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A. Ambartsoumian y J. Balanian hace 2 días 7 Min. de lectura

El genocidio armenio: Una herida abierta


“El genocidio armenio no fue un accidente; fue la culminación de siglos de
discriminación y persecución. Lo único que hizo la Primera Guerra Mundial
fue proporcionar la oportunidad más adecuada para resolver lo que se
conocía como la “cuestión armenia” y para despoblar la tierra histórica de
Armenia por el exterminio” (Hintlian, 2003:65) [1]

Por Azat Ambartsoumian y Janice Balanian

Fuente: ANCAP

Nociones históricas sobre el genocidio armenio (Medz Yegern)

El historiador y sociólogo Vahakn Dadrian[2] definió al genocidio como el intento, por parte
de un grupo dominante, para reducir mediante la coerción a un grupo minoritario hasta el

exterminio. En el caso armenio, la masacre comenzó antes de 1915, bajo el sultanato de

Abdul Hamid II (1876-1909), como un mecanismo estatal viable para doblegar y diezmar a la
población minoritaria (armenia) para la resolución de conflictos (Hintlian, 2003).
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El exterminio de armenios tuvo su origen en el siglo XIX, en el marco del debilitamiento

político y económico del Imperio Otomano. Algunas de las principales potencias

intervinieron en defensa de los derechos de las minorías poblacionales cristianas. Producto


de esta situación, en 1839, se pretendió llevar adelante un movimiento de reformas en

búsqueda del reconocimiento de derechos civiles: igualdad ante la ley y su


institucionalización (Hintlian, 2003). Los conflictos internos entre los otomanos y las

poblaciones minoritarias se acentuaron y varias de ellas, principalmente las ubicadas en la

península de los Balcanes, lograron liberarse.

El ascenso al poder por parte del sultán Abdul Hamid II puso fin al período reformista,

abriendo uno de violencia, muerte y persecución. Los otomanos reorganizaron los distritos

con el objetivo de reducir la población armenia a minorías numéricas. Reacomodaron a


refugiados y emigrantes musulmanes en provincias densamente pobladas por armenios y
asesinaron entre 200 000 y 300 000 armenios en lo que se conoció como las masacres

hamidianas (1894-1896).

Para Hintlian (2003), el consiguiente fracaso de las potencias para movilizar y aplicar una

justicia penal preparó el terreno para el genocidio. La única potencia que se proclamó en
contra de semejantes actos fue Gran Bretaña. En consecuencia, Alemania se pronunció
alegando que las masacres eran una invención británica con propósitos políticos. Según

Hintlian (2003), aquello consagró el éxito diplomático para el sultán Abdul Hamid II, ya que
mantenía a las grandes potencias en un celoso equilibrio. La política de equilibrio de
poderes de la diplomacia otomana se combinó con el juego de enfrenar a una potencia con

otra. Mediante este mecanismo se logró archivar la causa armenia, y cayó la cortina sobre el
primer acto del drama armenio (Hintlian, 2003).

A mediados del siglo XIX, inició un proceso de modernización del Imperio Otomano del que
surgió una nueva clase social, conformada por intelectuales, docentes, artistas y
funcionarios, que comenzó a tomar contacto con las ideas políticas y filosóficas que

recorrían Europa (Derkrikorian, 2014)[3]. De allí, emergieron los líderes que conformaron el
Comité Unión y Progreso (CUP), también conocido como Jóvenes Turcos. Opositores al
sultán, proclamaban establecer un gobierno con igualdad de derechos, sin distinción de

“raza” ni de religión.

En 1908, los Jóvenes Turcos tomaron el poder y, en contraposición con sus ideas liberales,
alzaron las banderas del nacionalismo extremo. Los ideólogos CUP optaron por un modelo
nacional-religioso que reavivaba los viejos ideales del panislamismo —unidad de todos los

musulmanes en un Estado islámico— y del panturquismo —todos los ciudadanos debían


profesar la religión islámica (Derkrikorian, 2014). A tan solo un año de su ascenso al poder,
Home se desató
Notas un nuevo Participación
Debates exterminio masivo de armenios
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Cilicia, dejando un saldo de
Investigación 30 000 en Jaque
Candidatxs

muertes.

