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El sexo de la ciencia Lourdes C. Pacheco Ladr6én de Guevara CIENCIAS SOCIALES: LAS ASIGNATURAS PENDIENTES LENTRA BL LENGUAIE Los dos se ucercan a los mismos objetos. Los tocan del mismo modo, Los apilan igual. Dejan e ignoran las mismias cosas. Cuando se enfrentas, saben que fom el limite uno del otro. ‘Son ereador y criatura. ‘Son imagen, modelo, uno del otre. Los dos comparten la penumbra del cuarto. ‘ht perciben poco: lo utilizable 9 lo que e otro permite ver Ambos se evaden Coral Bracho, La penumbra del cuarto, 1997 INTRODUCCION Decir que la existencia de las ciencias sociales esté en crisis debido alla crisis de los paradigmas de la Modernidad es casi un lugar co- min. No lo es, en cambio, cuando nos referimos a los modos de pensar la sociedad actual, porque si el paradigma fundante de las ciencias sociales esta en vias de ser sustituido, todavia no se tiene sna ciencia social que permita pensar lo social de manera diferen- te a como lo piensa la Modernidad. De esta manera, nos vemos atrapados entre la imposibilidad de seguir pensando a través de la [155] 156 LOURDES C. PACHECO LADROX DE. GUEVARA ciencia social anterior y Ia necesidad de pensar, explicar y com- prender, el mundo actual. Con qué ciencia social pensamos la sociedad contemporanea? La pregunta es de alta pertinencia porque las universidades tienen. el papel de formar cientificos sociales capaces de interpretar los acontecimientos sociales, ‘Cuestionar Jo que pensamos, pensar a partir de nuevos paradig- ‘mas, o pensar sin paradigmas, parece ser una posibilidad para las cieneias sociales. El estatus de éstas se ha cuestionado a partir de Iacritica alas premisas que les dieron sustento; las ciencias sociales acompafiaron la explicacién del mundo social y hoy, en el cambio civilizatorio de principios del siglo XX, han colapsado. En todo ca~ so, vale la pena preguntarse ¢qué ciencia social?, con el fin de estar en posibilidad de prover a la juventud universitaria nuevas posi bilidades de interpretacién, en ambientes pedagégicos inclusivos y dialogantes. ‘Ademés, las cieticias sociales tienen un lugar desdibujado dentro del conjunto general dela ciencia, ya que se les considera ciencias “débiles” debido al uso de técnicas cualitativas. Ello ha Hevado a que se les otorgue menor importancia en las politicas guberna- mentales de ciencia y tecnologia e incluso que se les subestime en cuanto a la confeccién de politicas piblicas. LA CIENCIA QUE VE La episteme de la ciencia moderna se establece a partir del sujeto como centro del conocimiento. La Modernidad dejé atras alos dio- ‘ses como conocedores omnimodos y en su lugar erigié un nuevo su- Jeto pertinente del conocimiento: el sujeto portador de razén. Sin embargo, el sujeto no conoce con todo su ser, sina que es el bir nomio de la vista y la raz6n el que media toda produccién de cono- cimiento, Se instal, asi, la observaci6n y el analisis como las dos funciones del conocer; el ojo establece la observacién y la razon realiza el anélisis, La filosofia aristotélica parte de la hegemonia de! ojo, Martin Buber lo reficre: ‘Surgeuna imagen Sptica del mudo creada a base de lasimpresi nes de la vista, tan concretamente objetivada como sélo el sen- tido de la vista puede hacerlo, y las experiencias de los demas sentidos se intercalan luego |...j También el mundo de Platén es EL SEXO DELA CIENCIA 157 tn mundo de los ojos, un mundo de figuras contempladas (Bu ber, 1985:26). . Para Platén, conocer es contemplar: la biisqueda de la verdad se apoya en la contraposicién visible-invisible, lo que se deja ver en contraposicién con lo que permanece oscuro, fuera del ambito de la luz, De ahi que la ciencia se convierta en un acto de descubri- niento, de iluminaci6n, de arrojar luz sobre lo que antafio se pen- saba inaecesible a ella. La ciencia moderna hereda la episteme Vinculada al ojo, de acuerdo con esta tradiciGn, las ciencias socia- Jes establecieron su camino hacia la institucionalizacién. Las