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A pesar de que los hechos son los mismos, existe una serie de sutiles divergencias entre
ambas versiones:
- Antígona: En primer lugar, los motivos que tiene Antígona para infringir la ley
de Creonte son distintos. En la tragedia clásica original, Antígona debe enterrar a su
hermano, aunque ello conlleve la muerte, porque tiene que cumplir la ley de los dioses,
que dicta que los humanos han de ser enterrados para alcanzar las mansiones del Hades.
Por tanto, lo que se plantea es un conflicto entre la ley de los hombres, dictada por
Creonte, y la ley de los dioses, defendida por Antígona. Además, Antígona da una
segunda razón: quizá no enterraría a su hijo, porque puede engendrar otro; quizá no
enterraría a su marido, porque puede volver a casarse; pero debe enterrar a su hermano
porque sus padres están muertos y sus entrañas no engendrarán a un nuevo hermano.
- Creonte: Precisamente Creonte es otro de los puntos en los que ambas obras
difieren. El Creonte de Sófocles es obstinado, soberbio incluso (adolece de algo de
la hybris que llevó a Edipo al cumplimiento de su destino). Él se considera en posesión
de toda la verdad y la razón, y condena a Antígona desde un principio. Esta obstinación
aparece en el enfrentamiento con Antígona y en el enfrentamiento con su hijo Hemón
(que es también un enfrentamiento generacional). Sin embargo, al final se replantea su
posición y decide no condenar a Antígona, a instancias del adivino Tiresias (uno de los
grandes personajes de la literatura universal). No obstante, el destino no le permitirá
salvar a Antígona.
Por otro lado, Creonte hace una reflexión (metateatral) sobre la familia de Edipo, que
resulta muy atractiva a cualquiera que haya leído Edipo, Rey. Critica el carácter trágico
y trascendental de todo lo que rodea a la familia de los labdácidas (“A vosotros no os es
suficiente lo humano”) y ensalza su imperfecta y humilde humanidad (“Si a mí me dice
un pastor que tiene información sobre mi incierto origen, lo habría mandado lejos”).
Concluye diciendo: “Y lo más normal cuando uno se entera de que ha matado a su padre
y se ha casado con su madre es reventarse los ojos y salir con los niños a mendigar por
los caminos”, a lo que Antígona responde: “Él era como yo, llegamos siempre hasta el
final”. Creonte es, sin duda, lo mejor que tiene la Antígona de Anouilh.