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MISION SUCRE
ALDEA BOLIVARIANA DE TACARIGUA
TACARIGUA- EDO. MIRANDA
ESTUDIOS JURIDICOS – TERCER SEMESTRE
PROFESORA: TRIUNFADOR:
Proceso de elaboración
En virtud del artículo 68 de la Carta de las Naciones Unidas, el Consejo Económico y Social
de las Naciones Unidas creó la Comisión de Derechos Humanos. A este organismo,
formado por dieciocho representantes de Estados miembros de la ONU, se le encomendó
la elaboración de una serie de instrumentos para la defensa de los derechos humanos.
Dentro de la Comisión se creó un comité formado por ocho miembros, que serían Eleanor
Roosevelt (Estados Unidos), René Cassin (Francia), Charles Malik (Líbano), Peng Chun
Chang (China), Hernán Santa Cruz (Chile), Alexander E. Bogomolov/Alexei P. Pavlov (Unión
Soviética), Lord Dukeston/Geoffrey Wilson (Reino Unido) y William Roy Hodgson
(Australia). Fue también de especial relevancia la intervención de John Peters Humphrey,
de Canadá, director de la División de Derechos Humanos de la ONU.
El proyecto de Declaración se sometió a votación el 10 de diciembre de 1948 en París, y
fue aprobado, por los que entonces eran los 58 Estados miembros de la Asamblea General
de la ONU, con 48 votos a favor y las 8 abstenciones de la Unión Soviética, de los países de
Europa del Este, de Arabia Saudí y de Sudáfrica. Además, otros dos países miembros no
estuvieron presentes en la votación.
Estructura y contenidos
Preámbulo
El preámbulo como parte expositiva que precede un documento legal, también llamado
exposición de motivos o considerandos, no forma parte de la norma, ni es obligatoria,
según se acepta habitualmente, pero se emplea para el análisis e interpretación de las
intenciones de la misma. Constituye, por lo tanto, una importante fuente interpretativa y
síntesis de la Declaración. Particularmente el Preámbulo de la DUDH fue redactado al
final, cuando ya eran conocidos todos los derechos que serían incluidos en el texto
definitivo.
Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de
Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión
contra la tiranía y la opresión;
El quinto considerando toma nota del compromiso que los gobiernos asumieron al firmar
la Carta de las Naciones Unidas en la ciudad de San Francisco, California, Estados Unidos
de América (26 de junio de 1945 y entró en vigor el 24 de octubre del mismo año). La
Carta de las Naciones Unidas menciona expresamente los derechos humanos en siete
lugares de su texto.
Considerando que los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado en la Carta su fe en
los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana y
en la igualdad de derechos de hombres y mujeres, y se han declarado resueltos a
promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio
de la libertad
Artículo 1
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como
están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.
Artículo 2
Toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin
distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra
índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra
condición. Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica
o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se
trata de un país independiente, como de un territorio bajo administración fiduciaria, no
autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía.
Los derechos quedan enunciados en los artículos del 3 al 27, y pueden clasificarse, según
René Cassin, como sigue:
Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su
país.
Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente.
Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye
el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y
opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de
expresión.
Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su
familia, la salud, el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la
asistencia médica [...]
Artículos del 28 al 30
Recogen las condiciones y límites con que estos derechos deben ejercerse.
Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que
los derechos y libertades proclamados en esta declaración se hagan plenamente efectivos.
Importancia de la Declaración
Aunque no es un documento obligatorio o vinculante para los Estados, sirvió como base
para la creación de las dos convenciones internacionales de la ONU, el Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, pactos que fueron adoptados por la Asamblea General de Naciones Unidas en
su resolución 2200 A (XXI), de 16 de diciembre de 1966. 8 Sigue siendo citada ampliamente
por profesores universitarios, abogados defensores y por tribunales constitucionales.