ciencias sociales pretenden descubrir la verdad, los facto- res que influyen en la ocurrencia de un fenémeno, las percepciones de los actores, los clementos que conforman una situacién, etc. Se supotie que cuando se tiene acceso a la verdad, al conjunto de ele- mentos que influyen en la ocurrencia de un fenémeno, se adoptarin decisiones inteligentes. En cambio, cuando la situacién es confu- sa, incompleta 0 poco clara es como si se contemplara algo a me- dia luz, en tinieblas. En este caso, la inteligencia deja de ser tal y Jas decisiones se adoptan de manera erzada. La ciencia social institucionalizada en la Modernidad ha esta- blecido la visién como centro de su concepto de pereibir;, a partir de tres supuestos: 1) la jerarquia del ojo y la funcién secundaria del resto de sentidos; es la regla de la vista la que estructura la ela- boracién de la ciencia objetual; 2) los medios de investigacion Gesarrollados como una extensicn del ojo, y 3)los paradigmas den- to de los cuales se ordena el contenido de lo percibido. Los tres su- [puestos se influyen mutuamente y hacen posible el conocimiento. Si se aplica el concepto foucaultiano de episteme, la percepcién secia una episteme. A su vez, si pensamos como Edgar Morin, que Jos paradigmas son los supuestos con los cuales pensamos, enton- ces, la forma de pensar implica una forma de ver y, por lo tanto, de cobservar y analizar. Pareciera, entonces, que no hay salida ya que estamos atrapados en paradigmas a partir de los cuales vemos, ob- servamos y nos instalamos en el mundo. Sin embargo, antes de declararnos en un callején sin salida, debemos reconocer que la percepcidn esta regulada por la episteme que funda la Moderni- dad en la vista. @Cémo llegé la vista a convertirse en el centro de la construc- cién de sentido de la Modernidad? Lowe (1986), en su Historia de la percepcién burguesa, establece que la integracién de la burguesta como clase dominante fue posible a partir de la expansién de la es- | 158 LOURDES €. PACHECO LADRON DE: GUEVARA critura impresa en el siglo XV. La escritura otorg6 una experiencia specifica del vivir al sujeto individual y al sujeto social como clase en ascenso. Ello produjo una forma social de mediacidn de los su- jetos en la cual ese grupo especifico se reconocié, De esta manera, la experiencia visual informa la experiencia que media y se con- vierte en el modo de reconocer ‘La vista media la experiencia porque es un acto de distancia- miento, poro cual presupone una distancia. La vista da ls ilusién de que existe un campo entre lo visto y el que ve; en esta ilusién se conforma la objetividad como presupuesto de la ciencia y la verifi- ‘cacién como un acto al alcance de quien tenga la capacidad de ver (cientificamente, con las técnicas adecuadas). ‘La vista ha sido la base de la limitacién, la precision, la aprelen- sion y la diferencia cuantitativa caracteristicas de la ciencia, ya que sittia al sujeto epistémico pertinente de la Modernidad ante lareelidad, no cor nin la realidad. La vista supone separa, aislar yrecurrira la permanencia inmutable del objeto, ya que espera vol ver a él, a la imagen primera reconstituida: supone al objeto idén- tico a si mismo. En este camino, el texto escrito fija en palabras la fijacién realizada previamente por la vista, La ciencia es un acto de ver y fijar, de analizar y fijar. Laciencia, sustentada en la visi6n, se piensa como conocimien- to objetivo, sistemético, tedrico y técnico, Objetivo no sélo como opuesto a subjetivo, dependiente de quien ve, también en cuanto ira- parcial frente al que ve develado en contraposicion a ocultado. Es conocimiento sistematico porque debe realizarse siguiendo ciertos, métodos y obtenerse con fines precisos, no por casualidad o mera aficién. Es conocimiento tedrico en tanto teorfa para saber ¥ no conocimiento para contemplar. Finalmente, es técnico porque tie- ne aplicabilidad, LA CIENCIA QUE SIENTE ‘Suprimir la jerarquta del ojo para instituir en su lugar el conjunto de los sentidos: