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10. Identificar cada una de las teorías que pretenden explicar la culpa.

El art. 23 del C.P. dice: “la conducta es culposa cuando el resultado típico es producto de la
infracción al deber objetivo de cuidado y el agente debió haberlo previsto por ser previsible, o
habiéndolo previsto, confió en poder evitarlo.”

las teorías de la prevenibilidad, de la previsibilidad, de la violación del deber de atención y la


finalista.

a) TEORÍA DE LA PREVENIBILIDAD. la culpa consiste en “la omisión voluntaria de la diligencia


necesaria para prever y prevenir un resultado penalmente antijurídico, posible, previsible y
prevenible”.

Se le critica a esta teoría el ampliar demasiado el radio de acción de la culpa hasta el punto de
incluir en ella hechos que tienen origen en circunstancias meramente fortuitas.

No se puede siempre prevenir todo lo que se está en condiciones de prever; una tormenta, la
caída de un rayo y otros casos semejantes pueden ser previstos, pero ser incapaz de prevenir sus
efectos dañosos y, por consiguiente, ellos no deben ser imputados a título de culpa.

B) TEORIA DE LA PREVISIBILIDAD. (Carrara)

la culpa es “la voluntaria omisión de diligencia en calcular las consecuencias posibles y previsibles
del propio hecho”.

Si el agente hubiese reflexionado, como era su deber, sobre las circunstancias en que su actividad
se desarrollaría y sobre las consecuencias de la misma, habría previsto —porque era previsible—
lo que no previo; la culpa resulta, así, un vicio tanto del intelecto como de la voluntad.

Esta teoría ha tenido amplia aceptación doctrinal porque permite delimitar el ámbito de acción del
fenómeno culposo respecto del dolo y del caso fortuito, aunque contra ella se ha dicho que el
resultado lesivo basado en su previsibilidad solo puede apreciarse a posteriori, con lo que a la
postre vendría a juzgarse al autor del hecho culposo de acuerdo con la experiencia del juez.

Como se desprende de la definición dada por nuestro Código Penal, el legislador colombiano
acogió esta concepción.

c) TEORÍA DE LA VIOLACIÓN DEL DEBER DE ATENCIÓN.

Fue formulada por Feuerbach, y según ella la culpa radica en el incumplimiento del deber de
atención exigible a todo ciudadano cuando ejecuta actividades más o menos peligrosas de las
cuales pueda derivarse daño o lesión a derechos ajenos.

d) TEORÍA FINALISTA. (Welzel) la culpa se asienta sobre una omisión del cuidado objetivo
requerido para evitar el resultado lesivo de los bienes jurídicos legalmente tutelados.

[críticas hechas iguales a las anotadas en tema de culpabilidad].


e) REYES ECHANDÍA: culpa es la reprochable actitud consciente de la voluntad que determina la
verificación de un hecho típico y antijurídico por omisión del deber de cuidado que le era exigible
al agente de acuerdo con sus condiciones personales y las circunstancias en que actuó.

La culpa supone un comportamiento voluntario que se orienta conscientemente hacia una


finalidad determinada que es penalmente indiferente, pero en cuyo desarrollo produce un
resultado delictivo o contravencional que el sujeto no quería y que pudo y debió evitar.

Ese resultado típico y antijurídico se produjo no porque el agente hacia él hubiera dirigido su
voluntad, sino porque omitió el deber de cuidado a que estaba obligado en el caso concreto; por
eso su conducta es jurídicamente reprochable.

11. Identificar y explicar las especies de culpa.

a) CULPA SIN REPRESENTACIÓN. Se presenta esta especie de culpa cuando el agente no se


representó la consecuencia típica y antijurídica de su comportamiento, habiendo podido y debido
representársela.

Sería la hipótesis del cazador que dispara precipitadamente contra un animal oculto en un lugar
que suele ser visitado por turistas y da muerte, en cambio, a una persona que se hallaba en ese
mismo sitio. Es la forma más común de la culpa; en ella se sanciona al agente porque no previo lo
que en el caso concreto y con ordinaria diligencia hubiera podido y estaba obligado a
representarse; faltó, así, al deber de cuidado que en esa situación le era exigible.

b) CULPA CON REPRESENTACIÓN. Esta modalidad de la culpa surge cuando el agente, habiéndose
representado el resultado típico y antijurídico de su comportamiento, confía indebidamente en
poderlo evitar. En este caso, el sujeto prevé la probable verificación del resultado, pero espera que
no se producirá; la culpabilidad de su conducta se deriva aquí de la indebida confianza puesta en la
no verificación del evento; se supone que ante tal posibilidad debería de haber actuado
diversamente para asegurarse de que realmente el resultado no se produciría.

