Cazados intensamente durante décadas por su cuero, aprovechado
en marroquinería (especialmente Caiman latirostris por ser el de mejor calidad de cuero), hoy se encuentran universalmente protegidos y en algunos casos industrializados en zoocriaderos. La alta frecuencia de reproducción —en comparación con otros caimánidos— ha permitido recuperar parcialmente las poblaciones, aunque las medidas de protección no se apliquen con el rigor deseable. Ambas especies están registradas en el Apéndice II del listado de especies protegidas de CITES.