el ofdo, el tacto, el olfato, el gusto, parece una uto- pia. Atrapar la fugacidad de lo que se oye, expetimentar lo que sen- timos a través de la piel, reconstituit los sabores gustados, aludir alo olfativo, parece mas que una utopia, una sinrazén, Y es, efecti- vamente, una sinrazén porque otro deberd ser el mecanismo inte lectual a través del cual se exprese la ciencia que siente. EL SEXO DE LA CIENCIA 159 Por lo pronto, las exigencias de las ciencias sociales han mos- trado su insuficiencia. La objetividad ha sido cuestionada por la propia historia de la ciencia ya que todo conocimiento ha mostra- do ser verdadero hasta que surge otro que lo sustituye. La ciencia, Pues, ¢s un conjunto de afirmaciones provisionales con las cuales debemnos transitar un tramo de la historia. La ciencia del alma, el psicoandlisis, interrogé al sintoma y dio por resultado la idea del inconsciente, eapaz de depurat los aleances yllas posibilidades explicativas de la teorfa. La constitucién cienti- fica del psicoandlisis requirié acudir a la fisica, a la biologia, a la antropologfa, a la medicina, en el desco ferviente de Freud de que cl psicoandlisis fuese considerado una ciencia natural (Tappan, 2004). De esta manera, el psicoandlisis se convirtié en una propues- ta para pensar, partiendo del malestar, del estrecho margen de la voluntad, convirtiendo a los errores en fuente de una nueva com- prension, La cieneia se convirti¢ en una teodicea (Becker, 1980), narrati- va sustitutiva del designio de los dioses. La.cienciz. coma discurso de la Modernidad nos salvaba del desencantamiento del mundo, logré fascinar a los hombres pensantes, desde el siglo XW hasta el XX, y erigirse en la cima del pensar humane con su encantamien- 10, Hoy, a principios del siglo xx1, vuelve a desencantarnos porque sus limites alcanzaron la posible destruccién del planeta y tal vez, de la vida misma, Las ciencias sociales, ademas, no lograron evitar la catéstrofe so cial del siglo XX. La acumulacién de saber sobre lo social fue inca- paz de poner un digue al fascismo yal estalinismo: las dos formas de sociedades creadas por pensamientos autocalificados como li bectarios (Bagi, 1997). Lejos esta sostener el enfrentamiento en- tre el paradigma marxista y positivista, y entre el estructuralista y funcionalista, todos productos de una misma matriz: la raz6n mo- dernizadora, La acurnulacién de conocimiento cientifico social (y de todos los campos de conocitaiento) tampoco ha sido capaz de resolver la pobreza mundial. Por el contrario, muy pocos alcanzan mayores niveles de bienestar al mismo tiempo que aumenta el nivel de po- breza mundial. Areas completas del planeta se desertifican como resultado de la actividad humana apoyada en el conocimiento cien- tthico. Tampoco basta con establever la incertidumbre como una tini- ca certeza de lo que ocurre en la posmodernidad (Vattimo, 1990). @Por qué se coloca ala incectidumbre como condiei6n de la forma 160 LOURDES C. PACHECO LADRON DE GUEVARA de ser posmoderno? Una explicacién posible es que las certezas construidas durante las épocas pasadas han sido erosionadas en Jos diltimos afios a gran velocidad. La ciencia y, sobre todo, la tec- nologia han hecho posibles las fantasfas acumuladas por la hu- ‘manidad durante milenios; se han derrumbado los limites referidos al origen de la vida y la prolongacidn de ésta. Los limites internos y externos del propio cuerpo humano han dejado de ser frontera al iniciar la era del cibercuerpo, de la ingenieria genética, con su car- ‘ga de modificacién de la vida. En sintesis, la propia posibilidad de construir certezas es puesta en duda CIENCIAS SIN UTOPIA En le actualidad es lcito preguntarnos: éa dénde se dirigen las cien- cias sociales?, ¢qué mando pretenden contribuir a crear?, gen qué cambio social pretenden influir?, geudl esel propésito dedocuren- tar la realidad social? La ciencia de la Modernidad fue la ciencia del control social. Discursos para aprisionar, normar y vigilar (Foucault, 1976) funda- mentaron