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AUTOPSIAS PSICOLOGICAS
USOS MÁS FRECUENTES
- Establecer el perfil victimal, dentro del binomio víctima–victimario, para definir qué aportó
la víctima en la dinámica del crimen.
Nuevamente debemos remitirnos a Cuba para conocer los desarrollos del método en casos
de homicidios. También fue la Doctora Teresita García Pérez, quien encabezó los equipos del
Consejo Consultivo Nacional de Investigación Criminal, dependiente del Ministerio del
Interior de ese país, quienes iniciaron el desarrollo de esta aplicación.
Ellos habían advertido -luego de haber desarrollado y aplicado el MAP para la investigación
de casos de suicidios-, la inexistencia de modelos, formularios, guías o cualquier otro
instrumento de autopsia psicológica, que hubiese sido diseñado específicamente para las
víctimas de homicidio. Por lo que se propusieron la creación de un modelo que hiciera
1
posible el estudio científico de estas personas. Para lograrlo diseñaron una investigación
denominada “Aplicación del Método de Autopsia Psicológica al Estudio de las Víctimas de
Homicidio y Asesinatos (Aplicación Criminológica)”. Al respecto su autora expresa:
La privación de la vida (propia o ajena) es sin lugar a dudas la conducta más grave que pueda
realizar un ser humano; desde el punto de vista victimológico es irreparable, es la
desaparición de la víctima directa, es el punto final del "iter victimae". El profesor Rodríguez
Manzanera plantea que una de las dificultades típicas en el estudio del homicidio es que no
contamos ya con la víctima, no conocemos su versión de los hechos, sus sentimientos, su
actuación después del crimen, etc. (Teresita García Pérez 2007, p. 64).
Y agrega:
Por estas razones los investigadores consideraron necesario diseñar un método para el
estudio de la víctima de homicidio con la aspiración de contribuir al conocimiento de uno de
los problemas humanos permanentes más trágicamente atractivos, donde muchas veces,
como dice Snyder Le Moyne, lo que falta es el conocimiento del factor determinante, es
decir, lo que acontecía en la mente de la víctima contemporáneamente con la hora de su
muerte (Teresita García Pérez 2007).
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muerte en Cuba ese año (MINSAP, Anuario Estadístico de la Dirección Nacional de Estadística
de Cuba, 1993).
45
42
40
35
30 28
27
25
25
HOMICIDIOS
20 Lineal (HOMICIDIOS)
15
10
0
2010 2011 2012 2013
- Respecto al trabajo de campo, los investigadores pudieron apreciar que la familia y los
allegados (amigos, vecinos, compañeros de trabajo) de la víctima lejos, de ser refractarios a
la entrevista, en su gran mayoría colaboraban de buen grado y muchos se sentían aliviados
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de poder verbalizar sus consideraciones en relación con el hecho y con el fallecido (Teresita
García Pérez 2007).
- Además de revisar el expediente médico legal donde aparecen todos los elementos
técnicos necesarios para afirmar la etiología médico-legal de la muerte, los investigadores
subrayaron que fue imprescindible además, revisar el expediente policial y acudir al lugar del
hecho o estudiar el video del levantamiento del cadáver. Refirieron que estas acciones les
aportaron elementos valiosos para la caracterización de la víctima, especialmente en
relación con su estilo de vida. También resaltaron como realmente importante la
comunicación estrecha con los instructores e investigadores policiales con el objetivo de
acopiar información complementaria y poder estudiar posibles documentos ocupados tales
como: historias clínicas, cartas, diarios, notas, grabaciones, videos, etc. (Teresita García
Pérez 2007).
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- En cuanto a la edad, pudieron observar el predominio del grupo de edades comprendido
entre los 26 y 35 años, tanto en las víctimas de autor conocido como en las de autor
desconocido.
