Está en la página 1de 6

Ley sobre protección de Datos Personales. Ley 25.

326

La mencionada ley abarca varios puntos importantes a tener en cuenta.

En la presente ley se entiende por:

— Datos personales: Información de cualquier tipo referida a personas físicas o de existencia


ideal determinadas o determinables.

— Datos sensibles: Datos personales que revelan origen racial y étnico, opiniones políticas,
convicciones religiosas, filosóficas o morales, afiliación sindical e información referente a la
salud o a la vida sexual.

— Archivo, registro, base o banco de datos: Indistintamente, designan al conjunto organizado


de datos personales que sean objeto de tratamiento o procesamiento, electrónico o no,
cualquiera que fuere la modalidad de su formación, almacenamiento, organización o acceso.

De acuerdo a las definiciones que nos da la presente ley, podemos adentrarnos sobre la
información que circula en los diarios, por el tema de la Pandemia, que hace poco publico el
diario Perfil en donde habla del tema y lo titula: “Contra el COVID-19, Google y Apple
arriesgan tus datos personales sensibles”, podemos decir que si se usa éste sistema se estaría
vulnerando distintos datos personales ,obteniendo de esa forma Datos Sensibles de los
usuarios, porque hoy en día todos usamos todo tipo de sistemas electrónicos para
manejarnos; tanto en nuestra vida cotidiana, como laboral, educativa, entre otras, ya que
contamos con información de todo tipo en las nubes electrónicas. Porque así nos obliga la
sociedad moderna.

Las herramientas que proponen estos titanes de la tecnología que utilizan los sensores de
Bluetooth de los teléfonos y la infraestructura de la red para poder identificar a las personas
que pueden haber entrado en contacto con nosotros y la posterior recopilación de
información adicional sobre ellas. Obteniendo esos datos y adicionándole los de salud de los
ciudadanos, se puede saber quién está infectado y por los registros saber con cuales personas
estuvo en contacto o en cercanías, para que estas reciban un alerta y se acerquen a los centros
de salud a realizarse el test de coronavirus. A través de esa información también se está
vulnerando el derecho a la privacidad e intimidad, derechos amparados por la CN , es cierto
que contamos con el HABEAS DATA, que es una Garantía Constitucional que nos protege de
las informaciones o datos que obtengan las entidades sobre nuestra persona de las cuales
podemos conocer, actualizar y rectificar la información que se haya recogido sobre ellas en
bancos de datos y en archivos de entidades públicas y privadas.

Asimismo, muchas veces la información que se obtiene por medio de las aplicaciones creadas
para un fin determinado, en este caso para controlar los movimientos y relaciones de las
personas para poder rastrear los posibles contagios, después estos datos obtenidos son
vendidos a otras empresas para fines comerciales. Así nuestros datos circulan por las nubes de
varias plataformas, en donde no tenemos control sobre ella y con ello se viola el derecho de
intimidad.

Aunque las entidades privadas o públicas, inventores o autores de las aplicaciones


informáticas, se apoderen de datos personales que muchas veces consisten en datos
sensibles, aunque hayan obtenido el consentimiento del usuario para obtener información,
eso no quiere decir que los propietarios sepan con total certeza qué tipo de información se
obtiene de ellos y a dónde circulan esos datos sensibles.

El art 3 de la ley, PROTECCION DE LOS DATOS PERSONALES, Ley 25.326 menciona lo


siguiente:

La formación de archivos de datos será lícita cuando se encuentren debidamente inscriptos,


observando en su operación los principios que establecen la presente ley y las
reglamentaciones que se dicten en su consecuencia. Los archivos de datos no pueden tener
finalidades contrarias a las leyes o a la moral pública.

Pero muchas veces estos principios no son cumplidos, porque no hay control sobre la
información que obtienen de las personas, aunque tengamos la ley, se necesita que se
controle quién y cómo se utilizan los datos obtenidos por las entidades. En la realidad estos
controles estrictos y minuciosos no existen.