el discurso médico, Iaboral y educativo con que se dis- ciplinaron la mente y el cuerpo de los modernos, Ante esto, qué pretende la ciencia de la posmodernidad? Conocer por conocer, la ciencia como destinoen sf misma, vincu- ada al bienestar de unos cuantos, de unos pocos, la ciencia como mercancia; ésta es una postura posible en un mundo mereantili- zadoy mercantilizable; sin embargo, no contesta las preguntas fun- damentales del presente apartado, sino més bien, tiende a esconder respuestas certeras, Para intentar ensayos de respuestas haré alu- siGn a una de las constantes del pensamiento humano: la idea de que este mundo es perfectible o mas bien, Ia idea de la ciencia-sal- vaci6n, La ciencia-salvacién es heredera del pensamiento religioso, pa- ra éste el mundo es transitorio, habréi un mundo posterior en el. cual se anularé el dotor, la enfermedad y le muerte. La vida eterna y feliz-anunciada como finalidad de la vida humana se ha converti- do en una de las ideas-fuerza de mayor centralidad en Ja constitu- cién de las ideas. La ciencia, en los tiempos modernos, asumié el papel de la religidn al mostrar sus posibilidades para mitigar el do- lor, atacar las enfermedades y, al menos hasta ahora, postergar la muerte. De esta manera, la ciencia adopté el papel de la religién en st intento por construir un parafso en la tierra. spec rcs esses eee lnc | | | i EBL SEXO DE LACIENCIA : 161 Como en los relatos antiguos, al intentar evitar la profecta és- tase cumplia; del mismo modo, la ciencia realizé lo contrario de Jo que se esperaba de ella. Al intentar mitigar ef dolor, ocasioné dolor a un mayor néimero de poblacién; al abolir unas enfermeda- des, abrié campo para otras; al prolongar la vida, amenaz6 de muerte al planets. Los expertos pueden denominarlos efectos no deseados, efectos secundarios; sin embargo, los suefios de la ra- :26n develaron la razén como pesadilla a ciencia-salvacion se convirtié en ciencia-condena. Hey, la iencia-tecnologia ha instalado el confort y la cornodidad en Ia vi- da contempordnea pero no ha resuelto los efectos inconscientes de Ta ciencia (0 conscientes?), RETOS DE LAS CIENCIAS SOCIALES ‘Ya no existen los grandes relatos de la historia, empero, la fuerza de sus postulados sigue guiando a la sociedad tecnificada’ El suje- ‘to epistémico pertinente de la Modernidad esta fragmentado, embargo. es vital para construir la imaginerfa con que son guiadas Tas sociedades. E! arsenal de canocimientos creado por la, humna- nidad durante los sigios pasados se vuelve obsoleto rapiclamente, pero su simbologia permanece como gufa. ‘Aun Ia idea de humenidad, de algo especificamente humano, diferente al mundo animal (por consecuencia, superior), ha mos- trado su caracter de relato. La ignominia que ha sido capaz. de al- canzar la humanidad ha hecho caer la careta del hombre como destinado al bien o con una carga significativa de bondad. El fin del, siglo xX y el principio de} xx1 exhiben ejemplos de la capacidad infinita de los humanos para ocasionar el mal contra su propia es- pecie: asesinatos, muertes y torturas, tréfico de personas, robo de rganos y violaciones, son algunas de las especialidades femanas, Jas cuales se naturalizan cada vez més, al igual que las guerras san- ‘as, energéticas 0 politicas, as{ como las invasiones y los despojos de algunos grupos contra otros, Tanto la vida social colectiva como Ja vida personal cotidiana estan atravesadas por la violencia. Detener la caida de lo humano cuando se ha decretado el fin del sujeto dentro de la historia parece ser una de las bisquedas de las ciencias sociales; hacer que el sujeto desaparezca pues el binomio sujeto-objeto es una relacién de dominacién. Abandonar la n0- cién de sujeto: "El cardcter producido del sujeto remite as{ a una 162 LOURDES C, PACHECO LADRON DE GUEVARA, serie deactos demetaforizacién e interpretacion queestan determi- nados por las relaciones sociales de dominio” (Valtimo, 1989:31). Se decrets la muerte de Dios en la Modernidad. Se decreta