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REVOCATORIA DEL MANDATO

La revocatoria de mandato es un mecanismo de participación y control ciudadano


que en América Latina se enmarca principalmente en la tercera ola de la
democratización y en las reformas políticas y constitucionales iniciadas en los
años noventa. Forma parte del conjunto de innovaciones incorporadas en mayor
medida por iniciativa de los gobernantes, como respuesta a un clima de
descontento y apatía ciudadana respecto de la política y de los representantes,
conocido como crisis de la representación. En este sentido, se espera que tales
dispositivos incentiven a los funcionarios electivos a rendir cuentas a los
ciudadanos sobre su desempeño.

El recall (en inglés) constituye una herramienta de democracia directa, entendida


esta última en términos de un conjunto de mecanismos que funcionan como
medios de decisión política ejercidos por el sufragio directo y universal. Su
finalidad es hacer que los ciudadanos participen colectiva y directamente en el
procedimiento de toma de decisión, más que para elegir a sus representantes,
para tomar sus propias decisiones.

Además de la revocatoria de mandato, esta categoría incluye el plebiscito, el


referéndum y la iniciativa popular. Dicho dispositivo otorga a los ciudadanos la
facultad de dejar sin efecto el mandato del titular de un cargo de elección popular
como resultado de un proceso de consulta también popular. Es una institución
mediante la cual un número de electores (que en la mayoría de los casos va del
10 al 35% del padrón) impulsa la destitución de algunos cargos ejecutivos y/o
legislativos que dejaron de gozar de la confianza de la ciudadanía.

Conforma un instrumento de rendición de cuentas que surge desde la sociedad y


se dirige al gobierno; a diferencia de la responsabilidad horizontal, interna al
aparato estatal o ejercido entre sus diferentes poderes instituidos: ejecutivo,
legislativo, judicial. Dentro de la dimensión vertical, es asimismo un mecanismo de
responsabilidad social, basado en las acciones de un amplio espectro de
asociaciones, movimientos ciudadanos y actuaciones mediáticas, tendentes a
monitorear el comportamiento de los gobernantes, a exponer y denunciar sus
actos ilegales y a activar la operación de agencias horizontales de control.

Todo lo anterior, llevado a cabo a través de vías institucionales o legales. De este


modo, la revocatoria abre una vía de defensa de los ciudadanos frente a
gobernantes devenidos impopulares. Su principal función es la de habilitar una
participación ciudadana negativa o de control, más que de expresión o gestión
positiva de proyectos e iniciativas ciudadanas, ya que supone eliminar el contrato
de representación erigido por el voto antes de que expire el período
preestablecido. Sin embargo, uno de los mayores riesgos que conlleva este
mecanismo, es el de poner en jaque al sistema representativo, especialmente si
se abusa de él o se amenaza repetidamente con su utilización.

Colombia fue el primer país de América del Sur en introducir la revocatoria de


mandato a nivel constitucional. La Constitución de 1991 promovió la democracia
participativa como una respuesta a los numerosos problemas que asolaban a la
democracia colombiana. Esta iniciativa surgió desde arriba, por parte del gobierno
nacional y de los principales actores políticos que condujeron la
constitucionalización de la participación. Sin embargo, estas nuevas instituciones,
y particularmente la revocatoria de mandato, no lograron jugar un papel central

Al encontrarnos dentro de un país que se ha definido como un Estado Social y


Democrático de Derecho, existen una serie de garantías y derechos que nos
permiten ser parte fundamental en la toma de decisiones que afecten nuestros
intereses. Además del derecho al voto y a elegir a nuestros representantes,
tenemos derecho a destituirlos de su cargo y de sus funciones en caso de no estar
conformes con ellos y su forma de gobernarnos.

Con la constitución de 1991 nació la ley 134 de 1994 de participación ciudadana,


creada con el fin de implementar cinco mecanismos a través de los cuales el
pueblo es consultado y que rigen hasta la actualidad: el referendo, la consulta
popular, la revocatoria del mandato, el plebiscito y el cabildo abierto.

Juan Manuel Charry, abogado constitucionalista, explica que solo 20 países


manejan figuras de revocatoria: 3 en Europa (Polonia, Suiza y Rusia), 2 en Asia
(Japón, Kirguistán), 4 en áfrica (Etiopía, Nigeria, Liberia y Uganda), 6 en
Suramérica (Colombia, Perú, Ecuador, Venezuela, Argentina y Bolivia), 3 en
Centroamérica (Panamá, Cuba y México -solo en chihuahua-) y en Norteamérica
únicamente en Canadá y en pocos condados de Estados Unidos.

Hasta 2016 se llevaron a cabo 166 procesos de revocatoria en Colombia, 165


fueron para alcaldes y uno para gobernador. Solo 50 llegaron a las urnas y 116 ni
siquiera alcanzaron a recoger las firmas necesarias

La norma ha sufrido serios cambios: la primera ley estableció que para revocar un
mandatario era necesario recoger firmas equivalentes al 40% del total de votos
válidos registrados en la elección del mandatario, el día de la consulta tenía que
participar el 60% de quienes votaron cuando fue elegido y además el 60% de los
votos debían ser en contra del gobernante.
La ley 741 de 2002 empezó a bajar los requisitos: se mantenía el 40% en las
firmas, pero el umbral de participación ya no debía ser de 60%, sino de 55% y ya
no era necesario obtener el 60% de los votos, sino la mitad más uno.

Pero la ley 1757 de 2015, que rige hasta a actualidad, fue mucho más allá: ahora
las firmas solo deben representar el 30% de la elección y el umbral pasó de 55% a
40%. La opción ganadora sigue siendo la que obtenga la mitad más uno. Hernán
Andrade fue el ponente de la última ley.

¿Ante quién se solicita la revocatoria del mandato?

Ante la Registraduría Nacional del Estado Civil. Además es la encargada de


determinar la validez de las firmas recolectadas para luego convocar a las
respectivas votaciones. Igualmente informará al representante a quien pretende
revocársele el mandato del trámite de la misma.

NOTICIA (29 Jul 2018)

Tasco (Boyacá), el primer municipio en la historia de Colombia que revoca un


alcalde

Con 1.609 votos a favor de la revocatoria de Nelson Javier García Castellanos, el


municipio logró el umbral de participación necesario para darle fin a su alcaldía.

Sólo 21 personas votaron para que García Castellano siguiera en el poder.

De esta manera, Tasco cumplió con el requisito de superar el umbral de


participación necesario, del 40 % de la totalidad de los votos válidos registrados el
día de la elección del alcalde, que para este caso era de 1.382 votos, debido a que
los votos válidos del día de comicios fueron 3.455.

Por primera vez en la historia el mecanismo de participación directa de revocatoria


de mandato superó el umbral.

Elaborado por:

Alexis Torres Marín


Cc. 1047971788
Estudiante Ingeniería Agropecuaria UdeA

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