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DIRECTO PENAL: 16/2019

QUEJOSO: ******** ******** ****

(INTERNO EN EL RECLUSORIO PREVENTIVO


VARONIL ORIENTE DE LA CIUDAD DE
MÉXICO)

4 CUADERNOS Y 1 DISCO

MAGISTRADO PONENTE:

MARIO ARIEL ACEVEDO CEDILLO.

SECRETARIA:

DENISSE MARISOL MACIAS RUIZ.

Ciudad de México. Acuerdo del Segundo Tribunal Colegiado en


Materia Penal del Primer Circuito, correspondiente a la sesión de cuatro
de julio de dos mil diecinueve.

V I S T O S para resolver el juicio de amparo directo 16/2019,


promovido por el quejoso ******** ******** ****, por derecho
propio, contra actos de la Sexta Sala Penal del Tribunal Superior de
Justicia, en su carácter de ordenadora y el Juzgado Sexagésimo Penal,
como ejecutora, ambos de la Ciudad de México, por estimarlos violatorios
de los artículos 1, 14, 16 y 20 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos; y,
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R E S U L T A N D O:

I. Actos reclamados. Sentencia de 9 de noviembre de 2015


atribuida a la autoridad responsable ordenadora, dictada en el toca CE-
719/2015, relativo al recurso de apelación interpuesto por el quejoso, su
defensor de oficio y la representación social (respecto al grado de
culpabilidad -inconformidad que no prosperó-), la que modificó el fallo de
8 de junio del mencionado año, emitido por la juez anteriormente
mencionada, en la causa 158/2013 acumulada a la 210/2014.

En la sentencia reclamada se consideró al peticionario de amparo


penalmente responsable de la comisión de los delitos CORRUPCIÓN

DE PERSONAS MENORES y VIOLACIÓN, ambos AGRAVADOS,

previstos y sancionados respectivamente, el primero en el artículo 184,


párrafo primero (al que por cualquier medio induzca a una persona menor
de 18 años de edad a realizar prácticas sexuales), con relación en el
diverso 191, párrafo primero (al que habite ocasionalmente en el mismo

domicilio con la víctima), así como el segundo en el numeral 174, párrafos


primero (al que por medio de la violencia física realice cópula con persona
de cualquier sexo) y segundo (se entiende por cópula, la introducción del
pene en el cuerpo humano por vía vaginal), con relación al ordinal 178,

fracción IV (aproveche la confianza en él depositada), en concomitancia

ambos con los preceptos 15 (acción), 17, fracción I (instantáneo), 18,

párrafos primero (dolo) y segundo (conocer y querer) y, 22, fracción I


(autor), todos del Código Penal para esta ciudad; cometidos en agravio de
** * *** * o ** ** ** *.

En dicho fallo se determinó al justiciable el grado de culpabilidad


“LIGERAMENTE SUPERIOR A LA MÍNIMA, EQUIVALENTE A
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1/16 EN LA GRÁFICA DE PUNIBILIDAD”, además encontrándose
ante un concurso real de delitos, la Ad quem impuso la pena del delito de
mayor sanción al que sumó el restante; por tanto, en total le asignó 21

AÑOS 10 MESES 9 DÍAS DE PRISIÓN y 1,093 DÍAS MULTA,


equivalente esta última a $65,383.26, a razón de $59.82, que era el salario
mínimo vigente en la época de los hechos (marzo de 2010 a marzo de
2011).

Respecto de la ejecución de las penas, determinó que quedaría a


cargo del juzgado de primera instancia, en el entendido que se descontará
la prisión preventiva sufrida por el quejoso a partir del 22 de octubre de
2014, fecha a partir de la cual señala la sala que fue detenido el quejoso
por los hechos delictivos que nos ocupan, quedando el recuento final a
cargo de la autoridad competente.

En cuanto a la pecuniaria deberá enterar a la Dirección para el


Cobro de Multas Judiciales adscrita a la Oficialía Mayor del Tribunal
Superior de Justicia de la Ciudad de México, cuyo importe se destinará
al Fondo de Apoyo a la Procuración y Administración de Justicia; en caso
de demostrada insolvencia económica parcial o total, se le sustituirá por
546 jornadas de trabajo en favor de la comunidad.

Por concepto de reparación del daño material, no condenó


al quejoso, debido a la naturaleza de los delitos -de resultado formal-;
asimismo, determinó improcedente condenarlo de los “perjuicios

ocasionados”, en virtud de no existir en actuaciones elementos de


prueba que permitan acreditar su existencia.

