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I Una teoria de los grupos y las organizaciones ‘A, LA FINALIDAD DE LA ORGANIZACION uesto que la mayor parte (aunque de ninguna manera la totalidad) de la ‘accién que se emprende en favor de grupos de personas tiene lugar a tra- vvés de organizaciones, es itil considerar estas iltimas de modo general 0 te6rico.' El punto de partida 6gico para comenzar el estudio de las orga- nizacioneses su finalidad; ahora bien, as hay de todo tipo, forma y tamafo, incluso en el caso de las organizaciones econmicas, Porlo tanto. es dificil ‘que haya alguna finalidad tinica como caracteristica de las organizaciones en general. Una que sin embargo caracteriza a la mayorfa, y se aplica précticamente a todas aquéllas que se ocupan de un aspecto econdmico importante, es proteger los intereses de sus miembros. Eso debe resultar ‘obvio, al menos desde la perspectiva del economista. Desde luego, algu- ras organizaciones pueden, por ignorancia, no favorecer los intereses de sus miembros, mientras que otras pueden sentir la tentacién de servit 1, La mayoria de los economistas no han desarrollado teorfas de las organizacio. s pero existen algunos trabajos sobre el tema, desde el puntode vista econSmico. Véase ppor ejemplo tres anticulos de Jacob Marschak, “Elements for a Theory of Teams", ‘Management Science, I (enero de 1955), 127-137, "Towards an Economic Theory of ‘Organization and Information”, en Decision Processes, ed. R.M. Thrall, C. H. Combs y R. L. Davis (Nueva York: John Wiley, 1954), pigs. 187-220, "Efficient and Viable Organization Forms”, en Modern Organization Theory, ed. Mason Haire (Nueva York: John Wiley, 1959), pigs. 307-320; dos trabajos de R. Radner, “Application of Linear Programming to Team Decision Problems", Management Science, V (enero de 1959), 143-150 y “Team Decision Problems”, Annals of Mathematical Statistics, XXXII (septiembre de 1962), 857-881; de C.B. McGuire, “Some Team Models of a Sales Organization”, Management Science, VII (enero de 1961), 101-130; de Oskar Morgenstern, Prolegomena to a Theory of Organization (Santa Ménica, Calif: RAND Research Memoréndum 734, 1951); de James G. March y Herbert A. Simon, Organizations (Nueva York: John Wiley, 1958); de Kenneth Boulding, The Organizational Revolution (Nueva York: Harper, 1953). 16 Une teoria de los grupos y tas organizaciones tinicamente a los fines que los lideres persiguen*Pero, a menudo, las or- ganizaciones perecen si no hacen nada para favorecer los intereses de sus micmbros, y este factor debe limitar severamente cl niimero de aquellas ‘que no sirven a esos intereses. i i Laidea de que las organizaciones 0 asociaciones existen para proteger los intereses de sus miembros no es nueva ni exclusiva de la economfa. Se remonta por lo menos hasta Arist6teles, quien escribié: “Los hombres ‘emprenden juntos una empresa en pos de una ventaja en particular y con cl fin de obiener algo que es necesario para las finalidades de la vida, y la asociacién politica, anslogamente parece haberse originado, y seguir existiendo, por las ventajas generales que trae consigo”.” Més reciente- ‘mente, el profesor Leon Festinger, sicélogo social, seftal6 que “cl atractivo de la membresfa de grupo no esté en el solo hecho de pertenecer, sino mis bien en lograr algo mediante esa membresfa".*El fallecido Harold Laski, cientifico de 1a politica, daba por sentado que “las asociaciones existen para satisfacerlos propésitos que un grupo de personas tienen en comin’ Lo que se espera dela clase de organizaciones objeto deesteestudioes que + favorezcan los intereses de sus miembros.*Se espera que los sindicatos de trubajadvres lachen por salarios mas altos y mejores condiciones de trabajo para sus miembros; se espera que las organizaciones agefcolas luchen por 2. Max Wee ns tin ain oon ge ne guia gis endo agin tempo desputs de qu ha ido obo pore alg Tunconaro std tprovechando. Vease su obra Theary of Social and Economie Organization, ad Tleot Parsons AM. Henderson (Nuces York: Oxford University Pes, 1947) 3 Bhi vii9.1160, 4. Leén Festinger" Group Atacton and Membership" en Group Dynamics, Doewin Carwright y Alvin Zende (Evanson, il: Row, Peterson, 1953), pl. 93. 5: AGrammar of Polis, 4a ed (Lante: Gorge Allen & Unwin, 1939), pé,7. 6. No se copra necesarament que as orgmnizacions lanitépcasyreligiosas sirvannicamentosintcreses deus memos. sas onganizacones one tos inex ‘que seconsideran més importantes, por mucho que sus miembros sientan la“necesidad” de pertenccer a ellas 0 resulten mejorados o ayudados por perteneeer. Pero la comple: jidad de esas organizaciones no seri estudiada en detalle aqui, porque este estudio se ‘oncentraréen las organizaciones que tienen un aspecto econémico importante. Se hard hincapié de manera que tiene algo en comtin con lo que Max Weber llamé "grupo asociativo", Para él, un grupo es asociatvo si “Ia orientacién de la accién social con el ‘mismo se funda en un convenio motivado racionalmente”. Weber compar6 su "grupo ‘sociativo" con el “grupo comunal” fundado en el afeeto personal, las relaciones er6 ticas, ete.como una familia, por ejemplo (Véase Weber, pigs. 136-139 y, de Grace Coyle, Social Pracess in Organized Groups, Nuova York: Richard Smith, Ine.,1930, pigs. 7-9). La I6gica de la teorfa expuesta aguf se pucds ampliar de manera que Abarque las organizaciones comunales, religiosas y filantrépicas; pero no resulta particularmente til para el estudio de esos grupos. La fnalidad dela organizacion ” una legislaci6n favorable para sus miembros; se espera que los carteles luchen por precios més altos para las empresas que participan; se espera que 1a empresa favorezca los intereses de sus accionistas,’y se espera que el Estado fomente los intereses comunes de sus ciudadanos (si bien en esta ‘era nacionalista el Estado tiene a menudo intereses y ambiciones distintas de los de sus ciudadanos). Adviértase que los intereses que se espera que todos esos diversos tipos «de organizaciones favorezcan sonensumayorfaintereses comunes:elinte- rés comtin de los miembros del sindicato es por los salarios mAs altos, el de los agricultores es una legislacién favorable, el de los miembros del cartel se centra en los precios mas altos, el de los accionistas en dividendos y precios de las acciones mas elevados y el de los ciudadanos en un buen ‘gobiemo. No por casualidad se supone que los diversos tipos de organiza- ciones mencionadas deben trabajar primordialmente por los intereses ‘comunes de sus miembros. Los intereses puramente personales o indivi duales pueden ser favorecidos, normalmenteen forma por deméseficiente, por la acciGn individual no organizada, Es obvio que no tiene objeto tener una organizacién cuando la accién individual no organizada puede servir alos intereses de la persona igual o mejor que la organizaci6n. No tendrfa caso, por ejemplo, formar una organizacién simplemente para jugar so- litarios. Pero cuando cierto ndmero de personas tienen un interés comtin o ‘colectivo (cuando comparten un propésito u objetivo tnico), 1a accién individual no organizada, como luego veremos, no serd capaz de favorecer en absoluto ese interés comtin o no podré favorecerlo adecuadamente. Las organizaciones pueden por lo tanto, desempefiar una funcién cuando hay intereses comunes 0 de grupo, y aunque con frecuencia sirven también ain- tereses puramente personales ¢ individuales, su funci6n caracteristica y primordial es fomentar los intereses comunes de grupos de personas. EI supuesto de que t{picamente las organizaciones existen para favo- recer los intereses comunes de grupos de personas va implicito en la ‘mayorfa de las obras que hablan de las organizaciones, y dos de los autores ya citados hacen explicito ese supuesto: Harold Laski recalcé que las orga~ nizaciones existen para lograr las finalidades y favorecer los intereses que “un grupo de personas tienen en comin”, y aparentemente Arist6teles 7. Es deci, de sus miembros. En este estudio no se emplea la terminologfa de los tcdricos de la organizacién que describen a los empleados como "miembros" de lao cidn para la cual trabajan. Aqui es més conveniente emplear el lenguaje co iano y distinguir, por ejemplo, «los miembros de un sindicato de los empleedos de ese sindicato. Andlogamente, los miembros del sindicato serin considerados como ‘empleados de la empresa para la cual trabajan, mientras que los miembros de la empre- sa son los accionistas comunes. 18 ‘Una teorta de tos grapes y las organiaciones pensaba en forma similar cuando sostenfa que las asociaciones politicas son creadas y sostenidas por las “ventajas generales” que traen consigo. ‘También R. M. Maciver sent6 explicitamente este punto cuando dijo que “cada organizacién presupone un interés que todos sus miembros com- parten”.* Incluso cuando se estudian los grupos no organizados, por 1o menos ‘cuando se trata de los grupos de presién” y a“teorfadel grupo”, lapalabra “grupo” se emplea en forma tal que significa “un mimero de personas con un interés comin”. Serfa razonable por supuesto llamarle “grupo” a un nt- ‘mero de personas seleccionadas al azar (y por lo tanto sin ningdin interés ‘comiin ni caracterfstica unificadora); pero la mayorfa de los estudios del ‘comportamiento de grupo parecen referirse principalmente a grupos que si tienen intereses comunes. Como lo expres6 Arthur Bentley, fundador de la “teorfa de grupo” de la ciencia polftica modema, “no hay grupo que no tenga su interés"? El psicdlogo social Raymond Cattell fue igualmente explicito y declaré que “cada grupo tiene su interés”. Esa es también la forma en que se emplearé aqut la palabra “grupo’ ‘Asfcomo se puede suponer que quienes pertenecen auna organizacién © grupo ticnen un interés comiin,"" obviamente tienen también intereses puramente individuales, diferentes alos de otros miembros. Todos los que pertenecen a un sindicato de trabajadores, por ejemplo, tienen un interés ‘comiin en los salarios mds altos; pero al mismo tiempo cada trabajador 8. RM, Maclver, “Interests”, Encyclopaedia of the Social Sciences, VII (Nueva York: Macmillan, 1932), 147 9. Arthur Bentley, The Process of Government (Evanston, Il: Principia Press, 1949), ig. 211. David B. Truman recurre a un énfoque similar; véase su The Governmental Process(Nueva York: Alfred A. Knopf, 1958), pigs. 33-35. Véase tambiénde Sidney Verba ‘Small Groups and Political Behavior (Princeton, NJ. Princeton University Press, 1961 10, Raymond Catell, “Concepts and Methods inthe Measurement of Group Syniai ‘en Small Groups, ed. A. Paul Hare, Edgard F. Borgata y Robert F. Bales (Nueva York Allred A. Knopf, 1955), pig. 115. 