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DE EMPRESAS TURÍSTICAS
GESTIÓN Y DIRECCIÓN
DE EMPRESAS TURÍSTICAS
AUTORES
Eduardo Parra López
Francisco Calero García
Coordinadores:
Enrique Bigné Alcañiz
Raúl Hernández Martín
Mercedes Melchior Navarro
Vanessa Yanes Estévez
Coautores:
Área Dirección de Empresas, Dirección Estratégica y Marketing
Antonia Gil Padilla
Vicente Monfort Mir
Luisa Andreu Simó
Desiderio Gutiérrez Taño
Sonia Cruz Ros
Área Inversión, Financiación y Análisis Financiero
Lilibeth Fuentes Medina
Colaboraciones:
Francisco J. García Rodríguez
Eduardo Valle del Tuero
Zenona González Aponcio
Luis Valdés Peláez
ISBN: 84-481-4887-8
Depósito Legal: M-
PRIMERA PARTE
ESTRUCTURA DE MERCADOS TURÍSTICOS
SEGUNDA PARTE
DIRECCIÓN DE EMPRESAS, DIRECCIÓN ESTRATÉGICA
TERCERA PARTE
COMERCIALIZACIÓN E INVESTIGACIÓN DE MERCADOS
CUARTA PARTE
INVERSIÓN, FINANCIACIÓN Y ANÁLISIS FINANCIERO
Bibliografía........................................................................................................................... 503
PRÓLOGO
Los nuevos retos del turismo están emergiendo con gran fuerza en la era del conocimiento. El
mundo, en general, debe prepararse para afrontar con garantías los nuevos desafíos que se propo-
nen. No hay que detenerse un momento. A medida que hemos escrito este prólogo, los aconteci-
mientos que se están produciendo en el mundo, y más concretamente, en la industria turística, hace
que debamos plantearnos las cosas de distinta forma.
El contexto turístico, como un péndulo, se mueve de un lado hacia otro. En el momento en que
usted como lector, haya analizado lo que se plantea en esta obra, muchas cuestiones de la industria
habrán cambiado y evolucionado de nuevo. La tecnología habrá evolucionado con mayor fuerza, si
cabe, en las infraestructuras del turismo. Unido a esto, los nuevos comportamientos de la demanda,
así como los procesos de centralización del sector de la tour-operación, implicarán que las metas
propuestas por muchas empresas cambien de rumbo, hacia un horizonte a veces incierto.
Para ustedes como lectores/as, personas de negocio, profesionales y estudiantes, la incertidum-
bre será una constante en todo lo que se analice. Nadie sabrá con certeza por dónde discurrirán los
acontecimientos futuros. La suerte y las distintas circunstancias que sucedan, hará que nos posi-
cionemos de una forma u otra. Pero a la larga, la formación, el conocimiento y el aprendizaje nece-
sario que nos permita una buena dirección y gestión de nuestra empresa turística serán esenciales.
Afortunadamente, tenemos acceso a los conocimientos actuales, así como a sus cambios en la
dirección y gestión turística. Hemos sido capaces de aprender de todo lo que nos rodea, tanto desde
el punto de vista del éxito como del fracaso. El análisis constante de la variedad de información
que surge de las prácticas del turismo, junto con la cada vez más sólidas investigaciones en el
campo del turismo, nos están ayudando a aprender de los errores e identificar los aspectos críti-
cos, que cualquier directivo turístico debe abordar para ser más competitivo. Esperamos que como
lectores/as de esta obra no sólo se aprenda todo lo que pueda acerca de esta actividad vital para
cualquier economía nacional, sino que sea capaz de aplicarla, a través de la lectura y aprendizaje
de los conceptos y herramientas aquí expuestas.
Los siguientes capítulos ayudarán al lector/a a comprender cómo ha evolucionado la industria
turística, qué está sucediendo y cómo debemos afrontar los cambios que se avecinan. La obra,
estructurada en cuatro grandes partes, aborda desde la estructura de los mercados turísticos, la
dirección de empresas turísticas, la dirección estratégica de la industria, la comercialización e
investigación de mercados, así como los aspectos financieros de la misma. Y la concluimos con
tres importantes colaboraciones, como son: La emprendeduría turística, las nuevas tecnologías en
el turismo y el turismo rural en España. Estas tres colaboraciones estarán disponibles en la OLC
del libro (www.mhe.es/universidad/economia/turismo). Esta estructura, les permitirá alcanzar
unos sólidos conocimientos de las perspectivas e ideas que se están manejando en la actualidad,
de modo que les resulten útiles.
VIII Gestión y dirección de empresas turísticas
UN ESFUERZO COLECTIVO
Esta obra es resultado de la confianza del fantástico equipo de McGraw-Hill Interamericana en
nuestras personas, encabezado para esta edición por D. José Ignacio Fernández y Dña. Amelia
Nieva, sin los que probablemente la culminación del trabajo hubiera sido imposible. Es más, como
destacamos en varios pasajes del manual, esto es un equipo y el éxito del mismo no se termina
aquí, sino se culmina con los/as profesores/as y alumnos/as que utilicen la obra.
Nuestros objetivos cuando se nos encargó la realización de esta obra, era crear un entorno posi-
tivo de aprendizaje, donde el alumno/a y el profesional, pudiesen observar con claridad cómo se
desenvuelve la industria turística. Pero al final los recursos de esta obra son los contenidos que
aportamos. Les toca a ustedes valorarla.
De igual forma, queremos destacar la contribución de todos y cada uno de los autores/as. Todos
ellos destacados investigadores y docentes de la industria turística. El apoyo del equipo docente e
investigador del Master en Gestión de Empresas Turísticas de la Universidad de La Laguna
(www.masterturismo.ull.es), formado por profesionales del sector turístico, el cual aportó y revi-
só los contenidos del manual, dándole una mayor calidad. Y finalmente al equipo de investigación
en materia turística de la Universidad de La Laguna, TURiLAB (http://webpages.ull.es/users/turi-
lab), por su incansable labor en la investigación turística. A todos gracias por vuestra confianza en
el proyecto.
Finalmente, les damos las gracias a nuestras familias. Nuestros padres, Isabel, y José María y
Antonia y Francisco, los cuales nos han aportado la base sólida sobre la que hemos evolucionado.
Y siguen siendo de gran apoyo. Nuestras mujeres, Magdalena y Elena, demostrando en todo
momento su comprensión, aliento y apoyo a lo largo de casi un año de trabajo en la elaboración
del manual. Y Francisco Jr., el cual representa una inspiración constante.
COORDINADORES
PARRA LÓPEZ, EDUARDO. Profesor Titular de Escuela Universitaria del Departamento de
Economía y Dirección de Empresas de la Universidad de La Laguna. Diplomado y Licenciado
en Ciencias Empresariales, Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales por la
Universidad de La Laguna. Master en Comercio Internacional por la Escuela de Organización
Industrial (EOI). Sub-Director de la Escuela Universitaria de Ciencias Empresariales.
Coordinador académico y profesor del Master en Gestión de Empresas Turísticas. Es miembro
del Laboratorio de Análisis e Innovación Turística de la ULL (TURiLAB). Líneas de investi-
gación se centran en el análisis de los Canales de Distribución de Servicios Turísticos y en el
transporte turístico. Los resultados obtenidos han sido presentados en varios congresos nacio-
nales e internacionales, así como publicados en revistas internacionales especializadas. Ha par-
ticipado en varios proyectos de investigación nacionales y regionales en materia turística y ha
sido profesor-investigador visitante en las universidades de Gales (Bangor) y Strathclyde
(Glasgow) e IMI (Suiza).
CALERO GARCÍA, FRANCISCO J. Profesor Titular de la Universidad de La Laguna.
Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales, Master en Bancas y Finanzas, Doctor en
Economía Financiera y Contabilidad,. Actualmente ocupa la gerencia de la Universidad de La
Laguna, ha sido Director de la Escuela Universitaria de Ciencias Empresariales y Turismo de
la Universidad de La Laguna. Director del Master/Experto en Gestión de Empresas Turísticas,
Director de la Unidad de Promoción de I+D+I de la Fundación Empresa –Universidad de La
Laguna. Es miembro del Laboratorio de Análisis e Innovación Turística de la ULL
(TURiLAB). Ha participado en diferentes proyectos de investigación dentro del campo de las
finanzas, de la innovación y del turismo.
ha publicado diversos capítulos de libros y artículos en revistas nacionales, así como participa-
do en foros especializados, ha presentado trabajos en congresos nacionales e internacionales y
ha ejercido de moderadora. Asimismo, ha sido profesora visitante en la School of Bussines y
en la School of Hospitality Management de la Florida International University (USA) y es
miembro de la Association for Information Systems (AIS) y del grupo de investigación GIS-
TIAE de la Universidad de La Laguna. En la actualidad se encuentra coordinando un proyec-
to sobre las diversas alternativas de gestión de los sistemas y las TI bajo un enfoque basado en
los nuevos modelos de negocio electrónico.
GUTIÉRREZ TAÑO, DESIDERIO. Profesor asociado de Comercialización e Investigación de
Mercados en el Departamento de Economía y Dirección de Empresas de la Universidad de La
laguna. Ingeniero Industrial (Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, 1988) y Diplomado
en Investigación de Mercados (AEDEMO/UNESCO, 1988, Tenerife). En la actualidad desarro-
lla su actividad profesional como consultor y gestor de proyectos, siendo socio director de
EDEI-Consultores. Es autor de diversos trabajos de investigación, siendo su línea de interés
principal la calidad del servicio especialmente en el sector turístico. Es miembro del
Laboratorio de Análisis e Innovación Turística de la ULL (TURiLAB).
HERNÁNDEZ MARTÍN, RAÚL. Profesor Titular de Economía Aplicada en la Universidad de
La Laguna. Licenciado y Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad
de La Laguna. Su investigación se ha centrado en el análisis de los impactos económicos del
turismo así como en las características de las pequeñas economías insulares. Es miembro del
Laboratorio de Análisis e Innovación Turística de la ULL (TURiLAB). Ha realizado una exten-
sa investigación acerca de los impactos económicos del turismo, publicando los resultados en
revistas como Papeles de Economía Española e Información Comercial Española, así como en
diversos libros editados por Pirámide, McGraw-Hill y la Organización Mundial del Turismo.
MELCHIOR NAVARRO, Mª MERCEDES. Profesora Titular de Escuela Universitaria del
Departamento de Economía y Dirección de Empresas de la Universidad de La Laguna.
Diplomada en Ciencias Empresariales y Licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales
por la Universidad de La Laguna. Actualmente imparte docencia en la Licenciatura de
Administración y Dirección de Empresas y en la Diplomatura de Turismo. Su labor investiga-
dora se centra principalmente en el estudio del cambio organizativo de las estructuras hotele-
ras, habiendo intervenido en numerosos proyectos de investigación, y en congresos y publica-
ciones nacionales y extranjeros. Entre otras asociaciones, es miembro de la Asociación
Española de Expertos Científicos en Turismo (AECIT). Es miembro del Laboratorio de
Análisis e Innovación Turística de la Universidad de La Laguna (TURiLAB).
MONFORT MIR, VICENTE M. Profesor asociado en el Departamento de Administración de
Empresas y Marketing de la Universidad Jaume I de Castellón. Diplomado en Profesorado de
E. G. B. y Licenciado y Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad
de Valencia. Actualmente es economista de la Generalitat Valenciana y autor de numerosas
publicaciones sobre turismo, tanto libros (Introducción a la economía del turismo en España
–declarado de Interés Turístico Nacional–, Competitividad y factores críticos de éxito en la
“Hotelería de litoral” –premio Tribuna Fitur-Jorge Vila Fradera 2000–, El Sector Turístico en
España –proyecto de investigación financiado por la CAM–, Nuevos enfoques en el estudio
económico del turismo –proyecto de investigación financiado por FUNCAS– y Asertos incó-
modos. A contracorriente –recopilación de artículos publicados en El País–), a lo que se suman
más de treinta capítulos en otros tantos libros, así como artículos en revistas especializadas
(Economía Industrial, Estudios Territoriales, Papeles de Economía Española, The Tourist
Review, Economistas, Estudios Turísticos, Revista Valenciana de Economía y Hacienda,
Cuadernos de Turismo, Annals of Tourism Research, entre otras).
VALDÉS PELÁEZ, LUIS. Profesor Titular de Economía Aplicada. Doctor en Ciencias
Económicas por la Universidad de Oviedo. Director del Sistema de Información Turística de
XII Gestión y dirección de empresas turísticas
Asturias (SITA) y Director del Título Superior en Turismo (2º ciclo) de la Universidad de
Oviedo. Lleva trabajando desde 1985 en la línea de análisis económico del turismo dirigien-
do proyectos de Investigación en la materia y con numerosas publicaciones sobre el tema.
También ha impartido Cursos, Seminarios y Conferencias sobre turismo en España, Fr a n c i a ,
Cuba y Hungría. Profesor Honoris Causa de la Escuela Superior de Comercio, Hotelería y
Turismo de Budapest, fue Director de la Escuela Universitaria “Jovellanos” de Gijón de la
Universidad de Oviedo que imparte la Diplomatura en Turismo, y Presidente de la
Asociación Española de Expertos Científ icos en Turismo (AECIT) desde marzo de 2000
hasta abril de 2002.
VALLE TUERO, EDUARDO ANTONIO DEL. Titulado Superior en Turismo por la Universidad
de Oviedo y Diplomado en Ciencias Económicas y Empresariales, en las especialidades
Comercial y Relaciones Internacionales de la Empresa, por la Universidad de Oviedo. Desde
1997, es el Coordinador y miembro del equipo investigador del Sistema de Investigación
Turística de Asturias (SITA), organismo encargado de la elaboración de estadísticas y estudios
sobre el turismo de Asturias. Asimismo ha participado en otros proyectos de investigación de
la Universidad de Oviedo, relacionados con la actividad turística. Es miembro de la Asociación
Española de Expertos Científicos en Turismo (AECIT) y colabora anualmente en la publica-
ción de dicha asociación “La actividad turística española”. Además de participar en distintas
publicaciones y congresos, ha sido coordinador de dos libros titulados “Nuevas tendencias de
ocio y turismo: su especial problemática en destinos singulares”, AECIT, 2001 y “Experiencias
públicas y privadas en el desarrollo de un modelo de turismo sostenible”, Universidad de
Oviedo, 2003.
YANES ESTÉVEZ, VANESSA. Profesora Titular de Escuela Universitaria del Departamento de
Economía y Dirección de Empresas de la Universidad de La Laguna. Diplomada y Licenciada
en Ciencias Empresariales con ambos premios extraordinarios, se doctoró por la Universidad
de La Laguna con Premio Extraordinario en Ciencias Sociales, Jurídicas y Económicas en
2002. Premio “Día de Canarias para Jóvenes Investigadores 2003” por el Gobierno de
Canarias. Sus líneas de investigación se centran en el análisis del entorno organizativo y su
implicación en el comportamiento estratégico bajo una aproximación cognoscitiva. Los resul-
tados obtenidos han sido presentados en varios congresos nacionales e internacionales, así
como publicados en revistas especializadas y en un libro monográfico. Ha sido investigadora
visitante en las universidades británicas de Bangor (Gales) y Strathclyde (Glasgow) y es miem-
bro del Instituto de Estudios Canarios, la Asociación Europea de Economía y Dirección de
Empresas y la Asociación Científica de Economía y Dirección de Empresas.
PRIMERA PARTE
ESTRUCTURA DE MERCADOS
TURÍSTICOS
CAPÍTULO 1
LOS MERCADOS TURÍSTICOS
1.1 INTRODUCCIÓN
El turismo es una actividad económica compleja con rasgos definitorios singulares y marcados. Esta
complejidad dificulta su estudio y la comprensión de los cambios que está experimentando.
Atendiendo a la definición de la Organización Mundial del Turismo, el turismo son “las actividades
que desarrollan las personas durante sus viajes y estancias fuera de su entorno habitual por un perio-
do de tiempo inferior a un año con fines de ocio, negocio u otros motivos no relacionados con el ejer-
cicio de una actividad remunerada en el lugar de destino”. De este modo, el turismo es una actividad
singular desde la perspectiva de la demanda, pues se relaciona con el consumo que se realiza fuera
del entorno habitual en el que reside y trabaja una persona. Pero también es particular desde la pers-
pectiva de la oferta, puesto que los proveedores de servicios a los turistas son muy variados, inclu-
yendo tanto actividades características del turismo (como los hoteles o restaurantes), como no carac-
terísticas (farmacias o librerías). Es por ello que se afirma que el turismo tiene un carácter transver-
sal respecto a la economía del destino.
La singularidad de los mercados turísticos se relaciona también con las formas de comerciali-
zación puesto que, por definición, oferentes y demandantes residen en lugares diferentes y de ahí
el papel de los intermediarios (agencias y tour operadores), así como las posibilidades de contac-
Los mercados turísticos 3
to directo a través de las tecnologías de la información y las comunicaciones. Por último, otra de
las características de los mercados turísticos es que no pueden entenderse al margen de los recur-
sos de atracción en el destino (monumentos, museos, clima, playas, pistas de esquí, etc.).
En el próximo epígrafe se hace una síntesis de los principales rasgos definitorios de los
mercados turísticos, de modo que sirva de ayuda a la comprensión del entorno en el que se des-
envuelven las empresas turísticas. Posteriormente se señalan algunas de las principales tenden-
cias actuales en la demanda y en la oferta. Finaliza el capítulo con un resumen.
Gráfico 1.1 Distribución del Consumo Turístico Interior por productos. 2001
últimos años están tomando protagonismo también nuevos países emisores, como es el caso de
China. Lejos de lo que a veces se considera, el turismo interno tiene un peso económico aún mayor
que el turismo internacional. Los residentes en España, por ejemplo, realizaron 133 millones de
viajes turísticos durante 2004, de los que solamente 4,6 millones fueron al extranjero.
En sus etapas iniciales el turismo era considerado como un bien de lujo, vinculado a los grupos
sociales más pudientes. Sin embargo, en los países desarrollados se trata cada vez más de un consu-
mo asentado sólidamente entre las decisiones de gasto de la familia media. De este modo, un estudio
realizado en Alemania (ver gráfico 1.2) mostraba que los viajes turísticos constituyen uno de los gas-
tos prioritarios de las familias, por detrás de gastos como la alimentación o la salud, pero con priori-
dad respecto al automóvil, las prendas de vestir o los gastos en el hogar.
Uno de los factores de segmentación que mayores cambios está provocando en la demanda turís-
tica es el demográfico. Según las características demográficas de un individuo las preferencias varían
de forma intensa en cuanto a destinos, duración del viaje, modo de transporte, alojamiento utilizado,
estructura del gasto, etc. El consumo de productos turísticos requiere de la disponibilidad de tiempo
libre y un cierto nivel de ingreso, variables que se relacionan con la edad de la población. En las eda-
des más jóvenes (estudios) se suele disponer de abundante tiempo libre, si bien los ingresos suelen ser
más limitados. Posteriormente, el trabajo y las obligaciones familiares tienden a reducir el tiempo
libre, precisamente cuando el nivel de renta del individuo va aumentando. Por último, en el periodo de
jubilación el tiempo libre vuelve a aumentar a la vez que los ingresos del individuo suelen reducirse.
Esta evolución es conocida como la paradoja del ocio. En el gráfico 1.3 se representa de forma sim-
plificada la evolución desigual de la renta y el tiempo disponible a lo largo de la vida de una persona.
Los recursos comunes tienen la tendencia a ser sobreexplotados, es decir, se puede dar un uso
abusivo que finalmente tiene consecuencias negativas para todos los usuarios. El ejemplo típico de
recurso común que se utiliza en los manuales de economía es la pesca y las soluciones que se plan-
tean para evitar la sobreexplotación son de diversos tipos: la privatización (asignando su propiedad a
una empresa que pueda limitar el acceso y establecer un precio, por ejemplo en el acceso a un par-
que nacional); la cooperación entre los usuarios del recurso para establecer unas normas que eviten
la sobreexplotación (sería el caso de una asociación de empresarios que establezca criterios de cali-
dad en la oferta); una tercera vía es la intervención pública mediante incentivos y penalizaciones en
el mercado (influyendo sobre los precios) o bien mediante limitaciones y prohibiciones (influyendo
directamente sobre las cantidades consumidas). En general, la bibliografía señala que, en caso de ser
posibles, las soluciones consensuadas entre los agentes involucrados son preferibles.
El mayor problema asociado al establecimiento de este tipo de mecanismos de gestión de los
recursos comunes es la falta de información acerca de cuál es el consumo máximo y, más difícil
aún, cual es el consumo óptimo. Para analizar estos conceptos nos ayudaremos del gráfico 1.4.
Los ingresos totales derivados de la llegada de visitantes a disfrutar de un recurso turístico se
puede considerar que crecen a medida que aumentan las llegadas, si bien llega un momento, a
partir de V2 en que comienzan a descender debido a los problemas asociados a la masificación.
Sin embargo, los costes que genera cada turista en términos de alojamiento, manutención, trans-
porte, etc., puede considerarse que son constantes, de modo que el coste total se incrementa de
forma lineal con las llegadas. En un contexto como éste, la estrategia de las empresas será seguir
invirtiendo mientras haya beneficios, es decir, mientras los ingresos superen a los costes. El
resultado previsible será que aumentarán las llegadas de visitantes hasta alcanzar V , que pode-
3
mos suponer que supera los límites de capacidad de carga del recurso, es decir, habrá un proble-
ma de sobreexplotación. Un punto que podría señalar el número de usuarios máximo del recurso
sería V2, es decir, el momento a partir del cual los ingresos totales comienzan a disminuir. No
obstante, la llegada óptima de visitantes desde la óptica de los beneficios empresariales agrega-
dos no se encuentra en este punto, sino en V1, que es el punto en el que la distancia entre los
ingresos y los costes totales es máxima (A es mayor que B). Por último, los intereses medioam-
bientales podrán establecer otros límites diferentes a la utilización del recurso en cuestión.
mercado presenta información asimétrica, en el sentido de que los oferentes cuentan con más
información que los demandantes. Esto se da principalmente en el caso de la contratación de pro-
ductos por parte del turista desde su país de origen, pero también, aunque en menor medida, en el
consumo en el lugar de destino (por ejemplo en los restaurantes).
Los mercados en los que existe información asimétrica tienden a funcionar mal. Existe en ellos
el riesgo de que se produzca el fenómeno conocido como selección adversa, que se produce debi-
do a asimetrías en la información acerca de la calidad del producto. Esta situación provocaría que
no exista, en principio, un estímulo para vender productos de alta calidad, puesto que el consumi-
dor tiene dificultades para conocer a priori las características de un producto, beneficiando por lo
tanto a quienes venden productos con menores costes (y calidades). Por su parte, el comprador
teme obtener un producto de calidad inferior al que considera que está adquiriendo.
En estos mercados con información asimétrica es fundamental la existencia de señales que
muestren al consumidor las características del producto. Por ejemplo, las marcas comerciales y la
reputación son utilizadas por las empresas como una señal de calidad. El consumidor que no tiene
buena información acerca de un destino suele estar dispuesto a pagar un poco más y acudir a una
cadena hotelera de prestigio a fin de reducir su incertidumbre. La importancia creciente de las
cadenas hoteleras se explica, en parte, por los problemas de información en los mercados turísti-
cos. Por su parte, la intervención de la administración pública es fundamental con el objeto de pro-
porcionar información a los agentes económicos, evitar fraudes y ofrecer garantías en las trans-
acciones. Así, el establecimiento del sistema de clasificación oficial de los hoteles a través de
estrellas reduce notablemente la incertidumbre de los consumidores.
La falta de información por parte de los consumidores puede convertirse también en una fuen-
te de barreras a la entrada en el sector, puesto que las empresas que quieren incorporarse al mer-
cado pueden encontrar grandes dificultades para que su producto sea conocido y valorado adecua-
damente. La existencia de intermediarios que conocen bien las características de la oferta y que
ofrecen servicios e información a los consumidores en su país de origen ha sido otra de las vías
para superar los problemas de información en el mercado turístico. Igualmente, el desarrollo de
internet ha contribuido a un aumento exponencial en la información turística, de modo que ha teni-
do un gran impacto en el mercado no solamente como forma de canalizar las compras y los pagos,
sino también como vehículo crecientemente utilizado para obtener información acerca de los des-
tinos. Por último, dada la escasez de información, los precios se convierten con frecuencia en indi-
cadores de calidad usados por los consumidores, y por ello las empresas que ofrecen mejores ser-
vicios deben hacer un uso prudente de los descuentos, puesto que pueden deteriorar su imagen.
Además de la función de aportar información a los consumidores, los intermediarios turísticos
cumplen otras funciones importantes en el mercado. La intermediación se adapta al carácter mul-
tiproducto del turismo, siendo los intermediarios los que, a partir de los componentes básicos (tras-
porte, alojamiento, restauración, ocio, etc.), construyen un producto unificado, el paquete, que
facilita el consumo. Además, la actuación de los intermediarios turísticos ha permitido vencer uno
de los principales obstáculos del sector en términos de costes, puesto que han conseguido alcan-
zar economías de escala, vinculadas con la producción masiva, lo que ha repercutido positivamen-
te en la disminución de los costes medios de producción y el precio pagado por los consumidores.
Por último, la actividad de los operadores turísticos ha contribuido a amortiguar otro de los prin-
cipales problemas del sector, la existencia de unos elevados costes fijos que se transforman en baja
rentabilidad en caso de no garantizar niveles altos y estables de ocupación. Es decir, los operado-
res turísticos han contribuido decisivamente a la ordenación del mercado, evitando problemas de
saturación y garantizando tasas elevadas de ocupación en los destinos.
Sin embargo, para alcanzar una visión completa del papel de los tour operadores en los mer-
cados conviene tener en cuenta la existencia de riesgos para los destinos. Esto es así en la medi-
da que un agente intermediario que inicialmente tenía por misión prestar servicios a los oferen-
tes y demandantes finales ha ido paulatinamente adquiriendo un elevado control y poder de
8 Gestión y dirección de empresas turísticas
Gráfico 1.5 Evolución del grado de satisfacción en función del número de usuarios
SATISFACCIÓN
SATISFACCIÓN
SATISFACCIÓN
SATISFACCIÓN
Este último caso se puede analizar gráficamente. Supongamos que en la situación inicial en
una determinada localidad la demanda turística interna (generada por los propios residentes)
puede representarse a través de la curva DT interna. Para este nivel de demanda, el cruce con la
oferta determina un equilibrio de mercado en el punto E con una cantidad demandada Q1 y un
precio P1. La demanda turística generada por el turismo receptivo se añade a la anterior hasta for-
mar la curva DT interior. Como consecuencia del turismo interior se alcanza un nuevo equilibrio
E’ donde la cantidad demandada y los precios se elevan hasta Q 2 y P2, respectivamente. De este
modo, bajo el supuesto de la existencia de una oferta que no es perfectamente elástica, el turis-
mo receptor ha elevado el nivel de precios e incrementado la producción turística, pero también
ha provocado una disminución en el consumo turístico de los residentes (consumo turístico inter-
no). En el ejemplo gráfico, el consumo turístico de los residentes disminuye desde Q 1 y Q3, aun-
que el consumo turístico total aumenta debido a la aportación del consumo turístico receptor. En
general, estos efectos dependen de si la composición del consumo turístico interno y receptor
coincide, pudiendo afectar también a los bienes no turísticos (véase gráfico 1.6).
La oferta turística tiende a establecerse en torno a zonas muy concretas en las que existe algún
recurso que ejerce de atracción, sea una playa, una pista de esquí, un centro financiero o comer-
cial o un parque temático. La proximidad al recurso constituye un factor importante que genera
10 Gestión y dirección de empresas turísticas
una competencia notable entre los inversores. Como consecuencia, los precios de las infraestruc-
turas de alojamiento, restauración, ocio, etc. en torno a estas zonas se incrementa, dada la escasez
de suelo. Este incremento de precios inmobiliarios se produce debido a que se espera que aquellas
actividades mejor situadas tengan posibilidad de obtener un margen de beneficio mayor. Lo que
en parte sucede es que ese margen de beneficio mayor termina siendo absorbido en parte por el
sector inmobiliario lo que genera, a su vez, un incremento de costes y precios.
Además de los elevados costes fijos en algunas actividades, una de las características de la oferta
turística es la existencia de limitaciones de capacidad. Así, por ejemplo si la capacidad del transporte
está limitada a un número determinado de turistas esta limitación pondrá un límite al desarrollo de
actividades de alojamiento o servicios de ocio. Es decir, el subsector con menor capacidad condicio-
na el desarrollo del resto.
En el sector turístico no es siempre fácil incrementar la oferta rápidamente. Si bien puede ser posi-
ble a corto plazo fletar nuevos aviones no resulta viable incrementar con rapidez la capacidad opera-
tiva de un aeropuerto, de una playa o de la oferta de alojamiento, a fin de adaptarlas a una demanda
creciente. Por ello, se dice que la oferta turística es inelástica a corto plazo, es decir, que la cantidad
ofrecida es poco sensible a los cambios en la demanda y los precios. Sin embargo, a largo plazo la
oferta sí tiene capacidad de adaptarse a las nuevas condiciones del mercado. No obstante, el crecimien-
to de la oferta, que necesita de un periodo de gestación relativamente amplio, debe acompasarse con
el crecimiento en la demanda a fin de evitar que se produzcan desajustes con consecuencias negativas
para el conjunto del sector. De hecho, es frecuente encontrar problemas coyunturales asociados a exce-
sos de oferta o de demanda.
1.2.8 La estacionalidad
La demanda turística no tiene un comportamiento estable a lo largo del año, sino que tiende a concen-
trarse en torno a determinadas épocas. Las causas de la estacionalidad del turismo hay que asociarlas
a factores tanto de demanda como de oferta. Desde la óptica de la demanda, la concentración de las
vacaciones laborales y escolares en el periodo estival promueve que los viajes turísticos tengan una
gran concentración durante el verano. Por su parte, la estacionalidad puede relacionarse también con
las características del destino. Por ejemplo, la celebración de festivales, ferias u otros eventos tiende a
concentrar las llegadas. Asimismo, la práctica de deportes de nieve o acuáticos se concentra en los
periodos del año más propicios. Desde la óptica de los recursos de atracción turísticos, el clima cons-
tituye un factor clave en la estacionalidad. Esto ayuda a explicar por qué el comportamiento estacio-
nal del turismo urbano es menos acusado que en el turismo de sol y playa.
La estacionalidad ha tenido tradicionalmente consecuencias negativas para los destinos
turísticos. Una de las principales se asocia con los efectos para la rentabilidad empresarial de
la realización de fuertes inversiones que van a ser utilizadas durante un corto periodo del año.
12 Gestión y dirección de empresas turísticas
Además, la llegada concentrada de visitantes en torno a determinadas fechas puede tener tam-
bién consecuencias medioambientales negativas, debido al aumento en la generación de resi-
duos sólidos, de la intensa evacuación al mar de las aguas residuales, o a la presencia humana
masiva en determinados parajes naturales. La estacionalidad da lugar, además, a la sobredi-
mensión de determinadas infraestructuras públicas (electricidad, agua, transporte, etc.) con el
fin de hacer frente a los picos de demanda. La dificultad para hacer frente a estos periodos de
máxima demanda tiende a generar problemas de saturación que deterioran la calidad del servi-
cio recibido por los turistas y los residentes locales. La estacionalidad puede tener también
efectos negativos sobre la cualificación de la mano de obra. En la medida en que el empleo que
genera el sector turístico sea estacional, la mano de obra tiene que buscar otras ocupaciones el
resto del año, lo que dificulta su profesionalización.
En la práctica totalidad de los destinos se desarrollan políticas que favorezcan la reducción de la
estacionalidad, a fin de repartir de forma más equilibrada los flujos a lo largo del año. La mayor fle-
xibilidad actual en los periodos vacacionales, que se tienden a repartir a lo largo del año, es un fac-
tor importante en este sentido. Igualmente, se ha observado que en la mayor parte de los destinos
turísticos, y España no sería una excepción en este sentido, el turismo interno tiene un comporta-
miento menos estacional que el turismo receptor. Por ello, la potenciación del turismo interno puede
tener efectos beneficiosos sobre la reducción de la estacionalidad. Por su parte, la organización de
determinadas atracciones fuera de temporada constituye una forma que tienen los destinos turísticos
de alargar la temporada alta. Otra de las tendencias que apunta hacia la reducción de la estacionali-
dad es la caracterización del nuevo turista, más independiente y activo, que tiende a evitar las aglo-
meraciones evitando los periodos de máxima afluencia a los destinos. También se ha detectado que
existen determinados segmentos de edad en la demanda turística que pueden contribuir a la reduc-
ción de la estacionalidad. Esto es especialmente cierto en la tercera edad, que suele tener una mayor
flexibilidad en cuanto al periodo vacacional. Por último, el precio constituye una herramienta clave
en la reducción de la estacionalidad, si bien no se debe hacer un uso abusivo de esta herramienta por-
que a la larga puede tener efectos contraproducentes: elevar mucho los precios en temporada alta
puede tener impactos negativos sobre la afluencia; reducirlos mucho en temporada baja puede tener
efectos negativos sobre la imagen y sobre la rentabilidad, puesto que la elasticidad precio de la
demanda turística en temporada baja puede no ser muy elevada.
Rejuvenecimiento
Estancamiento
Estabilización
Consolidación
Declive
Desarrollo
Rejuvenecimiento
Implicación
Exploración
Tiempo
Positivos Negativos
Económicos Incremento de la renta Incremento de gasto público en
servicios e infraestructuras
Atracción de inversiones Incremento precios
Creación de empleo Desplazamiento de otros sectores
Entrada de divisas Fugas a través de las importaciones
y la repatriación rentas
Socioculturales Servicios e infraestructuras Cambio brusco de las formas de
para la población local vida y la cultura tradicional
Modernización social Orientación hacia el ocio consumista
Intercambio cultural Mercantilización de la cultura local
Fomento de la paz Incremento de la inseguridad
Medioambientales Revalorización del medio Congestión del tráfico, ruido, conta-
ambiente minación
Mayor concienciación Presión sobre ecosistemas frágiles y
medioambiental el paisaje
Obtención de recursos para Consumo energético y de otros recur-
preservar el medio ambiente sos escasos
Estímulo a la preservación Aumento de residuos
del medio ambiente
• Se mantiene el elevado crecimiento, aunque se moderan las tasas. El turismo va a seguir sien-
do una actividad con un crecimiento notable a lo largo de los próximos años. La Organización
Los mercados turísticos 15
Mundial del Turismo prevé un crecimiento anual en las llegadas turísticas internacionales en
torno al 4,1% hasta 2020. Por su parte, el World Travel & Tourism Council prevé que para el
periodo 2006-2015 la demanda turística mundial (incluyendo tanto al turismo interno como al
turismo internacional) crezca a una tasa del 4,6% anual en términos reales. El crecimiento del
turismo se verá favorecido por algunos mercados emisores y receptores emergentes.
• Cambio en el perfil del turista. Los cambios sociodemográficos, tecnológicos, la mayor experien-
cia, etc. están alterando paulatinamente las características de la demanda. Los turistas actuales son
más independientes, están más formados, tienen una amplia experiencia, son más críticos, exigen-
tes y activos, tenencias estas que comenzaron a manifestarse a principios de los años noventa y fue-
ron puestas de manifiesto por Poon (1993). Los cambios en el tamaño de la familia, el envejecimien-
to de la población en los principales países emisores, el creciente papel de la mujer en la toma de
decisiones familiares o la madurez de algunos productos y destinos tradicionales, están favorecien-
do una creciente diversidad de preferencias que va acompañada por un aumento de la cualificación
y experiencia del consumidor. El consumidor turístico es, cada vez más, un consumidor con múlti-
ples experiencias turísticas y que demanda productos más especializados o hechos a medida.
• Sensibilidad a la coyuntura y capacidad de recuperación. El sector turístico ha demostrado a lo
largo de su historia una sensibilidad frente a las crisis económicas, los conflictos políticos y cual-
quier factor que afecte a la seguridad (conflictos armados, terrorismo, problemas sanitarios, etc.),
pero también una gran capacidad de recuperación. El hecho de que los consumidores tengan que
realizar largos desplazamientos a los lugares en los que tiene lugar la producción es una singulari-
dad del turismo, que lo hace dependiente de la situación económica y social en los países de origen
y destino. El comportamiento de los turistas ante situaciones críticas suele ser el de aplazar los via-
jes, reducir la distancia recorrida, evitar los medios de transporte más inseguros y sustituir las sali-
das al extranjero por el turismo interno. Sin embargo, según los estudios realizados por la OMT tras
diversas catástrofes y conflictos, una vez superada la crisis los viajes aplazados comienzan a reali-
zarse, lo que contribuye a una rápida recuperación. No parecen existir en el mercado bienes y ser-
vicios que sean buenos sustitutivos del turismo, por lo que el fuerte deseo de realizar viajes turísti-
cos hace que se comporten más como bienes de primera necesidad que como bienes de lujo.
• Crecimiento desigual de los destinos. Las tendencias actuales apuntan a que los destinos más
maduros, como es el caso europeo, y los productos más maduros, experimentarán a lo largo de los
próximos años unas tasas de crecimiento inferiores a las que se observan en el caso de otros des-
tinos emergentes, por ejemplo en el Sudeste Asiático. Así, según la OMT, la previsión de creci-
miento de las llegadas turísticas en Europa a lo largo del periodo 1995-2020 se sitúa en un 3%,
frente a un crecimiento del 6,5% anual previsto para el Sudeste Asiático. Como consecuencia de
este crecimiento desigual de las llegadas, la cuota de mercado de Europa en el turismo internacio-
nal se irá reduciendo. Las previsiones apuntan a que la participación de Europa en las llegadas
turísticas internacionales disminuirá en el periodo mencionado desde el 59,8% al 45,9%. Las
características del nuevo consumidor favorecen la existencia de una oferta más amplia de destinos.
• Productos emergentes. Nuevos productos turísticos están ganando cuota a costa de otros más tra-
dicionales. Tal es el caso de los parques temáticos, el turismo de eventos culturales y deportivos, el
turismo de grandes ciudades, turismo cultural, de salud, SPAs, tercera edad, turismo de naturaleza,
etc. Además de estas modalidades, el consumo turístico se especializa y diversifica notablemente,
demandándose productos a medida. Por su parte, el turismo de sol y playa parece que ha alcanzado
su madurez, siendo uno de los segmentos de mercado que menos crece. Esto es especialmente cier-
to en el caso de los destinos maduros dependientes de los paquetes turísticos tradicionales. Frente a
esto, las escapadas cortas de fin de semana y los destinos exóticos han ido ganando peso, si bien el
despegue de estos últimos se ha enfrentado a los problemas de inseguridad en el transporte aéreo y
en los propios destinos.
• Fragmentación de los periodos vacacionales y reducción de la estancia media. Una de las carac-
terísticas actuales de la demanda turística es la fragmentación de los periodos vacacionales, que se
16 Gestión y dirección de empresas turísticas
tienden a repartir a lo largo del año. Por ello, además de las vacaciones principales aparecen las
segundas vacaciones y terceras vacaciones, tendiendo a acortarse las estancias. Este fenómeno
puede ser muy importante, puesto que destinos conocidos y próximos para los turistas europeos son
cada vez menos el destino de las vacaciones principales, pero sí pueden tener un papel importante
para las escapadas cortas.
• Nuevas tecnologías, comercialización directa y uso de paquetes turísticos. La posibilidad de
acceso directo a los proveedores turísticos a través de la red está produciendo un proceso de desin-
termediación que está cambiando la relación entre oferentes y demandantes. Esto está permitiendo
al cliente volverse más autónomo y exigente frente a los oferentes turísticos, al disponer de una
mayor información en cuanto al destino y los proveedores de servicios. Esta tendencia se ha acom-
pañado de una disminución de en el uso de los paquetes turísticos en los grandes mercados emiso-
res europeos y un incremento de la organización individual de los viajes, especialmente tras la apa-
rición de las compañías aéreas de bajo coste.
• Revalorización del turismo interno. El turismo interno ha sido tradicionalmente olvidado en el
análisis, aunque su importancia ha demostrado ser muy notable. El turismo interno tiene funciones
estabilizadoras importantes, por su carácter menos estacional. En España la elaboración de las
Cuentas Satélite del Turismo ha puesto de manifiesto que el turismo interno aporta casi la mitad del
PIB turístico. Por su parte, en países como Estados Unidos el turismo es fundamentalmente inter-
no. Una estimación de Bigano (2005) señala que a los 60 millones de turistas internacionales que
recibió dicho país en 1995 habría que añadir 999 millones de viajes turísticos realizados por los nor-
teamericanos dentro de su propio territorio.
• Reducción de la estacionalidad de la demanda. La demanda tiende a reducir su comportamien-
to estacional debido al desarrollo del turismo interno, a la fragmentación de los periodos vacacio-
nales y a la mayor independencia de los turistas. Prácticamente la totalidad de los destinos turísti-
cos siguen políticas activas tendentes a reducir la estacionalidad, que constituye una amenaza a la
rentabilidad.
ción de paquetes modulares, mucho más flexibles, constituye un cambio de estrategia por
parte de los tour operadores.
• Expansión del alojamiento extrahotelero en los destinos de sol y playa. La crisis económica
actual está teniendo como consecuencia la intensificación de una tendencia cuyo alcance es aún des-
conocido. Se trata de la revitalización del alojamiento extrahotelero y las segundas residencias en
muchos destinos turísticos, especialmente en el segmento de sol y playa. Esta tendencia parece rela-
cionarse también con la madurez de los destinos, con la expansión del transporte de bajo coste y con
las presiones ejercidas desde el sector inmobiliario.
1.5 RESUMEN
El estudio del mercado turístico exige analizar tanto los rasgos definitorios que lo identifican como
las principales tendencias actuales que se observan. Los mercados turísticos presentan algunas sin-
gularidades debido a las características de la oferta, que constituye un complejo conjunto de bienes
y servicios, a una demanda creciente y cada vez más diversa, a la utilización de recursos que gene-
ran atractivo pero corren el riesgo de ser sobreexplotados o al impacto de las nuevas tecnologías de
la información. La estacionalidad, el desarrollo de nuevos productos y destinos competidores, los
efectos sobre los precios, las características de la estructura de costes o el ciclo de vida de los desti-
nos, son algunos de los rasgos definitorios del comportamiento de los mercados turísticos. Todos
estos condicionantes han tenido como consecuencia la aparición de nuevas tendencias tanto en tanto
en la oferta, como en la demanda y la comercialización. Las empresas que mejor sepan adaptarse a
estas nuevas circunstancias serán las que sobrevivan o triunfen en este entorno tan cambiante.