En esta culpa incurre el conductor que guía su automóvil a velocidad excesiva por vía concurrida,
representándose la probabilidad de atropellar a alguien, sin que en verdad lo quiera, evento que a
la postre no logra evitar a pesar de que había creído lo contrario.

En ninguna de las dos especies de la culpa el sujeto ha querido el resultado de su comportamiento,


pero en la primera ni siquiera fue previsto, mientras que en la segunda se lo representa como
probable por lo que constituye ésta una forma más grave de culpa. Esta especie de culpa se
asemeja bastante a la del dolo eventual, como que en ambas existe representación y por ende
previsión del resultado dañoso; pero se diferencian en que en la primera el agente confía que el
resultado no se producirá, es decir, no lo quiere; mientras que, en el segundo, nada hace por
evitarlo y en consecuencia lo acepta anticipadamente.
En materia de culpa nuestro código siguió la tesis de aquellas legislaciones que han optado por
determinar precisamente en la parte especial del estatuto punitivo las hipótesis en que tiene
cabida, de tal manera que solo de ellas puede deducirse responsabilidad penal a título de culpa.

13. Cuáles son los generadores de culpa, explique cada uno de ellos.

Son factores generadores de culpa: la negligencia, la imprudencia, la impericia y la violación de


reglamentos.

Negligencia es la omisión de diligencia o cuidado contraria al deber de atención a que el hombre


está obligado en relación con las normas de convivencia social. Conlleva a la modalidad de culpa
inconsciente, negligente o sin representación. Actúa con negligencia quien deja un arma cargada
donde hay niños o quien deja su vehículo estacionado en una pendiente sin los más mínimos
controles de seguridad. También es el caso del farmaceuta que entrega al ciudadano un
medicamento en forma equivocada que a la postre produce un resultado letal al ser ingerido
(Gestavit-Gastrobit).

La imprudencia es actuar con precipitación, con ligereza, sin cálculo, sin precauciones.
Para Altavilla “es conducta positiva consistente en una acción de la cual había que abstenerse, por
ser capaz de ocasionar determinado resultado de daño o de peligro, o que ha sido realizada de
manera no adecuada, haciéndose así peligrosa para el derecho ajeno, penalmente tutelado”.

La mayoría de los ejemplos traídos por la doctrina de conductas culposas generadas por
imprudencia se dan en los conductores que, sin las precauciones necesarias, dan marcha atrás,
mantienen una velocidad excesiva, mantienen las luces altas o incluso, que transitan en contravía
o pasando señales de pare.

La impericia es la falta o insuficiencia de conocimiento sobre una actividad, arte o profesión. Es la


incapacidad técnica para el ejercicio de una función determinada.
Imperita sería la persona que con escaso número de clases de conducción conduce su vehículo a
alta velocidad, imperito es el médico que está haciendo su año rural y se aventura en una
operación de trasplante de corazón, para la cual no tiene ciencia ni experiencia.

Finalmente, se presenta la culpa por violación de reglamentos, ya que la convivencia social impone
la obligación de observar determinadas normas positivas que regulan la relación de los hombres
en sociedad. De ahí que quien se sustrae o viola su contenido prohibitivo puede ocasionar un daño
a un bien jurídicamente tutelado.

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1.     LA IMPRUDENCIA

La prudencia permite orientar la conducta hacía la finalidad deseada mediante la utilización de los
medios más sensatos posibles. 

La imprudencia es una manera de actuar sin la cautela que, según la experiencia corriente,
debemos emplear en todas aquellas actividades de las que pueda derivarse algún perjuicio; es un
comportamiento inadecuado que lleva al sujeto a obrar sin las precauciones debidas y que suele
originarse en falta de discernimiento, en desatención

Consiste en la realización de una actividad positiva que no está acompañada de aquella cautela
que por ordinaria experiencia requiere emplear para garantizar la tutela de intereses propios y
ajenos.

TEMERIDAD  parece ser más adecuada que la de imprudencia, en cuanto muestra con mayor
claridad el hecho de que quien así actúa lo hace sin razón ni fundamento, sin examinar los riesgos
ni consultar la capacidad personal que le permitiría evitarlos.