11, Desde luego, cualquier organizacién o grupo estaré dividido por lo general en subgrupos 0 facciones opuestos entre sf, Ese hecho no debilita el supuesto adoptado aqu de que las organizaciones existen para servir los intereses comunes de sus miembros, porque el supuesto no implica que se pase por alo cl conflicto interno del grupo. De ‘rdinario, os grupos que se oponen dentro de una organizacin tienen algén interés en ‘comin (si no fuera asi spara qué sostendrfan la organizacin?) y también los miembros 4e cualquier subgrupo © faccién tienen un interés comin propio. A menudo tendré, ciertamente, el propSsito comiin de derrotar a agin otro grupo o faccién. De manera que cl enfoque aplicado aqut no pasa por alto el conflicto dentro de los grupos y organizacio- res, porque considera acada organizacién como uns unidad s6lo.n lamedidaen que trata 4c hecho de servir a un interés comin y considera 8 los diversos subgrupos como las Uunidades pertinentes con intoreses comunes para analizar Ia discordia de facciones. Bienes pilicory los grandes grapor » tiene un interés particular en su ingreso personal, el que no s6lo depende del nivel de salarios, sino también del tiempo que trabaja. BB, BIENES POBLICOS Y LOS GRANDES GRUPOS La combinacién de intereses individuales e intereses comunes en una organizacién sugiere una analogfa con un mercado competitivo. Las em- presas que pertenecen a una industria perfectamente competitiva, por ‘ejemplo, tienen un interés comiin por un precio més alto para el producto delaindustria, Puesto que en un mercado tal debe regirun precio uniforme, una empresa no puede esperar un precio més alto para ella a menos que todas las demés de la industria lo disfruten también; pero en un mercado ‘competitivo tal empresa se interesa también por vender tanto como pueda, hasta que el costo de producir una unidad més exceda al precio de esa unidad. En esto no hay ningdn interés coméin: el interés de cada empresa se opone directamente al de todas las demds, porque, mientras més vendan las otras, més bajos serdn el precio y las utilidades de cualquiera de ellas. En suma, si bien todas las empresas tienen un interés comtin en un precio mms alto, lenen intereses antagonicos por lo que respecta a la produccién, Esto se puede ilustrar mediante un sencillo modelo de oferta y demanda. Para simplificar el ejemplo, supongamos que una industria perfectamente competitiva se encuentra momenténeamente en situacién de desequilibrio: elpprecio excede al costo marginal de todas las empresas con su produccién actual. Supongamos también que todos los ajustes sersin efectuados por las empresas que ya estén en la industria y no por los nuevos participantes; asimismo, que la industria se encuentra sobre una porci6n ineléstica de su curva de demanda. Puesto que el precio excede al costo marginal de todas las empresas, la produccién aumentard, Pero, amedida que todas aumentan su produccin, el precio baja: en realidad, como la curva de demanda de la industria es supuestamente ineléstica, el ingreso total de la industria ‘minuiré. Aparentemente, cada empresa encuentra que si el precio excede al costo marginal vale la pena aumentar la produccién; pero el resultado es que cada empresa obtiene una utilidad mAs pequefia, En otro tiempo, algunos economistas podrian haber puesto en duda este resultado," pero el hecho de que las empresas que maximizan sus utilidades en una in- dustria perfectamente competitiva pueden estar actuando en contra de sus intereses como grupo es ampliamente entendido y aceptado en la actual 12, Ver J. M. Clark, The Economics of Overhead Costs (Chicago: University of ‘Chieago Press, 1923), pig. 417,y Frank H. Knight, Risk, Uncertainty and Profit (Boston: Houghton Miffin, 1921), pég. 193. 2 Una teria de tos grupos yas organieaciones dad. Un_ grupo de empresas que maximizan sus utilidades pueden dar lugar ala reduccién de sus utitidades agregadas porque en la competencia perfecta cada empresa es, por definicién, tan pequefia que puede pasar por alto el efecto de su produccién en el precio. Cada una encuentra ventajoso aumentar la produccién hasta el punto en que el costo marginal iguala al precio y pasar por alto los efectos de su produccién adicional en la situa- ci6n de Ia industria, El resultado neto es que todas las empresas estén peor; pero eso no significa que cada una no haya maximizado sus utilidades. Si una deellas, previendo la baja de precio debida al aumento de la produccién de la industria, restringiera su propia producci6n, perderfa mas que nunca, porque su precio bajarfa lo mismo en cualquier caso y al mismo tiempo ‘tendrfa una produccién menor, En un mercado perfectamente competitivo, ‘una empresa slo obtiene una pequefia parte del beneficio (una pequefta parte del ingreso adicional de la industria) que resulta de una reducci6n de la produccién de esa empresa. Por esas razones se entiende ahora generalmente que si las empresas de una industria estén maximizando sus utilidades, las de la industria en Conjunto serdn més bajas de lo que habrian sido en otro caso."*Y casi todos estarén de acuerdo en que esta conclusién tedriva se ajusta a los hiechos en el caso de los mercados caracterizados por la competencia pura. El , punto importante es que esto es cierto porque, si bien todas las empresas) ticnen un interés comin en un precio més alto del producto dea industria, a cada empresa le interesa que las otras paguen el costo (en términos de) lanecesaria reduccién de la producci6n) requerido para obtenerun precio ms alto. Casi lo tinico que impide que los precios bajen de acuerdo con el proceso que se acaba de describir en los mercados perfectamente compe- titivos es la intervencién exterior. El apoyo de los precios por parte del ‘gobierno, las tarifas, los acuerdos de cartel y otras medidas similares pue- den impedirque las empresas, enunmercado competitivo, actien en contra de sus intereses. Ese auxilio 0 intervencién es muy comin. Es importante por lo tanto preguntar c6mo tiene lugar. {Cémo obtiene una industria’ ‘competitiva la ayuda del gobiemo para mantenerel precio de su producto?.) Considérese una industria competitiva hipotética. En esa industria la mayorfa de los productores desean una tarifa, un programa de apoyo de los precios o alguna otra intervenci6n del gobiemo para aumentar el precio de 13, Edward H. Chamberlin, Mondpolistic Competition, 6, ed. (Cambridge, Mass.: Harvard University Press, 1950), 14, Para un estudio més completo de esta cuestion véase Mancur Olson, Jr. y David MeFarland, “The Restoration of Pure Monopoly and the Concept of the Industry”, Quarterly Journal of Economics, LXXVI (noviembre de 1962), 613-631, Bienes piblice lor grandes grupos a su producto, Para obtener esa ayuda del gobierno, los productores tendrén 4ue formar una organizaci6n de cabildeo; convertirse en grupo de presién. activo.'* Esa organizacién tendré tal vez que levar a cabo una gran cam- Pafia. Si encuentra una resistencia significativa requeriré una cantidad ‘importante de dinero,"*Necesitardn expertos en relaciones pablicas para influir en los peri6dicos y quizés requiera algo de publicidad. Muy pro- bablemente se necesitardn organizadores profesionales para que arregien reuniones “populares esponténeas” entre los afligidos productores de la industria y para inducir a los que pertenecen a ella a escribir cartas a sus diputados." La campafia por la ayuda del gobiemo demandard cierto tiempo de algunos de los productores, asf como su dinero. Hay una semejanza notable entre el problema que encara la industria perfectamente competitiva mientras trata de obtener la ayuda del gobierno yy el que encara en el mercado cuando las empresas aumentan la produc- ciény provocan una disminucién del precio. Asi como no es racional que un productor en particular restrinjasu producci6n.conelfinde subir elprecio del producto de su industria, tampoco serfa racional que sacrificara su tiempo y su dinero para sostener a una organizaci6n cabildera con el fin de obtener laayuda del gobiernoparala industria. En ningunode los casos le convendria al productor individual asumir cualquiera de los costos. Una organtzacién de presién, un sindicato o cualquier otra organizacton que trabajara por los intereses de un grupo grande de empresas o de tra- bajadores de alguna industria, no obtendria ayuda alguna de las personas racionales y egotstas que pertenezcan a esa industria. Asf serfa aunque todos los de la industria estuvieran absolutamente convencidos de que el programa propuesto favorecerfa sus intereses (si bien, algunos podrfan pensar de otro modo y hacer la tarea de la organizacién més dificil atin)."* 15, Robert Michels sostiene en suestudio lisico que"lademocracia es inconcebible sinorganizacién"y que"el prineipio de organizacién es una condiciinabsolutamente esen- cial par laluchappoliticade las masas”. Versu obra Political Parties, trad. Eden and Cedar Paul (Nueva York: Dover Publications, 1959), pigs. 21-22. Ver también Robert A. Brady, Business as aSystem of Power (Nueva York: Columbia University Press, 1943), pég. 193. 16. Alexander Heard, The Costs of Democracy (Chapel Hil: University of North Carolina Press, 1960), especialmente la nota 1, pags. 95-96. Por ejemplo, en 1947 la [National Association of Manufacturers gast6 més de $4.6 millones de délares y, en el ‘ranscurso de un perfodo algo més largo, ls American Medical Association gast6 oto tan: to.en una campaiia contra el seguro de salud obligatorio. 17. "Si se Hegara conocer toda la verdad... esultaria que el cabildeo, con todas sus ramificaciones, es una industriade mil millones de dlares".U.S. Congress, House, Select Committee on Lobbying Activities, Report, 81st Cong., 2nd Sess. (1950), citado en el Congressional Quarterly Almanac, 81st Cong., 2nd Sess., VI, 764-765. 18, Parauna excepcién l6gicamente posible, pero prcticamente sin sentido dela con- clusign sscada en este pérrafo, ver Ia nota de pie de pégine 68 de este capitulo. 