.
Actos reflejos, automáticos e inconscientes: Son aquellos en los cuales, pese a la
voluntad y la conciencia de la persona, sus músculos presentan una situación de actuación
irregular que escapa del control absoluto de su voluntad, en tal sentido, los movimientos
corporales que realice, derivan de reacciones orgánicas directamente producida por sus
músculos o por los nervios vegetativos que integran el sistema simpático, evitando en el
individuo, el funcionamiento del sistema nervioso central y el control de sus actuaciones.
Por esta razón, no es punible el acto que cause algún daño en las cosas de otro, cuando una
persona sufra un ataque de epilepsia o cuando se halle imposibilitado, por un
desvanecimiento, por ello, queda exceptuado de cumplir un deber; o cuando obra
violentamente por fuerza irresistible.

Tipicidad
Corresponde al grado de subjetividad en la conducta humana a la hora de cometer un delito.
La tipicidad mide si un acto es típico o no en el humano, y a partir de ese punto se refiere a
la ley, donde busca tipificar dicha conducta para verificar si constituye un delito o no.

Ausencia de Tipicidad
Esto supone que le hecho cometido no es delito, el hecho no está descrito en el código penal
como delito.
“La ausencia de tipo presupone la absoluta imposibilidad de dirigir la persecución contra el
autor de una conducta no descripta en la ley ".
Ejemplo: el robo simple, el cual no existe si al sujeto activo no se le halla el bien mueble
que se presume robó, el cual es el indicio principal para su consignación y así poder estar en
condiciones de aplicarle la ley y su sanción en otro.
Antitipicidad (aspecto negativo del delito): La atipicidad se entiende cuando alguno
de los elementos del tipo penal no se acredita pero el tipo penal si existe

Antijuricidad
Aunque una conducta sea o no típica (tipicidad), esta debe estar penada por la ley para ser
considerada un delito.
La antijuricidad puede dar lugar a varias lagunas jurídicas cuando un hecho puede ser visto
como un delito pero no está establecido así en la ley. Un ejemplo de la antijuricidad es la
legítima defensa.
Causas de justificación

Causas de Justificación: Las causas de justificación expresamente previstas en el Código


Penal: Pueden dividirse en dos grupos:

a) Las que responden al imperio de necesidad y legítima defensa (art. 34 inc. 3,6 y 7 C.P).

b) Las que obedecen a la lógica interna, propia de todo sistema jurídico. El cumplimiento de
un deber y el legítimo ejercicio de un derecho, autoridad o cargo (art. 34 inc.4).
A las primeras corresponden el estado de necesidad y la legítima defensa, y en las segundas
está el cumplimiento del deber y el legítimo ejercicio del derecho.

Atenuantes y agravantes

De no identificarse claramente causas de justificación, la conducta típica es determinada


como antijurídica y por tanto ilícita, siendo el paso siguiente del análisis del delito el
determinar la gravedad de ese hecho antijurídico, al verificar la concurrencia o no de
circunstancias atenuantes o agravantes del hecho injusto.
Conjuntamente con la culpabilidad y la punibilidad, las circunstancias atenuantes o
agravantes cumplen el rol de modular la pena que será impuesta finalmente. La concurrencia
y valoración de la tipicidad y la antijuridicidad determinan la gravedad material de la
conducta y del resultado de esta conducta.
Ejemplos de circunstancias atenuantes son la reparación del daño o la adicción a sustancias
al momento de la comisión de los hechos y de agravantes son la ejecución del hecho con el
uso de un disfraz o la reincidencia, entre otros.
Concepción y fundamentos generales
Antijuridicidad formal: se afirma que una conducta es formalmente antijurídico, cuando
es meramente contraria al ordenamiento jurídico. Por tanto, la antijuridicidad formal no es
más que la oposición entre un hecho y la norma jurídica positiva.
Antijuridicidad material: se dice que una conducta es materialmente antijurídica cuando,
habiendo transgredido el ordenamiento jurídico tiene, además, un componente de dañosidad
social, es decir, ha lesionado o puesto en peligro un bien jurídico protegido.
En efecto, si bien es cierto en su concepción tanto la antijuridicidad formal como la
antijuridicidad material difieren una de la otra; sin embargo, ambas tienen en común la
valoración de la acción u omisión típica. En el primer caso al desvalorarla por su contrariedad
al derecho y la segunda, por lesionar o poner en peligro de lesión a un determinado bien
jurídico protegido, claro está, siempre y cuando no encuentre el amparo de alguna causa de
justificación penal, situación en la que se está frente a un injusto penal.
Queda en evidencia, por tanto, que la antijuridicidad formal comporta un juicio de valor
caracterizado por el encaje legal de aquella acción u omisión dentro de la descripción típica
del tipo penal. Mientras que la antijuridicidad material por su parte, comporta un juicio de
valor con miras a determinar si en la ejecución de aquellas conductas incide alguna causa de
justificación penal.

La legítima defensa
La legítima defensa es una causa eximente de responsabilidad penal, que se necesita para
impedir o repeler toda agresión injusta de bienes propios o de un tercero.

Fundamento de la legítima defensa


Podría afirmarse que el fundamento de la legítima defensa se encuentra en la protección de
los bienes jurídicos del agredido y en la protección del derecho frente a ataques injustos.

Requisitos necesarios para la legítima defensa


 Se tiene que haber producido una agresión ilegítima recientemente sobre bienes que
fueran protegibles.
 La defensa ha de ser racional y proporcional a la agresión recibida.
 Tiene que haber falta de provocación suficiente.

Extensión de la legítima defensa


La Extensión. La legítima defensa de terceros y bienes defendibles: en primer lugar la
legitima defensa constituye el ejercicio de un derecho que deriva de la protección acordada
por el ordenamiento jurídico a bienes o valores, derivan poderes o derechos para sus titulares,
cuyo ejercicio implica también que el sujeto pueda tutelar preventivamente tales derechos
por sus propios medios, cuando el estado pueda ocurrir en su defensa, siempre que se den
tales condiciones. Esta facultad, que corresponde en principio al titular del derecho en
peligro, puede también ser ejercida por otro que acuda en su auxilio, cuando el titular se
encuentre frente a una agresión injusta y la necesidad impone su defensa.
Los bienes defendibles, nuestro Código Penal Venezolano señala la defensa legítima se
extiende a la persona y sus derechos. Se acoge, pues, en nuestro código una formula amplia,
según la cual, cabe la posibilidad de defender no solo la vida y la integridad física, sino
también la libertad, el pudor, el patrimonio, y, en general todo derecho.
Estado de necesidad
Situación de peligro actual de los intereses jurídicos protegidos por el Derecho, en el que no
queda otro remedio que la violación de los intereses de otra persona (CP, 12). Por ejemplo
El hurto famélico, la legítima defensa, miedo insuperable, etc. Algunos dicen que el estado
de necesidad es una Causa De Inculpabilidad, por ejemplo el Código penal suizo.