Necesario es precisar que también aquí ha de jugar el concepto de la relatividad en el sentido de


que la imprudencia o temeridad está ligada a una situación concreta y debe examinarse en
relación con las condiciones personales de quien actúa y con las circunstancias en que se
desarrolla esa actuación; así, decir que es imprudente conducir un vehículo automotor a 100
kilómetros por hora puede ser cierto o equivocado; si lo hace una persona inexperta por una vía
urbana de intenso tránsito automotor y peatonal, es indudablemente apropiada la aseveración;
pero si lo hace un consumado automovilista por una pista de carreras, tendríamos que concluir
que no hay en ello imprudencia alguna.

2.     LA NEGLIGENCIA

Consiste en una conducta omisiva contraria a las normas que imponen determinada conducta
solícita, atenta y sagaz, encaminada a impedir la realización de un resultado dañoso o peligroso.
Nos parece, sin embargo, que es este un concepto es incompleto porque la negligencia no
solamente presenta las formas de la omisión, desatención o descuido respecto de algo que se
debía hacer y no se hizo, sino que también existe cuando el sujeto actúa pero de manera
descuidada, innecesariamente lenta, con indolencia o desidia.

La negligencia penalmente relevante surge, entonces, tanto de la omisión como de la acción,


siempre que aquella y esta se deban a desatención o descuido  es decir, a una actitud en la que
está ausente la diligencia que le era exigible desplegar al agente para garantizar que su
comportamiento no genere consecuencias antijurídicas.

En este orden de ideas, es negligente el guardavías que por pereza o desatención omite bajar las
barras de un paso a nivel cuando el tren se acerca, lo que determina descarrilamiento con
resultado de lesiones y muertes; también lo es el automovilista que por descuido revisa de manera
muy superficial e incompleta los mecanismos de control y seguridad de su vehículo y por eso
ocasiona heridas a un peatón; y lo es igualmente el cirujano que interviene quirúrgicamente a su
paciente con una técnica ya desusada por los riesgos que su aplicación demostró, y en razón de
ello le causa la muerte.

El negligente suele ser indolente, perezoso, lento, y el imprudente se muestra irreflexivo, audaz e
impulsivo.

3.     LA IMPERICIA

La impericia consiste en la insuficiente aptitud para el ejercicio de un determinado oficio, arte o


profesión, o en la falta de aquella habilidad que ordinariamente se exige en el desempeño de
ciertas funciones.

La impericia supone, entonces, el ejercicio de una actividad determinada para la que se requieren
conocimientos más o menos especializados; podría, pues, calificarse de imperito al ingeniero que
construye un puente que luego se cae por fallas ostensibles en su cimentación o errores de cálculo
respecto del peso que es capaz de soportar.

Ineptitud e inhabilidad son, de acuerdo con las precisiones anteriores, los presupuestos de la
impericia; pero detrás de ellos está la ignorancia o el error; así, un médico es imperito cuando
ignora el uso de un determinado instrumento quirúrgico, o cuando se equivoca en el empleo de
una cierta técnica operatoria; lo será igualmente el conductor de automóviles que maneja una
tracto mula desconociendo el funcionamiento de su caja de velocidades, o cuando para detener el
vehículo pisa el pedal del acelerador en vez del que corresponde al freno.  

4.     EL INCUMPLIMIENTO DE NORMAS LEGALES

Este generador de culpa se presenta siempre que el hecho antijurídico no querido por el actor
haya sido el resultado de la violación de un mandato legal creado precisamente para prevenir tales
acaecimientos. 

Cuando hablamos de normas o mandatos legales estamos tomando el concepto  de ley en general;
por consiguiente, son leyes para estos efectos no solo las que emanan del Congreso, sino también
los decretos del ejecutivo, las ordenanzas departamentales, los acuerdos municipales y los
reglamentos administrativos y disciplinarios de origen público o privado.

Tal inobservancia genera culpa en la medida en que tenga por causa una conducta voluntaria del
actor, ya sea que haya querido conscientemente transgredir el mandato o que simplemente lo
haya ignorado. 
15. Cuáles son los requisitos para que se configure los delitos preterintencionales.

1. Voluntad dirigida a la producción de un determinado evento típico


y antijurídico: Existencia de dolo. Ej: Lesiones personales y posterior aborto.

2. Producción de un resultado final diverso y más grave del querido por el agente: Ej: Jaime
realiza una conducta dolosa tendiente a causar un daño en el cuerpo o en la salud de
Pablo, pero como resultado de dicha acción éste fallece.