la muerte del sujeto en la postmodernidad. Ni Dios perdié su centra- Tidad en la vida moderna ni el hombre (occidental) dejé de ser el fundamento de la ciencia creada por él. Al contrario, el hombre occidental marca la pauta del devenir humano: centrado en si mis- ‘mo, todos los caminos parten de 61 y hacia él se dirigen ‘DE LA CIENCIA SOCIAL A LA CIENCIA DE LO SOCIAL ‘Interrogar a la ciencia social sobre la sociedad parece una tautolo- gia. Hoy lo social debe abrirse al campo de lo pensado como no social: la biologia, la poesfa, la etologia, entre otros. Es decir, lo no pensado como social debe pensarse como tal. gNo han sido las. reflexiones desde la biologia las que han hecho derribar el pedestal a el que se colocé al sujeto? Desde luego, si el ADX de los chim- pancés difiere tan sdlo cinco por ciento del ADN humano, no so- mos més chimpaneés que otra cosa? (Ridley, 2004). El pensamiento-paradigma que separa el pensamiento debe sus- tituirse por formas inclusivas de pensar lo biolégico-humano-so- ial, Cualquier descubrimiento de la fisica cudintica, de la solidez de los metales, de la saturacién de los liquidos, del movimiento de las galaxias, tiene una repercusién en lo humano-social, dado st indisoluble vinculo con el sentido de la experiencia. De ahi que uno de los retos dela ciencia social sea crear un pensaraiento vincu- ante entre los descubrimientos-lugares de Hegada del resto de las ciencias y atin més: vincular aquellos saberes que hasta ahora se han considerado como no conocimientos, Laciencia moderna, institucionalizada, considers como no cono- cimientos aquellos saberes derivados de otra forma de produccisn que no fuera el método cientifico: el saber experiencial, el saber in- luitivo, el saber poético. Sus procesos y productos han sido desvalo- tizados, asi como los sujetos portadores de esos saberes: los indios, as mujeres, los poetas, En sus expresiones, estos saberes adquieren forma de creatividad, dejan hacer a la imaginacién. Se trata ahora de incorporarla o recuperarla una vez que estuvo fuera por orden de la razén excluyente, el pensamiento social de nuestro tiempo, si- tuado en este tiempo, leva inevitablemente a pensar a partir de la imaginaci6n y, tal vez, a hacer elogio de su regreso. EL SEXO DE LA CIENCIA 163 EI saber postico abre la posibilidad de redescubrir ambitos de Ja realidad diferentes a los encontrados por la razén instrumental. Dejarlo fuera ha significado vetar un campo de posibilidades de lo hhumano, es una pérdida que aumenta la deshumanizaci6n al des- conocer que el hombre individual no contiene, en si, la esencia det hombre sino la relacién comunitaris, develada en el saber poético de la relacién. PERSPECTIVAS {Deben las ciencias sociales renunciar a construir un mundo mejor, transformat el presente y avizorar otro futuro? De ninguna mane- 1, las ciencias sociales deben ser impertinentes, mantener como referencia las utopias y la preocupacién por el futuro social. Larealidad-pantalla, la realidad-red, ha plaralizado al sujeto en ‘una multitud de egos destinados a obtener el confort individual, ‘Al mismo tiempo ha creado nuevos espejismos como utopias me- didticas: faraones de los medios de comunicacién, héroes de las pantallas de luces y sombras, entidades miticas modernas envuel- tas y resueltas en el gasto suntuoso que se agota en si mismo. ‘Las ciencias sociales no tienen hoy una utopia, sino la multipli- cidad de los horizontes: la apertura a las utopias contenidas en el presente. Termina la época de la utopfa tinica, de la salvacién tni- ca pregonada por Occidente para dejar paso a Jas méltiples po- sibilidades de lo contenido en el presente. ‘De ahi que las universidades tienen como deber instalar el pen- samiento critico como premisa del pensamiento social, en contra- posicién con el pensamiento dominador y dominante que anula ioda posibilidad de sociedad que no persiga sus fines. Pensar la so- ciedad contemporanea en términos de sistemas de dominacion (Gonzalez, 2007), dondelos modos