Elementos.
El código dice: "El que infringe un deber o causa un mal para evitar otro mayor…"(CP, 12).
Entonces sus elementos son:
• Elemento subjetivo. La consciencia de infringir un deber o causar otro mal para salvar otro
mayor. Ej., robar un pan para no morir de hambre.
• Elemento objetivo. Que es causar un mal sin tener la obligación de afrontar un peligro.
Hurtar tratando siempre que el dueño no se de cuenta.

• "Ratio escindí". La razón de esta causa de justificación, es que constituye un estado no


provocado por uno mismo.

• Colisión. Establece una colisión de valores humanos superiores.

Fundamentos: conflicto de intereses y falta de peligrosidad


Objetivamente la Teoría de la Colisión de Intereses dice que el fundamento del estado de
necesidad está en el conflicto de intereses o bienes de diferente valor. En este caso, es
aceptable y no es antijurídico el sacrificar el de menor valor.
Además el estado de necesidad deja de antijurídico porque el autor no tiene la intensión se
cometer el delito, sino que lo realiza para salvar otro bien o interés de mayor valor. No hay
peligrosidad por parte del autor.

¿Qué sucede si los dos bienes en conflicto tienen el mismo valor? En caso de
que sean iguales los valores, la mayoría de autores dice que esto se debe resolver en base a
la casualidad. Ej., incendio en sala de cine, todos atropellan para ganar las puertas.
Requisitos.
Que el acto sea actual e inevitable.
Que no provenga voluntariamente del sujeto activo. O sea, que él haya provocado.
El sujeto activo no debe tener obligaciones profesionales de afrontar el peligro. Ej., un
bombero, si debe sacrificarse para salvar otras vidas.

Estado de necesidad en la legislación venezolana


Artículo 65 del Código Penal Venezolano
La excepción de hecho, atinente al Estado de Necesidad, se encuentra establecida en el
ordinal 4° del artículo 65 del Código Penal Venezolano, el cual establece que no es punible
el que obrando constreñido por la necesidad de salvar su persona, o la de otro, de un peligro
grave o inminente, al cual no haya dado voluntariamente causa, y que no pueda evitar de otro
modo.
El Estado de Necesidad es una causa de justificación absolutamente eximente de
responsabilidad penal y suele definirse como una actual o inminente situación de extremo
peligro de vida para las personas en un sitio determinado, donde se puede vulnerar los
intereses jurídicamente protegidos de las vidas de las personas allí comprometidas por dicho
acontecimiento extraordinario, en la cual, no queda más remedio, y no es causada, o al menos
no causada dolosamente por el agente, para la protección o mejor dicho, la salvación de un
bien jurídico ajeno, que casi siempre es la vida. Así lo ha dicho el autor Jorge Rogers Longa
Sosa en su obra Código Penal Venezolano; Comentado y Concordado, de Ediciones Libra,
2001, páginas 91 y siguientes, citando la sentencia de la Sala de Casación Penal del 12 de
julio de 1990 con ponencia del magistrado doctor Cipriano Heredia Angulo, donde la persona
actuó en Estado de Necesidad para salvar la vida de su padre del peligro grave e inminente
que se encontraba y por lo tanto el procesado se encontraba amparado por esta eximente
prevista en nuestro Código Penal Venezolano.

Culpabilidad
La culpabilidad es el factor que dictamina si una persona es responsable o no de una acción
ilegal.
Es quizás el elemento que reúne todos los demás condicionantes de un delito, ya que para
juzgar la culpabilidad de una persona es necesario analizar los elementos mencionados
anteriormente.
La Teoría Psicológica
Esta concepción o teoría imperó hasta principios del presente: siglo y se fundamenta en que
la culpabilidad parte de una situación de hecho predominantemente psicológica. Según esta
teoría la culpabilidad se agota en el nexo y comprende todo lo que en el delito es subjetivo;
se concreta en el contenido psicológico que informa el dolo y la culpa. Se establece la
culpabilidad como una situación psicológica en la que se conecta el reproche contra el autor
y, por consiguiente, la pena que ha de aplicarse. Se exige un nexo psíquico entre el sujeto y
su hecho que se concreta en las formas de dolo, culpa o preterintencional; donde la
culpabilidad es el conjunto de elementos comunes a ellas. Según esta concepción, actuar
culpablemente es actuar dolosamente, con culpa o en forma preterintencional.

Esta teoría se ha criticado, primeramente por las dificultades que poseen sus planteamientos
al tratar de definir la culpabilidad sobre la base de los elementos que le son comunes al dolo
y a la culpa, siendo ambos esencialmente psicológico y normativa, respectivamente. Otra de
las críticas que se hacen a esta teoría tiene su origen en el hecho mismo de considerar la
culpabilidad una conducta puramente psicológica; de ser así, la culpa inconsciente o sin
representación no podría ser considerada como culpabilidad, ya que en esta clase de culpa no
existe ningún vínculo o nexo psicológico entre el sujeto y el hecho; la posibilidad de prever
es previsión potencial, no un aspecto psicológico.
Otro aspecto también criticado es el considerar la fuerza moral o coacción como algo fuera
de la culpabilidad; cuando el que obra antijurídicamente bajo la influencia de un mal grave
amenazante, lo hace con la plenitud de los elementos psicológicos propios del dolo directo.
Concepciòn normativo de la culpabilidad
Ha sido la sustituta de la Teoría Psicológica. Ya no es puro hecho psicológico de
conocimiento y voluntad, sino que es un proceso de ese carácter, pero anormal, por ser
atribuible a una motivación re-prochable del autor.
Hay más que conciencia y voluntad.
La esencia de esta Teoría es: La posibilidad de haber obrado de otra manera o de diferente
manera. Se incluyen las razones, los motivos y el carácter que tuvo el autor para cometer el
acto, (le agrega la medida de la responsabilidad). Por esto, la pena debe ser medida según la
gravedad de la culpabilidad, y esta gravedad depende del carácter y los motivos del autor del
acto.
La culpabilidad como juicio de reproche hace que, por un lado se determine si lo
sucedido es un hecho que objetiva y subjetivamente forma un tipo (comisivo, omisivo o de
causa de justificación), o lo que es lo mismo, que es un hecho derivado de una conducta
típica. Y, por otro lado, se atribuirá a ese hecho al sujeto culpable, o que afirmamos que es
culpable. El reproche al sujeto, se hace porque se entiende que la persona es libre, y por tanto,
actúa como sujeto libre. Acerca de la libertad, y de la comprensión de su significado surgen
frecuentemente dificultades. Puede afirmarse que alguien que obra con libertad es quien obra
con conocimiento de que actúa, pero eso no tiene porqué significar siempre, que la persona
sepa reconocer que el hecho derivado de su actuación es lícito o ilícito.
Especies de culpabilidad
La culpabilidad tiene dos formas: el dolo y la culpa. La primera es intención, la segunda,
negligencia. Ambas tienen por fundamento la voluntad del sujeto activo. Sin intención o sin
negligencia no hay culpabilidad, y sin ésta, no hay delito, por ser la culpabilidad elemento
del delito.