CAPÍTULO 2
LA CUENTA SATÉLITE DEL TURISMO
2.1 INTRODUCCIÓN
La Cuenta Satélite del Turismo (CST) constituye una estructura contable articulada y coherente
que permite analizar de forma completa la importancia económica del turismo en un país o región,
tanto desde una perspectiva de demanda como de oferta. El Sistema de Cuentas Nacionales, apro-
bado por Naciones Unidas y Eurostat y empleado en la mayor parte de los países del mundo para
la presentación de información macroeconómica, no identifica al turismo como una actividad dife-
renciada. Sí se incluyen actividades como los hoteles, los restaurantes o el transporte que, como
es sabido, no prestan servicios solamente a turistas. Así, hasta 2001 no ha existido una metodolo-
gía coherente y aceptada internacionalmente para medir la aportación del turismo a la economía
de un país o región, a pesar de que se percibe una creciente necesidad de información para favo-
recer una toma de decisiones más coherente en aspectos tan estratégicos como cuánta inversión
dedicar al sector, que incentivos establecer, cuáles serán los efectos del aumento de las llegadas o
del establecimiento de un impuesto específico o cuántos empleos dependen de forma directa o
indirecta del turismo.
El concepto de Cuenta Satélite del Turismo hace referencia a que se establece a partir del
núcleo central de la Contabilidad Nacional de un país y a que guarda relación y coherencia con
las definiciones y métodos establecidos en ella. En los documentos metodológicos de la
Contabilidad Nacional se reconoce que hay actividades que por su carácter transversal no se
reflejan de forma adecuada en el Sistema de Cuentas Nacionales, recomendándose en este caso
la elaboración de cuentas satélite. Aparte del turismo, existen otras áreas, para las que se han
elaborado cuentas satélite, como el medio ambiente, la sanidad, la educación, el transporte, la
investigación, etc.
20 Gestión y dirección de empresas turísticas
Uno de los aspectos cruciales de la definición de visitante es la delimitación del entorno habi-
tual, en la medida en que esto determinará cuándo el viajero debe ser considerado en el contexto
de la CST. En las referencias metodológicas de la Cuenta Satélite del Turismo (NN.UU. et al.,
2001) se señala que “el entorno habitual de una persona consiste en los alrededores de su hogar y
de su lugar de trabajo o centro de estudios y los lugares que son visitados frecuentemente”. El
entorno habitual tiene dos dimensiones principales que son la distancia y la frecuencia, es decir,
que formarían parte del entorno habitual aquellos lugares cercanos a la residencia, aunque no sean
visitados con asiduidad, así como aquellos lugares más lejanos, que sean visitados con frecuencia.
La OMT recomienda que cada país defina este concepto en términos estadísticos a partir de varia-
bles como la distancia, la frecuencia o el cambio de localidad, siendo este último el criterio adop-
tado en España por el Instituto de Estudios Turísticos y el Instituto Nacional de Estadística.
Desde el punto de vista del origen geográfico y el destino de los turistas las tres unidades bási-
cas son el turismo interno (domestic tourism), es decir, el que realizan los residentes en un país den-
tro del propio territorio, el turismo receptivo (inbound tourism), formado por los no residentes que
viajan a un país y, por último, el turismo emisor (outbound tourism), formado por los residentes que
se desplazan hacia otros países. Estas categorías de turismo, que normalmente se aplican al ámbito
nacional, pueden también ser aplicadas a otros ámbitos geográficos, como el regional. Combinando
las tras categorías básicas se obtiene como resultado: el turismo interior (internal tourism), que es el
que se realiza en un determinado país y comprende al turismo interno y el receptivo; el turismo
nacional (national tourism), que es el realizado por los residentes en un país, y comprende tanto al
turismo interno como al turismo emisor; y, por último, el turismo internacional (international tou-
rism), resultado de combinar el turismo emisor y el receptor.
Uno de los problemas a la hora de analizar el sector turístico es su delimitación desde la pers-
pectiva de la oferta. Desde el punto de vista de la demanda la situación es mucho más clara,
puesto que el consumo es turístico cuando es realizado por los visitantes. Sin embargo, resulta
mucho más complejo delimitar el contenido de la producción u oferta turística. Para ello, la
solución adoptada por la Organización Mundial del Turismo es el establecimiento de un catálo-
go de productos característicos del turismo que serían “aquellos que en la mayoría de los países
y, en caso de ausencia de visitantes, dejarían de existir en cantidad significativa, o aquellos para
los cuales el nivel de consumo se vería sensiblemente disminuido, y para los que es posible obte-
ner información estadística”. Si bien puede ser fácil realizar una identificación de algunos pro-
ductos turísticos (servicios de alojamiento, transporte, restauración, etc.), no ha sido fácil alcan-
zar un consenso internacional acerca del contenido exacto de dicha lista, que se muestra en el
cuadro 2.1.
Partiendo de los productos característicos del turismo, la OMT define las actividades carac-
terísticas del turismo, que serían aquellas que producen un producto principal que ha sido pre-
viamente identificado como intrínseco del turismo. La OMT considera 12 actividades, cuyo
contenido coincide en gran medida con el de los productos característicos. Esta diferenciación
22 Gestión y dirección de empresas turísticas
entre actividades y productos es importante, puesto que los hoteles, por ejemplo, prestan nor-
malmente servicios tanto de alojamiento como de restauración, siendo necesario estudiar la
oferta turística tanto a partir de las actividades características como de los productos caracterís-
ticos. La cuenta satélite analiza el turismo tanto desde la perspectiva de las actividades como de
los productos turísticos.
1. Servicios de alojamiento.
2. Servicios de provisión de alimentación y bebidas.
3. Servicios de transporte de pasajeros.
4. Agencia de viajes, tour operadores y guías de turismo.
5. Servicios culturales.
6. Servicios recreativos y otros servicios de esparcimiento.
7. Servicios turísticos diversos.
Dado que las actividades y productos característicos del turismo se orientan a la demanda tanto
de los turistas como de no turistas, es fundamental conocer las ratios turísticas por productos y
actividades, es decir el porcentaje de las ventas que se dirigen a los turistas. Las ratios turísticas
de las actividades características en España oscilan entre casi el 100% para las agencias de viajes
y menos del 10% para las actividades recreativas, culturales y deportivas. Algunas ramas relevan-
tes en el consumo de los turistas, como los hoteles o el transporte aéreo, tienen ratios muy eleva-
das, mientras que otras ramas, como los restaurantes, tienen ratios relativamente bajas (31,9% en
este caso), debido a que su producción no solamente satisface consumo de los turistas sino tam-
bién, en gran medida, consumo no turístico.
Gráfico 2.1 Ratios turísticas de algunas ramas de actividad en España. Año 2000
Enfoque
de análisis de
Visitantes A B C D la demanda turís-
tica
Demanda no
No visitantes E F G H
turística
El análisis del turismo desde una perspectiva de demanda obliga a diferenciar los impactos
directos e indirectos sobre la producción, el valor añadido, etc. El impacto directo del turismo
sobre la producción sería el valor de las ventas que se realizan directamente a los turistas, mien-
tras que el impacto indirecto consistiría en la producción necesaria para obtener dichos productos,
es decir, sería la suma de las compras que tienen lugar a lo largo de la cadena de valor del produc-
to. La obtención de los impactos indirectos, a partir del modelo input-output de demanda, ha sido
característica en la tablas input output de los países desarrollados como Estados Unidos, España o
Nueva Zelanda, aunque no es el método explícitamente recomendado por metodología consensua-
da internacionalmente (NN.UU. et al., 2001).
La Cuenta Satélite del Turismo se estructura a partir de una serie de tablas. La OMT recomienda 10
tablas que incluyan el consumo turístico (receptor, emisor, interno e interior); la oferta turística; la con-
frontación entre la oferta y la demanda turística; el empleo turístico; la inversión; el consumo turístico
de las Administraciones públicas; y por último, se establece la posibilidad de incluir tablas con indica-
dores no monetarios. Sin embargo, luego cada país ha adaptado esta estructura a sus necesidades.
Consumo turístico interno. Es el realizado por los visitantes residentes en su propio país.
Como aclaración conviene señalar que el destino final del visitante podría encontrarse en otros
países, pero la actividad de consumo tiene lugar en el propio país. Así, por ejemplo, el consumo
de un residente en un país de los servicios de una agencia de viajes u operador turístico residente
en el país para realizar un viaje al extranjero se valoraría de la siguiente manera. El valor neto del
servicio de la agencia u operador turístico correspondería a consumo turístico interno, el valor del
resto de servicios adquiridos en el propio país pero producidos en el exterior (por ejemplo, aloja-
miento en destino) correspondería a consumo turístico emisor.
La cuenta satélite del turismo 25
rectamente por la demanda turística. Para la obtención de este último hace falta trabajar con
supuestos ad hoc acerca de la tecnología que pueden alterar los resultados obtenidos y limitar las
comparaciones internacionales. El número de empleados según uno u otro indicador puede ser
similar, aunque cada uno está reflejando una realidad diferente.
Valor añadido turístico (VAT). El valor añadido turístico se define como el valor añadido
generado por las industrias turísticas y otras industrias en respuesta al consumo turístico interior.
Valor añadido de las industrias turísticas (VAIT). El valor añadido de las industrias turísticas
corresponde al valor añadido por aquellas actividades que han sido identificadas como característi-
cas del turismo. Puede corresponder a servicios prestados tanto a visitantes como a no visitantes.
Producto interior bruto turístico (PIB turístico). El PIB turístico es un indicador similar al
VAT. La única diferencia entre ambos es que el VAT está valorado a precios básicos y el PIB turís-
tico a precios de mercado. Sería igual a la suma del valor añadido (a precios básicos) generado de
forma directa o indirecta por todas las industrias en respuesta al consumo turístico interior, y el
importe de los impuestos netos sobre los productos turísticos.
• Definiciones y coherencia: la Cuenta Satélite del Turismo ofrece un conjunto de definiciones, cla-
sificaciones y tablas consensuadas internacionalmente, lo que evita la discrecionalidad en las esti-
maciones sobre la contribución económica del turismo. Disponer de una metodología coherente y
homogénea permite comparar, por ejemplo, el PIB turístico y el PIB total de un país o región (véase
gráfico 2.3 más adelante), así como realizar comparaciones internacionales o interregionales.
La cuenta satélite del turismo 27
de cuadros generales, en el que se reúnen a modo de síntesis las series históricas de los princi-
pales indicadores turísticos; los bloques segundo y tercero incluyen a la demanda y la oferta
turísticas; el bloque cuarto contiene los cuadros de contraste entre oferta y demanda; por últi-
mo, el quinto bloque comprende información complementaria, teniendo su contenido un carác-
ter abierto.
El análisis de la CST de España permite comprobar que a mediados de los noventa el creci-
miento real del PIB turístico de España superaba en más de dos puntos al del conjunto de la eco-
nomía. Dicha situación fue experimentando un profundo cambio, de modo que a partir de 2000
el crecimiento turístico se ha situado por debajo del crecimiento agregado. Hay que destacar la
cifra de 2002, año en el que el turismo registra un decrecimiento del 1,8%.
Gráfico 2.4 Distribución del Consumo Turístico Interior. Millones de euros. 2001
Gráfico 2.5 Distribución del Consumo Turístico Interior por productos. 2001
Gráfico 2.6 Producción de las ramas características del turismo. Millones de euros. Año 2000
Gráfico 2.7 Composición del consumo intermedio de diversas actividades características. Año 2000
Gráfico 2.8 Empleo en las actividades características del turismo. Año 2000. Miles
Quizás el aspecto más interesante de la Cuenta Satélite del Turismo es la posibilidad de con-
frontar oferta y demanda turística. En el cuadro 2.5. se ofrecen datos sobre la producción, en millo-
nes de euros, de las actividades características y no características del turismo, en función de si sus
ventas se dirigen a turistas y no turistas.
La cuenta satélite del turismo 31
Figura 2.3 Confrontación de la oferta y la demanda turística. España 2000. Millones de euros
2.7 RESUMEN
La Cuenta Satélite del Turismo es el instrumento consensuado internacionalmente a fin de medir
la contribución del turismo a la economía de un país. El turismo es una actividad transversal que
no está claramente identificada en la Contabilidad Nacional y que requiere de instrumentos espe-
cíficos para su medición. El turismo se debe analizar con una doble perspectiva. Desde una pers-
pectiva de oferta el estudio del turismo supone analizar los productos y actividades característicos.
La perspectiva de demanda parte, por el contrario, del consumo realizado por los visitantes.
La CST permite obtener información sobre variables muy relevantes, como el consumo turís-
tico de residentes y no residentes, la contribución del turismo al PIB, el empleo en el turismo, la
inversión turística, el gasto público, etc. Estos indicadores se obtienen a través de una metodolo-
gía rigurosa y coherente que nos permite realizar comparaciones internacionales y entender mejor
el funcionamiento de esta actividad.
SEGUNDA PARTE
DIRECCIÓN DE EMPRESAS,
DIRECCIÓN ESTRATÉGICA
CAPÍTULO 3
LA EMPRESA Y EL EMPRESARIO
EN EL SECTOR TURÍSTICO
3.1 INTRODUCCIÓN
La empresa turística es, al igual que cualquier otra empresa, una unidad económica y social confor-
mada y organizada por un grupo de personas para el logro de objetivos individuales y colectivos. Esta
sencilla definición esconde una complejidad empresarial que surge de las interacciones que se pro-
La empresa y el empresario en el sector turístico 35
ducen entre los distintos elementos de la empresa entre sí y de ellos con el entorno. En este capítu-
lo, se pretende una aproximación a la realidad que supone la empresa turística a través de los plan-
teamientos actuales de la empresa como sistema y como organización. Conocer mejor la empresa
turística significa responder a preguntas sobre por qué existe, para qué existe, qué elementos la com-
ponen, cómo se puede clasificar, y qué distingue una empresa turística de otra cualquiera.
A la hora de estudiar la empresa, hay que prestar especial atención a la figura del empresario
y las funciones que cumple. El empresario es la figura que impulsa la empresa, el que tiene la
visión de futuro, el que introduce la innovación, el que asume el riesgo y tiene la responsabilidad
de organizar la producción, y toma para ello decisiones. El empresario debe ser, además, el líder
que fija los valores que ostenta la empresa, que influyen en la cultura y en la ética corporativas.
MEDIO MEDIO
AMBIENTE AMBIENTE
definida como un sistema ya que está conformada por un conjunto de elementos que se interrela-
cionan de forma directa o indirecta para la consecución de unos objetivos. Esta finalidad es la
obtención de unos outputs que son el resultado de un proceso de transformación de unos inputs o
entradas. Muchos de los elementos proceden del medio y llegan a la empresa para su utilización o
transformación (inputs) y otros elementos son el resultado del trabajo de la empresa y se aportan
a su medio.
La empresa es un sistema abierto, ya que actúa en un determinado medio ambiente o entorno
con el que intercambia sus inputs y outputs, y que, por tanto, le influye y sobre el que influye.
Para facilitar y asegurar la consecución de sus objetivos la empresa diseña unos sistemas organi-
zativos y técnicos. Para adaptarse a los cambios internos y externos que se producen, así como,
para corregir posibles desviaciones, la empresa lleva a cabo un control, que comporta un continuo
proceso de aprendizaje y de mejora. Finalmente, cabe destacar que la empresa es un sistema arti-
ficial, ya que es el resultado de una idea y visión del empresario que planifica, organiza, dirige y
controla los elementos para el logro de los objetivos.
Asentando las bases en los enfoque teóricos expuestos, se puede definir la empresa como una
unidad económica y social, conformada por un conjunto de factores y elementos humanos, técni-
cos y financieros que, combinados y ordenados según cierta estructura organizativa, tiene como
función abastecer a la sociedad de productos y servicios, que persigue distintos objetivos depen-
diendo de cada empresa, y que dirige una función directiva o empresario.
– Humanos. Este grupo está integrado por los propietarios del capital o socios, los adminis-
tradores o directivos, y los trabajadores o empleados. De entre los dos primeros subgrupos
surge la figura del empresario.
– Materiales o bienes. Son recursos que constituyen el patrimonio de la empresa y se pueden
dividir según su vinculación al ciclo productivo, en bienes duraderos (por ejemplo, edificios,
terrenos, maquinaria, etc.) y bienes no duraderos (por ejemplo, energía, materiales, etc.).
– Inmateriales o no tangibles. Son elementos que por su propia naturaleza son difíciles de
identificar y por tanto de enumerar y evaluar, pero que añaden un importante valor estraté-
gico a la empresa. Ejemplos de estos elementos son la organización, los objetivos y estrate-
gias que persigue la empresa, la imagen pública y relaciones exteriores, el know-how y el
conocimiento organizativo, y la cultura de la empresa.
– La función de anticipo o descuento. La empresa adelanta unas rentas a los factores de pro-
ducción antes de que se materialice el resultado del proceso productivo. Por ejemplo, paga
salarios, materias primas, etc., antes de obtener los ingresos por venta de los productos que
genera.
– La función de organización y dirección del proceso de producción.
– La función de asunción del riesgo de la actividad económica. Este riesgo se deriva de las dos
funciones anteriores.
– La función social. La empresa contribuye con su actividad al progreso, desarrollo y mejora
del bienestar de toda la sociedad.
reflejada en el cuadro 3.1. Por encima de los parámetros de la mediana empresa se sitúa la
gran empresa.
Empresario individual
PERSONAS FÍSICAS Comunidad de bienes
Sociedad civil
Sociedad colectiva
Sociedad de responsabilidad limitada
Sociedades Sociedad limitada nueva empresa
Mercantiles Sociedad anónima
Sociedad comanditaria por acciones
Sociedad comanditaria simple
PERSONAS JURÍDICAS
Sociedad laboral
Sociedad cooperativa
Sociedades Sociedad de garantía recíproca
Mercantiles
Entidades de capital-riesgo
Especiales
Agrupación de interés económico
Sociedad de inversión mobiliaria
Fuente: http://www.ipyme.org/index.htm
40 Gestión y dirección de empresas turísticas
d) Atendiendo al sector al que pertenecen, las empresas pueden ubicarse dentro del sector
primario, secundario o terciario.
Teniendo en cuenta la definición de empresa turística expuesta con anterioridad, no se la puede
enmarcar en un tipo concreto de proceso productivo, por lo que pueden existir empresas turís-
ticas que pertenezcan al sector primario (por ejemplo, empresas de artesanía para turistas) y al
secundario (por ejemplo, imprentas especializadas en folletos turísticos). Sin embargo, existe
un consenso generalizado a la hora de integrarla en el sector terciario, en la rama productiva
de los servicios.
La definición más restrictiva de empresas turísticas, las delimitaba como “empresas que tie-
nen como objeto la prestación de un servicio turístico de alojamiento, restauración, transporte,
mediación u ocio complementario”. Camisón (1996), clasifica las empresas integrantes en el sis-
tema empresarial turístico en (ver figura 3.3):
e) Atendiendo a las salidas del proceso de producción o transformación, las empresas turís-
ticas pueden clasificarse en productoras de bienes o productos físicos, y en productoras de
servicios, grupo al que pertenece una gran mayoría.
La empresa y el empresario en el sector turístico 41
f) Atendiendo a la relación que tienen con el cliente o consumidor final, las empresas turísti-
cas pueden clasificarse en aquellas que mantienen una relación directa, que son aquellas empre-
sas cuyos bienes y servicios son adquiridos o contratados directamente por el cliente; y de rela-
ción indirecta, que son aquellas que producen para otras empresas que posteriormente trasladan
el bien o servicio al cliente final.
g) Atendiendo al grado de integración, se puede distinguir entre:
– Empresas individuales.
– Cadenas, que son agrupaciones de empresas turísticas, ligadas entre sí por contratos de
arrendamiento, de management o de franquicia, como por ejemplo, hoteles, restaurantes,
agencias de viajes, etc.
– Grupos empresariales, que están constituidos por varias empresas con personalidad jurí-
dica distinta, pero que tienen una dependencia en la propiedad unas de otras, como por
ejemplo el grupo Globalia Corporación Empresarial que reúne a Air Europa, Halcón
Viajes, Viajes Ecuador, Travelplán, Globalia Hoteles, Pepecar.com, etc.
– Empresas asociadas, que son agrupaciones de empresas independientes que se asocian
para conseguir unos objetivos concretos que no podrían alcanzar eficaz y eficientemente
de forma individualizada.
1La visión empresarial puede definirse como una fuerte convicción, una idea clara que posee el empresario sobre el posi-
ble y deseado estado futuro de la empresa, sobre la más adecuada línea de actuación de la misma.
42 Gestión y dirección de empresas turísticas
– Teoría del empresario como agente organizador: esta perspectiva se centra en el papel del
empresario que organiza la actividad productiva, coordina, combina, planifica y dirige los
factores para obtener productos que venderá en el mercado.
– Teoría del empresario riesgo: F.H. Knight propone que el empresario es el agente econó-
mico que inicia una actividad asumiendo un riesgo, ya que contrata los factores productivos
a unos precios antes de conocer el resultado de la actividad económica emprendida. Su bene-
ficio, de carácter residual e incierto, se justifica por asumir esa incertidumbre.
– Teoría del empresario innovador: J. Shumpeter (1963) hace descansar en la innovación y
en el empresario innovador que la lleva a cabo, el mayor peso del desarrollo económico. Una
función básica de todo empresario consiste en la búsqueda de ganancias extraordinarias, y
éstas pueden provenir exclusivamente de la innovación. El empresario es un soñador y visio-
nario, que rompe con el status quo. La necesidad de innovar le lleva a seguir atentamente la
evolución de las oportunidades técnicas que genera el potencial científico y, en algunos
casos, a desarrollar directamente las nuevas tecnologías.
– Teoría del empresario control o tomador de decisiones: desde esta perspectiva, defendida
principalmente por H.A. Simon, se subraya la labor del empresario como agente que toma
las decisiones necesarias para cumplir los objetivos empresariales, cumpliendo con ello la
función de dirección.
– Teoría del empresario líder: fundamentado en trabajos desarrollados principalmente por W.
Bennis y E.H. Schein, el empresario es ante todo el que tiene la visión, crea y busca nuevos
caminos, motiva e integra al grupo humano dentro de la organización, impulsa el cambio y
desarrolla una cultura para lograr con éxito los objetivos.
2. Es la persona que tiene la visión del futuro de la empresa. El empresario turístico debe plan-
tearse cuál es el escenario en el que espera se encuentre su empresa en el plazo de varios
años. Tener una visión clarifica la formulación de objetivos y estrategias.
3. Despliega su capacidad de liderazgo. La empresa turística es intensiva en el uso de recur-
sos humanos y ofrece principalmente servicios que se basan en la interacción cliente-
empleado, y que son difícilmente controlables a través de la normalización o supervisión
directa. Para que el resultado sea satisfactorio para ambos, el empresario debe desplegar
su capacidad de liderazgo, que motive e integre al personal en los objetivos de la empre-
sa. Para todo ello, el empresario debe ser un buen comunicador, impartiendo, escuchan-
do o intercambiando información, ideas o sentimientos tanto con su personal como con
sus clientes.
4. Realiza una actividad organizada determinando los objetivos, planes y metas de la
empresa. Sin infravalorar a la intuición como elemento valioso en el planteamiento
estratégico y en la toma de decisiones, el empresario turístico necesita de un conoci-
miento especializado sobre los sistemas e instrumentos de gestión esenciales para alcan-
zar con mayor eficiencia y eficacia sus objetivos. A través de una planificación estraté-
gica, el empresario ordenará los recursos organizativos, tecnológicos, financieros, ope-
rativos, etc., necesarios para alcanzar de forma eficaz y eficiente estos objetivos. El
empresario turístico debe mantener una actitud estratégica proactiva, adelantándose a
ser posible a las oportunidades y amenazas del mercado; o tener, al menos, una capaci-
dad rápida de reacción y respuesta.
5. Asume los riesgos y consecuencias del negocio. Rufín (2002:16), especifica que el empre-
sario asume tres tipos de riesgos:
a) Interpretar los deseos del consumidor y, en consecuencia, decidir qué producir con la espe-
ranza de que sea posteriormente demandado y adquirido por el mercado.
b) Decidir cuánto ha de producir, de forma que no incurra en un exceso de oferta. Si pro-
duce por encima de la demanda incurrirá con ello en pérdidas, especialmente si se trata
de un servicio turístico que no es almacenable. Si ha errado por defecto, produciendo por
debajo de lo que el consumidor demanda, el empresario debe considerar que ha incurri-
do en una pérdida equivalente al valor de lo que ha dejado de ganar.
c) Decidir el precio del producto, teniendo en cuenta no sólo sus costes y el margen de
beneficios, sino que se ajuste al valor percibido y a las expectativas formuladas por el
consumidor para dicho producto.
6. Para hacer frente a la alta competitividad dentro del sector, a la amenaza de productos sus-
titutos y a la variabilidad en el gusto de los clientes, el empresario turístico debe desarro-
llar la creatividad y la innovación. Debe tener en cuenta que la calidad de un servicio turís-
tico no está en cumplir las expectativas del turista, algo que éste considera natural e implí-
cito en el precio abonado, sino en sobrepasarlas, en sorprenderle gratamente.
7. Debe saber entender y gestionar la diversidad, no sólo de su personal sino también de sus
clientes. El empresario turístico debe dirigir a personas que presentan diferencias en tér-
minos de cultura, edad, sexo, nacionalidad, capacidades, estilo de vida, raza, etc. Además,
la empresa turística actúa con frecuencia en diferentes partes del mundo (por ejemplo, una
cadena hotelera que tenga hoteles en el Caribe, España, Estados Unidos y Rumania), por
lo que la administración de esta diversidad implica reconocer qué características comunes
presentan o son necesarias de este grupo de empleados, así como, saber utilizar las diferen-
cias en beneficio de la empresa (Bateman y Snell, 2001: 394).
8. Debe tener capacidad de delegar y de aprender.
9. Debe tener capacidad negociadora y de resolución de conflictos (flexibilidad y aptitud para
gestionar el cambio).
44 Gestión y dirección de empresas turísticas
Figura 3.3 Diversificación de la cartera de una cadena hotelera por régimen de explotación
(% de habitaciones).
partidas de forma consciente o inconsciente, sobre cómo se hacen las cosas en una organización,
y que está en la base de su comportamiento y de su toma de decisiones.
Este patrón es creado y aprendido al enfrentarse los miembros de una organización con proble-
mas internos y externos, y es enseñado a los nuevos miembros como la forma correcta de perci-
bir, pensar y sentir en relación a estos problemas (Daft y Noe, 2001:587). Por ejemplo, Starbucks
Coffee Company, que ha experimentado un espectacular crecimiento en la última década con una
presencia de más de 2.500 establecimientos en todo el mundo, contempla la cultura como un fac-
tor crítico de su éxito. La empresa tiene como paradigma que “la forma en que tratamos a nuestro
personal influye en la forma en que éste trata a nuestros clientes, y, a su vez, en nuestro éxito,
incluido el rendimiento financiero”. Esta creencia ha conducido a la empresa a un número de polí-
ticas en relación a sus recursos humanos que están diseñadas para impulsar la percepción del per-
sonal de que son de valor para la empresa.
La cultura corporativa está en primer lugar ligada a la figura del fundador de la empresa, y son
sus valores, creencias, experiencias y comportamientos los que inician su configuración. A lo
largo del tiempo, la cultura se enriquece y termina siendo el resultado de la integración de varias
culturas que pueden ser:
– Culturas o subculturas internas: son las aportaciones de los distintos grupos dentro de la
empresa como son empresario, directivos, personal. Las subculturas son como micro cultu-
ras dentro de una organización que se desarrollan para reflejar los problemas, objetivos y
experiencias comunes que comparten los miembros de un equipo, departamento u otro tipo
de unidad organizativa. Por ejemplo, las personas que conforman un departamento de mar-
keting emplean un lenguaje, tienen unos conocimientos, experiencias y objetivos diferentes
que las que integran una unidad de planta, dentro de un hotel.
– Culturas externas: aportaciones (sociales, culturales, económicas, etc.) que proceden del
entorno en el que se ubica la empresa.
Valores
Ritos
y Creencias
ceremonias
Componentes
de la
cultura
Historias
y Normas
leyendas
Héroes
y
villanos
– Los valores, creencias y normas. Los valores son expresiones de lo que la organización cree
que es bueno/malo. Las creencias implican puntos de vista específicos sobre estos temas y
están basadas en relaciones causa-efecto y están abiertas al debate. Las normas son la mani-
festación a través del comportamiento de los valores y creencias.
– Ritos y ceremonias. Son actividades o rituales organizados y planificados para resaltar un
acontecimiento especial y son llevadas a cabo con frecuencia para beneficio de una audien-
cia. La dirección a través de estas ceremonias puede proyectar los valores de la empresa.
– Leyendas, historias, héroes y villanos. Todas las organizaciones tienen historias que son repeti-
das con frecuencia y compartidas por los empleados. Estas historias se cuentan a los nuevos
empleados para mantener vivos los valores esenciales. Muchas de estas historias tienen como
protagonistas a héroes que sirven de modelo o ideal con respecto a las normas y valores de la
empresa. También existe la figura del villano como modelo a no seguir y comportamiento a evi-
tar. Algunas de estas historias adquieren la consideración de leyendas a través del tiempo.
– Símbolos. Son un importante instrumento para interpretar y transmitir la cultura. Un símbo-
lo es una representación de algo. En cierto sentido, los ritos y ceremonias son símbolos que
representan valores más profundos de la organización. Pero existen también símbolos físicos
y éstos son poderosos porque enfocan la atención en un asunto específico y su significado.
En otros aspectos, la cultura se hace menos obvia pero aún más poderosa, determinando el
comportamiento y las interacciones, los estilos de dirección y las actitudes frente al riesgo, al cam-
bio, y a la hora de tomar decisiones. En un segundo nivel de profundidad están los valores, creen-
48 Gestión y dirección de empresas turísticas
cias y normas, que rigen el comportamiento, que aunque no son visibles para los miembros de una
organización, éstos sí son conscientes de ellos, y pueden ser deducidos por cómo las personas
explican y justifican lo que hacen. Por ejemplo, los valores compartidos en una empresa turística
pueden estar relacionados con la importancia que la organización concede a aspectos como la cali-
dad en el servicio, la orientación al cliente, el trato a los empleados, etc.
Finalmente, a un tercer nivel están aquellos valores que se embeben de forma tan profunda que
los miembros de una organización no son conscientes de ellos. Estos son los componentes esen-
ciales de la cultura y son expresión de lo que la organización cree que es bueno o malo.
Una característica fundamental de la cultura corporativa es que proporciona a los miembros de
una organización una imagen integrada de la misma, y de cómo debe y se espera que funcione.
Esto aporta un orientación clara que ayuda a los individuos a definir sus roles y comportamiento
grupal e individual. Desde esta perspectiva, la cultura actúa como un mecanismo de formalización,
al homogeneizar las conductas personales, y como mecanismo de control, reforzando implícita-
mente el sistema de reglas y la configuración del poder. En ambos casos se trata de mecanismos
no formales, pero no por ello menos poderosos.
La cultura corporativa facilita la comunicación, al posibilitar una compleja red de comunica-
ciones informales que permite una transmisión sencilla y directa. Además establece una base para
una toma de decisiones más rápida, al permitir que exista una mayor disposición a la hora de cerrar
acuerdos y compromisos. Una amplia aceptación implica una más rápida implementación de estas
decisiones. En caso de no compartir la cultura o de la existencia de culturas corporativas diferen-
tes (caso de fusiones o adquisiciones de empresas), se puede producir el efecto totalmente contra-
rio, y ser precisamente un factor de fracaso empresarial.
La cultura corporativa se construye muy lentamente, como consecuencia de las respuestas que
la empresa da a lo largo de su existencia a los problemas que se le plantean, tanto de carácter inter-
no como externo. A medida que pasa el tiempo, la cultura se va fortaleciendo, y una vez que ha
tomado fuerza, se resiste al cambio. Por ello, la cultura es un elemento de estabilidad, reduciendo
la ansiedad y aumentando la confianza dentro de una organización. Las personas se aferran a valo-
res y creencias que han alimentado sus carreras y moldeado sus relaciones profesionales. Esto no
quiere decir que la cultura corporativa no cambie, sino que el cambio es lento. Esta tendencia a la
inercia es a su vez la mayor fortaleza y también puede convertirse potencialmente en una fatal
debilidad del fenómeno denominado cultura corporativa.
clientes, accionistas y empleados son valores esenciales de este tipo de cultura, y se aprecian la
iniciativa y el liderazgo en toda la organización.
2 http://www.world-tourism.org/code_ethics/sp.html
50 Gestión y dirección de empresas turísticas
La formulación de un código ético sigue a la formulación de la misión y visión por parte del
empresario o dirección de la empresa. El código debe proveer de creencias y comportamientos
específicos para ser llevados a la práctica a la hora de ofrecer un servicio. El contenido de este
código puede variar, pero debería contener al menos los siguientes elementos básicos:
– Los directivos o líderes como personas con una ética en su comportamiento y actuación.
– Un clima de trabajo que subraye los valores éticos dentro de la organización y de ésta con su
entorno. La ética puede estar influenciada por el ambiente de trabajo de la empresa, la forma
en que se evalúa el rendimiento y se toman las decisiones. Por ejemplo, un control basado
principalmente en evaluar los resultados alcanzados por una unidad organizativa, puede dar
lugar a un comportamiento de “todo vale” con tal de conseguir el objetivo.
– Las acciones necesarias para trazar una ruta de actuación económica y ética, estableciendo
los límites necesarios para no sobrepasar ciertos cauces.
Cuadro 3.3
TUI España publica un código ético para sus empleados y comienza una campaña
de sensibilización social3
TUI España acaba de poner en marcha un plan de responsabilidad social para compaginar beneficios
económicos con valores éticos y filosofía empresarial, cuya primera iniciativa ha sido la publicación de
un código ético para todos sus trabajadores. Según explica el director de recursos humanos y comunica-
ción de TUI España “entendemos que en un momento como el actual debemos hacer público nuestro
compromiso social y mostrar que no sólo estamos para dar resultados económicos; queremos tener un
prestigio social porque es lo que garantiza dichos resultados”.
El primer paso, el código ético, ha sido elaborado por un equipo de 35 directivos de la compañía,
está siendo difundido entre los 1.600 empleados de TUI España desde hace quince días, y según decla-
ró el director a Hosteltur “ha tenido una acogida muy positiva”. El objetivo de este reglamento es “inver-
tir en la formación y el desarrollo de los empleados, orientarlos para evitar conflictos de intereses y otras
cuestiones”. Según señala el director “en TUI España damos más importancia a las actitudes y compor-
tamiento de los empleados que estrictamente a su formación, porque es un elemento básico, sobre todo
en quien dirige a un equipo”. El código ético constituye además un manual unificador para los emplea-
dos porque “ante la dispersión geográfica y de unidades operativas de negocio de una empresa tan gran-
de, es relevante que exista un modelo TUI”.
El código toca temas como la relación con clientes, proveedores y compañeros de trabajo; pagos desho-
nestos; estándares contables; confidencialidad; uso de los bienes de la empresa; calidad del servicio; políti-
cas de recursos humanos y riesgos laborales; política medioambiental y responsabilidades de los directivos
“con el deseo de que haya cohesión y coherencia como empresa y de que nuestra actuación sea igual en
Canarias, Madrid o Sevilla”. En este sentido, el director de recursos humanos de TUI España valora el hecho
de que “el 60% de la plantilla de TUI España es de nacionalidad extranjera, y cada empleado tiene unos
esquemas determinados por lo cual es necesario armonizar la forma de actuar y que la diversidad sea un fac-
tor positivo en nuestra organización”. El código ha sido concebido como “un instrumento vivo”, como
demuestra el hecho de que “será sometido a debate en cada centro de trabajo y se introducirán en él las ini-
ciativas de los empleados”.
Entre los valores que TUI España desea promover mediante el código están la innovación, la flexi-
bilidad, la participación, la igualdad de oportunidades y el compromiso, tal como señala el director gene-
ral de la empresa, en la carta de presentación del mismo “queremos que todos se sientan llamados a pro-
poner nuevas metas alcanzables y a contribuir a la consecución de metas comunes, dado que el creci-
miento de la organización y su posicionamiento futuro dependen de nuestra capacidad de armonizar los
distintos intereses que entran en juego en nuestra función empresarial”. El director de recursos huma-
nos y comunicación de TUI España explicó a Hosteltur otras acciones que forman parte del plan de res-
ponsabilidad social emprendido por la filial española del grupo TUI como “la colaboración con Amadip-
Esment, uno de nuestros proveedores preferentes de material y que es una compañía que promueve la
integración de personas con disminución psíquica; o con Santa María Sense Fronteres, una ONG que
apoya la conservación del Amazonas”. Las medidas sociales de TUI España pretenden también “gene-
rar una sensibilidad entre nuestros empleados, con la potenciación de las campañas de donación de san-
gre o las de solidaridad con República Dominicana”.
(Susana López Lamata/HOSTELTUR) (susana@hosteltur.com)
Artículo publicado con el mismo título por HostelTur el día 04.06.2004.
Nota: Se han omitido los nombres de los directivos de TUI entrevistados en el artículo.
resultado de una mayor complejidad y segmentación de la demanda turística; de una mayor flexi-
bilidad de la oferta, distribución y consumo; y de la búsqueda de nuevas fuentes de rentabilidad
del sector. Los empresarios turísticos han entendido que la innovación se está convirtiendo en el
elemento clave para sobrevivir y competir en un entorno tan dinámico.
Por su parte, P. Drucker declara que “el saber es hoy el único recurso significativo”. El cono-
cimiento es la capacidad de las personas para interpretar, entender y utilizar la información.
Requiere de las personas el aplicar intuición, inteligencia, habilidad y experiencias propias a la
información. Para Nonaka y Takeuchi (1995) “en una economía donde la única certeza es la incer-
tidumbre, la única fuente segura de ventaja competitiva es el conocimiento”. En el entorno actual,
que se caracteriza por la velocidad a la que se producen los cambios; la facilidad de acceso a la
información; la innovación y la continua evolución de productos, mercados, competencia; la glo-
balización; y el espectacular desarrollo de las tecnologías de información y comunicación, los vie-
jos esquemas de producción no sirven ya. Aprender más rápido que los competidores puede ser la
única fuente de ventaja competitiva sostenible en el tiempo.
Por todo ello, la empresa debe convertirse en una organización que aprende, una plataforma
que facilite la innovación y la expansión del conocimiento organizativo. Las respuestas son el dise-
ño de organizaciones inteligentes, la creación de alianzas de joint-ventures para PYMEs, el dise-
ño de sistemas de gestión del conocimiento, etc.
El reto al que tiene que hacer frente la empresa, es encontrar una nueva forma de gestión que per-
mita hacer frente a su necesidad de desarrollo y adaptación continuo para alcanzar un éxito sosteni-
do en un entorno en el que el conocimiento se configura como variable clave. Se trata de lograr en
la empresa nuevas formas de ser y trabajar que permitan ampliar su capacidad de crear, generar y
adquirir conocimiento; manejar, transformar, transmitir y utilizar apropiadamente ese conocimiento.
Para ello, la empresa tiene que contar con unas personas dispuestas a un aprendizaje continuo.
3.9 RESUMEN
La empresa turística es una unidad económica y social que combinando unos recursos ofrece unos
productos o servicios de valor para el turista. En este capítulo se ha analizado esta empresa desde
la perspectiva de la función que cumple, de los elementos que la constituyen y de la tipología en
la que puede ser clasificada. La actividad empresarial es impulsada, dirigida, coordinada y dirigi-
da por el empresario, que es quien asume el riesgo de la actividad, tiene la visión global de la
empresa, impulsa la innovación y el cambio necesarios para permanecer competitiva y le imbuye
de sus valores desarrollando la cultura empresarial. La empresa turística tiene unas características
especiales al ofertar principalmente productos y servicios para el ocio de la sociedad. La impor-
tancia que ha adquirido la actividad turística a nivel mundial hace necesario una mayor profesio-
nalidad en la gestión de estas empresas, que han ganado en complejidad al ampliarse e internacio-
nalizarse su campo de actividad.
CAPÍTULO 4
EL ENTORNO DE LA EMPRESA
TURÍSTICA
4.1 INTRODUCCIÓN
La empresa, como sistema abierto, actúa en un entorno que le influye y sobre el que influye. Esta
interacción e interdependencia, y las implicaciones que de ellas se derivan para el rendimiento de
las empresas son importantes temas de estudio en la literatura organizativa y estratégica. El entor-
no, está constituido por aquellos elementos externos a la empresa que le afectan, que interactúan
con ella, y que pueden ser afectados por la misma. Su influencia se refleja en la estructura, obje-
tivos, tecnología, estrategias y poder de la empresa, y es la explicación a numerosos fenómenos
54 Gestión y dirección de empresas turísticas
Figura 4.1
De acuerdo con estas características el cuadro 4.1 reúne los tres modelos de entorno en que
pueden agruparse estas dimensiones.
56 Gestión y dirección de empresas turísticas
4.2.2.2 La incertidumbre
La incertidumbre empresarial, es un concepto que suele ser resultado de la falta de la información
necesaria para tomar decisiones, o de errores cometidos en la percepción e interpretación de la
información que se posee. Milliken (1987:136), que define la incertidumbre como la “incapacidad
de percepción de un individuo para predecir de forma correcta”, distingue que esta incertidumbre
se produce porque faltan conocimientos sobre los futuros eventos y desarrollos del entorno, sobre
el impacto que éstos tendrán en la empresa, sobre las medidas a tomar frente a ellos, así como,
sobre los resultados de estas medidas. Por lo tanto, la incertidumbre estará, por un lado en función
de la complejidad y dinamismo del entorno en que se mueva la empresa, pero también dependerá
de las capacidades de los directivos a la hora de interpretar dicho entorno de forma correcta y de
aplicar las medidas necesarias.
El estudio de la incertidumbre ha ocupado a numerosos autores, y su impacto sobre la estra-
tegia, estructura y resultados organizativos está en discusión. Desde una perspectiva contingen-
te, la reducción de la incertidumbre del entorno ha sido una función principal de la organiza-
ción, y está relacionada con la complejidad de las organizaciones, con la esencia del proceso
administrativo, con la necesidad de diferenciación e integración dentro de las organizaciones,
y/o con el procesamiento de información. Sólo las organizaciones que sean capaces de adaptar-
se con rapidez y flexibilidad a las condiciones de incertidumbre del entorno podrán sobrevivir.
