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Final de Historia.

 Bloque 1.
El renacimiento europeo
Comienza en Europa en el siglo XV y se extiende hasta el XVII, y se
caracteriza por el conjunto de fenómenos políticos, religiosos y culturales que
"sustituye el cuadro espiritual de la Edad Media". Al florecimiento de todas las
manifestaciones artísticas se agrega un vigoroso despertar de todas las formas
del pensamiento humano.
El nombre Renacimiento proviene del francés "Renaissance" y fue creado por
escritores y críticos del siglo XVIII que vieron en esa revolución moral y artística
un retorno a la antigüedad clásica, un "renacer" de los ideales en que el mundo
antiguo se había inspirado.
El auténtico Renacimiento español se produce en el período de agotamiento
del Renacimiento italiano. Descansa sobre las tradiciones populares españolas,
más que sobre fuentes griegas y latinas. Italia lega a España todo lo que ella
ha descubierto, tanto de los griegos como de los romanos, y España lo
aprovecha para alcanzar su propia madurez. Además, recibe el préstamo de
otras culturas, como la arábiga, la judía, y la de todos los países de Europa a
través de sus dominios, de la realidad americana a través de sus
colonizadores.
Sus características fundamentales.
Las características fundamentales del Renacimiento son:
 La consideración antropocéntrica del mundo, es decir, que el hombre, poseedor
de una nueva escala de valores, es centro y finalidad de todas las cosas; busca
el desarrollo armónico de sus facultades físicas y espirituales. Está orgulloso de
su saber y de su poder. Es un verdadero gustador de la belleza. El señor feudal
se convierte en un cortesano, quien personifica la vida social.
 Imitación de los modelos griegos y romanos.

El Renacimiento español
El Renacimiento en España no implica una ruptura con la tradición medieval
como ocurre en otros países, porque:
• la Edad Media no pierde contacto con las letras clásicas;
• no se produce una crisis en el seno de las creencias religiosas.
Por eso, dice Dámaso Alonso que "lo esencialmente español, lo
diferencialmente español en literatura es esto: que nuestro Renacimiento y
nuestro Post renacimiento barroco son una conjunción de lo medieval hispánico
y de lo renacentista y barroco europeo. España no se vuelve de espaldas a lo
medie va a llegar el siglo XVI (como lo hace Francia), sino que, sin cerrarse a
los influjos del momento, continúa la tradición de la Edad Media. Esta es la
gran originalidad de España y de la literatura española, su gran secreto y la

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clave de su fuerza y de su desasosiego íntimo. Hay como una veta de literatura
medieval (romancero y cancionero popular, etc.) que entra en el siglo XVI, y
llega soterrañamente hasta nuestros días"
Se caracteriza por la:
 fusión de la tradición medieval con los nuevos aportes europeos;
 valoración que hace España de su pasado;
 cristianización de la antigüedad;
 coexistencia de lo popular, local e hispánico con la cultura universal,
recibida de la herencia clásica;
 unidad político-religiosa;
 armonización de tendencias contrapuestas (tradición religiosa más
humanismo pagano);
 fusión de idealismo y realismo;
 nacionalización de temas extranjeros;
 finalidad ética y didáctica.
Garcilaso de la Vega (1501-1536) De familia noble, recibe una formación
cortesana al lado de importantes humanistas que lo hacen buen conocedor de
la cultura clásica grecolatina. También fue soldado al servicio de Carlos V. Su
obra literaria supone una renovación de los contenidos (temas como el amor, la
naturaleza y la mitología), y la del estilo (lenguaje culto, elaborado, cargado de
epítetos, comparaciones, metáforas, etc.). Su producción poética fue corta,
pero de altísima calidad.
Esta obra, (Égloga I), es su creación más significativa, se corresponde con el
género lírico, concretamente con el subgénero de la égloga, composición en la
que unos pastores idealizados exponen sus quejas amorosas en un ambiente
caracterizado como un Locus amoenus (“lugar ameno”, lleno de paz, flores,
frescas arboledas, ríos, animales…).
Égloga I
“Égloga”, deriva del griego, y significa “seleccionado” o “escogido”. Los
griegos la empleaban para designar toda colección de poemas breves a modo
de pequeña antología, representando de esta manera a la poesía pastoril, que
en el Renacimiento estaba integrado por un tipo especial de poesía lírica, de
novela y de drama.
La Égloga está dividida en treinta estancias y consta de 421 versos. Las
estancias tienen catorce versos.
El primer verso de la primera estancia nos adelanta, más que el tema, el tono
del poema. En el dulce lamentar se funden dos sentimientos en cierto modo
opuestos, ya que la amargura de dicha lamentación se dulcifica por el canto
melodioso.
El tema de la égloga es el amor. Expresándose desde dos posturas diferentes
mediante la exposición del dialogo de dos pastores. El primero, Salicio, que se
lamenta del desdén y la frialdad de la hermosa Galatea, que lo ha abandonado
por otro:

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SALICIO 
Por ti el silencio de la selva umbrosa, 
por ti la esquividad y apartamiento 
del solitario monte me agradaba; 
por ti la verde hierba, el fresco viento, 
el blanco lirio y colorada rosa 
y dulce primavera deseaba. 
¡Ay, cuánto me engañaba! 
¡Ay, cuán diferente era 
y cuán de otra manera 
lo que en tu falso pecho se escondía! 
Bien claro con su voz me lo decía 
la siniestra corneja, repitiendo 
la desventura mía. 
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo. 
El segundo, Nemeroso, llora la muerte de su amada Elisa.
NEMOROSO 
¿Quién me dijera, Elisa, vida mía, 
cuando en aqueste valle al fresco viento 
andábamos cogiendo tiernas flores, 
que había de ver con largo apartamiento 
venir el triste y solitario día 
que diese amargo fin a mis amores? 
El cielo en mis dolores 
cargó la mano tanto, 
que a sempiterno llanto 
y a triste soledad me ha condenado; 
y lo que siento más es verme atado 
a la pesada vida y enojosa, 
solo, desamparado, 
ciego, sin lumbre, en cárcel tenebrosa. 
Estas, son dos formas de pérdida amorosa, dos situaciones que a pesar de que
contrastan tienen un fundamento en común; el dolor por la indeseada soledad.
Los dos pastores, representan a Garcilaso en dos momentos de su vida: antes
y después de 1534, año en que muere doña Isabel Freyre
En la Égloga, hay numerosas figuras retóricas durante toda la égloga como:
comparaciones (“más dura que el mármol”); paradojas, en las que contrapone
ideas (“encendido fuego-helada nueve”); desorden en la estructura normal de
una oración, es decir, hipérbaton (“vergüenza he que me vea ninguno en tal
estado, de ti desamparado”); paralelismo, en el que repite la misma frase en
ambas partes (“salid sin duelo, lágrimas, corriendo”); epítetos(selva umbrosa,
fresco viento, verde hierba, etc.); enumeraciones de ideas (“por ti la verde
hierba, el fresco viento, el blanco lirio y colorada rosa”); hipérbole con la que
exagera hechos (“más dura que el mármol”); y encabalgamiento. Este último
también es herencia italiana, con él se consigue cortar una frase inacabada al
final del verso y continuarla en el siguiente, lo que le da sonoridad al poema.