Como lo señala Cees J. Hamelink (1994), los derechos humanos proveen un marco
universal de estándares para la integridad y la dignidad de todos los seres humanos. Este
marco está basado en los principios de libertad, igualdad, equidad, solidaridad,
inviolabilidad, inclusión, diversidad, participación y comunicación. En este tenor, el
Informe MacBride (1980) expresa que el derecho a comunicar es un prerrequisito para la
realización de otros derechos humanos. En particular, debemos reconocer la relación que
existe entre el derecho a comunicar y aquellos que garantizan la participación pública. Así,
el derecho a comunicar va de la mano de la libertad de expresión, del derecho a la
información y del acceso universal a las nuevas tecnologías y al conocimiento, pero,
también, de la participación de los ciudadanos en los procesos de toma de decisión
relacionados con las políticas de comunicación e información, de la promoción de la
diversidad cultural por parte de los medios y las nuevas tecnologías, del acceso de los
grupos sociales que históricamente han sido excluidos de la esfera pública a las
herramientas de la comunicación, así como de la protección y confidencialidad de la
comunicación.
Los órganos judiciales del Pacto de San José entraron en vigor en 1978 cuando el conjunto
de las naciones de Iberoamérica se sumaron los acuerdos de 1969. De esta manera, se
fundó la Corte Interamericana de DDHH, cuya sede también se encuentra en la capital de
Costa Rica.
En los artículos que forman este marco jurídico se hace hincapié en algunos derechos
fundamentales. En primer lugar, el derecho a la vida, ya que desde el momento de la
concepción ninguna persona puede ser privado del mismo. Se prohíbe expresamente la
pena de muerte para los menores de edad, las mujeres embarazadas, los mayores de
setenta años y los presos políticos.
Se abordan aquellos derechos relacionados con la integridad de las personas (se prohíben
las torturas y los tratos crueles y degradantes, los trabajos forzosos y cualquier forma de
servidumbre o esclavitud).
En síntesis, el Pacto de San José permite establecer una protección jurídica sobre
cuestiones fundamentales, como el respeto a los procesos judiciales, el acceso a la justicia,
la libertad personal y la presunción de inocencia. Con estas resoluciones, los abogados
defensores tienen una herramienta legal para garantizar los derechos humanos de sus
defendidos.
OTAN (1949)
CENTO (1955)
Tratado de Montevideo(1980)
2000 - a la actualidad
SORT (2002)
El carácter orgánico que le fue atribuido por la Comisión Legislativa Nacional y que fue
ratificado por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia del 12
de junio de 2000, se derivó de dos circunstancias, primero, porque se trata de una ley que
desarrolla derechos constitucionales; y, segundo, porque sirve de marco normativo para la
materia de las telecomunicaciones.
Así, es una ley que desarrolla derechos constitucionales, pues ella regula el acceso a la
información y la libertad de industria y comercio en esta área de la actividad económica.
En efecto, el artículo 1 de la Ley de Telecomunicaciones establece que la misma tiene por
objeto "garantizar el derecho humano de las personas a la comunicación y a la realización
de las actividades económicas de telecomunicaciones necesarias para lograrlo, sin más
limitaciones que las derivadas de la Constitución y las leyes".
En el mismo sentido, el artículo 2, numeral 1 ejusdem, define entre los objetivos de la ley
salvaguardar, en la prestación de los servicios de telecomunicaciones, la vigencia de los
derechos constitucionales, en particular el del respeto a los derechos al honor, a la
intimidad, al secreto en las comunicaciones y el de la protección a la juventud y la infancia.
En la mencionada decisión entonces se resaltan así la íntima relación que con el desarrollo
de derechos constitucionales tiene la ordenación de la actividad desarrollada por los
medios de difusión del pensamiento. Ello aunado a los expresos objetivos de la Ley de
Telecomunicaciones antes comentados, permite encuadrar en el supuesto relativo al
desarrollo de derechos constitucionales, el carácter orgánico de este texto legal.
De allí que con base a estas consideraciones pueda entenderse configurado el supuesto
del artículo 203 que permite calificar como orgánica a una ley que desarrolle derechos
constitucionales. Pero también se deriva dicho carácter del hecho de que la Ley de
Telecomunicaciones constituye una ley marco que contiene normas que serán
desarrolladas por otras leyes.
Entre otras cosas, esta ley fuerza a todos los prestadores de servicio de radio y televisión a
transmitir obligatoriamente los mensajes y alocuciones que el Ejecutivo Nacional
considere necesarios. También deben transmitir de manera gratuita y obligatoria
mensajes culturales, educativos, informativos o preventivos de servicio público
seleccionados por el Ejecutivo Nacional, los cuales no deben exceder los quince minutos
diarios. Así mismo, en su artículo 9 prohíbe expresamente hacer publicidad de cualquier
forma (incluso por emplazamiento) en dichos medios a sustancias tales como: bebidas
alcohólicas, cigarrillos, sustancias estupefacientes, etc.; así como a explosivos,
armamento, etc.