Imputabilidad
La imputabilidad engloba una serie de condiciones de carácter físico y mental que hacen a
una persona acusable de un delito. De no ser estas condiciones cumplidas, el sujeto no
puede ser juzgado según el código penal.
Posiciones de la imputabilidad: La imputabilidad abarca sobre todo la no mayoría de
edad y las enfermedades o discapacidades mentales.

Especies de imputabilidad en la legislación venezolana


(Artículo 62 del Código Penal) en cuyo caso, el individuo está protegido por una causa de
inimputabilidad absoluta, o puede tratarse de una enfermedad mental que atenúe el grado la
responsabilidad sin excluirla totalmente y entonces, la imputabilidad será disminuida
(artículo 63 del Código Penal).
Es el conjunto de condiciones físicas, psíquicas y de salud mental suficientes como para
ponerle en mano o bajo responsabilidad de la persona que comete un hecho
antijurídico.mputabilidad en la legislación venezolana
Momento de la imputabilidad
El momento decisivo para determinar la imputabilidad o inimputabilidad de una persona
determinada es el momento de la manifestación de voluntad, pero puede ocurrir que la
persona sea imputable, que tenga conciencia y libertad de sus actos en el momento de la
manifestación de voluntad, y que, en cambio, ya no la tenga.

El Dolo.
Según Hernando Grisanti el dolo es la voluntad consciente, encaminada u orientada a la
perpetración de un acto que la ley tipifica como delito. Según Francesco Carrara el dolo es
la intención más o menos perfecta de hacer un acto que se sabe contrario a la ley. Manzini
define al dolo como la voluntad consciente y no coaccionada de ejecutar u omitir un hecho
lesivo o peligroso para un interés legítimo de otro, del cual no se tiene la facultad de
disposición conociendo o no que tal hecho está reprimido por la ley.
Luis Jiménez de Asúa dice que el dolo es la producción del resultado típicamente antijurídico
con la conciencia de que se está quebrantando el deber, con conocimiento de las
circunstancias de hecho y del curso esencial de la relación de causalidad existente entre las
manifestaciones humanas y el cambio en el mundo exterior, con la voluntad de realizar la
acción u con representación del resultado que se requiere.
En suma, puede decirse que el dolo es conocimiento y voluntad de realizar un delito o una
conducta punible. El dolo está integrado entonces por dos elementos: un elemento cognitivo:
conocimiento de realizar un delito, y un elemento volitivo: voluntad de realizar un delito o
en pocas palabras significa: "El querer de la acción típica".
Elementos del dolo
El dolo está compuesto por 2 partes:

 La primera parte se compone del elemento de consciencia, sabiendo que está mal lo
que hace. Se dice que no se puede cometer el hecho sino se sabe primero que el hecho
es contrario a la ley.
 La segunda parte lo compone el elemento volitivo, que no se puede llevar a cabo sin
tener primero la consciencia del hecho (elemento anterior). Este elemento es la
voluntad que tiene la persona para cometer el acto.
Nota: Una persona con algún tipo de problema mental o deficiencia que no pueda llegar a
comprender lo que hace, no se entenderá que realiza un acto doloso.

Clase de Dolo.
Dolo directo: se produce cuando un sujeto se representa en su conciencia el hecho típico, es
decir, constitutivo de delito. En el dolo directo el autor tiene el total control mental de querer
y saber cuál es la conducta típica que se plantea realizar y la comete, independientemente de
que aquella acción dé sus resultados esperados. Ejemplo: "Juan decide matar a diego por
envidia, llega a la puerta de su casa, lo espera, lo ve y le dispara al corazón". Dolo de primer
grado: predomina la voluntad de la persona de realizar el hecho punible. Dolo de segundo
grado: predomina el elemento conocimiento. El saber lo que se está realizando, combinación
de voluntad y conciencia, siempre el dolo va tener el volitivo y cognoscitivo
Dolo indirecto: es aquel que se materializa cuando el sujeto se representa el hecho delictivo,
pero no como un fin, sino como un hecho o efecto inevitable o necesario para actuar o
desarrollar la conducta típica. Ejemplo: "Roberto quiere dar muerte a Pedro, le pone una
bomba en el auto, la bomba explota y producto de ello mueren la señora y los hijos de Pedro".
La finalidad no es matar a la familia, pero es necesario.
Dolo eventual: cuando el sujeto se representa el hecho como potencialmente posible, pero
cuyo resultado es dejado al azar. Ejemplo: "miguel decide manejar a una muy alta velocidad
en una zona escolar y sin intención de arrollar y/o matar alguien, lo hace “El Dolo”
Naturaleza preterintencion
La preterintencion en el Código Penal Venezolano, es una responsabilidad admitida por vía
de excepción, consideraba como atenuación ordinaria y genérica de la sanción penal en
delitos que atenten contra la integridad física. La ausencia de una clara definición de su
naturaleza jurídica y elementos constitutivos, crea serias discrepancias en el orden legal con
otras legislaciones, limitando su compresión y dejando un vacío conceptual que trata de
solventarse a través de la jurisprudencia al momento de legislar. Así, la preterintencion debe
ser consagrada como título especial y autónomo de delito, cualitativamente diferente e
independiente de la culpa y el dolo; donde el resultado antijurídico obtenido no coincide y se
excede a la conducta delictiva intencional del sujeto.