3. Previsibilidad del resultado más grave: Significa que el agente ha tenido la posibilidad de


prever el resultado mayor, no que efectivamente lo haya previsto. Ej: Un padre que
maltrata constantemente a su hijo de seis meses de edad, puede prever que éste fallezca
como consecuencia de los maltratos, aunque no quiera este resultado.
Si el agente prevé el resultado mayor y de todas maneras obra, estaría actuando con dolo
eventual, lo cual excluye el delito preterintencional. Ej: En una riña cerca de un abismo,
Jaime golpea a Carlos, y como consecuencia del golpe éste se enreda y cae al vacío,
falleciendo al instante. Como este resultado era previsible y a pesar de ellos Jaime realiza
la conducta, dejando la situación librada al azar habrá de responder por  homicidio  a título
de dolo eventual.
Si el resultado final no es previsible, no se le puede imputar al autor a título de delito
preterintencional. Ej: En una riña, Jaime golpea a Carlos ocasionándole una leve lesión en
la boca, sin embargo, Carlos se enreda al tratar de esquivar el golpe y cae contra una
puntilla que se encontraba oculta en el pasto y se ocasiona daño cerebral severo que le
produce la muerte. En este caso el último resultado no se muestra previsible, motivo por el
cual Jaime habrá de responder lesiones personales dolosas.

4. Homogeneidad entre el resultado querido y el efectivamente obtenido: De tal manera


que el evento final sea del mismo género que el evento inicial. Ej: Lesiones personales
seguidas de muerte (los  bienes jurídicos protegidos  son homogéneos - Vida e integridad
personal).
Si los resultados son de distinto género se trataría de un concurso de delitos, pero no de
un delito preterintencional. Ej.: Pedro lanza una piedra al parabrisas de un carro con el fin
de romperlo (intención de causar un daño en bien ajeno), pero le pega en la cabeza al
conductor del mismo y lo mata (resultado de homicidio). En este caso el resultado
efectivamente producido que excede la intención del agente es cualitativamente distinto al
perseguido, por lo tanto, se configura una tentativa de daño en bien ajeno (delito contra el
patrimonio económico) en concurso de homicidio culposo (delito contra la vida).

5. El objeto material sobre el cual se realiza la conducta sea del mismo objeto material que
padece el resultado mayor: Ej: La lesión se dirige a la misma persona que luego fallece.

6. Relación de causalidad entre la conducta inicial del agente y el resultado final: De tal
manera que éste pueda predicarse del actor como obra suya, aunque a título de culpa. En
otras palabras, la preterintencional requiere que el resultado producido le sea imputable
jurídicamente al autor, pues con su conducta dolosa inicial crea un riesgo jurídicamente
desaprobado para el bien jurídico y el resultado típico es la concreción de ese riesgo.
Si ese nexo de causalidad desaparece, como ocurre en el caso fortuito, el sujeto activo
sólo responde del evento directa e inmediatamente querido, como cuando alguien causa
leve lesión intencional a otra persona y esta muere por causas meramente fortuitas y por
ende no atribuible al agente, como una insuficiencia cardiaca anterior en el tiempo a la
lesión y no estimulada ni agravada por la acción del autor: sólo responderá por las lesiones
personales.

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1. Voluntad dirigida hacia la producción de un determinado evento típico y antijurídico.

2. Verificación de un resultado final diverso y más grave del querido; lo que significa que el evento
superó a la postre la voluntad del agente, fue más allá de su propio querer

3. Homogeneidad entre el resultado querido y el efectivamente obtenido, de tal manera que el


evento final sea del mismo género del evento inicial; en la hipótesis del art. 105 del C. P., las
lesiones personales y la muerte son resultados del mismo género, pues que ambos atentan contra
la integridad bio-psíquica de la persona.

4. Relación de causalidad entre la conducta del agente y su resultado final, de tal manera que éste
pueda predicarse del actor como obra suya, aunque a título de culpa; si ese nexo desaparece (y así
ocurre en el caso fortuito) el sujeto activo solo responde del evento directa e inmediatamente
querido, como cuando alguien causa leve lesión intencional a otra persona y esta muere por
causas meramente fortuitas y por ende no atribuibles al agente.

16. identifique cada una de las teorías que tratan de explicar la preterintencion.

 Objetiva: El agente responde siempre que sea posible establecer un nexo causal material
entre el resultado querido y el finalmente logrado. Esta tesis pugna con el principio nulla
poena sine culpa y acoge una forma de responsabilidad proscrita en nuestro
ordenamiento penal (Art° 9 y 12 C.P.).

