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Un nuevo talante para una nueva época. Los desastres de la guerra. Una
mediación no deseada. Una paz poco pacificadora. Acción caritativa. La comunión
de los espíritus.
5. Acción caritativa. Fue muy eficaz la ayuda de los organismos vaticanos a favor
de los prisioneros y de sus familiares a través de una sorprendente organización
internacional que agrupaba a obispos, al servicio diplomático vaticano y a
numerosas organizaciones de laicos. Se distribuyeron medicinas y alimentos en
las regiones más necesitadas. Desaparecen los tres imperios: Austria, Rusia y
Alemania, donde el luteranismo, catolicismo y ortodoxia eran religiones de estado.
Esto supuso que las iglesias quedaron en situación precaria. Benedicto XV
estableció relaciones con Polonia, los nuevos Estados Bálticos y con Irlanda. En
1922 restablece las relaciones con Francia, canonizando a Santa Juana de Arco el
16 de mayo de 1920.
En el ámbito de la misión, Benedicto XV abrió caminos e impuso un nuevo
talante al preconizar la separación entre la acción misionera y la política colonial,
publicando el 30 de noviembre de 1919 la encíclica Maximun illud: “La Iglesia es
católica. En ninguna nación ni en ningún pueblo es extranjera”.
En el ámbito cultural, fundó las universidades católicas de Lubin y Milán y
promulgó el CIC de 1917. También Benedicto XV mostró gran interés por el
ecumenismo, creando la Congregación para las Iglesias Orientales, y nombró
Doctor de la Iglesia a San Efrén el Sirio (1920) y afirmó: “La Iglesia no es latina, ni
griega, ni eslava, sino católica”.
CAUSAS INMEDIANTAS
La rivalidad entre las potencias y la paz armada resultante de ella constituye la
causa profunda de la Gran Guerra. Una serie de situaciones fueron caldeando la
situación internacional:
En 1911 los franceses ocuparon la costa marroquí. Los alemanes enviaron buques
para manifestar su malestar. El acuerdo se hizo a costa de posesiones francesas
en África Central.
Ese mismo año Italia declaró la guerra a Turquía y se tomó Libia y Cirenaica, así
como la isla de Rodas, últimos reductos de la dominación turca en África y en el
Mediterráneo.
El Imperio Austrohúngaro se sintió incómodo con el triunfo de los serbios pues veía
frenado su expansionismo hacia Oriente y se dedicó entonces a presionar
militarmente sobre sus fronteras en el sudeste europeo.
El 28 de junio de 1914 el príncipe heredero FRANCISCO FERNANDO que visitaba
la región fue asesinado en Sarajevo junto con su esposa, por un fanático serbio.
DESARROLLO DE LA GUERRA
Alemania, Rusia y Francia entraron en la contienda. Italia permaneció neutral por el
momento, lo mismo Bélgica, la cual fue invadida por los alemanes para evadir el
cerco francés en la frontera. Ante la violación del territorio belga Intervino entonces
Inglaterra en apoyo de los franceses.
Las tropas alemanas intentan arrinconar a los franceses sobre un frente de 300
kilómetros y dos millones de hombres. El canal de la Mancha se convierte en
objetivo militar y ambos ejércitos quedan trenzados en una sangrienta guerra de
trincheras.
Pero los Imperios Centrales (Alemán, otomano, austro húngaro y Bulgaria) estaban
exhaustos pues habían quedado bloqueados por vía marítima. Alemania respondió
con su poderosa flota de submarinos que hundieron centenares de barcos
mercantes. Las naves de todos los países quedaban a merced de los temibles
submarinos alemanes y esto llevó a la entrada de EE.UU. en la guerra el 7 de abril
de 1917.
El Tratado fundó la Liga de las Naciones, precursora de las Naciones Unidas. Allí
con un consejo de nueve miembros y una asamblea general, ubicada en Ginebra,
debían resolverse por arbitraje los conflictos internacionales y defender y vigilar
las cláusulas de los tratados de paz. La Liga incapaz de alcanzar su cometido no
dio los resultados que se esperaban, además porque el congreso norteamericano
-dominado en ese momento por los republicanos - no aprobó la presencia de ese
país en el organismo a pesar de las peticiones del presidente W. Wilson.
RUSIA
Después de la revolución de marzo de 1917 Nicolás Lenin asumió la dictadura y
organizó el estado bajo la fórmula de una república socialista federal, dirigidas por
comités de obreros llamados soviets. Se confiscó la propiedad privada a favor de
los campesinos y las fábricas pasaron a poder de los trabajadores. Los bolcheviques
al intentar expandir su revolución al mundo entero, entraron en contradicción con las
naciones occidentales y sobre todo con los EE.UU.
ITALIA
La parte que le fue asignada por los tratados de paz 1919-1920 pareció muy exigua.