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 Bloque 2
El Barroco.
A lo largo del siglo XVI se cultivan distintos géneros narrativos que conviven
con los libros de caballería y que tienen en común la evasión de la
realidad. Estos géneros son: novela sentimental (amores desdichados),
novela pastoril, y novela morisca (relatos de amor y guerra de árabes
granadinos). Frente a todos estos géneros narrativos se encuentra la novela
picaresca que se caracteriza por reflejar la sociedad tal como se estaba
viviendo. En aquella época era frecuente la mendicidad infantil, por eso los
personajes de estas novelas son pícaros, muchachos que se ganan la vida
mendigando y pasando penurias. Dentro de este género, es “El Lazarillo de
Tormes” la obra más representativa. Novelas posteriores de interés son: “El
Buscón” de Quevedo, y “Rinconete y Cortadillo” de Cervantes.
Durante el siglo XVII, se desarrolló un estilo literario europeo, la literatura del
Barroco, que se caracterizó por el triunfo de la ornamentación, los juegos de
palabras, la búsqueda de la emoción y el placer estético. A diferencia
del Renacimiento, el Barroco se caracteriza por la idea del desengaño y por el
pesimismo. Las temáticas frecuentes en esta literatura son la vida como lucha,
sueño o mentira y la fugacidad de los hechos humanos, plasmadas en un estilo
suntuoso y recargado. La literatura barroca hace uso desmedido de
la adjetivación, el hipérbaton, la elipsis, la metáfora, la perífrasis, la antítesis y
las alusiones mitológicas.
En España el Barroco coincide con el Siglo de Oro. Dominan los temas
amorosos, del honor, los religiosos (con la contrarreforma en marcha) y la
sátira. En poesía la polémica entre Conceptismo y Culteranismo alterna con el
descubrimiento de nuevas formas estróficas y la continuación
del soneto renacentista. La novela vive una época de máximo esplendor, con
las obras de Cervantes y gran cantidad de subgéneros (donde destaca
la novela picaresca). En el teatro predominan las comedias y los "autos
sacramentales" o dramatizaciones de pasajes bíblicos. Pedro Calderón de la
Barca mezcla las normas de la comedia con los temas graves y hace
evolucionar la tragedia hispánica.

En la prosa, se cultivan intensamente la novela picaresca, como La vida del


Buscón, de Quevedo. Hay menos interés por la novela pastoril, sentimental y
morisca, pero surge la novela cortesana, que trata de historias de amor en
palacios y ambientes distinguidos.

No obstante, la obra más importante del Barroco, y de toda la narrativa española,


es El Quijote, en el que el desengaño tan representativo de este periodo resalta
sobre todo en la segunda parte cuando el mundo caballeresco de su
protagonista comienza a desmoronarse, lo trágico se yuxtapone a lo cómico y los
personajes reflejan la realidad del declive de la sociedad del siglo XVII.

Miguel de Cervantes (1547~1616), es el escritor más grande en la historia


literaria de España. Sin duda alguna, su obra maestra Don Quijote de la
Mancha es conocida hasta los rincones de toda la España.

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El Quijote, reconocida como obra maestra, consta de dos partes: la primera se
publicó en 1605 bajo el título de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote la Mancha; la
segunda, de 1615, se denominó El Ingenioso Caballero Don Quijote de la
Mancha.
La novela comienza con una célebre frase: En un lugar de la Mancha, de cuyo
nombre no quiero acordarme... Allí, Alonso Quijano, un hidalgo manchego
aficionado a los libros de caballerías, se vuelve loco y cree ser un caballero
andante. Se cambia el nombre, desempolva una antigua armadura y decide ir,
en un viejo y flaco caballo, Rocinante, en busca de aventuras con la intención
de deshacer entuertos, ayudar a los débiles y merecer el amor de Dulcinea
(quien es una idealización de la aldeana Aldonza Lorenzo). Don Quijote realiza
tres salidas de su casa.
En la primera salida (capítulos 1-6), es armado caballero burlescamente en
una venta que él identifica como un castillo. Después de ser apaleado por unos
mercaderes, un vecino lo recoge y lo lleva a la aldea.
En la segunda salida (capítulos 7-52) lo acompaña como escudero un
ignorante labrador, Sancho Panza, quien espera obtener grandes beneficios.
Ambos recorrerán caminos de La Mancha y Sierra Morena. Don Quijote,
deseoso de aventuras, confunde siempre lo que ve con lo que imagina y echa
la culpa de sus fracasos a unos encantadores. Lucha con unos molinos de
viento como si fueran gigantes; se enfrenta a unos frailes a los que considera
secuestradores; ve unos rebaños de ovejas que toma por ejércitos enemigos;
libera a unos condenados a galeras que luego lo apedrean, etc. El cura y el
barbero de su pueblo idean un plan para hacer volver a Don Quijote, quien
regresa encerrado en una jaula. Estas y otras aventuras están mezcladas con
otra serie de relatos, algunos totalmente ajenos al argumento central. Estos se
denominan episodios intercalados, y corresponden a distintas narraciones,
como pastoriles, (Marcela y Grisóstomo. I 11-14), amorosas (Dorotea y don
Fernando, I28-29. Cardenio y Luscinda, I 23-26. Doña Clara y don Luis, I 43.
Leandra y Eugenio, I 51) y autobiográficas, (el cautivo, I 37-41).
Mención aparte merece “El curioso impertinente” (1, 33-35), verdadera
"novella", cuya lectura se realiza mientras el caballero duerme en una venta, la
de Juan Palomeque, el Zurdo. Es decir, que el autor ha intercalado esta vez, no
ya un acontecer extra quijotesco, sino una obra literaria, lo que conforma un
caso especial: literatura -la novela de El curioso impertinente dentro de la
literatura -el Quijote.
En la tercera salida (toda la segunda parte), Don Quijote y Sancho atraviesan
Aragón para llegar hasta Barcelona. En el camino, es Sancho quien engaña a
su amo, intentando hacerle creer que una ruda labradora es Dulcinea. Llegan al
castillo de unos duques, que ya conocen a ambos porque han leído la primera
parte de El Quijote y, para divertirse, les preparan varias aventuras: destacan
los capítulos en los que ponen a Sancho como gobernador de una ínsula; el
escudero, que ha aprendido mucho de su amo, actúa con buen sentido común
y sale relativamente airoso de la prueba. Tras otra serie de episodios, se
encuentran en Barcelona con el Caballero de la Blanca Luna (que no es más
que Sansón Carrasco, un estudiante de su pueblo), quien reta a Don Quijote y,
al vencerlo, le obliga a volver a casa. Al poco de regresar, enfermo y derrotado
moralmente, Don Quijote recobra el juicio y muere como Alonso Quijano el
Bueno.