 Dolo eventual: El segundo evento o resultado ha de imputarse al agente a título de dolo


eventual, en cuanto no fue inequívocamente querido por él. Esta tesis tampoco es
aceptable, porque el dolo eventual, además de la previsión del resultado como probable
supone que su no producción se deja librada al azar, lo que no ocurre en el delito
preterintencional, pues si así fuera sobraría la figura de la preterintención.

 Dolo y culpa: El delito preterintencional es una mezcla de dolo y culpa (dolo seguido de


culpa sin representación). El segundo resultado sólo puede imputarse al agente a título de
culpa. Es la tesis aceptada en nuestro medio. Se tiene en cuenta que el actor ha querido
un evento, pero a la postre se ha consumado otro diverso y más grave aún que del mismo
género, no querido por él, pero previsible, por lo cual se estima procedente atribuirle el
primero a título de dolo y el segundo a título de culpa sin representación. Sin embargo, se
critica esta teoría afirmando que resulta absurdo alegar la concurrencia de dolo y culpa al
mismo tiempo en un mismo comportamiento.

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a. La teoría objetiva, en virtud de la cual el agente responde siempre que sea posible
establecer nexo causal material entre el resultado querido y el finalmente logrado. Esta tesis
debe desecharse porque pugna con el principio, hoy universalmente aceptado, nulla poena
sine culpa [no hay pena sin culpabilidad], y porque no responde ni a la conciencia jurídica
actual, ni a las exigencias de una política razonable; de otra parte, sabido es que nuestro C. P.
fundamenta la responsabilidad en la culpabilidad del agente, lo que significa el repudio del
viejo instituto de la responsabilidad objetiva.

b. La teoría del dolo eventual; según ella el segundo evento ha de imputarse a título de dolo
eventual en cuanto no fue inequívocamente querido por el actor. Esta tesis es criticable
porque el dolo eventual, además de la previsión del resultado supone su anticipada aceptación
lo que no ocurre en el delito preterintencional, pues si así fuese sobraría la figura, ya que de
los delitos con dolo eventual el agente responde en la misma forma que de los cometidos con
cualquiera otra clase de dolo.

c. La teoría mixta de dolo y culpa; sus defensores sostienen que el segundo resultado solo
puede imputarse al agente a título de culpa. Esta tesis es más aceptable a pesar de las críticas
que dicen que es ilógico que un sujeto haya querido (dolo) y no querido (culpa) al mismo
tiempo un determinado resultado; la cuestión se explica, sin embargo, si tenemos en cuenta
que el actor ha querido un evento (dolo) pero a la postre se ha consumado otro diverso,
aunque del mismo género, no querido por él, pero susceptible de haber sido previsto porque
era previsible (culpa).

Nadie duda que quien deliberadamente se propone lesionar a alguien, puede representarse la
probabilidad de que tales lesiones le causen la muerte; si tal desenlace efectivamente se
presenta, habrá homicidio preterintencional, en cuanto el sujeto activo quiso herir, pero mató,
estando en condiciones de prever este último evento.

El delito preterintencional está “más allá de la intención, pero más acá de lo fortuito”, es decir,
permanece siempre dentro de los predios de la culpabilidad, con participación de sus dos
especies: el dolo y la culpa.
18. Cuáles son los elementos que conforman la culpabilidad.

1. La imputabilidad
2. El conocimiento de la antijuridicidad
3. La exigibilidad de otra conducta

El Código Penal consagra como norma rectora en el artículo 30 el principio de necesidad de


pena, lo que implica que para la imposición de una pena no basta demostrar la culpabilidad,
entendida como juicio de reproche, sino que es indispensable, además, probar que la pena es
justa y necesaria.

En efecto, el nuevo estatuto punitivo permite, con fundamento en la necesidad de pena,


prescindir de la sanción penal en algunos supuestos, pese a estar demostrada la culpabilidad,
ejemplo: delito culposo cuando las consecuencias de la conducta han alcanzado
exclusivamente al autor o parientes más cercanos (art. 34), el aborto cuando es realizado en
extraordinarias condiciones anormales de motivación, como expresamente lo señala el
parágrafo del artículo 124 de la Ley 599 de 2000.

la culpabilidad se sigue entendiendo como un juicio de reproche realizado a un sujeto que


pudiendo actuar de otra manera decide realizar una conducta típica y antijurídica. Pero ésta
por sí sola no es suficiente para imponer una pena: es indispensable, además, demostrar que
la pena es justa y necesaria (principio de necesidad de pena)

20. Causales de inimputabilidad.

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EvolucionDelConceptoDeInimputabilidadEnColombia-3293449.pdf

Artículo 33 del C.P. pueden llevar a la inimputabilidad la inmadurez psicológica, el trastorno


mental, la diversidad sociocultural y los estados similares; En el Código Penal de 1980, solo
eran causales de inimputabilidad la inmadurez y el trastorno mental.

