PAPEL DE ENFERMERIA EN EL
PACIENTE HOSPITALIZADO CON
ENFERMEDAD INFLAMATORIA INTESTINAL
Natalia Ruiz Santana
Laura Camacho Martel
INTRODUCCIÓN
Las causas de ingreso hospitalario en la enfermedad
inflamatoria intestinal pueden ser diversas, desde la activi-
dad de la enfermedad, complicaciones asociadas o efectos
secundarios de fármacos utilizados en la propia patología.
El papel de enfermería en la hospitalización es de gran
importancia para la continuidad de cuidados de la EII pro-
porcionando un abordaje integral a este tipo de pacientes.
2.1MOTIVOS DE INGRESO HOSPITALIARIO
Como se ha comentado anteriormente las causas de
ingreso hospitalario en pacientes con EII son diversas. De
forma esquemática se ha divido los motivos de ingreso
más frecuentes (1,2):
2.1.1 Actividad de la enfermedad
Se debe plantear ingreso hospitalario para la adminis-
tración de terapia corticoidea intravenosa, antibioterapia
o nutrición enteral en aquellos pacientes que presenten
brotes graves, numerosas deposiciones con productos
patológicos (sangre, moco, pus), fiebre, dolor abdominal
y alteraciones analíticas (elevación de PCR, anemia, pa-
rámetros nutricionales).
Se realiza una valoración física y analítica inicial del
paciente con EII activa, esto se asocia normalmente con
pruebas de imagen (radiografía de abdomen, TAC) para
establecer la situación del paciente y descartar compli-
caciones.
Una vez decidido el ingreso el paciente llega a la
unidad de hospitalización donde comenzara a recibir
tratamiento médico y los cuidados de enfermería es-
pecializados.
2.1.2 Complicaciones de la enfermedad:
cuadros obstructivos o suboclusivos, sospecha
de absceso abdominal, perforación intestinal,
hemorragia digestiva baja y/o megacolon tóxico
Las complicaciones asociadas a la EII, suelen requerir
atención urgente o incluso cirugía por tanto las actividades
de enfermería irán encaminadas a la detección precoz de
los síntomas de complicación para la atención temprana.
2.2 ACTIVIDADES DE ENFERMERÍA EN
PACIENTES HOSPITALIZADOS
2.2.1Vigilancia de sintomatología
- Vigilancia y anotación diaria del nº de deposiciones y
aspecto (presencia de productos patológicos: sangre
moco o pus).
- Valoración dolor abdominal y/o náuseas, vómitos y
administrar analgesia o antihemeticos pautados.
- Vigilar presencia de fiebre y administrar antitérmicos
prescritos.
Se debe estar alerta ante cualquier cambio brusco en
la sintomatología: dolor abdominal agudo, rectorragia con
repercusión hemodinámica, vómitos comunicándose, en
su caso con el facultativo de referencia, detectando así
de manera temprana,complicaciones que requieran una
actuación urgente(3).
2.2.2 ADMINISTRACIÓN DE TRATAMIENTO
MÉDICO
Administración de fármacos prescritos siguiendo las
normas de seguridad del paciente de los cinco correctos:
– Paciente correcto
– Hora correcta

Papel de enfermeria en el paciente hospitalizado con enfermedad inflamatoria intestinal
– Medicamento correcto
– Dosis correcta
Vía de administración correcta
– Vigilar las posibles reacciones adversas a los mis-
mos.
– Vigilar el punto de punción y cambiarlo si hay signos
de flebitis, infección u obstrucción.
2.2.3 Soporte nutricional
El aumento de actividad de la EII produce en el or-
ganismo un incremento del catabolismo y perdida de
proteinas. En estos casos y tras la valoración analítica de
parámetro nutricionales, estos pacientes suelen requerir
soporte nutricional. Cuando la via oral esta desestima-
da puede requerir alimentación por sonda nasogástrica
(SNG) o nutrición parenteral total.
A continuación se detalla las técnicas empleadas y las
funciones de enfermería en las mismas, basándonos en
los protocolos de actuación hospitalarios(4).
Alimentación por sonda nasogástrica
Definición
- Técnica especial de alimentación que consiste en
administrar los diferentes elementos nutritivos a
través de una sonda nasogástrica.
- Modalidad de alimentación a la que hay que recurrir
cuando no es posible una adecuada alimentación
oral voluntaria y siempre que la capacidad del apa-
rato digestivo permita absorber los nutrientes.
Objetivo
Mantener y mejorar el estado nutricional de los pa-
cientes que son incapaces de ingerir por boca los nutrien-
tes adecuados a sus necesidades metabólicas.
Quien
• Lo realiza el enfermero/a en colaboración con otros
miembros del equipo.
Material
Preparación:
• Recipiente limpio.
• Depresor.
• Alimentación prescrita.
• Bolsa de nutrición enteral.
Administración:
• Bolsa de nutrición preparada.
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N. Ruiz Santana, L. Camacho Martel
• Sistema de infusión (goteo).
• Regulador de goteo o bomba de nutrición.
• Porta sueros.
• Jeringa.
• Batea.
• Vaso o botella de agua.
Procedimiento
Preparación:
• Verifique la orden médica y compruebe el tipo de
nutrición así como la cantidad a suministrar distri-
buyéndola a lo largo de las 24 horas.
• Compruebe la fecha de caducidad del preparado.
• Lávese las manos.
