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B.

El modelo dinámico en el método fenomenológico descriptivo

"La neurosis obsesiva, dolencia en la cual descubrimos, además, la singularísima circunstancia de


que las oposiciones (polaridades) que llenan la vida psíquica se muestran particularmente
acentuadas". (S. Freud en "El sentido de los síntomas"). Desde un punto de vista epistemológico,
son dos los méritos fundamentales de Freud. El haber sido capaz de entender la psicología tanto
normal como patológica, integrando el modelo dinámico, el cual se había desarrollado en otras
áreas de la ciencia y, el modelo dialéctico, que en el siglo xviii adquirió singular relieve en el
pensamiento filosófico. Como señala Ellemberger, uno de los primeros en utilizar la palabra
dinámica es Leipzig. La usa como un término opuesto a estática y cinemática en el campo de la
mecánica. Más tarde Herbart lo aplica a la psicología, distinguiendo estados estáticos y dinámicos
de conciencia. Los fisiólogos franceses habían utilizado el término dinámico para expresar la
noción de funcional en oposición a la de orgánico. La palabra dinámico adquiere también un
significado referido al concepto de evolución y regresión. El concepto psicoanalítico del término
dinámico, presente en toda la obra de Freud, es muy bien descrito por Laplanche y Pontalis. "Se
refiere a un punto de vista que considera los fenómenos psíquicos como resultantes del conflicto y
de la composición de fuerzas que ejercen un determinado empuje, siendo éstas, en último
término, de origen pulsional". Freud escribe: "Nosotros no atribuimos la escisión del psiquismo a
una incapacidad innata del aparato psíquico para la síntesis, sino que la explicamos
dinámicamente, por el conflicto de fuerzas psíquicas opuestas, reconociendo en ella el resultado
de una lucha activa entre dos grupos psíquicos entre sí". La orientación dinámica no sólo implica la
consideración del concepto de fuerzas, sino también la idea de que dentro del psiquismo las
fuerzas entran necesariamente en conflicto unas con otras, siendo el origen de este conflicto
psíquico, en último análisis, un dualismo pulsional". Esta concepción dinámica del aparato psíquico
del ser humano lleva a Freud a aproximarse a la mente tratando de describir estas fuerzas duales
que en su interacción van a determinar el psiquismo. Por este camino llega a describir las tres
dimensiones duales de

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cuya interacción depende la sanidad o la patología del individuo. Estas dimensiones son: la
dimensión activo-pasivo, yo-mundo externo, placer-dolor. La descripción de estas tres
dimensiones requiere de una aproximación a la realidad, y en este caso a los fenómenos
psicológicos del sujeto a través del método fenomenológico descriptivo, al igual que en el resto de
la psicopatología. Pero, sin embargo, por el hecho de tratarse de dimensiones cuya característica
fundamental es el proceso de estructuración y organización a través del tiempo de dos polos
opuestos, la descripción alcanzará su perfil verdadero en la medida que considere ese transcurrir.
En otras palabras, la descripción debe dar cuenta de cómo se ha resuelto a través del tiempo ese
"conflicto de fuerzas psíquicas opuestas". Deberá buscar en el pasado del sujeto, describiendo la
historia de ese encuentro polar, su enfrentamiento, su integración, su disociación o escisión, el
predominio de un polo sobre el otro o su alternancia. Será a través de este método que el
psicopatólogo se acercará al verdadero perfil de cada dimensión. Lo hemos denominado método
fenomenológico descriptivo dimensional, para diferenciarlo del método fenomenológico
descriptivo categorial, cuya descripción está centrada en el fenómeno tal como el observador lo
percibe en el aquí y en el ahora (sincrónico), sin tener mayor relevancia su constitución a través
del tiempo (diacrónico). En el método descriptivo categorial, se trata de describir el fenómeno
para ubicarlo dentro de alguna categoría establecida y no dentro de un continuo cuyos extremos
son los polos de una dimensión. El segundo aporte fundamental de Freud fue el haber sido capaz
de cuestionar la visión positivista y organicista de la medicina tradicional en relación a las
enfermedades mentales que él muy bien conocía y manejaba desde un punto de vista neurológico
y que lo llevará a integrar un modelo dialéctico en la comprensión de los dinamismos psicológicos.
Es bajo la influencia de Charcot que se detiene a considerar seriamente la hipnosis que Mesmer ya
había importado a Francia el mismo año que Pinel rompía las cadenas de los alienados. Freud fue
permeable a estas disciplinas ambiguas, muy despreciadas por los científicos de su círculo, más
que nada por ser él un fiel representante del espíritu de su época e integrar su rigurosidad
científica con lo que el momento cultural le señalaba. Ese neorromanticismo expresado en el
naturalismo del arte y la literatura, que se empieza a preocupar no sólo de los grupos privilegiados
sino también de los marginados, enfermos y desvalidos. De la "bestia humana", de "Madame
Bovary", de los personajes de Dostoiewski, de la descripción de los instintos humanos más bajos
como los más altos. Surge el interés por los conflictos desgarradores generados por los instintos
del hombre. Los pintores se inspiraban en la traducción más primitiva y espontánea de los
impulsos instintivos. Fenómeno de un proceso cultural que exigía una especie de reconocimiento
del hombre tal como es. Este periodo se centra particularmente en la tensión de la vida interior
del hombre, que se cuestiona y se revela. Nietzsche contra el cristianismo, Dostoiewski en lucha
mística con Dios. Es Nietzsche en sus escritos filosóficos quien mejor expresa el espíritu de esta
época, y su genealogía de la moral revela un profundo conocimiento intuitivo de la vida más
primitiva del hombre. Él traza con nitidez lo delineado ya por Schopenhauer sobre la versión del
hombre instintivo. Influenciado por este ambiente cultural, Freud, entonces, elabora modelos
teóricos que permiten explicar la resolución del dualismo de estas dimensiones que definíamos
anteriormente: placer-dolor, yo-mundo, actividad-pasividad. En relación a la dimensión placer-
dolor, elabora su teoría de los instintos. En relación al dualismo yo-mundo externo elabora su
teoría del desarrollo psíquico centrado en el yo. La dimensión activo-pasivo, la mira e interpreta
desde una perspectiva biológica. En su intento de explicación de la resolución de los opuestos de
las dos primeras