INMADUREZ PSICOLÓGICA. Se entiende por madurez un “estado de completo desarrollo”,


aplicado a células, órganos, funciones y organismos, la inmadurez psicológica implica una
deficiente o incompleta estructura de la personalidad en sus integrantes pulsionales, afectivas,
volitivas e intelectivas, en todas ellas, o con acento en alguna de ellas, lo cual le impide
introyectar los valores positivos de su contexto social o dirigirse conforme a ellos.

Ricardo Mora Izquierdo ha dado una noción aceptada en nuestra doctrina, diciendo que es
una “falta de maduración global, severa y perfectamente instaurada, que cobija varias de las
áreas de la personalidad del individuo”' por su parte, los psiquiatras Lisandro Duran Robles y
María Idalid Carreño Salazar enuncian una serie de síntomas que conforman el concepto:
Falla en la identidad personal clara, dificultad importante del inmaduro para responder por sí
mismo, incapacidad para que otras personas dependan de él (él tiene que depender de otros),
incapacidad para aceptar las decisiones de otros que tienen autoridad, incapacidad para ser
independientes, no lograr disfrutar de las relaciones interpersonales, incapacidad para
establecer una relación íntima, satisfactoria y amorosa con un miembro maduro del sexo
opuesto, intolerancia a las deficiencias de los demás, sin prospección clara o con prospección
poco realista.

TRASTORNO MENTAL: cualquier perturbación de la personalidad en sus esferas afectivas,


volitiva o intelectiva, o en su conjunto, que lleve a la supresión o la disminución de la
capacidad de comprender y/o de determinarse del sujeto que se juzga.

Desde el punto de vista jurídico penal, el trastorno mental puede ser:

PERMANENTE: entendido como cualquier afección que de manera permanente afecte las
esferas de la personalidad y cuya intensidad sea tal que suprima o debilite la capacidad del
sujeto para insertar su comportamiento en el mundo de los valores o la capacidad de
autorregular su conducta conforme a ellos a pesar de tener conciencia de lo que hace.

Ej: entran aquí las psicosis maniaco-depresivas, la paranoia, la esquizofrenia, la epilepsia, etc.;
las neurosis también pueden ser consideradas trastornos mentales permanentes, a condición
de que hagan crisis que lleven al sujeto a la incapacidad de comprender y/o de determinarse.

TRANSITORIO: si el trastorno cesa en un período de tiempo más o menos corto, el cual puede
ser, con base patológica o sin base patológica.

La jurisprudencia española ha definido el trastorno mental transitorio “todo aquel de causa


inmediata, necesaria y fácilmente evidenciable, de aparición más o menos brusca, de
duración, en general, no muy extensa y que termina por la curación sin dejar huella,
producido por el choque de un agente exterior, cualquiera que sea su naturaleza: es decir,
una verdadera reacción de situación que produce en el individuo la alteración de su mente,
en términos tales que le hacen irresponsable de los actos en aquel momento ejecutados por
él mismo”.

Fenómenos constitutivos de trastorno mental transitorio serían los casos siguientes:

CONSIDERACIÓN EMOTIVA: Se produce por choques psíquicos producidos por la intervención


brusca de un factor inesperado en una actitud afectiva dada, que lleven al sujeto a la
incapacidad de responder mediante una reacción adaptada y paralicen las instancias elevadas
de la personalidad: puede tratarse de una muerte, una ruptura (amor, amistad), un fracaso,
una pérdida material, un aislamiento repentino (detención, exilio), una sorpresa, una intuición
brusca, etc.

EMBRIAGUEZ DEL SUEÑO: los estados de embriaguez del sueño resultan de que el retorno
inmediato de la conciencia y la conciencia del espíritu que acompañan al despertar retardan la
reacción consiente y oportuna del individuo.
Falta poner la pregunta 14: Que es la preterintencion,
explique.

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