Explora Libros electrónicos
Categorías
Explora Audiolibros
Categorías
Explora Revistas
Categorías
Explora Documentos
Categorías
CUENTOS
PARA LEER Y
ESCUCHAR
Pinocho
GUIÓN E ILUSTRACIONES: ESTUDIO FÉNIX
ÉRASE UNA VEZ un carpintero, pobre y viejo, que se llamaba Gepetto
y vivía con su amigo, un grillo parlante.
Un día, para no sentirse tan solo, agarró un leño y talló un títere
con forma de niño.
—¡Qué bien me ha quedado! Le llamaré… ¡Pinocho!
Por la noche, el muñeco cobró vida y queriendo descubrir el mundo,
huyó del taller.
A la mañana siguiente, Gepetto descubrió que el muñeco había
cobrado vida y salió a buscarlo. Pero cuando lo encontró, ¡Pinocho
no tenía ganas de volver a casa y armó un gran escándalo!
Ya en casa, el grillo le reprendió por ser tan travieso y le recordó que,
como era un niño, aunque fuera de madera, tenía que portarse bien
e ir a la escuela.
¡A Pinocho no le hizo ninguna gracia ese consejo! ¡Él quería divertirse!
Al día siguiente, de camino a la escuela, Pinocho vendió su cuaderno
y compró una entrada para el Teatro de las Marionetas, donde causó
sensación. ¡Era un muñeco de madera, pero estaba vivo!
El titiritero Tragafuego se enfadó con Pinocho porque distraía a su
público... ¡y amenazó con usarlo como leña para hacerse la cena!
Sin embargo, al saber que Pinocho no tenía madre y que su papá era
muy pobre, le dio pena y le regaló cinco monedas de oro.
De camino a casa, Pinocho se dejó engañar por una zorra coja
y un gato ciego que intentaron robarle las monedas.
Como no lo lograron, lo dejaron colgando de un gran roble.
Le rescató del roble un hada de cabellos turquesa. Cuando el grillo
le explicó las aventuras que habían vivido, el hada quiso poner a prueba
a Pinocho:
—¿Dónde tienes las monedas de oro? —le preguntó.
—¡Las he perdido! —respondió Pinocho, que las tenía en el bolsillo.
Cuando dijo esta mentira, su nariz creció más de dos dedos.
—Ay, no —dijo el muñeco—, me las he tragado sin querer.
¡Con esa nueva mentira la nariz se le alargó una barbaridad!
—Las mentiras, Pinocho, se descubren enseguida —dijo el Hada—,
porque las hay de dos clases: las que tienen las piernas cortas y las que
tienen la nariz larga.
El hada consideró que Pinocho había aprendido la lección y le perdonó,
encargando a unos pájaros carpinteros que le recortaran la nariz. Luego
Pinocho emprendió el camino a casa.
Por el camino se encontró con un compañero de la escuela,
Espárrago, que viajaba con otros niños para ir al País de los Juguetes.
¡Entusiasmado, Pinocho se unió al grupo!
Pinocho vivió durante cinco meses en el País de los Juguetes. ¡Allí no
hacía más que dormir, comer y jugar!
Hasta que un día se dio cuenta de que le habían crecido unos orejones
y un largo rabo, y de que empezaba a rebuznar: ¡se estaba convirtiendo
en burro!
Pero el hada de nuevo se compadeció de él y le devolvió su aspecto.
Después de tantas andanzas, Pinocho se dio cuenta de que lo que más
quería en el mundo era regresar con su papá Gepetto, y emprendió el
camino para volver a casa.
Hasta que un día se cayó al mar y, flotando a la deriva —porque era de
madera—, fue engullido por un enorme monstruo marino.
¡Era tan grande que se lo tragó de un bocado!
¡Y allí dentro se encontró con Gepetto! El carpintero había salido de ¡Pinocho saltó hacia las olas con Gepetto a su espalda! Con mucho
viaje en busca de su hijo de madera, y el monstruo también se lo había esfuerzo, nadó y nadó hasta que llegaron a tierra firme.
zampado. ¡Padre e hijo se dieron un gran abrazo!
Ambos emprendieron el regreso a casa y, esta vez, sin desviarse del
camino. ¡Pinocho había aprendido la lección y quería ir a la escuela,
portarse bien y vivir feliz junto a su papá!
El hada le recompensó con un magnífico regalo: ya no sería más un
muñeco de madera... ¡sino un niño de verdad!
Edición, dirección y coordinación Distribución Argentina
Editorial Salvat, S.L. Distribuidor en CAP y GBA: Distribuidora Rubbo
© 2019, Editorial Salvat, S.L. Río Limay 1600, C.A.B.A.
C/ Amigó, 11, 5.ª planta. 08021 Barcelona, España. Tel.: 4303 6283/ 6285