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dimensiones: placer-dolor, yo-mundo externo, Freud hecha mano de aquellas instancias


psicológicas, que ya habían nacido con Mesmer y que es herencia propia de todo este ambiente
espiritual y cultural de su época, que también supo integrar a su cuerpo teórico, y que dio origen al
concepto de inconsciente. Es el inconsciente la piedra angular en la que fundamentará su
explicación acerca de la resolución de los opuestos de cada una de tales dimensiones, ya que es la
instancia que va a permitir la conjugación de los polos dialécticos y su interacción, tanto en la
búsqueda de una resolución integrativa a través del desarrollo, o en la permanencia rígidamente
disociada o reprimida, en la coexistencia conflictiva. En otras palabras, el inconsciente es una
instancia que permite explicar la resolución dialéctica de los opuestos. Estructura que surge como
estrictamente necesaria para poder dar cuenta de procesos dinámicos que, como habíamos
definido, necesariamente tiene que describirse en términos duales, es decir, a través de
dimensiones cuyos extremos son polos duales, antinómicos, en definitiva dialécticos. El texto de
Ignacio Matte, "La lógica del insconcio", demuestra en forma magistral el carácter dialéctico del
proceso inconsciente. Como señala Dieter Wyss en su texto "Las escuelas de psicología profunda";
"El carácter dialéctico es común a todas las teorías psicoanalíticas, es decir, que todas ellas tienen
como base el suponer que la vida anímica está determinada por opuestos que culminan
especialmente en el concepto de la ambivalencia". "Así, el sadista se revela como un masoquista
en secreto, y viceversa; el heterosexual, como un homosexual reprimido y viceversa; el
exhibicionista, como un voyerista y viceversa; el agresivo, como femenino y pasivo y viceversa; el
caballero industrioso, como un estafador de baja alcurnia y viceversa; la oposición entre el
maníaco y el depresivo sigue análoga dialéctica". Es habitual que se critique al psicoanálisis como
una metapsicología empirista, mecanicista, influida por la física de su tiempo, que trata de reducir
el funcionamiento psicológico a principios energéticos propios de la termodinámica. Consideramos
que Freud desarrolla un doble discurso; uno explícito y manifiesto, que se mueve en el ámbito de
las ciencias naturales, y se expresa fundamentalmente a través de los conceptos de energía
libidinal y tanática, como en el modelo yo, ello, super-yo. Pero implícito, y latente a su teoría,
trascurre una metapsicología de fundamento dialéctico, opuesto al empirismo de las ciencias
naturales, y que se expresa fundamentalmente a través de los conceptos de inconsciente,
pensamiento primario, etapas del desarrollo psicosexual, y relaciones objetales. Pudiera incluso
sostenerse que el psicoanálisis, marcado por el naturalismo de la época, no aprovechó durante un
tiempo la riqueza dialéctica de su epistemología, y el posterior surgimiento y afianzamiento del
concepto de relación objetal, va perfilando con mayor intensidad la concepción dialéctica de su
metapsicología. Esta ordenación de las ideas de Freud no sigue un esquema cronológico. La
necesidad de ver la mente como un constructo dinámico, surge de la valoración que tiene Freud
de los procesos inconscientes, como al mismo tiempo, el integrar los procesos inconscientes a la
explicación del funcionamiento de las dimensiones bipolares, surge como única alternativa que
permite explicar la resolución de extremos en una dimensión continua. Como un texto de
semiología psiquiátrica no debe interesarse por plantear modelos explicativos, ni teorías ni
hipótesis acerca de los fenómenos psicopatológicos, sino sólo describir sus formas de
presentación, consideramos que es el aporte dinámico con aproximación descriptiva de los
fenómenos el que integraremos en nuestra tarea semiológica. A este método que nos permite
captar las variables dinámicas del sujeto, lo denominaremos fenomenológico descriptivo
dimensional. El aporte descriptivo dinámico de Freud se cristaliza en la precisión de las
dimensiones, polares que hemos repetidamente

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