Dialoga con el adulto y descubre la relación que existe
entre ellos, tus papás y tú.
• Dibuja en cada recuadro, uno a uno, tus abuelos,
tus papás y a ti. Sí no conoces alguno o no lo recuerdas, no importa, imagínalo y atrévete a realizarlo. Escribe sus nombres como seas capaz y pídele al adulto que te lo transcriba y te permita vivir el proceso de confrontación. • Cuando hayas dibujado, coloreado y escrito, recorta cada recuadro y trata de organizarlos teniendo en cuenta las relaciones que exiten entre los miembros de familia. La estructura que te ofrece el árbol podrá orientarte; procura ser tú, quien, a trevés de ella, la descubra.
• Contrustruye tu propio árbol genealógico. Dibuja,
imprime o busca en internet, escoge el que desees. No olvides colorear y/o decorar. • Atrevete a responder:
Sí tienes hermanos, ¿en qué lugar del árbol los
ubicarias y por qué? Inténtalo y trata de explicarlo con tus propias palabras.
• Elabora una tarjeta,
con un lindo dibujo y un inspirado mensaje escrito, con la que puedas expresarle a uno a varios de tus abuelos, cuanto los amas.
Tu tarjeta los hará felices. No olvides escribir como tú
crees que se escribe y pedirle al adulto que te permita el proceso de confrontación. • Pídele al abuelo, al que le hiciste la tarjeta, que te haga otra para respondértela, y cuando la tengas en tus manos… trata de leerla como tú creas que se hace.