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10 Terrorismo No nos asustemos Los terroristas son maestros en el control de las mentes. Matan a muy pocas personas, pero aun asi consiguen aterrorizar a miles de millo- nes y sacudir enormes estructuras politicas como la Unién Europea 0 Estados Unidos. Desde el 11 de septiembre de 2001, los terroristas han matado anualmente a unas 50 personas en la Unién Europea y a unas 10 en Estados Unidos, a unas 7 en China y a hasta 25.000 en todo el mundo (la mayorfa en Irak, Afganistan, Pakistin, Nigeria y Si- ria). En comparacién, los accidentes de trafico matan anualmente a unos 80.000 europeos, a 40.000 norteamericanos, a 270.000 chinos y 21,25 millones de personas en todo el mundo.*La diabetes y los nive- les elevados de azticar matan al afio a hasta 3,5 millones de personas, mientras que la contaminacién atmosférica, a alrededor de 7 millo- nes Asi, gpor qué tememos més al terrorismo que al aziicar, y por qué hay gobiernos que pierden elecciones debido a esporadicos ataques terroristas, pero no debido a la contaminacién atmosférica crénica? Como indica el significado literal del término, el terrorismo es ‘una estrategia militar que espera cambiar la situacién politica exten- dendo el terror en lugar de causar dafios materiales. Esta estrategia la ‘doptan casi siempre grupos muy débiles que no pueden infligir mu- tho dafio material a sus enemigos. Desde Inego, toda accién militar esata miedo. Pero en la guerra convencional, el miedo no es més que “nsubproducto de las pérdidas materiales, y por lo general es propor- re ala fuerea que causa las pérdidas. En el terrorismo, el miedo “s "gumento principal, y existe una desproporci6n asombrosa entre la “r2a real de los terroristas y el miedo que consiguen inspirar. 181 21 LECCIONES PARA EL SIGLO XX1 No siempre es facil cambiar la situacién politica mediante la vig, lencia, E] primer dia de la batalla del Somme, el 1 de julio de 1945 murieron 19.000 soldados britanicos y otros 40,000 resultaron he. tidos. Para cuando la batalla termin6, en noviembre, ambos ban, dos habjan sufrido en conjunto més de un mill6n de bajas, ene ellas 300.000 muertos.‘ Pero esta terrible carniceria apenas alters el equilibrio del poder en Europa. Hicieron falta otros dos af millones de bajas ms para que al final ocurriera algo. Comparado con la ofensiva del Somme, el terrorismo es algy nimio. Los ataques en Paris de noviembre de 2015 mataron a 130 pe. sonas; las bombas de Bruselas de marzo de 2016, a 32, y las bombs en el Manchester Arena de mayo de 2017, a 22. En 2002, en el mo- mento culminante de la campafia terrorista palestina contra Israel, cuando a diario se colocaban bombas en autobuses y restaurantes, la lista de bajas anual alcanz6 los 451 israelies.° En-el mismo afio, 542 israelies murieron en accidentes de trafico.° Unos pocos ataques te- rroristas, como la bomba en el vuelo 103 de Pan Am sobre Locker- bie en 1988, acabaron con la vida de cientos de personas.’ Los ata- ques del 11-S supusieron un nuevo récord, al matar casi a 3.000! Pero incluso estas cifras parecen insignificantes en comparacién con el precio de la guerra convencional. Si se suman todas las ‘personas muertas y heridas en Europa por ataques tetroristas desde 1945, in cluidas las victimas de grupos nacionalistas, teligiosos, de izquierdas y de derechas, el total sigue siendo muy inferior al de las bajas de cua- quiera de las batallas poco conocidas de la Primera Guerra Mundial como la tercera batalla del Aisne (250.000) 0 la décima batalla de Isonzo (225.000). _Entonces ¢c6mo es que los terroristas esperan lograr algo? Des- pués de un acto de terrorismo, el enemigo contimia teniendo el mix oer de soldados, tanques y buques que antes. La red de co” cee las carreteras y los ferrocarriles del enemigo estén ani cine Putrtos y bases apenas han sido 102° , Toristas esperan que aunque apenas PU | hacer mella en el poder material del enemigo, el miedo y la com” | a Provoquen que haga un uso incorrecto