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Cervantes afirmó varias veces que su primera intención era mostrar a los
lectores de la época los disparates de las novelas de caballerías. En efecto,
el Quijote ofrece una parodia de las disparatadas invenciones de tales obras.
Pero significa mucho más que una invectiva contra los libros de caballerías. Por
la riqueza y complejidad de su contenido, de su estructura y técnica narrativa,
la más grande novela de todos los tiempos admite muchos niveles de lectura e
interpretaciones tan diversas como considerarla una obra de humor, una burla
del idealismo humano, una destilación de amarga ironía, un canto a la libertad
o muchas más.
Entre otras aportaciones más, el Quijote ofrece asimismo un panorama de la
sociedad española en su transición de los siglos XVI al XVII, con personajes de
todas las clases sociales, representación de las más variadas profesiones y
oficios, muestras de costumbres y creencias populares. Sus dos personajes
centrales, don Quijote y Sancho, constituyen una síntesis poética del ser
humano. Sancho representa el apego a los valores materiales, mientras que
don Quijote ejemplifica la entrega a la defensa de un ideal libremente asumido.
Pero no son dos figuras contrarias, sino complementarias, que muestran la
complejidad de la persona, materialista e idealista a la vez.
La prosa española alcanzó su cumbre con esta obra. El Quijote no posee un
estilo uniforme, sino que es admirablemente polifónico. En él se combinan
todos los niveles de la lengua que creó la prosa del Renacimiento, a veces con
forma paródica o imitación burlesca. Es admirable la riqueza polifónica con la
que se expresan sus múltiples personajes: cada uno habla según su condición
y su estado de ánimo; así oímos las voces de la ciudad y de la aldea, de los
cabreros y de los aristócratas, de mozas de partido o de clérigos, de la más
noble retórica o del dicterio más vulgar y de la infinidad de tonos de Don
Quijote, según sea su humor y la expresión sensata y cazurra de Sancho, tan
amigo de los refranes.

Voces narrativas.
En los antiguos libros de caballería, el narrador era omnisciente e
incontestable, donde se intentaba justificar la autenticidad del relato,
relacionando al héroe con supuestos documentos históricos fiables. A mayor
número de fuentes, más credibilidad.
En el Quijote, Cervantes parodia los libros de caballería, y también su recurso
de la DIVERSIDAD DE FUENTES.
Cervantes, inventa un entramado de distintos narradores cuyas visiones se
completan, se complementan y hasta se critican entre sí.
El primer narrador, es el que interviene en los capítulos del 1 al 8 de la
primera parte: “…En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero
acordarme…”. Este primer narrador, se trata de un “curioso investigador” que
recopila los escritos de varios CRONISTAS y AUTORES MANCHEGOS que
han recogido la “Historia real” del Ingenioso Hidalgo. Y su relato queda
interrumpido al final del capítulo 8: “…Pero está el daño de todo esto que en
este punto y término deja pendiente el autor de esta historia esta batalla,
disculpándose que no halló más escrito de estas hazañas de don Quijote, de

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las que deja referidas…”. De esta manera nos quedaríamos sin saber cómo
termina la batalla entre don Q y el Vizcaíno.
El segundo narrador, es el lector de la historia del primer autor, ansioso por
saber el final, que empieza a hablarnos en primera persona desde el capítulo 9
hasta el final de la historia, y nos cuenta el descubrimiento del manuscrito de
un historiador árabe: “…Estando yo un día en el Alcaná de Toledo, llegó un
muchacho a vender unos cartapacios y papeles viejos a un sedero; y como yo
soy aficionado a leer tomé un cartapacio y vile con caracteres arábigos. Y
puesto que, aunque los conocía no los sabía leer, anduve mirando si parecía
por allí algún morisco aljamiado que los leyese, y no fue muy dificultoso hallar
intérprete semejante (…) Le di priesa que leyese el principio, y haciéndolo ansí,
volviendo de improviso el arábigo en castellano, dijo que decía:  Historia de
don Quijote de la Mancha, escrita por Cide Hamete Benengeli, historiador
arábigo…”
El tercer narrador, es Cide Hamete Benengeli, un historiador árabe, este es la
principal fuente de la que procede el relato, autor del texto de los cartapacios.
La ironía, es que los árabes y los turcos en el S XVI, tenían fama de ser
tremendos mentirosos.
El cuarto narrador, es el traductor del texto árabe contratado por el segundo
narrador en el capítulo 9. Es un Morisco aljamiado, que conoce la aljamía, es
decir, lengua mozárabe escrita en caracteres árabes.
El quinto narrador, es un narrador omnisciente que se encuentra disimulado
en el texto, dominando la relación entre todos los demás, haciéndose evidente
al final del capítulo 8: “…Bien es verdad que el segundo autor desta obra no
quiso creer que tan curiosa historia estuviese entregada a las leyes del olvido,
ni que hubiesen sido tan poco curiosos los ingenios de la Mancha, que no
tuviesen en sus archivos o en sus escritorios algunos papeles que deste
famoso caballero tratasen; y así, con esta imaginación, no se desesperó de
hallar el fin desta apacible historia, el cual, siéndole el cielo favorable, le halló
del modo que se contará en la segunda parte…”(Cap. VIII), (Esa voz que habla
del primer y del segundo autor es el quinto narrador).
Otras voces narrativas.
Académicos de Argamasilla; Componen los versos finales de la primera parte.
Personajes que cuentan su historia en primera persona: Dorotea y Fernando,
Cardenio y Luscinda, El Cautivo. Sus voces son recogidas por Cide Hamete
En cambio, en la poesía, la producción poética es enorme durante este siglo. El
lenguaje es complejo y artificioso, en contraste con la naturalidad y la sencillez
de la lírica renacentista. Todavía se emplean las mismas métricas del siglo
anterior, con una preferencia marcada por el soneto, y se resucitan
los romances y las canciones con versos de arte menor y de carácter popular,
imitando el estilo de la poesía medieval. Surgen dos modalidades estilísticas:
el conceptismo, que cultivó Quevedo, y el culteranismo. La religión, la
moralidad, el amor, y la sátira son los grandes temas de la poesía de esta época.