En 1913, se produjo un golpe de Estado que dio lugar a un régimen dictatorial encabezado
por los principales referentes del CUP: Talaat, Enver y Cemal. El nuevo gobierno buscó
imponer la turquización, que tenía como fin último la homogeneización de la sociedad

mediante una renovación nacional y reorientación política (Ministerio de Educación de la


Nación, 2015)[4]. Según el diplomático estadounidense Henry Morgenthau[5], aspiraron a
crear un Estado exclusivamente para turcos y la Primera Guerra Mundial proporcionó el
escenario propicio para el cumplimiento de sus objetivos.

Las autoridades turcas comenzaron una campaña de propaganda que presentaba a los

armenios que vivían en el Imperio como una amenaza para su seguridad y los acusaba de
ser aliados del ejército ruso. La noche del 24 de abril de 1915, 300 intelectuales de origen
armenio, residentes en Constantinopla, fueron detenidos y asesinados.

Seguidamente, el CUP aprobó la Ley Temporal de Deportación (Ley Tehcir), la cual permitió
que un millón de armenios sean enviados sistemáticamente a las “marchas de la muerte” en

el desierto sirio. Los desiertos de Deir Zor se transformaron en los mayores cementerios de
los deportados (Hintlian, 2003). Durante la travesía, además de morir de hambre y sed, los
armenios sufrieron brutales ataques, torturas y asesinatos. Muchas mujeres y niños fueron

abusados y apropiados. Los sobrevivientes murieron por inanición o por las pandemias que
atestaban los campos de concentración instalados en la región de las fronteras del imperio
con Irak y Siria. Las masacres continuaron hasta 1923 y se cobraron la vida de 1 500 000

armenios. Las tierras de Asia Menor y la histórica armenia del oeste fueron expugnadas por
la barbarie otomana.

El genocidio armenio desde la perspectiva del Derecho Internacional


El genocidio armenio constituye un crimen internacional que permanece impune. Desde el

comienzo de las reclamaciones por su reconocimiento, el Estado turco ha argumentado que


la muerte de millones armenios tuvo lugar bajo las dinámicas propias de la Primera Guerra

Mundial. Aún en la actualidad, Turquía continúa desplegando una estrategia negacionista en

el plano internacional, a fin de silenciar los pronunciamientos contrarios a sus intereses.


Como sostiene el abogado y especialista en derechos humanos Leandro Despouy: la

actualidad del genocidio está dada por su negación[6].

Finalizada la Gran Guerra, los intentos de procesar a los responsables de la masacre del

pueblo armenio fracasaron. Aquello se explica, en parte, por un vacío legal en el derecho
internacional respecto a los delitos contra la humanidad y por la ausencia de una jurisdicción

internacional competente. Es en este contexto que se desplegó la llamada Operación

Némesis, por la cual la Federación Revolucionaria Armenia buscó vengar a los responsables
Home de la masacre.
Notas DebatesEn 1921, Soghomon
Participación Tehlirian Política
juvenil “ajustició” a Mehmet
Local Talaat Pasha, uno
Investigación de los en Jaque
Candidatxs

organizadores del genocidio. La absolución del jóven armenio despertó el interés del

abogado polaco Raphael Lemkin, quien años después acuñaría el término “genocidio”.

Las aberrantes violaciones de derechos humanos que tuvieron lugar durante la Segunda
Guerra Mundial llevaron a gran parte de la comunidad internacional a aunar esfuerzos para

saldar el vacío legal anteriormente señalado. En 1946, la Asamblea General de Naciones

Unidas (AGNU) definió al genocidio como “los actos perpetrados con la intención de destruir
total o parcialmente a un grupo nacional, racial, étnico o religioso como tal” y dos años

después aprobó la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio.

Ratificación de la Convención del Genocidio en octubre de 1950. Foto ONU/Marvin Bolotsky

En 1973, un informe preliminar de la Subcomisión de Derechos Humanos de las Naciones


Unidas incluyó, por primera vez, una referencia a las matanzas de 1915 como “el primer

genocidio del siglo XX”. La presión del Estado turco consiguió su supresión, de modo que el

documento fue ratificado sin referencias a la cuestión armenia. Sin embargo, en 1985, tras
un trabajo plagado de resistencias por parte de la diplomacia turca, la Subcomisión de

Naciones Unidas para la Prevención de Discriminaciones y Protección de Minorías aprobó el

llamado “informe Whitaker”, que incluyó al Genocidio Armenio como uno de los crímenes
internacionales del siglo XX.