de produccion estén subordina- dos a la dominacién, permitiré darle vuelta al pensamiento eco- némico como eje del pensamiento social. Dejar de aprisionar al pensamiento social dentro de los limites del pensamiento econé- mico que unidimensiona lo humano, lo reduce, lo simplifica. Las universidades de América Latina debieran estar de parte de Jas mayorias carentes de los recursos indispensables para vivir. Una _universidad que toma partido por las mayorfas pobres no es una uni- versidad pobre, lo es aquella que renuncia a sti capacidad reflexiva ‘yasuume acriticamente el papel establecido por los duefios del mun- do, quienes establecen los lineamientos para las universidades pa- 164 LOURDES C, PACHECO LADRON DE GUEVARA blicas cuyo efecto inmediato es la eliminacién de los reductos del pensamiento, Pensar con los pobres, com los excluidos sociales, con los carentes de acceso a una vida mejor, puede parecer un regreso en la histo- ria, pero sélo si pensamos en la historia como historia europea; en. Ja historia latinoamericana urge salir del presente de desigualdad ‘para instalarnos en un futuro diferente. Puede ser que a los pafses, desarrollados no les interese salir de su presente de confort para instalarse en algin futuro determinado donde perderén parte del confort actual, pero corren el riesgo de ver socavadas las murallas que utilizan en el embate de los excitidos; excluidos de las premi- sas de sus teorias cuando el objeto de Ie teorizacién es el poder y la propiedad, donde los débiles no tienen cabida. Hoy, quiz més que en otras épocas hist6ricas, las mayorias del mundo haa sido convertidas en excedentes. No importan a algiin dios 0 a una teoria cientifica, es gente a la intemperie, sin hogar de mundo; para ellos ninguna ética alcanza Para las universidades publicas de América Latina no debiera cexistir controversia: renunciar a pensar lo social a partir de una to- ma de postura por las mayorfas significaria autoimponerse la cen- sura de los duefios del mundo. Todas las relaciones, absolutamente todas, son construidas y por lo tanto prescindibles. De abt que las universidades que renuncian a pensar lo social desde los margenes, desde la impertinencia de los dominados, favorecen la pasividad del pensamiento, aceptan ser arietes de los tiempos. Construyen discur- sos de accptaciéa del pensamiento dominante con Jas pirotecnias verbales de la eficiencia y la competencia. Las universidades pablicas de América Latina deben convertirse nos espacios donde palabras como dignidad, ética, libertad, com- promiso, comunidad y justicia, relegadas al baiil de los recuerdos iluminacionistas, sean vueltas a pronunciar con significados con- temporineos. De lo contrario, no hay posibilidad de eritica algu- nna: quedamos presos en lo existente y enmudecemos en medio de Jared de pantallas que vernos y en las que nos ven, sin que realmen- te miremos a nadie, sin que en slguien nos reconozcamos. BIBLIOGRAFIA ARISTOTELES (1996), La poética, México, Editores Mexicanos Uni- dos. BACON, Francis (1949), Novum Organon, Buenos Aires, Losada. i i i EL SEXO DE 1A CIENCIA 165 BAGO, Sergio (1997), Catdstroe politica y teria social, México, Si lo XXVUNAM. ‘Bock, Enest (1980), La estructura dal mal. Um ensayo sobre ‘unificaciGn de la clencia del hombre, México, FCE. BuwER, Martin (1985), cQué es el hombre?, Niéxico, FCE. FOUCAUIT, Michel (1976), Vigilar y castigar, México, Siglo XXI. GONZALEZ CASANOWA, Pablo (2007), Retos alas ciencias sociales, M&- xico, UACML . Kant Emmanuel (1973), Critica de a razén pura, México, Bditora ‘Nacional. " Lows, Donald M. (1986), Historia de la percepcién burguesa, Méxi- 0, FOE : éxico, Santillana. RIDLEY, Matt (2004), Qué nos hace huumanos, Méxic TAPPAN MERINO, José Eduardo (2004), Epistemologia y psicoanali- bis, México, Universidad Auténoma de San Luis Potost. VarrIMo, G. (1989), Ms alld del sujeto, Buenos Aires, Paidés (1980), En toro a la postmodersidad, Barcelona, Ax- thropos.

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