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Culteranismo
El culteranismo es una corriente literaria del barroco español dentro de la más
general del conceptismo, con el cual comparte la intención de intensificar la
expresión separándola del equilibrio y claridad clásica, pero en lugar de la
condensación de significados propia del conceptismo más característico, aboga
por la perífrasis embellecedora y la elusión del vocabulario común, utilizando
para ello latinización de la sintaxis y el léxico mediante el hipérbaton y
los cultismos; recurre además a las metáforas puras y las perífrasis elusivas, a
menudo con referentes de la mitología clásica.
La denominación «culteranismo» surgió como término despectivo creado desde
un juego conceptista, con la mezcla de dos palabras: «culto» y «luterano», para
parangonar a los culteranos con herejes de la verdadera poesía y señalar a los
autores y destinatarios de su poesía: los cultos. Se trató de una rama de la
estética barroca del Conceptismo en cuanto dificulta cortesanamente el
entendimiento de la obra literaria, no mediante la concisión y la concentración
de significado, como era lo habitual, sino mediante su dispersión y organización
en forma de enigma para ejercitar la cultura y la inteligencia al descifrar una
forma más dilatada y sensorial. En las artes plásticas este arte se refleja por
medio de la utilización de emblemas y alegorías.
Conceptismo.
Como sugiere el nombre, el conceptismo es una escuela literaria del Barroco que
se basa en el concepto. Es decir que los conceptistas hacían hincapié en el
significado de las palabras y en las relaciones entre ellas. Empleaban la metáfora,
la alegoría, la antítesis, el paralelismo, y otras técnicas para establecer
relaciones entre conceptos. Si bien algunos de estos recursos habían aparecido
en la poesía trovadoresca y petrarquista del final de la Edad Media y
del Renacimiento, es durante el periodo Barroco que se cultivan con más
intensidad.

Los conceptistas evitaban las descripciones directas y buscaban comunicar


numerosas ideas con la mayor concisión posible, por lo que las palabras
polisémicas, los juegos de palabras, la ironía, la anfibología, los equívocos, las
paradojas y los zeugmas figuran entre los recursos más utilizados en su poesía.

Según explica Lope de Vega en el Arte Nuevo, esta manera de dificultar el


mensaje les gustaba a los lectores por la siguiente razón: "Siempre el hablar
equívoco ha tenido y aquella incertidumbre anfibológica gran lugar en el vulgo,
porque piensa que él sólo entiende lo que el otro dice".

Los principales exponentes del conceptismo son Francisco de Quevedo,


Baltasar Gracián y Luis de Góngora y Argote, si bien este último se asocia más
con el culturanismo. Tradicionalmente se consideraban el culteranismo y el
conceptismo estilos contrapuestos, pero en décadas más recientes los críticos
han concluido que el culteranismo es una rama derivada del conceptismo.

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El Buscón.
El buscón cuenta en apariencia las andanzas de un pícaro. Sin embargo,
a través de sus aventuras, Quevedo refleja diferentes aspectos de la sociedad
española del momento; donde reina la hipocresía y nada es lo que parece. De
fondo, se observan las continuas estrategias metaliterarias que el autor pone
en juego para hacer un libro que se acerca a las cuestiones claves de la teoría
literaria (la creación, las tendencias, los tópicos literarios, la representación
teatral. etc.).
El libro, perteneciente al subgénero de la novela picaresca, fue publicado por
primera vez en 1626. Parece ser que la autoría no está en cuestión, aunque
Quevedo negó haberla escrito por temor a las represalias de la Inquisición.
Escrita en lo que se ha dado en llamar castellano antiguo, narra en primera
persona las andanzas de un pícaro. Quevedo define a Pablos en su nota al
lector como "el príncipe de la vida buscona" y anuncia lo que se puede
encontrar en la obra: "Aquí hallarás -en todo género de picardía (...) sutilezas,
engaños, invenciones y modos nacidos del ocio, para vivir a las drogas". En
este caso, vivir a las drogas se entiende como vivir una vida llena de mentiras,
tal y como se explica a pie de página en esa edición.
Hay un debate recurrente en torno a Quevedo y a El Buscón que resulta de
especial interés y que tiene que ver con la ideología y el punto de vista con el
que el autor trata la problemática del engaño, de la herejía y del delito. En
principio, no parece que Quevedo sea un gran revolucionario, aunque esta obra
rezuma pesimismo y sarcasmo por todos los costados. En un primer momento,
la forma en que se presenta a los padres del protagonista muestra ya los
deseos por parte de Quevedo de evidenciar una decadencia moral en el seno
familiar del protagonista; debilidad ética que se va a trasladar a los estamentos
sociales con los que convive el pícaro. Pero, el intento por reducir todo a la idea
de que para mejorar hay que cambiar de modo de vida y de costumbres, seria
simplificar la cuestión y reducirla a un simple énfasis didáctico. En todo caso,
Quevedo consigue a través de su personaje maldito, condenado a salir de una
para meterse en otra mayor, describir al detalle las diferentes puestas en
escena de las mentiras interesadas. Es, por tanto, un tratado sobre la
hipocresía de la sociedad de una época, que ha conocido ya de traiciones a
sus propios valores.
El libro tiene algunos rasgos literarios que lo contextualizan inevitablemente
dentro del barroco. Como, por ejemplo, la crítica y la sátira hacia la sociedad de
la época de la que se acaba de hablar. Además, Quevedo moviliza un tópico
literario muy usual en ese momento histórico, como es el del mundo al revés
para poner en evidencia el caos y la corrupción total. También está presente el
pesimismo en la narración y en la descripción; así como la utilización de un
lenguaje sofisticado, que el escritor cede a un personaje que finalmente va a
tener talento literario y que se hace poeta cuando le conviene. No en vano, el
protagonista narra su historia con un nivel de lenguaje culto, pero esto viene
justificado porque lo cuenta un hombre que sabe escribir y que se ha llegado a
ganar la vida como escritor; lo que le permite mirar hacia atrás y describir los
hechos desde una infancia inocente hasta llegar al crimen. Lógicamente, ya de
adulto, tiene a su favor cierto dominio retórico del lenguaje que le permite
describir los acontecimientos y narrar las descripciones con gran maestría. De

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tal forma que el estilo está fortalecido, por un lado, por ese poderío del lenguaje
del que hace gala Quevedo y, por otro, de los giros del lenguaje, expresiones y
léxico de la época, como puede comprobarse en el siguiente fragmento del
momento del crimen: "limpiamos dos cuerpos de corchetes de sus malditas
ánimas, al primer encuentro. El alguacil puso la justicia en sus pies, y apeló por
la calle arriba dando voces. No lo pudimos seguir por haber cargado delantero".