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91,42% de las víctimas de autor conocido consumidoras de bebidas alcohólicas cumplieron
con los requisitos de bebedores problema y solo el 33,33% de las víctimas consumidoras de
autor desconocido. Además los investigadores señalaron que los bebedores problema del
grupo de hechos esclarecidos habían llegado a tener más complicaciones sociales,
fundamentalmente micro-sociales (violencia hogareña, rechazo familiar, pérdida de amigos
por causa de la bebida). Para la autora el alcoholismo es un factor criminógeno, tan
importante que el profesor Tocaven individualiza el homicidio por alcoholismo dentro de los
mecanismos por los cuales la clínica criminológica tipifica que se puede llegar a la
victimización. Rodríguez Manzanera lo considera un factor determinante del homicidio en
México y Amieiro destaca la presencia del alcohol en el 50% de los homicidios estudiados
por él en 1988 en la Ciudad de la Habana (Teresita García Pérez 2007). También el eminente
criminólogo español Jiménez de Asúa en su "Crónica del Crimen" destaca el poderío
delictógeno del alcohol, Calabuig afirma que el alcoholismo es uno de los principales
elementos criminógenos y que "el alcohol es amigo del crimen" (Teresita García Pérez 2007).
- Como vimos en capítulos anteriores, uno de los aportes más importantes del MAP
(Modelo de Autopsia Psicológica) desarrollada por el equipo que encabezó la Dra. Teresita
García Pérez en Cuba, es el examen psiquiátrico retrospectivo. Y en ésta investigación
aplicada a los casos de homicidios, predominaron en ambos subgrupos las dificultades en las
relaciones interpersonales. Al respecto la autora refiere que quizá estas personas puedan
incluirse dentro las llamadas por Fattah: "víctimas latentes o predispuestas", ya que sus
defectos del carácter les confieren cierta inclinación a ser víctimas (Teresita García Pérez
2007). Pero de nuevo, al hacer la valoración nosológica, los investigadores reportaron haber
hallado que en ambos subgrupos predominó el abuso de alcohol sin dependencia, aunque su
predominancia fue mucho más señalada entre las víctimas de autor conocido.
- Otro de los aportes relevantes del MAP, lo constituye la exploración de las áreas de
conflicto. Al respecto los investigadores reportaron haber hallado aquí uno de los puntos de
mayor diferenciación de los subgrupos estudiados. Ya que en los casos de autor conocido
predominaron los conflictos de vivienda y económicos, sin embargo las víctimas de autor
desconocido apenas tenían problemas económicos ni de vivienda, predominan los
problemas personales y familiares. Para la autora, esto se encontraría en relación con los
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móviles y la crimino-dinámica, ya que en los hechos no esclarecidos predominaron
motivaciones de lucro y en muchos de ellos se tipificó el hecho en ocasión de ocultar un
robo, para lo cual por supuesto tenían que seleccionar una víctima con buenas posibilidades
económicas (Teresita García Pérez 2007).
- Respecto a los antecedentes penales, los investigadores encontraron entre las víctimas de
autor conocido, 7 sujetos que tenían antecedentes penales (20%) y 9 sujetos con
antecedentes de haber estado involucrados en hechos de violencia no judicializados (3 como
autores y 6 como víctimas). En relación a los hábitos antisociales, también encontraron
elementos diferenciales entre los dos grupos: las víctimas de autor conocido tienen mayor
cantidad de hábitos antisociales, predominando los vínculos delictivos y la ingestión habitual
de alcohol con repercusión social; mientras que en las víctimas de autor desconocido,
apenas si logramos identificar algunos hábitos antisociales, predominando (en 4 casos para
un 26,66%) la participación en negocios ilícitos. Para la autora este dato también se
correspondía con los posibles móviles y con los factores que determinaron su selección por
parte de los victimarios.
