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El peronismo o justicialismo es un movimiento

político argentino surgido a mediados de la década de 1940 alrededor de la


figura de Juan Domingo Perón y un considerable número de sindicatos.
Desde su surgimiento ha tenido una importante influencia en la política de
Argentina.
En su forma partidaria, se organizó primero como Partido Laborista, luego
como Partido Peronista, renombrado posteriormente como Partido
Justicialista. En 1949, dos años después de ser sancionada la ley de voto
femenino, el peronismo se organizó también en el Partido Peronista
Femenino, fundado por Eva Perón e integrado solo por mujeres, que fue
disuelto por la dictadura cívico-militar instalada en 1955.
Tradicionalmente, su organización se ha realizado sobre la base de tres
“ramas” (política, sindical y femenina), a las que a partir de los años 1970 se
agregó la juventud.
La denominación alternativa de “justicialismo” proviene de la importancia
concedida por este movimiento a la justicia social. La oposición al peronismo
generó un movimiento inorgánico de gran influencia política, conocido
como antiperonismo.[1] El movimiento peronista agrupa a una serie de
corrientes diversas no del todo precisas ni constantes a lo largo de la historia, a
veces enfrentadas, incluso electoralmente. Entre las corrientes principales
peronistas pueden identificarse el «peronismo ortodoxo», el neoperonismo, el
«peronismo revolucionario» o «la Tendencia», el «peronismo sindical», el
«menemismo», el «kirchnerismo» y el peronismo disidente o Peronismo
Federal.
El peronismo o justicialismo es un movimiento
político argentino surgido a mediados de la década de 1940 alrededor de la
figura de Juan Domingo Perón y un considerable número de sindicatos.
Desde su surgimiento ha tenido una importante influencia en la política de
Argentina.
En su forma partidaria, se organizó primero como Partido Laborista, luego
como Partido Peronista, renombrado posteriormente como Partido
Justicialista. En 1949, dos años después de ser sancionada la ley de voto
femenino, el peronismo se organizó también en el Partido Peronista
Femenino, fundado por Eva Perón e integrado solo por mujeres, que fue
disuelto por la dictadura cívico-militar instalada en 1955.
Tradicionalmente, su organización se ha realizado sobre la base de tres
“ramas” (política, sindical y femenina), a las que a partir de los años 1970 se
agregó la juventud.
La denominación alternativa de “justicialismo” proviene de la importancia
concedida por este movimiento a la justicia social. La oposición al peronismo
generó un movimiento inorgánico de gran influencia política, conocido
como antiperonismo.[1] El movimiento peronista agrupa a una serie de
corrientes diversas no del todo precisas ni constantes a lo largo de la historia, a
veces enfrentadas, incluso electoralmente. Entre las corrientes principales
peronistas pueden identificarse el «peronismo ortodoxo», el neoperonismo, el
«peronismo revolucionario» o «la Tendencia», el «peronismo sindical», el
«menemismo», el «kirchnerismo» y el peronismo disidente o Peronismo
Federal.
El peronismo o justicialismo es un movimiento
político argentino surgido a mediados de la década de 1940 alrededor de la
figura de Juan Domingo Perón y un considerable número de sindicatos.
Desde su surgimiento ha tenido una importante influencia en la política de
Argentina.
En su forma partidaria, se organizó primero como Partido Laborista, luego
como Partido Peronista, renombrado posteriormente como Partido
Justicialista. En 1949, dos años después de ser sancionada la ley de voto
femenino, el peronismo se organizó también en el Partido Peronista
Femenino, fundado por Eva Perón e integrado solo por mujeres, que fue
disuelto por la dictadura cívico-militar instalada en 1955.
Tradicionalmente, su organización se ha realizado sobre la base de tres
“ramas” (política, sindical y femenina), a las que a partir de los años 1970 se
agregó la juventud.
La denominación alternativa de “justicialismo” proviene de la importancia
concedida por este movimiento a la justicia social. La oposición al peronismo
generó un movimiento inorgánico de gran influencia política, conocido
como antiperonismo.[1] El movimiento peronista agrupa a una serie de
corrientes diversas no del todo precisas ni constantes a lo largo de la historia, a
veces enfrentadas, incluso electoralmente. Entre las corrientes principales
peronistas pueden identificarse el «peronismo ortodoxo», el neoperonismo, el
«peronismo revolucionario» o «la Tendencia», el «peronismo sindical», el
«menemismo», el «kirchnerismo» y el peronismo disidente o Peronismo
Federal.
El peronismo o justicialismo es un movimiento
político argentino surgido a mediados de la década de 1940 alrededor de la
figura de Juan Domingo Perón y un considerable número de sindicatos.
Desde su surgimiento ha tenido una importante influencia en la política de
Argentina.
En su forma partidaria, se organizó primero como Partido Laborista, luego
como Partido Peronista, renombrado posteriormente como Partido
Justicialista. En 1949, dos años después de ser sancionada la ley de voto
femenino, el peronismo se organizó también en el Partido Peronista
Femenino, fundado por Eva Perón e integrado solo por mujeres, que fue
disuelto por la dictadura cívico-militar instalada en 1955.
Tradicionalmente, su organización se ha realizado sobre la base de tres