Y, por último, en el barroco, el teatro vive un momento de esplendor, y aparecen


grandes obras como Fuente Ovejuna y La vida es sueño. Lope de Vega
defiende la nueva comedia en Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo, y
sus propuestas muy alejadas de los viejos conceptos dejan una huella en el
teatro Barroco ya que son varios los dramaturgos que las siguen.

Entre los rasgos de la nueva comedia destacan el mezclar lo trágico con lo


cómico, romper las unidades de tiempo y lugar para crear más dinamismo en la
acción, buscar variedad estilística y métrica, y dividir las obras en tres actos en
vez de cinco, como se solía hacer a principios del siglo XVI. Los temas de estas
comedias son muy variados, pero el principal es, sin duda, el honor, y hay
comedias de todo tipo, incluyendo las de capa y espada, de enredo, mitológicas,
etc. Otro gran cambio es que la representación de la comedia pasa de un
tablado desmontable a un corral, que es el patio interior de una casa particular.
Este nuevo formato tiene mucho éxito con el público español, de ahí que el
número de corrales aumenta rápidamente y el teatro se convierte en un negocio
lucrativo.

A finales del siglo XVI llegan a España las compañías italianas que
aportan numerosas innovaciones al teatro nacional, entre las que figuran las
representaciones más técnicas y sofisticadas y la presencia de la mujer actriz en
escena.

Lope de Vega (1562~1635), llamado Fénix de los ingenios por Miguel de


Cervantes, es el padre del drama nacional de España. Renovó las fórmulas del
teatro español en un momento en el que el teatro comenzaba a ser un
fenómeno cultural de masas. Su obra maestra es Fuenteovejuna.

Fuenteovejuna, es una obra teatral dramática, en la que trata sobre la rebelión


de los habitantes de una villa contra el Comendador, que los agravia
constantemente, y abusa de su poder con las mujeres. El pueblo para liberarse
de su opresión decide matarlo, ya que no tenían otra opción para ser liberados
de su opresor.
La obra comienza con Fernán Gómez que ha sido nombrado Comendador
Mayor de la Orden de Calatrava, con jurisdicción sobre la villa de
Fuenteovejuna.
Luego nos trasladamos a la conversación de dos mujeres de Fuenteovejuna:
Pascuala y Laurencia, que dialogan sobre las artimañas del Comendador para
seducir a las mozas de la villa. A su conversación se une un grupo de tres
hombres jóvenes de la aldea, todos conocidos y amigos, que vienen
discutiendo sobre lo que es o debe ser el amor en sus concepciones
aristotélica, pitagórica y platónica: Mengo, Barrildo y Frondoso.

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Se agrega al grupo, Flores que relata que el Maestre de Calatrava, con la
ayuda de las tropas del Comendador, está a punto de conquistar Ciudad Real,
en favor de los intereses del Rey de Portugal.
Con respecto a este hecho, cabe aclarar que según los valores nobiliarios,
correspondía al noble un papel ejemplar: junto a la fidelidad al rey, que en este
caso es claramente inexistente, (visto que el Comendador debería ser leal para
con los Reyes Católicos, y por intereses personales está traicionando ese
fidelidad luchando para el Rey de Portugal), tenía que ser un espejo de virtudes
en el que se mirará el pueblo y tenía el deber de tutelar, es decir, honrar, a sus
vasallos sin oprimirlos, obviamente la actitud del Comendador no es para nada
ejemplar ni con sus vasallos y, mucho menos, con los villanos ya que los
humillaba y abusaba de ellos constantemente. Si se debe rotular de un noble
tirano y déspota.
El Comendador regresa victorioso a Fuenteovejuna y un cortejo lo recibe. Al
final de las fiestas el Comendador envía a sus criados para que retengan a
Laurencia y Pascuala. Ellas se resisten, ya que adivinan las intenciones
sexuales escondidas tras la invitación, y se retiran sin poner en peligro su
honra.
La actuación del Comendador dista mucho de ser honesta, marca el
despotismo y la lujuria que lo caracterizan durante toda la obra.
Frondoso le declara su amor a Laurencia, pero ella muestra una actitud,
aparentemente, desdeñosa e indiferente. Interrumpen su coloquio porque se
aproxima el Comendador. Frondoso se oculta entre la maleza, y Fernán Gómez
requiere de amores a Laurencia. Se despoja de su ballesta para demostrarle
que no quiere hacer uso de la fuerza, aunque mostrando una actitud violenta
cuando ella se niega. Frondoso sale de su escondite y apunta al Comendador
con la ballesta. Lo desafía y pide a Laurencia que huya. Frondoso se aleja
también, pero dejando profundamente humillado al Comendador que anuncia
que se vengará.
Frondoso se enfrenta al Comendador, en la ya mencionada situación, por amor
y para defender el honor de Laurencia, ya que iba a ser violada por Fernán
Gómez de no haber estado Frondoso.
El Comendador se guía por su deseo y satisfacción personal. Cree que tiene
derecho a disponer de todas las mujeres de la villa por ser su señor feudal. Las
ve como un objeto del cual puede apropiarse cuando lo desee.
Laurencia y Pascuala, hablan del peligro que corre Frondoso so permanece en
la villa, pero éste se niega a huir. Aparece Jacinta, agitada y temerosa porque
la persiguen los criados del Comendador. Mengo, en una actitud impropia de
su caracterización como “gracioso”, hace un alarde de su valentía, pero es
atado a un árbol y azotado, y Jacinta, entregada a la tropa. El Comendador,
toma estas decisiones para dar cuenta de que él es el dueño y señor del lugar,
o sea, para demostrar su autoridad frente a los villanos.
Mientras tanto, Frondoso vuelve a declarar su amor a Laurencia, y ella acepta
ser su esposa, pero con el consentimiento de su padre. Esteban acepta, pero le
pide a su hija su parecer. Ella declara su amor y se concierta el matrimonio, y
aunque Esteban ofrece una dote apreciable, Frondoso la rechaza por parecerle
vergonzoso y deshonrado.
El Comendador quiere desahogar en Fuenteovejuna la frustración que le
provoca la derrota de su ejército. Interrumpe la boda de Laurencia y Frondoso.
Esteban intenta que comprenda que fue una defensa por amor, y el