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proclives a caer dentro de la categoría de víctimas Provocativas o Precipitadoras descriptas
por Schafer (Teresita García Pérez 2007). B) Mientras que las víctimas de autor desconocido
son personas caprichosas (lo cual las hace colocarse o permanecer en situaciones
victimógenas aún siendo advertidas. Ej: anciana que vive sola en una zona victimógena y la
familia trata de convencerla de mudarse o de acompañarla en horario de mayor riesgo
victimal, pero ella lo rechaza); Tercas y Dominantes (por eso mantienen decisiones que
conllevan riesgo victimal); Reservadas (por eso no comunican conflictos y es más difícil
ayudarlas y protegerlas contra posibles peligros); Inseguras y Apartadizas (esto es un
importante factor victimógeno, pues la coloca en la situación de "víctima aislada",
privándola de la natural protección de la comunidad).
- También exploraron la existencia de señales pre-suicidas, ya que los clásicos han hablado
respecto que la víctima provocadora desafía al victimario por su deseo inconsciente de morir
y por su necesidad psicológica de castigo por un complejo de culpa (205). Pero en la muestra
estudiada por los investigadores Cubanos, consideran que no se confirma esa hipótesis, ya
que tan solo en 4 víctimas de homicidio se pudieron establecer algunas señales pre-suicidas,
predominando las víctimas de autor desconocido (3 casos); y aun así se trataba de señales
de las de menor peso en la determinación de la tendencia suicida: irritabilidad, que puede
interpretarse como rasgo heteroagresivo y comentarios pesimistas acerca del futuro e
insomnio (Teresita García Pérez 2007).
- En cuanto a los lugares donde ocurrieron los hechos, predominó en ambos grupos de
tipos de autores, la propia casa de las víctimas. En el caso de los hechos esclarecidos, se
puede plantear el factor de proximidad como factor victimógeno y en los no esclarecidos, la
selección de la víctima y el estudio del espacio realizado previamente por el criminal. En
orden de frecuencias aparece en segundo lugar, los casos de autor conocido que ultimaron a
8
sus víctimas en la vía pública. Respecto a éste dato, la autora los relaciona con las conductas
de provocación, impulsividad y subculturas violentas.
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- En cuanto a las posibles motivaciones del hecho, los investigadores reportaron haber
observado diferencias importantes entre los subgrupos, ya que en los hechos esclarecidos
predominaron los móviles pasionales, seguidos de los materiales. Mientras que en los casos
de autor desconocido, predominaron como motivación el ocultamiento de otro delito, robo
fundamentalmente. La autora bien aclara que en los casos no esclarecidos, solo se puede
hablar de “presuntos móviles”, ya que cuando el autor sea descubierto, la impresión en cada
caso puede sostenerse o ser modificada.
- Los investigadores cubanos dieron una central atención al análisis de las relaciones
“víctima-victimario” en los hechos esclarecidos. Es decir con autores conocidos, que se
detalla a continuación:
1) Respecto a los grupos de edades predominó -tanto entre las víctimas como entre los
autores- el grupo etario de (26 a 35 años). Sin embargo –aclaran- en el segundo lugar ésta
relación difiere y se sitúa en los extremos: los más viejos como víctimas (mayores de 65
años) y los más jóvenes como victimarios (menores de 25 años).
2) En cuanto al género predominaron los hombres, tanto como víctimas que como
victimarios. Al respecto, la autora refiere que entre los colegas criminólogos existe consenso
sobre que los hombres tienen mayor potencialidad victimal.
3) La mayor parte de los autores eran solteros mientras que la mayor parte de las víctimas
eran casadas.
4) El comportamiento de la escolaridad, tanto para víctimas como para autores no difiere del
de la población general que oscila en el nivel medio.
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libre, largos períodos de ocio, nosotros añadiríamos la mayor oportunidad de vincularse a
actividades y compañías antisociales (Teresita García Pérez 2007).