• Introduzca en el recipiente el nutriente indicado;
añádale la cantidad de agua prescrita diluyéndola
de forma homogénea con el depresor.
• Introduzca la solución una vez preparada en la bolsa
de nutrición.
Administración:
• Explique el procedimiento al paciente.
• Coloque la bolsa en el portasueros.
• Acople el sistema de infusión en la bolsa y purgue
el sistema.
• Adapte dicho sistema al regulador de goteo o bom-
ba de nutrición.
• Compruebe la permeabilidad de la sonda.
• Acople sistema de infusión a la sonda de nutrición.
• Coloque al paciente en posición adecuada (cama a
30º).
• Inicie perfusión de la nutrición, adecuando el goteo
al horario establecido.
Registro
• Lo efectúa el enfermero/a que haya realizado el pro-
cedimiento, anotando en el documento de planifica-
ción y ejecución de enfermería, la fecha, horario de
comienzo y terminación, cantidad, tipo de nutrición
y respuesta del enfermo, así como cualquier tipo de
incidencia digna de mención.
Precauciones
• Cuide el bienestar psicológico de enfermo.
• Compruebe la regularidad del ritmo de goteo.
• Observe en el paciente cualquier respuesta inde-
seada en la nutrición enteral: nauseas, vómitos, re-
gurgitación, diarreas, etc.

Papel de enfermeria en el paciente hospitalizado con enfermedad inflamatoria intestinal
• Cambio de bolsas y sistemas de goteos (tubos nu-
tricionales) cada 24horas.
• No aspire en las sondas de yeyunostomía.
• Controle el residuo gástrico antes de cada sumi-
nistro; si es superior a 150 cc. en adultos, avise al
médico.
Nutrición parenteral total
Definición
La nutrición parenteral (NP), consiste en la adminis-
tración simultánea de un sustrato calórico, normalmente
glucosa para proveer energía, y de un sustrato proteico
en forma de aminoácidos esenciales y no esenciales como
fuente de nitrógeno para la síntesis proteica.
A la glucosa y aminoácidos, se les añade electrólitos
y micronutrientes necesarios para asegurar la Integridad
cutánea. La administración de nutrientes, se realiza por vía
intravenosa, central o periférica. Se dice que es nutrición
parenteral total (NPT) cuando el total del aporte meta-
bólico y nutricional se hace por esta vía de acceso venoso.
Indicaciones
• Proveer nutrientes por vía intravenosa para el man-
tenimiento del anabolismo en los pacientes en quie-
nes no es posible la alimentación oral o enteral.
• En los pacientes con malnutrición o con estrés
catabólico mayor y que no puedan comer o no
deban, no coman lo suficiente o posean un tracto
gastrointestinal no funcional.
• Algunos estados metabólicos especiales.
• Como suplemento de la administración oral o en-
teral.
Objetivo
La correcta administración por vía endovenosa central
de los principios inmediatos necesarios para una buena
nutrición.
Quien
Lo realiza el enfermero/a.
Material
• Sistema de infusión especifico.
• Bomba de infusión.
• Portasueros.
• Guantes estériles.
• Mascarilla.
• Gasas estériles con antisépticO.
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N. Ruiz Santana, L. Camacho Martel
Procedimeinto
• Explique el procedimiento al paciente.
• Prepare el material necesario.
• Lávese las manos.
• Asegúrese de que el paciente tiene canalizada vía
venosa central, y si no es así, proceda a la canaliza-
ción de una vía venosa central de acceso periférico.
• Compruebe situación y permeabilidad del catéter.
• Prepare unas gasas estériles impregnadas en antisép-
tico para desinfectar la luz por donde administrará
la NP.
• Póngase la mascarilla.
• Manteniendo la esterilidad, abra el sistema de infu-
sión, los guantes estériles y la bolsa que contiene la
NP.
• Colóquese los guantes estériles, y conecte el sistema
de infusión a la NP.
• Conecte el sistema de NPT al catéter, tras haber
desinfectado la luz.
• Pautar ritmo de infusión, según indicaciones.
• Coloque al paciente en una posición cómoda.
• Recoja el material.
• Lávese las manos.
Registro
• Lo efectúa el enfermero/a, en la hoja correspondien-
te anotando, fecha, hora de inicio, ritmo, de goteo,
volumen a perfundir y hora de finalización, así como
cualquier incidencia y reacción del paciente.
Precauciones
• Aplique escrupulosamente todas las técnicas de
asepsia necesarias.
• Evite toda manipulación innecesaria del sistema.
• Cambie el sistema de goteo cada vez que ponga
una nueva bolsa de NPT, (cada 24 – 48 horas).
• Cambie el apósito cada 48 horas y cada vez que sea
necesario anotando en este la fecha de colocación.
• Ponga especial atención a la aparición de cualquier
signo de flebitis, reacciones adversas o alteración de
signos vitales cada seis horas y/o siempre que sea
necesario.
• Aumente hasta un 15 % (nunca más) el ritmo de
goteo, si se ha retrasado la perfusión.
• Asegúrese de la correcta fijación del sistema para
evitar desconexiones.

Papel de enfermeria en el paciente hospitalizado con enfermedad inflamatoria intestinal
• Esta vía de administración sólo debe utilizarse para
la solución de nutrientes y no para la administración
de productos hematológicos o medicamentos, ni
para extraer muestras sanguíneas.
Complicaciones
• Metabólicas, como hiperglucemia, hipoglucemia y
alteraciones de la osmolaridad.