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Comendador le golpea con la vara de alcalde una y otra vez por la ira que le
produce la expresión de unos sentimientos que no puede admitir en un vasallo.
Las leyes del honor de la época, prescribían que era el varón quien debía
guardar o, en su caso, vengar la honra de la mujer. La responsabilidad recaía
en el padre o hermanos de la mujer soltera. Entonces, a pesar de que
Laurencia se había casado con Frondoso, todavía no se había consumado el
matrimonio cuando aparece “desmelenada” ante su padre, lo cual significaba
que había sido ultrajada. Es por esta razón que apunta todos sus reproches a
su padre y no hacia Frondoso.
Laurencia enciende la rebelión popular. Les anuncia que Frondoso está a punto
de ser ahorcado por Fernán Gómez. Con todo esto se disipan las dudas ante la
rebelión y deciden que es preciso dar muerte a los tiranos, recuperar el honor
perdido y apoyar a los Reyes Católicos, monarcas legítimos.
La muchedumbre sorprende a Fernán Gómez cuando está a punto de
“ajusticiar” a Frondoso.
Ante la cobardía del Comendador que implora piedad, el pueblo lo asalta con
los gritos de “¡Fuenteovejuna, y los tiranos mueran!” y “¡Nuestros señores son
los Reyes Católicos!”
Dan muerte del Comendador y las mujeres castigas a los criados. Los Reyes
deciden enviar un juez a la villa para que averigüe la verdad.
Se ponen de acuerdo, alentados por Esteban para confesar y responden
siempre Fuenteovejuna, hasta la muerte si es preciso.
Se produce la tortura de gran cantidad de villanos sin obtener confesión alguna.
Los Reyes preguntan por los resultados de la labor del juez: más de trescientos
habitantes han sido torturados y con valentía todos han respondido lo mismo,
es decir, Fuenteovejuna.

“…JUEZ: A Fuenteovejuna fui

de la suerte que has mandado

y con especial cuidado

y diligencia asistí.

Haciendo averiguación

del cometido delito,

una hoja no se ha escrito

que sea en comprobación;

porque conformes a una,

con un valeroso pecho,

en pidiendo quién lo ha hecho,

responden: "Fuenteovejuna."

12
Trescientos he atormentado

con no pequeño rigor,

y te prometo, señor,

que más que esto no he sacado…”

Los villanos le explican al Rey sus razones para el crimen; el alcalde solicita al
monarca que tome la villa bajo su autoridad y pide clemencia para todos sus
habitantes.

En el plano político, el derecho de hacer justicia le correspondía al rey y la


justicia no puede desligarse del respeto de determinados principios morales.

El Rey, al igual que el juez, condenan los hechos ocurridos en la villa y


conceden el perdón por la falta de pruebas acerca de quienes son los
verdaderos culpables. La villa se incorpora a la corona, hasta que la herede
otro Comendador.

Pedro Calderón de la Barca (1600- 1681) fue un escritor español, caballero


de la Orden de Santiago, conocido fundamentalmente por ser uno de los más
insignes literatos barrocos del Siglo de Oro, en especial por su teatro.
La vida es sueño.
La vida es sueño es de las obras más importantes que realizó Pedro Calderón
de la Barca, ya que aporta temas filosóficos y nos hace pensar acerca de la
vida. La obra tiene un tono dramático, perteneciendo al género teatral propio
del Barroco, (se caracteriza por el uso marcado de figuras retóricas), y fue
escrita en el Siglo de Oro. La misma, está dividida en tres jornadas.
La historia trata sobre un príncipe, Segismundo, cuya madre muere al darlo a
luz y, al leer en las estrellas, donde decía que Segismundo sería un rey tirano y
cruel, su padre decide encerrarlo en una torre. A lo largo de los años es
educado por Clotaldo, pero nunca le explican la razón de su privación de
libertad.
Un día el Rey decide darle una oportunidad y, cuando Segismundo se queda
dormido, lo trasladan al palacio y le explican quién realmente es. La idea es
ponerlo a prueba, si demuestra ser bueno lo dejarán en libertad disfrutando de
su condición de príncipe, pero si, por el contrario, se vuelve malvado lo
devolverán al encierro y le dirán que todo fue un sueño.
Entrelazada con esta trama principal, aparece la historia de Rosaura, que
constituye la trama secundaria. Rosaura, con su criado Clarín (quien cumple la
función de "gracioso") llega a Polonia en busca de Astolfo, que la ha seducido y
abandonado, para que la reconozca como su legítima esposa y así recuperar
su honra perdida. La relación entre las dos tramas es compleja, pero ambas
comparten el tema del dominio de las pasiones y descubrimiento de la propia
identidad.
El libre albedrío, otro de los temas de La vida es Sueño, es la capacidad del
hombre de decidir los caminos de su vida. Su poder fue una preocupación

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candente en la Europa del momento desde la época de la Reforma luterana a
principios del siglo XVI. Quienes confiaban en el poder del libre albedrío
sostenían que el hombre podía torcer cualquier mala inclinación y
sobreponerse a las adversidades por medio de sus buenas elecciones.
El tema de la vida como un sueño, por su parte, tiene en esta obra un sentido
profundamente religioso con la mirada puesta en la trascendencia. La idea que
se maneja aquí supone que la vida puede considerarse un sueño, porque es
sólo el camino hacia otra vida "más verdadera", y que todas las glorias,
posesiones y poderes mundanos son un espejismo comparados con la "gloria
eterna".
La historia está basada en la libertad o el poder de la voluntad frente al destino,
donde la vida es considerada con un simple sueño. Pero, qué es la vida en
realidad, qué es el destino, y qué son los sueños. A medida que la historia
transcurre, se va respondiendo cada pregunta, como cuando Segismundo a
causa de su encarcelamiento injusto dice:
“¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción;
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.”
(Los últimos versos de este monólogo son los que dan nombre a la obra).
Hasta el final, el problema de Basilio es que no confía realmente en el libre
albedrío humano. Pero Segismundo le trae un mensaje acerca del poder de la
libre elección y la necesidad de educar al hombre para que sepa emplearla
correctamente. Segismundo argumenta en contra del accionar de su padre y le
demuestra su error. Su padre no pudo vencer el destino, pero él sí lo hará
mediante el poder de su albedrío. Todos los hechos pronosticados se cumplen:
sedición en el reino, revueltas, Basilio a los pies de Segismundo; pero la
libertad humana produce la gran diferencia, porque Basilio no fue aplastado por
su hijo, sino que se rindió a él.
La conclusión sobre el tema del destino es que los propósitos divinos son
inescrutables, y que no se deben juzgar tan rápidamente. El hombre no debe
ser tan soberbio de creer que tiene poderes para conocer el futuro, así como
tampoco debe convertirse en tirano para otros hombres (como hizo Basilio al
quitarle la libertad a su hijo). Pero sí debe saber que siempre podrá elegir y
encaminar su vida hacia el bien o hacia el mal.
En definitiva, La vida es sueño trata el tema del hombre: cuáles son sus
poderes y cuáles, sus limitaciones. La figura de héroe que surge de ella es la
de un ser que se encuentra en una aventura existencial, que lucha consigo
mismo y alcanza la perfección como hombre.
El desarrollo del drama termina concluyendo, de que el hombre es un ser libre,
capaz de vencer sus instintos y elegir su camino al libre albedrío.