La tentativa de incorporar a Yugoslavia el puerto de Fiume determinó una profunda
agitación, el poeta D’Annunzio ocupó esa ciudad con un cuerpo de voluntarios,
proclamó su independencia y luego la entregó a Italia.
La anarquía fue aprovechada por el partido fascista dirigido por Benito Mussoline,
que en 1922 ocupó Roma. Una vez en el Gobierno, Mussolini trabajó en establecer
un nuevo régimen en Italia. Conservó la monarquía con el Rey Víctor Manuel III a la
cabeza y suprimió el parlamento manteniendo únicamente el partido oficial
organizado en milicias llamadas “los camisas negras”.
Los obreros y patronos constituyeron sindicatos, sometidos a las cartas de trabajo y
fiscalizados por el partido fascista, e cual designaba los miembros de la
representación nacional que entró a reemplazar al parlamento. Este régimen recibió
el nombre de Corporativo, porque los diputados representaban a un gremio o
corporación y no a un distrito electoral. Todo el poder estaba en manos del Duce
“Mussolini siempre tiene razón”. El Estado fue considerado como la suprema
entidad, a la que había de someterse las personas, simples células de su organismo.
El régimen fascista:
Estableció el orden interior
Persiguió a la delincuencia exterminando a las poderosas mafias de Sicilia.
Realizó grandes obras públicas: edificios y fertilización de baldíos.
Impulsó la producción industrial y agrícola
Suprimió la emigración desarrollando una acción exterior hábil y enérgica.
Puntos en contra:
Suprimió las libertades políticas, persiguiendo cruelmente a los opositores
Abrumó al pueblo con enormes gastos destinados al armamentismo
Desarrollo una campaña imperialista: la conquista de Etiopía y la anexión de
Albania
ALEMANIA
En 1919 un congreso reunido en la ciudad de Weimar aprobó una constitución que
implantaba la República democrática y parlamentaria. La situación interior agravada
por la miseria general, engendró sangrientas revueltas, alzamientos militares y
huelgas.
En 1925 fue designado presidente el mariscal Hindenburg, algunos años antes
Adolfo Hitler había fundado un partido llamado nacionalista-socialista o nazi,
triunfando ampliamente en las elecciones de 1933. Hitler llamado el Fuhrer (caudillo)
abolió la constitución de Weimar, anuló el parlamento e implantó la dictadura
apoyado por los nazis militarizados, quienes recibieron el nombre de camisas
pardas. Persiguió a los judíos y combatió a la Iglesia Católica consiguiendo que
Alemania saliera del estado de inferioridad en que se encontraba.
ESPAÑA
Alfonso XIII fue proclamado mayor de edad en 1922, transcurriendo su reinado en
medio de agitaciones políticas y obreras las cuales incluso atentaron contra su vida.
Guerras menores: Rusia invadió a Polonia pero sus tropas fueron rechazadas cerca
de Varsovia. Grecia intentó apoderarse del litoral del Asia Menor, pero fue vencida
por Turquía, gobernada por el dictador Kemal quien trasladó la capital de
Constantinopla a Ankara. Japón formó un estado vasallo al norte de la China.
♣CRISIS ECONÓMICA
Desvalorización, inestabilidad de la moneda de varios países
Recesión económica en toda la región..
Desocupación nunca antes vista y deseos de abastecerse cada uno a sí mismo,
reduciendo las importaciones.
Caída de los precios.
LA INDUSTRIA
La ciencia permitió la utilización de nuevos elementos en la producción industrial y el
trasporte. La industria desarrolló un esquema con estas características:
.
La orientación científica: la fábrica junto a los laboratorios para mejorar calidad,
tiempo, reducción de costos, de energía, etc.
La implantación de grandes complejos industriales con costosas instalaciones
La agrupación fabril que hace el proceso completo de producción
EL INDUSTRIALISMO
EL CAPITALISMO Y EL PROLETARIADO
La Extensión del crédito: la moneda circula poco como depósito de garantía o pago
al exterior, mientras que aumentan los documentos de toda clase: cheques,
pagarés, letras de cambio...
La Fundación de Sociedades Anónimas: las grandes fortunas en un solo dueño son
escasas. Se funden capitales para garantizar seguridad en la inversión e invertir
en varias empresas a la vez.
El aumento de la demanda y la actividad industrial: Los armamentos y los gastos en
obras públicas exigen de los gobiernos sumas considerables que son superiores
al producido de los impuestos. Además las sociedades anónimas además
necesitan dinero líquido.
Los Estados lanzan entonces nuevas acciones o títulos o se embarcan en
empréstitos. Los papeles son ofrecidos en venta en las Bolsas de las grandes
ciudades donde abunda el dinero y se busca seguridad, base de su solidez y
respetabilidad.