• No metabólicas, generalmente de tipo mecánico
y relacionado con la introducción del catéter, su
posición y su comportamiento.
• Sépticas o infecciosas. El paciente que requiere NPT,
está en alto riesgo de desarrollar infecciones y en
ellos, la sépsis por el catéter es la más común.
Contraindicaciones
• Capacidad de alimentación por vía enteral.
• Enfermedad terminal con mal pronóstico.
• Estado nutricional adecuado.
2.2.4 Transfusión de hemoderivados
La necesidad de trasfusión de hemoderivados en
pacientes con EII hospitalizados suele ser excepcional
pero esta indicada en algunos pacientes con anemia y
hemoglobina <10g/dl con o sin ferropenia.
De acuerdo con los protocolos hospitalarios dispo-
nibles, la enfermera de hospitalización es la encargada
de la transfusión.
A continuación se detallan los cuidados específicos
a tener en cuenta.
Objetivo
Asegurar la administración de hemoderivados con
total seguridad para el paciente, detectando y evitando
los posibles errores.
Cuidados de enfermería
• Lo mas importante en todo el proceso de trans-
fusión sanguínea es la comprobación por parte de
enfermería de que la muestra de sangre que se envía
a banco de sangre se corresponde con el paciente
indicado en la solicitud del facultativo, así como que
posteriormente la sangre procedente de Banco se
le transfunde a ese paciente.
• El profesional que recibe las unidades deberá prestar
las debidas precauciones para que dichas unidades
sean transfundidas al paciente para el que se han so-
licitado, confirmando siempre la prescripción médica
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N. Ruiz Santana, L. Camacho Martel
realizada, así como los datos del paciente (nombre,
nº historia clínica, edad, etc.).
• Ante cualquier duda o incongruencia de los datos
se debe comenzar el proceso de nuevo.
• Ante cualquier reacción que presente el paciente,
interrumpir la transfusión, vigilar los signos vitales,
avisar al facultativo responsable y contactar con el
banco de sangre, para procedimiento a seguir.
• Adecuar las condiciones del paciente y de las unida-
des a transfundir, en cuanto a información y comuni-
cación del procedimiento, comodidad, velocidad de
la transfusión, temperatura de las bolsas, etc.
• Comprobar el estado de cada una de las unidades de
hemoderivados (coágulos, hemólisis, restos de hielo, etc.).
• En caso de no administrarse el hemoderivado, devol-
verlo al Banco de Sangre lo antes posible indicando
las condiciones en que ha estado la bolsa.
• Continúe manteniendo la vía venosa con suerote-
rapia de mantenimiento o de tratamiento, si tuviera,
hasta que se confirme que no haya más necesidad
de nueva transfusión u otro tratamiento intravenoso.
• Sí se procede al traslado del paciente durante la
transfusión, éste deberá ser acompañado por la/el
enfermera/o responsable.
• Se deberá tener especial atención y vigilancia cuando
en una misma unidad coincidan dos o más pacientes
con transfusión sanguínea, dado el incremento en
las posibilidades de error o confusión.
• Nunca introducir las unidades a transfundir en agua
caliente.
3. PLAN DE CUIDADOS DE ENFERMERIA
EN PACIENTES CON EII HOSPITALIZADOS
Los cuidados de enfermería en el paciente hospita-
lizado con enfermedad inflamatoria intestinal deben ir
dirigidos al restablecimiento de la salud en ese momento
tan crítico de la patología, anteriormente se han descrito
las técnicas de enfermería mas utilizadas pero el proceso
de atención enfermera debe ir más allá y realizar un plan
de cuidados individualizado.
A continuación se detalla como se debe llevar a cabo
este proceso de forma general sin perder la perspectiva
de que en cada ámbito hospitalario se realizan planes de

Papel de enfermeria en el paciente hospitalizado con enfermedad inflamatoria intestinal
cuidados basándose en diferentes modelos de recogida
de datos y deben ajustarse al modelo establecido.
El proceso de atención de enfermería (PAE), es la
aplicación del método científico en la práctica asistencial
enfermera, lo que nos permite prestar cuidados de una
forma racional, lógica y sistemática.Este proceso tiene una
validez universal, esta centrado en el paciente y utiliza una
terminología comprensible para todos los profesionales.(5-9).
Los objetivos del proceso de atención de enfermería
son los siguientes:
- Servir de instrumento de trabajo para el personal
de enfermería.
- Imprimir a la profesión un carácter científico.
- Favorecer que los cuidados de enfermería se rea-
licen de manera dinámica, deliberada, consciente,
ordenada y sistematizada.
- Traza objetivos y actividades evaluables.
- Mantener una investigación constante sobre los cui-
dados.
- Desarrollar una base de conocimientos propia, para
conseguir una autonomía para la enfermería y un
reconocimiento social.
Hay que tener en cuenta una serie de consideraciones
antes de comenzar a elaborar un Plan de Cuidados:
- Determinar el grupo sobre el que se va a realizar
el plan de cuidados.
- Elegir un Modelo de Enfermería
- Tener en cuenta todas las complicaciones potencia-
les y reales.
- Enunciar los problemas como diagnósticos y utilizar
la nomenclatura NANDA.
- Definir objetivos en función de los problemas de-
tectados.
- Elegir los cuidados de enfermería, como actividades
concretas.
- Determinar los criterios de evaluación de los resul-
tados.
El P.A.E consta de diferentes etapas, en las que enfer-
mería debe valorar al paciente y planificar los cuidados
en función de ello.