8) Además, los investigadores reportaron que alrededor del 25% de los autores fueron
abandonados de pequeños por sus padres, lo cual refuerza –según García Pérez- el
planteamiento de la desintegración familiar como factor criminógeno (Teresita García Pérez
2007).
10) Entre los autores, resultó más frecuente el padre desconocido, recluso o ex – recluso. Así
como también la existencia de hermanos con antecedentes penales. Para los investigadores,
todo esto coadyuva a reforzar en estas personas un marco de referencia criminógeno por
excelencia (Teresita García Pérez 2007).
11) En cuanto a hábitos tóxicos se refiere, los investigadores cubanos encontraron grandes
similitudes entre las víctimas y sus victimarios. El alcohol lideró ambos grupos, con iguales
11
preferencias por la bebida fuerte y con similar frecuencia de consumo aunque con algún
predominio del consumo diario por parte de los autores.
14) Las áreas de conflicto resultaron similares para víctimas y victimarios: vivienda,
economía y familia (en ese orden) para los primeros y economía, vivienda y familia para los
segundos. Para la autora resulta interesante señalar, que el cuarto lugar lo ocupan conflictos
bien diferentes: Las víctimas tenían más conflictos judiciales –no delictivos- y los autores más
conflictos interpersonales.
15) Pero al analizar los antecedentes penales, los investigadores aclaran que los victimarios
registraban más registros que las víctimas, con predominio -tanto en víctimas como en
victimarios- de tipificaciones delictivas vinculadas a la violencia: robo con violencia y
lesiones. Además, 6 de las víctimas habían ocupado el rol de víctimas en conflictos
judicializado y su mayor preocupación era volver a ser victimizados, como en definitiva
ocurrió. La autora explica que se trata del fenómeno de "reincidencia victimal" (Teresita
García Pérez 2007).
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16) Para la caracterización psicológica, los investigadores tomaron aquellas características
presentes en, al menos, la tercera parte del grupo estudiado:
Víctimas Victimarios
Valientes Dominantes
Tercos Impulsivos
Caprichosos Activos
Optimistas Caprichosos
Seguros Optimistas
Dominantes Tercos
Impulsivos Fríos
Sociables
Activos
Entusiastas
Reservados
Celosos
Independientes
Posesivos
Agresivos
Para la autora resultó interesante señalar que, excepto por los indicadores de frialdad, las
demás características de personalidad presentes en los autores, también están presentes en
las víctimas. Y esto le permite inferir que, al menos desde el punto de vista psicológico, las
ubicaciones como víctima o victimario podrían ser intercambiables (Teresita García Pérez
2007).
Afines armónicas 11
Afines conflictivas 14
Aversivas 5
13
Ninguna 5
Para la autora estos datos evidencian lo planteado por tantos autores: en la mayor parte de
los homicidios las relaciones víctima- victimario son muy cercanas, incluso íntimas: en este
estudio en el (71,42%) víctima y autor tenían relaciones afines, predominando los cónyuges,
amigos y "conocidos". La relación marital es especialmente señalada en el caso del homicidio
(Teresita García Pérez 2007).
Rencor 9
Hostilidad 8
Sentimientos ambiguos 6
Odio 3
Desprecio 3
Amor 2
Miedo 2
Nada 4
Aquí aparecen los sentimientos del autor hacia la víctima, predominando el rencor, la
hostilidad y los sentimientos ambiguos. Para García Pérez esto está en relación con la mayor
frecuencia de móviles criminógenos pasionales, ya desde hace más de 4 décadas lo dijo
Jiménez de Asúa: la figura delictiva en que las emociones ejercen mayor influjo es el
homicidio, concediéndole un especial poderío delictivo a las pasiones, pudiendo actuar estas
como potentes factores crimino-impelentes (Teresita García Pérez 2007).
