Joven y bellísimo pastor, a quien se creyó hijo de Zeus; fue expulsado del Olimpo
por haberse atrevido a enamorarse de Hera, y condenado a dormir un sueño eterno
en una gruta del monte Latmos en Caria. No conoció, pues, los dolores ni las
alegrías de la vida, ni pudo tampoco morir. Muchos lo consideraron el genio de la
noche y del profundo sueño nocturno. Ártemis, con el aspecto de Selene (la Luna),
lo descubrió una noche a la luz de sus rayos, mientras realizaba su acostumbrado
recorrido.