3.1 Valoración
Es la parte más importante en la realización de los Pla-
nes de Cuidados, ya que en una buena valoración inicial,
5
N. Ruiz Santana, L. Camacho Martel
se detectarán los problemas de salud que se traducirán
posteriormente en los Diagnósticos Enfermeros.
Es un proceso basado en un plan para recoger y or-
ganizar toda la información.
Los siguientes modelos de enfermería son utilizados para
reunir la información necesaria y relevante del paciente para
brindar efectivamente calidad en el cuidado de enfermería.
• Patrones funcionales de salud de Gordon
• Modelo de adaptación de Roy
• Modelos de sistemas corporales
• Jerarquía de necesidades de Maslow
• Modelo de Virginia Henderson
En la práctica, la valoración se suele realizar tanto por
Necesidades de Virginia Henderson como por Patrones
de Salud de Marjory Gordon.
Aspectos a valorar en las Necesidades Básicas Hu-
manas:
1. Respirar normalmente.
2. Comer y beber adecuadamente.
3. Eliminar normalmente por todas las vías.
4. Moverse y mantener posturas adecuadas.
5. Dormir y descansar.
6. Escoger ropa adecuada, vestirse y desvestirse.
7. Mantener la temperatura corporal detro de límites
normales, adecuando la ropa y modificando la tem-
peratura ambiental.
8. Mantener la higiene corporal y la integridad de la piel
9. Evitar los peligros ambientales y evitar lesionar a
otras personas.
10. Comunicarse con los demás expresando emociones,
necesidades, temores y sensaciones.
11. Necesidad de practicar sus creencias.
12. Trabajar en algo gratificante para la persona.
13. Desarrollar actividades lúdicas y recreativas.
14. Satisfacer la curiosidad que permite a la persona su
desarrollo en aspectos de salud.
Aspectos a valorar por Patrones Funcionales de Salud
(M. Gordon):
Patrón I: percepción y control de la salud
Motivo del ingreso:
Información que tiene de su enfermedad y percepción
de la misma. Historia de enfermedades y antecedentes
quirúrgicos.

Papel de enfermeria en el paciente hospitalizado con enfermedad inflamatoria intestinal
Alergias
Hábitos: consumo de alcohol, tabaco y drogas.
Consumo de fármacos: medicación habitual
Patrón II: nutricional/metabólico
En los pacientes hospitalizados con enfermedad in-
flamatoria intestinal se debe valorar el tipo de dieta o
soporte nutricional que necesita el pacient. Si come sólo
o necesita ayuda, si tiene prescrita alguna dieta especial,
apetito y preferencias, modelo habitual de alimentación
en su domicilio, ganancias y/o pérdidas de peso, nauseas
y/o vómitos, anorexia.
Medición y valoración de datos antropométricos.
Necesidad de ayuda para higiene: frecuencia y hábitos
de ducha y/o baño, pliegue cutáneo, hidratación general
y sequedad de la piel palidez, sensación de sed, malestar
generalizado, presencia de signos y síntomas de altera-
ciones de piel y mucosas.
Patrón III: eliminación
Valorar el Patrón habitual de evacuación urinaria e
intestinal: frecuencia, características, sudoración, menstrua-
ción, hemorroides, deposiciones involuntarias, control de
esfínteres, etc.
Presencia o no de signos y/o síntomas de alteraciones
como son la presencia de productos patológicos sangre
moco o pus en las deposiciones.
Patrón IV: actividad/ejercicio
Valoración del estado cardiovascular: Frecuencia car-
diaca o PA anormales en respuesta a la actividad, cambios
ECG que reflejen isquemia o arritmia.
Valoración del estado respiratorio: valorar anteceden-
tes de enfermedades respiratorias, ambiente ecológico
laboral, tabaquismo, disnea o molestias de esfuerzo, tos
nocturna asociada a regurgitaciones.
Patrón V: sueño/descanso
Valorar signos y síntomas de sueño insuficiente:
Ner viosismo, ansiedad, irritabilidad creciente, le-
targia, apatía, bostezos frecuentes, cambios posturales.
Valorar modelo habitual de sueño/descanso Factores que
afectan el sueño: Internos: síntomas de la enfermedad;
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N. Ruiz Santana, L. Camacho Martel
despertar por la noche debido al dolor, tos o regurgita-
ciones, estrés psicológico, etc.
Externos: Cambios ambientales, estímulos sociales.
Patrón VI: cognitivo/perceptivo
Valorar la presencia de indicadores no verbales de
dolor como: expresión facial agitación, diaforesis, taquip-
nea, posición de defensa.
Valoración del dolor: comunicación verbal, intensidad,
(utilizar una escala), descripción del dolor, localización,
carácter, frecuencia y signos y síntomas asociados: nauseas,
insuficiencia respiratoria, etc.
Medidas de alivio utilizadas.
Fármacos utilizados.
Valoración sensorial y reflejos: déficit sensorial, cogni-
tivo, dificultades de aprendizaje, desorientación, alteración
del proceso de pensamiento, conflicto de decisiones.
Patrón VII: autopercepción/autoconcepto
Ansiedad.
Temor.
Alteración de la autoestima.
Valoración del grado de ansiedad: observar la apari-
ción de signos de ansiedad, angustia y temor, nerviosismo,
cefaleas, tensión muscular, movimientos inquietos, mareos,
hipoventilación, insomnio, somnolencia, cansancio, etc.