En diciembre de 2010, se reformó la Ley para controlar el uso del Internet y las redes
sociales en Venezuela, teniendo como nuevo nombre: Ley De Responsabilidad Social en
Radio, Televisión y Medios Electrónicos (RESORTEMEC).
Tiene por objeto establecer el régimen general, los requisitos, las características, las
limitaciones y las obligaciones de los servicios de radiodifusión sonora comunitaria y
televisión abierta comunitaria, así como la forma y condiciones de otorgamientos de las
habilitaciones administrativas y concesiones, a los fines de garantizar la comunicación
libre y plural de las comunidades. La comisión nacional de telecomunicaciones, promoverá
y coadyuvará el establecimiento de medios de radiodifusión sonora y televisión abierta
comunitaria de servicio público, sin fines de lucro, a cuyos efectos realizará las acciones
que resulten procedentes para tal fin.
LOPNNA
Algunos ignoran cuales son los efectos que sus mensajes pueden llegar a producir en el
nivel de conocimientos, en los procesos del pensamiento y en las actitudes de los jovenes.
Por consiguiente esta normativa está vinculada con los artículos 70, 71, 72 y 73 de la
LOPNA, donde le exigen a los medios de comunicación social que deben divulgar su
programación a niños, niñas y adolescentes, atendiendo sus necesidades informativas y
educativas en el horario adecuado con garantía de mensajes de calidad para no
extralimitarse.
Adicionalmente, a los medios de comunicación social de acuerdo con la LOPNA, les está
prohibido utilizar a menores de edad, para efectos de transmitir cualquier publicidad o
programas de entretenimiento, según lo prescrito en el artículo 79 , numeral “e” , el cual
especifica: “Se prohíbe utilizar a niños, niñas y adolescentes en mensajes comerciales,
donde se exalte el vicio, malas costumbres, falsos valores, se manipule la información con
fines contrarios al respeto, a la dignidad de las personas o se promueva o incita al uso o
adquisición de productos nocivos para la salud o aquellos considerados innecesarios o
suntuarios”.
Es bueno que se proteja la niñez y la adolescencia para evitar que sean utilizados con fines
de lucro, por otra parte debería exigirse el cumplimiento por parte de los medios de
comunicación, de fomentar programas educativos para el desarrollo integral de los niños,
niñas y adolescentes, ahora con el uso de las nuevas tecnologías.
Control Jurisdiccional de Los Medios de Comunicacion
La prensa oral y escrita, el cine, la televisión, y el último invento, internet, sin olvidarnos
de las empresas de publicidad y mercado, son los factores más importantes para la
dominación. Se utilizaron y se utilizan para apoyar el ejercicio del poder de los grandes
grupos antaño políticos y hoy económicos. Los Medios de Comunicación, la prensa oral y
escrita, cumplen la función básica y efímera de describir la realidad social.
De esta manera los ciudadanos están informados en forma objetiva y rápida del acontecer
nacional e internacional que afecta sus vidas. Su acción es eficaz e inmediata al entrar el
individuo en una interacción de ideas y a la apelación que el medio hace a sus sentidos.
Es interesante notar que lo efímero y la objetividad juegan con la otra función de los
medios que es la de atraer e influenciar la opinión individual y colectiva aún cuando ello
signifique dejar de lado la veracidad. Lo efímero se actualiza a través de matices o
ampliando la información en días sucesivos. Para quienes tienen acceso al cable, las
cadenas informativas bombardean con la misma noticia para influenciar simultáneamente
determinada opinión en los rincones más diversos.
La objetividad es parcial ya que está condicionada por la línea de un grupo o del propio
periodista. Las noticias que nos llegan ya sea por el medio escrito, oral o visual no
presentan el hecho ocurrido sino que lo modifican/alteran para cumplir con un
determinado objetivo, el político, no siempre claro para el receptor. Para ello apela a la
sensibilidad del mismo.
