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El año 2019, el incendio en la Chiquitanía fue uno de los sucesos medioambientales más
devastadores de la última década en Bolivia. En el departamento de Santa Cruz, 3,6
millones de hectáreas fueron afectadas. Los incendios se concentraron mayormente en
cuatro zonas: San Ignacio de Velasco, San Matías, Concepción y el corredor San José de
Chiquitos-Puerto Suárez, implicando alrededor de 20 municipios a su paso.
Entre las razones de esta tragedia se puede señalar la “tala y quema” de tierras forestales.
El impacto ambiental que dejó el incendio es múltiple, pues se perdió fauna, flora y
biodiversidad, diversas fuentes de agua se contaminaron y la población de numerosas
comunidades en la Chiquitanía quedó seriamente afectada por la escasez de alimentos,
contaminación ambiental y daños a su salud.
Al conocer esta catástrofe ambiental y con el objetivo de dar una respuesta inmediata y
posteriormente una respuesta de recuperación humanitaria temprana, Save the Children,
en coordinación con el Consorcio de Agencias Humanitarias en Bolivia, el Viceministerio
Defensa Civil, gobiernos municipales, dirigentes comunales, instituciones de salud, medios
de comunicación y población afectada en general, decide realizar con prontitud diversas
acciones humanitarias en apoyo a la población afectada de los municipios de Concepción,
San Antonio de Lomerío, San Ignacio de Velasco, San Rafael y Robore, concretamente, en
favor de niñas y niños en la Chiquitanía.
En ese sentido, la respuesta de Save the Children se dividió en dos fases de intervención,
la fase de respuesta inmediata y fase de recuperación temprana. A través de ellas y con
sus diversas acciones se apoyó de manera directa a 2.128 familias y 6.113 niñas, niños y
adolescentes.
La segunda fase de esta intervención apuntó a una recuperación a mediano y largo plazo
de la zona, así como a generar acceso a los activos productivos para proteger las
actividades de los medios de subsistencia de las familias.