Con este clima, el gobierno fascista abrió negociaciones oficiosas con la Santa
Sede a partir del 4 de octubre de 1926, y hasta noviembre de 1928. Tras algunas
dilaciones, debidas a incidentes menores (el monopolio sobre la educación) y a
dificultades internas y externas, se llegó al texto definitivo del 11 de febrero de 1929.
Desde un principio la Santa Sede había expresado con claridad dos exigencias: un
tratado que le reconociese una soberanía territorial y un concordato que regulase la
situación de la Iglesia en Italia. El gobierno italiano aceptó con mucha dificultad la
primera y Pío XI no tuvo dificultad en ir restringiendo cada vez más la extensión
territorial de su Estado. La última renuncia, que simplificaba las delimitaciones de
fronteras y garantizaba mayor cohesión a la ciudad del Vaticano, tuvo lugar un día
antes de la firma.
Los Pactos fueron bien acogidos por una gran mayoría de la opinión pública. Lo que
si causó un cierto malestar fue el concordato, fuertemente criticado tanto por
liberales de fiel observancia, como por los católicos lombardos contrarios al
régimen. No faltaron agrias discusiones en el parlamento entre fascistas
anticlericales y católicos integristas
Tras laboriosas discusiones generadas por las posturas de Mussolini y Pío XI por
sus atrevidas declaraciones en defensa o de interpretación al concordato, y gracias
a la diplomática gestión del abogado y futuro papa Eugenio Pacelli, se dio con una
fórmula aceptable para las dos partes, ya que expresaba el propósito de cumplir
lealmente, en el espíritu y en la letra, tratado y concordato. El 7 de junio de 1929 los
Pactos fueron ratificados y en diciembre el Rey hizo su primera visita al Papa.
b. Intento de juicio sobre los pactos lateranenses
Desde 1929 hasta hoy las críticas a los Pactos Lateranenses se han ido repitiendo
sin gran novedad estos mismos motivos, profundizando más en la reflexión sobre los
peligros y consecuencias de una alianza entre la Iglesia y el fascismo.
En relación con el nazismo siguió la Santa Sede una política análoga, en contraste
con la actitud entre el episcopado alemán, que ya había tomado postura frente al
partido. En efecto, la oposición de los obispos alemanes al nazismo había quedado
bien definida después de las elecciones de septiembre de 1930, que abrían a Hitler
el camino hacia el poder. De nuevo el agosto de 1932 la conferencia episcopal
alemana reunida en Fulda, declaraba ilícito pertenecer al nazismo por su programa
incompatible con la fe católica y por las inequívocas manifestaciones hostiles de sus
jefes contra la Iglesia. En marzo de 1933, las nuevas directrices de Pío XI cambiaron
considerablemente el panorama, ya que en el consistorio del 13 de marzo, aunque
condenaba el nacionalismo exagerado, había subrayado ante todo el peligro del
bolchevismo, con claras alusiones a la situación alemana. El cardenal Faulhaber, de
vuelta a Alemania, expuso la importancia de las alusiones del papa, que abrían una
perspectiva nueva y atenuaron las condenas.
Por lo tanto, se revocó la prohibición de pertenecer al partido nazi, aunque se
confirmó la condenación de los errores doctrinales. De la oposición se pasó a una
actitud y prudente expectativa, mientras que la situación permanecía confusa debido
al contraste entre las declaraciones oficiales y la persistencia práctica de vejaciones
contra los católicos, así como el comienzo de la legislación racista (30 de marzo y 7
de abril de 1933). En este contexto es que arriba a Roma el vicecanciller Von Papen
con la petición explícita de un concordato. Conocida por Roma la situación alemana
¿Era oportuno un acuerdo con un gobierno que lesionaba gravemente algunos
derechos de la persona humana, y contenía en su programa principios
evidentemente anticristianos y hasta irreligiosos?
Aunque, prescindiendo de la fórmula jurídica que ponía en relación a la Santa Sede
no con el nazismo, sino con el Estado Alemán, un concordato hubiese supuesto un
acercamiento y una alianza real entre la Iglesia y el régimen instalado en el poder.
Pío XI y su Secretario de Estado Pacelli consideraron que un desaire hubiese podido
provocar un endurecimiento nazista. Hitler lograba cada vez más apoyo; un
concordato podría suponer una garantía jurídica, necesaria, sobre todo, de cara a los
regímenes totalitarios, para poder defenderse en el caso de eventuales vejaciones.
d. La Iglesia en España
Ante el problema español, la Santa Sede mantuvo al principio una actitud oficial más
bien reservada, aunque naturalmente había condenado la violenta explosión
antirreligiosa que acompañó por parte de los rojos, los primeros tiempos de la guerra
civil. Incluso estableció relaciones con el régimen franquista apenas en 1938.