Los medios de comunicación privados nacionales o extranjeros y por tanto sus dueños,
jefes de prensa, redactores, periodistas se hacen reos de delitos cuando incurren en
conductas antijurídicas constitutivas de ilícitos penales so pretexto del derecho invocados
por ellos de ejercer la libertad de prensa y de la ciudadanía de ser informados, y por tanto
se exponen a las respectivas sanciones punitivas que dependerá si actúan para cometer la
acción punible con alevosía y premeditación; aún bajo el pretexto de estar ejerciendo las
libertades públicas de expresión, de pensamiento, de trasmisión y comunicación de la
información.
En efecto, esa alharaca inusual que los medios hicieron de esa noticia judicial,
convirtiéndola en una especie de hecatombe social y política Mundial, preparó el terreno
propicio para detonar en nuestro territorio un escenario de supuesta ingobernabilidad y
desatar por parte de la MUD un plan INSURRECIONAL Y CONSPIRATIVO que copiaba al
calco algunas fases previas al golpe del 11 de abril de 2002, sólo que algunos factores de
apoyo no les resultó como la peligrosa e irresponsable marcha que convocaron para el 19
de abril, en una especie de emulación de lo que vivió Vicente Emparan en el Cabildo de
Caracas, y que Freddy Guevara de VOLUTAD POPULAR calificó “La Madre de todas las
Marchas”.
La marcha opositora convocada por la MUD y que los medios se encargaron de difundir,
fue magnificada en su dimensión humana y plenamente justificada pese al uso del
lenguaje violento, desafiante e instigador que públicamente llamaba a la insurrección
nacional, instigaba a delinquir, excitaba a la guerra civil, llamaba al alzamiento abierto en
contra del Presidente de la República, estorbaban las acciones de defensa de los cuerpos
de seguridad pública, causaban destrozos y daños sobre bienes públicos y lo más grave ha
sido atentar contra la independencia e integridad de la Nación y conspirar contra la forma
política republicana del País.
Con ese proceder los medios de comunicación y sus artífices consumaron un nuevo
capítulo de violencia total que se vió respaldado por una injerencista y preocupante
declaración de un alto funcionario del Departamento de Estado de los EEUU, dándoles
licencia para derrocar al Presidente Maduro, y su accionar traspasó los límites del ejercicio
del derecho a la manifestación, porque nunca fue pacífica, por lo que violaron
flagrantemente el artículo 68 de la Constitución Nacional, el Pacto Internacional de los
Derechos Civiles y Políticos, la Convención Americana sobre Derechos Humanos en su
artículo 15 y las Resoluciones 22/10 y13/1 del Consejo de Derechos Humanos sobre
Manifestaciones Pacíficas, pero además sus acciones los incrimina a los autores políticos
como promotores y a los medios como cooperadores necesarios en una sucesión de
hechos delictivos como los contemplados en los artículos 129 (atentar contra la
independencia e integridad de la República), 132 (Conspiración), 133 ( estorbar, impedir o
enervar la defensa nacional), 140 (venezolano o extranjero que facilite apoyo logístico
para desestabilizar), 143 (alzamiento para cambiar la Constitución), 283 (instigación a
delinquir), 293 (excitación a la guerra civil), 343 (incendio de edificios y bienes públicos)
357 (delitos contra la seguridad de los medios de transporte y comunicación), cuyas penas
oscilan entre 5 a 30 años de presidio.
Como quedó demostrado por la contundencia de la verdad de unos hechos que siguen
“sublimados” por los corresponsales de prensa extranjeros y por supuesto por nuestros
nada objetivos periodistas, la frustrada marcha de la MUD no logró sacar al Presidente
Nicolás Maduro pero si logró como las otras marchas violentas convocadas por la derecha
venezolana con anterioridad causar daños irreparables en la vida de nuevos ciudadanos,
más lesionados e incapacitados, daños materiales cuantiosos a bienes públicos y privados
y un estado de zozobra y pánico generalizado, exacerbado por los propios medios que
celebraban la irracional marcha como triunfo político, como si lo ocurrido hubiese revivido
a la “Primavera Arabe”, o al derrocamiento del Presidente de Ucrania, o a las salvajes
intervenciones militares de los EEUU y la OTAN en Libia y Siria que les costó millones de
vidas humanas y millones de nacionales desplazados.