de su fuerza intact? Y | Ccione de manera desproporcionada, Los terroristas calcula 182 TERRORISMO el enemigo enfurecido u; 3 do eaciere Se su enorme poder contra ellos, ge- ears UA militar Y politica mucho mis violenta que la ye los propios terroristas podian haber provocado. En cada tormen ocurred muchas coun aa Previstas: se cometen errores y atrocida~ ges, la opinion publica titubea, los neutrales cambian de postura y el eguilibrio de poder se desplaza. _ De ahi oe es terroristas Se parezcan a una mosca que intenta jeseuit una cr res La mosca es tan débil que ni siquiera es ca~ over una SI le taza é. Asi 3c6 dem imp! fle te. Asi pues, como destruye una cris- aeria? Encuentra un toro, se introduce en su oreja y empieza a zum- par. El toro enloquece de miedo e ira, y destruye la cristaleria. Eso ocurrié después del 11-S, cuando los fundamentalistas iskimicos in- citaron al toro norteamericano a destruir la cristaleria de Oriente proximo. Ahora medran entre los escombros. Y en el mundo no es- casean los toros con malas pulgas. VOLVIENDO A BARAJAR LAS CARTAS El terrorismo es una estrategia militar muy poco interesante, por- que deja todas las decisiones importantes en manos del enemigo. Ya que todas las opciones que ¢l enemigo tenia antes de un ataque terrorista siguen estando a su disposicion después de este, goza de completa libertad para escoger entre ellas. Por lo general, los ejércitos intentan evitar tales situaciones a toda costa. Cuando atacan, no quie- ten desplegar un espectaculo aterrador que enojaria al enemigo y da- tialugar a que devolviera el golpe. En cambio, buscan infligirle daitos materiales importantes y reducir su capacidad para contraatacat. En particular, tratan de eliminar sus armas y opciones mis poderosas. Esto es, por ejemplo, lo que hizo Japén en diciembre de 1941, Cuando lanz6 un ataque sorpresa sobre Estados Unidos y hundié la {ota estadounidense del Pacifico en Pearl Harbor. No fue terrons- to, Era guerra. Los japoneses no podian saber qué represalias toma~ tian los estadounidenses ante el ataque, Pero si tenian una certeza: con 'ndependencia de lo que los norteamericanos decidieran hacer, no Podrian enviar una flota a Filipinas o a Hong Kong en 1942. 183 oo” 21 LECCIONES PARA EL SIGLO XX! Provocar al enemigo para que actie, sin eliminar ninguna de »,, armas u opciones, es un acto de desesperacion que se adopta solo cuando no existe ninguna otra opcién. Siempre que ¢s posible oc. sionar graves dafos materiales, nadie renuncia a esta Opci6n en favor del mero terrorismo. Si en diciembre de 1941 los japoneses hubie. ran torpedeado un buque civil de pasajeros para provocar a Estados Unidos mientras dejaban intacta la flota de! Pacifico en Pearl Harbor, habria sido una locura. Pero los terroristas tienen poca eleccién. Son tan débiles que no pueden librar una guerra. De modo que optan, en su lugar, por ge- nerar un especticulo teatral con la esperanza de que provocari al ene- migo y lo hari reaccionar de manera desproporcionada. Los terroris- tas montan un especticulo aterrador de violencia que se apodera de nuestra imaginacién y la vuelve contra nosotros. Al matar a unas cuantas personas, Jos terroristas consiguen que millones de ellas te- man por su vida. Para apaciguar ese temor, los gobiernos reaccionan ante el teatro del terror con un especticulo de seguridad, orques- tando inmensas exhibiciones de fuerza, como la persecucién de po- blaciones enteras 0 la invasion de paises extranjeros. En la mayoria de Jos casos, esta reaccin exagerada al terrorismo genera una amenaza mucho mayor a nuestra seguridad que los propios terroristas. De ahi que los terroristas no piensen como generales del ejérci- to. En cambio, piensan como productores teatrales. El recuerdo de l Sri lic de los aque del 11-8 atestigua que todos entende intuitivamente. Si se pregunta a la é ocurrié el 11-5, €: probable que dgan que Al Queda derribo las torres gemels dl World Trade Center. Pero no fue solo un ataque a las torres, sino