Condiciones normales de la realización del acto volitivo


Por consiguiente, el momento volitivo del delito doloso consiste en la decisión de ejecutar el
acto socialmente peligroso. Esa decisión es lo que distingue el "querer" de los meros deseos:
el estado de indecisión no es todavía dolo.
Estas nociones acerca del momento volitivo en los delitos dolosos carecen de inconveniente
en lo que concierne a la conducta (a la acción o a la omisión); esos inconvenientes se suscitan
cuando se trata del resultado, por cuanto de admitirse el alcance de la voluntad respecto a
éste, tal criterio podría tornarse inseguro en las esferas del dolo eventual y del dolo directo
de segundo grado, en los cuales se destaca, precisamente, el "no querer el resultado".
El problema, no obstante, hallará solución tan pronto como se advierta que si alguien se
decide a actuar consciente de que la consecuencia delictiva se encuentra necesaria o
eventualmente unida a la actuación del sujeto, es obvio que tiene voluntad de causar también
esa consecuencia, o sea, que el dolo no sólo existe cuando el propósito persigue el resultado
antijurídico, sino también cuando ese resultado antijurídico aparezca necesariamente unido
al efecto que de modo directo "quiere" el autor, así como cuando el resultado que se prevé
como posible se acoge como eventualidad, en la volición del sujeto. La voluntad se
manifiesta tanto si se dirige por el propio sujeto, como si del desarrollo que voluntariamente
imprime a su conducta concreta se produce el resultado, previa previsión de éste.
Tocante al contenido de ese momento volitivo del dolo puede decirse que todo lo conocido
y que sea de significación para la figura delictiva, ha de ser abarcado no solo por la
representación, sino también por la voluntad. Cuando el resultado se presenta como
necesariamente unido a la acción u omisión, necesariamente ha de ser aceptado por el sujeto
con voluntad causante, voluntad de producir el necesario efecto; y cuando surge previsto
como eventual un resultado que se consiente, lo eventualmente sobrevenido se admite por la
voluntad.
El tema acerca del contenido volitivo del dolo se relaciona también con las otras
características de la figura delictiva. Me refiero a las circunstancias de tiempo, ocasión, lugar,
modos y medios de comisión, así como al objeto directo de la acción, a la víctima, e incluso,
a las características subjetivas. No resulta dudoso que, conforme a lo establecido en el
artículo 9.2 del Código Penal, el sujeto debe conocerlas o por lo menos preverlas. Sin
embargo, la cuestión estriba en decidir si también debe quererlas. La respuesta dependerá, a
mi juicio, de la índole que le corresponda a esas circunstancias. Si la naturaleza de la conducta
prohibida radica precisamente en la concurrencia de la circunstancia de que se trate, el dolo
reclamará la volición de ella: en el delito de asesinato previsto en el artículo 263-b del Código
Penal, el sujeto tendrá que prever y querer la utilización del medio tendente a asegurar su
ejecución. En los demás casos sólo quedará exigir, como requisito del dolo, la simple
previsión de las características que, junto al acto de voluntad, da vida al concepto de
resultado: en la violación, por ejemplo, el culpable sólo ha de "querer" tener acceso carnal
conociendo que éste lo realizará con mujer privada de razón o de sentido o incapacitada para
resistir.
Causas que excluyen la culpabilidad.

- La doctrina suele dividirlas en dos:

A) Causas de inimputabilidad.- Producen en el sujeto la incapacidad para conocer y


valorar el deber de respetar la norma y determinarse espontáneamente. Falta, pues, la
capacidad para ser culpable. El Código de 1995 ofrece la mejora de referir a las causas
consignadas en el art. 20 las medidas de seguridad, siempre post delictuales, que recoge. En
concreto, estas causas son:

1) Alteración o anomalía psíquica (art. 20.1 C.P.). En este precepto se contiene la causa
general de inimputabilidad en nuestro Derecho y se consagra el sistema psicológico en la
apreciación de las mismas. De esta forma, no importa la causa de la que la alteración o
anomalía proceda, sino el efecto psíquico que sobre el sujeto desencadene dicha causa. Este
efecto, constitutivo de la alteración o anomalía psíquica, es determinado por el Código en la
misma tipificación de la eximente al cifrarlo en que el sujeto no pueda comprender la ilicitud
del hecho o actuar conforme a dicha comprensión al tiempo de cometer la infracción. Por
ello, las restantes causas de inimputabilidad son meras particularizaciones de esta causa
general.

2) Trastorno mental transitorio (art. 20.1 C.P.). Su diferencia con la alteración o anomalía
psíquica es meramente de grado. El trastorno mental transitorio es de aparición brusca y de
duración breve que desaparece sin dejar huella. Para que pueda apreciarse ha de producirse
de modo inmediato a la causa y tener intensidad suficiente para anular la capacidad del sujeto
como se establece respecto a la alteración psíquica (S.T.S. 23 de febrero de 1995).

3) Intoxicación plena por consumo de alcohol o estupefacientes (art. 20.2 C.P.). Consiste en
la perturbación, normalmente transitoria, de las facultades superiores del sujeto
artificialmente producida por la excesiva ingestión de bebidas alcohólicas o el consumo de
drogas tóxicas o estupefacientes. Se trata, pues, de una psicosis de intoxicación o, más
exactamente, de un trastorno mental relacionado con sustancias psicoactivas y en la
sistemática del Código resulta ser una variante por razón del origen o causa generatriz, de la
circunstancia general reflejada en el apartado 1 del art. 20.

4) Grave alteración en la percepción del sujeto (art. 20.3 C.P.). La grave alteración debe ser
congénito o proceder de la infancia del sujeto y producir una grave alteración de la conciencia
de la realidad que impida al sujeto adquirir una formación cívico-social normal. De nuevo,
estamos ante una especificación por la fuente de procedencia de la causa general de
inimputabilidad reflejada en el art. 20.1 C.P.

La minoría de edad penal (art. 19 C.P.) debe considerarse un supuesto diferente o especial.
En todo caso, estamos ante una causa de inimputabilidad relativa o impropia en la filosofía
del Código de 1995, en el sentido de que el menor de edad no es propiamente un inimputable.
La exención de responsabilidad penal se refiere a la responsabilidad criminal ordinaria, pero
no a la específica que ha de regir a partir de 2001, la L.O. 5/2000 y que se establece en
salvaguardia del derecho a la educación que corresponde al delincuente menor o joven y en
atención a su esperanza de reinserción. Debe recordarse que, según la D.D., 1.a) de la L.O.
10/1995 de 23 de noviembre, el art. 8.2 del Código de 1973 seguirá vigente, junto a las otras
disposiciones que menciona, hasta que, como indica la D.F. 7.ª de la ley que contiene el
Código de 1995, la entrada en vigor de la L.O. 5/2000, de 12 de enero, reguladora de la
responsabilidad penal de los menores, permita la aplicación del art. 19 C.P. y disposiciones
relacionadas, señaladamente el art. 69 C.P.