Por otro lado, están aquellos autores que orientan el estudio de la incertidumbre a través de fases
de percepción, interpretación y aprendizaje del entorno para alcanzar una conclusión sobre su
significado.
afluencia de turistas a ese destino, sino que atraerá a las empresas y visitantes que pierden las
zonas con inestabilidad. Por ejemplo, la Guerra del Golfo en 1991, la guerra civil en la anti-
gua Yugoslavia en la década de los 90, los ataques terroristas del 11-S en Estados Unidos, el
síndrome respiratorio agudo severo (SRAS) en la zona del Pacífico asiático, etc., tuvieron un
impacto en el turismo dentro y fuera de esos países.
Factores Factores
geográficos económicos
Clientes
Competidores
Competidores
potenciales
EMPRESA Factores
Factores socio-culturales
político-legales
Productos Proveedores
sustitutos
Factores Factores
medio- tecnológicos
ambientales
e) El marco socio-cultural: está formado por aquellos elementos que hacen referencia a la socie-
dad en la que opera la empresa y también la de sus consumidores. La empresa turística, debe
conocer no sólo elementos socio-culturales como los factores demográficos y sus tendencias,
nivel educativo, valores culturales, estilos de vida, gustos, comportamientos, etc., del entorno
más inmediato en el que está localizada, sino también aquellos que corresponden a sus clien-
tes y que influyen en la consecución de sus objetivos y rendimientos. Además, es importante
tener en cuenta que el éxito de cualquier proyecto turístico se ve amenazado si es planificado
y llevado a cabo sin el reconocimiento y apoyo de la población local. La actividad turística
requiere de la hospitalidad de los residentes locales. Una actitud de disgusto, desconfianza o
apatía de la población receptora con respecto a la actividad turística, terminan siendo percibi-
das por los visitantes y tendrá como resultado que se abstengan de visitar lugares donde no se
sienten bienvenidos. Por lo tanto, comprender la reacción local y los factores que influyen en
estas actitudes es esencial para lograr el objetivo de un apoyo favorable al desarrollo turístico.
f) El marco medioambiental: el medioambiente ha adquirido cada vez más importancia para
el mundo empresarial turístico, no sólo por la presión de la población local, de consumido-
res y de ecologistas que han tenido como consecuencia una posterior regulación en esta
materia, sino por el encarecimiento de recursos necesarios para el desarrollo de la activi-
dad productiva y por el ahorro en costes que puede suponer una acertada gestión medioam-
biental en la empresa. Cumplir con determinados estándares medioambientales, no sólo los
exigidos legislativamente, se ha convertido en un importante instrumento de diferenciación
y calidad de cara a los clientes, y de legitimación de cara a la sociedad local y general.
El entorno de la empresa turística 59
Con frecuencia, se afirma que la capacidad de influencia de la empresa turística de forma indi-
vidual sobre estos elementos es bastante limitada. Sin embargo, la actividad de este sector en su
conjunto sí tiene unas importantes consecuencias económicas (empleo, ingresos, impuestos, infla-
ción, gasto público, etc.), socio-culturales (impulso a la artesanía y el folclore, incremento de acti-
vidades culturales, intercambio cultural, aumento de la delincuencia, cambios en la cultura tradi-
cional, etc.), y medioambientales (degradación y sobreexplotación de recursos naturales, creación
y conservación de parques naturales, masificación, etc.) tanto favorables como desfavorables sobre
el entorno en el que realiza su actividad (Andereck y otros, 2005). Por ejemplo, de los resultados
presentados por un estudio elaborado por Exceltur1 y el Gobierno de Canarias sobre el impacto
directo e indirecto del sector turístico en la economía y el empleo de las Islas se deriva que la acti-
vidad turística ha generado, durante el año 2003, el 32,6 % del total del PIB en las Islas, y crea el
37,3 % del total del empleo en Canarias.
1 Exceltur. Alianzapara la excelencia turística. Cuenta de Impacto Económico del Turismo Canario. http://www.exceltur.org
2 La diferenciación de un producto implica que éste sea percibido por el consumidor como único, lo que crea una lealtad
al producto o marca y representa una barrera de entrada para un competidor potencial.
3 Reducción de los costos unitarios por incrementos periódicos en los volúmenes de producción.
60 Gestión y dirección de empresas turísticas
Por ejemplo, la existencia en un destino de sol y playa de hoteles con gran capacidad de
alojamiento puede estar motivada por un intento de reducir los costes medios por habita-
ción. Este exceso de oferta puede llevar a actuaciones en precios, negociaciones prefe-
rentes o draconianas con intermediarios turísticos, etc. Finalmente, cabe señalar que la
presencia de altas barreras de salida que impiden un fácil abandono del sector conduce a
una mayor rivalidad de las empresas dentro del mismo.
b) Competidores potenciales: la posibilidad de entrada de nuevos competidores al sector
supone una amenaza para la empresa turística que ya está operando en él. La magnitud de
esta amenaza dependerá de la existencia o no de barreras de entrada al sector. Estas barre-
ras están integradas por determinadas condiciones que impiden o dificultan la penetración
en un sector a nuevas empresas. Algunas de las más relevantes barreras de entrada son i) si
para operar dentro del sector se necesiten alcanzar economías de escala que son difíciles o
costosas de alcanzar para una empresa nueva; ii) si existe diferenciación del producto, lo
que conlleva a que prevalezca una lealtad por parte de los consumidores hacia los produc-
tos de las empresas ya existentes y conocidas; iii) si se aprecia dificultad en el acceso a los
canales de distribución, porque éstos tengan ya acuerdos ventajosos con las empresas turís-
ticas existentes en el sector; iv) si hay accesos favorables a materias primas o a servicios
por parte de las empresas que ya están en el sector; v) si las localizaciones favorables (por
ejemplo, junto a los puntos de mayor atracción para el turista) están ya ocupadas por las
empresas actuales del sector. La cooperación y asociación entre empresas dentro del sector
pueden también significar una amenaza para una empresa que quiere entrar. Por ejemplo,
a pesar de que se ha liberalizado el mercado comunitario del transporte aéreo, las compa-
ñías de bajo coste (CBC) se encontraron, en principio, con importantes barreras de entrada
al sector por la escasez de franjas horarias en los principales aeropuertos, acuerdos venta-
josos con empresas que realizan el handling a las empresas actuales, etc. A pesar de ello,
la aparición de las CBC, que empezaron operando principalmente en aeropuertos secunda-
rios, han significado un importante impacto, acelerando el proceso de reestructuración del
sector aéreo.
c) Clientes: la satisfacción del cliente se ha convertido en uno de los factores críticos a la hora de
maximizar el poder competitivo y la supervivencia de la empresa turística. Dada la compleji-
dad del sector turístico, hay que tener presente que el cliente no siempre es el turista, sino que
puede ser otra empresa de intermediación en el canal de distribución turístico. Por ejemplo, el
cliente de un hotel puede ser un turista, pero también lo es un tour operador o una agencia de
viajes. Porter (1982), expone que la influencia que pueden ejercer los clientes en la empresa va
a depender de su sensibilidad al precio y de su poder relativo de negociación. La sensibilidad
al precio de un comprador será más baja si el producto o servicio que presta la empresa turís-
tica es vital para él, si el producto a adquirir está diferenciado, o si la calidad que presenta el
producto es importante para el comprador. El poder de negociación de un cliente será mayor
si existe una amenaza real de que pueda integrarse en vertical, esto es, que el cliente produzca
el servicio que ahora está adquiriendo a la empresa. Por ejemplo, un tour operador que contra-
ta un número importante de camas con un hotel, puede plantearse la adquisición o gestión pro-
pia de un establecimiento hotelero si las condiciones ofertadas por el hotel no son de su gusto.
El poder del cliente, también será mayor si él significa un cliente importante para la empresa
(por ejemplo, tendrá mayor poder negociador un tour operador que contrata un alto porcenta-
je de las camas de un hotel que un turista individual). La existencia para el comprador de unos
costes altos por cambiar de empresa, puede traducirse en un menor poder frente a ésta a la hora
de negociar (por ejemplo, si el cambiar de hotel significa para el tour operador unos costes
altos por la necesidad de entablar nuevas relaciones, editar nuevos folletos, etc.). Finalmente,
cuanta más información posea el cliente sobre el producto, cómo ha sido producido y su
estructura de costos, mayor será su poder.
El entorno de la empresa turística 61
d) Proveedores: en el sector turístico, los proveedores presentan una gran heterogeneidad debido
a la gran variedad de empresas que existen en el sector. Los proveedores abastecen a las empre-
sas turísticas de inputs necesarios para desarrollar su actividad. Al igual que en la relación
empresa-cliente, un proveedor tendrá un mayor poder negociador frente a la empresa si existe
una amenaza real de que éste asuma las actividades que realiza a la empresa; si el input ofer-
tado por el proveedor está diferenciado, no es fácilmente sustituible o tiene gran importancia
para la producción de un servicio de calidad por parte de la empresa. De modo que la empre-
sa tendrá mayor poder de negociación si significa un cliente importante para el proveedor, si
existen importantes costes cambiantes, y si el proveedor no posee amplia información sobre el
proceso de transformación y los costes de la empresa, que es su cliente.
e) Productos sustitutos: la disponibilidad de productos sustitutos, puede suponer una amena-
za para la empresa si no existe fidelidad del cliente hacia el producto que oferta la empre-
sa, y va a depender también de la relación precio-prestaciones del producto sustituto.
Baloglu y Uysal (1996), establecen que es necesario conocer los factores motivadores que indu-
cen a una persona a viajar y a visitar un determinado destino. A pesar de que la motivación es sólo
una de las variables que explican el comportamiento del turista, se la considera de las más importan-
tes. El concepto push – pull de la motivación, parte de la proposición de que las personas viajan por-
que son impulsadas y atraídas a ello por unas fuerzas. Las primeras (push), explican por qué los indi-
viduos son “empujados” a tomar la decisión de viajar, por qué desean viajar. Son factores motivado-
res individuales e intrínsecos a los viajeros, tales como el deseo de aventura, descanso, prestigio,
salud, etc. Las segundas fuerzas (pull) explican por qué los viajeros son “atraídos” por un determi-
nado destino y lo eligen. Son motivadores que surgen del poder de atracción de un destino tal como
es percibido por el viajero, y que se componen principalmente de factores extrínsecos al visitante,
como son los atractivos naturales, recursos culturales, actividades recreativas, infraestructura hotele-
ra o extrahotelera, precio, seguridad, etc. Algunos destinos diversifican sus atractivos de forma que
se ajusten a una variedad de motivaciones, mientras que otros destinos se especializan en un deter-
minado recurso y se dirigen a un segmento de mercado específico.
El desarrollo de un modelo de competitividad de un destino turístico, permite la identificación
de las fortalezas y debilidades de los diferentes destinos, y puede ser muy útil como instrumento
de planificación, organización y gestión para el sector turístico empresarial y a las administracio-
nes públicas. El concepto de competitividad es un término amplio y complejo, debido a la canti-
dad de factores de los que depende. Por ejemplo, Hassan (2000) define la competitividad en tér-
minos de la capacidad que tiene un destino turístico para crear e integrar productos con valor aña-
dido que sirven de apoyo a sus recursos, manteniendo una posición de mercado en relación a sus
competidores. Crouch y Ritchie (1999), relacionan la competitividad de un destino con su desarro-
llo sostenible, no sólo con respecto a dimensiones económicas y ecológicas, sino también socia-
les, culturales y políticas. Para ellos, el destino más competitivo es aquél que crea el mayor bien-
estar sostenible para sus residentes.
Dwyer y otros (2004), presentan un modelo que pretende integrar aquellos elementos sobre los
que se apoya la competitividad de un destino turístico (véase figura 4.3), agrupando estos compo-
nentes en:
Recursos naturales y heredados (paisaje, clima, cultura, monumentos, etc.), recursos creados
(alojamiento, restauración, ocio complementario, actividades, etc.) y recursos de apoyo (infraes-
tructuras generales, calidad de servicio, hospitalidad, accesibilidad del destino, etc.). Estos facto-
res conforman los elementos atrayentes de un destino y las bases sobre las que se asienta una
industria turística de éxito.
Los elementos relacionados con la gestión del destino (organización, dirección, promoción,
planificación, desarrollo y formación de recursos humanos, política medioambiental, etc.), pueden
incrementar el atractivo de los recursos naturales y creados, refuerzan la calidad y eficacia de los
de apoyo, y ajustan éstos a las condiciones contextuales. Con respecto a las condiciones de la
demanda, el modelo incluye tres variables fundamentales que son el conocimiento del destino
(imagen), la percepción y las preferencias. Los factores contextuales son variables del entorno
general (económicas, tecnológicas, sociológicas, legales, etc.), o específico (competidores, pro-
veedores, clientes, etc.), que influyen en la competitividad del destino, así como aspectos relacio-
nados con la competitividad en precios y el nivel de seguridad.
En este modelo, la competitividad del destino está relacionada con las variables anteriormente
descritas así como con la prosperidad socio-económica de la región. De esta forma, los autores
pretenden resaltar que la competitividad de un destino es un objetivo intermedio con respecto al
objetivo principal, que es el bienestar socio-económico de los residentes. Cada uno de estos obje-
tivos está asociado con un conjunto de indicadores que pueden ser objetivos (ingresos por turis-
mo, cuota de mercado, etc.) y subjetivos (imagen y atractivo del destino), y que miden la compe-
titividad de un destino; así como, indicadores macroeconómicos que incluyen niveles de produc-
tividad, empleo, renta per cápita, PIB, etc.
64 Gestión y dirección de empresas turísticas
Este modelo se convierte en una guía para un análisis detallado del estado de fortaleza o debi-
lidad de cada uno de los componentes endógenos de un área turística, frente a las amenazas y opor-
tunidades de los factores exógenos. El análisis debe tener en cuenta la interrelación e interacción
que presentan estos elementos, contemplando al destino turístico como un sistema.
sociales y, aunque no estén directamente implicadas en ellos, están obligadas a resolverlos (Davis
1975). Esta obligación incrementa el bienestar general, lo que beneficiará también a la empresa.
5Milton Friedman (1912- ), premio Nobel de Economía en 1976. “Does business have social responsability”,
Administración Moderna, p:543. Editorial Interamericana, SA 2a. Edición.
66 Gestión y dirección de empresas turísticas
6 http://www.oxfam.org.uk/
El entorno de la empresa turística 67
Teniendo en cuenta que las TI han contribuido al crecimiento masivo experimentado por el
turismo así como al aumento del volumen de la oferta y la demanda, resulta innegable que la TI
constituye uno de los elementos clave de esta industria. Desde el punto de vista de las empresas
turísticas, las facilidades otorgadas por Internet y otras TI para todos los negocios turísticos, con-
vierten a estas herramientas en instrumentos fundamentales para gestionar la comercialización y
la distribución, y para realizar las funciones de ajuste de las empresas turísticas. Desde el punto de
vista de los consumidores turísticos, las TI les ayudan a optimizar el valor de su dinero y tiempo
cuando deciden viajar y hacer turismo, facilitando al mismo tiempo a los turistas el acceso a un
amplio volumen de información sobre productos y destinos turísticos. En este sentido, la introduc-
ción progresiva de TI en las empresas turísticas se debe en gran parte a las demandas de los clien-
tes, ya que los consumidores cuando se familiarizan con las nuevas TI buscan la interacción elec-
trónica con la industria (O’Connor, 1999).
Los aspectos citados hacen que la industria turística sea cada vez más intensiva en el uso de
SI/TI. Esta situación se explica por dos razones fundamentales: en primer lugar, al ser una exten-
sa industria donde sus productos/servicios son bienes intangibles que precisan de una información
fidedigna, actualizada, amplia y detallada para su promoción y, sobre todo, para su óptima comer-
cialización; y, en segundo lugar, los SI/TI se están convirtiendo en uno de los factores claves para
mejorar el producto turístico y el funcionamiento y la gestión eficiente de las empresas que inte-
gran la industria.
La importancia y la necesidad de uso de las TI en esta industria, se justifica por las ventajas
que ofrecen para apoyar la gestión de las operaciones en las empresas turísticas (O’Connor, 1999;
Inkpen, 1998) y por las oportunidades que proveen para extender los negocios turísticos en un
ámbito global. Entre las principales ventajas que proveen las TI destacan las siguientes: mayor agi-
lidad en la gestión de los procesos que configuran el producto o servicio turístico y comunicación
directa con el cliente.
De un modo general, la aplicación de las TI en la administración de las organizaciones ayuda
a mejorar la coordinación y el control de las actividades y a tomar decisiones con mayor efectivi-
dad. Además, las TI pueden mejorar los procesos de gestión, el control y la toma de decisiones de
estas empresas para que actúen de manera eficiente. En este sentido, las TI están desempeñando
un papel cada vez más importante en la gestión de la relación con el cliente (Customer
Relationship Management o CRM), permitiendo a las empresas actuar recíprocamente con sus
clientes y modificar continuamente su producto para atender y mejorar las expectativas del clien-
te. Al mismo tiempo, las TI les ayudan a tener una presencia global y facilitan que estas empresas
puedan asociarse con otras empresas de todo el mundo de manera eficiente y rentable. De igual
modo, ofrecen oportunidades para la creación de nuevos productos específicos dirigidos a deter-
minados nichos de mercado, permitiendo que estas empresas puedan alcanzar una ventaja compe-
titiva a través de la diferenciación.
Desde la perspectiva de los costes, las TI pueden ayudar a la reducción de los costes de opera-
ción y comunicación, al tiempo que ayudan a reducir los costes fijos de personal administrativo y
el número de comunicaciones personales o telefónicas.
Desde la perspectiva de los ingresos, las TI permiten aplicar precios flexibles y competitivos,
que optimicen la producción de las empresas. Asimismo, las TI pueden resultar cruciales en estas
empresas a la hora de alertar sobre un exceso de capacidad o de demanda.
Desde una perspectiva estratégica, la implantación de las TI produce efectos directos sobre la
competitividad de las empresas, a través de la diferenciación del producto y la disminución del
coste. Por un lado, las TI permiten a las empresas diferenciarse y especializar sus productos para
cada consumidor; también ayudan a fijar el segmento de mercado al que se dirigen, lo cual es posi-
ble ya que facilitan que las cadenas de valor añadido sean flexibles. Por otro lado, las TI resultan
un medio adecuado para la gestión de gasto en la industria y en particular para la distribución y
promoción de los costes. Así, a través de estas herramientas, las empresas de todo el mundo han
68 Gestión y dirección de empresas turísticas
podido reducir sus gastos disminuyendo la comisión a los intermediarios, vendiendo directamen-
te desde su página web o pagando cuotas de distribución menores a intermediarios electrónicos.
Además, tal como señala Buhalis (1998), al diseñar procesos y eliminar tareas repetitivas se redu-
cen los gastos de trabajo y aumenta la eficacia.
Por tanto, el potencial de las TI no sólo permite a las empresas compartir información de forma
interna y con sus asociados, sino que también ayuda a los consumidores a actuar recíprocamente
con los proveedores turísticos. Los consumidores pueden realizar transacciones desde su oficina o
en casa utilizando Internet las 24 horas al día, los 365 días del año. La confirmación y la compra
inmediata hacen que los consumidores mejoren la percepción del servicio ofertado por la empre-
sa turística.
Por otra parte, el uso de recursos de SI/TI en estas empresas pueden tener un impacto positivo
sobre la mejora de la calidad organizativa de estas empresas. En este sentido, Martín (1999) seña-
la que tal impacto presenta dos vertientes: por un lado, supone un ahorro de costes y la optimiza-
ción de los procesos que ayudan a mejorar la gestión. Y, por otro lado, posibilita la prestación del
producto o servicio turístico en mejores condiciones así como la incorporación de nuevos servi-
cios, lo que redunda en una mayor satisfacción del cliente.
Los aspectos planteados, reflejan la necesidad que tiene la empresa turística de utilizar los
SI/TI como factores estratégicos que pueden ser fuente de ventaja competitiva para las empresas
que sepan explotarlos. Este aspecto, constituye una necesidad perentoria en un sector cuyas empre-
sas se caracterizan por hacer un uso intensivo de la información y estar sometido a constantes cam-
bios y transformaciones.
En consonancia con lo expuesto, Schertler (1998) afirma que la elección de recursos de SI/TI
adecuados puede ayudar a las empresas turísticas a ser más rápidas en la acción y a responder antes
a la demanda aportándoles mayor flexibilidad. Así, es necesario que las empresas sean conscientes
de la idoneidad de los recursos de SI/TI que seleccionen para sus nuevas estrategias. Por lo tanto,
si no se utilizan los recursos de SI/TI adecuados, la empresa perderá flexibilidad y capacidad de res-
puesta, dos aspectos cruciales para obtener ventajas competitivas por ser habilidades difíciles de
imitar por la competencia. En esta línea, David, J.S.; Grabsky, S. y Kasavana, M. (1996) y Buhalis,
2000 consideran que a estas empresas no les queda otra alternativa que incorporar SI/TI para alcan-
zar ventajas competitivas que les permitan realizar sus operaciones eficientemente y prestar sus ser-
vicios adecuadamente con relación a las exigencias de los nuevos mercados.
En síntesis, la mayores prestaciones que ofrecen las TI actuales (fiabilidad, velocidad y capaci-
dad de las TI) junto con la reducción de su coste, están impulsando a un gran número de empresas
de este sector a aplicar y usar estos nuevos instrumentos con mayor intensidad. Sin embargo, la situa-
ción de las empresas de esta industria en relación con el uso de estos recursos es desigual. Por una
parte, las empresas más innovadoras se han servido del uso de TI avanzadas para reforzar su compe-
titividad, incrementar su cuota de mercado y mejorar su posición dentro del mismo. Por otra parte,
todavía son numerosas las empresas del sector que siguen aplicando SI/TI exclusivamente para apo-
yar la gestión operativa del negocio turística, pasando por alto las posibilidades y el potencial que
ofrecen estos recursos para desarrollar nuevas relaciones con los diferentes agentes del mercado y
nuevas concepciones del producto o servicio más innovadoras, flexibles y personalizadas.
Independientemente de la situación en que se encuentren es evidente que aquellas empresas
que no incorporen los nuevos instrumentos a su gestión estratégica y operacional se verán cada
vez más relegadas y perderán cuota de mercado poniendo en peligro su futuro y su supervivencia
en el sector. No obstante, esta nueva concepción en la aplicación y uso de los SI/TI requiere por
parte de las empresas gestionar dichos instrumentos como un activo estratégico, a través del aná-
lisis de sus fortalezas y debilidades tecnológicas e informativas y centrar su atención en la selec-
ción de los recursos tecnológicos que más se ajusten a las características de su actividad de nego-
cio. Bajo este nuevo enfoque de aplicación y uso de los SI/TI, sólo las empresas dinámicas e inno-
vadoras serán capaces de sobrevivir en el futuro.
El entorno de la empresa turística 69
– Consume unos inputs o recursos naturales escasos, a un ritmo que supera sus tasas de rege-
neración.
– Genera unos outputs que pueden conllevar emisiones contaminantes y residuos a niveles
superiores a las tasas de asimilación de la propia naturaleza.
– Fomenta un consumo excesivo a través del desarrollo de actividades de marketing, dando
lugar a nuevos consumos de recursos naturales por nuevas emisiones y residuos.
Kirk (1995), al analizar la gestión medioambiental en hoteles expone que, en primer lugar,
muchos hoteles y restaurantes están situados en espacios naturales de singular belleza, en ciuda-
70 Gestión y dirección de empresas turísticas
des históricas o en áreas de delicado equilibrio ecológico. Tal como se ha descrito con anteriori-
dad, el medio natural y con ello sus recursos, son componentes, en algunos casos principales, de
un producto turístico. Añadir a estas localizaciones nuevas infraestructuras turísticas puede atraer
a más visitantes saturando su capacidad de carga. Por este motivo, existen con frecuencia medidas
restrictivas al desarrollo de nuevos complejos turísticos.
En segundo lugar, señala este autor que muchos de los consumidores de servicios turísticos
esperan un nivel de calidad en éstos que significan, en ocasiones, el consumo excesivo de unos
recursos escasos (agua, energía, suelo, infraestructuras de todo tipo, etc.). Cualquier acción para
reducir este despilfarro puede ser aplicada sólo con el conocimiento y consentimiento de los clien-
tes, o de tal forma que éstos no perciban un deterioro en el servicio. En tercer lugar, la localiza-
ción de la empresa turística está fijada por las necesidades del consumidor, por lo que es difícil
minimizar el impacto que produce el tráfico, los olores o los ruidos.
Un sistema de gestión medioambiental (SGMA), es un instrumento de gestión por el cual la
empresa planifica, implementa, controla, evalúa, y mejora continuamente su actuación en relación
al medioambiente. Implantar un SGMA conlleva:
a) Mejora de las relaciones con la comunidad local, con los gobiernos, así como con clientes,
proveedores, y resto de partícipes del entorno. A través de la implantación de una política
7 Por ejemplo, EU Eco-Management and Audit Scheme (EMAS), reglamento 1836/1993 de la UE para que las empresas
se adhieran de forma voluntaria a un sistema comunitario de gestión y auditorías medioambientales; ISO 14001, que es
una norma internacional que engloba directrices para la implantación del SGMA; el Sistema de Turismo Responsable del
International Biosphere Hotels Network, que promueve la coordinación y el intercambio de experiencias entre sus miem-
bros en el marco de un sistema turístico responsable.
El entorno de la empresa turística 71
¿Ecología? ¡Naturalmente!
Sólo en un entorno intacto nuestros clientes podrán disfrutar unas vacaciones realmente her-
mosas. Hoteles Riu hace mucho por el entorno desde hace años.
En las nuevas edificaciones: la naturaleza tiene prioridad allí donde Riu levanta un nuevo
Hotel. Tenemos en cuenta la configuración del paisaje y la arquitectura típica.
En el hotel: evitar generar desperdicios siempre que sea posible, realizar recogida selecti-
va, un tratamiento cuidadoso de la energía y el agua potable... éstas son sólo algunas de las
múltiples medidas que adoptamos en Hoteles Riu para proteger la naturaleza.
En el entorno: el agua que se utiliza en un Hotel Riu es tratada en depuradoras propias o
regionales. Además, nos sentimos responsables para con las playas en las que están emplaza-
dos nuestros hoteles.
Un compromiso que merece la pena.
En los medios de comunicación: llevamos a cabo un trabajo activo de divulgación en refe-
rencia a nuestro compromiso medioambiental.
Además apoyamos organizaciones y eventos destinados al fomento de estos valores, tanto
con donaciones como mediante prestación de servicios.
4.7 RESUMEN
Las empresas son sistemas abiertos que dependen de los intercambios con sus entornos. La mayor
parte de las empresas están dominadas de alguna manera por sus medios, dominación que siem-
pre está en relación con el control sobre unos recursos escasos. Para hacer frente a este poder, la
empresa necesita conocer aquellos elementos del entorno que le afectan, que son fuente de ame-
8 http://wwwriu.com/index.php
72 Gestión y dirección de empresas turísticas
nazas y oportunidades para ella. Estos factores pueden agruparse en variables del entorno general
y del entorno competitivo o específico. Para la empresa turística es importante, además, tener en
cuenta la competitividad del destino turístico en el que está ubicada, sus recursos naturales, crea-
dos o de apoyo. Del atractivo y de la buena gestión del destino dependerá en gran medida su éxito.
La empresa también influye en su medio externo, hacia el que tiene una responsabilidad social,
que puede aplicar con mayor o menor amplitud. Se trata de que la empresa desarrolle frente a la
sociedad un papel benefactor, se comporte como un buen ciudadano. Estas acciones benéficas
suelen reverter de nuevo sobre ella en forma de mejora de imagen, legitimación por parte de la
sociedad, satisfacción de sus empleados, etc. Finalmente, cabe destacar que las empresas en gene-
ral, y la turística en especial tienen además una responsabilidad social muy importante con respec-
to a la preservación del medioambiente del lugar en que estén localizadas. A través de la implan-
tación de un sistema de gestión medioambiental, las empresas turísticas no sólo contribuyen a la
sostenibilidad del destino turístico en que llevan a cabo su actividad, sino que responden a las nue-
vas exigencias de sus clientes y pueden ahorrar costes de explotación.
CAPÍTULO 5
LA DIRECCIÓN DE LA EMPRESA
TURÍSTICA
5.1 INTRODUCCIÓN
El turismo se ha convertido en los últimos tiempos en una disciplina de importante estudio para
académicos, consultores, gobiernos nacionales, regionales y locales, y en general, estudiosos de la
materia, debido a lo que significa en términos de número de personas que viajan, cantidad de per-
sonas que emplea, y cantidad de dinero que genera. El turismo representa un enorme impacto en
la vida de las personas, lugares donde se desarrolla y por supuesto afecta de forma sustancial al
mundo en general.
El turismo esta íntimamente interconectado con una gran cantidad de elementos, pero son si
cabe las actividades de planificación y dirección de muchos de esos elementos un factor crítico
74 Gestión y dirección de empresas turísticas
que debe afrontarse con gran coherencia y análisis. Estas actividades son de las más importantes
en las personas, ya que desde que se empezó a crear unidades de negocio en turismo para alcan-
zar objetivos que no podían alcanzarse de forma individual, la dirección ha sido crucial para ase-
gurar la coordinación de estos esfuerzos. A medida que nuestra sociedad ha venido avanzando en
la creación y coordinación del grupo y a medida que estos grupos han ido creciendo, el papel de
la dirección turística se ha hecho cada vez más importante.
Los individuos pertenecen a lo largo de su vida laboral, a una o varias organizaciones turísti-
cas, una agencia de viajes, un hotel, una concejalía de turismo de un ayuntamiento, un tour-opera-
dor,…. Algunas de estas organizaciones pueden tener una estructura más formal que otras, sin
embargo, todas están compuestas por un grupo de personas que buscan alcanzar una meta u obje-
tivo común. La adecuada instrumentación de los planes que se planteen, por tanto, es y será, un
elemento básico en todas las organizaciones del turismo, que cambian de una a otra, pero no po-
drían concebirse éstas sin una meta. Asimismo, todas tienen un sistema, más o menos formal, para
alcanzar las metas, esto es, un plan; sin el cual, ninguna organización turística podría ser muy efec-
tiva en el logro de la misma. Además, las organizaciones turísticas, también deben hacerse con
recursos y asignarlos para alcanzar sus metas.
En este punto, es donde la dirección turística debe dar forma a un conjunto de elementos, de
manera constante y consciente, en coordinación con un grupo de personas que tiene la misión de
conducir a la organización turística a alcanzar sus metas. Estas personas las identificamos como
los directivos turísticos, sin los cuales, probablemente la organización fracasaría.
1 Para el caso de los segundos, los consideraremos aquellos que no disponen de responsabilidad para decidir, además de
la no supervisión de las tareas de otros. En cambio, los directivos los identificaremos como los responsables de dirigir a
otros y de realizar una serie de actividades de vital importancia para cualquier empresa turística (adaptado de Koontz,
O´Donnell y Weihrich (1988)).
La dirección de la empresa turística 75
Este planteamiento se aplica a la mayoría de las organizaciones que actúan en cualquier sector
económico, donde cada uno de los tres niveles están interrelacionados, y donde cada uno necesi-
ta un análisis e interés distinto por parte de los directivos turísticos. Si se profundiza en su análi-
sis se puede afirmar que:
Ante este planteamiento, y dependiendo del tipo de empresa turística que se analice, se plan-
tearán distintos estilos de dirección (Likert, 1976; Bueno Campos, 1991; Luthans, 1988), no exis-
tiendo un planteamiento estándar, sino una combinación de estilos directivos. Ahora bien, se podrá
plantear una dirección más centralizada o menos centralizada según el proceso decisional que se
afronte. Además, la función de cualquier directivo turístico en el mundo complejo que vivimos
hace necesario una evaluación del comportamiento y conocimiento humano de cada uno de los
componentes de su organización. Necesitamos, además de un buen estilo directivo, habilidades
genéricas para un “performance” eficaz, obviar este principio nos puede llevar al fracaso.
Estas habilidades genéricas, así como sus posibles combinaciones, quedan recogidas en la tabla
siguiente (tabla 5.1):
Fuente: Adaptado de Donnelly, Gibson e Ivancevich (1997). Nota: Estas habilidades son importantes para un planteamien-
to eficaz. En la tabla se refleja en mayúscula la importancia relativa de las habilidades según el nivel de organización plan-
teado en la figura 5.1.
76 Gestión y dirección de empresas turísticas
1. el primer paso para planificar en turismo, consiste en elegir los objetivos de la empresa,
2. posteriormente se establecen los objetivos de las distintas áreas o departamentos de la
empresa turística y,
3. en tercer lugar, se establecen los programas para alcanzar los objetivos de forma sistemática.
Además, en turismo, últimamente existen dos factores que están siendo los ejes motrices del
proceso de planificación y son: las relaciones y el tiempo. Factores que según se interpreten pue-
den suponer un éxito o fracaso para nuestra organización.
Organizar implica el diseño de la estructura de la empresa turística, determinando las tareas a
realizar, quien las debe realizar, cómo se agrupan las tareas, el sistema de información y dónde se
toman las decisiones. Diferentes objetivos requieren de diferentes estructuras, por lo que los direc-
tivos turísticos deben adaptar la estructura de la empresa a sus objetivos y recursos, lo que se cono-
ce como diseño organizativo.
Toda organización en turismo, está compuesta por personas a las que hay que dirigir, coordi-
nar, influir, resolver conflictos y motivar para que realicen su trabajo de forma eficaz y eficiente.
Esta tarea es responsabilidad de la dirección turística, esto es, los directores tratan de crear el
ambiente más adecuado en la organización para que los empleados hagan mejor su trabajo.
Cuando los gerentes llevan a cabo estas actividades realizan funciones de liderazgo.
Finalmente, los directivos turísticos, también realizan funciones de control. Una vez fijados los
objetivos, formulados los planes, diseñada la organización y llevada a cabo la coordinación y moti-
vación de los empleados, los gerentes deben asegurarse que todas las actividades que se están rea-
lizando conducen a los objetivos preestablecidos. Ésta es la función de control, que implica:
La función de control en cualquier empresa del ámbito turístico, es importante porque, con el
paso del tiempo, lo planificado no siempre coincide con la ejecución real.
damente importantes, necesitan entonces una solución diferente y quizás única. Las
decisiones no programadas son soluciones para problemas nuevos o que carecen de
estructura.
Planificación
Logro de objetivos
Dirección
De igual forma, los distintos tipos de decisión pueden darse de manera simultánea, en la
medida que las situaciones en la empresa turística obedecen a la combinación de diferentes fac-
tores. En tal sentido podemos combinar algunos tipos de decisiones atendiendo al tipo de crite-
rio empleado.
Tabla 5.2 Tipos de decisiones –problemas– nivel directivo en la industria del turismo
Independientemente del tipo de decisión a la que nos refiramos, la toma de decisiones se puede
considerar desde dos perspectivas: la del proceso y la del problema (Simon, 1982). La perspecti-
va del proceso se centra en las etapas que hay que seguir para llegar a tomar una decisión; por
tanto, se preocupa prioritariamente de la forma y no tanto del fondo. La perspectiva del problema
se orienta a la resolución de problemas concretos aplicando, para ello, los métodos más adecua-
dos disponibles.
DESARROLLAR SOLUCIONES
SELECCIÓN DE ALTERNATIVAS
Tabla 5.3 Diferencias individuales en la toma de decisiones por parte de un directivo turístico
Se refiere a las fuerzas que influyen sobre el individuo una vez que
ha tomado la decisión. Se trata de analizar el comportamiento del
Potencial de disonancia individuo en el momento de la “post-decisión”, teniendo en cuenta
que después de toda decisión surge una ansiedad por la disonancia
cognoscitiva. Se relaciona con la falta de consistencia o armonía
entre las diferentes cogniciones del individuo (actitudes, creencias,
etc.) después de la toma de decisiones.
adecuarse al grupo, la existencia de personas dominantes, la diversidad de status (que puede gene-
rar inhibición a la participación), el intento de los más expertos por imponer su decisión. Cabe,
también, la posibilidad de que aparezcan grupos con intereses muy diferentes, y que las decisio-
nes “negociadas” den resultados de baja calidad, a menos que el proceso sea dirigido por un líder.
La gestión del tiempo se convierte, también, en un elemento añadido de dificultad.
Sin embargo, las decisiones de grupo tienen la ventaja de involucrar a las personas en el pro-
ceso de decisión, lo que permite mejorar la motivación y el compromiso con la misma, de los que
luego deben procurar su correcta ejecución. Además, permite la aportación de opiniones y cono-
cimientos que pueden enriquecer la decisión.
Ventajas Desventajas
Aceptación creciente por parte de los La presión social puede hacer peligrar
decisores como elemento motivador la creatividad
Campo de entrenamiento para los que tienen Pensamiento de grupo hace que se deseche
poca experiencia con los grupos la discusión por el acuerdo
Hay que tener en cuenta que las decisiones más complejas precisan de mayor participación de
expertos, y el sector turístico por lo débil de sus estructuras, si cabe mucho más, por lo que en la
medida que se acerque al consenso se supone que la calidad de la solución resultante es mayor.
Más
Menos
Por lo tanto, definir misión en la empresa turística es movilizar todos los recursos disponibles
(liderazgo) que posee y pueda conseguir un buen directivo turístico. Además, la gestión y direc-
ción de las empresas en el contexto de la industria turística es el arte de aprovechar íntegramente
todos los recursos. Lo que sucede hoy es que la buena gestión turística necesita potenciar tanto la
parte emprendedora como la parte del liderazgo.
También es necesario entender que en los tiempos del turismo actual, ya está caducado el concep-
to “MANDAR, DIRIGIR Y CONTROLAR”. En realidad, en los tiempos anteriores, con una organiza-
ción turística basada en los principios de Taylor y de Fayol, el poder y el liderazgo estaban relaciona-
dos con la jerarquía, es decir, cuanto más arriba en el organigrama, más poder y más liderazgo. Hoy,
en la sociedad del conocimiento, no se puede dirigir una empresa turística desde la perspectiva del
poder autoritario. La nueva clase directiva y profesional no funciona por la sumisión y el ciego respe-
to a la jerarquía (ver tabla 5.5).
F. J. Palom definió el liderazgo como: “la capacidad de las personas de elevar el punto de mira
de los colaboradores hacia metas más exigentes”. Por lo tanto, el liderazgo auténtico comporta
incrementar la calidad del trabajo. Además, este liderazgo en turismo, incrementa intensidad y ren-
dimiento del trabajo, porque apunta siempre hacia metas más exigentes. El liderazgo en la direc-
ción turística, permite obtener logros excepcionales con gente normal, que se siente motivada por
el líder y por la misión de la organización. Desde otra perspectiva, todas las organizaciones en
turismo deben incrementar su ratio de liderazgo cimentado en: la fuerza moral, el respeto profe-
sional, sin trampas ni manipulaciones.
Joe Batten, definió el liderazgo como el desarrollo de un sistema completo de expectativas que
permiten: identificar, descubrir y utilizar al máximo las fortalezas de todos los recursos humanos.
No obstante, dentro de la industria turística se han venido cometiendo algunos errores del lide-
razgo mal entendido:
84 Gestión y dirección de empresas turísticas
A) El primer error (Drucker, 2003), es confundir liderazgo con carisma, o creer que el líder
debe poseer un “carisma” especial. Cuidado con el carisma del “visionario”, ya que en la
industria turística ha conducido al fanatismo en algunas estrategias que se han desarrolla-
do. El líder sensato, la persona que dirige y quiere aumentar su capacidad de liderazgo debe
huir de las trampas del carisma. Por lo tanto, el liderazgo en la industria turística debe ser
una cuestión de valores y de coherencia práctica de los mismos.
B) El segundo error es creer que hay que nacer líder. Es cierto que algunas personas, ya desde
su infancia y juventud, tenían condiciones para ser líderes, y como tales ejercían en su agen-
cia de viajes u hotel. Pero también es cierto que muchas de estas personas, con condicio-
nes de verdaderos líderes, han visto fracasar sus condiciones innatas en su puesto de traba-
jo, simplemente por trabajar en alguna organización con características opuestas al verda-
dero liderazgo. En estos casos, el liderazgo queda sofocado y destruido.
Tabla 5.5 Diferencias entre gestión-liderazgo actual y el nuevo liderazgo en la organización turística
Pero las buenas organizaciones turísticas pueden crear el “caldo de cultivo” que fomente la
aparición de líderes, y también pueden administrar la formación y dotar a las personas de los
conocimientos necesarios para que puedan ejercer su función directiva con una dosis importan-
te de liderazgo: “No todos sirven como líderes, pero la formación, el ejemplo, la práctica de
unos valores, y la coherencia, pueden formar a los líderes que necesitan nuestra sociedad y
nuestras empresas turísticas”.
C) El tercer error es creer que sólo son necesarios los líderes en la cumbre de las organiza-
ciones turísticas. Hoy la empresa en turismo, no es la obra de un solo hombre o mujer.
La empresa turística moderna debe ser un “sistema de liderazgos”. En cada grupo
humano, por pequeño que sea, es necesaria la existencia de un líder que promueva, que
impulse, que genere nuevas expectativas, que dirija a sus colaboradores hacia metas más
exigentes. Incluso en algunas funciones individuales como la venta, necesitamos en este
vendedor profesional y responsable una tasa muy alta de liderazgo. Un grupo humano
carente de liderazgo acabará trabajando para sus propios objetivos personales y para su
comodidad, y corre siempre el riesgo de convertirse en un grupo humano sin perspecti-
vas futuras.
D) El cuarto error de concepto es creer que el liderazgo, es una rara habilidad; algo parecido
a creer en el carisma.
E) El quinto error es confundir el liderazgo con las técnicas para influir en las personas y ganar
amigos. Esto es marketing personal, pero se trata de algo distinto al contenido del lideraz-
La dirección de la empresa turística 85
go que se ha definido. Ganar amigos, es tratar de venderse bien a los demás, mientras que
el liderazgo trata de ganar el respeto, no mediante técnicas más o menos manipuladoras,
sino a través de conductas, valores y capacidades.