Desde entonces, el Estado armenio y la diáspora impulsaron una campaña de

reconocimiento del genocidio armenio. Aquella actuación generó múltiples tensiones en el


plano internacional, y contribuyó a una eventual inestabilidad regional que, por cuestiones

de extensión, no podremos abordar en este artículo. No obstante, puede afirmarse que el

reconocimiento del genocidio armenio terminó por convertirse en un problema de política


internacional.

Principales hitos contemporáneos del genocidio armenio

Controvertido fallo del Tribunal Europeo de Derechos Humanos


Home En el año
Notas 2007, el presidente
Debates del Partido
Participación juvenilde losPolítica
Trabajadores
Local de Investigación
Turquía, Dogu Perinçek, fue en Jaque
Candidatxs

condenado por el Tribunal Penal de Lausana por negar públicamente el genocidio armenio

en territorio helvético. El caso fue llevado al Tribunal Europeo de Derechos Humanos


(TEDH), que dictó sentencia en 2015. Se concluyó que Suiza, al someter al político turco a

una sanción penal por sus declaraciones, había violado el derecho a la libertad de

expresión. Al mismo tiempo, el TEDH manifestó que no existe un “consenso general” sobre
la cualificación jurídica del genocidio armenio.

Centenario del Genocidio Armenio

El 24 de abril de 2015, la comunidad internacional conmemoró el centenario del genocidio


armenio. El mismo día, y como parte de su política negacionista, el gobierno turco decidió

desplegar grandes celebraciones en razón del aniversario de la victoria otomana en la

batalla de Gallípoli. Mientras tanto, el Parlamento Europeo instó a todos los Estados
miembros de la Unión Europea a reconocer el genocidio armenio legalmente. En particular,

la Eurocámara pidió a Turquía que “aproveche” la conmemoración del centenario para

“asumir su pasado, reconocer el genocidio armenio y, de esta manera, allanar el camino


para una verdadera reconciliación ente los pueblos turco y armenio”.

Reconocimiento del Genocidio Armenio por el Congreso de Estados Unidos

En diciembre de 2019, el Congreso de Estados Unidos aprobó una resolución que declara
que es una determinación del país norteamericano “conmemorar el genocidio armenio a

través del reconocimiento y el recuerdo oficial”. Seguidamente, el director de

Comunicaciones de la Presidencia turca, Fahrettin Altun, afirmó en la red social Twitter que
la decisión de Estados Unidos “pone en peligro el futuro de las relaciones bilaterales” entre

Turquía y Estados Unidos. En consonancia, el presidente de Turquía, Recep Tayyip

Erdogan, amenazó con cerrar dos bases militares estadounidenses (Incirlik y Kürecik)
situadas en su país.

Conclusión
La impunidad del genocidio armenio representa una dolorosa injusticia para la comunidad

armenia, que no pudo obtener su debida reparación ni elaborar su duelo. No obstante,

también es un precedente sumamente dañino para la comunidad internacional: representa


la garantía de que estos hechos pueden volver a repetirse. Y, de hecho, se repiten: el

Holocausto judío y los exterminios en Ruanda, Guatemala, Balcanes, Sudán, Camboya,

Birmania, entre otros, dan prueba de ello. De este modo, el ejercicio de la memoria es
necesario, pero no suficiente para evitar los crímenes internacionales: la comunidad

internacional debe juzgar a los responsables y adoptar medidas rigurosas para su

prevención.

Referencias
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[1] George Hintlian (2003). Historia y política: Ideas, procesos y movimientos sociales, ISSN
1575-0361, N.º 10, pp. 65-94.

[2] Vahakn N. Dadrian (1975). A typology of Genocide. International Review of Modern


Sociology. Vol. 5, N.º 2, pp. 201-212.

[3] Derkrikorian, Jorge (2014). El Genocidio Armenio. Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
Argentina: Editorial Lea.

[4] Ministerio de Educación de la Nación (2015), Adamoli Celeste (Cord) Genocidio Armenio:
Preguntas, respuestas y propuestas para su enseñanza. Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, Argentina.

[5] Se puede encontrar la traducción al castellano del capítulo XXII de Ambassador


Morgenthau's Story o Secret of the Bosphorus en Ravished Armenia de Aurora Mardiganian
(2019).

[6] Despouy, Leandro (2007). “Presentación” en Yalcin, Kemal. Regocijas mi corazón. Viaje
entre los armenios escondidos en Turquía. Buenos Aires: Editorial Armerías.

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