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JUNIO ES EL ARQUETIPO DE LA DIOSA ROMANA DE LAS MUJERES FUERTES

Junio era el cuarto mes del antiguo calendario romano. El emperador Julio César decretó que tuviese 30 días ya
que, en ocasiones, tuvo 26 ó 29 días. El nombre del mes viene de la palabra  latína “iunus”. Algunos afirman que
tal denominación proviene de la  asamblea romana de los iuniores o jóvenes, en oposición a la asamblea de los
ancianos o maiores  (mayores) que, según algunas opiniones, dio origen al nombre del mes de mayo.

Hay otros que sostienen que la denominación del mes se deriva de la diosa Juno –Hera para la mitología griega-
hija de los dioses. Juno era hija de Saturno y de Cibeles, llamados Cronos y Gea respectivamente para los
griegos. Se casó con  su hermano Júpiter –el Zeus de los griegos-  fue reina del cielo y de la tierra.
La unión no fue dichosa.  La inconstancia y la infidelidad de su esposo la hicieron muy celosa, vengándose de
todas sus rivales con el mayor rigor. No fue una esposa dócil y sumisa, al contrario, además de castigar a las
amantes de su marido, impuso algunos de los doce trabajos de Hércules (Heracles para la mitología griega) y
prolongó por diez años las desgracias de la guerra de Troya. Dirigió incluso una conspiración contra su propio
esposo, al sentirse poco respetada, la cual fracasó. Fue madre de los dioses Marte (Ares en la mitología griega),
Vulcano (Hefesto), Juventas (Hebe, diosa de la juventud) y Lucina (Ilitía, diosa de los nacimientos).  

Juno ocupaba el primer puesto entre los dioses y se la representaba sentada en un trono o en un carro tirado
por pavos reales, con una diadema en la cabeza y un cetro de oro en la mano. La diosa Iris (divinidad del arco
iris) era su mensajera.

Juno era la divinidad protectora de la mujer y la familia, representaba la naturaleza y presidía el matrimonio y
los partos. Patrona de las mujeres virtuosas. Ninguna mujer de dudosa reputación o malas costumbres podía
entrar en su templo.

En su honor se celebraran  festivales con sacrificios, danzas y solemnidades en el circo romano. Al mes de junio
se lo representaba como un joven que señala con el dedo un reloj solar y tenía en su mano una antorcha
encendida significando que –en el hemisferio norte o boreal- el sol comienza a bajar. En el hemisferio sur o
austral empieza el invierno en este mes.

El mes de junio, por lo tanto, está bajo la influencia del arquetipo de una energía femenina poderosa, decidida,
valiente, desafiante y corajuda que hace valer y respetar su propio lugar y lo defiende con fortaleza. A veces
cuando esa fuerza se desborda puede ser,  incluso, rencorosa y vengativa. En ella hay una fuerza esponsal y
maternal que  prioriza y ampara tenazmente la pareja y familia, los nacimientos y los hijos, la fidelidad y el
hogar.  

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