2 Una teoria de los grupos y las organizaciones ‘Aunque 1a organizacién de presién es s6lo un ejemplo de la analogia Jogica entre 1a organizacién y el mercado, tiene importancia précti Existen actualmente muchos grupos de presién poderosos y bien financi dos, con apoyo masivo; pero esas organizaciones no obtienen ese apoyo sracias a sus conguistas legislativas. Las més poderosas obtienen actual mente sus recursos y sus seguidores por otras razones, como se explicar4 en otras partes de este estudio. ‘Algunos criticos podrian alegar que la persona racional apoyaré cier- tamenteauna organizacién grande, porejemplo una de presién, que trabaje en favor de sus intereses, porque sabe que, sino lo hace, otros tampoco lo han, la organizacién fracasard y esa persona se quedaré sin los beneticios que la organizacién pudo haber proporcionado. Ese argumento indica la necesidad de la analogfa con el mercado perfectamente competitivo, por- ‘que seria igualmente ruzonable arguir que los precios jam4s disminuirén por debajo de los niveles que un monopolio habria cargado en un mercado Perfectamente competitivo, porque, si una empresa aumentara su produc- cién, otras lo harfan también y el precio bajarfa; pero cada empresa podria prever eso, de manera que no iniciaria una cadena de aumentos de la pro- duccién capaces de destruirel precio, Fn realidad, la cosa no funciona ast enun mercado compettivo, ni en una organizacién grande, Cuando el ni- mero de empresas que participan es grande, ninguna notard el efecto en el precio si una de elas aumenta su producci6n y por lo tanto ninguna mo- dificard sus planes debido a eso. Andlogamente, en una organizacién srande, la pérdida de un solo pagador de cuotas no hard aumentar percep- tiblemente la carga de ningtn otro, de modo que la persona racional no pensa- 14 que, si se etra de la organizaci6n, inducird a los demés a hacer lo mismo. El argumento anterior debe tener por lo menos alguna importancia para las organizaciones econémicas que son principalmente los medios a través de los cuales las personas tratan de obtener las mismas cosas que obtienen mediante sus actividades en el mercado. Los sindieatos, por ejemplo, son organizaciones a través de las cuales los trabajadores lu- chan por obtener las mismas cosas que obtienen mediante sus esfuerzos individuales en el mercado: salarios més altos, mejores condiciones de trabajo, etc. Serfa extrafio, en verdad, que los trabajadores no enfrentaran en el sindicato los mismos problemas con que tropiezan en el mercado, puesto que sus esfuerzos en ambos lugares tienen los mismas prop6sitos. Por muy similares que puedan ser los propésitos, os criticos pueden ‘objetar que las actitudes en las organizaciones no son en absoluto como las 4que se adoptan en losmercados. Enlas organizaciones aparece también con frecuencia un elemento emocional o ideolégico. Invalida esto préctica- mente el argumento ofrecido aquf? Bienes piblico y lat grandes grupos 2 Un tipo de organizacién sumamente importante, el Estado nacional, serviré para poner a prueba la objecién. El patriotismo es probablemente ‘el motivo no econémico mas poderoso de la lealtad ala organizacién en los tiempos modemos. A nuestra época se le llama a veces la era del naciona- lismo. Muchas naciones extraen fuerza y unidad adicionales de alguna ideologfa poderosa, como la democracia o el comunismo, lo mismo que de ‘una religién, lenguaje o herencia cultural comin. El Estado no cuenta tni- ‘camente con esas fuentes de apoyo poderosas, sino que también es muy importante econémicamente. Casi todo gobierno es econémicamente be- neficioso para sus ciudadanos, ya que la ley y el orden que proporciona son requisito previo de toda actividad econémica civilizada. Pero a pesar de la fuerza del patriotismo, del atractivo de 1a ideologfa nacional, de los lazos de una cultura comin y de lo indispensable que resulta el sistema de ley y orden, en la historia moderna ningtin Estado importante ha sido capaz de sostenerse a s{ mismo mediante cuotas o contribuciones voluntarias. Las ccontribuciones filantrépicas no son siquiera una fuente significativa de in- ‘gresos para la mayorfa de los pafses. Se requieren los impuestos, que son por definicion pagos obligarorios. En verdad, como lo indica l viejo ada- gio, su necesidad es tan cierta como la muerte misma. Si el Estado, con todos los recursos emocionales de que dispone, no ‘puede financiar sus actividades més bdsicas y vitales sin recurrir ala obli- gaci6n, parecerfa que también las grandes organizaciones privadas podrfan tener dificultades para lograr que las personas que forman los grupos cuyos intereses tratan de favorecer hagan voluntariamente las contribuciones ne- cesarias.” La raz6n de que el Estado no pueda sobrevivir con las cuotas 0 pagos voluntarios y tenga que recurrir a los impuestos es que los servicios més fundamentales que una nacién-Estado proporciona son, enunaspectoim- 19, Los sociélogos, al igual que los economistas, han observado que los motivos {deolégicos no son suficientes por s{ mismos para provocar el esfuerzo continuado de ‘grandes masas de personas, Max Weber ofrece un ejemplo notable: “En una economia ‘de mercado, toda la actividad econémica es emprendida y levada a cabo por las perso- nas para favorecer sue propios ideales o intereses materiales. Naturalmente, esio es igualmente cierto cuando Ia actividad econémica esté orientada hacia los patrones de ‘orden de los grupos corporatvos “Incluso si un sistema econsmico estuviera organizado sobre una base socialista, no hhabria diferencia fundamental en este respect... La estructura de interesesy le situacién, pertinente podrfan cambiar; habrfa otras maneras de favorecer los intereses; pero este factor fundamental seguirfa siendo tan relevante como antes. Es cierto desde luego que 1a aceién econémica oientada, con bases puramenteideol6gicas, hacia los intereses de otros sf existe; pero es més cierto atin que las masas no aciian de ese modo, y la experiencia ha censefado que no pueden hacerlo y jamés lo harén..." u ‘Una woria de tos grupos y lat organizaciones ortante,*° como el precio mAs alto en un mercado competitivo: deben estar al alcance de todos, silo estén de alguno. Los bienes y servicios basicos y mas elementales proporcionados por el gobiemo, por ejemplo la defensa y la proteccién policial, asf como el sistema de ley y orden en general, son de naturaleza tal que de ellos disfrutan todos, 0 practicamente todos, los habitantes de la nacién. Obviamente no serfa factible, si fuera posible, negar la proteccién de los servicios militares, de la policta y de los tribunales a quienes no han pagado voluntariamente su parte de los costos del gobiemo; de manera que los impuestos son necesarios. A los benefi- ios comunes 0 colectivos proporcionados por los gobiemos, los econo- mistas les llaman normalmente “bienes puiblicos”, y el concepto de bienes piiblicos es una de las ideas més antiguas e importantes en el estudio de las finanzas pablicas, Un bien comin, colectivo 0 piblico se define aqui como un bien cualquiera tal que, si una persona X,, que forma parte de un grupo X,youeXjnnoXy 10 consume, no puede serle negado a los otros miembros de ese grupo." Dicho de otro modo, aquellos que no compran o no pagan “En una economia de mercado, el interés por maximizarlas uilidades es necesariamen- tela fuerza impulsora de toda actividad econémiea”, (Weber, pégs. 319-320) ‘Talcott Parsons y Neil Smelser van todavia més allé al postularque en toda la sociedad l“rendimiento” es proporcional a las “recompensas” y “sanciones”. Véase su Economy ‘and Society (Glencoe, Il: Free Press, 1954), pags. 50-69. 20, Véase, sin embargo, la seccién E de este capitulo sobre los grupos “exclusic 5” e“inclusives” 21. Esta sencilla definicién enfoca dos puntos que son importantes en el presente Contexto. El primero es que la mayorfa de los bienes colectivos sélo se pueden definir con respecto a algiin grupo especifico. Un bien colectivo correspond a un grupo de personas, otro corresponde a otro grupo; uno puede beneficiar a todo el mundo, oto a dos personas especificas tnicamente. Adem, elgunos bicnes son colectivos. para los ‘miembros de un grupo y al mismo tiempo son privados para los de otf, porque algu- ‘nas personas se les puede impedir que los consuman y otras no, Pensemos por ejemplo ‘en un desfile, que es un bien colectivo para quienes viven en edificios altos que miran ‘hacia Ia ruta que sigue al desfile, pero que parece ser un bien privado para quienes 610 pueden verlo comprando boletos para ocupar asientos en las tribunassituadas alo largo e la ruts, El segundo punto es que, una ver definide el grupo de que se trate, la def. nici6n hecha aqut, como la de Musgrave, distingue al bien colectivo en términos de la {imposibilidad de excluir a consumidores potenciales del mismo. Se aplica este enfoque Porque Tos bienes colectivos producidos por toda clase de organizaciones parecen ser dde naturaleza tal, que norpralmente la exclysién no es factible. Sin duda en el caso de algunos bienes colectivo¥ es fisicamente posible hacer la exclusin; pero, como Head hha demostrado, no es necesario que la exclusién sea tSenicamente imposible; so se requiere que sea poco factible o antieconémica, Head ha demostrado también, con toda * claridad, que la no exclusién es s6lo uno de dos elementos bésicos dela idea tradicional de bienes pibicos. El oto, seal, es la “unidad de Ia oferta”. Un bien tiene “unidad! si el hecho de ponerlo a disposicién de una persona implica que también se puede pro- Bienes piblicosy tos grander grupos 2 alguno de los bienes piblicos o colectivos no pueden ser excluidos impedidos de participar en el consumo de ese bien, como sf pueden serlo cuando se trata de bienes no colectivos. Losestudiantes de finanzas pablicas, sin embargo, han pasado poralto elhecho de.que el logro de cualquier meta comin o la satisfaccién de cual- quier interés comuiin significa que se ha proporcionado un bien piblico 0 colectivo a ese grupo.” El hecho mismo de que una meta o finalidad sea comuin en un grupo significa que ninguno de sus miembros queda exclui- do del beneficio o la satisfaccién derivados de su logro. Como se dijo en Jos primeros parrafos de este capftulo, casi todos los grupos y organizacio- nes tienen el propésito de servir a los intereses comunes de sus miembros. ‘Como lo expresaR. M. Maclver, “Las personas tienen intereses comunes en el grado en que participan en una causa... que los abarca a todos visiblemente". Una caracterfstica esencial de la organizacién es que pro- porciona un beneficio inseparable y generalizado, de donde resulta que la porcionar facil y libremente otras. El caso opuesto seri el bien piblice puro de Sa- ‘muelson, cuya naturaleza es tal que el consumo adicional del mismo por una persona no dlisminuye la eantidad dizponible para otras. De acuerdo con la definieion necha aqui, 4a unidad no ¢s atributo necesario de un bien piblico. Como se dird en ottas partes de este capitulo, porlomenos un tipo de bien colectivo considerado aquino muestra unidad alguna, y pocos tendrin, si es que alguno lo tiene, el grado de unidad necesario para calificar como bien pablico puro. No obstante, le mayoria de los bienes colectivos que Se estudiarén aqui muestran un grado apreciable de unidad. Con respecto ala definiciGn, ‘eimportancia delos bienes piblicos, véase de John G. Head “Public Goods and Public Policy”, Public Finance, vol. XVII, nim. 3 (1962), 107-219; de Richard Musgrave, The Theory of Public Finance (Nueva York: McGraw-Hill, 1959); de Paul A. Samuelson, “The Pure Theory of Public Expenditure", “Diagrammatic Exposition of A Theory of Public Expenditure" y “Aspects of Public Expenditure Theories”, en Review of Economics ‘and Statistics, XXXVI (noviembre de 1954), 387-390, XXXVI (noviembre de 1955), 350-356, y XL (noviembre de 1958), 332-338. Para conocer algunas opiniones un tan. to diferentes acerca de Ia utilidad del concepto de bienes piilicos, véase de Julius Margolis“A Commentonthe Pure Theory of Public Expenditure”, Review of Economics 4nd Statistics, XXXVI (noviembre de 1955), 347-349, y de Gerhard Colm "Theory of Public Expenditures”, Annals ofthe Aimerican Academy of Political and Social Seience, CLXXXIII (enero de 1936), 1-11 22, Nocs preciso que un bien piblico que interesa a un grupo de una sociedad bene- ficie necesariamente a la sociedad en conjunto. Asf como tna tarfa podeia ser un bien piblico para la industria que la buse6, la anulacign de la tara podrfa ser un bien pablico para quienes consumen el producto de la industria, Esto es igtalmente