Tabla 5.6 Las diferencias del autético líder en la industria del turismo
Fuente: Elaboración propia a partir de Drucker (2003) y Donnelly, Gibson e Ivancevich (1994)
No se trata de hacer un retrato robot de los directivos turísticos, con perfiles exactos y colores
definidos. Hay líderes en la industria con estilos muy diferentes, pero lo que sí existe son unos
valores que en cierta medida, tienen que ser asumidos y practicados por ellos. Estos son:
1. CONFIANZA
2. VISIÓN
3. FE
4. PASIÓN
5. ÉTICA
6. ENERGÍA
7. POSITIVISMO
8. RECEPTIVIDAD y COMUNICACIÓN
9. ESTRATEGIA
10. FLEXIBILIDAD
11. EMPRENDEDOR E INNOVADOR
12. AGRADECIMIENTO
86 Gestión y dirección de empresas turísticas
se pueden ordenar en categorías, desde las más básicas y simples (necesidades fisiológicas) a las
más elevadas y complejas (estima y autorrealización), tal como ilustró en su pirámide de necesi-
dades (autorrealización, status, afecto-pertenencia, seguridad, básicas y económicas). Este autor,
indicó que las personas sólo intentan satisfacer una necesidad más elevada cuando han satisfecho
mínimamente las de orden inferior. El corolario a esto es que cuando una necesidad ha sido larga-
mente satisfecha ya no motiva; pierde su poder motivador.
Esta jerarquía y estos conceptos plantean muchas cuestiones, por ejemplo: ¿Cuándo una nece-
sidad puede considerarse plenamente o predominantemente satisfecha?, ¿una persona que busca
la autorrealización en el trabajo, carece de interés por el dinero, u otras necesidades inferiores?,
¿acaso no trabajamos para satisfacer simultáneamente varios tipos de necesidades distintas?
Lo que está muy claro es que la jerarquía de necesidades propuesta por este autor no debe
interpretarse rígidamente ni literalmente. El propósito de Maslow fue demostrar que los seres
humanos tienen necesidades que satisfacer, y que estas necesidades, además de complejas son
cambiantes. Lo que motiva hoy a un individuo determinado cambia día a día, semana a semana,
y mes a mes. Las necesidades de hoy pueden ser muy distintas a las de mañana. Depende de las
tareas, las situaciones, y la personalidad de cada individuo: “la motivación es algo dinámico, que
evoluciona con el tiempo”
Luego, la industria turística en la parte directiva, debe trabajar en la autorrealización de sus
equipos de trabajo. A trabajadores de hace décadas, le podía bastar, con recibir puntualmente su
salario cada semana. Sólo con esto ya se sentía perfectamente motivado, incluso deslumbrado. Con
el tiempo este mismo trabajador ha ido necesitando muchas más cosas, como estar protegido por
la Seguridad Social, pertenecer a un grupo de trabajo dentro de la empresa, y sentirse útil y esti-
mado profesionalmente por sus compañeros y jefes. Pero hoy muchos trabajadores en turismo
esperan, además de esto, autorrealizarse en el trabajo, tener la posibilidad de fijarse metas cons-
tantemente más altas y más difíciles, y ser capaces de asumirlas. Porque autorrealizarse consiste
precisamente en esto, en sentirse bien con uno mismo, alcanzar una meta valiosa y estar orgullo-
so de lo que se ha conseguido.
Ya se definió como “trabajadores autorrealizados” a aquellos que se mueven especialmente por
valores y no sólo por necesidades, personas que se aceptan a sí mismas, pero que no caen en la
complacencia, personas que desean la responsabilidad, y trabajan no sólo por recompensas mate-
riales, sino esencialmente por recompensas internas, como la satisfacción por el trabajo bien
hecho, el desarrollo de sus capacidades y talentos, la contribución a una causa noble, el propio
orgullo, y la autoestima.
Maslow, rompió barreras y moldes con su humanismo, en una época en la que nadie apostaba
por la responsabilidad individual, ni se creía en el deseo de contribución de las personas que tra-
bajan en una empresa.
los subordinados, los elementos de status, y los elementos de seguridad. Sólo motivan cuan-
do tienen una elevada calidad (unas excelentes relaciones con el jefe, o un control bien rea-
lizado pueden ser altamente motivadores), pero cuando no existen, o tienen escasa calidad,
desmotivan siempre.
Respecto al salario es obligatorio precisar algo. Muchos directivos turísticos han sacado la con-
clusión, tras analizar los trabajos de Herzberg, de que el salario es únicamente un factor higiéni-
co. A partir de cierto nivel es así, evidentemente, pero cuando el salario permite a la gente acce-
der a una mayor calidad de vida, al logro de unos objetivos personales o familiares, se convierte
entonces en un auténtico motivador. No el único, pero sí uno muy importante. Lo que motiva,
según Herzberg, es, en primer lugar, el logro: proponerse un objetivo y tener la capacidad de alcan-
zarlo con trabajo, tesón y esfuerzo.
En segundo lugar, el reconocimiento auténtico: puede ser un gesto, una palabra, o algo más
material, pero lo que realmente importa es que la persona que ha conseguido un objetivo valioso
y difícil perciba que su jefe y sus compañeros conocen y valoran el esfuerzo que ha realizado.
En tercer lugar está el trabajo en sí mismo: el trabajo debe dignificar a las personas y no
embrutecerlas. Por eso, las empresas turísticas deberían revisar todos lo trabajos, especialmente
los más rutinarios, a fin de asegurar que se vayan enriqueciendo, se vayan ennobleciendo, y exi-
jan cada vez más responsabilidad. Y aquellos que ya no se pueden enriquecer más, se trasladan a
máquinas a través de las nuevas tecnologías.
En cuarto lugar, la responsabilidad: cuando las reglas son correctas a las personas nos
encanta ser más responsables. Nos damos cuenta, al aceptar más responsabilidad, que hemos
ganado en conocimientos, en capacidad, y en madurez. La responsabilidad aumenta nuestro
valor como seres humanos, no sólo frente a los demás, sino principalmente en nuestro fuero
interno. A continuación viene la promoción que cada día será más difícil, ya que la industria
del turismo se está deslocalizando, con organigramas cada vez más planos. Y al no aumentar
el número de niveles, tampoco aumentará el número de mandos y directores. Por tanto, la pro-
moción tendrá que significar mucho más que una simple escalada en el organigrama. Habrá
que promocionar a través del aumento de conocimientos, el incremento de responsabilidad, y
el enriquecimiento de los puestos de trabajo. Habrá que profundizar en éstas y otras fórmulas
nuevas de promoción.
Por último, el crecimiento: las personas no deben quedarse estancadas. Necesitan crecer cons-
tantemente. No se trata de tener más vigor, sino de tener más talento, ser cada día más sagaces,
tener más experiencia, y saber utilizarla mejor. En una palabra, crecer por dentro, echando raíces
en la inteligencia y en los conocimientos que es donde se juega la batalla del futuro.
Resumiendo, y después de analizar qué es lo que en la práctica destruye la motivación, y qué
es lo que, en teoría, puede crearla o favorecerla, los directivos turísticos, y cargos medios, deben
pasar a la acción. Se refiere a la gente normal, porque hay algunas personas en la empresa que
no responden siempre a las pautas generales, por ejemplo, el veterano de la empresa o el joven
egresado que tiene muchos conocimientos y una gran ambición. A estas personas hay que tra-
tarlas de otra manera, lograr que los demás comprendan por qué razón se les da un trato distin-
to (ver tabla 5.7).
La dirección de la empresa turística 89
Fuente: Elaboración propia a partir de Drucker (2003) y Donnelly, Gibson e Ivancevich (1994)
5.6 RESUMEN
La dirección de empresas en el ámbito turístico se está moviendo y desarrollando junto con un
conjunto, cada vez mayor, de relaciones internacionales. Sin embargo, ahora más que nunca las
empresas turísticas están dedicadas al comercio internacional de destinos turísticos cada vez más
exóticos y distantes del punto de origen del turista y es en este aspecto donde la dirección debe
jugar un papel crucial. Las razones principales que llevan a este cambio internacional es: facilitar
la entrada al mercado, aumentar las participaciones en el mismo, a la vez que se obtiene mayores
ventajas sinérgicas, introducir nuevos productos a través de los canales ya existentes, así como
mejorar el desempeño del servicio o responder y adaptarse a las condiciones cambiantes del mer-
cado turístico internacional.
Pero no se debe obviar, además, que este proceso de internacionalización puede fracasar como
resultado de una pérdida de control en la forma en como se gestionan los procesos decisionales
que se han comentado en este tema: expectativas diferentes de los socios en el intercambio del pro-
ceso, reacciones lentas por quienes gestionan los procesos de decisión, conflictos culturales a nivel
corporativo por falta de una buena información. Aunque, las relaciones son importantes, éstas son
arriesgadas y difíciles de administrar y un buen proceso de liderazgo y motivación empresarial
debe seguir siendo nuestro principal objetivo.
CAPÍTULO 6
PLANIFICACIÓN Y CONTROL
EN LA EMPRESA TURÍSTICA
6.1 INTRODUCCIÓN
La teoría ha permitido, tanto a profesionales como a estudiosos del turismo, plantear reflexiones
que intentan dar sentido a aspectos aparentemente sin relación, contradictorios del propio desarro-
llo turístico, para crear un sistema racional que se pueda comparar y evaluar, donde los méritos de
la diversidad de ideas y estrategias de la planificación alcancen el éxito. Esto ha ayudado a los pla-
nificadores del turismo a establecer un conjunto de factores específicos, más allá de la teoría, y
que pretende ser un intercambio fluido de ideas con otras disciplinas, es lo que definieron
Campbell y Fainstein (1996), como sistema turístico.
El concepto de sistema turístico ha sido y es una herramienta de incalculable valor analítico.
El sistema turístico y su análisis, son dos aspectos que debemos incorporar en la planificación del
turismo y de los que se ha carecido de investigación en profundidad.
El análisis del sistema turístico, posee valor por dos razones fundamentales: 1) es una simple
relación lineal y, 2) además una cadena causal; Siempre estamos intentando ponerle “cara” a un
Planificación y control de la empresa turística 91
conjunto de situaciones que están interactuando unas con otras en nuestra vida diaria. Además, el
sistema turístico, no sólo posee lo anteriormente comentado (posesión de valor), sino que permi-
te abstraer la realidad a un contexto en el cual podamos interpretarla.
Luego, la estructura de un sistema turístico estará compuesta por elementos y relaciones
entre éstos y donde los elementos son la base de todo el sistema. Pero sin embargo, parte del
estado de un sistema turístico y de sus definiciones será la construcción de un conjunto de enti-
dades que formarán un grupo relativamente coherente objeto de estudio, el cual vendrá defini-
do por las relaciones de éste con el entorno. El análisis de un sistema turístico no se podrá
hacer si no somos capaces de abstraernos. Como definió Ashby (1966), ningún sistema real
será caracterizado por una infinidad de variables, sino por el conjunto de relaciones que se
interpreten y observen. Igualmente, Wilson (1986), anotó que mientras la definición de cual-
quier sistema turístico particular reflejase su objeto de estudio, éste se construiría por el análi-
sis de sus relaciones, así como por los diferentes propósitos de las personas, siempre y cuando
estos propósitos estuviesen englobados en su objeto de estudio.
Mill y Morrison (1985), definieron de forma simple, el turismo como un sistema de relacio-
nes, es decir, un ensamblaje o combinación de cosas o partes de cosas, formando una unidad com-
pleja. Esto ha llevado a plantear una amplia tipología de sistemas en turismo.
Este esquema básico ha ayudado a entender e identificar los flujos de turistas desde las regio-
nes de origen a las de destino. Alternativamente a este modelo han ido surgiendo muchos más
modelos que han enfatizado su desarrollo en las dimensiones o sistema de oferta-demanda
(Leiper,1989); en la experiencia turística (Hall y Mcarthur, 1993;1996; Hall, 1998b) o por ejem-
plo el trabajo de Le Pelley y Laws (1998) sobre la gestión del turista. Pero como indicó Morgan
(1986), la imagen a través de la cual vemos a la organizaciones turísticas ayudará a describir nues-
tro nuevo sistema y ofertará un amplio espectro de ideas para definir el sistema sobre al que que-
remos llegar, es decir, una buena planificación (ver figura 6.1).
Luego, entender un buen sistema de planificación cuyo objetivo es garantizar el éxito en la
gestión de los recursos y capacidades que forman parte de la organización turística será clave.
La planificación se hará llevando a cabo una adecuada previsión y sustitución de las mismas en
función de las necesidades que vaya teniendo la empresa turística.
El inventario de recursos y capacidades será el instrumento del cual se va a servir la orga-
nización para realizar su planificación. Esto nos permitirá, a través del proceso de planifica-
ción formal o a través de una planificación informal, contar con equipos adecuados a cada
momento y en cada puesto de trabajo. Además, la implantación de un buen sistema de infor-
mación de recursos como herramienta de gestión, no sólo a nivel de inputs, sino global (pro-
veedores, consumidores, productos potenciales…) resultará muy relevante y completará un sis-
tema de incalculable valor.
92
Gestión y dirección de empresas turísticas
CULTURA
Motivaciones:
Psicológicas, sociales, culturales, esperituales, fantasías, escapadas EL TURISTA
(DEMANDA)
Personal
Expectativas e imagen
Recursos naturaleza-cultura
CULTURA
Por tanto la planificación en turismo, intenta dar respuesta a las siguientes preguntas que mar-
carán el camino a seguir y las actuaciones futuras de la empresa (adaptado de Hall y Mcarthur,
1998):
A la hora de planificar en turismo, habrá que hacerlo tanto a largo (planes estratégicos) como
a corto plazo (planes operativos). Los primeros suelen tener un horizonte temporal superior al
año y afectan por lo general a todos los niveles de la empresa marcando los objetivos generales
a lograr. Por su parte la planificación a corto plazo, (planes operativos) suelen tener un horizon-
te temporal igual e inferior a un año (mensuales, trimestrales, semanales, etc...) ofreciendo for-
mas de lograr los objetivos marcados por los planes estratégicos. Pero, ¿cuáles deberían ser los
requisitos de un buen sistema de planificación en la industria turística?, muchos han sido los
autores que han intentado una aproximación a esta cuestión (Hall y Jenkins, 1995 y Hall y
Mcarthur,1998), no definiendo claramente un estándar de factores idóneos, pero sí unos requi-
sitos globales:
Por consiguiente, tras establecer los posibles factores idóneos para planificar en la industria
turística, la planificación necesita de directivos que tomen decisiones con respecto a una serie de
elementos fundamentales que conformarán todo el proceso conducente a la creación del plan
estratégico de la empresa, y son:
94
Gestión y dirección de empresas turísticas
INICIACIÓN AL PROCESO
Demanda de intermediarios
Percepción de nuevas necesidades PROPÓSITO
Respuesta a crisis ¿qué intentamos alcanzar
¿por qué hacemos esto?
¿cuáles son nuestras limitaciones
D S
E E
ANÁLISIS ESTRATÉGICO
C Análisis del entorno, p.e., ¿qué factores nos afectan?
G
I Análisis de mercado, p.e., ¿cómo nos perciben nuestros turistas? U
S Análisis de competidores, p.e., ¿dónde va, además, los turistas que nos visitan? I
I Análisis de los recursos, p.e. ¿tenemos personal altamente cualificado? M
O Análisis de expectativas, p.e. ¿qué es lo que buscan nuestros proveedores e intermediarios? I
N Análisis situacional, p.e. ¿cómo es nuestra visión y sí es apropiada o no? I E
E N N
S D T
VISIÓN, OBJETIVO GLOBAL Y METAS I O
Y C
A largo plazo: objetivos globales y visión Plan estratégico A Y
N D
O O E
Medio plazo: objetivo global y metas Planes operativos y acciones R V
D E A
E Corto plazo: objetivos concretos Decisiones día a día
S L
C U
I A
S MÉTODOS DE GESTIÓN TURÍSTICA, HERRAMIENTAS Y TÉCNICAS C
I Herramientas y técnicas que darán forma a la misión del proceso de planificación, I
O objetivos y metas, por ejemplo investigación del turista que nos visita, interpretación de Ó
N sus necesidades, consulta a las comunidades locales, estado del posible impacto que N
E generará, clima turístico existente y gestión de los recursos
S
PLAN ESTRATÉGICO
PLANES DE PLANES
UN SÓLO USO PERMANENTES
PROGRAMAS POLÍTICAS
PRESUPUESTOS PROCEDIMIENTOS
REGLAS
Además de los elementos anteriormente mencionados debemos de agrupar otra serie de varia-
bles dentro de lo que se conoce como, “planes de uso permanente” (ver figura 6.2): se utilizan
para situaciones repetitivas. En esta categoría encontramos tres formas distintas de planes:
Políticas: Son orientaciones generales para la acción. Son pautas de decisiones, constituyendo
unos principios generales para la actuación de los administradores. Expresan el sistema de valores, la
filosofía de la directiva y la cultura de la organización, asegurando la consistencia de los comporta-
mientos directivos, su cohesión y una mínima uniformidad dentro de un sistema organizativo. Además
de lo anterior, dentro de la industria turística se plantean las “políticas” a desarrollar y que aparecen
cuando se trata de planes largo plazo o permanentes en la organización, llegado este momento la
dirección turística debe desarrollarlas para implantarlas. Las políticas son declaraciones escritas que
reflejan los objetivos básicos del plan y proporcionan las guías para seleccionar las acciones que pue-
den lograrlos. Una vez que los empleados han aceptado llevar a cabo un plan las políticas se convier-
ten en importantes herramientas para que la dirección pueda implantarlo.
La máxima prueba sobre la eficacia de una política es si se logra o no el objetivo para el que está
diseñada. Las políticas turísticas deben sujetarse a una revisión y examen continuos y si no cumplen con
el objetivo para el que fueron diseñadas deben adaptarse, por todo ello las políticas eficaces deben ser:
• Flexibles: Las políticas deben presentar un equilibrio razonable entre la estabilidad y flexibi-
lidad, pues, si hay cambios en las condiciones, las políticas deben cambiar de acuerdo con las
nuevas circunstancias. No hay guías rígidas que especifiquen el grado exacto de flexibilidad
sino los juicios de la gerencia pueden determinar el equilibrio apropiado.
• Amplias: Para poder seguir un plan, las políticas deben tener la suficiente amplitud para
cubrir cualquier contingencia. El alcance de las políticas depende del ámbito de control.
• Coordinadas: Las políticas deben proporcionar coordinación para las diferentes sub-unida-
des de acciones. Sin la dirección coordinada que proporcionan las políticas, cada sub-unidad
tenderá a lograr sus objetivos.
• Éticas: Las políticas deben conformarse según los códigos de comportamiento ético prevale-
ciente en la sociedad.
• Claras: Las políticas deben estar escritas clara y lógicamente y deben especificar las metas
de las acciones que gobiernan. Asimismo, habrá que definir los métodos y acciones adecua-
dos y delimitar la libertad de acción permitida a quienes guían
96 Gestión y dirección de empresas turísticas
2. Procedimientos: Son guías de acción que detallan de forma exacta cómo la actividad debe
realizarse. Presenta una secuencia cronológica de acciones.
3. Reglas: Son instrucciones taxativas que ordenan que se siga o no un determinado curso de
acción o una acción específica. No admiten desviaciones ni libertad en su ejecución.
Tienden a uniformar los comportamientos de todos los integrantes de una organización.
“Planes de un solo uso”: Se crean con una finalidad y para un tiempo específico, tras lo cual se
modifican o desaparecen. Según esta conceptualización podemos decir que planes de un solo uso son:
Otros aspectos que deben tenerse en cuenta a la hora de llevar a cabo el proceso de planificación
son:
secuencial, sino en la orientación que le queramos dar. Una tipología ampliamente comentada en la
literatura es la que Ackoff (1997) establecía y que se fundamentaba en la orientación temporal:
A. Planificación reactiva. La intención del planificador turístico es recuperar una situación ante-
rior. La metodología busca descubrir los elementos perturbadores e intenta eliminarlos. Es
una planificación autocrática, donde se valora elementos como la historia y la experiencia.
B. Planificación inactiva. Actuar para que todo siga igual. Evitar los cambios bruscos, que
puedan llevarnos hacia situaciones de crisis y donde los conocimientos de la organización
turística se dirijan a eliminar las amenazas y no las causas. La recopilación de información
y las continuas reuniones de trabajo se erigen como acciones claves.
C. Planificación preactiva. Se centra en pronosticar el futuro y prepararse para situaciones
complejas aprovechando las oportunidades que da el entorno y minimizando los efectos de
las amenazas.
D. Planificación interactiva. Establece que el futuro puede ser controlable. De igual forma, ase-
vera que el futuro de las empresas turísticas se ve afectado por lo que las mismas hagan, así
como las formas de dirección de sus directivos. Este tipo de planificación, abarca un futuro
estable así como los métodos para llegar a él.
La planificación en turismo necesita que los directivos tomen decisiones con respecto a una
serie de elementos fundamentales que conformarán todo el proceso conducente a la creación del
plan estratégico de la empresa turística. De aquí surgen los medios que utiliza el gerente para
implantar los planes:
a) Autoridad: Es una forma legítima del poder en el sentido de que acompaña al puesto y no a la
persona. En una organización será entendida como el derecho a tomar decisiones y esperar a
que estas sean aceptadas. Generalmente, la autoridad es suficiente para aplicar planes relativa-
mente simples que no provoquen cambios significativos. En la organización, sin embargo, un
plan extenso y complejo difícilmente puede ser aplicado sólo por medio de la autoridad.
b) Persuasión: Es el proceso de vender el plan a quienes deben implantarlo y de comunicar la
información adecuada para que los individuos comprendan todas sus implicaciones. La
persuasión requiere convencer a otros para basar la aceptación del plan en sus méritos y no
en la mera autoridad de los directivos turísticos.
¿Qué ocurre si he agotado la persuasión? Si el plan turístico es crucial debe implantarse recu-
rriendo a la autoridad. En consecuencia un directivo turístico que haya fallado en la persuasión debe
limitar su uso ya que los individuos que fueron objeto de persuasión serán escépticos a futuros
esfuerzos de persuasión.
No obstante, la industria turística ha venido planteando la necesidad no sólo de plasmar un plan
que determine una serie de resultados y que agrupe un conjunto de políticas, sino que además se
necesita una continua coordinación y colaboración entre actores del contexto turístico.
La coordinación se refiere, normalmente, a los problemas de relacionar unidades o decisiones que
pueden afectar a unos u otros, que no tienen propósitos cruzados y funcionan de una manera, razona-
ble, constante y coherente (Spann, 1979). La coordinación en turismo, aparece en ambos sentidos,
tanto horizontal como vertical, en el caso del primero, p.e., las agencias del gobierno que tienen rela-
ción con la gestión del turismo al mismo nivel de gobierno y que deben coordinarse. En el caso de la
coordinación vertical se habla de las políticas turísticas que se pueden plantear desde un ministerio
que gestiona el turismo y finaliza en un gobierno local que debe poner en funcionamiento dichas polí-
ticas. Estos dos tipos de coordinación se definieron como (Spann,1979): coordinación administrativa
y política de coordinación.
En cambio, la colaboración es un importante elemento que ha significado que muchos de los
actores de la industria turística se pongan de acuerdo para establecer un proceso emergente, tal
98 Gestión y dirección de empresas turísticas
como planteo Gray (1989) y Wood y Gray (1991). Ambos autores, promueven un sistema en con-
tinua progresión, donde las individualidades de los intermediarios y fabricantes no deben existir,
sino que se va hacia un sistema de relaciones altamente organizado y caracterizado por una
secuencia de decisiones que alcanzará altos niveles de rentabilidad.
La necesidad de conocer cuáles son, por ejemplo, los objetivos de los intermediarios en la comer-
cialización turística fue uno de los esquemas de trabajo planteados por Parra (2002), Parra, García y
Gutiérrez (2004) cara a un proceso de alta colaboración que ayudase a las empresas de fabricantes
turísticos en Canarias a mitigar las estrategias de estrangulamiento, que según el sector alojativo, su-
frían por parte de los intermediarios o “stakeholders”. Los resultados determinaron en algunos casos
cuestiones básicas para proveer un esquema de planificación acorde al contexto insular (ver tabla 6.1).
Tabla 6.1 Pasos para evaluar la relación con los intermediarios turísticos en Canarias
3. Revisar comportamientos pasados de los intermediarios, para poder evaluar sus estrategias y la
probabilidad de alianzas con otros intermediarios.
4. Estimar el poder relativo (financiero, humano, autoridad política, recursos físicos, acceso a las
nuevas tecnologías) de cada intermediario y de sus alianzas.
5. Evaluar si nuestra organización podría alcanzar el éxito sin la necesidad de encuentros con los
intermediarios.
6. Formulación de nuevas estrategias, si fuesen necesarias, para gestionar las relaciones con nuestros
intermediarios.
La colaboración en turismo, es un proceso altamente dinámico que conforma una serie de aspectos:
FASE 1:
• Definición del problema común.
• Compromiso para colaborar.
• Identificación de los intermediarios.
• Legitimidad de los intermediarios en términos de aceptación tanto interna como externa, al
proceso de colaboración.
• Características del convenio.
Planificación y control de la empresa turística 99
1. La región turística debe tener un conjunto de características culturales, físicas y sociales que creen
un sentido de identidad de la misma.
2. La región turística debe contener una adecuada infraestructura que soporte el desarrollo turístico
(carreteras, servicios complementarios y otros servicios sociales, necesarios todos ellos, no sólo
útiles para las empresas del área sino necesarios para cubrir las necesidades básicas del turista).
3. La región turística debe ser mucho más profunda que una simple comunidad o atraccción.
4. La región turística debe tener las suficientes atracciones o tener un portencial soporte de
desarrollo que permitan convertirla en algo atractivo para el turista.
6. La región turística tienen que contar con acceso, no sólo para los turistas, sino para las
poblaciones locales, en el sentido, de buenos servicios aeroportuarios, puertos, carreteras…etc.
No obstante, tras plantear los criterios de identificación de las áreas/regiones turísticas se debe eva-
luar ¿cuáles son nuestras capacidades como destino?, Esta evaluación nos indica que las capacidades
100 Gestión y dirección de empresas turísticas
Tabla 6.3 Ejemplos de gestión de regiones turísticas basados en indicadores de impacto turístico
Estos aspectos identifican, tanto las áreas turísticas como las capacidades, así como la involucra-
ción de las personas que deben planificar y tomar decisiones respecto al área/región turística, afecta-
rán de forma importante a todo el proceso de planificación turística y que lleva a plantear la estructu-
ra cooperativa que se debe establecer para el área/región.
Una estructura cooperativa o de relaciones dentro de la planificación en turismo, se refiere a un
conjunto de comportamientos cooperativistas entre las organizaciones que compiten en el destino y
entre las organizaciones de carácter económico y social que completan la relación y transacción de
productos y servicios. Actualmente a los gobiernos les interesa plantear una red (relaciones), sobre
todo, porque lo ven como un componente esencial del futuro desarrollo económico de la región (p.e.
ver Cooke y Morgan, 1993). Además, puede ofrecer un potencial considerable para ayudar a las
zonas rurales y de medianías más desfavorecidas (OCDE,1990; y Butler et al, 1998).
Las redes son innovación, formas híbridas de coordinación de la actividad económica que lo que
están haciendo es ofertar a las organizaciones alternativas de mercado. Toda red involucra a empresas
de distinto tamaño, con varias combinaciones, que pueden ser locales; nacionales o internacionales,
dando valor añadido a sus productos finales, y con un alto rango de relaciones a través de las obliga-
ciones contractuales (Harper, 1993).
En turismo, las redes (relaciones) han tenido gran importancia en la promoción turística que,
basada en la coordinación, no significa una intervención formal, sino la identificación y el traba-
jo hacia objetivos comunes de las empresas turísticas en el área/región, sustentada todo ello sobre
estructuras públicas y privadas (Organización Mundial del Turismo, 1998h). Por lo tanto, siguien-
do a Buhalis y Cooper (1998) una red permitirá a las PYMES turísticas, por ejemplo:
Por tanto, el diseño de un adecuado proceso de control en las organizaciones en turismo cons-
tituye un elemento indispensable para la obtención de ventajas competitivas, lo cual, si cabe, es
aún más cierto en la actualidad, debido a los siguientes factores:
CONTROL
Estándares ORGANIZACIÓN
Mediciones Estructura
Comparaciones Administración de Recursos Humanos
Acciones
DIRECCIÓN
Motivación
Liderazgo
Comunicación
Comportamiento individual - grupo
Acciones correctoras
sí
no
No hacer nada
En algunos casos, en cambio, puede llegarse a la conclusión de que el estándar que se había
fijado no tiene un carácter realista, justificándose por ello la desviación que se ha producido y
optándose por la corrección del citado estándar. Antes de tomar una decisión en este sentido, ha
de analizarse concienzudamente la naturaleza de la desviación y determinar si efectivamente res-
ponde al excesivo valor del estándar y no a un deficiente funcionamiento de los procesos organi-
zativos.
– Exactitud. La información proporcionada por la empresa turística debe ser precisa. Los datos
inexactos pueden provocar la toma de decisiones correctoras inadecuadas para la solución del
problema o incluso generar la creación de problemas adicionales.
– Rapidez. Ha de minimizarse el tiempo que transcurre desde que se produce el desajuste hasta
que el aviso es recibido. Idealmente, el aviso habría de producirse antes de que se produzca
la desviación.
– Información objetiva y comprensible. Cuanto más objetiva sea la información, esto es,
menos manipulada o tergiversada por interpretaciones interesadas de individuos o grupos,
más eficaz será el sistema; para lo cual conviene que, en la medida de lo posible, los indica-
dores de control sean cuantitativos.
– Centrado en las áreas de control estratégico. Resulta materialmente imposible controlar
todo lo que sucede en una organización turística o, cuando menos, es algo económicamente
ineficiente. En este sentido, el sistema de control habría de centrarse en aquellas áreas que
pueden producir con mayor probabilidad desviaciones de los estándares, o donde dichas des-
viaciones producirían un mayor impacto en la organización. Asimismo, habría de centrarse
también en las áreas donde las acciones correctoras pueden aplicarse con mayor eficacia.
– Económica y organizativamente realista. En este sentido, el sistema de control debe ser
compatible con la realidad de la organización turística.
– Flexibilidad. Pocas organizaciones en turismo, actualmente disfrutan de un entorno estable.
Precisamente debido a ello, el sistema de control debe presentar la flexibilidad necesaria para
reaccionar a los cambios adversos que puedan suceder en el mismo, así como para aprove-
char las posibles oportunidades.
– Aceptación por los miembros de la organización. Si el sistema genera reacciones hostiles
por parte de los usuarios finales, puede poner en riesgo su propia supervivencia.
a) El control preliminar se realiza antes de que las actividades se lleven a cabo e intenta que
no se produzcan desviaciones en la cantidad y calidad de los recursos utilizados por la orga-
nización turística. En este sentido, se trataría de que los recursos humanos posean las com-
petencias necesarias para su desempeño en la organización; los recursos materiales deben
poseer niveles aceptables de calidad y estar disponibles en el momento y lugar adecuado
Planificación y control de la empresa turística 105
Figura 6.6 Tipos de control a partir de la consideración de la empresa turística como sistema
Medidas correctoras
Información
A. Técnicas de control preliminar: Las técnicas de control preliminar incluirían todas aque-
llas alternativas que la dirección turística, tiene a su disposición para aumentar la probabi-
lidad de que los resultados, finalmente obtenidos, concuerden con los planificados. Entre
ellas podemos destacar las técnicas de selección de recursos humanos y formación de equi-
pos; control de materias primas; control de las adquisiciones de capital; y control de los
recursos financieros.
106 Gestión y dirección de empresas turísticas
6.4 RESUMEN
La función de planificación en la industria turística incluye todas las actividades y tareas que un
buen director turístico realiza y que tiene como resultado final estrategias predeterminadas. Toda
planificación en un contexto turístico internacional debe orientarse al futuro y la responsabilidad
de la dirección será preparar a nuestra organización para la que pueda ocurrir. Además, es necesa-
rio que se adopten decisiones sobre objetivos, acciones, recursos y puesta en marcha de todos los
programas que se diseñen, ya que son los factores claves de un sistema eficaz de planificación.
La planificación ayuda a la dirección turística a la coordinación de esfuerzos, nos prepara para
el cambio, desarrolla patrones de rendimiento y fomenta el desarrollo. Pero este círculo no queda
completo sino se plantea la función de control que incluye todas las actividades llevadas a cabo
por la dirección turística para asegurarse de que los resultados actuales concuerdan con los resul-
tados previstos. Lógicamente, toda función de control sigue a las funciones de planificación y
organización.
Finalmente, se ha propuesto en este capítulo destacar que el desempeño eficaz de la función
de control, sustentado en la información y los sistemas de información es extremadamente impor-
tante para una empresa turística, que se mueve en continuos cambios de comportamiento del turis-
ta y de estrategias de las empresas que configuran el contexto mundial del turismo.
CAPÍTULO 7
EL DISEÑO Y LA ESTRUCTURA
ORGANIZATIVA EN LA EMPRESA
TURÍSTICA
7.1 INTRODUCCIÓN
Una vez establecidos los objetivos y formuladas las estrategias, la dirección tiene que ordenar y
combinar los recursos que son esenciales para la consecución de dichos objetivos. Esta función es
la de organizar, y consiste básicamente en analizar, identificar y definir el trabajo que tiene que
realizarse para conseguir los objetivos empresariales. Si esta función se lleva a cabo de forma acer-
tada, el resultado será una agrupación lógica de actividades y un medio para que los individuos
cooperen de forma eficaz en el logro de objetivos.
La empresa, desde una perspectiva teórica, es estudiada como una organización. Como tal se
la puede definir como1 “un sistema social creado para el logro de una finalidad que combina
recursos y valores mediante una estructura y unos procesos –intraorganizativos e interorganiza-
tivos” (Morales 2004:23). La organización tiene también una acepción como el instrumento con
el cual la empresa mantiene un determinado orden que posibilite el logro de sus objetivos.
Desde esta perspectiva, la organización es un instrumento para la consecución de los objetivos,
y es un concepto que está relacionado con la estructura y procesos que tiene una empresa.
Finalmente, la organización, como función, significa la actividad de ordenar, racionalizar, dise-
ñar la empresa y podría definirse como el conjunto de acciones que se desarrollan en la empre-
sa de cara a ordenar los elementos que la componen, estableciendo las relaciones y los grados
de dependencia e interacción necesarios según las finalidades propuestas (Lussato 1976:17-20).
Desde este enfoque, la organización forma parte del proceso administrativo y se sitúa al mismo
nivel que otras funciones como son la planificación, la dirección o el control.
cada vez más diseñan sus estructuras en función de las necesidades del cliente o de segmen-
tos de mercado, con el claro objetivo de conocer y ajustarse a sus necesidades, e incremen-
tar, con ello, su satisfacción.
– La variedad: como respuesta al poder de los compradores, la empresa incrementa el número
de productos y servicios que oferta, e intenta personalizarlos.
– El cambio: la empresa se mueve en un entorno cada vez más dinámico. La combinación de
variedad y cambio, obliga a las empresas a ser flexibles y a descentralizar la toma de deci-
siones.
– La velocidad: los clientes no sólo quieren variedad sino que también piden agilidad en las
respuestas a sus demandas.
Como consecuencia de todas estas exigencias y del entorno competitivo anteriormente descri-
to, las decisiones de diseño se han convertido en esenciales para la supervivencia de las empresas.
Junto a esta estructura organizativa formal, planificada y diseñada de forma conciente por la
dirección, coexiste una organización informal que tiene un carácter espontáneo y que recoge las
relaciones que se producen en una empresa y que no han sido previstas por la dirección. Aunque
su origen, objetivos, normas y roles no están claramente definidos, tiene, con frecuencia, una gran
influencia en el comportamiento y en los resultados organizativos.
110 Gestión y dirección de empresas turísticas
1. El diseño organizativo es un proceso directivo, ya que es la dirección la que toma las deci-
siones que pueden afectar el funcionamiento global de la empresa. Galbraith y otros (2002)
consideran, sin embargo, que existen buenas razones para incluir la participación de perso-
nas de otros niveles de la organización, ya que:
– La dirección no conoce al detalle todos los procesos y trabajos que se realizan a nivel
operativo.
– Puede haber una mayor creatividad y conocimientos en la resolución de determinados
problemas por parte de aquellas personas directamente en contacto con los clientes, el
proceso productivo, la tecnología, etc. Pequeñas aportaciones sobre desajustes observa-
dos pueden tener importantes impactos inmediatos.
– La colaboración en el diseño puede conducir a un mayor compromiso en su implementa-
ción y una mayor integración en el funcionamiento y objetivos de la empresa por parte
del resto del personal.
– La participación puede facilitar nuevas relaciones entre individuos y entre unidades orga-
nizativas, y posibilitar el desarrollo de capacidades directivas futuras, al tener que visua-
lizar la empresa en su conjunto.
Es un mecanismo de
Es un proceso
influencia sobre la
dinámico
organización informal
Su objetivo es la
eficacia y la eficiencia
En la empresa turística, son los empleados los que ofrecen el servicio, los que mayor interac-
ción tienen con los clientes y los que mejor pueden conocer sus demandas. Por otro lado, cabe
señalar que la participación no es aconsejable si ésta exige inversión en tiempo, dinero y energía,
o en casos donde las decisiones a tomar son impopulares pero necesarias para la supervivencia de
la empresa.
1. Formalización: Puede ser definida como el grado en que el comportamiento está limitado
por normas, reglas, políticas y procedimientos. El nivel de formalización en una organiza-
ción se refleja no sólo por la presencia de diferentes documentos tales como procedimien-
tos, descripciones de puestos de trabajo, regulaciones, políticas, organigramas, etc., sino
también, en la amplitud con la que esta documentación, en la que se especifican la conduc-
ta y actividades a desarrollar por el personal de la empresa, se aplica en todos los niveles
de la misma. La formalización constituye una parte importante de la burocracia organiza-
tiva, y persigue un funcionamiento racional y predecible de la organización.
2. Especialización: Es el grado en que se han dividido las funciones de la empresa. La espe-
cialización está condicionada por la división del trabajo que internamente haya determina-
do la empresa para sus actividades. Mediante la especialización, el trabajo se divide en ta-
112 Gestión y dirección de empresas turísticas
reas más simples que son agrupadas a su vez en puestos de trabajo y en unidades organiza-
tivas. Las organizaciones dividen su trabajo especializando sus puestos para aumentar la
productividad. Sin embargo, un gran desarrollo de la especialización puede dificultar la
necesaria integración de las diferentes tareas en la actividad global de la organización,
incrementando los costes estructurales.
3. Estandarización: Es el grado en que, actividades de trabajo que son similares, se ejecutan
de una manera uniforme dentro de la empresa. Una organización altamente estandarizada
describe el contenido del trabajo detalladamente, y trabajos análogos son ejecutados de la
misma manera en todas las plantas o localizaciones de la empresa (Daft, 1997:11). Por
ejemplo, una cadena hotelera suele estandarizar procesos y comportamientos en los dife-
rentes hoteles de una misma marca. La estandarización está estrechamente relacionada con
la formalización, pero mientras ésta se refiere, en esencia, a lo que se debe hacer, la estan-
darización se centra en cómo se debe hacer.
4. Jerarquía de autoridad y ángulo de control. La jerarquía indica quién debe responder ante
quién y el grado de autoridad y responsabilidad que cada director tiene en la empresa. La
jerarquía se establece sobre una base vertical en un organigrama. Cada uno de los peldaños
de la pirámide jerárquica constituye un nivel de estructura. El ángulo de control o ámbito de
control, mide el número de personas que son controlados por un directivo o supervisor con-
creto. La mayor o menor amplitud del ángulo de control dependerá de la complejidad y varia-
bilidad de las tareas a realizar por los subordinados, de la capacidad y profesionalidad de
directivos y subordinados, y del grado de formalización que exista.
5. Complejidad: Mide el número de diferentes actividades o subsistemas existentes dentro de
la organización. La complejidad es una consecuencia directa de la división del trabajo y de
la especialización. La idea básica es que en organizaciones que cuentan con muchos y dis-
tintos tipos de puestos de trabajo y unidades organizativas, se producen problemas organi-
zativos y de gestión más complicados que en organizaciones más sencillas. La complejidad
organizativa puede ser medida en tres direcciones: vertical, horizontal y espacial. La com-
plejidad vertical, también llamada diferenciación vertical, se refiere al número de niveles
jerárquicos de una organización. La complejidad horizontal o diferenciación horizontal se
relaciona no sólo con el número de diferentes unidades que existen a un mismo nivel, sino
también con grado en que difieren las distintas unidades organizativas dentro un mismo
nivel. Este grado de complejidad puede ser medido en términos de diferencias en la natu-
raleza de las tareas, del lenguaje aplicado, de los objetivos perseguidos, de competencias y
conocimientos requeridos, de estatus o roles desempeñados, etc. Por su parte, la compleji-
dad espacial es una forma de diferenciación horizontal, ya que las actividades de una orga-
nización pueden estar dispersas geográficamente, como son, por ejemplo, las diferentes
plantas hoteleras que puede tener una empresa en distintas partes del mundo.
6. Centralización: Expresa a qué nivel se toman las decisiones en la empresa. Por definición,
la centralización supone mantener la autoridad en los puestos más altos de la dirección de
la organización. La descentralización implica la transferencia permanente de tareas de deci-
sión así como sus correspondientes competencias y responsabilidades a niveles inferiores.
La tendencia actual en la empresa turística se dirije hacia una mayor descentralización
como respuesta a la presión de las fuerzas configuradoras anteriormente descritas, y a la
mayor capacidad y formación que han adquirido los recursos humanos.
A la hora de diseñar una empresa turística hay que tener en cuenta que presentan, generalmen-
te, las siguientes características, destacadas por Mahesh y citado por Baum (1996: 98):
– La percepción del cliente sobre la calidad del servicio ofertado está muy vinculada a la moti-
vación, conocimiento, habilidades y autoridad del personal con el que tiene contacto directo.
El diseño y la estructura organizativa en la empresa turística 113
De todo ello se concluye, que las estructuras deben ser descentralizadas para dar un servicio per-
sonalizado y respuestas rápidas a las demandas de los clientes, sin un gran desarrollo de la formaliza-
ción y estandarización para facilitar una mayor flexibilidad, y con una baja complejidad vertical, lo
que implica un menor desarrollo de los niveles jerárquicos.
COMPONENTES
ORGANIZATIVOS
Organización
informal
FACTORES
Estrategia RESULTADO
CONTEXTUALES
Organización
Tarea formal
Individuo
Retroalimentación
– Los factores contextuales. Son los inputs que sostienen el sistema y están compuestos por
aquellos elementos que definen las condiciones en las que la organización realiza su activi-
dad y a los que se enfrenta necesariamente. Formando parte del contexto, pero sirviendo de
enlace con los componentes organizativos, se sitúa también la estrategia.
– Los componentes organizativos. Son de especial importancia dentro del modelo, ya que
determinan cómo se producen los resultados a partir del contexto inicial dado.
– Los resultados. Son los outputs del sistema, y describen lo que produce una organización, su
rendimiento y su eficacia, y que deben coincidir con los objetivos estratégicos planteados.