El saldo de esta nueva aventura golpista que los opositores suman a su cruento record de
muertes y desastres contra un País que no les importa incendiar y acabar con media
humanidad con tal de sacar a Maduro, ha sido más cruento porque en dos días lograron
acumular en sus cifras fúnebres la muerte de 20 venezolanos, entre ellos 10 que murieron
electrocutados cuando trataba de sustraer bienes de una panadería, una de las victimas
Paola Ramirez Gómez fue asesinada en San Cristóbal por un opositor enajenado por el
odio inoculado durante años llamado Ivan Alexis Pernía Dávila de 31 años quien milita en
Partido VENTE de María Corina Machado (por supuesto tan grave hecho no fue informado
y mucho menos condenado por esos medios privados que ven esa muerte como un daño
colateral), y dispara contra su víctima con el deliberado propósito de acreditarle la muerte
a los colectivos chavistas y así propiciar una guerra civil fratricida entre venezolanos, no
contento con esa macabra realidad,(aupada con sadismo por una disociada periodista Nitu
Pérez Osuna en conversación sostenida con ex Ministro de Relaciones Interiores
Aristiguieta Granko pidiendo desde el Exterior que las acciones opositoras derramaran
sangre), produciendo actos vandálicos, destrozos y pillerías en pequeños comerciantes de
varias partes de Caracas, causado más de 1.100 millones en pérdidas materiales, causaron
graves daños al Hospital Materno Infantil Hugo Chávez del Valle obligado a evacuar a 54
niños y parturientas por efectos del humo y gases ocasionados por los opositores y un
grupo de antisociales, destrozos en Liceo Gustavo Herrera que pudo haber evitado el
Alcalde de Chacao, daños al Metro, a CDI, Mercales, Corpoelec, 50 policías heridos entre
los que se cuenta un funcionario que quedó ciego, 65 guardias nacionales heridos, en fin
una dramática cifra que no destacan ni les interesa comentar esos medios que no son
inocentes ni actúan espontáneamente.
Por ello cuando el Ministro Villegas y la Canciller Rodríguez pidieron a los corresponsales
“ejercer un periodismo responsable” no pueden suponer que cambiaran su patrón ni
accionar porque igual que Otto Nesstald corresponsal de CNN trabajan precisamente para
ocultar la verdad y presentar una ficción que nos pinte como un País acabado al que hay
que salvar para lo cual la OEA tiene la Carta Democrática.
Prueba de ese formato desastroso de los medios privados, sobre todo los corresponsables
de los medios extranjeros que para presentar sus imágenes más dramáticas portan unos
artificios como chalecos antibalas, máscaras antigas y otras indumentarias propias de
comandos o mercenarios en zonas de guerra.
Ese tipo delictual citado fue producto de la reforma parcial que sufrió el Código Penal
Venezolano el 16 de Marzo de 2005, publicado en gaceta Oficial N° 5.763, Extraordinaria,
código penal cuyo origen data del 30 de Junio de 1915, y que antes había sufrido otra
reforma parcial el 28 de Marzo de 2000, según G.O N° 36.920.
Conviene tener presente además, que nuestra Legislación Penal contempla el aumento o
reducción de la pena cuando existen agravantes o atenuantes, según sea el caso, y que
hay delitos que para ser castigados no necesariamente debieron haberse consumado, ya
que en algunos casos se admite la tentativa y se sanciona además el delito frustrado.
Ni siquiera quedan exceptuados de pena quienes detrás de los autores materiales, se les
demuestre que han prestado u ofrecido cooperación, asistencia o ayuda excitando o
reforzando la resolución de perpetrar el delito o para después de consumado, o a
quienes se le demuestre que han dado instrucciones o suministrado medios para
realizarlo y finalmente, para quienes se les compruebe que han facilitado la perpetración
de hecho delictivo, o han prestado asistencia para que se realice antes de su ejecución o
durante de ella.(art.77 Código Penal)
En estos últimos casos la pena se disminuye en la mitad, a menos de que sin su concurso
no se hubiere realizado el hecho punible.(art.84 CP)
Cabe destacar que toda persona criminalmente responsable de un delito o falta, incurre
además en responsabilidad civil y no cesa ni siquiera que la pena se extinga; durando lo
que pauta la Ley para las obligaciones civiles, y esa responsabilidad comporta restitución
de la cosa siempre que sea posible, reparación del daño causado e indemnización de
perjuicios y esta obligación se trasmite incluso a los herederos del responsable. (art. 123
CP)
Hay que tener presente que la conducta criminal de los medios de comunicación privada
en perjuicio de la Seguridad e Independencia del Estado Venezolano, sus Instituciones y
quienes las presiden constituye un hecho inédito que se inaugura con la elección y gestión
del Primer Gobierno del Presidente Hugo R. Chávez Frías y que aún permanece inalterable
y retadora ante la manifiesta ineficiencia e inexplicable omisión de los órganos
administrativos (Conatel), Ministerio Publico y Tribunales de Justicia para instruirles los
expedientes y emitir las sanciones administrativas, civiles y penales que correspondan.