TERRORISMO, Pues porque el Pentigono es un edificio telativamente plano y sencillo, mientras que el World Trade Center era un alto totem filico cuyo desmoronamiento ocasioné un inmenso impacto audiovisual. Nadie que viera las imagenes de su derrumbe las olvidara nunca. Puesto que de forma mnuiniva entendemos que el terrorismo es teatro, Jo juzgamos mas Por su impacto emocional que por el material. Al igual que los terroristas, los que combaten el terrorismo de- bonnet Smbién: mas como productores teatrales y menos como generales del ejército, Por encima de todo, si queremos combatir de manera efectiva el terrorismo, hemos de ser conscientes de que nada que los terroristas hagan podré derrotarnos. Somos los iinicos que podemos derrotarnos, si reaccionamos de manera excesiva y equivo- cada a las provocaciones terroristas. Los terroristas emprenden una misién imposible: cambiar el equilibrio politico del poder mediante la violencia, a pesar de no dis- poner de un ejército. Para conseguir su objetivo, plantean al Estado un reto imposible por si mismo: demostrar que puede proteger a sus ciudadanos de la violencia politica, en cualquier lugar y en cualquier momento. Los terroristas esperan que cuando el Estado intente rea- lizar esta misién imposible, volver a barajar las cartas politicas y les repartira algiin as imprevisto. Es vena que caaade el Estado esta a la altura del desafio, por Jo general logra aplastar a los terroristas. En las Glkimas décadas, di- versos estados han eliminado cientos de organizaciones terroristas. En 2002-2004, Israel demostré que incluso es posible caber con las campajias de terror més feroces mediante la fuerza — crt rroristas saben muy bien que en estas confrontaciones las probabili- dades estin en su contra. Pero puesto que son muy pales parece de otra opcién militar, no Genen nada que perder y si mucho que ganar, De vez en cuando, la tormenta politica creala por is camps; jias antiterroristas beneficia a los terroristas, Jo que da senudo - apuesta. Un terrorista es como un jugador con una mano inate Mente mala que intenta convencer 4 sus rivales para que vu' de perder nada y si ganarlo todo. tepartir las cartas. No puede Pp 185 SIONES PARA BL SIGLO XX1 20 LE UNA PEQUENA MONEDA EN UN GRAN PRASCO VACIO prar 1 Estado volver a barajar las carty @Por qué tendria que ace| | terrorismo €8 HiMio, en, Puesto que el daito material causado por teoria el Estado podria no hacer nada al respecto, 0 tomar medidas contundentes pero discretas lejos de cimaras y microfonos, De he. tho, los estados suelen hacer justo esto, Pero de vex en cuando pier den los estribos y reaccionan de una manera demasiado vehemente y piblica, con lo que caen en el juego de los terroristas. Por qué soy ‘ ay tan sensibles los estados a las provocaciones terroristas? La respuesta es que Jes cuesta soportar estas provocaciones por. que la legitimidad del Estado moderno se basa en au Promesa de tian. seer a esfera publica libre de violencia politica. Un regimen puede soportar catistrofes terribles, ¢ incluso ignorarlas, siempre y cuando su legitimidad no se base en evitarlas. Por otro lado, un régimen puede desmoronarse debido a un problema menor, si se considera que socava su legitimidad. En el siglo xiv, la peste negra elimin6 entre la cuarta parte y la mitad de las poblaciones curopeas, pero a raiz de ello ningin rey perdié su trono y tampoco ningiin rey hizo ningin gran esfuerzo para erradicar la peste. Por aquel enton- ces, nadie pensaba que evitar pestes fuera una de las tareas reales. En cambio, los gobernantes que permitieron que herejias religiosas se extendieran por sus dominios se arriesgaban a perder la corona, ¢ in- cluso la cabeza. Hoy en dia, un gobierno puede adoptar una perspectiva mas in- dulgente frente a la violencia doméstica y sexual que frente al tert0- rismo, porque a pesar de movimientos como #MeToo, la violacion no socava la legitimidad gubernamental. En Francia, por ejemplo. se informa a las autoridades de mas de 10.000 