B) Causas de inculpabilidad.- Excluyen el dolo o la culpa de un sujeto con capacidad


para ser culpable por la concurrencia de hechos, basados en la inexigibilidad de otra, que
impiden predicar del mismo la acción típicamente antijurídica. Son, dentro y fuera del art.
20:
1) Estado de Necesidad en caso de conflicto de bienes de igual valor (art. 20.5 C.P.).
2) Miedo Insuperable (art. 20.6 C.P.). Pese a su similitud con el estado de necesidad
exculpante se mantiene esta eximente en el Código de 1995, si bien en algunas ocasiones ha
sido calificada como causa de inimputabilidad. Se refiere esta circunstancia a la violencia
moral que se ejerce sobre un sujeto. Son requisitos de la misma el que éste obre impulsado
por un miedo capaz de ser calificado como invencible en relación a la generalidad de los
individuos, ya que un miedo patológico sería constitutivo de la eximente del art. 20.1.
Además dicho miedo debe ser el único móvil de la acción del sujeto y estar provocado por
un estímulo real, suficiente e inminente.
3) Caso fortuito (art. 5 C.P.). Se deduce a sensu contrario de este precepto en base a la
ausencia de dolo o imprudencia.
4) Error invencible de tipo o de prohibición (art. 14 C.P.). Para producir un completo efecto
exculpatorio el error, que incide sobre el elemento intelectual del dolo, deber recaer sobre la
Representación de los elementos de hecho del tipo o sobre el conocimiento de la significación
antijurídica o ilicitud del hecho, además de directo y esencial.
5) El encubrimiento entre parientes regulado en el art. 454 C.P., que parte de la doctrina y
jurisprudencia califica de excusa absolutoria
El error
Es el aspecto negativo del elemento intelectual del dolo. Es la falla de la conciencia de los
elementos del tipo penal, ya sea por error o ignorancia. Es el desconocimiento de las
circunstancias objetivas del tipo.
El error de hecho esencial e invencible, es la causa de inculpabilidad por excelencia. Y
decimos que es la fundamental porque casi todas las otras causas de inculpabilidad se
fundamentan en ésta.

Clase de error.
El error de hecho: es el que recae sobre acontecimientos que ocurren en la vida real.
El error de derecho: es el que recae sobre la existencia, la extensión., el alcance, la vigencia
u obligatoriedad de una norma jurídica.
El error de derecho en el código penal venezolano vigente. Está consagrado en el artículo 60
del código penal venezolano vigente que expresa: “la ignorancia de la ley no excusa ningún
delito ni falta.” (Ignorancia de la ley es lo mismo que error de derecho). Por tanto, el error de
derecho no constituye causa de inculpabilidad y, por tanto, no constituye eximente de
responsabilidad penal. El error de hecho en el código penal venezolano vigente.
Efectos
En el error esencial el efecto es la nulidad absoluta porque las voluntades no se traban, es
inconfirmable e imprescriptible.
En el error sustancial el efecto es la nulidad relativa que prescribe en cinco años desde que
se descubrió el error.
Defensa putativa

Al Hablar de la legítima defensa el Art. 65 ordinales 3ero. C.P., se tratan tres condiciones
indispensables para que ésta se dé.
Agresión legítima por parte del que resulta ofendido por el hecho.
Necesidad del medio empleado para impedirla o repelerla.
Falta de provocación suficiente de parte del que pretenda haber obrado en defensa propia.
En este caso la eximente putativa (o hipótesis en las cuales el sujeto actúa con la convicción
errada de que su conducta se encuentra amparada por una causa de justificación o de
inculpabilidad al fundarse en presupuestos falsamente apreciados que no corresponden a
situaciones reales, y que influyen en el sujeto, configurando un error de prohibición que
excluye el dolo, pudiendo también eliminar la culpa o dejarla subsistente) viene dada cuando
una persona considera que está protegida por una causa de eximente de responsabilidad penal
cuando la verdad es que no está protegida por esa causa. Se trata de los casos de quien actúa
creyendo que lo hace en cumplimiento de un deber o en el ejercicio legítimo de un derecho,
autoridad, oficio o cargo, o en estado de necesidad, o en legítima defensa, ello por la falsa
apreciación de las circunstancias que fundamentan tales causales.
Dentro de las eximentes de responsabilidad penal encontraremos la defensa putativa la cual
se encuentra referida en el Art. 65 C.P. última parte ordinal 3ero. “Se equiparará la legítima
defensa el hecho en el cual el agente, en el estado de incertidumbre, temor o terror traspasa
los límites de la defensa.”
En éste caso, no se dan los tres requisitos de la legítima defensa pero si se van a dar las
condiciones en las cuales la persona en un momento de incertidumbre, que será el momento
en que se puede encontrar la persona, que viene dada por una etapa donde la persona está
indecisa de tomar una decisión y la toma en el momento; la incertidumbre debe estar
acompañada por otras condiciones que son el temor y el terror. Lo que quiere decir que
primero la persona está en una etapa de incertidumbre y luego entra a la fase del terror.
Ejemplo: recordemos el caso del Abogado que venía en un taxi en Lechería (Playa Lido),
estaba lloviendo y venían corriendo hacia el vehículo dos personas (que resultaron ser
pescadores) lo cual hizo que el pasajero, al ver a las personas corriendo hacia el taxi entrará
en esas tres etapas: incertidumbre, temor y terror que lo hizo reaccionar accionado el arma,
disparar y matar una de las personas; en el curso de las investigaciones se demuestra que los
señores no estaban armados, pero si pero si venían en actitud que hizo confundir al Abogado
pensando que lo venían a atracar u otra cosa, por lo que disparó y mató. En ésta fase nos
podemos encontrar en muchas oportunidades; no es lo mismo que la persona sea atacada
directamente y que ese ataque la persona lo repela para defenderse.
La defensa putativa es parecida a la legítima defensa pero no cumple con los tres requisitos
que establece la legitima defensa por ello se habla de defensa putativa.

La obediencia legítima y debida

La obediencia legítima, la encontramos referida en el Art. 65 ordinal 2 C.P.