Estas prácticas indeseables y alevosas asumidas en forma recurre y contumaz por los
dueños de los medios de comunicación, y por quienes bajo su subordinación, cumplen
instrucciones superiores, o actúan por iniciativas propias pero con el auspicio del medio
donde se desempeñan, se han pretendido amparar bajo el manto de dos derechos
fundamentales que tienen rango constitucional y supraconstitucional como lo son la
libertad de expresión y el derecho a la información contemplados en los artículos 57 y 58
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
El Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos concibe los mismos derechos pero
en forma más sucinta, sin embargo, admite en forma expresa que su ejercicio puede ser
restringido, tal como puede constatarse en los artículos 19 y 20 Eiusdem. Los dueños de
los medios para justificar sus interminables y criminosas campañas contra el reelecto
Presidente Constitucional de Venezuela Hugo Chávez y Frias y ahora Nicolás Maduro y su
Gobierno, acuden e invocan la Libertad de expresión y el Derecho a la Información pero
hacen mutis de las condiciones, responsabilidades y restricciones a las que deben
someterse para que el ejercicio de esos derechos no termine convirtiendose en ABUSO DE
DERECHO, y en consecuencia tengan que responder ante la Ley, con las sanciones
individuales y corporativas que merecen esas conductas ilícitas y punibles, pero además
amorales y anti éticas.
Los medios de comunicación para socavar la credibilidad democrática del actual Gobierno
no solamente han recurrido al expediente de divulgar, ocultar o filtrar verdades, y
mentiras falaces, sino que han apelado a la truculencia, a la deformación de los valores
humanos, a la excitación del odio de los habitantes entre si, a generar terror sobre la
población con tretas como que el gobierno usurpara la patria potestad de niños y
adolescentes que por ley le corresponde a sus padres y representantes, o que la
propiedad privada será eliminada como derecho, o que se acabara la educación privada,
generando una especie de paranoia colectiva que ha contribuido que muchas personas
vivan angustiadas, intolerantes y agresivas, deprimidas, insatisfechas, confundidas, y
sometidas a una permanente alienación mediática que no solamente las aísla de sus
entornos y realidades sociales, familiares, laborales y emocionales, sino que le desarrollan
una sensación de victimas frente a quienes identifican como su agresor: EL GOBIERNO y
por supuesto a quien lo preside en la actualidad.
La gravedad de este proceder mediático, descansa entre otros efectos negativos, en el
contumaz desconocimiento de la autoridad e Institucionalidad del Estado al extremo de
desafiarlas e inhibirla.
Por supuesto, los expertos en lobbys ante los organismos del derecho Interamericano
consiguen que los “parcializados Relatores” obvien el contexto de las normas que fijan sus
límites y procederes, exonerando a los culpables y condenando a los inocentes. Tal
conducta podemos explicarla, más no aceptarla, cuando comprobamos en manos de
quienes están esos organismos internacionales pero lo que no cuadra ni puede admitirse
es la contumaz flagrancia de los medios infractores ante las Leyes Nacionales y las
autoridades competentes venezolanas que brillan por su ausencia y nada hacen por
instruir y determinar la responsabilidad de tales conductas y mucho por imponer las
sanciones respectivas.
