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Ciudad Universitaria de Caracas, 30 de diciembre de 2010

Ciudadano

Hugo Rafael Chávez Frías

Presidente de la República Bolivariana de Venezuela

Su Despacho.-

Tenemos el agrado de dirigirnos a usted en virtud de la aprobación de la Ley


de Educación Universitaria por la Asamblea Nacional de nuestro país, la cual
contiene dentro de sus haberes normas que vulneran lo dispuesto en
nuestra Carta Magna en su Artículo 109 y el cual nos permitimos el citar
para este manifiesto y que reza así:

Artículo 109.

El Estado reconocerá la autonomía universitaria como principio y


jerarquía que permite a los profesores, profesoras, estudiantes,
egresados y egresadas de su comunidad dedicarse a la búsqueda
del conocimiento a través de la investigación científica,
humanística y tecnológica, para beneficio espiritual y material de
la Nación. Las universidades autónomas se darán sus normas de
gobierno, funcionamiento y la administración eficiente de su
patrimonio bajo el control y vigilancia que a tales efectos
establezca la ley. Se consagra la autonomía universitaria para
planificar, organizar, elaborar y actualizar los programas de
investigación, docencia y extensión. Se establece la inviolabilidad
del recinto universitario. Las universidades nacionales
experimentales alcanzarán su autonomía de conformidad con la
ley.

La razón fundamental por la cual consideramos que este instrumento legal


no debe ser refrendado por usted versa en la inconstitucionalidad del
mismo, así como su incongruencia con los principios fundamentales del
derecho a la educación en base a los siguientes planteamientos:

Según la Ley de Educación Universitaria es el ministerio quien: formula,


planifica, desarrolla, regula, orienta, promociona, supervisa, sigue, controla
y evalúa todo lo referente a la actividad académica y administrativa de las
universidades, por ende se coarta el ejercicio de la autonomía en este
aspecto pues no permite margen de ejecución a los Gobiernos Universitarios
de plantear su propio accionar en razón a sus postulados académicos e
intelectuales.
De igual manera será el Ministerio del ramo quien regule, supervise y
controle la gestión académica, vulnerándose la concesión hecha en los
Derechos Humanos Universales en el aparte dedicado a la libertad de
cátedra que va aunado a la libertad de pensamiento.

Es evidente que las Universidades ven limitado su accionar en el ejercicio de


la creación de pensamiento y del libre ejercicio de su autonomía académica
al estar estos atados por criterios tales como que el Ministerio, los Consejos
de transformación Universitaria, los comités territoriales y centros de
estudios territoriales sean quienes decidan la ejecución de las políticas y
normas en los planes de las Universidades. Y más aun cuando muchos de
estos órganos no participan en la vida universitaria y desconocen su
realidad orgánica y funcional, un claro ejemplo de esto es que hasta los
reglamentos internos de cada universidad deben ser aprobados por el
Consejo de Transformación Universitaria.

La Autonomía Universitaria, entendiéndose como esa manifestación de


pluralidad de pensamiento de actuar en función de un razonar
metodológico-organizativo, se cercena cuando observamos que el Ministerio
podrá aprobar o desaprobar el Plan de Desarrollo Institucional de cada
universidad.

Otros tantos ejemplos de cercenar la Autonomía, tanto académica como


administrativa, versan con expresiones de la mencionada Ley; tales como
que aquellos cursos, talleres, seminarios, diplomados y otras actividades de
la educación extra-cátedra deben ser aprobados por el Ministro de
Educación. Las certificaciones o equivalencias entre universidades son
decididas por el Ministro según la conveniencia y viabilidad del mismo, así
como será este funcionario quien apruebe doctorados si, según su criterio,
constituyen aspectos significativos y se refieren a problemas fundamentales
de la sociedad, bloqueando la posibilidad de expandir la diversificación del
pensamiento en las ramas científicas y sociales de la institución
universitaria.

También la autonomía funcional se ve limitada al ser el Ministro el órgano


plenipotenciario en lo que refiere a las facultades que él representa en
nombre del ejecutivo – al poder dictar la organización de las universidades
en razón de su estructura académica, currículo, sus programas de
formación, y el proyecto de universidad que se desea. Inclusive será el
Ejecutivo quien dictará los reglamentos de atribuciones, organización,
funcionamiento, número y proporción de los órganos universitarios, el
mayor ejemplo se ve en que los principios incluidos en el Reglamento
Electoral serán dictados por el Ejecutivo Nacional, despojándose así a las
universidades de su posibilidad de regir su propia organización
reglamentaria en razón de su realidad y necesidades.