En ese momento esa obediencia legitima y debida es la misma que se presenta como esa
eximente putativa. En el semestre anterior la vimos dentro de los requisitos de los elementos
del delito; aquí la veremos como una eximente putativa, la obediencia legitima y debida se
da cuando se presenta una orden y al apersona no puede cumplir ciegamente con dicha orden
si es una orden ilegal; como por ejemplo que manden a unos funcionarios a practicar un
allanamiento sin la respectiva orden emitida por el Tribunal como lo estable en Art. 210
C.O.P.P. si los funcionarios cumplen con la orden a sabiendas de que es una orden ilegal, no
podrán alegar una obediencia legítima, porque la misma norma en el ordinal 2do. Dice:
“siempre y cuando no traspase los límites de la legalidad”, porque si se traspasan los límites
legales de que la orden deba emitirla un Juez, estaríamos hablando de una orden ilegal.
El estado de necesidad inculpable: Está en el Art. 65, ordinal 4to. C.P. “el que obra
constreñido por la necesidad de salvar su persona, o la de otro, de un peligro grave e
inminente, al cual no haya dado voluntariamente causa, y que no pueda evitar de otro modo”.
Nos referimos al estado de necesidad que se da cuando la persona está constreñida por un
peligro grave, actual e inminente y se diferencia de la legítima defensa en que la persona no
haya dado motivo para que se presente ese hecho. Entonces, sus requisitos son:
Que exista un peligro grave actual e inminente. Que la persona no haya dado origen a que
se de ese peligro. Y la inevitabilidad del peligro.
Estos tres requisitos son indispensables para que se dé este estado de necesidad. El estado de
necesidad no es legítima defensa porque el estado de necesidad, comparado con la legítima
defensa, no protege a terceros mientras que en el estado de necesidad si se protegen a terceros
y los bienes de esos terceros. Pero recordemos la Jurisprudencia que señala que podemos
alegar el estado de necesidad cuando se trata de la muerte de un ser querido, cercano, porque
estaría allí incluyéndolo como uno de nuestros derechos. La Jurisprudencia ha señalado por
Ejemplo: que si están matándonos a un hermano y en su defensa matamos, podemos alegar
la legítima defensa.

Ejemplo: si alguien coloca una bombona de gas en la entrada de la USM y le prende fuego
causando un incendio, la persona no podrá alegar un estado de necesidad porque el peligro
fue causado por esa misma persona.
Ejemplo: si en la USM se va la luz, e inmediatamente después suena el estallido de un
cohete y la gente sale corriendo porque piensa que estalló una bomba, sí se presenta el estado
de necesidad, porque se dan los requisitos exigidos: peligro actual, grave e inminente; que la
persona no haya dado origen ni provocado en hecho y que sea imposible de evitar.
El estado de necesidad protege los bienes de los terceros, y también permite que la persona
que haya salido afectada tenga derecho a que se le reparen los daños que se le ocasionaron.
Si hay que tumbar una pared o romper los vidrios para salvar a las personas que se encuentran
dentro del salón de clases para que no mueran quemadas; las personas que estaban dentro del
salón son responsables de cancelar los daños que se originaron por esa protección que se les
brindó.

Ejemplo: si una lancha con dos personas a bordo zozobra y lo único que hay en ella es un
solo salvavidas y ambas personas se pelean por él, resultando el más fuerte con el salvavidas
con el que llega hasta la orilla, pero probablemente haya tenido que quitarle el salvavidas al
otro, por lo que alo mejor tuvo que luchar con él, hundirlo y matarlo. En este caso existe el
homicidio, pero lo que no hay es responsabilidad; por que hay una eximente putativa; es
decir, una causa de inculpabilidad, al que muchos señalan también como una causa de
justificación.
Las causas de inculpabilidad quitan la culpa a la persona; mientras que las causas de
justificación lo que hacen justificar el acto y no tiene la persona responsabilidad penal como
es el caso de la legítima defensa.

La no exigibilidad de otra conducta

La no exigibilidad de otra conducta: Es cuando no se puede exigir otra conducta a una persona
sino la que tiene; Por ejemplo: la madre que encubre al hijo que cometió un homicidio y lo
esconde en su casa, encubrimiento de pariente cercano (Art. 258 C.P.). A esa persona (la
madre), no se le puede exigir otra conducta, de tal manera que en este caso la persona está
protegida por una eximente putativa y por ello no tiene ninguna responsabilidad penal; el
amparo y asistencia a los agavillados cuando se trata de parientes cercanos, amigos íntimos
o bienhechor (Art. 291 C.P.); en causas de omisión cuando el sujeto se halla impedido por
una causa insuperable (Art. 73 C.P.); las injurias inferidas cuando el sujeto ha sido impulsado
a ello por violencias ejecutadas contra su persona (Art. 448 C.P. último aparte)Este caso es
diferente a lo que sería las excusas absolutorias (consisten en situaciones en las cuales la ley,
por razones de utilidad pública o de interés social, considera que no debe imponerse una pena
al autor del hecho ilícito y culpable: un ejemplo de excusas absolutoria sería el supuesto de
exclusión de responsabilidad penal en lo que concierne a los delitos contra la propiedad
(hurto, estafa y fraudes, apropiación indebida, aprovechamiento de las cosas provenientes del
delito y otros, cometidos en perjuicio del cónyuge no separado legalmente o de otros
parientes (Art. 483 C.P.).
El caso típico de la no exigibilidad de otra conducta, por lo tanto causa de inculpabilidad, lo
constituye el llamado estado de necesidad, que dijimos está regulado por el C.P. en el Art.
65, Ord. 4º, al establecer que no es punible: “el que obra constreñido por la necesidad de
salvar su persona o la de otro de un peligro grave, actual e inminente, al cual no haya dado
voluntariamente causa y que no pueda evitar de otro modo”. Se trata de una situación de
constreñimiento del sujeto por la presión de las circunstancias de peligro para su persona o
la de otro, y que impiden el reproche culpabiliza por el hecho causado lesivo a bienes
jurídicos protegidos, al no serle razonable exigirle otra conducta.

Condiciones objetiva de punibilidad.

