Del latín talentum, la noción de talento está vinculada a la aptitud o
la inteligencia. Se trata de la capacidad para ejercer una cierta ocupación o para desempeñar una actividad. El talento suele estar asociado a la habilidad innata y a la creación, aunque también puede desarrollarse con la práctica y el entrenamiento.
Por ejemplo: “Necesitamos un jugador con talento para jugar en el medio
del campo”, “El talento del novelista volvió a quedar demostrado con su último libro”, “Buscamos talentos dispuestos a sumarse a una empresa en crecimiento”. Como puede apreciarse en estos ejemplos, el término puede utilizarse para nombrar tanto a la capacidad en sí como a la persona que cuenta con dicha capacidad.