cierto cuando el oneepto de bien piblico se aplica tnicamente alos gobiernos. En el caso de un gasto) silitar, de una tarifao de una restriccién ala inmigracién, que son un bien pablico para 1m solo pais también podrian ser un “mal piblico” para otro pats y perjuieiales para la sociedad mundial en conjunto, : 23. RM. Maclver en Encyclopaedia of the Sociat Sciences, VII, 147, 6 ‘Una teria de tas prapos y las organizaciones provision de bienes pablicos o colectivos es la funcién fundamental de las organizaciones en general. Un Estado es antes que nada una organizacién que proporciona bienes piblicos a sus miembros, los ciudadanos, y otros tipos de organizaciones proporcionan andlogamente, bienes colectivos a sus miembros. ‘Asf como un Estado no puede sostenerse con las contribuciones voluntarias 0 vendiendo sus servicios basicos en el mercado, tampoco se pueden sostener otras organizaciones importantes sin imponer alguna sanci6n u ofrecer algun atractivo, distinto del bien pablico mismo, que in- ‘duzeaa las personas a ayudar a soportar las cargas de mantenimiento de la organizaci6n. El miembro individual de la organizaci6n grande tfpica est cn situacién andloga a la de la empresa en un mercado perfectamente competitivo ola del contribuyente en el Estado: sus esfuerzos propiosno producirdn un efecto perceptible en la situacién de su organizaci6n, de manera que puede disfrutar de cualquiera de las mejoras conseguidas por otros, haya 0 no trabajado para apoyar a su organizacién, No se sugiere aqui que los Estados u otras organizaciones proporcio- nan tinicamente bienes piblicos 0 colectivos. Los gobiernos proporcionan con freguencia bienes no colectivos, por ejemplo energfa eléctrica, y normalmente venden esos bienes en el mercado como 1o harfan las empresas privadas. Ademés, como se dird en otras partes de este estudio, Jas grandes organizaciones que no pueden hacer obligatoria la membresfa deben también proporcionar algunos bienes no colectivos, con el fin de ofrecerles a los miembros en potencia un incentivo para afiliarse. De todos ‘modos, los bienes colectivos son los bienes caracteristicos de la organi- zaci6n, ya que los bienes no colectivos ordinarios pueden siempre set proporcionados por la acciGn individual. Sélo cuando se trata de fina- lidades comunes o de bienes colectivos puede ser indispensable la accién organizada 0 de grupo.* CC. La TEORIA TRADICIONAL DE GRUPOS Hay una teorfa tradicional de comportamiento de grupo, ta cual supone impl{citamente que los grupos y asociaciones privados funcionan de acuet- do con principios totalmente diferentes de los que gobiernan las relaciones ‘entre empresas en el mercado o entre los contribuyentes y el Estado. Esa “teorfa de grupo” parece ser uno de los temas que més interesan a muchos 24, No se infiere, sin embargo, que la accién de grupo organizada o coordinada es necesaria siempre para obtener un bien colectivo. Véase la seecién D de este capitulo, “Grupos Pequetos”. ‘La teora tradicional de grapoe n cientificos de la politica en los Estados Unidos y una preocupacién im- Portante de muchos socidlogos y psicdlogos sociales.” Esa teorfa tradi ‘cionail de grupos, al igual que ld mayorfa de otras teorfas, ha sido desarrollada Por diferentes autores con puntos de vista distintos; de manera que ine- vitablemente se comete una injusticia al tratar de hacer un examen comin de esos puntos de vista diferentes, No obstante, los diversos exponentes de la idea tradicional de grupos sf tienen una relaci6n comin con el enfoque establecido en el presente estudio. Es porlo tanto apropiado hablar aquf en forma general de una teorfa tradicional tnica, siempre que se haga una dis- tincign entre las dos variantes basicas de esa teorfa: 1a informal y la formal En su forma més informal, el punto de vista tradicional es que las or- ‘ganizaciones y grupos privados son ubicuos y que esa ubicuidad se debe a Ja propensi6n fundamental de los humanos a formar asociaciones y unirse aellas. Como lo expresa el famoso fil6sofo italiano de la politica Gaetano ‘Mosca, los hombres tienen un “instinto” para “agruparse y luchar con otros grupos”. Ese“instinto”, asimismo, “esa causade la formacin de todas las divisiones y subdivisiones que surgen dentro de una sociedad y ocasionan conflicios morales y a veces fisicos”.*Tal vez Aristételes tenfa en mente alguna facultad gregaria similar cuando dijo que el hombre es por natura- Jeza un animal politico.” El cardcter ubicuo e inevitable de la afiliacién a un grupo fue recalcado en Alemania por George Simmel, en uno de los lésicos de la literatura sociol6gica,® y en América por Arthur Bentley, en una de as obras més conocidas sobre ciencia politica.» Se piensa amenudo que esa tendencia o propensién universal ala unién ha alcanzado su mayor intensidad en los Estados Unidos.” 25. Para un estudio de Ia importancia que tienen los “grupos” de diversas clases y t. ‘matios para la teoria de la politica, véase Verba, Small Groups and Political Behavi ‘Truman, Governmental Process, y Bentley, Process of Government. Para ver ejemplos el tipo de estudio y teoria acerca de los grupos en la sicologfa social y en la socio logis, constiltese Group Dynamics, ed. Cartwright and Zander, y Small Groups, ed. Hare, Borgatta, and Bales. 26, The Ruling Class (Nueva York: MeGraw-Hill, 1939), 27. Politics 1.2.9.1253a, Muchos otros han recalcado también la propensién del ser humano a los grupos. Véase Coyle, Social Process in Organized Groups; Robert Lowie, Social organization (Nueva York: Rinehart & Co., 1948); Truman, especial- mente las pags. 14-43, 28. Georg Simmel, Conflict and the web of Groyp Affiliations, trad. Kurt Wolff y Reinhard Bendix (Glencoe, I: Free Press, 1950) 29. Bentley, Process of Government, 30. Alexis de Tocqueville, Democracy in América (Nueva York: New Ameticen Library, 1956), James Bryce, The American Commonwealth, 4a. ed. (Nueva York: ‘Macmillan, 1910), Charles A. Beard y Mary R. Beard, The Rise of American Civilization, 28 Une weoria de fos grupos y las organizaciones ‘También la variante formal del punto de vista tradicional recalca la universalidad de los grupos; pero no comienza con ningén “instinto” 0 “{endencia” a unirse a grupos. Trata mds bien de explicar las asociaciones de nuestro tiempo y a afiliacién a grupos como un aspecto de la evolucién de las sociedades industriales modemas, nacidas de las sociedades “pr mitivas” que las precedieron. Comienza con el hecho de que los “grupos primarios”™ (tan pequefios que cada uno de sus miembros tiene relaciones cara a cara con los demds), como la familia y los grupos de parientes, pre- dominan en las sociedades primitivas. Talcott Parsons sostiene que “es bien sabido que en muchas sociedades primitivas, en cierto sentido, el pa- rentesco ‘domina’ la estructura social; hay pocas estructuras concretas en que 1a participacién sea independiente de la consanguinidad”.**S6lo las unidades del tipo familiar o consangufneo representan los intereses del in- dividuo. RM. Maciver lo describe asf en la Encyclopaedia of the Social Sciences: “En las condiciones més simples de la sociedad, Ia expresién social de los intereses era principalmente el grupo de casta o clase, de edad, de parentesco, de vecindad u otras solidaridades no organizadas 0 vaga- ‘mente organizadas”.”* En condiciones “primitivas”, las pequefias unida- des de tipo familiar representan toda La “interaccién” humana. Pero, dicen esos tedricos sociales, a medida que la sociedad se desa- rrolla hay diferenciacién estructural: surgen nuevas asociaciones que asumen algunas de las funciones que la familia habfa desempefiado ante- riormente. “A medida que las funciones sociales desempefiadas por la ins- titucién familiar han dectinado en nuestra sociedad, algunos de esos grupos secundarios, por ejemplo tos sindicatos, han aleanzado un ritmo de inter- accién que iguala o supera al de ciertos grupos primarios”.*Con palabras de Parsons, “Es indudable que en las sociedades més ‘avanzadas’ una parte mucho més importante es desempefiada por estructuras no consangufneas como son los Estados, las iglesias, las empresas comerciales més impor- tantes, las universidades y las sociedades profesionales. . . El proceso 4, rev. (Nueva York: Macmillan, 1949), pégs. 761-762, y Daniel Bell, he End of Ideology (Glencoe, Il: Free Press, 1960), esp. la pég. 30. 31. Charles H. Cooley, Social Organization (Nueva York: Charles Scribner's Sons, 1909), George C. Homans, The Human Group (Nueva York: Harcourt, Brace, 1950), ‘ig. 1; Verba, pigs. 11-16. 32, Talcott Parsons y Robert F. Bales, Family (Glencoe, Il: Free Press, 1955), pig, 9.Véase también Taleott Parsons, Robert F. Bales y Edward A. Shils, Working Papers Theory of Action (Glencoe, IL: Free Press, 1953) 3, Maclver en Encyclopaedia of the Social Sciences, VIL, 144-148, esp. a 147. Ver ‘también Truman, pg. 25. ‘34, Truman, pégs. 35:36. Ver también Eliot Chapple y Carlion Coon, Principles of ‘Anuhropology (Nueva York: Henry Holt, 1942). ‘La teora tradicional de grupos » mediante el cual las unidades no consanguineas adquirieron importancia fundamental en la estructura social implica inevitablemente una ‘pérdi da de funciones’ por parte de algunas y hasta todas las unidades con- sanguineas”.* Si eso es cierto y si, como sostiene Maclver, “la distincién estructural mds marcada entre una sociedad primitiva y una sociedad civilizada es la escasez de asociaciones especfficas en una y su multiplici- dad en la otra”, parecerfa entonces que en la sociedad modema la asocia- cidn’ grande es en alguna forma equivalente al grupo pequefio de la sociedad primitiva y que la asociacién moderna grande y el grupo primitivo pequefio deben ser explicados en términos de una misma fuente 0 causa fundamental.” __ {Cuil es entonces la fuente primordial, tanto de los pequefios grupos primarios de las sociedades primitivas como de las grandes asociaciones voluntarias de los tiempos modemos? Los defensores de la variante for- ‘mal de la teorfa han dejado ese punto implicito y poco claro. Podria ser el supuesto “instinto” o “tendencia” a formar asociaciones y unirse a ellas, ue es el sello de la variante informal del punto de vista tradicional, Esa predilecci6n por formar grupos y unirse a ellos se manifestarfa entonces en os pequetios grupos familiaies y consanguincos de las sociedades primi vas y en las grandes asociaciones voluntarias de las sociedades modemas. ‘Sin embargo, esta interpretacién serfa probablemente injusta para muchos de los te6ricos que aceptan la variante formal de la teorfa tradicional, por- gue sin duda muchos de ellos no estarfan de acuerdo con teorfa alguna de “instintos” o “propensiones”. Comprenden seguramente que no se ofrece ninguna explicaci6n cuando se dice que la membresfa en las asociaciones se debe a un “instinto” de pertenecer. Esto simplemente agroga una pa- __ 35. Parsons y Bales. Ver también Bernard Barber, “Participation and Mass Apathy in Associations”, en Studies in Leadership, ed, Alvin W. Gouldner (Nueva York: Harper, 1950), pigs. 477-505, y Neil J. Smelser, Social Change in the Industrial Revolution (Londres: Routledge & Kegan Paul, 1959) 36. Maclver en Encyclopaedia of the Social Sciences, Vil, 144-148, esp. Ia 147. Ver también Louis Wirth, “Urbanism asa Way of Life”, American Journal of Sociology, XLIV Giulio de 1938), 20;Walter Frey, “Coalition and Schism in a Regional Conservation Program”, Human Organization, XV (Inviemno de 1957), 17-20; Herbert Goldhamer, “Social Clubs", en Development of Collective Enterprise, ed, Seba Eldridge (Laweence: University of Kansas Press, 1943), pig. 163, 37, Paraunainterpretacin diferente de a asociacién voluntaria vésse Oliver Gerceau, The Political Life of the American Medical Association (Cambridge, Mass-: Harvard University Press, 1941), pég. 3: “Con el advenimiento de la intervencién y el control politicos, particularmente en se hizo evidente que la ereacién de po tices no se podialimitar al votoo a Ia legislacién, Para lenar el hueco recurrié al gru po voluntario no s6lo Ta persona que se sentia sola, sino también el gobierno que $6 ‘consideraba ignorante”. 