Otros principios que menciona la ley en su ARTÍCULO 4° — (Calidad de los datos):

1. Los datos personales que se recojan a los efectos de su tratamiento deben ser ciertos,
adecuados, pertinentes y no excesivos en relación al ámbito y finalidad para los que se
hubieren obtenido.

2. La recolección de datos no puede hacerse por medios desleales, fraudulentos o en forma


contraria a las disposiciones de la presente ley.
3. Los datos objeto de tratamiento no pueden ser utilizados para finalidades distintas o
incompatibles con aquellas que motivaron su obtención.

4. Los datos deben ser exactos y actualizarse en el caso de que ello fuere necesario.

5. Los datos total o parcialmente inexactos, o que sean incompletos, deben ser suprimidos y
sustituidos, o en su caso completados, por el responsable del archivo o base de datos cuando
se tenga conocimiento de la inexactitud o carácter incompleto de la información de que se
trate, sin perjuicio de los derechos del titular.

ARTICULO 5° — (Consentimiento):

1. El tratamiento de datos personales es ilícito cuando el titular no hubiere prestado su


consentimiento libre, expreso e informado, el que deberá constar por escrito, o por otro
medio que permita se le equipare, de acuerdo a las circunstancias. El referido
consentimiento prestado con otras declaraciones, deberá figurar en forma expresa y
destacada, previa notificación al requerido de datos, de la información descrita en el artículo
6° de la presente ley.

2. No será necesario el consentimiento cuando: a) Los datos se obtengan de fuentes de


acceso público irrestricto; b) Se recaben para el ejercicio de funciones propias de los poderes
del Estado o en virtud de una obligación legal; c) Se trate de listados cuyos datos se limiten a
nombre, documento nacional de identidad, identificación tributaria o previsional, ocupación,
fecha de nacimiento y domicilio; d) Deriven de una relación contractual, científica o
profesional del titular de los datos, y resulten necesarios para su desarrollo o cumplimiento;
e) Se trate de las operaciones que realicen las entidades financieras y de las informaciones
que reciban de sus clientes conforme las disposiciones del artículo 39 de la Ley 21.526.

¿Podemos confiar en la anonimización de los datos? Todos sabemos que así como existen
técnicas de anonimización, existen las que desanonimizan. En definitiva siempre se violan las
normas, entonces no estamos protegidos como lo regula la ley, a causa de ello nos vulneran
nuestros derechos. La información sobre la salud es un dato sensible. El miedo por esta
pandemia está erosionando muchos de los derechos de las personas, pero toda información
debe tener un límite, ya que ningún derecho es absoluto.

ARTÍCULO 7° — (Categoría de datos):

1. Ninguna persona puede ser obligada a proporcionar datos sensibles.


2. Los datos sensibles sólo pueden ser recolectados y objeto de tratamiento cuando
medien razones de interés general autorizadas por ley. También podrán ser tratados
con finalidades estadísticas o científicas cuando no puedan ser identificados sus
titulares.
3. Queda prohibida la formación de archivos, bancos o registros que almacenen
información que directa o indirectamente revele datos sensibles. Sin perjuicio de ello,
la Iglesia Católica, las asociaciones religiosas y las organizaciones políticas y
sindicales podrán llevar un registro de sus miembros.
4. Los datos relativos a antecedentes penales o contravencionales sólo pueden ser
objeto de tratamiento por parte de las autoridades públicas competentes, en el
marco de las leyes y reglamentaciones respectivas.

Los datos personales se hallan estrechamente vinculados a la existencia de la persona, no sólo


por cuanto a través de ellos la identificamos, sino que los mismos resultan imprescindibles
para el ejercicio de sus derechos y la satisfacción de sus obligaciones. Sin datos que
individualicen e identifiquen a las personas, es materialmente imposible conformar una
sociedad humana que respete los derechos fundamentales que hacen a la identidad, la
libertad, la intimidad, la imagen, el honor, la propiedad, el ejercicio de derechos civiles y
políticos, etc.