Al acudirse al término universidad se refiere a que ésta es una comunidad


de valores académicos, culturales, científicos, y sociales en busca de la
diversidad de pensamiento; pero esto no es cónsono con expresiones tales
como: “el fin último de la educación es para la Formación y la consecución
de la soberanía socio-productiva para la construcción de la patria
socialista”, siendo esto contrario a la heterogeneidad de pensamiento que
caracteriza a la universidad.

A continuación, un ejemplo fidedigno de cómo la Ley de Educación


Universitaria en los Artículos que a continuación transcribimos de manera
textual comprueban lo expresado anteriormente:

Ley de Educación Universitaria

Competencias del Ministerio en el Subsistema de Educación

Artículo 11. El Estado, mediante el órgano rector en materia de educación


universitaria, ejercerá las competencias establecidas en la Ley Orgánica de
Educación, así como las siguientes(..)

d. La creación y autorización de programas de formación de pregrado y


postgrado, creación intelectual e interacción con las comunidades, así
como, los lineamientos, condiciones, requisitos y ámbitos territoriales para
su funcionamiento.

e.El ingreso de los egresados y las egresadas del nivel de educación media
a las instituciones de educación universitaria oficiales, de gestión popular y
de gestión privada, así como, los mecanismos de control sobre la
permanencia, prosecución y egreso.

f.La organización de las estructuras académicas y administrativas de las


instituciones de educación universitaria.

g.La creación, modificación y supresión de programas de formación,


creación intelectual e interacción con las comunidades.

h.La creación, organización, integración, agregación, separación, supresión


parcial o total de sedes, núcleos, extensiones y demás instalaciones de las
instituciones de educación universitaria.

i.La matrícula estudiantil de las instituciones de educación universitaria, así


como, la nómina de los trabajadores y las trabajadoras académicos,
administrativos y obreros.

j. Los mecanismos para validar el reporte de nóminas y de registros


estudiantiles mediante un sistema de seguimiento y control.

k.La carrera de los trabajadores y las trabajadoras académicos de las


instituciones de educación universitaria oficiales, de gestión popular o de
gestión privada, lo cual incluye los procesos de ingreso, permanencia,
desempeño, formación permanente, ascenso, promoción, régimen
disciplinario, egreso y vinculación institucional orgánica del egresado y
egresada.

l.Los usos y fines del patrimonio de las instituciones de educación


universitaria, así como, los ingresos obtenidos por la prestación de
servicios, donaciones y demás actividades económicas.

r.Los términos para la suscripción y ejecución de convenios entre las


instituciones de educación universitaria con organismos y entes públicos o
privados nacionales o internacionales.(…)

s.El procedimiento de inserción productiva de los y las profesionales


financiados por el Estado que hayan culminado su formación en estudios de
postgrado o perfeccionamiento profesional en el exterior, para que sus
aprendizajes y prácticas estén al servicio del pueblo venezolano.

t. La emisión de certificados, títulos, notas y demás documentos probatorios


que acrediten saberes y conocimientos correspondientes a la educación
universitaria, así como, las transferencias y equivalencias a que hubiere
lugar entre instituciones de educación universitaria.

La anterior norma despoja a las universidades de su accionar, entregando y


concentrando toda la Autonomía y dirección a un solo ente, siendo este el
Ministro de Educación Superior, lo cual vulnera los principios democráticos
de la educación en Venezuela.

Instituciones de educación universitaria de gestión popular

Artículo 14. Las instituciones de educación universitaria de gestión popular


serán aquellas creadas por iniciativa de las organizaciones del poder
popular de forma auto gestionada o cogestionada con el Estado. Estas
instituciones están especialmente orientadas a la autoformación colectiva,
integral, continua y permanente del pueblo en las diversas áreas del saber,
a fin de establecer las condiciones de organización y auto organización
popular para impulsar y consolidar las nuevas relaciones sociales de
producción, en el marco de la construcción de la Patria Socialista
Bolivariana. Podrán ser financiadas con recursos propios, públicos o mixtos.

Si bien la doctrina socialista es la que caracteriza al Estado Venezolano en


su accionar, no es menos cierto que en ningún aspecto de la Constitución se
le menciona como la corriente de pensamiento oficial u obligatoria de la
República Venezolana. Se haría pues mal en excluir las demás posiciones
ideológicas, siendo esta exclusividad discriminatoria contra el sector de la
población que no profesa o comparte la doctrina socialista, y más aun
considerando que la educación universitaria es heterogénea y diversa sin
limitaciones o barreras de condicionalidad de pensamiento. Este mismo
planteamiento se repite en las siguientes normas:

Características generales de la formación integral


Artículo 46. Los procesos formativos en la educación universitaria, en
todas las áreas de conocimiento, tendrán las siguientes características
generales (...)