30 Una teria de los grupos y las organtzaciones Jabra, no da una explicacién. Cualquier accién del hombre se puede atri- buiraun instintoo propensién aesa clase de accién; pero eso no agrega nada a nuestro conocimiento. Si los instintos o propensiones a unirse a grupos se dejan a un lado como carentes de sentido, {cual podrfa ser entonces 1a fuente delos grupos y asociaciones ubicuos, grandes y pequefios, postulada or la teorfa tradicional? Probablemente algunos de los te6ricos tradicio- rnalistas estaban pensando en términos “funcionales”; es decir, de las fun- ciones que los grupos o asociaciones de tipos y tamafios diferentes pueden realizar. En las sociedades primitivas, los pequefios grupos primarios predominaron porque eran los més adecuados (0 por lo menos suficientes) para desempertar ciertas funciones para la gente de esas sociedades, mien- tras que en las sociedades modemas, en cambio, se supone que las grandes asociaciones predominan porque en las condiciones de ahora s6lo elas son capaces (0 son més capaces) de realizar ciertas funciones titiles para la gente de esas sociedades. La asociaci6n voluntaria grande, por ejemplo, podria entonces explicarse por el hecho de que realiz6 una funci6n (0 sea, Satisfizo una demanda, favorecié un interés 0 atendié una necesidad) para algiin grupo numeroso de personas, funcién que los grupos pequefios ng habrfan podido realizar (0 haverlo igual de bien) en circunstancias mo- demas. Esa demanda o interés constituye un incentivo para la formacién y conservacién de la asociacién voluntatia. Es caracterfstico de la teorfa tradicional, en todas las formas que adop- ta, el que la participacién en las asociaciones voluntarias es précticamente universal, yque tanto los grupos pequefios como las grandes organizaciones tienden a atraer miembros por las mismas razones. La variante informal de ateorfa supuso una propensién a pertenecera grupos, sin hacerdistinciones entre grupos de tamafio diferente. Aunque a la variante més refinada sc le puede dar erédito por haber hecho una distincién entre las funciones que pueden ser realizadas mejor por los grupos pequetios y las que pueden ser C/V, Porque si F> cw, viv ob, entonces ypc. Asf pues, si F,> C/V,, el beneficio para una persona por ver que se proporcione el bien colectivo exceder4 al costo. Quiere decir que se supone que el bien colectivo ser4 proporcionado si su costo es, en el punto éptimo de cualquier miembro del grupo, tan pequefto en relacién con el bene- 42. Se podria hacer la misma observacién concentrando Ia atencién en las funcio- res de costo y beneficio dela persona nicamente y pasando por alto los benefcios para 1 grupo; pero esto apartaria la atencién dela fnalidad principal del andlisis, que es stu diar la relacin ene el tamaio del grupo y Ia probabilidad de que se le propercione un bien colectivo. Grupos pequetos 35 ficio del grupo en conjunto proveniente de ese bien colectivo, que el beneticio total excede al costo total en cantidad igual o mayor a aquella en que el beneficio del grupo excede al beneficio de la persona. ‘Resumiendo, la regla es que se supone que un bien colectivo ser4 pro- porcionado si, cuando los beneficios que el grupo obtiene del bien colec- tivo estén aumentando a raz6n de I/F, veces la tasa de aumento del costo total de proporcionar ese bien (es decir, cuando dV /dT = 1/F,(dC/dT), el beneticio total parael grupo es un maltiplo del costo de ese bien, mayor que la proporcién en que los beneficios del grupo lo son con respecto a los beneticios de la persona en cuestisn (es decir, V/C > V/V). El grado de generalidad de la idea basica def modelo que antecede se puede ilustrar aplicéndolo a un grupo de empresas en un mercado, Consi- dérese una industria que produce un producto homogéneo y supéngase que Jas empresas que forman pane de esa industria tratan independientemen- te de maximizar las utilidades. Para simplificar, supondremos también {que los costos marginales de produccién son de cero. Para evitarla adicién de nuevos sfmbolos y para lograr la aplicabilidad del andlisis anterior, su- pondremos que T representa ahora el precio, que S, representa el volumen fisico de las ventas del grupo o industria y que S, representa el tanrane ‘Volumen fisico de las ventas de la empresa J. F, sigue indicando la “frac- cin’ del total que corresponde a la empresa 0 miembro individual del ‘grupo. Indica ahora la fraccién de las ventas totales del grupo o industria que le corresponde ala empresa ien un momento dado: F=5 /S,.Elprecio, T, afectaré a la cantidad vendida por la industria en una medida dada por laclasticidad dela demanda, E. Laclasticidad E = -T/S,(dS JdT), y de esto se deriva una expresin conveniente para la pendiente de 1a curva de demanda dS,/aT: dS, idT = -ES, (7. Sin costos de produeci6n, la produc: cin éptima para una empresa estard dada cuando dA,jdT = d{S,TVAT = 0 $,+T(dS,dT) = 0 FS, +1(d8,!dT) ‘Auf, cuando se supone que la empresa acta independientemente,o sea ue no espera reaccién alguna de las otras empresas, d5,= dS,, por lo tanto FS, + TdS,/dT) =0 Y puesto que dS /dT = -ES,/T, FS, -T(ESJT) =0 SUF -E}=0. 36 Una teoria de los grupos las organizaciones Esto tinicamente puede suceder cuando F, = E. S6lo cuando la elasti- cidad de la demanda para la industria sea menor 0 igual que la fraccién de Ja producci6n de la industria aportada por una empresa en particular ten- ddré esa empresa algiin incentivo para restringir su produccién, Una empre- sa que esté decidiendo si restringiré 0 no su produccién con el fin de dar lugar a.un precio més alto mediré el costo o la pérdida de la produccién a que renuncia comparindolos con los beneficios que obtiene del “bien colectivo” (el precio més alto). La elasticidad de la demanda es una medi- da de eso. Si F, es igual a £, significa que la clasticidad de la demanda de laindustria es igual que la proporcién de la produccién de la industria que corresponde a la empresa en cuestién. Si la clasticidad de la demanda es, digamos, 1/4, significa que una reducci6n del 1 por ciento en la produccién dar lugaraun aumento del 4 por ciento enel precio, de donde resulta obvio ue, si una determinada empresa tiene una cuarta parte de la producci6n dustria, deberd dejar de aumentar, o de restringir, su propia produccién. Si en una industria hubiera, digamos, mil empresas de tamatio igual, la elasticidad de la demanda del producto de la industria tendrfa que ser 1/1000 0 menos para que hubiera alguna restriccién de la produccién. De manera que no hay utilidades en equilibrio en una industria con un rimero de empresas verdaderamente grande, Una empresa maximizadora de utilidades comenzaré a restringir su produccién, es decir, comenzard a actuar eh forma consecuente con los intereses de la industria en conjunto, cuando la tasa a la cual aumenta el beneficio del grupo a medida que se proporciona més T (precio més alto) sea 1/F, veces tan grande como latasa a la cual aumenta el costo total de la restriccién de la producci6n. Es el mismo criterio para el comportamiento orientado hacia el grupo aplicado cn el caso mas general que anteriormente se explice. Este andlisis de un mercado es idéntico al ofrecido por Coumot.“* Eso no debe sorprender, porque la teorfa de Cournot es esencialmente un caso es- pecial de una teorfa mas general de la relaci6n que existe entre los intereses del miembro de un grupo y los intereses del grupo en conjunto. La teorfa de Coumot puede ser considerada como un caso especial del andlisis desarrollado aqut. La solucién de Cournot se reduce por lo tanto a la afir- ‘macién, basada en el sentido comiin, de que una empresa s6lo actuaré para ‘manteneralto el precio del producto que su industria vende cuando el costo total de mantener alto el precio no sea mayor que su parte del beneficio que la industria obtiene con el precio mAs alto. La teorfa de Cournot es, al igual 43. Augustin Cournot, Researches into the Mathematical Principles of the Theory of Wealth, ad, Nathaniel T. Bacon (Nueva York: Macmillan, 1897), especialmente cl cap. v, pigs. 79-90, Grupos pequetos {que el anilisis de la accién de grupo fuera del mercado, una que pregunt: ‘cudndo es conveniente para los intereses de una unidad individual que forma parte de un grupo actuar en favor del interés del grupo en conjunto El caso de Cournot es en un respecto mAs sencillo que la situacién de grupo fuera del mercado, tema principal de este estudio, Cuando un grupx busca un bien colectivo ordinario, mas bien que un precio més alto me diante la restricci6n de la produccién, encuentra, como se dijo en el prime pérrafo de esta secci6n, que la primera unidad del bien colectivo obteni serd m4s costosa por unidad que algunas unidades posteriores de ese bien Estose debe ala irregularidad y aotras caracterfsticas técnicas de los bien: colectivos y a que algunas veces puede ser necesario crear una organiza cin para obtener el bien colectivo. Esto lama la atencién hacia el hech« de que hay dos preguntas distintas que la persona que pertenece aun grupc fuera del mercado debe considerar. Una es si el beneficio total que obten dria proporcionando alguna parte del bien colectivo excederfa al costo tota de esa parte del bien. La otra es qué tanto del bien colectivo debert proporeionar, sia de proporcionaralguno, y aquf la respuesta depende po supuesto de la relaci6n entre los cosios y beneficios marginales, mas bie! que totales. Andlogamente, hay también dos preguntas distintas que deben se contestadas acerca del grupo en conjunto. No basta con saber si un grup pequefio se procurard un bien colectivo. También es necesario determina sila cantidad del bien colectivo que un grupo pequefio obtendra, si obt alguno, tenderé a ser 6ptimo de Pareto para el grupo en conjunto. Es deci gse maximizard el beneficio del grupo? La cantidad éptima de un bie! colectivo que el grupo en conjunto obtendré, si ha de obtener algune vendré dada cuando el beneficio para el grupo esté aumentando en igua proporcidn que el costo del bien colectivo, 0 sea, cuando