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Estaba dormida 2 4,87%
Estaba bajo los efectos del alcohol 3 7,31%
Aquí podemos ver que en el momento de los hechos, el (48,57%) de las víctimas provocaron
física o verbalmente (predominando esta última) a sus victimarios. En este punto la autora
nos recuerda el planteamiento de Hilda Marchiori, en cuanto a la distorsión de la percepción
que de las actitudes de la víctima tiene el delincuente, percibiéndola como peligrosa para su
integridad. Pero agrega que, al cumplir con los principios metodológicos de su investigación,
han logrado disminuir al mínimo las posibilidades de sesgo, ya que no solamente tomaron
los dichos de los autores, sino también y fundamentalmente, los resultados de la necropsia y
de la investigación policial, los cuales aportan elementos de seriedad a la hora de demostrar
la existencia de provocación en la dinámica del hecho (Teresita García Pérez 2007).
Suya 4 9,75%
De la víctima 16 39,02%
De los amigos 2 4,87%
De las circunstancias 6 14,63%
De la bebida 10 24,39%
Aquí aparecen las consideraciones que hicieron los autores acerca de la culpabilidad en la
dinámica del crimen. Una abrumante mayoría (39,02%) responsabilizó a las víctimas y otro
gran porcentaje (24,39%) a la bebida. Estos últimos argumentaban que de no ser por la
bebida, no se hubiesen dejado provocar y hubiesen sabido controlarse. Al respecto la autora
reflexiona que la provocación es el elemento clave en la psicodinámica del crimen. Que el
estudio de la victimología se reduce al estudio de la provocación y que por ese camino entra
la victimología en los ordenamientos jurídicos. Cita a Abrahamsen, quien plantea que: "solo
en muy raras ocasiones la mente humana se encuentra obsesa por el impulso total a matar.
Por el contrario, según mi experiencia, el homicidio es provocado inconscientemente por la
víctima" (Teresita García Pérez 2007, p.103).
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En cuanto a la categorización de las víctimas estudiadas, los investigadores siguieron los
criterios de Avison, obteniendo que:
En cuanto a las 15 víctimas de autor desconocido, los investigadores aclaran que el análisis
es incompleto porque faltan los datos de los victimarios. Sin embargo pudieron reportar que
al menos 9 de ellas (60%) parecen haber tenido mucha participación o al menos
participación moderada en su propia victimización. Agregaron que en la forma en que estos
individuos fueron ultimados (predominando las maniobras combinadas de estrangulación y
sofocación), se evidencia una estrecha relación con el desconocido autor. Además en la
totalidad de estos casos no había indicios de que las entradas al lugar del crimen hubiesen
sido violentadas, la víctima le dio acceso a su victimario sin intermediar violencia, por tanto,
se conocían. Mientras que en otros 3 de los casos que quedaron sin esclarecer, consideraron
que se cumplieron los criterios que establece Von Hentig para la víctima aislada: se trataba
de ancianas que vivían solas, en zonas victimógenas y se suponía que tenían acceso a la
moneda extranjera por tener familiares en el exterior. Para los investigadores todos esos
elementos habrían determinado su victimización. Además, en estos casos si se encontraron
señales de violencia en las vías de acceso al lugar y las víctimas fueron sorprendidas sin
poder establecer ninguna defensa , no había señales de lucha. En dos casos no esclarecidos –
los investigadores- pudieron determinar la presencia de trastornos psiquiátricos mayores
(esquizofrenia paranoide) y en uno de ellos se manejó la hipótesis (no demostrada) de que
hubiese sido confundido con otro por el autor, dadas las características del lugar del hecho
(oscuridad, movimiento contínuo de personas, cercanía de un centro de expendio de
bebidas alcohólicas) (Teresita García Pérez 2007).
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- Respecto los días de la semana, los investigadores reportaron que predominaron los fines
de semana como días de ejecución de los crímenes estudiados. Según la autora este dato
coincidiría con la literatura revisada: “el fin de semana es victimógeno” (Teresita García
Pérez 2007, p.106).
Bibliografía
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