Valoración del conocimiento y percepción de su en-
fermedad, solicitud de información.
Patrón VIII: función y relación
Valoración de la comunicación y patrón de interac-
ción social: ambiente familiar, ambiente laboral, etc.
Patrón IX: sexualidad/reproducción
Número de hijos, abortos, etc., preguntar si procede
y en el momento adecuado, por algún trastorno en las
relaciones sexuales.
Patrón X: afrontamiento/tolerancia al estrés
Afrontamiento de la enfermedad: verbalización de la
incapacidad de afrontamiento o de pedir ayuda
• Alteración en la participación social
• Cansancio
• Cambio de los patrones de comunicación

Papel de enfermeria en el paciente hospitalizado con enfermedad inflamatoria intestinal
• Alteración de las conductas de adaptación
• Grupos de apoyo: familia, amigos
Patrón XI: Valores y creencias
Interferencias de la enfermedad o de la hospitalización
en: prácticas religiosas habituales, prácticas o creencias
habituales, tradiciones familiares, etc.
3.2 Diagnósticos (NANDA)
Según Marjory Gordon (1990), un diagnóstico de
enfermería es un «problema de salud real o potencial
que los enfermeros, en virtud de su formación y expe-
riencia, tienen capacidad y derecho legal de tratar». Los
diagnósticos de enfermería son, por lo tanto, problemas
que pueden prevenirse, resolverse o reducirse, mediante
actividades independientes de enfermería.
Los diagnósticos enfermeros tiene la siguiente estruc-
tura:
• Etiqueta Diagnóstica: es el nombre del diagnóstico que
utilizamos, es un nombre concreto y conciso y no
debe de modificarse ya que está apoyado por refe-
rencias y revisiones bibliográficas.
• Definición: es la descripción del diagnóstico. Refuer-
za y aclara el significado de la etiqueta diagnóstica
y también está sustentado y validado en referencias
bibliográficas.
• Factores relacionados: son los elementos que se sabe
que están asociados a un problema de salud de forma
específica. Pueden describirse como “antecedentes a,
asociados con, relacionados con, contribuyentes a, y/o
coadyuvantes al diagnóstico”.
• Sólo los diagnósticos enfermeros reales, tienen factores
relacionados.
• Factores de riesgo: son elementos físicos, genéticos,
fisiológicos, etc. que incrementan la posibilidad de que
aparezca un problema al individuo, familia o comuni-
dad. Se intuye que pueda ser la causa o contribuir a
que aparezca un problema de salud.
• Características definitorias: son referencias observables
y medibles que se agrupan como signos y síntomas
de un problema real y que definen y representan un
diagnóstico de salud.
• Código diagnóstico: Es un número de cinco dígitos que
lleva asignado cada diagnóstico y que lo identifica.
7
N. Ruiz Santana, L. Camacho Martel
3.3 Intervenciones NIC(Nursing Interventions
Classification NIC = Clasificación de
intervenciones de enfermería)
La taxonomía NIC, es una clasificación global y es-
tandarizada de las intervenciones que realiza el profesio-
nal de enfermería, que tiene como centro de interés la
decisión que tome para llevar a la persona al resultado
esperado. Esta taxonomía está compuesta por dos ele-
mentos sustanciales: las intervenciones y las actividades
de enfermería. Las intervenciones de enfermería son es-
trategias concretas diseñadas para ayudar a la persona,
familia o comunidad a conseguir los resultados esperados,
son genéricas y cada una de ellas incluye varias actividades.
Las intervenciones de enfermería pueden ser:
- Interdependientes: actividades que el personal de
enfermería lleva a cabo junto a otros miembros del
equipo de salud; pueden implicar la colaboración de
asistentes sociales, expertos en nutrición, fisioterapeu-
tas, médicos, etc.
- Independientes: actividades que ejecuta el personal
de enfermería dirigidas a la atención de las respuestas
humanas, son acciones para las cuales está legalmente
autorizada a realizar gracias a su formación académi-
ca y experiencia profesional. Son actividades que no
requieren la indicación médica previa. Las actividades
de enfermería son todas las acciones que realiza la
enfermera para llevar a cabo la intervención y que le
permitirá avanzar hacia el resultado esperado.
Cada intervención de enfermería se presenta con:
- Una etiqueta o denominación, que describe de forma
clara y concisa el concepto y el nombre del tratamien-
to administrado por la enfermera.
- Una definición, que explica el concepto de la inter-
vención y delimita su significado.
- Una lista de actividades, que el profesional de enferme-
ría selecciona para llevar a cabo la intervención. Para
cada intervención, las actividades aparecen listadas en
el orden lógico en que deberían realizarse.
3.4 Resultados NOC (Nursing Outcomes
Classification NOC, Clasificación de
resultados de enfermería)
La taxonomía NOC se utiliza para conceptualizar, deno-
minar, validar y clasificar los resultados que se obtienen de la

Papel de enfermeria en el paciente hospitalizado con enfermedad inflamatoria intestinal
Malestar emocional Aumento de los
(estrés, ansiedad, síntomas físicos
preocupación, (gravedad, frecuencia,
irritabilidad, etc.) intensidad, duración)
Mayor
incapacidad
Esquema resumen para la intervención en la hospitalización en
pacientes con EII
intervención de enfermería. Este lenguaje incluye resultados
esperados, indicadores y escalas de medición. Los resulta-
dos representan el nivel más concreto de la clasificación
y expresan los cambios modificados o sostenidos que se
quieren alcanzar en las personas, familia o comunidad, como
consecuencia de los cuidados de enfermería. Los Criterios de
Resultado, deben de dar a los profesionales de enfermería la
oportunidad de evaluar los resultados que dependen de la
práctica enfermera y éstos se pueden utilizar en la práctica,
en la investigación y en la formación de futuros profesionales.