dV,/aT = dCidT Puesto que, como ya se demostr6, cada persona del grupo tendrfa ui incentivo para proporcionar mds del bien colectivo hasta que F(dV,/dT Cid), y puesto que ZF, = 1, parecerta a primera vista que la suma de b ‘que los miembros individuales aportarfan actuando independientement alcanzard el éptimo del grupo. Parecerfa también que cada miembro de grupo soportarfa entonces una fraccién, F,, de la carga 0 costo total, d manera que la carga de proporcionar el bien pablico serfa compartida ¢ forina “correcta” en el sentido de que el costo seré compartido en igus proporcién que los beneficios, Pero no es asf. Normalmente, la provisi6n del bien colectivo ser notablemente subsptima y la distribucién de la carga serd altamente at bitraria. Eso se debe a que la cantidad de bien colectivo que la persona ob tiene para sf misma les tocard también autométicamente a las demds. D Py Una teoria de los grupos y las organizaciones Ja definici6n del bien colectivo se desprende que una persona no puede ex- cluira las otras del grupo de los beneficios de esa cantidad del bien pablico que proporciona para sf misma Quiere decir que ningdn miembro del grupo tendré independientemente un incentivo para proporcionar una parte ‘cualquiera del bien colectivo una vez que esté disponible Ta cantidad que serfa comprada por el miembro del grupo que tenga la F, mAs grande. Esto sugiere que, asf como los grandes grupos tienen tendencia ano procurarse ningiin bien colectivo, en los grupos pequefios hay una tendencia a la provision menos que dptima de bienes colectivos. La suboptimalidad sera ‘mas grave mientras més pequefia sea la F, de la persona “mayor” del grupo. Puesto que mientras més grande sea el niimero de miembros del grupo, siendo todo lo demas igual, mds pequefiaserd la F,, mientras mds personas sean mds grave serd la suboptimalidad. Evidentemente, entonces, los grupos con un gran niimero de miembros actuarsn por lo general con me- hos eficiencia que los menos mumeroso: Sin embargo, no basta con considerar tnicamente cl nimero de personas 0 unidades de un grupo, porque Ia F, de cualquiera de los miem- bros no s6lo dependerd de cudntos son sino también del “tamafio" (S,) del ‘miembro individual, es decir, de la medida en que saldré beneficiado por un nivel dado de provisidn del bien colectivo. El propictario de grandes posesiones ahorraré ms con una cierta reduccién de los impuestos que aque! que s6lo posce una modesta viviendla y, siendo todo lo demés igual, tendrauna F, mas grande.**Un grupo compuesto de miembros cuyas ,sean desiguales, y que tienen por lo tanto F, desiguales, mostrardn menos ten- dencia a la suboptimalidad (y tendrén més probabilidades de procurarse 44, En To que resta de esta secvign ser4 conveniente y sil suponer que cada miem- ‘bro del grupo recibe la misma eantidad del bien piblico. Asé ocurre de hecho siempre ue el bien colectivo es un “bien pice puro” come lo concibe Samuelson, Sin embar- £0, esta suposicign es mas rigurosa de lo que normalmente se requiere, Un bien pablico puede ser consumido en eantidades desiguales por diferentes personas y ser, no obstante, ‘un bien pablico total en cl sentido de que el consumo por parte de una sola persona no disminuye en forma alguna el de las dems. E incluso cuando el consumo adicional por luna persona dé lugar a reducciones marginales de la centidad disponible para otras, las cconclusiones cualitativas de que habré suboptimalidad y carga despwoporcionada seguirin siondo vstidas 45. Las diferencias de tamafio pueden tener también alguna importancia en las sic tuaciones de mercado. La empresa més grande oblendré una fraccién mayor det bbeneficio total, derivado de un precio mis alto, que una empresa pequefia, y tendeé por Jo tanto mas incentivo para restringir la produccién, Esto suigiere que la competencia de ‘unas poeas empresas grandes entre las muchas pequeia, contariamente alo que opinan algunos, puede dar lugar a una mala asignacign grave de los recursos. Para un punto de vista diferente u este respeeto, véase Willard D. Arant, “The Competition of the Few among the Many”, Quarterly Journal of Economics, LXX (agosto de 1956), 327-345, Grupos pequetor » alguna cantidad de bien colectivo) que otro grupo por lo demés idéntico ‘compuesto de miembros de tamaiio igual. ‘Como ninguno tiene un incentivo para procurarse mas del bien colec- tivo, una vez.que el miembro con la F, més grande ha obtenido la cantidad que desea, es cierto también que la distribuci6n de la carga de proporcionar el bien pablico en un grupo pequefio no estard en proporcién con los be- neficios conferidos por el bien colectivo. El miembro que tenga la F, mas ‘grande soportard una parte desproporcionada de la carga. Por lo que se tefiere a los grupos pequefios con intereses comunes, hay una tendencia sistemética a la “explotacién”* de los grandes por los pequetios. El comportamiento de los grupos pequefios interesados en los bienes colectivos puede ser a veces muy complejo, mucto mas de lo que sugieren los parrafos que anteceden.** Hay ciertos arreglos institucionales y su- Puestos conductuales que no siempre darin lugar a la suboptimalidad y 46. El estudio que aparece en cl texto es demasiado breve y sencillo para hacer plena justicia# algunos siquiera de los casos més comunes, En el que posiblemente es el caso ‘més comin, o sea aquel en que e! bien colectivo no es un pago en dinero a cada miembto de algcin grupo ni slgo que cada uno pueda vender por dinero, los miembros deben ‘comparar el corto adicional de ota unidad del bien colective vn la “ilidad” adicional {que obtendrian de una unidad més de ese bien. No podrfan, como se supone en el texto, ‘comparar simplemente un costo en dinero con un rendimiento en dinero, y por Io tanto hhabria que usar también en el andisis Ias curvas de indiferencia. La tase marginal de sustitucién no s6lo resultaria afectada por el hecho de que el gusto por las unidades icionales del bien colectivo disminuirfan a medida que seconsumieramés del bien, sino también por los efectos en el ingreso. Estos iltimos inducirfan a un miembro del grupo {que hubiera sacrificado una cantidad desproporcionads de su ingreso para obtener el bien pablico avalora su ingreso en més decomio lo habriahecho de haber obtenido el bien colectivo, sin costo, de los demés miembros del grupo. En cambio, quienes no hubieran soportado carga alguna por la obtencién del bien colectivo de que disfrutan encont fan que susingresos reales son més elevados, ya menos quel bien clectivo sea un bien inferior, esa ganancia ene ingreso real fortaleceria su demanda porel bien colecivo. Eso ‘efectos en el ingreso tenderfan a impedir que el miembro més importante del grupo soportara toda la carga del bien colectivo (como lo haria en el caso mucho més sencillo considerado enel texto). Agradezco a Richard Zeckhauser que haya llamado mi atencién hacia la importancia de los efectos en el ingreso en este context. 47. Las insinuaciones morales de la palabra “explotacién” son dessfortunadas. De un andlisis puramente I6gico no se pueden sacar conclusiones morales generales. embargo, como la palabra “explotacién” se emplea comtnmente para describir las situaciones en las cuales hay desproporcin entre los beneficios y los sacificios de diferentes personas, resultara pedante emplear aqui una palabra distnts 48. En primer lugar, el argumento presentado en el texto supone un comportamiento {independiente y pasa por alto la interaccién estratégica a negociacién que es posible fen los grupos pequefios. Como se dir més adelante en este capitulo, la interaccién estratégica.es pr lo general mucho menos importante en los grupos ajenos al mercado que buscan bienes colectivos que entte los grupos de empresis en el mercado. E incluso * Une tori de tos grupos y tas organizaciones desproporcién descritas en los pérrafos anteriores. Cualquier andli adecuado de la tendencia a la provisién menos que éptima de bienes co- lectivos y hacia la participacién desproporcionada en las cargas de su “oblencién resultarfa demasiado largo para incorporarlo cémodamente a este estudio, que se ocupa principalmente de los grandes grupos y s6lo habla de Jos pequefios con cl fin de comparar. El problema de los grupos pequefios ‘que buscan bienes colectivos es de alguna importancia tedrica,” y pricti- camente no ha sido tratado suficientemente en los libros, de manera que serd analizado con mas detalle en futuros articulos. En el resumen no téc- nico de esta seccién se mencionarén algunos casos espectficos a cuyo estu- dio se puede aplicar el presente enfoque de los grupos y organizaciones pequefios. Las condiciones necesarias para la provisién éptima de un bien colec- tivo mediante la acci6n voluntaria ¢ independiente de los miembros de un {grupo se pueden no obstante exponer en forma muy simple. El costo mar- ginal de las unidades adicionales del bien colectivo debe ser compartido exactamente en la misma proporcién que los beneficios adicionales. Sélo ‘cuando hay negociacién. a menudo sucederé que habri dicparidad de paver de negacin- cin, lo cual daré lugar mis 0 menos alos mismos resultados que se deseriben en el texto, (Cuando un miembro den grupo, con una F grande, negocia con un miembro cuya Fes pe- ‘quefa, todo lo que puede hacer es amenazar al miembro mas pequefo diciendo: “Si no proporcionas mas del bien colectivo, yo proporcionaré menos y ll estards entonces en peor situacién que ahora". Sin embargo, cuando el miembro importante restringe si ‘compra de bien pOblico sufriri mas que el miembro menos importante, simplemente porque su Fes mayor. De manera que su amenaa no resultardcrefble, Otro factor que influye en Jamisma formaes que lacantidad méxima de provisin de un bien colectivo quetuna buena rnegociaciGn puede obtener del miembro mAs pequefio es menor quel cantidad que na ne- sgocizcin exitosa puede lograr del miembro importante. Quiere decir que este dltimo, incluso negociando bien, tal vez-no ganaré lo suficiente para justifiar los riesgos u otros costes de negociar, mientras que el mis pequefo, en cantbio, encontrara que el beneficio proveniente de una buena negociacién es grande en comparacién eon los costos que le corresponden de la misma. El problema de ls negociacién es por supuesto més complejo ‘que e50; pero de todos modos resulta claro que la negociacién conduciré normalmente a Jos mismos resultados que las fuerzas explicadas en el texto. 