casos de violaci6n al afio y probablemente haya decenas de miles de casos mas de los que no se informa." Sin-embargo, los violadores y maridos maltratado- Tes no se ven como una amenaza existencial al Estado francés, pot que histéricamente este no se construy6 sobre la promesa de elimina! Ja violencia sexual. En cambio, los casos muchisimo més raros de rrorismo se consideran una amenaza letal para la Repiblica frances porque a lo largo de los iiltimos siglos los estados occidentales mo 186 TERRORISMO, os han ido basando gradualmente su legitimidad sobre la prome- ca explicita de no tolerar la violencia politica dentro de sus fronteras, En la Edad Media, la esfera piiblica rebosaba de violencia politi- @q.De hecho, la capacidad de usar la violencia era el pasaje de entra- da al juego politico, y quien carecia de esta capacidad no tenia voz politica. Numerosas familias nobles poseian firerzas armadas, como has poseian pueblos, gremios, iglesias Y monasterios. Cuando moria un abad y surgia una disputa acerca de su sucesibn, las facciones ri- vales (constituidas por monjes, dirigentes locales y vecinos preocu- pados) solian emplear la fuerza armada para dirimir la cuestion. El terrorismo no tenja lugar en aquel mundo. Quien no fuera lo bastante fuerte para causar daiios materiales importantes no contaba. Sien 1150 unos cuantos musulmanes fandticos hubieran asesinado a algunos civiles en Jerusalén, exigiendo que los cruzados abandonaran Tierra Santa, la reaccién habria sido de desprecio mas que de terror. Si uno queria que se le tomara en serio, al menos tenia que haber conseguido conquistar uno o dos castillos fortificados. El terrorismo no preocupaba a nuestros antepasados medievales, porque tenian problemas mucho mayores de que ocuparse. Durante la era moderna, los estados centralizados redujeron gra- dualmente el nivel de violencia politica dentro de sus territorios, yen las dltimas décadas los paises occidentales han conseguido erradi- carla casi por entero. Los ciudadanos de Francia, Gran Bretafia o Es- tados Unidos pueden luchar por el control de ciudades, empresas, organizaciones e incluso el propio gobierno sin ninguna necesidad de una fuerza armada. El control de billones de délares, millones de soldados y miles de buques, aviones y misiles nucleares pasa de un 8tupo de politicos a otro sin que se dispare un solo tiro. La gente se ‘costumbré pronto a esto, y lo considera un derecho natural. En “onsecuencia, incluso actos esporadicos de violencia politica que Tatan a algunas docenas de personas se ven como una amenaza letal 2 llegitimidad e incluso la supervivencia del Estado. Una pequeiia ™oneda agitada dentro de un gran frasco vacio hace mucho ruido. Por ese motivo tiene tanto éxito el teatro del terrorismo. El Es- ‘do ha creado un espacio enorme, vacio de violencia politica, que tora funciona como una caja de resonancia y amplifica el impacto 187 21 LECCIONES PARA EL SIGLO XX! de cualquier ataque armado, por pequeiio que sea. oe mena violencia politica hay en un Estado concreto, mayor €s la conmo- cién piblica ante un acto de terrorismo. Matar a unas pocas aa nas en Bélgica atrae mucha mis atencion que macar a a elles en Nigeria o Irak. Paradéjicamente, pues, el mismo éxito de los esta- dos modernos a la hora de evitar la violencia politica los hace vulne- rables en particular al terrorismo. g El Estado ha insistido muchas veces en que nO tolerar4 violencia politica dentro de sus fronteras. Los ciudadanos, por su parte, se han Pr vtumbrado a una violencia politica cero. De ahi que el teatro de terror genere temores viscerales de anarquia, que llevan a la gente 4 sentirse como si el orden social estuviera a punto de derrumbarse, Después de siglos de luchas sangrientas hemos salido arrastrandonos del agujero negro de la violencia, pero notamos que el agujero negro sigue ahi, esperando con paciencia el momento de volver a engu- llirnos. Unas pocas atrocidades espantosas, ¢ imaginamos que ya esta- mos cayendo de nuevo en él. Para