Selección de resultados
Los resultados representan los estados, conductas o per-
cepciones del individuo, familia o comunidad ante la interven-
ción del profesional de enfermería. Para su selección utilizar la
Clasificación de Resultados de Enfermería NOC. La búsqueda
del resultado esperado se puede realizar de cuatro formas:
• Por relación NOC NANDA.
• Por taxonomías.
• Por especialidad.
• Por patrones funcionales.
4. ASPECTOS PSICOLÓGICO DEL PACIENTE
CON ENFERMEDAD INFLAMATORIA
INTESTINAL HOSPITALIZADO
4.1. Entendiendo el impacto de la EII
La Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) es una pa-
tología donde además de una serie de síntomas físicos
8
N. Ruiz Santana, L. Camacho Martel
que en ocasiones pueden ser muy incapacitantes, también
es muy frecuente la aparición de irritabilidad, labilidad
emocional e incluso sintomatología de tipo ansioso y/o
depresivo(10-14). Desde el impacto del diagnóstico, la sensa-
ción de pérdida de salud, la interrupción en las actividades
cotidianas, hasta la aceptación de lo que ocurre va a su-
poner una serie de etapas donde la persona tendrá que
enfrentarse a retos que requieren esfuerzos continuos.
El abordaje eficaz de la EII conlleva necesariamente
prestar atención desde un enfoque multidisciplinar a la
relación que se establece entre el malestar emocional, los
síntomas físicos y la incapacidad generada. Ello supone la
intervención de distintos especialistas que sean capaces
de abarcar, delimitar y atender las necesidades de los
pacientes.
En este sentido ¿cómo influye los factores psicológicos
en la EII?. Cuando el malestar emocional es frecuente,
intenso y se mantiene en el tiempo puede influir en un
empeoramiento de los síntomas físicos que a su vez ge-
neran mayor incapacidad para continuar con normalidad
las actividades de la vida diaria dando lugar a más estrés
y creando un circulo de influencias mutuas(15). (Figura 1)
Para comprender las diferencias individuales que po-
demos observar en los pacientes en cuanto a la capacidad
de adaptación no solo debemos considerar la gravedad
de la sintomatología, que por si misma no es suficiente,
sino también los recursos personales, las expectativas,
creencias y valoración de estrategias para hacer frente
a la situación.
En definitiva la EII afecta significativamente a la calidad
de vida ya que se alteran las áreas mas importantes de las
personas. Así los brotes, ingresos, consultas, tratamientos,
la interrupción en las actividades, el malestar, la sensación
de pérdida de control hacen que a nivel personal pueda
cambiar el autoconcepto, la autoestima o la autoeficacia
para resolver los problemas. A nivel laboral las ausencias
constantes y la sintomatología inciden en un bajo rendi-
miento, problemas de concentración o cansancio que al
mismo tiempo generan conflictos con jefes y compañeros
que no hace más que añadir tensión y preocupación.
Cambio en los roles familiares donde el cuidador pasa a
ser cuidado e incluso las relaciones íntimas se ven alte-
radas como consecuencia del dolor, la inapetencia o los
cambios en la imagen corporal.

Papel de enfermeria en el paciente hospitalizado con enfermedad inflamatoria intestinal
4.2. La hospitalización como situación
generadora de estrés
Uno de los momentos que genera mayor malestar,
preocupación e interrupción es la hospitalización ya que
conlleva una serie de implicaciones que impactan en dife-
rentes áreas del paciente. El ingreso hospitalario se asocia
a un desequilibrio (enfermedad) a nivel físico y también
emocional por lo que será necesario poner los medios
necesarios para recuperar la salud física al mismo tiempo
que se ofrece apoyo emocional.
El hospital genera cier to rechazo ya que se suele
asociar a enfermedad grave, pruebas y procedimientos
dolorosos, es un entorno poco agradable y hostil que
nos produce temor y que además rompe y nos separa
de nuestras actividades y relaciones sociales habituales.
La reacción ante la hospitalización es diferente en cada
persona y viene determinada por variables personales o
la experiencia previa(16). Además, el tiempo en el hospital
es relativo para los pacientes. Una queja habitual es que
“no pasan las horas” “llevo una semana pero parecen
dos” “el reloj se ralentiza”. La percepción del paso del
tiempo depende del estado de ánimo y el de un paciente
hospitalizado es de mucha preocupación y mucha incer-
tidumbre.Y así sigue la espera, el miedo, la preocupación,
el malestar físico pero también el sufrimiento personal.
No nos enseñan a afrontar el sufrimiento, para el dolor
un analgésico pero para el sufrimiento ¿qué?. Se trata
de autogestionarse de aprender a adaptarse, “tienes que
estar tranquilo” oyen una y otra vez pero nadie le enseña
cómo hacerlo.