2. Actitudes, valores y capacidades orientadas a la participación en el


desarrollo endógeno, integral y sustentable de Venezuela en la consecución
de la soberanía socio-productiva para la construcción de la Patria socialista.

14. Relación, vinculación e inserción de los y las estudiantes desde el inicio


de la trayectoria educativa en el mundo del trabajo, contribuyendo a la
construcción del modelo productivo socialista.

Educación universitaria y el modelo productivo socialista

Artículo 60. La educación universitaria debe contribuir a la construcción


del modelo productivo socialista mediante la vinculación, articulación,
inserción y participación de los estudiantes y trabajadores universitarios,
conjuntamente con las comunidades, en el desarrollo de actividades de
producción de bienes materiales, transferencia tecnológica y prestación de
servicios. Estas actividades se sustentan en una relación horizontal y
orgánicamente creciente, de intercambio y encuentro de saberes,
conocimientos y experiencias, a partir del reconocimiento mutuo, en el
marco de la sociedad democrática y participativa.

La universidad debe su pertenencia al país, a sus comunidades y su


población, sin embargo, esto no implica que agentes externos – que carecen
de cualquier tipo de visión o misión con el propósito educativo – deban
formar parte de la vida universitaria y sus estructuras, tal como lo precisa la
siguiente norma:

De la participación integrada e integral de organizaciones del


Poder Popular en las instituciones de educación universitaria

Artículo 78. Las organizaciones del Poder Popular deberán ejercer un papel
fundamental en el desarrollo de los procesos de la educación universitaria.
Las condiciones, requisitos y procedimientos con los cuales estas
organizaciones participarán de forma integral e integrada en los ámbitos de
participación de la comunidad universitaria, serán establecidos mediante el
reglamento que al efecto dicte el Ejecutivo Nacional.

Las Universidades se han caracterizado por el impulso a la participación


democrática en la elección de sus máximas autoridades, por eso sería
injusto que sean entes externos quienes dicten sus normas de elección. En
lo presente se configuraría otro ataque a la Autonomía al no poder dejársele
opción a elegir quienes serían sus autoridades, siendo esta una imposición
que desvirtuaría la magnánima esencia de la democracia universitaria:

Reglamento Electoral
Artículo 80. En el Reglamento Electoral a ser dictado por el Ejecutivo
Nacional se desarrollará la siguiente materia electoral universitaria:
Principios que rigen los procesos electorales universitarios, las votaciones,
el período electoral, centros de votación, los órganos electorales
universitarios, definición, composición y funciones de la comisión electoral
central y de los órganos subordinados, proclamación y juramentación de los
electos y las electas, cargos académicos y administrativos sujetos a
elección, elección de representantes de sectores, los o las suplentes,
requisitos para la elegibilidad de máximas autoridades y demás directivos
universitarios, definición y requisitos para la activación de referendos
revocatorios y referendos consultivos, y demás aspectos sobre las
condiciones, organización y funcionamiento de los procesos electorales
universitarios.

Solo cada universidad sabe cuál es la mejor condición para ser gobernada, y
es impensable que por un mismo patrón se les asigne a ellas un modo
estándar de gobierno sin tomar en cuenta su existencia heterogenia.

Reglamento de órganos de gobierno universitario

Artículo 83. El Ejecutivo Nacional, dictará un reglamento de órganos de


gobierno universitario, en el que se establecerán las atribuciones,
organización, funcionamiento, el número y proporción en que estarán
integrados por voceros y voceras de todos los sectores de la comunidad
universitaria, así como los mecanismos y requisitos de elegibilidad o
designación de sus miembros, según sea el caso. El reglamento tendrá en
cuenta la naturaleza y diversidad de misiones y vocaciones específicas de
las universidades. Las condiciones y grados de participación de las
organizaciones del Poder Popular en estos órganos serán establecidas en
dicho reglamento.

Queda exceptuado de este reglamento el órgano electoral, el cual estará


regido por el reglamento electoral, previsto en la presente Ley.

En la siguiente norma podría ser atacado el reclamo estudiantil ante un mal


gobierno universitario, siendo una norma difusa y amplia que sólo daría pie
a la represión y persecución. Estas características no se pueden considerar
como admisibles en una ley que se precie de democrática y socialmente
justa:

Faltas de los y las estudiantes

Artículo 95. Serán faltas de los estudiantes:

Graves: La falta de respeto y consideración debidos a cualquier integrante


de la comunidad universitaria, en actuación directa del estudiante con
violencia física o verbal; la destrucción de planta física, muebles o dotación
de la institución universitaria, por actuación negligente del estudiante; el
abandono injustificado de los estudios en el transcurso de un período
lectivo; la actuación en actividades académicas, no acorde con los
principios de transparencia y honestidad; y el incumplimiento injustificado
de deberes inherentes a su vocería en órganos colegiados de gobierno de la
institución.

