Pasen el mayor tiempo posible antes de su visita de ma�ana, abandonando cualquier
pensamiento y experiencia de dolor, de culpabilidad y de miedo que hayan tenido en
el pasado en relaci�n con su hijo. Abandonen tambi�n cualquier sentimiento de culpabilidad que puedan abrigar con respecto a la condici�n de su hijo. Hagan uso de su imaginaci�n y arrojen todos sus temores, culpas y dolores en un cubo de basura y aten luego el cubo a un gran globo amarillo inflado con helio. Escriban en el globo: Me perdono a m� mismo por todas mis percepciones err�neas. Observen luego el globo ascender y desaparecer en el cielo llev�ndose el cubo consigo. Adviertan entonces cu�n livianos y libres se sienten al haberse quitado ese peso de encima.