De tal manera que es falsa y malintencionada la tesis o dicotomía invocada por los medios,
sus dueños y empleados que allí trabajan de que el ejercicio del derecho a informar y
expresar el pensamiento libremente y sin censura de forma oportuna, veraz e
imparcialmente no esté sujeto a ciertas normas, modalidades e incluso restricciones tal
como lo dispone los artículos 19 y 20 del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y
Políticos, y que además, tales conductas puedan acarrearles responsabilidad civil, penal y
administrativa, sin perjuicio de las multas o medidas contempladas en la Ley de
responsabilidad de radio y televisión y en la ley de Telecomunicaciones y sus reglamento
en cuanto a los contenidos vertidos en sus programaciones usando el espectro radiofónico
cuyo propietario es el Estado.
Para citar otro ejemplo de las aberraciones y perversiones jurídicas con consecuencia
penales no prescritas aún en las que se encuentran incursos los dueños, editores, jefes de
redacción y periodistas que estuvieron cubriendo esa fuente “periodística” a la que
convirtieron por arte y magia de la televisión privada los canales RCTV ( sin señal
autorizada), TELEVEN, VENEVISIÓN Y GLOBOVISIÓN en un denigrante show político
nacional con implicaciones internacionales, cito el caso del publicitado llamado “ A la
desobediencia civil y militar” invocando el artículo 350 de nuestra Carta Magna y
convocada por unas decenas de oficiales generales, oficiales superiores, suboficiales,
personal de tropa y miembros de cuerpos policiales congregados en PLAZA ALTAMIRA de
esta ciudad de Caracas, e inexplicablemente amparada, protegida y por tanto no
reprimida por la primera autoridad político administrativa del Municipio Chacao, hecho
criminal éste al que se terminaron sumando los aventureros políticos de oposición de
siempre quienes pretendían conseguir rédito político con escapulario ajeno.
Es decir, los medios y sus respectivos dueños junto al personal de empleados de los
medios televisivos, radiales e impresos que trasmitieron textualmente las desafiantes y
criminales proclamas al no condenar, ni censurar como era su deber, o oponerse a sus
contenidos y por contrario, convertir el derecho de informar en un instrumento
reforzador, estimulador y excitador de las ideas, pensamientos y desafíos ilegales,
punibles e inconstitucionales de los autores principales de los delitos militares
consumados no se hicieron cómplices de los hechos delictivos sino coautores de los
mismos.
Para reforzar este criterio valorativo acerca del grado de responsabilidad e imputabilidad
penal en las que se encuentran los señalados medios, sus dueños y empleados, extraigo
de la sentencia 1.013 de fecha 12 de Junio de 2001, emanada de la Sala Constitucional,
con ponencia del Dr. Cabrera Romero, cuyo contenido fue objeto de toda una campaña de
denuestos y críticas, de la que tomo la siguiente cita: “…En otras palabras, la libertad de
expresión, aunque no está sujeta a censura previa, tiene que respetar los derechos de
las demás personas, por lo que su emisión genera responsabilidades ulteriores para el
emisor, en muchos casos compartida con el vehículo de difusión, SOBRE TODO, CUANDO
ÉSTE SE PRESTA A UN TERRORISMO COMUNICACIONAL, QUE BUSCA SOMETERSE AL
DESPRECIO PUBLICO, A PERSONAS E INSTITUCIONES, MÁXIME CUANDO LO DIFUNDIDO
NO CONTIENE SINO DENUESTOS, INSULTOS Y AGRESIONES QUE NO SE COMPAGINAN
CON LA DISCUSIÓN DE IDEAS Y CONCEPTOS”.
En conclusión, la conducta asumida por los medios y particularmente por la Televisión en
la proclama e incesante llamado a la DESOBEDIENCIA CIVIL Y MILITAR como los que
recientemente han hecho dirigentes de la MUD y los que en el pasado se hicieron desde
Plaza Altamira, traspasó la frontera bien deslindada que existe y la que deben respetar los
medios, sus dueños y empleados entre el ius informandi y el animus puniendi,
acarreándole por ello responsabilidad inequívoca a quienes la difundieron a raja tabla, en
forma desaforada y demencial.
No es la primera vez que ocurre, es público y notorio el hecho de que los medios
sustituyeron a los PARTIDOS POLITICOS y en contubernio con formatos diseñados por los
enemigos de este Gobierno dentro y fuera del País han desatado y continúan desatando
una campaña de sabotaje y terror sobre la población nacional para propiciar un atentado
contra el Presidente, un caos nacional o en una guerra civil o cualquier acción proclive a
desestabilizar al Estado y sus Instituciones.