aplacar estos temores, el Estado se ve impelido a responder al teatro del terror con su propio teatro de la seguridad. La respuesta mas eficiente al terrorismo podria ser un buen servicio de inteligencia y acciones clandestinas contra las redes financieras que lo alimentan. Pero eso los Giudadanos no pueden verlo por television. Los ciudada- nos han sido testigos del teatro terrorista del derrumbamiento del ‘World Trade Center. El Estado necesita representar un contraespec- ticulo igualmente lamativo, incluso con més fuego y mas humo. De modo que, en lugar de actuar de rcs ; ‘ manera silenciosa y eficiente, desen- cadena una poderosa torment e eee ta, que no es infrecuente que satisfaga los suefios més preciados de los terroristas. a Asi pues, :cémo deberia el Estado lidiar con el terrorismo? Para que una lucha antiterrorista tenga éxito di i, frentes. Primero, los gobiernos han de ce Smresderse ea é ; Centrarse en acciones clandes- TERRORISMO, cho su peligro, porque las Noticias sob, : periddicos se vendan mucho mig Fe ferrorismo hacen que los a que las la contaminacién atmosférica, ‘Ne tratan de la diabetes 0 rio de nuestra tients, tecordando el ee ies oe bombas. Los terroristas matan a cien Personas y hac; eo llones imaginen que hay un asesino om Es responsabilidad de cada ciudadano liberar «4 terroristas y ser Consciente de las amenaza. Es nuestro Propio terror dios se obsesionen con el terrori: manera desproporcionada. El éxito o el fracaso del terrorismo depende, pues, de nosotros. Si permitimos que nuestra imaginaci6n caiga presa de los terroristas y después reaccionamos de. manera exagerada ante nuestros propios temores, el terrorismo triunfard. Si liberamos nuestra imaginacién de los terroristas y reaccionamos de una manera equilibrada y fria, el terrorismo fracasar4. interior lo que hace que los me- smo y los gobiernos reaccionen de EL TERRORISMO SE HACE NUCLEAR Este andlisis vale para el terrorismo segiin lo hemos —— en - dos tikimos silos y ain se manifesta en la actuaidad en ls calles de Nueva York, Londres, Paris y Tel Aviv. Sin embargo, si los = _ +guieren armas de destruccién masiva la natualeza no solo dele Norismo, sino también del Estado y de la politica os ride ™anera radical. Si organizaciones mindsculas que oa eres Pocos fandticos pueden destruir ciudades enteras # ee Personas, ya no habra una esfera publica libre a iouaipae De ahi que mientras que el terrorismo actus ee ‘atro, el futuro terrorismo nuclear, él ciberterroris — "ea ant “én mucho mis dristica de los gobiernos. Justo ae 189 21 LECCIONES PARA BL SIGLO XXI de ir con mucho cuidado para diferenciar estos escenarios hipotétic, futuros de los ataques terroristas reales que hasta ahora hemos pr” senciado. EI temor de que los terroristas puedan un dia hacerse cq, tuna bomba nuclear y destruir Nueva York 0 Londres no justifica un, reaccién histérica desproporcionada ante un terrorista que mata g una docena de transetintes con un rifle automatico o un camién fue. ra de control. Los estados deberian ser mas cuidadosos incluso Para no empezar a perseguir a todos los grupos disidentes dando por he. cho que un dia podrian intentar hacerse con ‘armas nucleares, 9 que podrian apoderarse de nuestros automéviles inteligentes y transfop. marlos en una flota de robots asesinos. Asimismo, aunque no hay duda de que los gobiernos deben yi. gilar a los grupos radicales y emprender acciones para evitar que se hagan con el control de armas de destruccién masiva, necesitan mMan- tener el equilibrio entre el temor al terrorismo nuclear y otras situa. ciones amenazadoras. En las dos tiltimas décadas, Estados Unidos ha malgastado billones de délares y mucho capital politico en su guerra contra el terror. George W. Bush, Tony Blair, Barack Obama y sus gi- binetes pueden aducir, con cierta justificacién, que persiguiendo a los terroristas los obligaron a pensar mas en la supervivencia que en ad- uirir bombas nucleares. De esa manera podrian haber salvado al mun- do de un 11-S