2 Para muchos autores americanos, en la empresa no sólo existe un entorno externo, sino que consideran como “entorno
interno” aquellas variables que afectan a una organización como un todo, como son, por ejemplo, su tecnología, su tama-
ño, su edad, etc.
El diseño y la estructura organizativa en la empresa turística 115
– El entorno: el mayor o menor nivel de incertidumbre y competitividad del entorno influye sobre
el diseño de una organización. Frente a un entorno dinámico, las empresas turísticas difícilmen-
te podrán introducir una gran formalización ni centralización estructural, ya que ello las inca-
pacitaría para afrontar y adaptarse a los continuos cambios. Y frente a la complejidad del entor-
no, las empresas tienden a aumentar también la suya. Es importante recordar que la realidad
sistémica de la organización exige también su ajuste con otras empresas que forman parte de
su sistema, a través, por ejemplo, de alianzas, fusiones o redes entre empresas turísticas.
– Los objetivos y estrategia: son factores contingentes que condicionan claramente el diseño
organizativo. Tradicionalmente se ha considerado que la estrategia determina los criterios de
diseño3. Cada forma organizativa posibilita determinadas actividades y no facilita la realiza-
ción de otras. La estrategia determina la naturaleza del trabajo a realizar, definiendo qué acti-
vidades son las más importantes, y cómo alcanzar los resultados. Por ejemplo, una orienta-
ción estratégica hacia el mercado exigirá unas decisiones de diseño diferentes que una orien-
tación interna.
– La cultura corporativa: es un elemento intangible e informal de la organización pero con una
gran interrelación con las variables de diseño. La cultura puede convertirse en un elemento
informal de formalización y control del comportamiento muy poderoso de la empresa. El
conjunto de valores, creencias y experiencias sobre cómo debe funcionar una organización,
se refleja en el diseño que presente esa empresa.
– La tarea: es el trabajo básico que realizan la organización y sus unidades para promover la
estrategia de la empresa. Dado que esta actividad es la razón esencial de la existencia de la
empresa, cualquier decisión de diseño tiene que comenzar con una comprensión de la natu-
raleza de las actividades a realizar, los flujos de trabajo que vinculan dichas actividades, y las
características inherentes a cada tarea, como son: i) el grado de incertidumbre asociado a la
tarea, incluyendo aspectos como interdependencia entre tareas, y nivel de rutina en su ejecu-
ción; ii) los conocimientos y habilidades requeridas para su ejecución; iii) los tipos de recom-
pensas y límites inherentes a la actividad.
– Los individuos: son las personas que llevan a cabo las diferentes tareas. Para alcanzar el
mejor ajuste, es fundamental identificar las características de las personas responsables de
llevar a cabo las tareas. Esto significa analizar los individuos en términos de conocimientos
o habilidades individuales, sus necesidades y preferencias, sus percepciones y expectativas,
así como, otros factores vinculados, por ejemplo, con sus experiencias, etc.
– La organización formal: incluye todos aquellos aspectos que van orientados a estructurar,
de manera consciente y deliberada, el funcionamiento de la organización. Se incluyen aquí,
por tanto, las estructuras y los procesos organizativos, que se definen de manera explícita
para conseguir que los individuos realicen las tareas de forma adecuada. Son aspectos crí-
3 Existen otras perspectivas que apuntan a que i) decisiones de diseño del pasado condicionan el planteamiento estratégi-
co, ii) estrategia y estructura se influyen mutuamente.
116 Gestión y dirección de empresas turísticas
ticos en relación a la organización las decisiones con respecto al diseño de puestos de tra-
bajo, departamentos, mecanismos de coordinación y control, sistemas de recompensas,
políticas de recursos humanos, etc.
– La organización informal: hace referencia a aquellos aspectos organizativos que, influ-
yendo en el funcionamiento de la organización, no son explícitamente acordados sino que
surgen de manera espontánea y tienen carácter implícito e informal. Se incluyen aquí
aspectos tan diversos como el estilo de dirección, la cultura organizativa, las relaciones
entre individuos y grupos, así como todas aquellas relaciones de comunicación, influen-
cia y poder no vinculadas a la estructura formal.
TAREA
INDIVIDUOS
Características de los
individuos en la
organización
– La eficacia, considerada como el grado en que se han conseguido los objetivos especifica-
dos por la estrategia.
– La eficiencia, contemplada como el uso óptimo de los recursos disponibles a la hora de con-
seguir los objetivos, y el éxito en el desarrollo de nuevos recursos.
– El éxito competitivo, medido a través del posicionamiento de la organización para hacer fren-
te a nuevas oportunidades y evitar amenazas procedentes de cambios en el entorno.
El éxito en los resultados abarca también el nivel individual y de grupo. El resultado desea-
do a nivel individuo se mide en función de su rendimiento, grado de satisfacción, integración y
desarrollo personal en relación a su trabajo. Con respecto al grupo, puede significar la produc-
tividad, colaboración, calidad de comunicación esperadas con respecto a un departamento, divi-
sión, equipo, etc.
El diseño y la estructura organizativa en la empresa turística 117
4 Adaptado del ejemplo expuesto por Merger Delta. Organization architecture and change.
118 Gestión y dirección de empresas turísticas
El resultado de esta actividad debería aportar datos que respondan a las cuestiones: ¿qué y
por qué se necesita cambiar?; ¿a dónde hay que llegar?; ¿cómo será el estado final?; ¿cómo
se conseguirá? Por lo tanto, hay tres tipos de información que son absolutamente funda-
mentales:
– Datos concernientes a la estrategia y objetivos estratégicos específicos;
– Datos sobre cómo está funcionando en la actualidad la organización;
– Identificación específica de problemas que el rediseño debería corregir.
Diseño organizativo
estratégico
Diseño organizativo
operativo
2. Desarrollo del diseño organizativo estratégico. Tras el análisis evaluativo, se formulan las
decisiones de diseño a nivel corporativo que van a dar una forma global a la organiza-
ción; esto es, la estructura organizativa y los procesos que van a afectar a toda la organi-
zación. Por ejemplo, una empresa turística que se plantea una mayor orientación a los dis-
tintos segmentos geográficos en los que localiza su actividad, puede decidir adoptar una
estructura divisional o híbrida. La decisión por uno u otro tipo de estructura debe ir en
función de los factores contextuales, de la estrategia empresarial y de la posibilidad de
que los componentes organizativos puedan ajustarse a estas demandas. Las decisiones del
diseño organizativo estratégico crean un marco que sirve de guía para el diseño organi-
zativo operativo.
3. Desarrollo del diseño organizativo operativo. El diseño operativo detalla el diseño de los
puestos de trabajo, las diferentes unidades de trabajo, los procesos operativos, todo ellos
condicionados por aspectos como costes, calidad, necesidad de respuesta rápida al mer-
cado, implicación del personal, etc. En este sentido, el diseño operativo puede ser tam-
bién concebido como un diseño a nivel micro. Algunos diseños estratégicos se limitan a
la reposición de grupos y a cambiar unas pocas relaciones; en esos casos, el trabajo de
diseño a nivel operativo es simple. Más frecuentemente, el rediseño estratégico remode-
la profundamente la organización. Esto requiere de un diseño operativo más extensivo,
una atención detallada a los flujos de trabajo, los recursos, las relaciones, los procesos de
negocio, y las prácticas de los recursos humanos. En ocasiones, las limitaciones a las que
se enfrenta el diseño operativo exigen introducir variaciones en el diseño estratégico
(véase figura 7.5).
El diseño y la estructura organizativa en la empresa turística 119
1. ANÁLISIS PRELIMINAR
4. IMPLEMENTACIÓN
– El contenido del puesto, esto es, las actividades o tareas que requiere el puesto.
– Los requisitos del puesto, que abarcan las características que debe reunir un individuo para
cubrir un puesto, como por ejemplo, conocimientos, capacidades, experiencia, habilidades,
formación, etc.
– El contexto del puesto, que está relacionado con las demandas físicas y condiciones labora-
les del puesto, grado de compromiso y responsabilidad, nivel de supervisión, etc.
120 Gestión y dirección de empresas turísticas
– El alcance del puesto, que está relacionado con la especialización horizontal del mismo, y se
mide por el número de tareas diferentes que debe realizar la persona o grupo que ostente el
puesto. Las opciones pueden oscilar desde un diseño de bajo alcance, lo que significa la rea-
lización de pocas tareas (alta especialización horizontal), y un puesto de gran alcance, con
una amplia variedad de tareas a ejecutar (baja especialización horizontal). En el primero de
los casos, se persigue incrementar la productividad a partir de la repetición constante de unas
pocas tareas, que se aprenden más fácilmente y exigen, en principio, menos conocimientos.
Las personas que ejecutan estas tareas rutinarias, son más fácilmente sustituibles, que aque-
llas cuyos puestos tienen un gran alcance.
– La profundidad del puesto o especialización vertical del puesto. En los puestos muy especia-
lizados verticalmente (escasa profundidad) el individuo se limita a realizar la tarea pero no
la administra. Esto quiere decir que no tiene competencia en su planificación, dirección o
control. Sólo la ejecuta. A medida que se amplía el puesto en su dimensión vertical, el traba-
jador va ganando control sobre la actividad, sobre las decisiones implicadas en el desarrollo
del trabajo, y sobre los objetivos y criterios por los que se rigen estas decisiones.
Expansión del Incrementar el alcance aumentando el Aumentar la variedad en el puesto para evitar
puesto número de tareas a ejecutar. una excesiva monotonía.
Galbraith y otros (2002), establece cinco formas primarias de estructurar una organización, que
son la estructura funcional, la geográfica, la de producto, la de clientes, y la híbrida front-back.
Además, existen dos tipos de estructuras que son combinación de estas mencionadas, que son la
estructura por equipos y la matricial.
Antes de abordar las características de estas estructuras mencionadas, es importante señalar,
que una gran mayoría de las empresas turísticas son pequeñas, incluso micro-empresas. El diseño
organizativo de estas empresas se recoge, generalmente, en una estructura simple, que se caracte-
riza, por encima de todo, porque al tener pocos empleados tiene un escaso desarrollo jerárquico.
El poder está centralizado en la figura del empresario, existe un escaso desarrollo de la división
del trabajo, y de la especialización por puestos de trabajo ya que con frecuencia se intercambian
las tareas, de la formalización y de la departamentalización. Las relaciones son principalmente
informales, y la coordinación es mayoritariamente a través de supervisión directa.
La mayoría de las empresas presenta una estructura simple en sus años iniciales. Los factores con-
textuales que la condicionan, son un entorno simple, pero con frecuencia dinámico; un tamaño peque-
ño, edad joven, tecnología poco sofisticada, y la cultura manifestada por el empresario. Existe un esca-
so desarrollo explícito de sistemas de planificación y control, a favor del uso de procesos intuitivos y
arriesgados en la búsqueda de oportunidades.
Ejemplo de este tipo de estructura podemos verla en empresas de restauración, turismo rural,
y de ocio complementario. Generalmente se componen del empresario y varios empleados, que en
algunos casos son familiares. El empresario, además de dirigir el negocio realiza, con frecuencia,
tareas operativas y supervisa directamente a sus empleados. En su ausencia, delega el control
momentáneamente, en alguno de sus empleados. La supervivencia de este tipo de empresa está
muy ligada a la figura del empresario.
DIRECCIÓN
GENERAL
Contabilidad Secretaría
Planta Facturación
124 Gestión y dirección de empresas turísticas
Contexto
Fortalezas
Debilidades
Contexto
Fortalezas
Permite la satisfacción del cliente al clarificar las responsabilidades con respecto a productos, u ofrecer
puntos de contacto empresa-clientes únicos, lo que facilita relaciones más estrechas entre ambos.
Descentraliza la toma de decisiones.
Propicia cambios rápidos ante entornos inestables.
Facilita un ciclo de desarrollo de productos más rápido.
Permite que las unidades se adapten a diferencias en productos, regiones o clientes.
Facilita una alta coordinación lateral entre funciones dentro de una división.
Propicia una especialización en demandas y particularidades de cada región o segmento de cliente.
Es una buena estructura para organizaciones grandes.
Propicia el trabajo en equipo.
Debilidades
Elimina las economías de escala en los departamentos funcionales, provocando duplicidades de recursos y
funciones a través de las diferentes divisiones.
Conduce a una baja coordinación entre divisiones.
Crea un potencial de conflicto entre las diferentes divisiones geográficas y la sede central.
Dificulta la excelencia técnica, y la integración y estandarización a través de líneas de productos, en la
división por productos.
El diseño organizativo debe hacer explícitas estas necesidades formulando capacidades y dise-
ñando los mecanismos que permitan a las personas trabajar de forma eficaz. Al conjunto de estas
opciones de diseño las denomina Galbraith (1994), Galbraith y otros (2002:135) la organización
lateral, y comprende aquellos mecanismos de coordinación que complementan la estructura verti-
cal hasta completar un diseño organizativo.
Tal como se recoge en la figura 7.10, la organización lateral comprende, de menor a mayor
complejidad organizativa, redes, procesos laterales, equipos, figuras integradoras como es la
del coordinador general, y finalmente la estructura matricial. La organización lateral permite
que el trabajo se realice en el nivel que ocurre, es decir, que las personas interactúen y se comu-
niquen directamente sin tener que acudir a la jerarquía para la resolución de problemas opera-
tivos.
Este capítulo va a desarrollar de forma más ampliada el diseño de equipos, dada la importan-
cia que tienen para la empresa turística. La actividad turística conlleva, con frecuencia, una gran
interdependencia de un conjunto de tareas complejas, personalizadas con respecto a cada cliente,
que exigen respuestas rápidas y creativas a sus problemas. La respuesta del diseño organizativo, es
la creación de equipos.
128 Gestión y dirección de empresas turísticas
– Creando un producto o servicio, o satisfaciendo las necesidades de unos clientes (como por
ejemplo, los equipos de trabajo).
– Introduciendo mejoras e innovaciones (como los equipos de desarrollo de productos o pro-
cesos).
– Integrando diferentes partes de una organización (por ejemplo, los equipos de resolución de
problemas, o los coordinadores).
– Orientando el futuro, el cambio y la cultura de la empresa (como los equipos de dirección).
Los equipos se caracterizan por ser un grupo de personas que comparten un mismo objetivo,
del que son todos responsables. Para conseguir este propósito trabajan de forma coordinada ya que
se necesitan mutuamente. Esto debe tener como resultado el surgimiento de un fuerte espíritu de
cooperación, el apoyo mutuo tanto en la práctica del trabajo como de forma moral.
1. Composición: en función del origen de los integrantes de un equipo se pueden diseñar equi-
pos uni-funcionales (todos los componentes pertenecen a una misma área operativa de la
empresa y a un mismo nivel jerárquico, como por ejemplo, el equipo de mantenimiento de
un hotel), o equipos multi-funcionales o mixtos, que pueden pertenecer a distintas áreas de
la organización (por ejemplo, un equipo de resolución de problemas) o dentro de la misma
área, a niveles diferentes (por ejemplo, un equipo de ventas).
2. Autonomía: en función de su nivel de descentralización con respecto a la dirección de la
empresa, las opciones de diseño oscilan entre aquellos equipos que, realizando de forma
conjunta un trabajo, no tienen poder de planificación, decisión y control sobre el mismo.
En este caso, la opción viene determinada por una necesidad de incrementar la calidad,
coordinación y rapidez en la ejecución de unas tareas ya programadas. En el extremo con-
trario, se sitúan los equipos autogestionados, que son libres para planificar, dirigir, contro-
lar y corregir su propio trabajo. Con frecuencia, la decisión de establecer un equipo es con-
secuencia de la necesidad de diluir el riesgo de la toma de decisiones depositada en un solo
individuo, o también de que estas decisiones sean más creativas.
3. Actividad: según el objetivo para el que fueron constituidos, cabe distinguir entre
– Equipos temporales o ad hoc: son equipos, que se constituyen para resolver un determi-
nado problema, como es el diseño de una organización, la implementación de una estra-
tegia, o la resolución de un determinado proyecto. Realizan un trabajo puntual para la
empresa. Trabajar en este tipo de equipos puede ser una fuente para la creación de rela-
ciones y redes informales.
– Equipos de trabajo: generalmente son equipos uni-funcionales. Es el tipo de equipo más
común en las organizaciones. En ocasiones, este grupo no es colectivamente responsable
del resultado, es decir, no son evaluados o recompensados por el rendimiento global del
equipo. Este tipo de equipos pueden coexistir en estructuras muy jerarquizadas, ya que,
no cambian el papel de la dirección ni el proceso vertical de toma de decisiones.
– Equipos de negocio multi-funcionales: son mecanismos reales de integración. Reúnen a
personas con diferentes habilidades y conocimientos organizativos para crear u ofrecer
productos o servicios a clientes externos o internos. Este tipo de equipos reducen la nece-
El diseño y la estructura organizativa en la empresa turística 129
sidad de jerarquía para la toma de decisiones y son un componente esencial para reducir
los niveles jerárquicos. Si este tipo de equipo se convierte en la unidad organizativa bási-
ca en la empresa, se puede hablar de una estructura basada en equipos.
– Equipos virtuales: generalmente son temporales y multi-funcionales, y se pueden definir
como un grupo de personas que trabaja de forma interdependiente en un propósito compar-
tido, más allá de las fronteras del espacio, del tiempo, y los límites de una empresa, usando
la tecnología de la información y de la comunicación para interactuar. Las características
principales de este tipo de equipos es que están interconectados electrónicamente, y que sus
tiempos de encuentro en la red pueden ser tanto sincrónicos como asincrónicos
Ventajas
Desventajas
Contexto
Fortalezas
Alcanza la coordinación necesaria para hacer frente a las demandas duales del entorno.
Uso flexible de recursos humanos.
Recomendable para decisiones complejas y cambios frecuentes del entorno.
Oportunidad de desarrollo de habilidades funcionales y divisionales.
Buena fórmula para organizaciones de tamaño mediano y múltiples productos.
Debilidades
– La presión del entorno (aspecto competitivo dominante) debe provenir de dos o más secto-
res críticos, tales como función y producto, o mercado o zona geográfica. Esta presión dual
significa que se necesita un equilibrio de poder dentro de la empresa entre las partes funcio-
nales y las de producto dentro de la empresa.
– La actividad hacia el entorno por parte de la empresa es a la vez compleja e incierta. Los
cambios frecuentes y la gran interdependencia entre los departamentos exigen un vínculo
eficaz tanto de la dirección horizontal como vertical.
– Se necesitan compartir recursos entre líneas de productos. La empresa es de tamaño medio
y tiene un número moderado de líneas de productos. Existe la necesidad de un uso compar-
tido y flexible de personas y equipos.
contempladas como “tanques”, que requieren más tiempo y espacio para cambiar de dirección. La
claridad de roles fuerza a las personas a descripciones de puestos de trabajo que impiden su habi-
lidad y voluntad de adaptarse a lo que se precise en cada momento. Poner especial valor en la espe-
cialización propicia una mentalidad que impide la integración. Un sistema de recompensas y con-
trol burocrático introducen rigidez y se convierten en un obstáculo frente a la creatividad, la inno-
vación y la iniciativa de las personas. Frente a estas presiones, las organizaciones tienen que rom-
per con viejas cadenas y “cruzar nuevas fronteras”.
7.10 RESUMEN
En este capítulo se ha pretendido dar una visión general sobre la función que cumple el diseño orga-
nizativo como soporte para la estrategia empresarial. Un buen diseño no sólo va a capacitar el éxito
de una empresa, sino que va a permitir una mayor integración y desarrollo de los recursos humanos
en la empresa. Para el futuro, las organizaciones tendrán que buscar nuevas fórmulas que faciliten la
flexibilidad y la agilidad organizativa. Sin embargo, es necesario recordar que organizar implica
introducir un orden en un conjunto de elementos, y el orden implica estabilidad. Las organizaciones
no pueden cambiar constantemente, deben diseñarse de tal manera que mantengan un núcleo que al
menos durante un tiempo, den estabilidad a sus procesos y a sus recursos humanos.
CAPÍTULO 8
DIRECCIÓN ESTRATÉGICA
EN LA EMPRESA TURÍSTICA
8.1 INTRODUCCIÓN
La importancia del sector turístico en la sociedad actual y las circunstancias que lo rodean (ej.
complejidad de las relaciones entre agentes e incertidumbre del entorno) hacen necesario que las
organizaciones turísticas se gestionen coherentemente, siendo capaces de adaptarse a cualquier
nueva situación y teniendo claro el rumbo a seguir. Rumbo que debe ser consistente tanto con los
acontecimientos externos a la propia empresa como con sus propias fuerzas y debilidades. El sis-
tema de dirección que mejor se adaptaría a esta descripción y que se adecuaría a esta realidad no
es otro que la dirección estratégica.
Así este capítulo introduce al lector en el concepto e importancia de la dirección estratégi-
ca en las empresas turísticas. La pieza clave dentro de este sistema de dirección es la estrate-
gia. Así se plantean algunas de las definiciones más clásicas junto con la visión integradora
que incluye las diferentes dimensiones que se han considerado al describirla. A continuación
se exponen los principales niveles estratégicos y las opciones disponibles en cada uno de ellos.
Finalmente, el capítulo se cierra con una presentación del proceso estratégico en el marco del
cual se desarrolla la estrategia de la empresa, se definen las fases y se comenta brevemente el
cometido de cada una.
Dirección estratégica en la empresa turística 135
1 Para una revisión de la evolución histórica de la Dirección Estratégica se puede consultar Cuervo (1999) y Grant (1996
pág. 39 y siguientes).
136 Gestión y dirección de empresas turísticas
– La incorporación de la perspectiva del corto y el largo plazo: todos los niveles directivos de
la empresa han de tomar sus decisiones valorándolas tanto en función del corto como del
largo plazo. Así, un cambio de proveedor puede implicar un ahorro de costes en el corto
plazo pero puede resentirse la satisfacción de los clientes en el largo plazo.
– El reconocimiento de relaciones entre la eficacia y la eficiencia: además de todo lo anterior,
no “sólo” se trata de lograr los objetivos globales, sino también con una asignación adecua-
da de los recursos.
Como se habrá podido intuir, el concepto clave dentro de este sistema de dirección es el de
estrategia. Su reconocimiento en el ámbito empresarial tras la incursión con la teoría de juegos de
Von Neuman y Morgenstern en 1944 desde el campo militar en que había surgido, es relativamen-
te reciente y se remonta a las décadas de los años 60 y 70 (García Falcón, 1995). En lo que no hay
tampoco un consenso es en definir qué se entiende por estrategia. Algunas de las definiciones ya
clásicas son las que aparecen en el cuadro 8.1. Cada una con su enfoque y realzando distintos
aspectos en función de la corriente de pensamiento al que pertenece el autor o de la época en que
se enuncia.
Autor Definición
Porter (1982, pág.16): La definición de una estrategia competitiva consiste en desarrollar una
amplia fórmula de cómo la empresa va a competir, cuáles deben ser sus
objetivos y qué políticas serán necesarias para alcanzar tales objetivos.
Porter (1982, pág.55): Una estrategia consiste en emprender acciones ofensivas o defensivas
para crear una posición defendible en un sector industrial enfrentarse
con éxito a las cinco fuerzas competitivas y obtener así un rendimiento
superior sobre la inversión de la empresa.
Strategor (1995) Una estrategia consiste en elegir las áreas de negocio en las que la
empresa intenta presentarse y asignar los recursos de modo que ésta se
mantenga y se desarrolle en estas áreas de negocio.
A la luz de las múltiples posibilidades y matices para definir qué se entiende por estrategia, la
solución más convincente ha terminado por ser la que proponen Hax y Majluf (1997). Para ellos
la estrategia es un elemento multidimensional que incluye todas las actividades básicas de la
empresa y que además le aporta unidad, orientación y propósito. Las dimensiones que identifican
como resultado de la revisión de la literatura sobre el concepto son (Hax y Majluf, 1997):
1. La estrategia como una manera de definir el propósito de la organización por medio de sus
objetivos a largo plazo, sus programas y la priorización de la asignación de recursos.
Dirección estratégica en la empresa turística 137
En definitiva, cuando una empresa defina su estrategia deberá tener en cuenta que no es un sim-
ple trámite ni una cuestión de imagen. El diseño de la estrategia tiene repercusiones importantes en,
al menos, las nueve direcciones antes señaladas de Hax y Majluf (1997).
En cuanto al desarrollo de la estrategia cada día está más claro que es un proceso en el que
deben considerarse tanto el análisis racional y la intuición como la experiencia y la emoción
(Grant, 1996). El análisis metódico y racional de los ratios, los informes estadísticos o las memo-
rias por sí solos no son suficientes para el diseño de una estrategia triunfadora. Se podría necesi-
tar, en ocasiones, además, algunas dosis de experiencia, intuición, creatividad y hasta emociones
para que la estrategia de la organización sea única y la dirija hacia el éxito. Sin embargo, hay que
tener también en cuenta que en un sector como el turístico, de creciente complejidad e incertidum-
bres y en ocasiones el tamaño y el ámbito de actuación de las empresas turísticas con la tendencia
hacia la internacionalización, hacen que las decisiones vayan más allá de la intuición y necesiten
irremediablemente algún tipo de análisis (Reichel, 1983).
En cualquier caso, no hay que perder de vista que la arquitectura estratégica de una organización
es el fruto de una compleja red de decisiones tomadas por individuos. Individuos que se caracterizan
por tener una racionalidad limitada (Simon, 1947). Algunas de sus implicaciones más relevantes y que
son la base de la aproximación cognitiva a la realidad empresarial2, nos muestran a un decisor estra-
tégico que no conoce todas las alternativas disponibles ni sus consecuencias, que desarrolla un com-
portamiento de satisfacción y que, en ocasiones, descubre sus objetivos una vez iniciado el proceso.
A esto hay que añadir que este decisor estratégico y fruto de esa racionalidad limitada, elige una serie
de “atajos” o heurísticos3 que le llevan a sortear esa falta de información total.
En el trabajo de Schwenk (1984) se identifican qué simplificaciones tienen lugar a lo largo del
proceso estratégico. Por ejemplo, a la hora de formular los objetivos o identificar el problema los
individuos tienden a infravalorar información que contradice sus tesis mientras que sobreestiman
aquélla que la apoya (prior hypothesis bias). Bajo los efectos de este heurístico un directivo que
crea que su estrategia es la adecuada ignorará la información que le indique algún tipo de desajus-
te entre los resultados obtenidos y las expectativas.
De cualquier modo, los aspectos cognitivos de la estrategia están implícitos en todo el proce-
so, lo que ha ocurrido es que se ha volado sobre ellos, en silencio, constituyéndose como el des-
conocido eslabón perdido dentro del paradigma de la Dirección Estratégica (Stubbart, 1989).
2 Para un mayor detalle de las bases e implicaciones de la aproximación cognitiva a la realidad empresarial se puede con-
sultar Yanes (2004 a).
3 Un heurístico es “un procedimiento falible pero bastante fiable y rápido para solucionar problemas; una especie de reglas
genéricas que aunque no totalmente precisas pueden resultar muy útiles (Ballesteros Jiménez, 2000). Vienen a ser un atajo que
se utiliza al decidir para suplir la racionalidad total con que no contamos los sujetos y hacer frente a situaciones de incertidum-
bre. Uno de los más analizados es el heurístico de representatividad que identifican Kahneman y Tversky (1972).
138 Gestión y dirección de empresas turísticas
Lo que subyace en cualquier caso, es la preocupación del directivo por saber qué estrategia es la
mejor de entre todas las alternativas. Andrews (1977) propone un conjunto de preguntas cuyas res-
puestas conducirían a “discriminaciones intuitivas” que ayudarían a evaluar la estrategia. Entre ellas:
El intento de responder a estas preguntas puede ser un primer indicador de las probabilidades
de éxito de la estrategia de la empresa. Por ejemplo, ¿sería capaz un establecimiento hotelero que
no posee unos recursos humanos adecuadamente formados e involucrados, ni una cultura empre-
sarial de búsqueda de la excelencia y atención al cliente, ni unas infraestructuras actualizadas ni
capacidad de negociación con los mejores proveedores de desarrollar y mantener una estrategia
que apueste por ofrecer un servicio diferente y de calidad? Si una estrategia no supone un vehícu-
lo de motivación y estímulo en la empresa ni concuerda con los valores de la dirección ¿será fácil
de defender en el largo plazo?
También Grant (1996) nos ofrece una versión resumida y esquematizada de los elementos bási-
cos de una estrategia triunfadora:
1. Objetivos claros.
2. Comprensión del entorno.
3. Conocimientos de las debilidades y fortalezas de la empresa.
4. Implantación eficaz.
El hecho de que, circunstancias como una aceleración en los cambios, el avance de los recur-
sos tecnológicos, el incremento en la concentración y en la rivalidad o la relajación de las barre-
ras de entrada, tenga lugar en una etapa de madurez del sector hace que la resolución de cualquier
problema sea más complicada (Reichel, 1983). Con esto, no sólo deben las empresas turísticas
aplicar la dirección estratégica como el sistema o la filosofía que les lleve a los resultados positi-
vos, más aún, se convierte en una necesidad para sobrevivir en el sector. Así, parece que esa super-
vivencia depende cada vez más de movimientos proactivos y agresivos a la vez que de rápidas
reacciones, casi instantáneas, ante los cambios. Acciones que caracterizan a la dirección estratégi-
ca ya que con su aplicación se conseguirá para la empresa turística (Reichel, 1983):
1. Una orientación hacia el futuro, con la idea de actuar hoy para sobrevivir y mejorar los
resultados futuros. Si las decisiones que se toman hoy tienen una proyección longitudinal,
tanto en el análisis del entorno como de la potencialidad de la empresa, su posición será más
fácilmente defendible al cabo de los años ya que se habrá estado preparando para ello. En un
sector tan incierto y de creciente rivalidad, es probable que ese escenario futuro no se dé tal
cual lo hemos previsto4. Aún así se habrá conseguido que la empresa no perdiera el tiempo
ya que en el proceso de análisis y diseño de las opciones y en su debate y razonamiento habrá
adquirido conocimientos y habilidades que le permitan adecuarse a la nueva situación.
2. Una orientación hacia los resultados, la necesidad de fijar objetivos se intuye como una apro-
ximación hacia la dirección orientada al logro de resultados cuya consecución refleja el éxito
o el fracaso de la gestión. Con esto, la organización, y especialmente su dirección, se preocu-
pará por el cumplimiento de los objetivos como reflejo del esfuerzo realizado. Además, se
sabrá que las actividades realizadas sin considerar esa trayectoria marcada hacia el futuro
implicará el fracaso en el logro del nivel deseado. Todo lo que se realice en la empresa estará
enmarcado en el logro de los objetivos, creándose así un marco de actuación y referencia.
3. Una perspectiva proactiva de la dirección, la premisa subyacente es que las empresas que
valoran su entorno presente y futuro y actúan en consecuencia, tienen más éxito que las que
aguardan los cambios para responder. Además la visión proactiva que aporta la dirección
estratégica nos presenta unas organizaciones capaces de influenciar su entorno (ej. crear
demanda inexistente) y también de detectar las tendencias del mismo en sus primeras fases
de desarrollo, con lo que el tiempo de reacción y adecuación es mayor.
4. Proceso continuo, que además se asocia a varios niveles y funciones de la organización.
Así es toda la empresa turística la que está en una continua búsqueda de oportunidades y
amenazas y de la manera de explotar su potencial. Se convierte la dirección estratégica en
una forma de gestionar las empresa; no un esfuerzo puntual para solucionar un problema
sino en un marco coherente de actuación y parte de su cultura empresarial.
5. Una integración y aplicación de conceptos, técnicas y habilidades, con la visión estra-
tégica de la dirección, la empresa turística tendrá la posibilidad de integrar los análisis rea-
lizados desde diferentes puntos de vista como finanzas, marketing, comportamiento orga-
nizativo o sistemas de información. Con esto consigue ver la utilidad de toda la informa-
4 Edgar y Nisbet (1996) basados en la teoría del caos llegan a la conclusión de que la planificación a largo plazo en empre-
sas turísticas no reporta tantos beneficios. En su lugar las empresas deberían conceder más énfasis a la innovación y la
creatividad para mantener las ventajas competitivas.
140 Gestión y dirección de empresas turísticas
– Tendrán una visión de futuro, se adelantan a los acontecimientos, se preparan con tiempo
para explotar las oportunidades y minimizar el impacto de las amenazas y con ello obtienen
una flexibilidad y un margen de maniobra que añade flexibilidad a su actuación.
– Se preocupan por el logro de los objetivos, tienen fijada la dirección a seguir y un marco
coherente de actuación que les evita esfuerzos innecesarios.
– Desarrollan una visión proactiva de la realidad con lo que no esperan acontecimientos sino
que son capaces de influir en su entorno, “mover pieza” antes que el resto pudiéndose situar
en una posición más ventajosa y diseñar estrategias agresivas y no meramente defensivas.
– Están inmersas en un proceso continuo de cambio y decisiones que les hace permanecer acti-
vas, en continua lucha y en permanente necesidad de actualización.
– Son capaces de valorar la integración del esfuerzo de todos los niveles y áreas funcionales y
la necesidad de actuar como un todo.
En cualquier caso, la empresas turísticas con una dirección estratégica tienen a su disposición un
arma competitiva que les deja, al menos, en una buena posición de salida.
1. Nivel corporativo
La estrategia corporativa es la estrategia que afecta a la empresa como un todo y responde a la pre-
gunta de en qué negocios o sectores debe la empresa invertir o desinvertir buscando alcanzar la
combinación que genere unas mayores sinergias. Además, al implicar una visión de conjunto es la
estrategia quien también establece la distribución de recursos entre los distintos negocios de la
empresa.
Pertenecen a este nivel las decisiones de crecimiento de la empresa, tanto en su dirección como
en su forma.
acciones necesarias para mejorar su posición frente a la competencia dentro de ese sector en el que
desempeña sus actividades.
3. Nivel funcional
En el nivel funcional la estrategia determina la aplicación de los recursos y habilidades de las áreas
funcionales en apoyo del logro de la ventaja competitiva.
Oreja (1996) identifica las estrategias funcionales adecuadas en función de la etapa del ciclo de
vida en que se encuentre la empresa. Por ejemplo, si la empresa se situara en la fase de introducción
su estrategia de marketing iría encaminada a estimular la primera compra y el departamento de pro-
ducción llevará a cabo las acciones necesarias para asegurar la introducción del producto en el merca-
do. Mientras, en la etapa de madurez, el objetivo del marketing pasa a ser la defensa de la cuota de
mercado y la marca y en producción la principal preocupación es la reducción de costes.
Entre las funciones básicas a considerar a la hora de diseñar las estrategias en la empresa turís-
tica tenemos (Tse, 1988):
• Finanzas y contabilidad.
• Recursos humanos.
• Marketing.
• Tecnología y operaciones.
• Organización y dirección general.
• Investigación y desarrollo.
1. Análisis estratégico:
Comprende la búsqueda y procesamiento de información relevante tanto del entorno de la empre-
sa como de su interior. Con ello, la empresa tratará de identificar las oportunidades del entorno
que deberá explotar su estrategia y las amenazas cuyos impactos negativos deberá minimizar.
Respecto al análisis interno, con su diagnóstico la empresa deberá distinguir cuáles son sus forta-
lezas, es decir aquellos recursos y capacidades estratégicos, y sus debilidades, las facetas que nece-
sitan una mejora. En algunos casos, también se incluye dentro del análisis estratégico la identifi-
cación de la misión y los objetivos de la empresa.
3. Implantación y control:
Con la elección de la estrategia no está el problema resuelto, sino todo lo contrario. Es precisa-
mente la implantación o puesta en práctica de la estrategia la fase más crítica ya que se ha de con-
tar con el correcto ensamblaje con la estructura organizativa, los sistemas de información, la cul-
tura empresarial, los recursos humanos o el estilo directivo, entre otros. Una estrategia puede estar
perfectamente formulada y seleccionada que si la implantación no es la correcta, tendrá menos
probabilidades de ser exitosa.
Si bien en las tres fases comentadas del proceso suelen coincidir la mayoría de los autores, no
ocurre lo mismo con la localización a lo largo del proceso de la fijación de objetivos. En ocasio-
nes, (ej. Cuervo, 1999; Reichel, 1983) se suele identificar como fase inicial del proceso la fijación
de los objetivos de la empresa ya que es básica para determinar qué información necesita buscar,
por ejemplo. Mientras para otros autores (Medina y García, 2004) es la etapa que sigue al análisis
estratégico, ya que las empresas fijarán su objetivo en función de las posibilidades identificadas
en el entorno y su dotación de recursos y capacidades. Para Johnson y Scholes (2001) la fijación
del propósito de la empresa es parte del análisis estratégico. En cualquier caso y debido a que el
proceso estratégico se caracteriza por estar en continua retroalimentación ambas situaciones ven-
drían a coincidir ya que los objetivos permanecerían en ambos modelos como susceptibles de
modificación por medio de la retroalimentación de nueva información.
En definitiva, aunque con esta descripción de las fases del proceso estratégico parecen seguir
una secuencia lógica y temporal, en la realidad constituyen un conjunto de actividades y decisio-
nes interrelacionadas y en constante retroalimentación.
Además, es necesario recordar las consecuencias de la racionalidad limitada (Simon, 1947):
puede que los sujetos descubran sus objetivos en medio del proceso y busquen información de
manera aleatoria. Otra de las implicaciones de esta descripción más realista de los decisores, nos
muestra al directivo como pieza clave de la elección estratégica y con un papel mediador en el pro-
ceso de decisión, ya que ni las condiciones ni las alternativas le son dadas, las busca o las crea. La
toma de decisiones, por tanto, no sólo dependerá de información objetiva sino, también y princi-
palmente, de la percepción de los decisores ya sea del mundo que rodea a su organización como
de la realidad interna (Yanes y Oreja, 2003). Algo que debemos tener muy presente para entender
el desarrollo del proceso estratégico.
García y Medina (1998) analizan el nivel de cobertura de las distintas fases o subetapas del
proceso estratégico por las cadenas hoteleras españolas. Las dos que reciben una mayor atención
son la formación de las acciones estratégicas específicas y el establecimiento de objetivos. En el
lado opuesto se sitúa el análisis del entorno y la identificación de temas de interés estratégico.
Una conclusión que nos hace reflexionar sobre el hecho de que las empresas turísticas no conce-
dan una especial importancia al análisis de un entorno, tan turbulento y determinante como el que
las rodea.
8.5 RESUMEN
Este capítulo nos define a la dirección estratégica como un sistema de dirección basado en el com-
portamiento proactivo de la empresa, en la búsqueda del cambio y la innovación y en definitiva,
en la necesidad de desplegar todo su potencial de manera activa para hacer frente a un entorno más
incierto. Dentro de esta perspectiva, el concepto clave es el de estrategia. Un término que después
de la lectura de este capítulo debe traer a la mente una realidad multidimensional, encargada de
imprimir un carácter integrador y de coherencia al propósito estratégico de la empresa, a la defi-
nición de su campo competitivo y a la especificación de las tareas corporativas, de negocio y fun-
cionales, entre otras. Esta estrategia o rumbo a seguir por la empresa con su carácter multidimen-
sional parece diseñado a medida para un sector como el turístico, con unas marcadas tendencias
Dirección estratégica en la empresa turística 143
9.1 INTRODUCCIÓN
“El análisis del entorno puede también proporcionar a las empresas una
estimulación intelectual y ayudar en el desarrollo de una actitud proactiva” (Costa,
Eccle y Teare, 1997).
Este capítulo trata una de las fases clave del proceso estratégico: el análisis estratégico. Para que
la estrategia de una empresa turística tenga una mayor probabilidad de éxito no puede permanecer
Análisis estratégico de la empresa turística 145
1 Para una revisión de la literatura y los diferentes modelos de análisis del entorno se puede consultar Fahey y Narayanan
(1986).
146 Gestión y dirección de empresas turísticas
Ante la imposibilidad de aproximarnos al entorno como un todo y para llevar a cabo un proceso
de análisis más ordenado, múltiples investigaciones han estructurado el entorno descomponiéndolo en
segmentos. Así, la mayoría de los autores (ej.Daft, Sormunen y Parks, 1988; Fahey y Narayanan,
1986; Osborn y Hunt, 1974; Thompson, 1967) hacen una clasificación que les lleva a hablar de un
tipo de entorno general y uno más específico y próximo a cada organización (“task environment”).
Cada uno de estos segmentos supondrá diferentes implicaciones para las actividades estratégicas
de la organización, el grado de condicionamiento en la jerarquía estratégica (Bourgeois, 1980), la
intensidad del análisis de las variables (Ebrahimi, 1998) o el nivel de incertidumbre percibida (Daft,
Sormunen y Parks, 1988), entre otros.
En el caso de las empresas turísticas, el análisis del entorno genérico tiene una especificidad
respecto a otros sectores. Se ha de realizar con una doble vertiente que consiste en estudiar las
principales variables tanto para el país o región en que se encuentre situada la empresa como para
el país o región emisor de los clientes, en caso de no coincidir. Ambos serán relevantes en el
proceso estratégico de la empresa. Por ejemplo, un hotel situado en Canarias ha de estar al
corriente de la situación de la economía española ya que la evolución del nivel de precios de
Canarias y de España le condicionará el coste de sus factores, los tipos de interés que ofrecen las
entidades bancarias afectará a su financiación o el nivel de inversiones públicas en infraestructuras
al acceso a sus instalaciones. Sin embargo, si su mayoría de clientes fueran alemanes, no serán
menos importantes la evolución del nivel medio adquisitivo en Alemania, las tendencias, modas y
características de la sociedad alemana o la existencia o no de ayudas públicas para viajes de
personas jubiladas.
– Dinamismo: que según Duncan (1972) habría que estudiar según a dos subdimensiones: el
grado en que los factores del entorno se mantienen a lo largo del tiempo y la frecuencia con
que los decisores consideran nuevos y diferentes elementos del entorno en la toma de
decisiones.
Sin embargo, no sólo habría que considerar la variabilidad del entorno sino la posibilidad de
predecir los cambios. Parece lógico que no tendría iguales consecuencias para la
organización una tendencia continua y progresiva de disminución de clientes, que un
descenso radical e imprevisto que rompa una secuencia al alza. De esta forma, hablando de
dinamismo del entorno se debería pensar no sólo la variabilidad del entorno sino la
estabilidad o no de esos cambios y así su posible predicción.
2 La siguiente dimensión más considerada es la hostilidad. Se puede consultar Yanes (2004 b) para una mayor revisión de
las dimensiones del entorno utilizadas en la literatura.