49. La famosa “ieorfa voluntaria del intercambio pbc", de Erik Lindahl, puede, segdn creo, ser enmendada y ampliada cn forma itil con ayuda del andlisis bosquejado en cltexto, Agradezco a Richard Musgrave que llamara mi atencién hacia el hecho de que Jateoriade Lindahl y el enfoque seguidoen este estudio deben de estar muy relacionados. Pero él ve esa relaciGn en forme diferente. Para los andisis de Ia teoria de Lindahl véase ‘de Richard Musgrave “The ¥oluntary Exchange Theory of Public Economy”, Quarterly Journal of Economics, Lill (Febrero de 1939), 213-237; de Leif Johansen “Some Notes ‘onthe Linda! Theory of Determination of Public Expenditures”, International Economic Review, LV (septiembre de 1963), 346-358; de John G. Head “Lindaht's Theory of the Budget”, Finanzarchiv, XXIII (octubre de 1964), 421-454, Grupos peguetos a asf encontraré cada miembro que sus propios costos y beneficios mar- sginales son iguales, al mismo tiempo que el costo marginal total iguala al bbeneficio total o marginal sumado. Si los costos marginales son compar- tidosen cualquier otra forma, la cantidad del bien colective proporcionado serd menos que dptima.A primera vista podria parecer que si algunas asignaciones del costo dan lugar a una provisin menos que éptima de un bien colectivo, entonces algunas otras asignaciones darian lugar a una pro- visiGn mas que 6ptima de ese bien; pero no es asf. En cualquier grupo en el ue la participacién es voluntaria, el miembro o miembros cuya parte del costo marginal exceda a su parte de beneficios adicionales dejarén de contri- buir al logro del bien colectivo antes de que se haya alcanzado el éptimo del grupo, y no hay arreglo concebible con el cual algin miembrono tenga tun costo marginal mayor que su parte del beneficio marginal, excepto aquel en que cada miembro del grupo comparte los costos marginales exacta- ‘mente en la misma proporcidn en que compare los beneticios adicionales.** 50. Encontramos un ejemplo de este punto en muchos convenios de errendamiento agricola, en los cuales el arrendador y el arrendatario comperten a menudo el producto de Ia cosecha en una proporccn ennvenida de antemano. La produecién do la grenje puede fen ese caso ser considerada como un bien piblica para ambos contratantes. Con fte- cvencia el arendstario aportaré toda la mano de obra, la maguinaria y el fertiizante y et sarrendador hard todo el mantenimiento de los edificios, el desagie, las zanjas, ete. Como lo han sefialado correctamente algunos economistas agricola, e808 Convenios son ine ficientes porque el arrendatario s6lo usard mano de obra, maquinaria y fertlizante hasta el punto en que el costo marginal de esos factores de la producin iguae al rendimicnto ‘marginal desuparte delacosecha. Anilogamente, el arrendador proporcionaré.una cant {ad menos que éprima de los fsctores que aporis. La nica manera d evitar esa provisin ‘menos que dptima de los factores en un arrendumiento de participacidn es hacer que el arrendador y el arrendatario compartan los cosios de cada uno de los factoes (variables) de la produccisn en la misma proporcién en que comparten la producciGn. Tal vez, en la ‘mayoria de los convenios de arrendamiento de partcipacién, esa ineficiencia asociada ayude a justifiear la observacin en el sentido de que, en muchas dreas donde los agri caultores no son duetios de la tierra que trabajan, la reforma agraria es necesaria para aumentar la eficiencia de la agricultura. Véase Ear] O, Heady y E. W. Kehrberg, Effect of Share and Cash Renting on Farming Efficiency (Iowa Agricultural Experiment Station Bulletin 386), asfcomo Bari O. Heady, Economics ofAgricullural Productionand Resource Use (Nueva York: Prentice-Hall, 1952), esp. las paps. 592 y 620, 51. Se podria exponer a veces un argumento similar para explicar la observacién co- ‘iin de que hay “miseria pablica” en medio del “esplendor privado”, es decir, una provi sign menos que éptima de bienes pablicos. Tal argumento seria pertinente al menos en ‘aquellos casos en que los desembols0s pbs propuestos, éptimos de Pareto, benefi- cian a un grupo de personas més pequefio que aquel que paga impuestos para solventar «esos desembolsos. La idea de que por lo general hasta las desembolsos pablicos 6ptimos {de Pareto benefician a grupos de personas més pequeiios que aquel que los paga me fue suugerida por Julius Margolis através de su il artfeulo “The Structure of Government and a Une teria de tor grupos y las organtzaciones ‘Aunque hasta los grupos més pequefios tienden a proporeionar canti- dades menos que dptimas de un bien colectivo (a menos que compartan el costo marginal en la forma que hemos descrito), el punto mas importante ue hay que recordar es que algunos grupos lo suficientemente pequefios Public Investment” publicado en American Economic Review: Papers and Proceedings, LIV (mayo de 1964), 236-247, Véasemi "Discussion" del articulo de Margolis (yde otros) en el mismo nimero de la American Economic Review donde se sugiere una manera de usar un modelo de! tipo desarrllado en este estudio para explicar a opulenciaprivada y la miseria pdblica. Resulta interesante el que John Head (Finanzarchiv, XU, 453-454) y Leif Johansen (International Economic Review, IV, 353), aungue partieron de puntos diferentes del mfo y siguieron el enfoque de Lindahl, hayan legado en este respecto a conclusiones que no difieren completamente de las miss. Para conocer algunos argumentos interesantes que indican fuerzas que podrian dar lugar a niveles suprasptimos de des- ‘embolso gubernamental, véanse otros dos trabajos en el nimero dela American Economic Review citado anteriormente, que son “Fiscal Institutions and Efficiency in Collective (Outay” (pigs. 227-235) por James M. Buchanan, y “Divergencies between Individual and Total Costs within Government” por Roland N. MeKean, Grupos pequetos * pueden procurarse alguna cantidad de un bien colectivo mediante la ac- cién voluntaria y racional de uno 0 mAs de sus miembros. En esto se dis- tinguen de los grupos verdaderamente grandes. Hay dos cosas que se deben determinar para saber si existe alguna presuncién de que tn grupo dado se proveerd voluntariamente de un bien colectivo. Primero habra que descu- brir la cantidad 6ptima del bien colectivo que cada persona adquitir4, sies que va a hacerlo. Esto viene dado cuando F(dV,JdT) = dC/dT*En se- gundo lugar habré que determinar si cualquier miembro o miembros del ‘Brupo encontrardn, con ese 6ptimo individual, que el beneficio que el bien colectivo le proporciona al grupo excedisé al costo total en proporcién ‘mayor que aquella en que excedi6 al beneficio que el miembro obtuvo de ese bien colectivo; es decir si F,>C/V,. El argumento se puede exponer en forma todavia més simple diciendo que, siaun nivel cualquiera de compra del bien colectivo el beneficio para el grupo excede al costo total en mas de lo que excede al beneficio de una persona cualquiera, se puede suponer que el bien colectivo serd proporcionado, porque entonces el beneficio de lapersonaexcede al costo otal de proporcionarle el bien colectivo al gru- po. Esto se ilustra en la figura anterior, donde una persona estaré supues- tamente en mejor situacién por haber proporcionado el bien colectivo, sea que haya aportado la cantidad V, la cantidad W o cualquier otra inter- media, Si se obtiene una cantidad cualquiera del bien colectivo entre V y W, aunque no sea la cantidad éptima para la persona, F, excederd a C/V, Resumen no téenico de la seccién D La parte técnica de esta secci6n ha demostrado que ciertos grupos pe- ‘quefios pueden proveerse de bienes colectivos sin recurrira la coaccién ni a otros estimulos positivos aparte del bien colectivo mismo.**Esto se debe a que en algunos grupos pequefios cada uno de los miembros, o por ‘52, Si F,no es una constant, este dptimo individual viene dado cuando F(dV ta) + V (dF jdt) = dCidT 53. Estoy en deuda con el profesor John Rawls del Departamento de Filosofia de Ia Universidad de Harvard por recordarme cl hecho de que ilésofo David Hume percibis ue los grupos pequetios podian aleanzar propésitos comunes, pero los grupos grandes no. El argumento de Hume es, sin embargo, un tanto diferente del mio. En A Treatise of Human Nature, edicin Everyman (Londres: J. M. Dent, 1952), Hy 239, Hume escribid “En la naturaleza humana no hay rasgo que dé lugar a més errores funestos en nuestra cconducta que aquel que nos induce a preferir lo presente alo distante yremoto y nos hace {esear los objetos de acuerdo con su situacién més que con su valor intrinseco. Dos veci- ‘nos pueden convenir en desaguar un prado, que poseen en comin, porque lesresultafécil saber e6mo piensa el otro y cada uno debe percatarse de que, si fall, la consectiencia Inmediata sera el abandono de todo el proyecto; peroes muy dificil en realidad imposible, “ ‘Una teria de os grapos y las organieaciones Jo menos uno de ellos, encontrardn que su beneficio personal al tener el bien colectivo excede al costo total de proporcionar alguna cantidad deese bien, Hay miembros que, si se suministrael bien colectivo, estardn ‘en mejor situacién, aunque tuvieran que pagar todo el costo, de como es- tarfan sino se proporcionara. En esos casos existe la presuncién de que €1 bien colectivo seré proporcionado. Esa situacién s6lo se dar& cuando el beneficio que el grupo recibe teniendo el bien colectivo exceda al costo total en mas de Jo que excede al beneficio de uno 0 mas miembros del ‘grupo. Asf pues, en un grupo muy pequefio donde cada miembro obtiene una proporcién substancial del beneficio total por el solo hecho de que hay pocas personas en el grupo, a menudo se puede obtener un bien co- lectivo mediante la acci6n voluntaria ¢ interesada de sus miembros. En Jos grupos mas pequefios marcados por grados importantes de desigual- dad (es decir, grupos de miembros de “tamafio” distinto o cuyo interés por el bien colectivo no es igual) existe 1a mayor probabilidad de que un bien colectivo serd proporcionado, porque mientras mayor sea el interés de un miembro cualquiera por el bien colectivo mas probable seré que ese micmbro obtenga una proporcién tan importante del beneficio total que saldré ganando si procura que el bien sea proporcionado, aunque é1 mismo tenga que pagar todo el costo. Incluso en los grupos més pequerios, sin embargo, el bien colectivo no ser proporcionado de ordinario a una escala Sptima. Es decir, los miem- ‘bros del grupo no proporcionardn de ese bien tanto como les convendria de acuerdo con su interés comiin, S6lo ciertos arreglos institucionales espe- ciales les ofrecerdn a los miembros individuales un incentivo para adquirir las cantidades del bien colectivo que sumadas darfan la cantidad que el gru- oenconjunto requiere. Esa endencia a la suboptimalidad se debe al hecho ‘de que un bien colectivo es, por definicién, de naturaleza tal que no se pue- de impedir que otras personas del grupo lo consuman una vez que cual- {que mil personas se pongan de acuerdo en una accin parecida, porque les resulta diffi concertar un diseRo ten complicado y mas todavia ejecutarlo y cada una buseard un pre texto para liberarse de la molestiay ol gasto y preferird que otros soporten la carga. La sociedad politi remedia esos dos inconvenientes. Los magistrados encuentran un inte rés inmediato por los intereses de cualquier parte considerable de sus sujetos, No tienen {que consultar a nadie mas que «sf mismos para elaborar un esquema que promueva ese interés. ¥ como la fall de una parte evalquiera en la ejecucin est asociada, aunque no de Jnmediato, con falla de todos, evitan esa alla porque no tienen interés en ella Sea nme data 0 remota. Asf se construyen puentes, se abren puertos, se levantan murals, se hacen canales, se