 Diariamente proporcionamos nuestros datos personales al practicar un trámite ante un


organismo estatal, solicitar una tarjeta de crédito, al inscribirnos en un gimnasio o asociación
profesional, registrarnos en un hotel, requerir un remise o un radio-taxi, o formalizar un
pedido de comida mediante el sistema de "delivery". En efecto, la realidad cotidiana nos
enfrenta a numerosos peligros que genera la actividad informática, tales como:

 La información en poder de las autoridades y para finalidades que se presumen lícitas,


no deja de conformar un cuadro preocupante para la libertad personal, situación ésta
que se agrava en gobiernos autoritarios no democráticos por los abusos que pueden
cometer con la información recolectada.
 el tratamiento de datos referidos a cuestiones íntimas de las personas, tales los
atinentes a la religión, raza, ideología, opinión política, posición filosófica, tendencias
psicológicas, prácticas deportivas y otras, relaciones sexuales, situaciones familiares y
parentales (origen de los nacimientos), conformación física, padecimiento de
determinadas enfermedades, hábitos y vicios, pueden generar conductas
discriminatorias por parte de los responsables y usuarios de dicha información;
  las innumerables situaciones en que se lleva a cabo el tratamiento de datos sin
consentimiento del titular de los mismos;
 la utilización de la información con fines distintos para los que fueron obtenidos;
 el impedir que los titulares de datos personales tomen conocimiento de la
información que les conciernen o dificultar su corrección , actualización o supresión
de datos denominados "sensibles", o bien, cuando aún siendo exactos y veraces, sean
incompletos, inadecuados, impertinentes o excesivos en relación al ámbito para los
que se hubieran obtenido o hayan sido obtenidos ilegítimamente, u obstruir que se
requiera la confidencialidad de los datos cuya transmisión y difusión se hallan vedados
o que sean utilizados para finalidades distintas o incompatibles con aquellas que
motivaron su obtención.

La Ley mencionada ut-supra debe velar por el derecho a la intimidad y la privacidad porque
con la tecnología informática ambos derechos son violados constantemente. La obtención,
conservación, almacenamiento, evaluación, bloqueo, destrucción y cesión a terceros de Datos
Personales sin consentimiento del titular de los mismos, constituye una flagrante violación del
derecho a la intimidad y privacidad. Por cuanto éstos poseen el poder jurídico de rechazar
intromisiones ilegítimas en la esfera protegida y correlativamente determinar de forma libre la
propia conducta.

En el derecho a la información, el titular de los datos personales tiene el derecho a conocer


todos los datos concernientes a su persona que consten en registros, archivos, bases o bancos
de datos y además que la información almacenada sea veraz. El "derecho a la verdad" integra
uno de los contenidos esenciales del marco protector de los datos personales pues se halla
íntimamente vinculado a tres prerrogativas esenciales que goza el titular de aquéllos, que son:
el derecho de acceso a la información, el derecho a rectificar datos falsos y el derecho a
actualizar datos obsoletos.

La multiplicidad de secuelas y derivaciones de la actividad informática es un verdadero


fenómeno multifacético que desborda el ámbito de la intimidad y privacidad de las personas,
pues se afectan otros derechos, tales como la verdad, la información, el patrimonio, la imagen,
la identidad, el honor, la voz, la autodeterminación informativa, en fin la dignidad humana .
El tratamiento de datos personales debe estar concebido para servir a la humanidad. El
derecho a la protección de los datos personales no es un derecho absoluto sino que debe
considerarse en relación con su función en la sociedad y mantener el equilibrio con otros
derechos fundamentales, con arreglo al principio de proporcionalidad, pero sin lugar a dudas,
los principios y normas relativas al tratamiento de los datos de carácter personal deben
respetar las libertades y derechos fundamentales.

También podría gustarte