Análisis estratégico de la empresa turística 147
a) Creciente rivalidad competitiva entre las empresas turísticas de un mismo subsector (ej.
entre hoteles).
b) Extremada variedad de viajeros, que además con cada vez más exigentes.
c) Elevada interrelación entre todos los tipos de empresas que integran el sector turístico: la
satisfacción de un viajero depende de la experiencia global con todas las empresas.
d) Extremada vulnerabilidad de la actividad turística ante cualquier cambio en el entorno.
3 Para una mayor explicación de la aproximación cognitiva al campo empresarial se puede consultar Yanes (2004 a).
148 Gestión y dirección de empresas turísticas
desarrollo tal que los beneficios sean máximos para la empresa. Así, se aconseja organizarlo de
manera que facilite y desarrolle el pensamiento estratégico en las organizaciones, siendo
aconsejables las siguientes fases (Costa y Teare, 1996):
La anterior descripción del proceso de análisis del entorno según Costa y Teare (1996) tiene un
carácter inminentemente prescriptivo en aras a mejorar el proceso. Sin embargo, hay
investigaciones empíricas con una perspectiva más descriptiva que nos revelan cómo realmente
analizan las empresas turísticas su entorno. Entre las características más sobresalientes:
• En la primera encuesta internacional en la que se estudian las pautas de análisis del entorno
en cadenas multinacionales de hoteles, Olsen, Murthy y Teare (1994) concluyen que:
– Los encuestados analizan el entorno, si bien existe una gran variedad en las actividades por
medio de las cuales lo hacían y que la mayoría estaban enfocadas hacia el corto plazo.
– Las principales fuentes de amenazas son identificadas en el entorno específico: las
necesidades de los clientes y el desarrollo de nuevos productos por parte de los
competidores. A éstos le seguían un análisis frecuente del coste de capital, las ofertas de
los competidores y las tendencias económicas.
– Las empresas pequeñas parecen ser más activas en el análisis del entorno y más
interesadas en los avances tecnológicos, las condiciones del mercado laboral, el
comportamiento del consumidor y las expectativas de los precios.
• Relacionado con la obtención de información, West y Olsen (1989) identifican que la
mayoría de las empresas del sector ponen en práctica un proceso informal. Algunas de las
razones que encuentran es que el tiempo invertido en la resolución activa de problemas les
compensa más que el dedicado a actividades “soft” como el análisis, la falta de fuentes
fiables de información o el hecho de que mucha de la información que procesa el directivo
es difícil de evaluar cuantitativamente. Al respecto, en estudios posteriores (Costa, Eccles y
Teare, 1997; Costa y Teare, 2000) se insta a las empresas turísticas a considerar los
beneficios para la toma de decisiones del diseño de un sistema formal de análisis del
entorno.
Respecto al análisis del entorno en turismo, según Costa y Teare (2000) la falta de una
perspectiva a largo plazo, junto con el compromiso de obtener resultados tangibles inmediatos y
la férrea confianza en datos cuantitativos, no son más que un profundo reflejo de la cultura
organizativa de las empresas turísticas. Las recomendaciones que proponen estos autores, basados
en sugerencias de los entrevistados, para la mejora del proceso de análisis del entorno son:
– Una mejor definición de las necesidades y fuentes de información para obtener una
información de calidad.
– Contar con profesionales más cualificados para la recolección y análisis de la información.
Complejidad
Simple Complejo
4 Esta técnica de Oreja y Yanes (2003) ha sido replicada en Oreja y Yanes (2005) aplicando el modelo de Rasch (1980) a
empresas turísticas.
Análisis estratégico de la empresa turística 151
De esta forma están corroborando lo que modelos anteriores (ej. Daft, Sormunen y Parks,
1988) habían obtenido, pero en esta ocasión con el valor añadido de utilizar de manera innovadora
sólo percepciones directivas y una muestra de empresas turísticas ya que, hasta el momento es
escasa la investigación que conjuga ambas circunstancias.
En el cuadro 9.2 se ofrece un resumen de los condicionantes de cada una de las fuerzas de
Porter (1982). La empresa turística deberá sacar las conclusiones para su situación concreta en un
momento dado.
“Un grupo estratégico es el conjunto de empresas de un sector industrial que siguen una
misma o similar estrategia a lo largo de las dimensiones estratégicas”.
Así, la pertenencia a un grupo implica tener la misma perspectiva de cómo competir en el sector
(Leask y Parnell, 2005). De esta forma, en lugar de considerar a todas las empresas que compartan el
mismo campo de actividad, la empresa prestará una especial atención a aquellas que compitan con una
estrategia similar. Por ejemplo, en el caso de las empresas hoteleras, serán competidoras más directas
152 Gestión y dirección de empresas turísticas
dos cadenas que estén posicionadas en establecimientos de ciudad con más de cuatro estrellas, que
unas de éstas y una cadena de hoteles situados en zonas de playa y con 1 ó 2 estrellas. Las dos primeras
pertenecerían al mismo grupo estratégico. Por tanto, los grupos estratégicos se constituyen como una
herramienta analítica de ayuda en el estudio de la estructura de un sector ya que permite un enfoque
intermedio entre el sector en su globalidad y cada empresa individualmente (Porter, 1982).
Las características a emplear para identificar los grupos estratégicos han de ser aquéllas que
permitan distinguir un grupo de empresas de otro y que sean verdaderamente relevantes para el
sector que estemos analizando. Además, han de elegirse aquéllas que determinen las barreras clave
Análisis estratégico de la empresa turística 153
– Expansión geográfica: cadenas hoteleras con presencia sólo en una región, en todo el
territorio nacional y con presencia internacional.
– Segmentos de mercado en que actúa: hoteles en zonas costeras, hoteles de ciudad y hoteles
rurales.
– Calidad de los productos: clasificación de los hoteles según el número de estrellas
concedidas.
– Grado de integración: cadenas pertenecientes a un grupo con agencias de viajes y líneas
aéreas y cadenas de hoteles sin integración.
– Tamaño del hotel: número de camas que componen el establecimiento.
La figura 9.1 representa un ejemplo de los grupos estratégicos que se podrían identificar en el
sector de empresas de alojamiento turístico. Para ello se han utilizado dos dimensiones como el
segmento de mercado (sol y playa, ciudad y turismo rural) y la calidad ofrecida (1/2 estrellas, 3/4
estrellas, 5 estrellas y lujo). El tamaño de los círculos es indicativo del número de empresas que
componen el grupo.
Hoteles de Hoteles de
5 estrellas playa de gama ciudad de
flujo alta gama alta
Hoteles de Hoteles
ciudad de rurales de
3/4 estrellas gama media gama media
Hoteles
de sol y playa
de 1/2 estrellas
1/2 estrellas
Un concepto importante a considerar en el estudio de los grupos estratégicos son las barreras
de movilidad entre grupos. Los grupos estratégicos no existirían de no ser por la presencia de
dichas barreras que impiden que diferentes posiciones sean tomadas con facilidad (Leask y
Parnell, 2005). Así, las barreras de entrada en un sector dependerán de cada grupo (Porter, 1982).
Barreras que además se constituyen como de movilidad entre grupos estratégicos. Tal es su
importancia, que autores como McGee y Thomas (1986) argumentan que son precisamente estas
barreras a la movilidad las que permiten identificar con una mejor base los grupos ya que las
estrategias son más vagamente definidas.
Además de las condiciones propias del sector, Porter (1982) incluye como condicionantes de la
rentabilidad de las empresas a las características del grupo estratégico (como “altura” de las barreras
154 Gestión y dirección de empresas turísticas
de movilidad o poder de negociación del grupo frente a clientes y proveedores) así como a la posición
de la empresa en el grupo. Este último factor dependerá, entre otros, del grado de competencia dentro
del grupo o del coste de ingreso en el grupo.
En definitiva, esta herramienta nos permitiría obtener información sobre (Johnson y Scholes,
2001):
1. Los competidores más directos, la rivalidad dentro de cada grupo y las diferencias entre los
grupos. En el ejemplo anterior (figura 9.1) las empresas situadas dentro del grupo estratégico
de hoteles de sol y playa y 5 estrellas/lujo serán todos competidores directos y rivalizarán al
ofrecer a los clientes un servicio diferenciado y único. Estrategia que no coincidirá en
absoluto con las situadas en el grupo estratégico de hoteles de sol y playa de 1 ó 2 estrellas
cuya pretensión podría situarse en competir en los precios.
2. Las posibilidades de cambiar de grupo estratégico al identificar las barreras de cada grupo.
Por ejemplo si una empresa se planteara entrar en el grupo de hoteles de 5 estrellas o lujo
una barrera sería adquirir las instalaciones acordes con la categoría (habitaciones amplias,
cómodas y totalmente equipadas, Spa y equipo de profesionales o instalaciones deportivas),
además de necesitar una imagen o marca que se perciba como diferenciada.
3. Las oportunidades o segmentos vacíos. Al elaborar el mapa estratégico podríamos
identificar alguna combinación de las variables utilizadas en las que existan pocas o
ninguna empresa y con unas barreras de entrada bajas. En la figura 9.1 podríamos ver que
no existe ninguna empresa hotelera que se dedique al alojamiento rural para un tipo de
cliente que busque algo muy diferenciado y de alta calidad.
4. Posiciones estratégicas complicadas, como sería la de una empresa que se dedique al sol y
playa con una o dos estrellas ya que se trataría de un grupo estratégico con gran número de
empresas, quizás dirigido a un cliente cada vez más exigente y en un segmento estancado
y con pocas posibilidades de expansión.
Ante las dudas, frustaciones y “devastadores ataques”5 que llegaron a padecer las
investigaciones sobre los grupos estratégicos, Reger y Huff (1993) se proponen demostrar su
existencia. Para ello parten de la idea de que sería lógico que los estrategas pensaran en términos
de grupos de competidores para cognitivamente simplificar la complejidad del entorno. Con esto
se centran en determinar si los directivos perciben características diferenciadoras entre empresas
y si es así, su naturaleza. Por medio de la técnica del repertory grid, demuestran que los grupos
estratégicos son realmente percibidos por los estrategas y que son parte de la forma en que
organizan y entienden su entorno competitivo. No son simplemente una herramienta analítica, los
grupos estratégicos son parte de los esquemas mentales de los individuos, los perciben y por tanto,
existen. La realidad que existe es la que se percibe.
También en este estudio proponen una reconceptualización de la composición de los grupos
estratégicos, que estarían formados principalmente por los siguientes tipos de empresas:
1. Empresas núcleo: definen el patrón estratégico del grupo y están muy cercanas unas de
otras.
2. Miembros secundarios: siguen la postura del grupo pero con menos consistencia que las
empresas del núcleo.
3. Empresas transeúntes: empresas cuya estrategia cambia de una posición a otra, pero dentro
del grupo.
5Para Reger y Huff (1993), la crítica más feroz que reciben los autores que analizan los grupos estratégicos es la que pro-
cede de Barney y Hoskisson (1990), quienes dudan de la existencia real de los grupos estratégicos y de que los resultados
de la empresa dependan de la pertenencia a un grupo.
Análisis estratégico de la empresa turística 155
A pesar de estos importantes logros, sus conclusiones tienen aún una mayor implicación ya que
afirman que al demostrar que los grupos estratégicos derivan de las estructuras cognitivas de los
individuos del sector, entonces las percepciones directivas representan un verdadero potencial en
el estudio de las estrategias competitivas. Dan así su apoyo a la aplicación de la perspectiva
cognitiva en el campo empresarial.
Una de las escasas aplicaciones de los grupos estratégicos al sector turístico ha sido la de Curry
et al (2001) basada también en percepciones directivas. Toman una muestra de hoteles británicos
para comparar los resultados de la aplicación del análisis cluster con los mapas resulantes del self-
organizing map de Kohonen (1995), un tipo de red neuronal. La información que utilizan para la
clasificación de los hoteles es la clasificación de las estrategias genéricas según Porter (1982).
Entre algunas de las conclusiones que obtienen del análisis de los grupos estratégicos es la
adopción simultánea de más de una estrategia genérica, junto con la importancia claramente
reconocida del marketing para cualquier prototipo.
9.2.4.4 Escenarios
La elaboración de escenarios es una técnica bastante indicada para el sector turístico ya que está
recomendada para decidir ante entornos inciertos (Goodwin y Wright, 2001; Schoemaker, 1995;
Walsh, 2005). Es en este contexto donde es más difícil que los decisores estimen las posibilidades
de ocurrencia de determinados hechos concretos. Con esto, aunque la probabilidad de ocurrencia
de un escenario sea infinitesimal, el conjunto de los escenarios elaborados sí que limitaría las
incertidumbres del futuro (Goodwin y Wright, 2004).
Son varias las ventajas que acrecientan su utilidad, más aún para la situación de las empresas
turísticas. Entre ellas, el simplificar la “avalancha de datos” a un número reducido de estados
posibles (Schoemaker, 1995); el ser una técnica sencilla, de manera que cuanto más simple sea el
escenario más útil es (Mercer, 1995); el evitar la necesidad de estimar probabilidades subjetivas
con los sesgos psicológicos que implican (Goodwin y Wright, 2004), el estilo narrativo en que se
presentan los escenarios suele ser una forma más natural de entender el mundo (Goodwin y
Wright, 2004) y enfatizar la necesaria visión del largo plazo.
Según Goodwin y Wright (2004) los escenarios se basan en asumir que, ante un entorno nada
cierto, lo mejor es identificar las principales incertidumbres y plantear el conjunto de futuros que
se podrían desplegar. Así, a lo largo del proceso se relacionan las incertidumbres clave, con
tendencias predeterminadas y con el comportamiento de agentes que tengan algún interés en dicho
futuro. De esta forma, no sólo es importante el objetivo de la elaboración de los escenarios sino
que la empresa además adquiere conocimientos y habilidades a lo largo de todas las etapas del
proceso, siendo esto en ocasiones, tanto o más importante. En cuanto a los aspectos concretos de
su elaboración, las fases que proponen Goodwin y Wright (2004), muy similares a las de
Schoemaker (1995) son las siguientes:
2. Identificar las tendencias predeterminadas que tendrían algún impacto en el tema del
escenario.
Las posibles tendencias observadas son un incremento del precio del combustible y una mayor
frecuencia en los desplazamientos de los turistas, que ya no se limitan al período vacacional anual.
156 Gestión y dirección de empresas turísticas
8. Añadir las acciones de los individuos u organizaciones que estarían afectados por el
futuro descrito en cada escenario.
En este apartado se podría añadir, por ejemplo, cuál sería la reacción de los organismos de
defensa de los consumidores ante la publicación de la lista, ya que podrían llevar a cabo algún
tipo de acción judicial, que se podría unir a la posible negativa de ciertos países a que
determinadas aerolíneas, no sólo no operen en su territorio, sino incluso que lo sobrevuelen.
Estos escenarios hipotéticamente elaborados proporcionarían ayuda al menos respecto a dos
propósitos (Goodwin y Wright, 2001):
positivo
X negativo
1. Recursos tangibles: entre los que incluye a los recursos físicos (construcción, materias
primas o instalaciones) y financieros (tesorería o capacidad de endeudamiento), que serían
los más fáciles de identificar y valorar, como mínimo mediante la información contable.
2. Recursos intangibles: que comprenderían los recursos tecnológicos, los recursos humanos, la
reputación y los recursos organizativos. Este grupo de recursos coincide en ser el más difícil
de evaluar si bien son objeto de una creciente atención y cuantificación, a la vez que la
principal fuente de ventajas competitivas para las empresas6.
6 En el capítulo 11 de este libro se ofrece una amplia discusión del papel de los recursos intangibles en las empresas turís-
ticas.
Análisis estratégico de la empresa turística 159
• Duración: hace referencia a la vida útil del recurso en la empresa ya que cuanto más se
acorte menos posibilidades de mantener la ventaja competitiva. Un caso típico de recursos
con menos duración son los avances tecnológicos. En el lado opuesto, los recursos
intangibles como la experiencia y la trayectoria., cuyo desgaste con el paso del tiempo es más
lento en la generalidad de los casos.
• Movilidad: está condicionada por la posibilidad de comprar o transferir el recurso o
capacidad estratégica a otra empresa, bien sea por dificultades geográficas (ej. trasladar
todas instalaciones de un hotel a otro) o porque son recursos muy específicos de una empresa
que en otra no tendrían igual productividad. Así, la contratación del alto directivo que llevó
a una cadena hotelera a ser líder del sector no asegura que tenga igual resultado en otra
160 Gestión y dirección de empresas turísticas
empresa ya que puede estar condicionado por la cultura empresarial, la receptividad del resto
de recursos humanos y la capacidad del trabajo en equipo.
• Posibilidad de réplica: implica reproducir un recurso o capacidad cuya movilidad no era
posible. Será más fácil para un hotel copiar las instalaciones de la competencia (y en general
los recursos tangibles) que su capacidad de servicio al cliente, su reputación o know-how.
• Apropiación de rentas: hace referencia a quién corresponden los beneficios de los recursos
ya que en ocasiones no está del todo claro. La empresa deberá apostar por aquellos recursos
cuyas rentas pertenezcan a la empresa. Por ejemplo, en el caso de los recursos humanos en
prácticas, los beneficios del tiempo invertido en su formación, una vez acabó el período de
prácticas no revertirán en la empresa que los formó sino en la siguiente en contratarlos. Otro
caso muchas veces en discusión es la cartera de clientes de un agente comercial con su
marcha de la empresa.
Página web NO SÍ SÍ NO SÍ SÍ
Buena imagen SÍ SÍ SÍ NO NO SÍ
Capacidad SÍ SÍ SÍ NO NO SÍ
organizativa
Recursos/capacidades 1 2 3 4 5
Equipamiento de habitaciones x O
Aparcamientos O x
Imagen de marca x O
Cuota de mercado x O
Atención al cliente xO
Estilo de dirección xO
Cultura empresarial x O
Estructura financiera O x
Nuevas tecnologías x O
X = la empresa
O = media del sector
1. Actividades primarias: son las relacionadas con la “creación física” del producto (o
prestación del servicio, en turismo), su venta y asistencia posterior al cliente.
– Logística interna: comprende todas las actividades relacionadas con las materias primas
necesarias. Entre ellas el recibo, almacenamiento o control de inventarios.
– Operaciones: son las actividades de transformación de los factores en el producto final.
En el caso de la empresa turística sería la prestación del servicio, como el alojamiento o
el transporte en sí.
– Logística externa: actividades asociadas con la distribución del producto a los
compradores.
– Comercialización y marketing: cuyo fin es el de inducir la compra de los clientes, como
la publicidad o la fuerza de ventas.
Análisis estratégico de la empresa turística 163
Para Porter (1987) la importancia de cada una de estas actividades dependerá del sector
industrial del que estemos hablando ya que cada uno tiene su propia peculiaridad. Así, en el caso
de las empresas turísticas quizás sea más determinante el margen que aportan las actividades de
operaciones y marketing, que el del servicio posventa.
Aparte del valor que pudiera generar cada actividad de manera independiente, es también
importante considerar las relaciones entre las propias actividades e incluso con otras cadenas de
valor con que está vinculada la empresa como fuentes de ventajas competitivas (Porter, 1987). Por
ejemplo, las actividades publicitarias supondrán un aumento del nivel de ocupación y con ello se
ha de tener previsto un mayor consumo ciertos insumos. Es de la sincronización entre las distintas
actividades de donde la empresa puede obtener un valor extra. Además, el cliente puede percibir
un mayor valor del servicio recibido como fruto de los vínculos entre la cadena de valor de la
Investigación de
mercados.
empresa y la de otros agentes del sistema de valor. Estaríamos hablando, por ejemplo de posibles
vínculos o coordinación entre una agencia de viajes (como distribuidor) y la empresa hotelera, de
manera que reparta más o menos uniformemente los clientes entre los diferentes establecimientos
hoteleros de la cadena en un paquete turístico. En el caso de un grupo turístico integrado, el
margen obtenido resulta precisamente de los vínculos entre las cadenas de valor de los distintos
negocios implicados en la búsqueda de sinergias (ej.vuelos chárter en temporada baja del hotel).
Los cuadros 9.7 y 9.8 muestran un sencillo ejemplo de las actividades a considerar en un
establecimiento hotelero para el análisis de valor que aportan. Hay que tener sin embargo en
cuenta que no es fácil su adaptación a la empresas de servicios ya que es un instrumento pensado
inicialmente para empresas industriales.
– Planificación de la temporada.
– Análisis del entorno y establecimiento de vínculos y relaciones.
INFRAESTRUCTURAS – Desarrollo de una cultura adecuada.
– Sistema de dirección y liderazgo.
9.4 RESUMEN
Este capítulo se centra en una de las fases clave del proceso de formulación estratégica: el análisis
estratégico. El objetivo de esta etapa es obtener la información necesaria para que la estrategia que
formule la empresa esté en consonancia con un medio externo que es fuente de oportunidades y
amenazas y un medio interno, en el que encuentra sus fortalezas y debilidades.
El análisis del entorno comprende la identificación de aquellos factores externos a la empresa
que pudieran condicionar su comportamiento a partir de las percepciones directivas. Por ser el más
cercano a la empresa es especialmente relevante el diagnóstico del entorno específico. Para ello se
Análisis estratégico de la empresa turística 165
ha de valorar cuándo estaría la empresa en una posición ventajosa frente a sus clientes o
proveedores y qué condiciones o barreras determinan la rivalidad en su sector. Una información
más concreta es la que obtenemos de la elaboración de los grupos estratégicos, ya que aún en un
mismo sector existen empresas muy distantes desde el punto de vista de sus estrategias
competitivas. Así nos centramos en aquellos competidores que se convierten en nuestros rivales
más cercanos a la vez que identificamos posibles nichos de mercado con un gran potencial y las
barreras de entrada y movilidad entre los diferentes grupos.
En cuanto al análisis interno, que cobra un especial interés para empresas turísticas ante las
incertidumbres del entorno, pretende que la empresa identifique en qué aspectos es mejor que la
competencia y dependiendo de estos defina su estrategia. Así, se plantean las características a
cumplir por los recursos y capacidades organizativas para ser fuente de una ventaja competitiva,
como escasos, relevantes y difíciles de imitar por la competencia para que no sólo se consiga sino
se mantenga también en el largo plazo. En cuanto a las herramientas de análisis interno,
destacamos la auditoría de recursos y capacidades por cuanto no es más que la reflexión de la
empresa sobre los recursos y capacidades con que cuenta, de los que muchas veces no es
consciente. A continuación se valoran, para saber si son merecedores del adjetivo “estratégico”.
Como los individuos decidimos según las referencias, la elaboración de perfiles nos permite medir
las fuerzas de la empresa frente a sus rivales o la media del sector, ya que la visión relativa de la
realidad proporciona una perspectiva más exacta de la situación de la empresa. Por último,
planteamos el análisis de la cadena de valor de la empresa como una herramienta más sofisticada
y de gran utilidad porque nos identifica la aportación de cada actividad de la empresa o de las
relaciones.
CAPÍTULO 10
DESARROLLO DE OPCIONES
ESTRATÉGICAS EN LA EMPRESA
TURÍSTICA1
10.1 INTRODUCCIÓN
Este capítulo presenta las principales opciones estratégicas disponibles para las empresas turísti-
cas desarrollándose desde las más amplias hasta los niveles más específicos. Así se comienza por
la exposición de las estrategias colectivas que persiguen el logro de un objetivo común a varias
empresas del sector y a otras instituciones como las Administraciones Públicas. El siguiente nivel
que se comenta es el corporativo con especial referencia a las estrategias de crecimiento, la forma
de llevarlas a cabo junto con su dirección. A continuación y ya en el nivel de negocio tenemos las
estrategias de diferenciación y liderazgo en costes, así como las de enfoque y una clasificación
alternativa a partir del reloj estratégico. Finalmente, se hace referencia a las estrategias de interna-
cionalización de las empresas turísticas dado su auge actual.
1Se agradece la colaboración de los profesores Ana García Pérez (Universidad de La Laguna) y Juan Ramón Oreja
Rodríguez (Universidad de La Laguna) en el debate de este capítulo.
Desarrollo de opciones estratégicas en la empresa turística 167
• Destinos
• Productos
• Servicios sectoriales
• Internacionalización
• Cooperación internacional
• Formación
168 Gestión y dirección de empresas turísticas
Concretamente el Programa de Destinos que se incluye dentro de este Plan Integral de Calidad
del Turismo Español (PICTE 2000), define entre sus máximos principios el liderazgo de la admi-
nistración local, su necesario protagonismo y el concepto de desarrollo sostenible. Algunas de sus
concreciones son:
Estos Planes de Excelencia Turística (Camisón et al. 1998; Montero y Oreja, 1996, Oreja, 2000) y
de Dinamización Turística desarrollan un tipo de estrategia colectiva que se centra en la recuperación
y regeneración de recursos de los destinos utilizables para la oferta de productos turísticos y su poste-
rior promoción. Objetivo que sin duda es común y beneficia a todas las empresas del destino y a las
Administraciones Públicas como mínimo. De ahí que se plantee un objetivo común y se diseñen estos
planes con una visión más hacia el entorno que rodea la actividad de la empresa.
Un tipo diferente de estrategia colectiva se puede referir a los recursos y capacidades disponi-
bles en las propias empresas turísticas, una perspectiva más interna, ajustándose a un objetivo
colectivo asumido por un determinado grupo de empresas. Este aspecto también ha quedado espe-
cialmente destacado en el Plan Integral de Calidad del Turismo Español (PICTE, 2000) al señalar
la cultura de calidad como soporte estratégico del Sistema de Calidad Turística Española. Esta cul-
tura de calidad debe permitir el desarrollo de herramientas de gestión empresarial para la mejor
atención del cliente y el logro de una imagen de calidad de la empresa turística. Camisón (1996 b
1996 c; 1996 d); Camisón y Montfort (1996) y Camisón et al (1998) han puesto en evidencia la
importancia de la calidad como fuente de ventajas competitivas de las empresas turísticas. Se con-
vierte así la calidad en una filosofía de la empresa turística según las directrices enmarcadas de los
diferentes modelos de gestión de la calidad total (Camisón et al, 1998).
La puesta en marcha de un plan voluntario de calidad por cada empresa partícipe implica
actuaciones consensuadas, autorreguladas, flexibles y neutrales por parte del sector empresarial
turístico. Esto conlleva la creación de un sistema de aseguramiento de la calidad y de la implanta-
ción de la gestión de la calidad (PICTE, 2000). Así partiendo de un objetivo colectivo ante la nece-
sidad de una cultura de calidad, cada empresa se esfuerza en el desarrollo de sus recursos y capa-
cidades, su potencial de calidad, y los resultados de todos los partícipes contribuyen a una mejora
colectiva. Es esta una estrategia que nace y se desenvuelve desde cada empresa individual para el
logro de un objetivo colectivo que beneficia al conjunto.
Desarrollo de opciones estratégicas en la empresa turística 169
3) Reestructuración y reconversión.
Son dos estrategias de crecimiento y en ocasiones decrecimiento que tiene por objetivo enfrentar-
se a una situación de crisis.
Las estrategias de reconversión son de una naturaleza defensiva ante situaciones de crisis a las
que se ha de enfrentar la empresa turística. Estas situaciones de crisis se pueden centrar en el
sobredimensionamiento de la empresa, tanto en capacidad como en plantilla, la obsolescencia téc-
nica de la empresa, una débil situación financiera e inadecuada organización.
En cuanto a la reestructuración, la empresa turística mediante esta estrategia ofensiva se ade-
lanta a futuras situaciones de crisis mediante el cambio tanto de su campo de actividad como de
la estructura empresarial. En el caso de modificación del campo de actividad la empresa buscará
estrategias de diversificación, especialización e innovación adecuadas a la situación que desea
superar.
La variación de la estructura empresarial, lleva a la empresa turística a procesos de fragmenta-
ción o integración empresarial.
En cualquiera de los tres casos de crecimiento, la estrategia se ha de diseñar tomando decisio-
nes en cuanto a dos aspectos: la forma de crecer (crecimiento interno y/o externo) y la dirección
de dicho crecimiento (modificación en la combinación de productos y mercados).
170 Gestión y dirección de empresas turísticas
Las formas de crecer que se han observado en las cadenas hoteleras y sus principales carac-
terísticas son (Martorell, 2002)2.
– Alianzas estratégicas: permiten responder a los cambios en las necesidades de los clientes y
obtener un rápido reconocimiento de la marca. Su uso es creciente en el sector hotelero tanto
a nivel operacional como estratégico (por ej. sistemas de reservas integrados).
– Consorcios: se diferencia de las alianzas en la naturaleza independiente de los miembros que
lo integran. Las principales actividades que realizan se centran en la promoción y los cana-
les de distribución.
– Franquicia: mediante este contrato el franquiciado (un hotel) operaría con la misma imagen
de marca y método productivo que el franquiciador (una cadena). Entre las ventajas del fran-
quiciado tenemos el contar con el know-how y operar bajo la marca de una cadena hotelera
con experiencia. Por su parte, al franquiciador también le beneficia porque es una manera de
expandir su marca.
– Management contract (contrato de gestión hotelera): en el caso del sector turístico es bas-
tante frecuente este tipo de crecimiento. Por medio de esta figura, “una cadena hotelera se
obliga a administrar un hotel, en nombre y por cuenta y riesgo de su titular, sirviéndose habi-
tualmente de técnicas de gestión y signos distintivos propios y siguiendo en lo esencial las
instrucciones dictadas por aquel a cambio de una contraprestación de naturaleza económica”
(Pérez Moriones, 1998).
Mediante este tipo de contrato se transfiere el riesgo de la inversión del operador al dueño de la
propiedad: los gestores del hotel tienen la responsabilidad operacional total sobre los ingresos y
gastos pero la carga financiera es del propietario (Martorell y Aguiló, 2002). Surge precisamen-
te debido a la falta de formación en muchos sectores, entre ellos el hotelero (Martorell, 2002).
Este tipo de acuerdo consigue una diferenciación entre los roles de la empresa promotora (espe-
cializada en la construcción y equipamiento de las instalaciones) y la gestora (cadena hotelera
con experiencia en la gestión de hoteles). De esta forma, los riesgos de que fracase el negocio
son menores ya que, a cambio de las cuotas o porcentajes que se acuerden entre las partes, cada
empresa está haciendo aquello para lo cual tiene unos mejores recursos y capacidades.
– Joint venture: es un acuerdo mediante el cual un conjunto de empresas legalmente independien-
tes crean otra empresa con entidad jurídica propia y cuyo dominio legal les pertenece. Suelen
tener lugar entre una empresa inmobiliaria y otra relacionada con la hostelería y los viajes.
– Branding: comprende la investigación, desarrollo y ejecución de decisiones sobre las marcas
de las organizaciones. Esta estrategia es especialmente importante para un sector en el que
la lealtad del cliente es más costosa de lograr y los clientes que repiten son una importante
fuente de recursos.
– Arrendamientos: consiste en el alquiler, en el caso de la industria hotelera, el arrendamiento
del negocio y no del establecimiento en sí.
– Adquisiciones, fusiones y absorciones: es una forma alternativa de desarrollar la propiedad
consistente en hacerse con capacidad productiva que ya existe en el mercado.
– La propiedad: es lo que llamaríamos una estrategia de crecimiento interno (las anteriores son
todas externas) ya que es la propia empresa la que crea capacidad inexistente en el mercado.
De todas las estrategias de crecimiento se caracteriza por ser la más lenta, menos rentable y
más operativa y financieramente arriesgada. Es por ello que se haobservado que, cada vez
menos cadenas internacionales y nacionales,se deciden por un crecimiento interno en sus
expansiones (Garrigós y Narangajavana, 2002).
2 En Martorell (2002) se puede encontrar un análisis detallado de las razones para elegir cada estrategia, sus ventajas e
inconvenientes, así como las actividades que realizan las partes en cada caso y las diferentes cuotas que se pueden estipu-
lar. Algunas de sus caracterísicas del contrato de gestión se comenan el capítulo 3 de este libro.
Desarrollo de opciones estratégicas en la empresa turística 171
Alquiler 13 2.864
Franquicia 38 8.593
Por su parte, la dirección del crecimiento de la empresa la constituyen los movimientos que
realice en su campo de actividad. Una propuesta de clasificación bastante aceptada es la de Ansoff
(1976) que parte de combinar el producto y mercado de la empresa con la decisión de mantener al
actual o desarrollar uno nuevo:
1. Penetración de mercado (producto actual + mercado actual): la empresa decide crecer con
el fin de aumentar las ventas de su producto actual en su mismo mercado. Esta estrategia
es más probable que tenga éxito cuando aún el mercado no está saturado y la empresa
puede aumentar sus ventas a sus clientes actuales sin modificar el producto. Un ejemplo
pueden ser las campañas de fidelización de clientes de algunos hoteles ya que lo que pre-
tenden es que el cliente, al adquirir un talón de 15 noches de hotel, se aloje en ese estable-
cimiento con más frecuencia. También se podrían encuadrar en esta opción las ofertas de
las aerolíneas con unos precios muy llamativos para que sus clientes viajen con más fre-
cuencia y fomentar la realización de viajes, quizás cortos, pero más asiduos.
2. Desarrollo de mercado (producto actual + mercado nuevo): con esta opción la empresa
busca nuevos destinos o segmentos para su producto actual. Podría ser el caso de un hotel
dedicado al segmento de sol y playa que debido a una crisis en la región, decida promocio-
narse como centro para la organización de congresos y compensar así la pérdida de cuota.
Una de las estrategias de desarrollo de mercado más implantada en los últimos tiempos es
la internacionalización: la cadena hotelera, impulsada por la globalización, decide ofrecer
su producto más allá de sus fronteras3.
3. Desarrollo de producto (producto nuevo + mercado actual): consiste en presentar al públi-
co objetivo otro producto nuevo, basado en la fidelidad y confianza que ya tienen en la
empresa. Un caso muy actual son los hoteles que además del alojamiento ofrecen un trata-
miento de salud y belleza en algún establecimiento de su cadena. Estarían desarrollando un
nuevo negocio (tratamientos de salud) que ofrecen a sus clientes actuales.
4. Diversificación (producto nuevo + mercado nuevo): tiene su lógica cuando la empresa per-
cibe como saturado su mercado y decide diversificar riesgos entrando en otro sector dife-
rente. Puede ser de dos tipos (Rumelt, 1974):
3 El último apartado de este capítulo se dedica a esta estrategia. Si se desea profundizar en el proceso de internalización de
las empresas turísticas y cómo ha sido en las cadenas hoteleras españolas se puede consultar Ramón Rodríguez (2002).
172 Gestión y dirección de empresas turísticas
– Relacionada: cuando existe algún vínculo entre los negocios, ya sea porque comparten
algún eslabón de la cadena productiva o la tecnología, por ejemplo. La empresa busca de
esta forma explotar las sinergias que le sea posible.
– No relacionada: tiene lugar cuando no existe ningún vínculo entre los negocios de la
empresa.
Pertenecerían a este tipo las estrategias de integración vertical que se observan en algunas
empresas turísticas. Consisten en que la empresa decide abordar alguna actividad de los agen-
tes que actuaban como sus proveedores o distribuidores. Sería el caso de un grupo turístico que,
partiendo de establecimientos hoteleros, decidiera establecerse también como agencia de viajes,
tour operador y tener su aerolínea de vuelos chárter. De esta forma, la empresa controla todo el
proceso y podría aprovecharse del logro de sinergias en sus negocios. Así, al eliminar interme-
diarios y aprovecharse de las sinergias podría ofertar un paquete turístico a un precio más com-
petitivo que el resto. También podría asegurar la calidad de todos los negocios si le interesa más
una diferenciación teniendo en cuenta que la satisfacción del turista es global en relación a todos
los servicios recibidos. Algunos de los inconvenientes de esta opción, según Menguzzatto y
Renau (1991), se sitúan en que la empresa asume un mayor riesgo global ya que sus negocios
están todos relacionados y produciría un efecto en cascada. Por ejemplo, supongamos una
empresa que tenga un establecimiento hotelero en una zona asolada por los últimos huracanes,
que vendiera los paquetes turísticos en sus agencias de viajes y transportara a sus clientes con
sus propios vuelos chárter. Esta empresa no sólo verá resentida la cuenta de resultados del hotel,
sino además de su agencia de viajes y la aerolínea. Otro inconveniente que citan es la disminu-
ción de la flexibilidad de la empresa ya que a la hora de tomar decisiones estratégicas ha de pen-
sar en la totalidad de los negocios vinculados puesto que la empresa se ha convertido en su pro-
pio cliente y proveedor.
Alianzas estratégicas.
Consorcios.
Franquicia.
Management contract.
FORMA DE CRECIMIENTO Joint venture.
Branding.
Arrendamientos.
La propiedad.
Adquisiciones, fusiones y absorciones.
Penetración de mercado.
Desarrollo de producto.
DIRECCIÓN DE CRECIMIENTO Desarrollo de mercado.
Diversificación.
Este nivel estratégico corporativo tiene sentido y existirá cuando es una empresa diversificada,
es decir, cuando tiene presencia en distintos negocios y la empresa necesita una acción común a
todos. En caso de que no fuera diversificada, su primer nivel estratégico sería el de negocio.
Desarrollo de opciones estratégicas en la empresa turística 173
El siguiente cuadro (cuadro 10.3) recoge varias de las opciones que se tendría para crecer.
Sea el caso de una cadena hotelera llamada CANARIASOL que tiene situados tres hoteles de
5 estrellas en la zona de playas más turística del sur de Tenerife (Canarias).
TIPO DE ESTRATEGIA
Canariasol construye otro complejo hotelero en Crecimiento mediante propiedad hacia una
la zona, destinado a un turismo de calidad penetración de mercado.
Canariasol gestionará otra cadena hotelera que Crecimiento mediante management contract
se destina al turismo de congresos y hacia un desarrollo de producto.
alojamiento en ciudad para ofrecer otro
producto a sus clientes y que ha sido
construida por CCF, que es la propietaria.
Canariasol constituye una empresa que realiza Crecimiento mediante propiedad hacia un
excursiones con los clientes de sus hoteles. desarrollo de producto.
Canariasol absorbe a una empresa que vende Crecimiento mediante absorción hacia una
recuerdos. diversificación relacionada.
B) Estrategia de diferenciación
Por diferenciación se entiende la oferta de productos y servicios turísticos adecuados a las necesi-
dades de los clientes. Una empresa logra la diferenciación de su producto o servicio haciendo que
sea percibido como único en el mercado. Esta diferenciación percibida por el cliente puede llevar
aparejada una prima, que marcará el límite de la diferenciación que está dispuesta a pagar el clien-
te. Al mismo tiempo proporciona a las empresas turísticas un apreciable margen económico.
Esta estrategia exige que las empresas turísticas dispongan de recursos y capacidades, funda-
mentalmente en tecnología, marketing o dirección, entre otras, adecuadas para el logro y sosteni-
miento de su ventaja competitiva.
Algo importante a tener en cuenta es que la diferenciación ha de ir más allá de las caracterís-
ticas físicas del producto ya que éstas son más fácilmente copiables e imitables por la competen-
cia. Podría darse el caso de que un producto físicamente igual a otro (ej. dos hoteles con idénticas
Desarrollo de opciones estratégicas en la empresa turística 175
instalaciones, prestaciones y servicio) sea percibido por los clientes como de mejor calidad. En
este caso estarían entrando en juego otras fuentes de diferenciación como las características de la
empresa, su imagen, calidad, reputación, experiencia… Así podemos decir que la empresa tiene
tres formas básicas de diferenciarse no excluyentes (Navas y Guerras, 1998):
El alojamiento en un determinado hotel puede ser percibido como diferente por parte de su
clientela porque las instalaciones y el confort de la habitación no tienen igual en la competencia
(características del producto), porque el servicio adquirido se adecua a sus necesidades (caracte-
rísticas del mercado) y porque el prestigio de la empresa, la relación con los clientes y su idea de
negocio es única (características de la empresa).
El desarrollo tecnológico y organizativo de las empresas turísticas permite el planteamiento de estas
estrategias de diferenciación con un alto grado de sofisticación en la atención de los clientes idóneos
con productos y servicios diseñados a medida para ellos, aún en procesos de clientelización en masa.
En esta estrategia la calidad tanto de los productos y servicios como de la oferta de los mis-
mos, junto a la imagen de la empresa turística actúa como un atractivo hacia clientes predispues-
tos a pagar precios que consideran adecuados a los productos y servicios turísticos que reciben.
Hofel y Schendel (1978) destacan que el objetivo de la diferenciación de productos exige la
creación de nichos de mercado que quedan protegidos de la competencia directa. Su base se sitúa
en los niveles de lealtad de las preferencias de los clientes, que les lleva a reducir de hecho su sen-
sibilidad a percibir diferencias de precios entre productos sustitutivos presentes en el mercado.
Porter (1987) destaca que estas estrategias genéricas son diferentes aproximaciones de la crea-
ción y mantenimiento de las ventajas competitivas de las empresas, tanto en un mercado como en
un segmento de mercado. Según indica, es difícil mantenerse en una de ellas en particular, por lo que
es frecuente que desarrolle más de una estrategia genérica a la vez. Esa situación, que se ha denomi-
nado “estar en medio”, puede ser inconsistente para el logro de los objetivos estratégicos de la empre-
sa turística, según la situación competitiva del mercado. No obstante, otros autores, como Gilbert y
Strebel (1988), mantienen que las empresas con éxito son aquellas que combinan ambas estrategias
genéricas de tal forma que obtengan y mantengan una posición competitiva sostenible.
Hay una clasificación alternativa a las estrategias genéricas de Porter (1987) y que viene a sol-
ventar algunas de sus limitaciones, como la diferenciación entre precio y coste o la inclusión de
las percepciones de los clientes como medida de la diferenciación. Este modelo es el llamado
“reloj estratégico” de Bowman (1992) que desarrollan Johnson y Scholes (2001). En él se combi-
na el precio del producto y el valor percibido por el cliente. En ambos casos los niveles se gradú-
an en una escala que varía desde bajo hasta alto. Con esto obtendríamos un total de ocho estrate-
gias genéricas (Cuadro 10.4):
De acuerdo con Johnson y Scholes (2001) que exponen el trabajo de Faulkner y Bowman
(1995), el contenido de estas estrategias serían los siguientes:
PRECIO
Por su parte, la estrategia de precios bajos compite con bajos precios a la vez que ofrece a
sus clientes productos y servicios de igual valor que el que pueda ofertar sus competidores.
Esta estrategia es fácil de imitar y bastante frecuente en el sector, fundamentalmente cuando se
generan las guerras de precios. La consecuencia es una reducción de márgenes en el conjunto
del sector, que a su vez, afectará los procesos de reinversión y desarrollo de productos y servi-
cios en el futuro. Es conveniente que la empresa sea líder en costes para tener probabilidad de
éxito con su implementación.