Son ciertas condiciones que exige la norma para que se pueda aplicar una sanción; en
términos generales son condiciones que se necesitan que se cumplan para que en un momento
determinado se pueda aplicar una sanción. Hay quienes consideran que estas condiciones no
son elementos del delito porque están referidas a unas condiciones y no pueden ser
consideradas como un verdadero elemento del delito cómo será el caso de la acción, la
atipicidad, etc.; que son elementos que deben cumplirse, pero aquí también entran dentro de
los elementos del delito, porque se considera que si se exige esa condición, se debe cumplir,
entonces, como un elemento indispensable para que pueda darse el delito.
Beling dice que las condiciones objetivas de punibilidad son ciertas circunstancias exigidas
por la ley penal para la incorporación de la pena, que no pertenecen al tipo penal, que no
inciden sobre la antijuridicidad y ajenas a la culpabilidad, bastando con que se den en el
mundo exterior.
Ejemplo: tomaremos como ejemplo los casos de quiebra. Art. 341 C.P. “Los que en los
casos previstos por el Código de Comercio u otras leyes especiales, sean declarados culpables
de quiebra, serán castigados conforme a las reglas siguientes:

1. Los quebrados culpables serán penados con arresto de seis meses a tres años.

2. Los quebrados fraudulentos serán penados con prisión de tres años a cinco años.
Estas penas se impondrán según la gravedad de las circunstancias que se han dado lugar a la
quiebra, aumentándose o disminuyéndose dentro de mínimum y máximum a Juicio del
Tribunal.
Las personas indicadas en el Art. 922 Código de Comercio, serán castigadas como reos de
hurto por los hechos a que se contrae el mismo artículo.
El artículo no hace mención al Código Penal sino al Código de Comercio, lo que quiere decir
que primero hay que llegar al Código de Comercio, ir a un Tribunal Mercantil, ya que es el
que declara o no la quiebra y con la sentencia definitivamente firme de Tribunal Mercantil
vamos a accionar contra la persona bien sea que haya quiebra fraudulenta; o una quiebra por
impericia o negligencia, imprudencia, etc.
Igualmente se da con el delito de adulterio; Art. 394 C.P. “la mujer adúltera será castigada
con prisión de seis meses a tres años. La misma pena es aplicable al coautor de delito”.
Debe irse por el Art. 185 A, del Código Civil ordinal 1ero: Que habla de las causales de
divorcio y la primera es por cierto el adulterio; quien debe decidir si hubo o no adulterio es
el Tribunal Civil; puesto que no es competencia del Tribunal penal; pero una vez que el
Tribunal Civil determine el adulterio; se viene con esa sentencia ante el Tribunal Penal para
ejercer las acciones correspondientes. En los tipos de condiciones objetivas de punibilidad
tenemos que diferenciar las condiciones propias de las impropias. El fundamento de las
condiciones propias está en consideraciones político-criminales similares a las de las excusas
absolutorias o las causas personales de exclusión de la pena, que no afectan a la culpabilidad
del agente y que tampoco afectan al contenido de la antijuridicidad del hecho. Cuando
estamos en presencia de una conducta en la que concurren los elementos del injusto y la
culpabilidad (elementos esenciales) y es, por tanto, una conducta merecedora de la pena, pero
si la conducta resulta no ser castigada es porque el legislador ha decidido otorgarle la
necesidad de un requisito ulterior, que se denomina necesidad (político criminal) de la pena.
Así, las condiciones propias se fundamentan en criterios de utilidad que no afectan al
merecimiento de la pena, sino que solo se refieren a su necesidad político-criminal, y que,
por tanto, restringirán la punibilidad, siendo compatibles con el principio de culpabilidad.

Por lo que respecta a las condiciones impropias, su fundamento político-criminal es de


naturaleza diferente al de las condiciones propias, desempeñando, por tanto, una función
completamente opuesta. En las condiciones impropias objetivas de la punibilidad, las
consideraciones político-criminales pretenden desvincular los elementos que desde la
perspectiva material pertenecen al tipo de injusto, de las exigencias del dolo y de la culpa.
Así, dichos elementos no desempeñan una función limitadora de la punibilidad, sino que, por
el contrario, fundamentan la imposición de una pena ampliando la punibilidad al margen de
la imputación subjetiva.
En los tipos de condiciones objetivas de punibilidad tenemos que diferenciar
las condiciones propias de las impropias. El fundamento de las condiciones propias
está en consideraciones político-criminales similares a las de las excusas absolutorias o las
causas personales de exclusión de la pena, que no afectan a la culpabilidad del agente y que
tampoco afectan al contenido de la antijuridicidad del hecho. Cuando estamos en presencia
de una conducta en la que concurren los elementos del injusto y la culpabilidad (elementos
esenciales) y es, por tanto, una conducta merecedora de la pena, pero si la conducta resulta
no ser castigada es porque el legislador ha decidido otorgarle la necesidad de un requisito
ulterior, que se denomina necesidad (político criminal) de la pena. Así, las condiciones
propias se fundamentan en criterios de utilidad que no afectan al merecimiento de la pena,
sino que solo se refieren a su necesidad político-criminal, y que, por tanto, restringirán la
punibilidad, siendo compatibles con el principio de culpabilidad.
Por lo que respecta a las condiciones impropias, su fundamento político-criminal es de
naturaleza diferente al de las condiciones propias, desempeñando, por tanto, una función
completamente opuesta. En las condiciones impropias objetivas de la punibilidad, las
consideraciones político-criminales pretenden desvincular los elementos que desde la
perspectiva material pertenecen al tipo de injusto, de las exigencias del dolo y de la culpa.
Así, dichos elementos no desempeñan una función limitadora de la punibilidad, sino que, por
el contrario, fundamentan la imposición de una pena ampliando la punibilidad al margen de
la imputación subjetiva.

Condiciones Objetivas de la Penalidad


Son ciertas situaciones que exige la norma para que se pueda aplicar una sanción; en
términos generales son condiciones que se necesitan que se cumplan para que en un momento
determinado se pueda aplicar una sanción. Hay quienes consideran que estas condiciones no
son elementos del delito ya que están referidas a unas condiciones y no pueden ser
consideradas como un verdadero elemento del delito cómo será el caso de la acción, la
atipicidad, etc. Quiebras Fraudulentas o Culposas Consideradas Delitos Artículos: 916,917 y
918 Código de Comercio Artículo: 342 Código Penal

Penalidad como caracteres específicos del delito.