nuclear. Puesto que se trata de una afirmacién contra- factual (‘Si no hubiéramos lanzado la guerra contra el terror, Al Queda habria adquirido armas nucleares»), es dificil juzgar si es cierta o no. Sin embargo, no cabe duda de que al dedicarse a la guerra con- tra el terror, los norteamericanos y sus aliados no solo han provoca- do una destruccién inmensa por todo el planeta, sino que también han incurrido en lo que los economis tas denominan «costes de oportunidad». El dinero, el tiempo y el capital politico invertido en China. Si Nueva York o Londres acaban hundiéndexe bajo un océa- no Atlintico cuyo nivel va en ascenso, o si las tensiones con Rusia abierta, la gente bien podria acusar a Bush, tse centrado en el estallan en una guerra Blair y Obama de habe | frente equivocado. 190 TERRORISMO Pasajeros contra los rascacielos moronarse por completo y weniger ane spe Sa valet det a oe P" control no solo de su vasto territorio, sino también de miles de bombas nucleares y biolégicas. Una preocupaci6n afiadida fue que las sangrientas guerras en Ia anti- gua Yugoslavia pudieran extenderse a otras partes de Europa orien- tal, y provocar conflictos entre Hungria y Rumania, entre Bulgaria y Turquia, o entre Polonia y Ucrania. A muchos incluso los inquietaba mis la reunificacién de Alema- nia. Solo cuatro décadas y media después de la caida del Tercer Reich, muchisima gente albergaba todavia temores viscerales frente al poder aleman. Libre de la amenaza soviética, ;no se convertiria Alemania en una superpotencia que dominara el continente europeo? ZY qué pa- saria con China? Alarmada por el hundimiento del bloque soviético, China podria abandonar sus reformas, volver a las politicas maoistas mo una version mayor de Corea del Norte. de Nueva York. En cambio, duras y terminar cor e ; Hoy en dia podemos mofarnos de estos siniestros escenarios, por- que sabemos que no se materializaron. la situacion en Rusia se ee bilizé, la mayor parte de Europa oriental se integro a neee es " la Union Europea, Ia Alemania reunificada es conside . é a a lidad lider del mundo libre y China se ha convertido en noe = némico del planeta. Todo esto sé consiguid, al cee saEuroec: cias a politicas constructivas de Estados Unideey A euope, ¢Habria sido mas sensato que Estados Unidos y la ene hubieran centrado en la década de 1990 en los extremis ié China? y no en la situaci6n del antiguo bloque soviético a ied Simplemente, no podemos prepararnos para (0 dades, En consecuencia, aunque NO cabe duda de que hemos de evitar 191 21 LECCIONES PARA EL SIGLO XXI el terrorismo nuclear, este no puede ocupar el punto niimero ung en el programa de la humanidad. Y, por supuesto, no debemos usar |y amenaza teérica del terrorismo nuclear como justificacién para reac. cionar de manera desproporcionada ante ¢l terrorismo comin, S¢ trata de problemas diferentes que exigen soluciones diferentes, Si a pesar de nuestros esfurerzos los grupos terroristas acaban por hacerse con armas de destruccién masiva, es dificil predecir cémo se levarin a cabo las luchas politicas, pero serin muy diferentes de las campaiias de terrorismo y antiterrorismo de principios del siglo xx, Si en 2050 el mundo esté lleno de terroristas nucleares y bioterro- ristas, sus victimas mirarin hacia atrds, al mundo de 2018, con una nos- talgia teftida de incredulidad: gcémo pudo gente que vivia una vida tan segura haberse sentido aun asi tan amenazada? Desde luego, la sensacién actual de peligro que experimentamos no se debe solo al terrorismo. Muchisimos expertos y gente de a pie temen que la Tercera Guerra Mundial se halle solo a la vuelta de la esquina, como si ya hubiéramos visto esta pelicula hace un siglo. Al igual que en 1914, en 2018 las crecientes tensiones entre las grandes potencias junto a problemas globales inextricables parecen arrastrar- nos hacia una guerra global. :Esté dicha ansiedad mis justificada que nuestro temor sobredimensionado del terrorismo?

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