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 Bloque 4.
Romanticismo.
Los orígenes del romanticismo hay que buscarlos ya en el siglo XVIII,
fundamentalmente en la filosofía y cultura alemanas, país, en el que se
produce un movimiento llamado "Sturm und Drang" (tempestad y pasión) que
propugna la creación literaria al margen de las reglas clásicas y revaloriza la
expresión artística de vivencias y sentimientos. Es ésta la
sensibilidad prerromántica, que también se manifiesta muy pronto en Inglaterra
y posteriormente se extiende por el resto de Europa.
Nace como reacción contra el neoclasicismo y los principios de la ilustración
(contra la fuerte imposición del racionalismo) y supone una exaltación de la
libertad y la exaltación de lo que suponen una evasión y un romper con las
imposiciones.
El Romanticismo, fenómeno cultural correspondiente a la primera mitad del
siglo XIX, se halla vinculado con una serie de circunstancias históricas a las
que es necesario aludir.
Se debe por una parte a las reacciones en toda Europa contra el poder
napoleónico que finalmente cristalizan en el Congreso de Viena (1815), lo cual
explica el matiz conservador del Romanticismo.
No es de olvidar que los gobiernos de la Restauración absolutista procuraron
arrancar de cuajo el espíritu liberal que Napoleón difundió, volviendo a las
ideas de tradición y religiosidad. Sin embargo, junto a este Romanticismo
arcaizante, tradicionalista y cristiano, toma incremento años más tarde otro de
tipo revolucionario y liberal, que pretendía la destrucción de todos los dogmas
morales, políticos y estéticos hasta entonces vigentes. Su auge coincide con la
revolución francesa de 1830 y el triunfo del liberalismo en la mayor parte de los
países europeos. En España el comienzo del Romanticismo revolucionario se
debe sobre todo a la vuelta de los emigrados liberales con motivo de la muerte
de Fernando VII.
Técnicamente se aparta de las reglas, busca el movimiento y da al color un
valor casi simbólico. Se plasman los sentimientos del autor.
De acuerdo con estos ideales los románticos vuelven a la edad media y se
rebelan contra las imposiciones contemporánea. Reacciona también contra la
industrialización y promueve: 

 La naturaleza, en paisajes y animales.


 La búsqueda de lo divino.
 La fantasía y, sobre todo el drama, con:
o La obsesión de la muerte, la noche y las ruinas.
o La descripción de monstruos y criaturas anormales.
o Lugares y ambientes oscuros, cementerios

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También hay que destacar la inversión del orden de la aproximación humana a
la realidad. Si los neoclásicos condicionaban la emoción a la realidad, los
románticos condicionarán la realidad a la emoción.

El irracionalismo hace frente al culto a la razón, principalmente sobre eso, la


idea muy general de libertad y el sentimentalismo se centran los temas del
romanticismo.

Yerma. FGL

Temas

La mujer estéril: Es el tema central de la obra, ya que la protagonista, Yerma,


no puede tener hijos y vive en una sociedad en la que hay escasas opciones
para la mujer además de la maternidad.

Una de las pocas personas que no ponen tanto valor en crear una familia es su
esposo Juan, quien le dice que está feliz sin hijos y que no le importa tenerlos.

La represión de la mujer: En su conversación con la Vieja, Yerma protesta el


no tener acceso a información sobre la reproducción: "Las muchachas que se
crían en el campo como yo tienen cerradas todas las puertas. Todo se vuelve
medias palabras, gestos, porque todas estas cosas dicen que no se pueden
saber". (Acto I, Cuadro II)

Juan la quiere encerrar en la casa y no permitirle hablar con nadie, y Yerma


acepta esta represión, pero con una condición: "Justo. Las mujeres dentro de
sus casas. Cuando las casas no son tumbas [...] En nada te ofendo. Vivo sumisa
a ti, y lo que sufro lo guardo pegado a mis carnes". (Acto II, Cuadro II)

Pero no todas las mujeres están tan conformes con ese destino, como la
muchacha en el campo que dice:

Yo tengo diecinueve años y no me gusta guisar, ni lavar. Bueno, pues todo el día
he de estar haciendo lo que no me gusta. ¿Para qué? ¿Qué necesidad tiene mi
marido? [...] Yo te puedo decir que lo único que he aprendido en la vida: toda la
gente está metida dentro de sus casas haciendo lo que no les gusta. Cuánto
mejor se está en medio de la calle. Ya voy al arroyo, ya subo a tocar las
campanas, ya me tomo un refresco de anís. (Acto I, Cuadro II)

El amor: En toda la obra se hace evidente que Yerma no ama a su esposo con
pasión, sino que se entrega a él sólo para procrear. Le confiesa a la Vieja que
fue un matrimonio arreglado por su padre. Surge el subtema de amor frustrado
con Víctor, ya que él sí despierta en ella una atracción sexual.

Dios: Yerma asiste a una romería al final de la obra con otras mujeres estériles,
pero no todos los personajes de la obra creen en su existencia. Al principio, la
Vieja le dice a Yerma: "Dios, no. A mí no me ha gustado nunca Dios. ¿Cuándo
os vais a dar cuenta de que no existe? Son los hombres los que te tienen que
amparar". (Acto I, Cuadro II)

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La honra: Juan basa la honra de su familia, hasta de sus hermanas, en la
conducta de su esposa. Y aunque Yerma no le ha sido infiel, los rumores
amenazan esa honra. Juan le dice a sus hermanas: "Una de vosotras debía salir
con ella, porque para eso estáis aquí comiendo en mi mantel y bebiendo mi vino.
Mi vida está en el campo, pero mi honra está aquí. Y mi honra es también la
vuestra". (Acto II, Cuadro II)

Lo irónico es que es el sentimiento de la honra que le impide a Yerma a buscar


hijos en otro hombre que no sea su marido, como queda evidente cuando la
Vieja le propone amancebarse con su hijo y Yerma rechaza su oferta. Y aunque
se siente atraída por Víctor, no expresa ese sentimiento y se mantiene fiel a su
marido.