El elemento circunstancial es la penalidad que es el resultado del acto jurídico. No cambia la
naturaleza del delito, pero influye en la sanción. “Para apreciar la gravedad del hecho se
tendrá en cuenta: la naturaleza de la acción, los medios empleados, la extensión del daño
causado y del peligro corrido.” (CP, 38, inciso 2). La causa de la pena es el delito cometido.
La esencia es la privación de un bien jurídico. El fin es evitar el delito a través de la
prevención general o especial.
Hay discusión si la penalidad es elemento del delito o solamente su consecuencia.
Si falta cualquiera de los elementos positivos, el delito desaparece. Si existe cualquiera de
los elementos negativos, el delito, también, desaparece.
Zaffaroni, emplea una terminología apropiada para afirmar el carácter de la punibilidad
(pena) como consecuencia del delito, al sostener que la palabra “punibilidad” tiene dos
sentidos: el de la posibilidad de aplicar la pena y el de merecimiento de la pena, anotando
que todo delito implica aquella posibilidad, pero no a todo delito, se le puede dar lo que tiene
merecido.
Nuñez, sostiene que el delito es el hecho típicamente antijurídico y culpable, pero además
expresa que no es el único presupuesto de punibilidad.
Beling sostiene que es una consecuencia y no un requisito del delito, pues un hecho
típicamente antijurídico y culpable ya es delito aun cuando no se ve acompañado de
punibilidad.
Otros sostienen que la punibilidad (pena) es el carácter específico del delito. Un hecho es un
acto típicamente antijurídico y culpable pero no es delito si no se adjunta punibilidad.

Ausencia de penalidad.
Es la sanción impuesta por la ley penal ante la comisión de un hecho punible. Hay ausencia
de penalidad cuando la persona que comete un hecho delictivo por alguna de las formas
establecidas en la ley penal no cumple con la condena establecida para ello. En las excusas
absolutorias se encuentra el llamado Perdón del Ofendido que ocurre cuando se está en
presencia de delitos de acción privada donde la víctima puede perdonar al imputado
extinguiéndose la acción penal pudiendo extinguirse la ejecución de la condena pero solo en
los casos previstos en la ley.
La víctima puede ejercer la acción penal a través de la denuncia ante el Ministerio Público o
los organismos gubernamentales autorizados por ley para recibir las mismas. Con ello se
apertura de manera automática la apertura de un procedimiento penal, esto es en los casos de
los llamados “delitos de acción pública”, es decir, los que proceden por vía de la denuncia
tal y como lo establece el Código Penal Venezolano, y una vez que la víctima ha ejercido la
acción penal (denuncia) no puede alegar luego que desea que el procedimiento no continúe.
Excusa absolutoria

La excusa absolutoria es una figura que contempla el ordenamiento jurídico que determina
la exclusión de la pena ante un comportamiento antijurídico y culpable, por motivos de
política criminal.
La excusa absolutoria se considera una condición personal del sujeto que hace desaparecer
ex lege la necesidad de sancionar. Por ser una condición personal, no puede extenderse a
otros intervinientes en quienes no concurra esa condición y no tiene que ser abarcada por el
dolo. Pertenece al ámbito de la punibilidad y la consecuencia de su estimación es que se deja
de castigar una conducta a pesar de que ésta se haya calificado como típicamente antijurídica,
y se haya imputado a un sujeto concreto. Son casos en los que el legislador, por razones
distintas a la antijuridicidad y la culpabilidad, decide no imponer la consecuencia lógica que
sería la pena.
Ejemplo
El magistrado del Tribunal Supremo de España José H. Moyna exponía en una sentencia en
1986, que bajo este concepto se comprenden: "un conjunto de circunstancias de dudosa y
controvertida naturaleza jurídica que, colocadas junto al delito a que afectan, son de difícil
clasificación, pero, prescindiendo de hacer un ensayo clasificatorio, la «propia» excusa
absolutoria debe su origen a razones de política criminal que aconsejan dejar sin punición
determinados hechos delictivos no obstante estar presentes en ellos las notas de
antijuridicidad tipificada y culpabilidad...".
Conclusión
Como ya se apuntó el delito es toda acción u omisión punible, objetividad en la manifestación
de un hecho previsto en la ley penal, al cual le recae una sanción, también prevista en la
misma ley penal, a fin de que inhibir al individuo a la comisión de esas conductas
consideradas como delitos. En cuanto a las formas de comisión de los delitos, ya se trate de
acción o de omisión, éste siempre será una conducta, es decir un hacer o un no hacer, cuyos
resultados prevé la ley penal, los que tienen trascendencia en el mundo físico y en el del
derecho.
Es de hacer notar que la clasificación de los delitos no es únicamente para fines didácticos o
teóricos, sino de índole práctica, ya que con éstas es posible ubicar a los delitos dentro los
parámetros que ordenan la persecución de los mismos, la gravedad que les asigna la ley, en
cuanto a las consecuencias que tienen dentro de la sociedad, por afectar determinado bien
jurídico protegido por la ley penal; la tipificación de los delitos en cuanto a su comisión, así
como la punibilidad de los mismos tratándose de la tentativa, etcétera.
Por otra parte, si bien es cierto que solamente las conductas que prevé la ley penal pueden
ser consideradas como delitos, la preparación de esas conductas, no obstante que no
constituyan propiamente un delito, sí son la tentativa del mismo, la que será penada cuando
se pretenda afectar un bien jurídico que trascienda a la seguridad de la sociedad, además del
individuo que sufre la lesión causada por el delito.
Dentro de los individuos que intervienen en la preparación del delito, la comisión del mismo
y el encubrimiento después de su perpetración, no forman parte del tema del delito, aunque
sí muy íntimamente relacionados, ya que el delito será tipificado conforme a las
circunstancias en que sea cometido, las que influirán en el la sanción que le sea impuesta a
los delincuentes.
Por último, el delito como figura principal en el Derecho Penal, es la que le da contenido a
éste, pues el objeto principal de su materia a estudio, con todas las características que el
mismo envuelve. Seguridad ciudadana, Privacidad Se refiere al mantenimiento del orden
público, protección de los ciudadanos y sus hogares, apoyado en la organización de las
comunidades, asegurando el pacífico disfrute de las garantías y derechos por parte de los
venezolanos. Artículo 29: El Estado estará obligado a investigar y sancionar legalmente los
delitos contra los derechos humanos cometidos por sus autoridades. Las acciones para
sancionar los delitos de lesa humanidad, violaciones graves de los derechos humanos y los
crímenes de guerra son imprescriptibles. Las violaciones de derechos humanos y los delitos
de lesa humanidad serán investigados y juzgados por los tribunales ordinarios. Dichos delitos
quedan excluidos de los beneficios que puedan conllevar su impunidad, incluidos el indulto
y la amnistía.
Bibliografía

 LECCIONES DE DERECHO PENAL, Hernando Grisanti Aveledo, Decimoquinta


Edición.

 INTRODUCCION AL DERECHO PENAL, Alejandro Arzola, pag. 133.

 DICCIONARIO DE CIENCIAS JURIDICAS, Manuel Osorio, Editorial Heliasta.

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