“ramas” (política, sindical y femenina), a las que a partir de los años 1970 se
agregó la juventud.
La denominación alternativa de “justicialismo” proviene de la importancia
concedida por este movimiento a la justicia social. La oposición al peronismo
generó un movimiento inorgánico de gran influencia política, conocido
como antiperonismo.[1] El movimiento peronista agrupa a una serie de
corrientes diversas no del todo precisas ni constantes a lo largo de la historia, a
veces enfrentadas, incluso electoralmente. Entre las corrientes principales
peronistas pueden identificarse el «peronismo ortodoxo», el neoperonismo, el
«peronismo revolucionario» o «la Tendencia», el «peronismo sindical», el
«menemismo», el «kirchnerismo» y el peronismo disidente o Peronismo
Federal.
El peronismo o justicialismo es un movimiento
político argentino surgido a mediados de la década de 1940 alrededor de la
figura de Juan Domingo Perón y un considerable número de sindicatos.
Desde su surgimiento ha tenido una importante influencia en la política de
Argentina.
En su forma partidaria, se organizó primero como Partido Laborista, luego
como Partido Peronista, renombrado posteriormente como Partido
Justicialista. En 1949, dos años después de ser sancionada la ley de voto
femenino, el peronismo se organizó también en el Partido Peronista
Femenino, fundado por Eva Perón e integrado solo por mujeres, que fue
disuelto por la dictadura cívico-militar instalada en 1955.
Tradicionalmente, su organización se ha realizado sobre la base de tres
“ramas” (política, sindical y femenina), a las que a partir de los años 1970 se
agregó la juventud.
La denominación alternativa de “justicialismo” proviene de la importancia
concedida por este movimiento a la justicia social. La oposición al peronismo
generó un movimiento inorgánico de gran influencia política, conocido
como antiperonismo.[1] El movimiento peronista agrupa a una serie de
corrientes diversas no del todo precisas ni constantes a lo largo de la historia, a
veces enfrentadas, incluso electoralmente. Entre las corrientes principales
peronistas pueden identificarse el «peronismo ortodoxo», el neoperonismo, el
«peronismo revolucionario» o «la Tendencia», el «peronismo sindical», el
«menemismo», el «kirchnerismo» y el peronismo disidente o Peronismo
Federal.
El peronismo o justicialismo es un movimiento
político argentino surgido a mediados de la década de 1940 alrededor de la
figura de Juan Domingo Perón y un considerable número de sindicatos.
Desde su surgimiento ha tenido una importante influencia en la política de
Argentina.
En su forma partidaria, se organizó primero como Partido Laborista, luego
como Partido Peronista, renombrado posteriormente como Partido
Justicialista. En 1949, dos años después de ser sancionada la ley de voto
femenino, el peronismo se organizó también en el Partido Peronista
Femenino, fundado por Eva Perón e integrado solo por mujeres, que fue
disuelto por la dictadura cívico-militar instalada en 1955.
Tradicionalmente, su organización se ha realizado sobre la base de tres
“ramas” (política, sindical y femenina), a las que a partir de los años 1970 se
agregó la juventud.
La denominación alternativa de “justicialismo” proviene de la importancia
concedida por este movimiento a la justicia social. La oposición al peronismo
generó un movimiento inorgánico de gran influencia política, conocido
como antiperonismo.[1] El movimiento peronista agrupa a una serie de
corrientes diversas no del todo precisas ni constantes a lo largo de la historia, a
veces enfrentadas, incluso electoralmente. Entre las corrientes principales
peronistas pueden identificarse el «peronismo ortodoxo», el neoperonismo, el
«peronismo revolucionario» o «la Tendencia», el «peronismo sindical», el
«menemismo», el «kirchnerismo» y el peronismo disidente o Peronismo
Federal.
El peronismo o justicialismo es un movimiento
político argentino surgido a mediados de la década de 1940 alrededor de la
figura de Juan Domingo Perón y un considerable número de sindicatos.
Desde su surgimiento ha tenido una importante influencia en la política de
Argentina.
En su forma partidaria, se organizó primero como Partido Laborista, luego
como Partido Peronista, renombrado posteriormente como Partido
Justicialista. En 1949, dos años después de ser sancionada la ley de voto
femenino, el peronismo se organizó también en el Partido Peronista
Femenino, fundado por Eva Perón e integrado solo por mujeres, que fue
disuelto por la dictadura cívico-militar instalada en 1955.
Tradicionalmente, su organización se ha realizado sobre la base de tres
“ramas” (política, sindical y femenina), a las que a partir de los años 1970 se
agregó la juventud.
La denominación alternativa de “justicialismo” proviene de la importancia
concedida por este movimiento a la justicia social. La oposición al peronismo
generó un movimiento inorgánico de gran influencia política, conocido
como antiperonismo.[1] El movimiento peronista agrupa a una serie de
corrientes diversas no del todo precisas ni constantes a lo largo de la historia, a
veces enfrentadas, incluso electoralmente. Entre las corrientes principales
peronistas pueden identificarse el «peronismo ortodoxo», el neoperonismo, el
«peronismo revolucionario» o «la Tendencia», el «peronismo sindical», el
«menemismo», el «kirchnerismo» y el peronismo disidente o Peronismo
Federal.

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