• Estrategias híbridas
Esta estrategia (3) trata de conjugar la diferenciación de sus productos y servicios con un precio infe-
rior que sus competidores. Para desarrollar esta estrategia la empresa turística debe contar con una
estructura de costes que le permita reducir precios a la vez que la base financiera para sostener un
proceso de diferenciación. Además, la empresa debe tener la capacidad de apreciar el valor que per-
ciben los clientes en sus productos y servicios.
– La primera (6) combinaría un alto precio con un valor percibido por el cliente medio. La lógi-
ca estratégica nos indica que probablemente los competidores desplazarían a esta empresa
del mercado, mediante la reducción de su cuota de mercado.
– Una segunda estrategia (7) sería la acentuación de la anterior, en donde el valor añadido per-
cibido es bajo, pero mantiene los precios altos. La consecuencia debería ser la misma, siem-
pre que no existan las causas limitativas de la competencia antes indicadas.
– Finalmente, se puede destacar una estrategia de valor reducido y mantener un precio medio
(8). Los competidores suelen aumentar sus cuotas de mercados a costa de los clientes de estas
empresas.
– Poseer ventajas de propiedad sobre las empresas de otros países, como el prestigio interna-
cional, la experiencia en la gestión o el conocimiento de las preferencias y necesidades en los
países de los turistas.
– Disfrutar de algunas ventajas de localización, como las derivadas de la naturaleza y clima del
país, los costes internacionales del transporte, las infraestructuras existentes o el apoyo
gubernamental a las inversiones extranjeras.
– Ponderar la existencia de beneficios de la internacionalización de mercados, entendida como
la conveniencia o no de controlar y coordinar las ventajas anteriores a través de la constitu-
ción o apertura de un establecimiento asociado a la empresa multinacional.
Partiendo también de estas hipótesis, Ramón Rodríguez e Hidalgo Moratal (2001) analizan los
factores o causas que influyen en los procesos de internacionalización de las empresas hoteleras
españolas. Identifican unas causas comunes a todas las multinacionales, unas específicas de la
industria hotelera y finalmente otras concretas del caso español. Las principales aparecen en el
cuadro 10.6.
Un estudio posterior de uno de los autores anteriores (Ramón Rodríguez, 2002) añade otros
factores explicativos de la dimensión internacional de los grupos turísticos:
4. Factor coste, ya que ante la casi perfecta sustituibilidad entre determinados destinos turís-
ticos, el factor precio se convierte en un aspecto fundamental de la competitividad en el sec-
tor, más aún con la creciente transparencia.
Son sólo un resumen de la variada multiplicidad de causas que pueden llevar a las empresas a
elegir e implantar una estrategia de internacionalización. Sin embargo, para Hernáez y Torres
(1999) este abanico queda reducido a la verdadera razón de la internacionalización de las empre-
sas turísticas españolas: la búsqueda de mejores rentabilidades y de mayores expectativas de futu-
ro ante la presencia de un sector ya maduro. Una síntesis que bien podría resumir la situación de
las cadenas españolas y la ponderación de sus alternativas estratégicas.
Los datos hasta enero de 2000 (Ramón Rodríguez e Hidalgo Moratal, 2001) nos describen el
perfil de la oferta hotelera española de ámbito internacional, que tiene su máxima expansión en
los años noventa: el 90 % está orientada al mercado de sol y playa en países en vías de desarrollo,
que canalizada a través de un operador turístico, se comercializa bajo la fórmula del todo inclui-
do. En cuanto al país receptor destaca Latinoamérica con más del 40% de la inversión española en
el exterior en los últimos años, siendo el caso más llamativo el de Cuba (Martínez Mora y Pardo
Alés, 1996).
En cuanto a la forma de crecimiento elegida para poner en práctica, la empresa deberá elegir entre
las alternativas en función del grado de responsabilidad y control que desee asumir sobre la opera-
ción. Así, las formas de crecimiento para empresas turísticas enumeradas en apartados previos se
agrupan en torno a tres ramas en el caso de las operaciones internacionales (Buckley, 1995):
1. Formas de crecimiento que implican una inversión directa con un control total sobre la inver-
sión. Entre ellas las adquisiciones totales y la nueva creación de filiales.
180 Gestión y dirección de empresas turísticas
Para Ramón Rodríguez (2002) la mayoría de las empresas se decanta por la inversión directa
en el exterior, siendo a partir de la segunda mitad de los años 90 materializada principalmente
mediante fusiones y adquisiciones. Con esta opción las empresas consiguen un acceso más rápido
a los mercados, ya que se hacen con la propiedad de otra organización en funcionamiento, y a la
vez eliminan a un posible rival. Junto a las fusiones, las alianzas y cooperaciones adquieren cada
vez una mayor relevancia (Ramón Rodríguez, 2002). Por ejemplo, sería el caso de las aerolíneas
y la alianza One World, que le permite a Iberia, British Airways o American Airlines realizar vue-
los con código compartido y así ofrecer a sus clientes una red más amplia de conexiones.
En un interesante trabajo, Pla y León (2004) analizan los factores que influyen en la elección de
la forma de acceso a los mercados internacionales de las empresas hoteleras españolas, que compa-
ran con las tendencias mundiales y con el sector industrial. Entre las variables dependientes que uti-
lizan incluyen condiciones específicas de la transacción (riesgo país, distancia cultural y potencial
de mercado) así como capacidades organizativas de la empresa (tamaño, experiencia internacional,
intangibilidad y complejidad de las competencias). Entre sus conclusiones destacan que el uso de
las modalidades de entrada con un mayor control de la operación exterior se asocia a:
• Entornos con bajo riesgo, ya que es en caso de entornos locales de un mayor riesgo cuando
las empresas españolas buscan socios locales o utilizan fórmulas contractuales de mayor fle-
xibilidad o un retorno más seguro.
• Culturas más distantes, siendo una diferencia con la industria a nivel mundial, que prefiere
los métodos de bajo control.
• Mercados con elevado potencial, por la dificultad de las cadenas españolas para obtener con-
tratos debido al escaso conocimiento de sus marcas y su internacionalización tardía.
• Una mayor complejidad/intangiblidad de los activos relacionados con la transacción exterior,
ya que estas características implican una mayor dificultad en su gestión y un mayor riesgo
por su mal funcionamiento lo que obliga a las cadenas a ejercer un mayor control.
• Las cadenas de menor dimensión, ya que, al contrario de los que sucede en el sector industrial, las
empresas pequeñas tendrán más dificultades para firmar contratos de gestión o de franquicias.
• Las operaciones con menos experiencia internacional, al contrario de las tendencias mundiales,
lo que según los autores del estudio refleja una aversión a la cooperación en las etapas iniciales
de la cooperación o cierto etnocentrismo al inicio de las operaciones internacionales.
En cualquier caso y de manera general, entre las ventajas que lograrían, por ejemplo, las cade-
nas hoteleras con su expansión internacional al aplicar al know-how desarrollado en España en
otros países podemos citar (Ramón Rodríguez, 2001):
Sin embargo, son varios los estudios que coinciden en que para obtener el máximo provecho
de estas ventajas las cadenas hoteleras españolas han de superar dos limitaciones que presentan
Desarrollo de opciones estratégicas en la empresa turística 181
frente a otras empresas extranjeras (Garrigós y Narangajavana, 2002): la falta de imagen de marca
general y su reducido tamaño. Ésta es una de las razones de las fuertes tasas de crecimiento a las
que asistimos en los últimos tiempos.
Como consecuencia de este extremo, una de las necesidades de la internacionalización, el
aumento de tamaño está desatando otro de los fenómenos más característicos de la actividad turís-
tica actual: la concentración de las empresas así como los procesos de integración vertical y hori-
zontal. Y es que no sólo es una exigencia del mercado para un alza en los rendimientos, sino sobre
todo para perspectivas de futuro mejores (Figuerola, 1993).
10.5 RESUMEN
En este capítulo se han expuesto las distintas alternativas estratégicas que se pueden presentar a
las empresas turísticas en cada uno de los niveles jerárquicos. La primera que se ha comentado
es la estrategia colectiva, una estrategia que comparte la empresa con otros agentes del destino
con los que coincida en objetivos. El ejemplo más clásico y el comentado son los planes de cali-
dad ya que en ellos la revitalización o dinamización del destino, según el caso, interesa tanto a
las Administraciones Públicas como a las empresas, contribuyendo ambas con su esfuerzo.
En el nivel corporativo se plantean las estrategias de crecimiento de la empresa haciendo refe-
rencia a su doble dimensión: la dirección del crecimiento (las distintas combinaciones de produc-
tos y mercados) y su forma de crecer, exponiendo las principales características de cada una de
ellas. De entre las más utilizadas en la actualidad cabe destacar el contrato de gestión, que permi-
te separar la propiedad del establecimiento de su gestión.
En cuanto al nivel de negocio, además de exponer las dos estrategias genéricas de Porter (1987)
ya clásicas y sus fuentes: liderazgo en costes y diferenciación, se plantea un modelo alternativo,
el reloj estratégico, que además de proporcionar un mayor abanico de opciones, suple algunas de
las limitaciones de la aportación de Porter (1987).
Finalmente, el capítulo dedica una especial atención a una estrategia corporativa dado el momen-
to actual del sector es la internacionalización. Así, se plantean las ventajas que otorga, como la diver-
sificación de los destinos y la destacionalización de la oferta
CAPÍTULO 11
LA DIRECCIÓN ESTRATÉGICA
DE LOS INTANGIBLES
11.1 INTRODUCCIÓN
En este capítulo se analizan los activos intangibles, los cuales se han convertido en los máximos
inductores de la competitividad empresarial, toda vez que son los responsables preferentes a la
hora de explicar cómo se obtienen ventajas competitivas sostenibles1 entre los negocios que pivo-
tan alrededor de la excelencia empresarial. Con objeto de realizar una sinopsis detallada, al tiem-
po que didáctica, sobre estos factores, se ha estructurado este capítulo de forma escalonada, de
manera que se inicia con un recorrido por las aportaciones de la literatura económica de empresa
en torno al concepto de intangibles, y a continuación se desgranan las fuentes estadísticas que per-
miten cierta aproximación analítica a los intangibles promovidos entre las empresas, poniendo de
manifiesto las limitaciones impuestas por la información disponible.
En la última parte del capítulo se efectúa un análisis de la relevancia que conceden los empresa-
rios a los intangibles. Con tal objetivo, se presenta una encuesta dirigida, en el año 2004, a un grupo
1 Tal como lo definió Barney (1991), se entiende por ventaja competitiva sostenible la que es fruto de la estrategia de una empre-
sa que es capaz de alcanzar un valor que no puede ser obtenido por los competidores, los cuales no son capaces de replicar los
beneficios que le proporciona a la empresa líder su estrategia. De manera que la ventaja competitiva sostenible, a la empresa
que la posee, le genera unas rentas económicas diferenciales, resultándole a la competencia muy difícil imitar la estrategia que
le ha permitido a una organización en concreto establecer esa posición de dominio y de fortaleza en el mercado.
La dirección estratégica de los intangibles 183
selecto de empresas turísticas españolas, que facilita una primera valoración de la importancia que le
imputan grandes grupos turísticos españoles a los intangibles, en su calidad de factores explicativos
de la competitividad y de la excelencia empresarial que pueden alcanzar los negocios que apuestan
por dichos activos como estrategia de firma. Con ello se obtiene una imagen actualizada del papel que
están llamados a desempeñar los activos intangibles en el seno de la economía turística española.
de una empresa hoy reside en los intangibles (Fornell, 2000), lo cual es suficientemente expre-
sivo para justificar el interés por los mismos. Circunstancia que viene respaldada por una cre-
ciente preocupación y un reconocible interés investigador por los intangibles, que se traduce en
las numerosas publicaciones y aportaciones procedentes del mundo académico (Sabater et al.,
2001) que no han cesado de engrosar las revistas científicas y de dar cuerpo a informes y estu-
dios universitarios. Johnson y Scholes (2001: 141) recogen las principales referencias bibliográ-
ficas de la literatura, donde se establece una clara coincidencia en señalar la importancia estra-
tégica, que cada día se reconoce más, de los intangibles, llegando a subrayar que uno de los
grandes errores que se pueden cometer cuando se analizan los recursos de una empresa es subes-
timar la importancia de los intangibles.
Sin embargo, no debe ocultarse la dificultad que entraña la medición de estos activos, lo cual ha
llegado a conformar una línea de pensamiento científico propia, pues aunque en general se pueda
burdamente enunciar que los intangibles son el resultado de la diferencia entre el valor de mercado
de una empresa y su valor contable, o como han expresado y medido Edvinsson y Malone (2003), es
la diferencia entre lo que indica el balance de situación de una empresa y su valor de mercado, el
auténtico protagonismo de los intangibles requiere de mayor concreción. Precisamente, y con moti-
vo de aportar luz en ese sentido, cabe subrayar el trabajo de Lev (2003) sobre reformas en la infor-
mación contable, el cual persigue recoger con mayor detalle la información sobre intangibles, para
lo cual llega a instruir un nuevo modelo contable que transmita lo que hacen las empresas para crear
y gestionar sus activos intangibles críticos. En España, en esa misma línea de investigación se inscri-
ben las aportaciones del proyecto MERITUM2 (Cañibano et al. 2002), a través del cual se trata de
diseñar un conjunto de directrices que faciliten la medición de los intangibles de una empresa, con
el fin de mejorar la comprensión y la gestión de la innovación3.
2 Acrónimo en inglés de: Measuring Intangibles to Understand and Improve Innovation Management (Medición de los
ventajas competitivas sostenibles se encuentra en Fernández (1993 y 1995), Cuervo (1993) y Navas y Guerras (1996).
6 En este aspecto se produce un alto grado de coincidencia entre la Teoría de recursos y capacidades y la Teoría de la estra-
(1990), dos teorías: la Teoría de los recursos7 y la Teoría de las capacidades dinámicas8, que afrontan
un mismo problema desde dos perspectivas que van a ser complementarias9: la naturaleza de las com-
petencias básicas de la empresa y su valor como fuente de ventajas competitivas.
El enfoque vigente sobre la competitividad a la hora de interpretar el éxito competitivo, basa-
do en la Teoría de recursos y capacidades, traslada los orígenes de la ventaja competitiva de la
empresa desde el aprovechamiento de los fallos del mercado, conocidos mediante el estudio de la
estructura de la industria, a la asimetría inicial de recursos entre empresas y a la posesión de una
“cartera” de competencias valiosas, de corte cualitativo e intangible y de movilidad imperfecta,
que determinan la forma de diferenciación de cada empresa10. Desde esta propuesta teórica, la
función principal que debe atender la dirección de una empresa se resume en la identificación ex-
ante del conjunto de recursos y capacidades, cuyo desarrollo pueda permitir alcanzar ventajas
competitivas sostenibles, que promuevan rentas apropiables por la empresa (Grant, 1991a;
Ventura, 1994). Esta teoría es de gran valor para la Dirección Estratégica, ya que proporciona a las
empresas un esquema útil para evaluar sus recursos y capacidades, favoreciendo que la organiza-
ción intensifique aquellos susceptibles de convertirse en competencias distintivas. Además, la
Teoría de recursos y capacidades explica adecuadamente cómo emprende una organización proce-
sos de crecimiento y su enfoque hacia nuevos negocios –estrategias de diversificación– y/o nue-
vos mercados –estrategias de internacionalización– (Suárez, 1994).
La Teoría de recursos y capacidades entiende a la empresa como un ente heterogéneo, com-
puesto por un conjunto idiosincrásico y ordenado de recursos y capacidades necesarios para com-
petir en un mercado concreto. Bajo este planteamiento, donde el énfasis se pone en el interior de
la empresa y en su relación con la estrategia y consiguientemente con los resultados, se trabaja
bajo dos hipótesis básicas: los recursos que controlan las empresas son idiosincrásicos y esas
empresas son heterogéneas. Es más, dicha heterogeneidad podrá mantenerse a largo plazo, puesto
que los recursos que pueden controlar las empresas no serán perfectamente móviles (Barney,
1991), además de ser difícilmente transmisibles en el mercado y, en consecuencia, no apropiables
por terceros. Esta disparidad entre empresas, derivada de los distintos recursos y capacidades po-
seídos, constituye la base para el alcance de ventajas competitivas sostenibles.
7 La Teoría de los recursos nace de las aportaciones pioneras de Selznick (1957), Penrose (1962) y Andrews (1984).
Selznick (1957) concebía a la empresa como un conjunto de recursos productivos, cuyo valor para el crecimiento no des-
cansa en éstos, sino en los servicios que producen esos recursos o la forma en que son empleados (servicios directivos).
Penrose (1962) subraya que los servicios fruto de los recursos configuran tanto la competencia empresarial como la direc-
tiva. Las ideas de Andrews (1984) hacen hincapié en la capacidad individual de los recursos humanos de la empresa y su
influencia en el logro de metas comunes, a partir de una labor de coordinación de ese potencial con mentalidad de grupo.
8 La Teoría de las capacidades dinámicas centra su atención en el conjunto de conocimientos y habilidades que crean las
competencias esenciales de la empresa. Su dimensión dinámica desvela un origen sustentado en las fuentes del “espíritu
emprendedor” y del proceso de innovación del empresario, formuladas originariamente por Schumpeter (1942). Existe una
considerable proliferación de trabajos que dan sentido a este enfoque (Nelson y Winter, 1982; Dosi, 1982; Rumelt, 1984 y
1991; Teece, 1986; Winter, 1987; Prahalad y Hamel, 1990 y Stalk et al., 1992) y que han contribuido a formalizar ese con-
cepto de competitividad de la empresa basado en las capacidades y habilidades que posee.
9 La existencia de diversos elementos que se complementan entre la Teoría de recursos y la Teoría de las capacidades diná-
con grados distintos de especificidad, codificabilidad y complejidad (Lado et al., 1992; Kogut y Zander, 1992). En ello se
apoya su contribución a la construcción de una posición competitiva ventajosa. Su intensidad en conocimiento les confie-
re una serie de condiciones idóneas para convertirlos en activos escasos y valiosos y difícilmente imitables por terceros, lo
que facilita la generación de rentas de diferenciación o costes y su apropiación (Barney, 1991; Grant, 1991a; Peteraf, 1993).
La complejidad para su copia nace de razones físicas (localización), temporales (prolongado período de tiempo para su
acumulación), informativas (“ambigüedad causal” o dificultad para identificar el recurso o la capacidad que genera la ven-
taja) o de indisociabilidad de otras competencias. Las empresas pueden dificultar todavía más esta inimitabilidad desarro-
llando mecanismos de aislamiento (Lippman y Rumelt, 1982).
186 Gestión y dirección de empresas turísticas
habilidades– (Wernerfelt, 1984). Dentro de los recursos tangibles se encuentran pues los físicos
(maquinaria, inmuebles, elementos de transporte, etc.), estrechamente ligados a la faceta productiva,
y los financieros, que favorecen las inversiones empresariales. En tanto que los intangibles están com-
puestos por los recursos humanos11, tecnológicos12, comerciales13 o reputación y organizativos14
(Grant, 1991b; Barney, 1991), y prescriben la base en la que se sustenta la ventaja competitiva de una
empresa; contemplan, entre otros, la gestión de hardware y explotación de software, los conocimien-
tos atesorados en las bases de datos corporativas (intranets), los contratos en exclusiva, marcas, nom-
bres comerciales, etc., las normas, procedimientos –manuales de calidad, de funcionamiento, progra-
mas informáticos propios, ...– y el capital humano de la empresa; éste último debe entenderse que es
explotado por cada firma de manera particularizada conforme a sus postulados organizacionales.
En segundo lugar se encuentran las capacidades, que son facultades para gestionar de forma crea-
tiva los recursos, con la intención de promover una determinada tarea dentro de la empresa y que
adquieren la forma de rutinas organizativas o conocimientos internos. Por tanto, las capacidades se
refieren a la oportunidad que encuentra una empresa para activar sus recursos, normalmente en com-
binación, usando procesos organizativos, para producir un fin deseado (Amit y Schoemaker, 1993:
35). Cabe aclarar, entonces, que las capacidades se diferencian de los recursos, porque aquéllas son
formas de lo que con anterioridad se ha definido como conocimiento tácito, en tanto que éstos son
formas de conocimiento explícito. Las capacidades resultan ser aptitudes idiosincrásicas de una
empresa, que elevan su competitividad al permitirle resolver conflictos a los que debe hacer frente
en razón de su actividad empresarial, siendo las responsables de fijar las directrices que hacen reali-
dad el proceso productivo, por lo que crean valor añadido y aumentan la productividad, ya que mejo-
ran la calidad, la eficacia y la eficiencia del producto o servicio que elabora la empresa. Se nutren de
la potenciación y del intercambio de datos a través de los trabajadores de una organización, lo que le
permite aprovechar al máximo todos sus medios y explica que sean fruto de un uso ordenado y glo-
bal de los recursos con que cuenta un negocio. Las capacidades hacen referencia a las habilidades
(capacidades personales), los conocimientos tecnológicos, productivos, comerciales, de innovación
y financieros, el know-how del personal de la empresa, las destrezas derivadas del “saber hacer”
directivo y el procedente de procesos, sistemas y tareas de planificación y control preestablecidos en
una firma, y las potencialidades derivadas de la innovación, que coadyuvan a incrementar la efica-
cia de las actividades que emprende la organización.
11 La adecuada gestión de los recursos humanos que se realice por parte de las empresas (selección, formación, remunera-
ción, creación de una cultura de cooperación y de confianza entre los miembros de la empresa, etc.), revertirá en el incre-
mento de los conocimientos, habilidades, competencias y capacidad de aprendizaje de cada una de las personas que des-
empeñen su actividad en el seno de esa organización.
12 Estos recursos están configurados por todas las decisiones relacionadas con la inversión, utilización y mejora de las tec-
nologías de proceso y de producto que maneja una determinada empresa y que cobran hoy en día un interés creciente debi-
do a las circunstancias del entorno. La posesión de este tipo de recursos, bien vía desarrollo interno en la empresa, bien
adquiriéndolos en el exterior o bien vía cooperación interempresarial, se convierte en un elemento imprescindible para
alcanzar cotas elevadas de competitividad.
13 Cuando se habla de este tipo de recurso, se hace referencia al nombre comercial, a las marcas que posee una determina-
da empresa, así como a la evaluación propia de la imagen de la organización y a la fidelidad conseguida por parte de los
clientes hacia la empresa a lo largo de los años, por lo tanto, es un concepto que va más allá de aquellos elementos suscep-
tibles de ser registrados convencionalmente. Los recursos comerciales, también denominados reputación de la empresa,
representan el colofón de combinar unos buenos resultados económicos con un comportamiento responsable hacia todos
los públicos a los que se dirige la organización (Villafañe, 2004).
14 El concepto de recurso organizativo es identificable al de capacidad, al suponer para la empresa un factor más a su alcan-
ce, que le permite movilizar y gestionar los demás recursos que posee la organización de manera adecuada. Como Barney
(1991: 101) afirma, dentro de los recursos organizativos se incluyen la estructura organizativa, los sistemas de planifica-
ción y control formales e informales y las relaciones informales entre los distintos grupos de la empresa y entre la empre-
sa y otros grupos y/o empresas de su entorno. También se incluyen los canales por los que fluye la información, las capa-
cidades directivas y la cultura de la organización.
188 Gestión y dirección de empresas turísticas
1. Recursos Tangibles
En tercer lugar se sitúan las competencias que, de acuerdo con Javidan (1998), son resultado
de la integración funcional y coordinada de las capacidades de la empresa. Las competencias coor-
dinan e integran a las capacidades, aunque por competencias se entienden las habilidades y cono-
cimientos tácitos y singulares (que engloban el conjunto de aptitudes cognitivas y culturales de
toda organización), que acumulados por un negocio le permiten explotar coordinadamente sus
recursos y capacidades, con objeto de hacer frente a los nuevos procesos a los que se debe enfren-
tar la organización innovadora, si pretende afrontar los desafíos de novedosas actividades y pro-
ductos. Esta concepción competitiva se aproxima al concepto de capacidad distintiva, por la cual
se entiende un activo que es difícil de imitar por la competencia y que por tal motivo, respalda la
ventaja competitiva sostenible de la empresa. Ello se traduce en la diferenciación del producto o
servicio que es percibido por el consumidor como de valor superior.
En suma, las ventajas competitivas sostenibles se basan en esencia en los activos intangibles
que atesora una empresa y, muy singularmente, se fundamentan en las capacidades y en las com-
petencias que son capaces de generar los negocios líderes que han sabido evidenciar su competi-
tividad en los mercados.
15 ElPlan de Actuaciones del INE incluye la elaboración de Estadísticas sobre I+D desde 1995 y en los años pares el cues-
tionario se completaba con un detallado número de cuestiones relativas a la innovación, por lo que en esos años se publi-
caba la Encuesta sobre Innovación Tecnológica en las Empresas.
16 La explotación de dicha encuesta para el ámbito de la hostelería la hemos realizado en el marco de un Proyecto de investi-
gación efectuado para FUNCAS, durante el año 2004, bajo el título: “Factores de competitividad empresarial del turismo: una
apuesta por los intangibles” (un extracto de dicho proyecto se recoge en Ferri, Monfort y Uriel, 2005)
190 Gestión y dirección de empresas turísticas
Fuente: Elaboración propia según datos del INE (2004b) e INE (2005).
cialización, léase hotelería, transporte y agencias de viajes17. En el cuadro 11.2 asimismo se sin-
tetizan los resultados más sobresalientes sobre el uso de las TIC y el comercio electrónico en las
empresas de alojamiento turístico en 2003.
17 El INE no facilita datos para los subsectores de transporte de viajeros o agencias de viajes, ya que el muestreo utiliza-
do para la elaboración de la ETICCE impide obtener datos significativamente representativos con una desagregación de
tres dígitos de la CNAE-93.
18 Sin ánimo de exhaustividad, se indican algunos estudios recientes referidos a los efectos de los intangibles tecnológicos
da a directivos de una selección de negocios que resultaban representativos de lo más granado del
turismo español en 200419, cuyos resultados son una primicia expresiva del valor que adquieren
los intangibles en la competitividad empresarial del turismo español. En dicha encuesta se les soli-
citaba evaluar, desde su experiencia directiva y utilizando una escala cualitativa tipo Likert20, la
importancia de diversos recursos, capacidades y competencias en las distintas áreas funcionales de
su empresa, independientemente del nivel de tenencia de los mismos.
Con la aplicación de la teoría sobre clasificación de intangibles se han podido identificar un
total de 38 factores de intangibilidad, los cuales ostentan un alto grado de significatividad en las
estrategias de las empresas turísticas españolas21. Dichos factores, que constituyen una primera
aproximación a la competitividad turística por condensar los puntos fuertes de las organizaciones,
se relacionan en el cuadro 11.3 agrupados en las áreas de personal, financiera, comercial, organi-
zación, innovación y tecnología y dirección.
En opinión de los directivos turísticos españoles se pone de manifiesto que, en términos agre-
gados, las competencias constituyen los activos mejor valorados, en su calidad de factores estraté-
gicos de difícil apropiación e imitación por los competidores, con lo que se propicia la singulari-
dad competitiva de los negocios. Las capacidades, como intangibles vinculados a las personas o
Know-how, se califican entre bastante y muy importantes, en tanto que los recursos intangibles o
conocimiento explícito reciben la valoración más discreta (véase gráfico 11.1). Así pues, la dota-
Gráfico 11.1 Valoración de los intangibles por los directivos turísticos españoles
19 Una descripción pormenorizada de la definición y resultados de la “Encuesta sobre Valoración de los Intangibles por
parte de los lides empresariales del sector turístico español” puede consultarse en Monfort (2005). El cuestionario se diri-
gió a las empresas integradas en la Asociación de empresas turísticas Exceltur-Alianza estratégica para el turismo, corres-
pondientes a los subsectores de transporte –aéreo, por carretera, ferroviario y marítimo–, alojamiento, agencias de viaje
y touroperadores, medios de pago, alquiler de coches, ocio, parques temáticos, hospitales turísticos, centrales de reservas
y tiempo compartido.
20 La escala Likert propuesta ofrecía una gradación semántica para calificar la importancia de los intangibles, donde el
valor 1 se identifica con la peor calificación o Nada importante y el valor 5 con la mejor o Muy importante.
21 En el Proyecto de investigación efectuado para FUNCAS “Factores de competitividad empresarial del turismo: una apues-
ta por los intangibles” se propuso una batería más amplia de indicadores. En su redacción inicial el cuestionario constaba de
siete preguntas que integraban un total de 53 variables; tras el pretest el cuestionario resultante quedó estructurado en seis pre-
guntas y 38 variables, ya que se eliminaron las que podían plantear dudas de interpretación, se agruparon las que hacían refe-
rencia a aspectos intangibles similares y se suprimieron aquellas que quedaban alejadas de la realidad turística.
La dirección estratégica de los intangibles 193
Gráfico 11.2 Valoración de los intangibles por áreas funcionales de las empresas
Pero esta primera pincelada de la valoración de los intangibles en las distintas áreas de las
empresas debe completarse con un estudio detallado de cada una de las características intangibles
que conviven en las organizaciones turísticas22.
Tratando conjuntamente la valoración de todos y cada uno de los activos intangibles que se seña-
laban en el cuadro 11.3, cabe señalar que entre los calificados como Muy importantes, la posición de
cabeza corresponde a una batería de capacidades pertenecientes a las áreas comercial, de dirección
y financiera. Así pues, la “imagen de calidad del servicio” es casi de forma unánime la capacidad
más valorada y a continuación se sitúa la “reputación de los negocios”. Nos encontramos ante carac-
terísticas clave del marketing empresarial, que resultan decisivas en el caso de los servicios a parti-
culares. Le siguen la “experiencia y formación de los directivos”, capacidad donde radican las ideas
de dinamismo de los negocios, acompañadas de otras cuestiones más prácticas como la “gestión de
costes”, las “relaciones con los clientes” y la “experiencia de los empleados”, siendo esta última la
única capacidad del área de recursos humanos que aparece en la categoría de mejor valoradas, lo que
ratifica la importancia del factor personal en el desempeño de las actividades turísticas.
El ranking de importancia se completa con un trío de competencias, integradas en áreas fun-
cionales diferentes: “compromiso y lealtad de los empleados” (área de recursos humanos), “capa-
22 Una ordenación completa de la valoración otorgada a los intangibles turísticos puede consultarse en Monfort (2005).
194 Gestión y dirección de empresas turísticas
• Compromiso y lealtad de
empleados
• Capacidad de aprendizaje
• Aceptación de cambios
organizativos
(continúa)
La dirección estratégica de los intangibles 195
(continuación)
Nota: Los recuadros en blanco obedecen a que los directivos turísticos respondientes a la encuesta no han identificado
intangibles en ese apartado.
Fuente: Elaboración propia.
11.6 RESUMEN
Las diferentes propuestas teóricas para el análisis y estudios de los intangibles que ofrece la lite-
ratura económica de empresa, pone de manifiesto la existencia de un amplio abanico de nociones
y clasificaciones para abordar la categorización de estos activos. En definitiva, se ha decidido
apostar por el tratamiento de los intangibles desde su conceptualización como recursos, capacida-
des o competencias, en su calidad de formas de conocimiento explícito o tácito, que si son admi-
nistrados estratégicamente devienen en ventajas competitivas sostenibles que destacan a una
empresa frente a sus competidores.
Identificados los activos intangibles, y con el ánimo de mejorar la comprensión sobre el conte-
nido y proyección de los mismos en los negocios turísticos, se han abordado cuestiones relativas a
su medición. El análisis de las estadísticas oficiales disponibles apunta que la disponibilidad de
datos sobre el papel de los intangibles en los negocios es a todas luces insuficiente a partir de los
estudios planteados hasta la fecha. Las debilidades tienen un doble alcance: de una parte existen
196 Gestión y dirección de empresas turísticas
dificultades en cuanto a una detallada sectorización de los subsectores de actividades turísticas, que
se soslayan mínimamente realizando explotaciones ad hoc de las encuestas y, de otra, no se aborda
de forma global toda la batería de elementos que pueden proveer la imagen sobre el auténtico
impacto de los activos intangibles para interpretar la competitividad y el éxito empresarial, ya que
las investigaciones se enfocan básicamente sobre los intangibles tecnológicos.
Por ello adquiere una relevancia singular conocer la opinión de los responsables de los nego-
cios sobre la importancia que conceden a la gestión de intangibles en su planificación estratégica,
como herramientas para alcanzar cotas crecientes de competitividad frente a terceros. Los resulta-
dos de la encuesta realizada a directivos turísticos españoles en 2004, sobre valoración de los
intangibles, permite cierta aproximación al perfil de la empresa turística innovadora de éxito. Así,
más allá de hacer frente a los estímulos exógenos que plantea el dinamismo del mercado (clientes
reales, potenciales y competidores), se han identificado aquellos recursos, capacidades y compe-
tencias que sería oportuno fomentar en aras a desarrollar una apuesta por la competitividad estra-
tégica y la excelencia empresarial.
CAPÍTULO 12
LA GESTIÓN DE LA CALIDAD
EN EL SECTOR TURÍSTICO
12.1 INTRODUCCIÓN
Durante los últimos años, la gestión de la calidad se presenta como un área de especial interés en
el sector turístico. Tradicionalmente, la preocupación y el interés por la calidad se centraba sobre
la “calidad del servicio prestado”. Hoy en día, las empresas han sobrepasado esta atención por la
necesidad de implantar sistemas más globales de gestión de la calidad que afectan, no sólo a la
imagen que el cliente tiene de la empresa, sino a la gestión interna de la misma.
Ha sido tal la importancia de este hecho que, desde principios de los años noventa, el sector
turístico español ha venido desarrollando distintas iniciativas para que las empresas del sector
implanten sistemas de gestión de la calidad de acuerdo al contexto de competitividad actual. En
este sentido, lo más relevante ha sido la creación y desarrollo de las Normas de Calidad Turística
que suponen un marco de referencia excelente y un reconocimiento externo de la calidad a través
de la marca Q de calidad.
198 Gestión y dirección de empresas turísticas
También, las empresas cuentan con otros modelos o marcos de referencia a la hora de implan-
tar un sistema de gestión de la calidad, como pueden ser: las normas ISO 9000 con su consiguien-
te certificación de calidad y con reconocimiento internacional; los criterios del Modelo EFQM de
Excelencia que sirven de base al Premio Europeo a la Calidad; o incluso modelos desarrollados
por la empresa o por una empresa de asesoramiento para la implantación de sistemas propios de
gestión de la calidad.
factores conforman las expectativas de sus clientes y, si consigue desarrollarlos, esto le supondrá
una ventaja competitiva importante.
Por otro lado, el mayor inconveniente de esta definición es que requiere conocer y medir las
expectativas de los clientes, que, normalmente son difíciles de detectar, medir y ponderar. Cada
cliente puede tener expectativas distintas y con distinta ponderación. En ocasiones, el cliente no
tiene expectativas a priori, bien porque el producto o servicio es nuevo en el mercado, bien porque
no es de uso habitual sino esporádico. Además, los juicios sobre calidad basados en expectativas
están afectados por elementos circunstanciales que escapan, al menos en parte, al ámbito de la
empresa. Éste es el caso de las actitudes previas al acto de consumo y factores del entorno del con-
sumidor que pueden modificarlas. Por tanto, una misma persona ante un mismo producto o servi-
cio consumido en distintos momentos del tiempo, puede tener actitudes distintas y/o emitir juicios
diferentes, lo cual indica que las expectativas pueden no ser estables en el tiempo.
las relaciones de la empresa con sus clientes y proveedores, la sociedad y el entorno. Y la perspec-
tiva interna consiste en la identificación de una estrategia que moviliza a toda la empresa para con-
seguir la optimización de todas las operaciones, el cambio cultural y transformaciones internas
necesarias para mantener o alcanzar una posición competitiva.
Como la perspectiva externa pone énfasis en la eficacia y la satisfacción del cliente y la pers-
pectiva interna sobre la eficiencia, haciendo especial hincapié en los costes y la productividad,
podemos considerar una tercera perspectiva, que abarca a las dos perspectivas anteriores, que es la
perspectiva global bajo la cual hay que concebir la calidad, porque pone el énfasis tanto en alcan-
zar la eficiencia como la eficacia (Moreno, Peris y González, 2001). Bajo esta perspectiva se debe
considerar a la calidad como “excelencia”, lo cual la convierte en un objetivo que permite y exige
el compromiso de todos los miembros de la organización, y en la medida en que ésta sea recono-
cida por el mercado, será fuente de ventaja competitiva. Actualmente, la calidad se concibe, pues,
como una poderosa arma competitiva.
– BÚSQUEDA DE LA SATISFACCIÓN DE
LOS CLIENTES
– LIDERAZGO DE LA DIRECCIÓN
– COOPERACIÓN INTERNA Y TRABAJO
GESTIÓN EN EQUIPO
CALIDAD – COOPERACIÓN CON CLIENTES Y
TOTAL PROVEEDORES
– IMPLICACIÓN Y COMPROMISO DE LOS
– PREVENCIÓN DE ERRORES EMPLEADOS
– VISIÓN PROACTIVA – FORMACIÓN Y APRENDIZAJE
– DESARROLLO DE SISTEMAS – MEJORA CONTINUA
– INVOLUCRACIÓN DE LAS
PERSONAS
– BÚSQUEDA DE LA CONFORMIDAD EN
PRODUCTOS Y PROCESOS
– SISTEMAS DE CALIDAD
ASEGURAMIENTO – PREVENCIÓN DE ERRORES
CALIDAD – DOCUMENTACIÓN DE
PROCEDIMIENTOS DE TRABAJO
– ÉNFASIS EN EL DISEÑO DE
– DETECCIÓN DE ERRORES PRODUCTOS
– VISIÓN REACTIVA
– ASPECTOS TÉCNICOS Y
OPERATIVOS – BÚSQUEDA EX-POST DE NO
– ORIENTACIÓN EXCLUSIVA CONFORMIDADES
AL PRODUCTO CONTROL – NO HAY PREVENCIÓN
CALIDAD – DETECCIÓN DE ERRORES EN BASE A
MÉTODOS ESTADÍSTICOS
– MEJORA DE EFICIENCIA RESPECTO A
LA INSPECCIÓN
– BÚSQUEDA EX-POST DE NO
CONFORMIDADES
INSPECCIÓN
– NO HAY PREVENCIÓN
– NO HAY PLAN DE MEJORA
dad, teniendo en cuenta que conforme evolucionan los enfoques, estos se vuelven más proacti-
vos y con visiones más globales. Además, los distintos enfoques poseen carácter acumulativo,
es decir, los enfoques posteriores engloban a los anteriores y pueden ser aplicados simultánea-
mente en la organización.
La elección de un enfoque de calidad u otro es una decisión que debe tomar la empresa en
función de su propia organización, de sus planteamientos estratégicos y de posibles factores de
contingencia, debido a que no existe un sistema de calidad estandarizado que funcione bien apli-
cado en cualquier tipo de organización y bajo cualquier contexto organizativo (Deming, 1989),
sino que la implantación exitosa de un sistema de gestión de la calidad va a depender de una serie
de factores tanto internos (implicación de los directivos, cultura de la organización, estructura
organizativa, formación del personal, etc), como externos (exigencias de los clientes, competen-
cia en el sector de actividad, etc.).
Aunque los enfoques de inspección y control de calidad constituyeron la base en la evolución
de la gestión de la calidad, las múltiples limitaciones de los mismos, así como el carácter acumu-
lativo de enfoques surgidos con posterioridad, han desplazado el interés tanto académico como
práctico hacia los enfoques de gestión más recientes, con el salto cualitativo importante que supo-
ne pasar de enfoques con orientación reactiva (basados principalmente en la detección de errores)
a enfoques con orientación proactiva (basados más en la prevención).
Por tanto, nos centramos en los dos grandes enfoques de gestión actuales, el Aseguramiento de
la Calidad y la Gestión de la Calidad Total, que poseen una orientación proactiva y un carácter sis-
témico, a la vez que incorporan principios y conceptos clave cada vez más acordes con el contex-
to de competitividad actual.
fallos o errores. Estos costes, que son inevitables, recogen los costes de evaluación y los de pre-
vención. Conjuntamente, todos estos tipos de costes constituyen los costes totales de la calidad
(cuadro 12.1).
Los costes de prevención incluyen aquellas actividades que eliminan y evitan que ocurran los
defectos en el proceso productivo o de prestación del servicio (son costes en los que se incurre
para asegurar que la mala calidad no se produce). Los costes de evaluación son aquellos en los que
se incurre para identificar los productos o servicios de calidad deficiente después de que éstos
hayan sido elaborados pero antes de que sean entregados al cliente. Por último, los costes de fallos
son aquellos en los que se incurre, o bien durante el proceso de producción (costes de fallos inter-
nos), o después de que el producto es entregado al cliente o consumidor (costes de fallos exter-
nos). En definitiva, los costes de prevención están asociados a la idea de hacer las cosas bien la
primera vez, los costes de evaluación están asociados a la idea de comprobar que las cosas están
bien, y los costes de fallos, inevitablemente, están asociados con hacer las cosas mal. En el cua-
dro 12.1 se muestran ejemplos de cada uno de estos tipos de costes en las empresas turísticas.
1989). El carácter multidimensional viene dado por la necesidad de competir en un entorno glo-
balizado, en diseño, precio, tiempo, calidad o imagen de marca. La orientación de la calidad ha de
ser también dinámica, porque todas las variables que configuran las formas de la competencia
están sometidas a cambios frecuentes como consecuencia de la orientación de las empresas a inno-
var sus productos o servicios, a diferenciarlos, o a bajar sus costes1. En este tipo de mercados gana
importancia el cliente y la empresa debe tener una orientación al mismo clara. Además, en un
entorno caracterizado por un rápido ritmo de innovación en productos y servicios, y por una gran
variedad en su oferta, las expectativas del cliente presentan esas mismas características. La cali-
dad debe estar completamente orientada al cliente, a satisfacer las necesidades multidimensiona-
les y dinámicas de éste.
1 Es frecuente que los cambios en los servicios o en los productos, o en sus costes, sean el resultado de innovaciones téc-
Los principios de la GCT que se consideran son: la orientación al cliente, el liderazgo y compro-
miso de la dirección, el compromiso y participación de los empleados, el trabajo en equipo, la forma-
ción, la cooperación con proveedores, la gestión de procesos, la mejora continua y la cultura organi-
zativa de calidad. Estos principios son de aplicabilidad general a cualquier actividad y organización.
El primer y más importante principio de la GCT que se considera es la orientación al cliente.