El lenguaje y las conversiones en el hospital suelen
ser sobre síntomas, pruebas, resultados y en el caso de la
EII se habla mucho del intestino. Pero ¿y la persona? los
resultados indican tal cosa, que si sube el nivel de nutrición
que si baja la PCR pero ¿y el paciente? ¿alguien lo ve?. A
menudo tienen miedo, se sienten mal, sin fuerzas, desgana-
do, les preocupan muchas cosas entre ellas por supuesto
que suban o bajen los indices de actividad de la EII pero
también su trabajo, la familia y aunque no suelen hablar de
ello a veces se sobresaltan pensando en cuándo podrán
irse, cómo quedará la operación, las cicatrices o si serán
capaces de asumir la posibilidad de tener que llevar una
bolsa de ostomia. Afloran muchas emociones fundamental-
mente de rabia, frustración, falta de control que terminan
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N. Ruiz Santana, L. Camacho Martel
por agotarle y rendirle. También es cierto que a veces se
sorprenden a si mismos y descubren fortalezas que no
sabían que tenían si no se hubiese presentado esta situa-
ción.Y encuentras entre los pacientes argumentos del tipo:
-“de repente sale una voz que dice ¡no puedes rendirte
hay que luchar!, ¡esto lo vas a superar!, ¡eres fuerte! y así sin
más continúan en la lucha contra el tiempo, la espera, la
enfermedad. Por otra parte, la presencia de los familiares
es importante y también ellos necesitan ciertas pautas para
aprender a manejar las emociones que aparecen ante la
hospitalización de sus seres queridos.
La capacidad de lucha y superación de la adversidad
(resiliencia) es una realidad en los pacientes con EII pero
con ayuda adecuada es todo mucho más fácil y rápido.
Por todo lo anteriormente comentado, un programa
de atención al paciente hospitalizado tendrá como ob-
jetivo el abordaje eficaz de la enfermedad inflamatoria
intestinal en una de sus fases importantes como es el
proceso de hospitalización. Para ello, se pretende mini-
mizar el impacto que puede suponer un ingreso para el
paciente y la prevención de posibles trastornos como
por ejemplo el estrés postraumático que suele ser rela-
tivamente frecuente.
4.3 Programa de apoyo al paciente hospitalizado
Dentro del apoyo psicológico al paciente con EII
hospitalizado podemos contemplar dos escenarios di-
ferentes:
a. Apoyo y preparación antes del ingreso y/o antes de
la cirugía.
b. Apoyo al paciente con EII durante el ingreso.
Si fuese posible es interesante contemplar no solo el
apoyo emocional durante la hospitalización sino también
la preparación ante el ingreso o previo a la intervención
quirúrgica.
Los programas de preparación ante ingreso/hospita-
lización contemplan diferentes objetivos:
1. Proporcionar información.
2. Favorecer la expresión emocional.
3. Crear una relación de confianza entre el paciente y
el personal sanitario.
4. Entrenar en estrategias de afrontamiento (relajación,
estrategias de afrontamiento, autoinstrucciones, téc-
nicas de imaginación, respiración tranquilizadora).

Papel de enfermeria en el paciente hospitalizado con enfermedad inflamatoria intestinal
Hay que tener en cuenta que la mayoría de los ingre-
sos en pacientes con EII tienen que ver con una fase de
la enfermedad considerada moderada-severa donde el
paciente percibe la gravedad de la situación y se preo-
cupa por ello. En este sentido, la aparición del miedo y
la incertidumbre son reacciones normales. En muchas
mujeres aparece además una preocupación intensa por
tener que dejar a los hijos pequeños y separarse de ellos.
En otras ocasiones el ingreso viene motivado por la ne-
cesidad de una intervención quirúrgica que aunque en la ma-
yoría de los casos se procura programar y preparar con an-
telación a veces es necesariamente de tipo urgente. Además
la probabilidad de precisar una intervención quirúrgica en la
EII es elevada (17). Durante los primeros 13 años de evolución
se estima que un 74% de los pacientes con Enfermedad de
Crohn precisarán cirugía y en torno a la mitad tendrán que
volver a ser reintervenidos debido a recurrencias. En colitis
ulcerosa el porcentaje disminuye respecto a la E.C. pero sigue
siendo frecuente ya que el 25% de los pacientes precisarán
cirugía y la mitad será en los primeros 10 años.
Motivos de ingreso:
a. Brotes moderados-graves que requieran tratamien-
tos específicos.
b. Intervenciones quirúrgicas.
Durante la hospitalización el paciente asume un rol
que vendrá determinado por sus comportamientos de
adaptación/desadaptación y las estrategias de afronta-
miento desarrolladas ante la EII(18).
A continuación se exponen diferentes aspectos a te-
ner en cuenta durante la hospitalización.
a) Situaciones durante la hospitalización que pueden
influir en una buena o mala adaptación del paciente.
• La persona se enfrenta a una situación que es nueva,
que se sale de la rutina diaria (casa, trabajo, familia)..
• Se somete a diferentes procedimientos y protocolos
en ocasiones agresivos, dolorosos y desconocidos.
• Las distintas pruebas, tratamientos y decisiones les
corresponden a otras personas y se pierde el con-
trol de lo que ocurre.
• La rutina y horarios propios del hospital también
son nuevos desde la hora de las diferentes comidas
hasta cuando hay que dormir o levantarse.
• Incluso la propia intimidad se vulnera al compartir
habitación con personas extrañas y sus familiares
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N. Ruiz Santana, L. Camacho Martel
que además pueden dificultad el descanso si no se
encuentra bien a cualquier hora del día y de la noche.
• El lenguaje predominante es médico y técnico, des-
conocido para el paciente.