equipanflots y se disciplinan ls ectos, en todas parte, bajo el cui- dado del gobierno el cual, aunque se compone de hombres sujeos a wodas las debilidades hhumanas, se convert, gracias una dels invenciones més admirablesy sutles que se pueda imaginar,en una mixtura que hasta cierto punto esté exenta de todas esas debilidades”. Grupos peqniior &) uiera de los miembros del grupo lo ha conseguido para sf. Puesto que ast ‘un miembro individual obtiene sélo una parte del beneficio derivado de ‘cualquier desembolso que haga para obtener més del bien colectivo, dejard de comprar ese bien antes de que se haya logrado la cantidad que es 6ptima para el grupo en conjunto. Ademés, las cantidades del bien colectivo que lunmiembro del grupo recibe de otros miembros sin costo alguno reducirén mds ain su incentivo para proporcionar mds de ese bien a su propia costa. Por 1o-tanto,-mientras.mds grande sea el grupo mds lejos estard de\) roporcionar una cantidad dptima de un bien colectivo. Esa suboptimalidad o ineficiencia ser algo menos grave en los grupos compuestos de miembros de tamatios muy distintos o cuyo interés por el bien colectivo difiere mucho, En esos grupos desiguales, por otra parte, existe una tendencia a distribuir arbitrariamente la carga de proporci nar el bien colectivo, El miembro mas grande, aquel que por sf mismo proporcionarfa la mayor cantidad del bien colectivo, soporta una parte desproporcionada de la carga. El miembto mas pequefio, por definicién, Obtiene de la cantidad de bien colectivo que aporta una fraccién de benefi- ciomés pequefia que la que obtiene el miembro grande; de manera que tiene ‘menos incentivo para proporcionar cantidades adicionales del bien colec~ /0. Una vez.que un miembro mas pequefio tiene la cantidad de bien colecti- Yo que recibe sin costo del miembro més grande, tendré mas de lo que habria comprado por sf mismo y no habré incentivo alguno para obtener algo de ese bien a su propia costa. En Jos grupos pequefios con intereses comunes hay por lo tanto una tendencia sorprendente a la “explotacién” de los grandes por los pequetios : EI argumento de que los grupos pequefios que consiguen bienes Colectivos tienden a proporcionar cantidades menos que éptimas de esos bienes, y que las cargas de proporcionarlos son repartidas en forma arbitraria y desproporcionada, no es valido en todas las situaciones l6gi ‘mente posibles. Ciertosarreglosinstitucionaleso de procedimiento pueden darlugara resultados diferentes. El asunto no puede ser analizado debida- mente en un estudio breve, Por esta razdn, y puesto que el interés principal de este libro se centra en los grandes grupos, muchas de las complejidades del comportamiento de los grupos pequefios se han pasado por alto en este trabajo. Un argumento del tipo que acabamos de bosquejar podrfa no obstante ajustarse bastante bien a algunas situaciones précticas importan- tes y puede servir al propésito de sugerir que un andlisis similar mas detallado podria ayudar a explicar la aparente tendencia de los pafses mas grandes a soportar partes desproporcionadas de las cargas de las organi zaciones multinacionales, como las Naciones Unidas y la OTAN, y a explicar algo de la popularidad del neutralismo entre los pafses mas “ ur / Pequefios. Ese andlisis tenderfa también a explicar las continuas quejas enel sentido de que a las organizaciones y alianzas internacionales no se les proporeionan cantidades suficientes (6ptimas) de recursos.**Sugerirfa también que los gobiernos locales aledanos en las 4reas metropolitanas que proporcionan bienes colectivos (por ejemplo, carreteras de enlace y edu- cacién) que benefician a los residentes de dos 0 més jurisdicciones tende- rfan a proporcionar cantidades insuficientes de esos servicios, y que el gobiemo local més importante (el que representa a la ciudad central) sopor- taré partes desproporcionadas de la carga que implica proporcionarlos.** Un andlisis del tipo que antecede podrfa, por tiltimo, ofrecer algunas ideas ‘ms sobreel fenémeno del liderazgo de precios y particularmente sobre las posibles desventajas que representa el ser la empresa més importante dentro de una industria, ‘Sin embargo, en el presente contexto, e1 punto sobresaliente respecto alos grupos pequefios es que pueden muy bien ser capaces de proveerse de tun bien colectivo debido simplemente al atractivo que tiene ese bien para los miembros individuales. En esto, los grupos pequefios difieren de los grandes. Mientras mds grande sea un grupo, mAslejos estard de obteneruna provisién éptima de cualquier bien colectivo y menos probable seré que aettie para obtener siquiera una cantidad mfnima de ese bien, En suma, mientras mas grande seaeel grupo menos favorecerd sus intereses comunes. ‘corde de tos grupos y las onganizaciones E. Gauros “Exciusivos" & “iNcLUSIVos”” No se debe ya pasar por alto el movimiento de entrada y el de salida del grupo. Es una cuestiGn importante, porque las industrias 0 grupos de mer- cado dificren fundamentalmente de los grupos ajenos al mercado en sus actitudes hacia ese movimiento, La empresa que forma parte de una indus- tia quiere impedir que otras empresas nuevas vengan a compartir el mercado, y desea que la mayor cantidad posible de las que ya estén en la industria se salgan de ella, Quiere que el grupo se reduzca hasta que haya preferiblemente una sola: su ideal es un monopolio. De manera que en un ‘54, Algunas de las complejidades del comportamientoen los grupos pequefios setratan cen el articulo de Mancur Olson, Jr. y Richard. Zeckhauser “An Economic Theory of Alliances”, Review of Economics and Statistics, XLVIM (agosto de 1966), 266-279, y en “Collective Goods, Comparative Advantage, nd Allianee Efficiency" en Issues of Defense Economics (A Conference of the Universities-National Bureau. Commitee for Economic Research), Roland McKean, ed, (Nuova York: National Bureau of Economic Research, 1967), pigs. 25-48. (Nota de pie de pigina agregada en 1970), 55. Estoy en deuda con Alan Williams, de In Universidad de York, Inglaterra, cuyo estudio del gobierno local Iams mi atencién hacia la importancia de esa clase de fen6- ‘menos entre gobiernos locales. Grupos “exclusivon” e“inclusivos” ” mercado las empresas son competidoras 0 rivales. En los grupos u orga- nizaciones ajenos al mercado y que buscan un bien colectivo sucede lo contrario. Por lo general, mientras mayor sea el ntimero de participantes disponibles para compartir los beneficios y los costos, mejor serd. Un aumento del tamafio del grupo no implica competencia para nadie y en cam- ‘bio puede dar lugar a costos mas bajos para tos que ya pertenecen aé1. Lo cierto de este punto de vista resulta evidente de la observacisn cotidiana, Mientras las empresas en un mercado lamentan cualquier aumento de 1a ‘competencia, las asociaciones que proporcionan bienes colectivos en si- tuaciones ajenas al mercado casi siempre les dan la bienvenida a nuevos ‘miembros, En realidad, esas organizaciones tratan a veces de hacer que la membresfa sea obligatoria, {Por qué existe esa diferencia entre los grupos del mercado y los aje- nos a él si, como se ha demostrado en secciones anteriores aeste capitulo, tienen grandes similitudes? Si el hombre de negocios en el mercado y el miembro del grupo de presién se parecen en que cada uno sabe que los beneficios provenientes de cualquier esfuerzo realizado para alcanzar las metas del grupo sern en su mayor parte para los otros miembros, {por qué son tan diferentes cuando se trata del ingreso al y la salida del grupo? La respuesta es que en una situacién de mercado el “bien co- lectivo” (el precio més alto) es de naturateza tal, que siuna empresa vende mds a ese precio otras tendrén que vender menos; de manera que el beneficio que proporciona esté fijo en 1a oferta, mientras que en las si- tuaciones ajenas al mercado el beneficio derivado de un bien colectivo no de- pende de la oferta. En un mercado dado s6lo se pueden vender cierto nimero de unidades de un producto sin hacer que baje el precio; mientras que cualquier niimero de personas se pueden unir a una organizacion de presi6n sin que necesariamente se reduzcan los beneficios para las demés.**En un mercado, por lo general, lo que una empresa acapara no puede ser obtenido por otra. En una situacién ajena al mercado. esen- cialmente, lo que una persona consume puede también serdisfrutado por otra, Si una empresa prosperaen un mercado, se convierte en un rival mds, formidable; pero si una persona prospera en un grupo ajeno al mercado puede muy bien tener un incentivo para pagar una parte mayor del costo del bien colectivo, 56. En unclub social que les da categoria asus miembros porque es “exclusive el bien colectivo de que se trate es como un precio supracompettive en un mercado, no como la situacién normal ajena al mercado. Si los “400” més importantes se convirtiran en los “4000” mis importantes, los beneficios para quienes ingresan quedarfan contrarrestados por las pérdidas de los antiguos miembros, los cuales habrianintercambiado una relacién social elevada por otra que s6lo podria ser respetable. “ Una teria de los prapos y las organizaciones Envvista de la cantidad fija y por lo tanto limitada del beneficio que se puede derivar del “bien colectivo” (el precio més alto) en el caso del mercado, lo cual induce a os miembros de un grupo de mercado a tratar d& reducir el tamatio de su grupo, a esa clase de bien colectivo se le Hlamard agu{ “bien colectivo exclusivo”.‘”En vista de que la provisin de bienes colectivos en las situaciones ajenas al mercado, en cambio, aumenta auto- méticamente cuando el grupo crece, a esa clase de bien puiblico se le debe lamar “bien colectivo inclusivo”.* Por lo tanto, el que un grupo se comporte exclusiva o inclusivamente depende de la naturaleza del objetivo que el grupo persigue, no de algunas ccaracteristicas de los miembros. En realidad, el mismo conjunto de empre- sas 0 personas podrfa ser un grupo exclusivo en un contexto y un grupo inclusivo en otro. Las empresas de una industria serfan un grupo exclusi- vo cuando buscan un precio mds alto en su. industria restringiendo 1a 57. Esta aplicacién de Ia idea de bien colectivo es sin duda en algunos respectos {demasiado amplia en el sentido de que no se requiere el eoncepto de bien colectivo para analizarel comportamiento del mercado. Otasteors son mejores porlo general paraese fin, Pero en esiecontexto particular es il tratar el precio supracompetiive como un tipo especial de hien enleetive, Fe una huona técnica expositva para sealer similitudes y ‘coniasies en as situacfones demercado yenlas ajenasaél por lo querespectaa larelacién ‘entre 1os intereses individuales y la accin orientada hacia el grupo. Espero que en las ‘lginas que siguen ofrecers también alguna nocién de las organizaciones que realizan funciones dentro y fuera del mercado y del aleance de la negociacién en los grupos de mercado y 1s ajenos a 1 58. Hay algunos parslclos interesantes enire mis conceptas de bicnes calectivos “ex:

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