Este principio se asienta en la creencia de que la satisfacción del cliente es el requisito más impor-
tante para conseguir el éxito de la organización a largo plazo y que conseguir dicha satisfacción
requiere que toda la empresa esté enfocada hacia el cliente.
La GCT necesita un esfuerzo de todos los miembros de la organización para asegurar la satisfac-
ción de los clientes de forma continua, comenzando por el compromiso de la dirección. Como com-
plemento a la necesidad de flexibilidad en la relación con los clientes, el personal de la empresa tam-
bién necesita flexibilidad para operar a favor de la misión de la organización que ha sido definida y
de los objetivos estratégicos. Conseguir el equilibrio de la actividad de la dirección con la posibili-
dad del personal de tomar decisiones es una tarea compleja propia del liderazgo estratégico para la
calidad (James, 1997). El papel de la dirección como líderes del proceso de implantación de la GCT
va a resultar un factor clave de éxito (Dale, 1994). Por tanto, se considera el liderazgo y compromi-
so de la dirección como un principio fundamental para que las actividades realizadas para la implan-
tación del sistema de calidad tengan la eficacia deseada.
Los siguientes principios están relacionados con el proceso de gestión de los recursos huma-
nos de la organización que debe estar orientado a la calidad. Los recursos humanos son conside-
rados como los mejores recursos que posee la organización, por lo tanto, su proceso de gestión
debe ser cíclico, debido a la necesidad de desarrollar mejoras continuas en su gestión (James,
1997), y deben estar sujetos a una planificación estratégica (Arteaga, 1998).
El compromiso y participación de todos los empleados de la organización es uno de los pila-
res más importantes sobre los que se sustenta la GCT (Moreno, et al., 2001). La información acerca
de objetivos organizativos y políticas desarrolladas en materia de calidad ha de ser difundida por toda
la empresa de manera que todos los empleados, abarcando todos los niveles jerárquicos deben cono-
cerla para que puedan contribuir totalmente motivados a la implantación del sistema de calidad.
Difícilmente se podrá conseguir cooperación en el ámbito interno de la empresa sin los niveles ade-
cuados de compromiso y participación de todos los miembros de la organización. Por otro lado, hay
que señalar la importancia de la motivación de los recursos humanos para conseguir una eficaz
implantación de la GCT (Kanji, Kristensen y Dahlgaard, 1995), en cuyo proceso el trabajo en equi-
po resulta fundamental, junto con la formación y el reconocimiento.
El trabajo en equipo ha sido considerado por la literatura como factor o concepto clave para
conseguir la excelencia empresarial (Peters y Waterman, 1984; Kanji, 1998a y b), ya que supone
la estrecha colaboración entre directivos y empleados y entre clientes y proveedores. Se conside-
ra, pues, un principio fundamental basado en el supuesto de que los empleados sin cargo directi-
vo pueden hacer importantes contribuciones a la organización si tienen responsabilidad sobre su
trabajo y la formación necesaria. La formación debe estar correctamente planificada, con la dota-
ción adecuada de medios y recursos, y ser continuada en el tiempo, de forma que fomente la mejo-
ra continua y la colaboración y el compromiso de todos los empleados de la organización. Ambos
principios, la formación y el trabajo en equipo se consideran aspectos importantes para aumentar
la satisfacción y el desempeño de las personas.
La cooperación con proveedores hace referencia a las relaciones de la empresa con los sumi-
nistradores. La buena relación que se debe mantener con éstos parte de la idea de que no se puede
conseguir calidad si los productos y servicios suministrados por los proveedores no son de calidad.
La cooperación con proveedores, así como con clientes, va a tener importantes repercusiones sobre
el aprendizaje organizativo, al compartirse información, conocimientos, habilidades y experiencias,
y también sobre la capacidad de respuesta a los cambios a los que tenga que adaptarse la empresa
(Moreno, et al., 2001).
206 Gestión y dirección de empresas turísticas
• Establecer directrices mediante las cuales la organización puede lograr un nivel determinado de
calidad de un producto o servicio y mejorarlo a lo largo del tiempo.
• Proporcionar a la dirección la seguridad de que se obtiene un determinado nivel de calidad.
• Proporcionar a los clientes la seguridad de que el producto o servicio tiene la calidad desea-
da, concertada o contratada.
Por otro lado, para implantar y poder demostrar la existencia de un sistema de calidad en la
empresa, debe definirse y ponerse de manifiesto por escrito aspectos sobre su organización (orga-
nigrama, funciones y responsabilidades) y sobre sus actividades y la forma de realizarlas.
208 Gestión y dirección de empresas turísticas
RESPONSABILIDAD
DIRECCIÓN
GESTIÓN DE MEDICIÓN,
RECURSOS ANÁLISIS
Y MEJORA
REALIZACIÓN
(incluyendo servicio)
PRODUCTO
Sistema de gestión de la calidad
Esta información debe estar formalizada y puesta por escrito en lo que se denomina “docu-
mentos de un sistema de calidad”, con la finalidad de marcar con claridad las responsabilida-
des y definir una única forma de hacer las cosas, para evitar la falta de uniformidad en el des-
arrollo de las tareas y permitir a los nuevos empleados conocer rápidamente qué se espera de
ellos, facilitando la adaptación al puesto de trabajo.
Los documentos más importantes en un sistema de calidad son los siguientes:
Una vez que se ha implantado un sistema de gestión de la calidad, la empresa de cualquier sec-
tor, incluido el turístico, puede optar por pedir la certificación del mismo4 por parte de un orga-
nismo competente5.
3 Estos documentos son un elemento fundamental en las auditorías de un sistema de calidad para la comprobación de su
funcionamiento.
4 Normalmente, ha de transcurrir un tiempo prudencial, varios meses, desde que se han puesto en marcha varios elemen-
como organismos españoles: AENOR (Asociación Española de Normalización y Certificación), LGAI (Laboratori General
d’Assaigs i Investigacions), IVAC (Instituto Valenciano de Certificación); y como organismos con presencia internacio-
La gestión de la calidad en el sector turístico 209
Los tipos de certificaciones más solicitados a las entidades certificadoras son: la certificación
en productos, servicios y empresas. La certificación en productos o servicios es un proceso de
emisión de un documento que verifica que un producto o servicio suministrado por una empresa
es conforme con determinadas normas, y en su caso, con las especificaciones técnicas que le son
de aplicación. En algunos casos, esto conlleva la cesión del derecho de uso, en el producto, de unas
marcas de conformidad. Un ejemplo es la marca N de AENOR.
La certificación de empresas consiste en la emisión de un documento por un organismo acre-
ditado que confirma que el sistema de calidad de una empresa es conforme con la norma de refe-
rencia (ISO 9001). Esta certificación se puede conseguir, bien para la totalidad de la empresa o
bien para actividades u operaciones concretas. Este certificado da derecho a poder hacer uso de un
logotipo en todos los documentos de la empresa. Un ejemplo es el logotipo ER de AENOR.
Cada tipo de certificación se concreta en un documento donde se especifica el ámbito para
el que se concede, la norma con la cual es conforme y el período de vigencia.
Por otra parte, es preciso señalar que cada organismo certificador posee su particular proceso
de certificación, aunque todos los procesos son bastante similares. Básicamente los pasos a seguir
son los siguientes:
nal: DNV (Det Norske Veritas), BVQI (Bureau Veritas Quality International), SGS ICS Ibérica, LRQA (Lloyd’s Register
Quality Assurance), TÜV CERT (que integra a varios organismos). Todas estas entidades tienen capacidad para verificar
y certificar el cumplimiento de las exigencias de la norma ISO 9000.
210 Gestión y dirección de empresas turísticas
Resultados en
Personas
las personas
9%
9%
Alianzas y Resultados en
recursos la sociedad
9% 6%
Innovación y aprendizaje
Una vez que la empresa ha implantado un sistema de Gestión de la Calidad Total, puede optar
a conseguir el reconocimiento de excelencia en la gestión a través de los Sellos de Excelencia
Europea. Estos constituyen un sistema de reconocimiento basado en el Modelo EFQM de
Excelencia, que identifica a las organizaciones excelentes, proporcionando reconocimiento social,
impulsando su imagen y estimulando la mejora continua y la participación interna.
El Sello de Excelencia lo pueden obtener todas aquellas organizaciones que demuestren la
existencia y madurez de su sistema de gestión de la calidad acorde a los criterios y principios
recogidos en el Modelo EFQM de Excelencia. Es un sistema complementario a la ISO 9000 y
en ocasiones, sirve de trampolín para acceder a Premios a la Calidad autonómicos, nacionales y
europeos.
Existen tres niveles de excelencia con sus correspondientes sellos, denominados:
El procedimiento de obtención de cualquiera de los estos niveles se logra mediante una autoe-
valuación con la herramienta de diagnóstico. La autoevaluación la realiza la propia organización
y es autorizada y validada por el Club Excelencia en Gestión6 (CEG) o por un licenciatario auto-
rizado.
Concretamente, este proceso es el que se detalla a continuación para cada nivel:
6 El Club Excelencia en Gestión es una organización sin ánimo de lucro integrada por empresas y organismos de todos los
tamaños y sectores de actividad, cuya misión es contribuir a aumentar el nivel de competitividad de las organizaciones
españolas, promoviendo para ello la implantación de sistemas de gestión de la calidad total que estén basados en el Modelo
EFQM de Excelencia. Entre los miembros asociados del Club pertenecientes al sector encontramos: Aeropuertos
Españoles y Navegación Aérea (AENA), Ciudad de las Artes y las Ciencias S.A. (Valencia), Iberia y Paradores de Turismo
de España S.A.
212 Gestión y dirección de empresas turísticas
7 El trámite de solicitud del Sello de Excelencia Europea, se realiza a través de las siguientes entidades certificadoras:
Bureau Veritas Quality Internacional (BVQI), Lloyd’s Register Quality Assurance (LRQA), Asociación Española de
Normalización (AENOR), TÜV Internacional y SGS ICS (Internacional Certification Services). Estas entidades evalúan
a las organizaciones para determinar si se les otorga o no el Sello de Excelencia Europea.
La gestión de la calidad en el sector turístico 213
12.5 RESUMEN
La calidad puede ser definida de distintas formas dependiendo de la perspectiva considerada.
Desde el punto de vista de la empresa, podemos entender la calidad de cuatro maneras diferentes:
calidad como conformidad con unas especificaciones, calidad como satisfacción de las expectati-
vas de los clientes, calidad como valor y calidad como excelencia. Cada empresa adoptará su pro-
pia definición de calidad para sus productos, servicios y procesos adecuada a su posición compe-
titiva, a las características del sector donde compite y a la estrategia empresarial elegida.
A la implantación, desarrollo y seguimiento de un conjunto de acciones relacionadas con la
calidad dentro de la empresa se le denomina gestión de la calidad. Las diferentes formas de ges-
tionar la calidad a lo largo del tiempo han dado lugar a la existencia de diversos enfoques de ges-
tión: inspección, control de calidad, aseguramiento de la calidad y la gestión de la calidad total.
Actualmente, las empresas adoptan enfoques recientes como el Aseguramiento de la Calidad y la
Gestión de la Calidad Total, basados en la prevención y que incorporan principios acordes con el
contexto de competitividad actual.
8 Hasta el momento se han desarrollado las normas de calidad de los siguientes subsectores: hoteles y apartamentos turís-
ticos, agencias de viajes, restaurantes, campings, estaciones de esquí y de montaña, alojamiento de turismo rural, empre-
sas de tiempo compartido, alojamientos turísticos de pequeñas dimensiones, espacios naturales protegidos, oficinas de
información turística, oficinas de información turística de ámbito supramunicipal, estaciones termales, convention bure-
aux, palacios de congresos, playas y empresas de autocares turísticos.
214 Gestión y dirección de empresas turísticas
COMERCIALIZACIÓN E INVESTIGACIÓN
DE MERCADOS
CAPÍTULO 13
EL MARKETING EN TURISMO:
NATURALEZA Y ALCANCE
13.1 INTRODUCCIÓN
El marketing en el turismo puede abordarse desde dos perspectivas complementarias: el marketing
de los destinos y el de los diferentes agentes privados que en él operan. Su orientación a la satisfac-
ción de necesidades de los turistas es común pero su ámbito difiere. La concepción actual del mar-
keting entendida como una relación duradera en el tiempo se analiza tanto para los destinos como
para los agentes, así como las funciones del marketing en cada uno de ellos. La tercera parte de este
capítulo contempla diferentes aplicaciones del marketing en turismo de nuevo tomando como marco
de referencia los destinos y los agentes. Dada la creciente importancia que están adquiriendo las nue-
vas tecnologías de la información y comunicación en el marketing turístico, el último de los aparta-
dos se destina a su análisis y en él se señala el papel de algunas herramientas novedosas como los
Customer Relationship Management.
El marketing en turismo: naturaleza y alcance 217
• Amplia su ámbito organizativo al considerar el marketing no sólo como una función sino
como un conjunto de procesos y que, por tanto, abarcan no sólo al área comercial sino al con-
junto de la organización.
• El cliente se sitúa como destinatario fundamental de la entrega de valor, pero desde una pers-
pectiva temporal amplia que permite la adopción de un enfoque de relaciones a largo plazo.
• Las actividades concretas son la creación, comunicación y entrega de valor a los clientes.
Esta relación de actividades sustituye a la tradicional identificación de variables de actuación
del marketing en producto, precio, distribución y comunicación. Tal vez el intento de la
AMA sea dotar al marketing de una función más integradora y no tan parcelada de sus varia-
bles de acción, como se desprendía de definiciones anteriores.
En el marketing subyace la idea de intercambio como transacción entre dos partes, oferente y
demandante. Sin embargo, tal y como sugiere la definición de la AMA señalada, ese intercambio
no debe orientarse hacia una transacción puntual, sino hacia una relación duradera, cuya idea se
recoge en el denominado marketing relacional o de relaciones, consistente en atraer, mantener e
intensificar las relaciones con el cliente. Esto supone que las actividades tradicionales del marke-
ting, basadas en captar compradores, constituyen sólo una parte de las actividades del marketing
relacional, ya que también se recogen todas las actividades dirigidas a mantener y ampliar los
intercambios a lo largo del tiempo. La esencia práctica de este nuevo enfoque reside en identifi-
car las necesidades del cliente a lo largo del tiempo y satisfacerlas. De este modo, el objetivo ope-
rativo no consiste en vender un viaje a un turista, sino en convertirlo en cliente fiel de viajes y ofre-
cerle otros servicios relacionados. Así, por ejemplo, las líneas aéreas están ofreciendo precios
atractivos para captar, programas de fidelización a través de sus tarjetas para mantener, y otros ser-
vicios como reserva de habitaciones para ampliar la relación con el turista. Esta aplicación rela-
cional del marketing no se dirige únicamente al cliente final, sino a otros públicos como provee-
dores, distribuidores y otras organizaciones.
El marketing en turismo: naturaleza y alcance 219
La aplicación del concepto de marketing en una organización implica situar al cliente en el cen-
tro de todas las decisiones. Para una mejor comprensión del mismo es útil delimitar el contenido
de ciertos conceptos subyacentes en el marketing, tales como: necesidades, deseos, demandas,
valor y satisfacción.
Las necesidades del consumidor son inherentes al propio ser humano y representan la ausen-
cia de un bien o servicio de modo genérico. La concreción de esas necesidades en algo específi-
co constituye un deseo. Las demandas son deseos de un producto o servicio específico condicio-
nadas por la capacidad adquisitiva del adquirente (Kotler, Bowen y Makens, 2003). A modo de
ejemplo, un turista puede tener la necesidad de conocer un determinado lugar para mejorar su
cultura y, en consecuencia, puede desear visitar Granada, demandando un billete de avión, auto-
bús o tren, según su disposición de gasto y otras variables. En este caso, el producto que se le
ofrece, transporte mediante algún medio, se convierte en la forma de satisfacer una necesidad o
deseo. La correcta identificación de las necesidades y deseos del turista por parte de los diversos
oferentes constituye la base del producto y los beneficios a ofrecer. En ocasiones, una necesidad
esencial (desplazarse) suele ir acompañada de otras complementarias como la seguridad, como-
didad, rapidez u otras. Estas últimas son las que determinan la elección por parte del turista de
un servicio u otro.
Asimismo el turista puede desear un conjunto de productos y servicios de manera agrupada:
transporte, alojamiento, visitas guiadas, excursiones, cenas en lugares típicos y otros, o bien,
puede desear adquirir tan sólo el desplazamiento. En estos casos opuestos se habla de paquetes
turísticos integrados versus productos turísticos aislados, y la identificación de las necesidades
resulta más compleja en el primer caso.
El valor es la evaluación percibida que realiza un cliente acerca de las prestaciones tangi-
bles e intangibles que recibe un turista en relación con el precio que paga y los esfuerzos o
incomodidades que soporta. El valor percibido es el elemento clave para entender la actuación
de marketing de los distintos agentes. Incorpora tanto la parte tangible como la intangible y
además lo relaciona con el precio, y los riesgos de compra. En el caso del un hotel, un turista
recibe prestaciones tangibles como la dotación de la habitación –dimensiones, tipo de cama,
televisor, minibar, wifi, y similares-, e intangibles como el servicio –trato, atención y otros-.
Por contra, paga el importe de la noche y puede soportar ciertas incomodidades como la dis-
tancia al lugar que desea visitar y asume ciertos riesgos en la compra –p.e., cadena desconoci-
da–. El objetivo de los agentes turísticos será pues aumentar el valor percibido, bien aumentan-
do la percepción de lo tangible e intangible y disminuyendo el precio y los riesgos e incomo-
didades. El concepto de valor es determinante para evaluar el grado de satisfacción del turista,
definido como el resultado de comparar lo recibido con lo esperado. Siguiendo con el ejemplo
anterior, el turista valora el servicio global recibido en el hotel y lo compara con lo que espe-
raba, determinando así su grado de satisfacción con el mismo.
el énfasis en aumentar la producción con escasa orientación a las demandas concretas del cliente
y limita la función de marketing a la publicidad para dar a conocer su oferta.
La orientación a la venta. Como consecuencia de la alta demanda, los productores aumentan
su producción y nuevos competidores acuden ante la demanda insatisfecha, hasta un momento en
el cual la oferta comienza a superar a la demanda. Ante esta situación las actividades de marketing
se centran en la intensificación de la actividad de ventas y de promociones.
La orientación al marketing. El énfasis de la organización se invierte, centrándose ahora en la
demanda y particularmente en el cliente, en lugar de centrarse en la oferta. En esta fase cobra espe-
cial relevancia la investigación de mercados previa a la producción y se ofrecen productos y ser-
vicios segmentados a los diferentes grupos de consumidores acompañados de una mayor diferen-
ciación de los productos.
La orientación social de marketing. La incipiente demanda por los grupos de interés acerca de
la preservación del medioambiente y el bienestar a largo plazo ha provocado una orientación al
cliente pero incorporando la preservación medioambiental y la ética.
La mayor parte de los mercados se encuentran en las dos últimas fases, si bien es posible iden-
tificar ciertos destinos emergentes o actividades cuya orientación se sitúa más bien en las prime-
ras dos fases. Ello es debido básicamente a que la demanda turística no ha parado de crecer tanto
en España como a nivel mundial. Según la Organización Mundial del Turismo la llegada de turis-
tas internacionales ha tenido un crecimiento medio del 6,5% anual desde 1950 a 2004 que sin
embargo ha supuesto que los cinco primeros destinos turísticos que en 1950 suponían más de dos
tercios de cuota de mercado, hoy suponen sólo un tercio. Lo que parece ineludible es la evolución
de las organizaciones turísticas. La evolución viene marcada por la competencia y por los cambios
en los consumidores. Así cuanto mayor sea la competencia y/o más diferentes resulten los turistas
más rápidamente se evoluciona hacia una orientación de marketing.
Cualquier organización que quiera mantenerse orientada hacia los cambios del entorno debe
asegurar una estrecha coordinación entre el marketing y la dirección. En este sentido, la responsa-
bilidad del marketing debe residir en proporcionar los ingredientes necesarios para formular las
estrategias a seguir por la empresa, valorando las distintas alternativas estratégicas planteadas a
partir de la reacción esperada de los distintos agentes que operan en el mercado, entre los que se
encuentran, como se analiza en el próximo capítulo, los clientes, y competidores.
Las actividades que permiten a la empresa el desempeño de esta responsabilidad son las que
se identifican con el denominado marketing estratégico, resultado del encuentro de la planifica-
ción estratégica con la función de marketing. De forma más específica, el marketing estratégico
incluye el siguiente conjunto de actividades destinadas a:
El desarrollo de la estrategia elegida tomará forma a través de una serie de actuaciones a lle-
var a cabo en el corto plazo por cada una de las funciones en las que se configura la organización.
En el caso de la función de marketing, esas acciones agrupadas con el nombre de marketing ope-
rativo implican el diseño y ejecución de las 4 P’s del marketing-mix: producto, precio, distribu-
ción y comunicación. No obstante, desde una perspectiva relacional, el marketing operativo se
amplia a las siguientes acciones: (i) implantación de acciones orientadas a la creación, entrega y
comunicación de valor al turista, considerando los aspectos éticos; (ii) gestión de la información
con los grupos de interés, y (iii) control de las acciones de marketing.
A modo de síntesis, en el cuadro 13.1 puede observarse la articulación de las dimensiones
estratégica y operativa del marketing dentro de la organización, y su coordinación con la dirección.
Se observa cómo el marketing estratégico no sólo ofrece la perspectiva del mercado a la Dirección
Estratégica a través de la orientación al mercado (OM), sino que establece el marco para el dise-
ño y ejecución del plan de marketing que ayudará a alcanzar una ventaja competitiva sostenible en
el tiempo y defendible, que contribuya a los objetivos de la empresa.
Desde diversos ámbitos se ha defendido la adopción de un enfoque de marketing estratégico
como resultado de la conjunción entre Dirección Estratégica y la función de Marketing. Lo con-
trario derivaría en actuaciones alejadas de la evolución del mercado y del entorno y claras disfun-
ciones organizativas. Si la Dirección Estratégica no posee un fuerte componente de marketing es
probable que desarrolle capacidades empresariales mal adaptadas a la satisfacción de las necesi-
dades del turista, perdiendo entonces posiciones frente a la competencia. De la misma forma, las
estrategias y actuaciones de marketing serán eficaces sólo si cuentan con una dirección estratégi-
ca que reconozca e integre todas las funciones empresariales clave, con el propósito de conseguir
una coordinación interfuncional que permita ofrecer un valor superior a los turistas y, a la vez,
favorezca la diseminación del conocimiento del mercado y de los turistas, dando a conocer, de esta
forma, a toda la organización cuáles son las necesidades y preferencias para que puedan actuar en
consecuencia. En suma, la perspectiva estratégica no debe hacernos perder de vista la necesaria
consideración e importancia de los aspectos y funciones del marketing. En el cuadro 13.2 se reco-
gen las diferencias entre la función de marketing estratégico y operativo que, como se ha señala-
222 Gestión y dirección de empresas turísticas
do, deben actuar coordinadas. La doble consideración apuntada, estratégica y operativa, supone el
reconocimiento de dos grupos de funciones básicas e íntimamente relacionadas del marketing en
las organizaciones.
El punto de arranque del marketing estratégico es el análisis de las necesidades de individuos
y organizaciones. Esta labor de investigación permitirá identificar productos-mercado y segmen-
tos que pueden representar oportunidades atractivas para la empresa; para decidir si tales oportu-
nidades deben ser aprovechadas, considerando cuáles son los recursos y capacidades de la empre-
sa así como sus puntos fuertes y débiles, será necesario evaluar su grado de atractivo según dos
cuestiones centrales: (i) en términos relativos, el tamaño y evolución de su demanda, y (ii) en tér-
minos absolutos, la competitividad de la empresa en dicho producto-mercado/segmento. En últi-
mo lugar, se deberá seleccionar una estrategia de marketing que permita aprovechar las oportuni-
dades seleccionadas, facilitando de esa manera el cumplimiento de los objetivos empresariales. Se
constata cómo la gestión del marketing en este ámbito se sitúa en el medio y fundamentalmente
largo plazo.
Por su parte, el marketing operativo se concentra en la ejecución de las principales variables
del marketing mix tal y como se han previsto en el plan de marketing para contribuir a la estrate-
gia. Dentro de las variables del marketing mix el producto sigue ocupando un papel predominan-
te; sin embargo, en los últimos años la distribución se ha configurado como una de las actividades
con creciente importancia debido tanto a la integración vertical como a la utilización de tecnolo-
gías de comunicación que ha facilitado la venta directa de los servicios turísticos por parte de los
productores. Recientemente, la importancia del valor de marca constituye un tema de gran aten-
ción por los agentes y por los destinos turísticos, considerándose la marca como un activo valioso
que se debe desarrollar y gestionar de forma adecuada.
El marketing en turismo: naturaleza y alcance 223
Actividades Análisis del mercado mediante un SIM, Diseño, ejecución y control de un plan
principales identificar y seleccionar el valor al de marketing en el que se concrete la
cliente, análisis del valor del cliente y actuación comercial orientada a la
elección de la estrategia de marketing creación, comunicación y entrega de
que permitirá obtener ventajas valor, y gestión de las relaciones del
competitivas sostenibles y defendibles; cliente: marketing interno, marketing
desarrollar relaciones con clientes y externo y marketing interactivo.
stakeholders.
Fuente: Elaboración propia a partir de Barroso y Martín Armario (1999) y Munuera y Rodríguez (2002).
Las diferentes actividades que incluyen el marketing estratégico y operativo serán descritas en
los sucesivos capítulos. Los dos siguientes –capítulos decimocuarto y décimo quinto- se ocuparán
de las actividades estratégicas, mientras que el decimosexto y decimoséptimo se dedican a las
variables del marketing mix.
keting que permitan la adopción de estrategias acordes con la información obtenida y orientadas
a una estrategia competitiva sostenible a largo plazo. Así, por ejemplo, muchos destinos han pues-
to en marcha planes de marketing (puede verse en la web http://www.andalucia.org/ las líneas
generales del Plan Estratégico de Marketing Turístico de Andalucía para el período 2006-2008)
que, si bien tratan de la promoción turística del destino, se ocupan además de cuestiones más
amplias relativas a selección de mercados, posicionamiento y directrices estratégicas
Como función específica de naturaleza estratégica es frecuente que los organismos responsa-
bles de turismo realicen encuestas o incluso dispongan de sistemas de información turística tanto
a nivel mundial como el de la Organización Mundial del Turismo (http://www.world-
tourism.org/espanol/), nacional como el Instituto de Estudios Turísticos de España
(http://www.iet.tourspain.es/) y a nivel autonómico. Un buen ejemplo de ello es el Sistema de
Información Turística de Asturias, SITA, cuya web http://www.sita.org/ ofrece numerosa informa-
ción que se define como “un mecanismo permanente y sistematizado de recopilación, tratamien-
to, ordenación y divulgación de la información precisa para los objetivos de planificación, acción
y evaluación turística para los distintos agentes turísticos públicos y empresariales de Asturias”.
En cuanto al marketing de relaciones diversos destinos han desarrollado programas de fideli-
zación mediante la creación de tarjetas que ofrecen diversos beneficios, como la tarjeta Club de
Amigos de LLeida o el Club Galicia Premium, cuyos beneficios para el turista pueden verse en el
cuadro 13.3.
En cuanto al marketing operativo en los destinos suele decirse que su implementación resulta
más compleja e incluso inabordable por razones técnicas. Sin embargo, con mayor frecuencia los
destinos actúan de acuerdo con las variables del marketing mix. Veamos algunos ejemplos que
ilustren dichas aplicaciones.
En relación con los productos turísticos es frecuente que las actuaciones abarquen la creación
de senderos y rutas, tanto dentro de una territorio administrativo como las Rutas por los Territorios
Flamencos, como de varias Comunidades Autónomas como El Camino de Santiago o la Ruta de
la Vía de la Plata que agrupa a dieciocho municipios de las siguientes comunidades: Principado
de Asturias, Castilla y León, Extremadura y Andalucía. Otras actuaciones habituales son la dota-
ción y puesta en valor de recursos naturales y culturales como museos, palacios de congresos audi-
tórium y equipamientos de diverso tipo que incluyen desde actividades en destino como festiva-
les, animación, juegos infantiles, áreas deportivas, o plataformas flotantes en el mar. Sin embargo,
otros productos menos habituales son la creación de productos con marca como Casonas
Asturianas, marca de calidad para diferenciar a un segmento de la oferta hotelera diferente por su
singularidad y niveles de calidad, su ubicación y excelente servicio, o las tarjetas de visitante que
El marketing en turismo: naturaleza y alcance 225
reportan beneficios a los visitantes y facilitan la utilización de diversos servicios, como la tarjeta
de ciudad. Finalmente, numerosos destinos están creando marcas turísticas para el destino, como
por ejemplo Baleares que utiliza el mismo diseño gráfico para el conjunto de las islas que para
cada una de ellas. En el cuadro 13.4 se recogen algunos ejemplos relativos a los productos men-
cionados.
Cuadro 13.4 Ejemplos de productos turísticos y marcas desarrollados por los destinos
En relación con el precio es complejo que los organismos responsables del destino intervengan
en los precios de aquellos productos cuya titularidad no está bajo su tutela. No obstante, la variable
precio se emplea en el marketing de destinos mediante la facilitación de descuentos acordados con
los agentes mediante programas específicos. Así, por ejemplo Turgalicia ha creado los Días Verdes
para promocionar el turismo rural en Galicia ofreciendo un 20% de descuento sobre el precio de tari-
fa y los Días Verdes Oro que ofrece una noche adicional a aquellas reservas de dos días.
En cuanto a la distribución, la participación de los organismos suele ser a través de las centra-
les de reserva como el Sistema de Reservas Séneca de Andalucía. No obstante algunos destinos
como es el caso de Santiago de Compostela han creado su propio Touroperador Oficial, denomi-
nado Compostur que promociona paquetes turísticos de estancia y estancia más vuelo junto con
otras ofertas, orientadas a la desestacionalización del destino en el periodo comprendido entre el
5 de noviembre de 2005 al 30 de marzo de 2006.
Finalmente, la promoción ha sido un área de actuación de los organismos responsables de
turismo entendida en una doble dimensión información y promoción. Entre las actividades de
información se encuentran las oficinas de información turística o los call center turístico. Las
nuevas tecnologías basadas en Internet han permitido asimismo un notable desarrollo de las
WebCam. Respecto a la promoción destacan fundamentalmente las acciones de publicidad tanto
en medios masivos como a través de publicidad directa, patrocinio y ferias comerciales, de las
cuales puede verse un ejemplo en el cuadro 13.5.
226 Gestión y dirección de empresas turísticas
cional. Generalmente dichas acciones se dirigen al turista por parte de hoteles, líneas aéreas, inclu-
so museos y otros, pero también a algunos intermediarios, como por ejemplo el programa de fide-
lización a agentes de viajes de Sol Meliá a través de su Club Amigos, con tarjetas que acumulan
puntos canjeables y ofrecen beneficios al titular o acompañante. Sin embargo la iniciativa más
actual en la gestión estratégica de las relaciones con los clientes es el enfoque Customer
Relationship Managemet –CRM- que consiste en un sistema integrado que registra las diferentes
relaciones y contactos con el cliente por diferentes vías –telefónica, correo electrónico, fax, visi-
tas, compras, y similares1 como base de datos para el análisis y la acción, tanto individualizada del
cliente para su seguimiento personalizado, como para identificar patrones de conducta segmenta-
dos por características de los mismos. Las líneas aéreas son habituales de este tipo de herramien-
tas, así como de cadenas hoteleras.
1 Según Actualidad Económica (Noviembre de 2005) para Ryanair, el 14% de los ingresos son ya atípicos.
2 En 1979 nace Air Berlin, en 1985 Ryanair y en 1995 Easyjet.
228 Gestión y dirección de empresas turísticas
nados trayectos. La variabilidad del precio en el tiempo es otra de las tácticas de marketing
empleada por los agentes tanto alojativos como de transporte.
La distribución está siendo notablemente afectada en el ámbito turístico debido a tres innova-
ciones tecnológicas. La primera es indudablemente Internet y el comercio electrónico que han
facilitado la utilización de canales de distribución directos con el turista3, proporcionando además,
tal y como se ha señalado, servicios adicionales a los originales de las empresas. Además han apa-
recido las denominadas agencias de viajes on-line que incluyen comparadores de precios, como
Rumbo.es, edreams.es, Atrapalo.com o Viajar.com, entre otras. De otro, los call centers o centros
de llamadas que permiten hacer reservas de diverso tipo. También otra innovación como la
WebCam ha facilitado la distribución del servicio en la medida en que ayuda a tangiblizar median-
te la visualización de las características de la oferta. Por último, en las líneas aéreas la obtención
de la tarjeta de embarque se ha simplificado a través de los billetes electrónicos, la auto factura-
ción on-line desde cualquier ordenador personal y la auto facturación automatizada en maquinas
de check-in en los propios aeropuertos.
Cuadro 13.7 Ejemplos de segmentación en hoteles, tarjetas de fidelización, venta directa on-line e interme-
diación on-line
3Según el estudio B2C de la Asociación Española de Comercio Electrónico, el producto mas comprado a través de Internet
son billetes de avión, barco o autobús (AECE, 2005).
El marketing en turismo: naturaleza y alcance 229
En el cuadro 13.8 puede verse un ejemplo de las potencialidades de Internet y las reservas a
través en una compañía aérea. El sistema permite atender proactiva y personalizadamente una inci-
dencia con un cliente mediante el envío de un correo electrónico en el que la compañía se discul-
pa por dicha incidencia, y aprovechar la ocasión para enviarle una recompensa. En dicho ejemplo
se han omitido algunos detalles para evitar la identificación.
En realidad, el ejemplo aludido se basa en la utilización de un sistema de Customer
Relationship Management que permite un seguimiento individualizado de la conducta de un clien-
te. Ésta es, sin duda, una de las aplicaciones tecnológicas de mayor potencialidad en los distintos
tipos de servicios turísticos, a la que ya nos hemos referido. Adicionalmente y bajo el mismo enfo-
que, debe destacarse la gestión de la cadena de aprovisionamiento (Supply Chain Management,
SCM). Ambas tecnologías están en fase de adopción por los distintos sectores y particularmente
por el turístico. El CRM se empleaba según un informe de la Unión Europea (European
Commission, 2003) por el 13% de las empresas turísticas y el SCM por el 3%, situándose el sec-
tor turístico por debajo de la media del total de sectores. Por tipo de empresa y país, son los tou-
roperadores británicos los que más usan el CRM (24%), seguidos por Alemania (10%), España e
Italia (8%) y Francia (6%).
Retomando el uso de Internet, que por otro lado es la innovación emergente más consolidada,
y atendiendo a los resultados del estudio europeo mencionado, es posible identificar las siguien-
tes conclusiones acerca del estado actual de Internet en el ámbito turístico:
230 Gestión y dirección de empresas turísticas
Cuadro 13.8 Correo electrónico enviado por una compañía aérea a un cliente ante una incidencia
• El 74% de las empresas turísticas entrevistadas disponen de página Web y un 10% prevé implan-
tarla. Por tamaño, el porcentaje de empresas turísticas que disponen de página Web se eleva al
92% en las que tienen más de 50 empleados. Por países, se sitúa Alemania a la cabeza (81%),
seguida del Reino Unido (80%) e Italia (76%) y algo detrás España (66%) y Francia (57%).
• El 36% de las empresas turísticas vende a través de Internet y el 6% prevén hacerlo. Estos
porcentajes se sitúan por encima de la media de otros sectores económicos que se sitúa en
el 19%. Por países, destaca en primer lugar las empresas turísticas alemanas (52%), segui-
das de Italia (37%), Reino Unido (33%), España (30%) y Francia (21%).
Por el lado de la demanda, el dato que mejor ilustra la creciente importancia de Internet en
turismo es el que proporciona el estudio B2C de la AECE (2005), que sitúa a la compra de bille-
tes de avión, barcos o autobús como el primer producto más comprado, por el 45% de los inter-
nautas compradores, por encima de otras categorías como electrónica, libros, ocio o música.
Por último, y en cuanto a otras nuevas tecnologías de gran potencial están las Webcam que per-
miten una aproximación del servicio al cliente, de gran utilidad para realizar visitas virtuales o
imágenes en directo. Los desarrollos tecnológicos están llegando a la nueva generación de teléfo-
nos móviles no sólo mediante el envío de sms sino también con las tecnologías que incorpora la
nueva generación 3G.
El marketing en turismo: naturaleza y alcance 231
13.6 RESUMEN
El marketing se define desde una doble perspectiva, como orientación y como función. La orien-
tación de marketing de una organización sitúa al turista en el centro de las decisiones. La función
de marketing comprende un conjunto de procesos orientados a la creación, comunicación y entre-
ga de valor a los clientes así como para la gestión de las relaciones del cliente, de modo que se
beneficien la organización y sus grupos de interés (AMA, 2004). Esta definición así como los ele-
mentos subyacentes dentro del marketing estratégico y operativo se explican con mayor detalle en
el presente capítulo.
El marketing en turismo hace referencia tanto al conjunto de actividades de marketing desarro-
lladas por los proveedores turísticos individuales como al marketing de destinos. En este capítulo
se han señalado las aplicaciones más frecuentes de la función de marketing en ambos contextos.
Asimismo, el capítulo analiza la influencia de las nuevas tecnologías de la información y comuni-
cación en el marketing turístico, destacándose las potencialidades de las aplicaciones tecnológicas
como Internet y el sistema Customer Relationship Management (CRM).
CAPÍTULO 14
EL ANÁLISIS DEL MERCADO TURÍSTICO:
ENTORNO, AGENTES PÚBLICOS,
COMPETIDORES Y TURISTAS
14.1 INTRODUCCIÓN
El objetivo del presente capítulo se centra en el análisis del mercado y entorno de la organización
turística, sea ésta un destino, empresa o atracción. Reconociendo la necesidad de una orientación
estratégica del marketing que genere valor al cliente o, en ciertos casos, turistas, las organizacio-
nes deben comprender a los clientes de manera sistemática y continua. Ello supone una nueva
forma de concebir los productos, puesto que éstos serán el resultado de los estudios previos de
mercado que tratan de detectar las necesidades del mercado, requiriéndose la investigación comer-
cial y un sistema de control de marketing. Por ejemplo, ante la importancia de China como mer-
cado emisor, las organizaciones turísticas se preocupan por analizar el comportamiento de los chi-
nos como turistas.
Con el fin de crear valor en el mercado se requiere previamente analizar las características del
mercado específico y su entorno. La globalización del mercado turístico se pone de manifiesto por
el gran volumen de flujos turísticos internacionales, las múltiples empresas que participan en
diversos países (líneas aéreas, cadenas hoteleras, touroperadores, entre otras), competidores e ins-
tituciones públicas de ámbito internacional. Si bien en la primera parte del libro se aborda la natu-
raleza de los mercados turísticos y, en particular, el mercado turístico internacional, en el epígra-
fe 14.2 se analizan las implicaciones que ello representa bajo la óptica del marketing de destinos
o empresas turísticas, haciendo especial referencia a los factores del entorno, competidores y agen-
tes públicos.
Tomando como centro al cliente y, para reflejar el entorno competitivo del sector turístico, la
figura 14.1 representa dos destinos alternativos (simplificando, país A y país B) que se ofrecen al
turista que procede del país C para sus próximas vacaciones. En cada país, existen unas infraes-
tructuras y servicios turísticos similares, cuya homogeneidad aún plantea mayor nivel de compe-
tencia entre ambos. Las motivaciones del turista y la información generada por el destino, contri-
buyen a decidir, en algunos casos, el lugar de vacaciones; sin embargo, en el proceso de decisión
del consumidor influyen otra serie de variables como se analizará más adelante en el epígrafe 14.3.
Tras la compra, el turista interacciona con los productos turísticos (por ejemplo, visita un parque
temático, museo) generándole unas experiencias satisfactorias o insatisfactorias en función del
valor percibido por el cliente. La generación de valor proviene de múltiples interacciones como,
por ejemplo, de la amabilidad del personal de la línea aérea, del taxista que acompaña al turista
del aeropuerto a su hotel, del personal de la oficina de información turística del destino, de la ges-
tión de las entradas de los atractivos turísticos, del trato del recepcionista del hotel o, incluso, de
los empleados del comercio y residentes que atienden a los turistas.
Bajo el entorno competitivo, las organizaciones turísticas requieren sistemas de información
continuos no sólo para conocer a los potenciales turistas, sino retroalimentarse de las acciones
de marketing realizadas (por ejemplo, analizar la valoración de los servicios ofrecidos) con el
fin de lograr una mayor eficacia en las acciones de marketing. En este sentido, el epígrafe 14.4
analiza el sistema de información de marketing para la toma de decisiones por las organizacio-
nes turísticas.
1 En el Real Decreto 719/2005, de 20 de junio, por el que se crea el Consejo Español de Turismo, órgano colegiado, ase-
sor y consultivo, adscrito a efectos administrativos al Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, a través de la Secretaría
General de Turismo, con el objeto de favorecer la participación de las distintas Administraciones públicas con competen-
cias en la materia y de los empresarios, trabajadores y profesionales que inciden en la actividad turística en el seguimien-
to de las políticas turísticas en España, así como en las actividades propias de la Administración turística del Estado.
El análisis del mercado turístico 235
La liberalización del sector del transporte aéreo ha reducido considerablemente las barreras de
entrada compensando, en cierta medida, el efecto de las economías de escala y dando lugar a una
mayor volatilidad de los precios y a un aumento en la importancia de las pequeñas compañías que
ha elevado el nivel de competencia, al menos a corto plazo. Ello es lo que ha permitido, por ejem-
plo, a firmas de pequeño tamaño, como son las líneas aéreas de bajo coste, competir en los trayec-
tos europeos a pesar de la posición preeminente detentada por las antiguas compañías de bandera
(Soler, 2004).
jóvenes que viajan entre las etapas de su formación (por ejemplo, estudiantes Erasmus); segmen-
tos de turistas que, por sus trabajos, no pueden realizar viajes largos y suelen realizar viajes cor-
tos de 2, 3 o 4 días; y personas con discapacidad, que requieren modificaciones en los productos
y servicios turísticos.
Junto a los anteriores factores, existen otros elementos socio-culturales que inciden en el mar-
keting de productos y servicios turísticos, como la cultura, valores, condiciones laborales, idiomas,
religión y educación (Bigné, Font y Andreu, 2000):
• Conocer la cultura de un destino turístico puede ser el motivo de viaje de un turista, centran-
do su interés en la cultura y gastronomía de una región en lugar de atractivos tradicionales
como el clima o paisaje.
• Dentro del sistema de