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Texto argumentativo

Dicen que una persona se puede comparar con un árbol. Y es verdad. Estos, igual que
nosotros, también ocultan una parte de ellos. Una fracción íntima, diferente en cada uno.
Hay quien echa más raíces, quien las desarrolla en profundidad y quién ignora que eso,
también forma parte de su crecimiento.

Este crecimiento, en la mayoría de las ocasiones, es el reflejo de una situación que nos ha
marcado mucho, suponiendo un punto de inflexión en nuestras vidas y dando pie a una
nueva oportunidad de valorar lo positivo y lo negativo que hay en cada uno de nosotros, los
aciertos y los errores cometidos, siempre desde un punto de vista crítico que nos dé la
oportunidad de pulir defectos y potenciar fortalezas.

Por otro lado, una vez hecho esto, debemos fijarnos una meta positiva que nos motive a
seguir creciendo. Y para saber qué hacer con nuestra vida, aunque no hay una fórmula
matemática que aplicar, siempre podemos hacernos dos preguntas fundamentales: ¿Cómo
queremos que sea nuestra vida? ¿Cómo deseamos vivirla?

En definitiva, No existe un modelo de camino a seguir, tan sólo debes dejarte guiar por tu
educación y valores, por aquellos que te enseñaron cuál era la diferencia entre el bien y el
mal, por quienes potenciaron tus virtudes y se olvidaron de todos los errores que cometiste.
Debes hacer autocrítica de tus fallos y guardarte la receta de tus mejores logros. Ese es el
verdadero camino.

Lorena Carrilero
2BACH HYCS A

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