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ECONOMÍA Y
SOCIEDAD ESPAÑOLAS EN EL SIGLO XIX
Los firmantes, delegados por las federaciones locales de la región española de la Asociación
Internacional de Trabajadores, para constituir en Zaragoza el segundo Congreso obrero de la
región.
Dos días después de celebrarse con toda libertad las elecciones para el Congreso burgués,
donde han de debatirse las contiendas de nuestros explotadores, esos mismos explotadores, no
contentos con el despojo, apelan a la represión y a la violencia, atropellando las mismas leyes
que han hecho, disuelven por la fuerza bruta el Congreso obrero donde debían tratarse las
cuestiones relativas al trabajo y la organización de los Trabajadores.
¡Abajo la tiranía!
COMENTARIO DE TEXTO
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1. CLASIFICACIÓN
El texto objeto de comentario es una fuente histórica, de forma narrativa, de contenido político (es un manifiesto de
rechazo hacia el Gobierno de Amadeo de Saboya y una feroz crítica hacia el sistema político generado tras la Revolución
de 1868) y con matices sociales (no reconoce la autoridad, especialmente de las Cortes, señaladas como una
herramienta en manos de la Burguesía).
Su destinatario es colectivo, el pueblo español, y es de carácter público, pues busca su máxima difusión, y de ámbito
nacional.Su autoría también es colectiva –los delegados de las federaciones locales de la región española de la
Asociación Internacional de Trabajadores – y fue redactado el 8 de abril de 1872 en Zaragoza.Se trata de un fragmento
de la Declaración del Segundo Congreso Obrero de la AIT celebrado en Zaragoza en 1872.
1. CONTEXTO HISTÓRICO
Este texto se sitúa en el Sexenio Democrático (1868-1874) y más concretamente durante el reinado de Amadeo I (1871-
1873).
En la etapa del Sexenio se inició el movimiento obrero, surgieron movimientos sociales de nuevo signo y se planteó de
forma abierta la conflictividad social. Era resultado de la modernización económica, el desarrollo del capitalismo industrial
y financiero y la influencia de la lucha obrera en otros países.
El primer congreso obrero español tuvo lugar en Barcelona en junio de 1870, donde se constituyó la Federación Regional
Española (FRE) dentro de la AIT, de tendencia bakuninista. La división interna de la AIT entre marxistas y anarquistas
inclinó a los sindicalistas españoles a la segunda opción. El Congreso de Zaragoza (abril de 1872) confirmó el triunfo de
las tesis revolucionarias de la Internacional antiautoritaria de inspiración anarquista, cuya influencia fue evidente en el
cantonalismo del verano de 1873.
La capacidad organizativa de estos grupos y, sobre todo, su capacidad para alterar el orden público (manifestaciones,
huelgas, sabotajes y atentados) produjo una reacción represiva: a los pocos días del golpe de Estado del general Pavía
-3 de enero de 1874- un decreto disolvía las asociaciones dependientes de la Asociación Internacional de Trabajadores y
las obligaba a entrar en la clandestinidad. En 1881 el gobierno liberal de Sagasta restablecería la libertad de asociación
permitiendo a las asociaciones obreras volver a la legalidad. Finalmente, la Ley de Asociaciones de 1887 aprobada
durante el Parlamento Largo de Sagasta consagraba la libertad de asociación en España.
Puede identificarse una idea principal muy clara, sostenida por varias ideas secundarias:
· Idea Principal: Protestar y rechazar como legítima cualquier tipo de acción de las Cortes del reinado de Amadeo de
Saboya, presentándola como una herramienta en manos de la Burguesía.
· Ideas Secundarias:
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