• Proceso de pérdida de la identidad o de desperso-
nalización. Desde ponerse un pijama del hospital a
pasar a ser un número de habitación, el de la 625
o el que tiene Crohn.
• Implica adaptarse rápidamente a muchos cambios
en un estado de salud desvaforecedor.
b) Reacciones psicológicas más frecuentes
• En la literatura y en la práctica clínica habitual se
observa que las reacciones más frecuentes son de
ansiedad, ira, miedo, incertidumbre y depresión.
c) Comportamientos desadaptados en las situaciones
de hospitalización.
• Conductas de oposición: la persona hospitalizada
rechaza la enfermedad. Se suelen dar reacciones de
tipo depresivo.
• Conductas de negación: la persona hospitalizada niega
la gravedad o existencia de la enfermedad. Continua
haciendo su vida sin cambiar hábitos nocivos y fre-
cuentemente aparece baja adherencia al tratamiento.
• Conductas de sobreinclusión: para la persona hos-
pitalizada la enfermedad es el centro de su vida,
todo gira en torno a la enfermedad. Se observan
conductas de excesivo autocuidado, focalización de
la atención en síntomas, exigencias al personal del
hospital y demandas continuas a sus familiares.
d) Comportamientos y rol del paciente con buena adap-
tación.
• Asumir un rol activo: que sea capaz de preguntar,
que esté informado, que conozca sus síntomas, el
tratamiento médico y que sepa proporcionarse
autocuidados.
• Cooperar con el personal que lo atiende: que sepa re-
cibir ayuda cuando lo necesite y participar activamente.
• Tener buena comunicación con sus cuidadores o
familiares. Aceptar el apoyo social.
e) Reacciones de la relación paciente-familia-equipo
sanitario.
Según Claudia Tavares y Ricardo W. Sebastiani (1996)
se pueden describir tres tipos frecuentes de reacciones
familiares:

Papel de enfermeria en el paciente hospitalizado con enfermedad inflamatoria intestinal
FASES EN LA HOSPITALIZACIÓN
Fase 1
Rabia, ira, miedo, negación
Fase 2
Tristeza, apatía, bajo animo
Fase 3
Aceptación y afrontamiento
Esquema resumen para la intervención en la hospitalización en
pacientes con EII
- La familia se moviliza y lucha por la recuperación
del paciente. Desempeña un rol activo y coopera.
Pasa por diversos estados emocionales: miedo, an-
siedad, angustia, aparecen mecanismos de defensa.
El personal de enfermería puede auxiliar para ir
atenuando la crisis e ir buscando mejores respuestas
adaptativas.
• La familia se enfrenta al impacto de la crisis. La re-
acción es igual a un estado de shock. Predominan
sentimientos de desamparo, desesperanza, miedo,
ansiedad. Es una reacción que dificulta la adapta-
ción del paciente y es muy negativa. El personal
de enfermería es fundamental para dar una buena
orientación a la familia sobre como afrontar ade-
cuadamente la situación.
• Relaciones entre equipo sanitario-paciente-familia
es beneficiosa para todas las par tes: Una buena
comunicación ayuda a una participación mas activa
del paciente y su familia. La confianza, seguridad
e información continuada hacen que el paciente
y su familia vayan mejorando y sean capaces de
desarrollar mecanismos de afrontamiento más ade-
cuados y eficaces. El personal de enfermería puede
desempeñar un papel activo para prevenir en la
hospitalización la falta de adaptación por parte del
paciente y de sus familiares.
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N. Ruiz Santana, L. Camacho Martel
¿Cómo dar a poyo al paciente hospitalizado?
1. Comprender la situación.
2. Preguntar al paciente cómo se siente.
3. Valorar necesidades y también los recursos de los
que dispone el paciente.
4. Apoyo mediante una respuesta empática y escucha
activa. Es más difícil escuchar que hablar.
5. Dar información adecuada. Solucionar dudas. La
información tranquiliza.
6. Favorecer la expresión emocional y validar los sen-
timientos.
7. Manejar los silencios y el tiempo.
8. Negociar un plan a seguir durante la hospitalización.
9. Acompañamiento.
10. Ejercicios de relajación. Respiración tranquilizadora,
dibujar, música, etc.
11. ¿Cuenta con apoyo familiar y/o social?
12. Derivar en caso necesario.
Pautas a seguir en el proceso de informar:
1. Preguntar la información que tiene el paciente
2. Identificar las necesidades de información
3. Comprobar que lo ha entendido
Guía de actuación
Qué se debe hacer/activar:
 Escuchar activamente.
 Contacto visual, postura de atención.
 No interrumpir.
 No juzgar o valorar.
 Respetar los tiempos.
 No adelantar lo que puede ocurrir.
 No hacer otra cosa.
 Paralenguaje empático al responder: comprendo que...
 Feedback de comprensión.
 Preguntas abiertas.
Qué se debe evitar:
 Rechazar o minimizar lo que el otro está sintiendo.
 Hablar más de lo necesario, verborrea.
 Mostrar solo nuestro punto de vista personal.
¿Cuándo es el momento adecuado para derivar al pa-
ciente al profesional psicólogo?
• Cuando los síntomas son intensos, duraderos e in-
terfiere significativamente con la actividad diaria de
la persona.

Papel de enfermeria en el paciente hospitalizado con enfermedad inflamatoria intestinal
“Los que sufren no son los cuerpos son las personas”
(Eric Cassell)
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