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1
Cf. Andrés Ferrada, Tesario para el examen de Bachiller en Teología. Propuesto por la Facultad de
Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile (Santiago: ), 8.
2
Cf. García-Huidobro y Castelli, «Teología Fundamental», en Síntesis Teológica para el examen de grado
(Santiago: 2014), 3.
3
Cf. Renato Cárdenas Sotomayor y Luis Tomás Scherz Take, «Fundamental: 1-7», en Tesis para el Examen
de Grado de Bachillerato en Teología, vol. I (Santiago: UC, 2007), 2.
4
Gerardus van der Leeuw, Fenomenología de la Religión (México/Buenos Aires: FCE, 1964), 13.
«El hombre que busca, huye o tiene una relación con el poder, se encuentra
en el mundo. Esto no sólo significa que se halle refundido en el mundo,
como un peso en la bolsa de mi chaleco. Significa que participa en el mundo,
que se preocupa por el mundo […]. El hombre no toma sencillamente al
mundo en que se encuentra. Se cura de él. Esto significa, en términos
religiosos: el mundo lo extraña, lo angustia. Porque también la elección tiene
poder y es, en realidad, un poder extraño, del que hay que curarse. El
hombre que está en el mundo no se siente, sin más, en su casa; siente una
extrañeza que puede aumentar hasta la angustia e, incluso, hasta la
desesperación. No afirma que el mundo le ha sido dado, sino que le dice
siempre no. Este decir no, fundamenta su humanidad. Demuestra que tiene
un espíritu […]. El hombre ve en la vida algo más que lo dado; contempla
una posibilidad. Pero esta posibilidad exige su actividad. Su extrañeza debe
transformarse en comportamiento, su comportamiento en perpetración. Su
comportamiento tiene que estar concorde con lo poderoso, que se le revela»5.
Como se afirmó anteriormente, el sujeto de la religión también es objeto cuando se
refiere a Dios en cuanto persona y no un concepto indeterminado o realidad abstracta, sino
con este Otro que dialoga, que se autocomunica (cf. DV 2). Sin embargo, no en todas las
religiones se considera que haya un diálogo entre Dios y el ser humano, menos aún que
haya una relación personal con Él (cf. Religión budista), como también hay otros
planteamientos sobre Dios como supuesto teórico necesario para sostener la coherencia del
discurso, sin consecuencias existenciales (cf. Immanuel Kant)6. Por lo tanto, la pregunta
sobre la relación entre el objeto y sujeto del acto religioso varía dependiendo del
pensamiento religioso detrás y, por ende, la respuesta se nutre por el estudio de las
religiones comparadas.
5
Van der Leeuw, Fenomenología de la Religión, 326-327.
6
Cf. García-Huidobro y Castelli, «Teología Fundamental», en Síntesis Teológica para el examen de grado
(Santiago: 2014), 3.