Está en la página 1de 1

Lucrecio Rebollo Delgado

Por último, recordar que la presentación del escrito


de queja, no tendrá en ningún caso la calificación de
recurso administrativo, ni paraliza plazo procesal
alguno. Lo hasta aquí expuesto, ha pasado a tener
cobertura por la Ley Orgánica 19/2003, de 23 de Di-
ciembre de 200379 que institucionaliza la Unidad de
Atención al Ciudadano.
Puede deducirse con facilidad que los mecanismos
relativos a las quejas establecidos por el Poder Judicial
son plenamente coincidentes con la actividad desa-
rrolladas por el DP. La duda a despejar es si estamos
ante una duplicidad de mecanismos protectores, o si
el alcance de cada uno de ellos es distinto, y en todo
caso necesario. A clarificar estas cuestiones dedica-
mos las siguientes líneas.
En primer lugar nos es preciso determinar si existe
la necesidad de establecer un mecanismo propio de
quejas en la Administración de Justicia, dado que este
no se puede encomendar al DP en virtud del principio
de separación de poderes. La respuesta no requiere
mucha reflexión y en todo caso, ha de ser negativa.
La incardinación del DP en el poder Legislativo no
es obstáculo para realizar una actividad de control,
dado que ésta no recae sobre el contenido concreto
de impartir justicia, a la vez que no es identificable la
institución del DP con la actividad legislativa. Esta-
blecida la ausencia de incompatibilidad, nos cabe re-
solver el fundamento de la duplicidad, o quizás mejor
expuesto, la causa de exclusión del ámbito de control
del DP, de esta parte de la Administración. Todo ello,
teniendo en cuenta el contenido del art. 19.1 LODP,
que establece que “todos los poderes públicos están
obligados a auxiliar, con carácter preferente y urgente,

Por la que se modifica la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio,


79

del Poder Judicial.

86

También podría gustarte