Estilo y estructura

Es importante subrayar que Yerma es una tragedia, un género de sumo interés


para Lorca. 

Yerma se divide en tres actos, y dos cuadros por cada acto. Lorca combina
magistralmente el diálogo en prosa con el verso y la incorporación de un coro le
permite emplear la lírica aún más. Aproximadamente una sexta parte de la obra
está escrita en verso.

La casa de Bernarda Alba. FGL


Tras la muerte de su segundo marido, Antonio María Benavides, Bernarda Alba
decide recluirse y guardar luto junto a sus cinco hijas (Angustias, Magdalena,
Amelia, Martirio y Adela) hasta que se decide el casamiento de Angustias con
Pepe el Romano, lo que desata una lucha de pasiones y envidia entre las
hermanas hasta terminar en tragedia.

Argumento:

ACTO I:

La criada y Poncia estaban solas hablando de lo mala que era Bernarda. Un


momento después, aparece la familia de Bernarda con su segundo marido ya
muerto cuyo nombre era Antonio María Benavides y padre de Adela,
Magdalena, Martirio y Amelia. Al irse todas las personas “sudorosas” y
“venenosas”, les dice a sus hijas que, al igual que ella hizo con la muerte de su
abuelo y padre, estarán encerradas guardando luto durante ocho años.
Angustias, cuyo padre murió anteriormente, estuvo observando durante el
duelo a Pepe el romano, un hombre que se quería casar con ella. Adela, la más
joven, quiere ser feliz pero no puede pues su madre las tiene en duelo en su
casa. Bernarda y su madre, María Josefa, no quieren que nada de ellas sea
heredado y quieren mandar en todo.

ACTO II:

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Estaban las hermanas cosiendo menos Adela, cuya envidia por Angustias y
Pepe el Romano no la dejaba a penas dormir. Después de que Adela y Poncia
se queden discutiendo por un tiempo, llegan los segadores cantando.
Angustias notifica de la pérdida de la foto, cuyo paradero era la cama de
Martirio. La Poncia era una de las que pensaba que Pepe no le convenía a
Angustias pues ella era débil y él, posiblemente, buscase una intención con
ella. Lo habla con Bernarda, pero ésta la manda callar y trabajar.

ACTO III:

Adela, que quería también a Pepe, sabía que éste siempre la quiso a ella, pero
ahora quiere a Angustias solamente por dinero y por conveniencia. Martirio
también lo quería. La última noche en el corral, Adela sale a esperar a Pepe.
Seguidamente sale Bernarda cuyo bastón resulta partido en dos por las manos
de Adela, cuya rabia por no poder tener a Pepe era inmensa. Al no tener el
bastón, Bernarda dispara hacia Pepe que sale corriendo en su jaca. Adela se
mete en el corral y se suicida virgen.

Tema principal:

El enfrentamiento entre el autoritarismo de Bernarda y el deseo de


libertad de sus hijas.
Temas secundarios:

1.     El cumplimiento con el designio imperioso de las leyes naturales e


intuitivas. Las referencias a la naturaleza de índole simbólica están buscadas y
medidas: la masculinidad, la pasión, el deseo sexual primitivo, representado en
los dos caballos de la obra: el de Pepe el Romano y el Garañón que relincha y
piafa dentro de la casa; el deseo, presente en todo momento con la mención
reiterada del calor que hace hervir la sangre de las hermanas; etc.
2.     Destino trágico. Adela ha querido rebelarse contra el orden establecido y lo
ha pagado con su vida.
3.     Opresión sobre la mujer. Al igual que los gitanos en El Romancero, Lorca
siente compasión con los seres desvalidos, oprimidos por la sociedad y se
identifica con ellos.
4.     Moral conservadora. Obsesión por la virginidad de la mujer, la religión, las
falsas apariencias por miedo al "qué dirán"...
5.     Clasismo. La sociedad está claramente jerarquizada, se muestra sobre
todo en la relación que mantienen Poncia y Bernarda quienes, pese a
conocerse de media vida, la una sirviendo a la otra, y tratarse de igual a igual
en algunos fragmentos de la obra, en otros Bernarda hace valer su calidad de
ama y hace bajar la cabeza a su criada.
6.     Las apariencias. Como todo lo demás, Bernarda es el máximo exponente
de este afán negativo por aparentar. Además, los frecuentes comentarios sobre
las vidas de los personajes externos a la casa, las referencias a la biografía de
la Poncia, delatan éste como otro de los temas principales.
7.     Autoritarismo. Cruel e irracional despotismo de Bernarda. De hecho, el
papel de Bernarda ha sido interpretado por hombres para darle mayor dureza a

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este aspecto. La emasculación de Bernarda se vincula a su símbolo de poder:
su bastón.
8.     La sensualidad.
9.     El odio. se observa en el diálogo que tienen las hermanas entre si.
10.  La envidia. se puede observar, sobre todo, en la relación entre las
hermanas. Angustias, por ser hija de un hombre con posibles, es la heredera
de la fortuna familiar y, por ello, la requerida por Pepe el Romano como mujer.
Tanto Martirio como Adela pugnan continuamente por los favores de Pepe el
Romano formando un triángulo de enemistades entre ellas.
11.  La injusticia con las mujeres en un mundo de hombres. Las frecuentes
alusiones por parte de todas las habitantes de la casa a la "forma de hacer de
las mujeres" ponen en relevancia no sólo la moral de la época, sino también la
opinión del autor sobre el tema. En boca de Adela pondrá siempre el tinte de la
crítica, aludiendo a la represión y a la necesidad de romper el yugo social.
12.  La hipocresía social.
13.  El dinero: En esta obra se habla mucho de las clases sociales y por lo tanto
del dinero y los bienes de cada uno. El dinero en la casa de Bernarda se centra
en Angustias, aunque podemos considerar que la familia Alba pertenece a la
clase media. En la obra hay muchas discusiones por el dinero porque
Angustias se lleva al galán más guapo del pueblo solo por su dinero.
14.  La falta de amor. Se ve más claramente es en las hijas, que ansían el
matrimonio para salir de la casa. El hombre es reflejado como aquel que solo
busca el placer, y la mujer es la que busca el matrimonio para estabilizar su
vida.

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