A través de la siguiente norma, también difusa, amplia, y sin ninguna


previsión epistemológica, se oprime a la Autonomía entregando a la misma
a funcionarios que no tomarán en cuenta la condición integral de cada
universidad, que más bien aplicarán reglamentaciones que desnaturalizaran
la esencia misma de cada campus educativo.

De la reglamentación especial

Artículo 105. Serán objeto de reglamentación especial por el Ejecutivo


Nacional las siguientes materias: La organización de los sectores de la
comunidad universitaria; la participación de la comunidad universitaria y las
organizaciones del poder popular en los ámbitos establecidos en esta Ley;
la participación de los egresados y las egresadas de las instituciones de
educación universitaria en los procesos electorales; el sistema de carrera de
los trabajadores y las trabajadoras administrativos y obreros; los procesos
electorales; los órganos de gobierno universitario; las modalidades de la
educación universitaria; la creación, autorización y gestión de los
programas de formación; la organización y funcionamiento de los Consejos
de Transformación Universitaria; las condiciones y procedimientos para la
creación de instituciones de educación universitaria; los lineamientos para
la formulación y elaboración de los Planes de Desarrollo Institucional de las
universidades; sobre los estudios no conducentes a títulos o grados y las
condiciones de ingreso de los y las estudiantes a programas de formación
conducentes a títulos o grados; sobre las certificaciones profesionales;
sobre la vinculación de las instituciones de educación universitaria con el
modelo productivo socialista; el ingreso en determinados programas de
personas que no tengan el título de bachiller; las condiciones para la
creación, organización, formas de financiamiento y funcionamiento de los
institutos universitarios de Estado, de las instituciones universitarias de
gestión popular y de gestión privada; la revocatoria y suspensión de la
autorización para el funcionamiento de las instituciones de educación
universitaria de gestión popular y de gestión privada.

En razón de lo anteriormente expuesto y en ocasión de lo dispuesto en la


Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que expresa lo
siguiente en su Artículo 214.

El Presidente o Presidenta de la República promulgará la ley dentro de los


diez días siguientes a aquel en que la haya recibido. Dentro de ese lapso
podrá, en acuerdo con el Consejo de Ministros, solicitar a la Asamblea
Nacional, mediante exposición razonada, que modifique alguna de las
disposiciones de la ley o levante la sanción a toda la ley o a parte de ella.
La Asamblea Nacional decidirá acerca de los aspectos planteados por el
Presidente o Presidenta de la República, por mayoría absoluta de los
diputados o diputadas presentes y le remitirá la ley para la promulgación.

El Presidente o Presidenta de la República debe proceder a promulgar la ley


dentro de los cinco días siguientes a su recibo, sin poder formular nuevas
observaciones.

Cuando el Presidente o Presidenta de la República considere que la ley o


alguno de sus artículos es inconstitucional solicitará el pronunciamiento de
la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en el lapso de diez
días que tiene para promulgar la misma. El Tribunal Supremo de Justicia
decidirá en el término de quince días contados desde el recibo de la
comunicación del Presidente o Presidenta de la República. Si el Tribunal
negare la inconstitucionalidad invocada o no decidiere en el lapso anterior,
el Presidente o Presidenta de la República promulgará la ley dentro de los
cinco días siguientes a la decisión del Tribunal o al vencimiento de dicho
lapso.

Le solicitamos al señor Presidente vehemente, que no sea usted


partícipe de este atentando contra la Autonomía y la libertad de la
Universidad democrática venezolana que usted planteó desde sus
inicios como dirigente popular en el año 1995. No sea usted el
Presidente que a través del citado instrumento legal promueva la
destrucción de nuestras casas de estudio.

Para culminar le traemos ante usted estas palabras del maestro Luis Beltrán
Prieto, para la reflexión de la educación que queremos para nuestro país:

“El Fin supremo de la educación es desarrollar las


virtualidades del hombre colocándolo en su medio y en
su tiempo, al servicio de los grandes ideales colectivos,
y concentrado en su tarea para acrecentar y defender
valores que si fueran destruidos pondrían en peligro su
propia seguridad”

Maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa

Diego Scharifker
Presidente
FCU-UCV

Diego Scharifker Victor Ruz


Presidente Presidente
FCU-UCV FCU-LUZ

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