Por otro lado, consideró procedente condenarlo a la reparación

del daño moral, a pagar a la entonces menor ofendida el pago de


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sesiones terapéuticas psicológicas, reservando su cuantificación para
ejecución de sentencia.

Le negó los sustitutivos de la pena privativa de la

libertad y el beneficio de la suspensión condicional de la

ejecución de la pena, al no cumplir con los requisitos establecidos en


los artículos 84 y 89 del Código Penal para esta ciudad, para su
concesión, puesto que la prisión impuesta excede de 5 años.

Ordenó la suspensión de sus derechos políticos, por un


término igual al de la sanción privativa de la libertad impuesta,
comenzando su cómputo a partir de que cause ejecutoria la resolución
impugnada y concluirá con la extinción de la pena de prisión impuesta.

Las modificaciones y precisiones de la sala responsable


consistieron:

1.- Precisó que las penas impuestas de conformidad con el grado


de culpabilidad asignado al quejoso, debían ser mayores a las
determinadas por la juez de la causa, sin embargo, al no existir
inconformidad en torno a ello por parte del ministerio público y, en
aras de no agravar la situación jurídica del peticionario de
amparo, dejó subsistentes las sanciones impuestas por la juez de
la causa.
2.- A diferencia de la A quo, sustituyó la pena pecuniaria, por
jornadas de trabajo a favor de la comunidad.
3.- En contraposición con la juez de la causa, quien había
determinado que la ejecución de la pena quedaría a cargo de un
juez de ejecución; la sala responsable señaló que ello debía
quedar a cargo de la juzgadora de origen.
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4.- La juez de proceso absolvió al quejoso de la reparación del
daño material y perjuicios ocasionados; en tanto la sala determinó
que lo correcto es “no condenarlo” por tales conceptos.
5.- La juzgadora de primera instancia, condenó al impetrante por
daño moral a pagar a la entonces menor de edad 52 sesiones
terapéuticas de tratamiento psicológico, equivalentes a
$41,080.00; en tanto el tribunal de apelación, señaló que dicho
tratamiento sería cuantificado en ejecución de penas,
dependiendo de las pruebas que la víctima aporte para
sustentarlo.

De la restante autoridad, reclama la ejecución material del fallo


combatido.

II. Trámite ante el tribunal colegiado. Por acuerdo de 28 de


enero del presente año, el magistrado presidente de este órgano
jurisdiccional admitió la demanda, tuvo como tercera interesada a ** * ***
* o ** ** ** *, dio la intervención que compete a las partes, para que en
el plazo de 15 días presentaran sus alegatos o promovieran amparo
adhesivo, a que se refiere el numeral 181 de la ley de la materia; sin que al
efecto hayan hecho valer ese derecho.

III. Turno a ponencia. Se realizó al magistrado Mario Ariel


Acevedo Cedillo, en proveído de 1 de marzo de 2019, para que en
términos del ordinal 183 de la Ley de Amparo, formulara el proyecto de
resolución correspondiente; expediente que consta de 4 cuadernos
integrantes de 1,630 fojas.
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C O N S I D E R A N D O:

PRIMERO. Este Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del


Primer Circuito es legalmente competente para conocer y resolver el
presente juicio de amparo directo, de conformidad con lo dispuesto en los
artículos 103, fracción I y 107, fracciones V, inciso a) y VI, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 34 de la Ley de
Amparo; 37, fracción I, inciso a), 38 y 39, de la Ley Orgánica del Poder
Judicial de la Federación, así como el Acuerdo General 3/2013, emitido
por el Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, relativo a la división de
circuitos y fijación de competencia territorial, en virtud de que se reclama
una sentencia definitiva de segunda instancia dictada por una autoridad
judicial en materia penal con residencia dentro del ámbito territorial en
donde ejerce jurisdicción este órgano colegiado.

SEGUNDO. Oportunidad. La demanda de amparo se presentó


dentro de los 8 años a que alude el numeral 17, fracción II de la Ley de
Amparo, ya que la sentencia de 9 de noviembre de 2015, se notificó el 11
del mismo mes y año, y el citado ocurso se exhibió el 15 de enero de
2019.

TERCERO. Existencia de los actos. El de la autoridad


responsable ordenadora quedó acreditado con el informe justificado que
rindió, en el cual aceptó expresamente el mismo y, con los autos de
primera y segunda instancias que adjuntó, en los que destaca inserto el
fallo controvertido, a los que se les concede valor probatorio pleno, en
términos del numeral 202 del Código Federal de Procedimientos Civiles,
de aplicación supletoria a la Ley Reglamentaria de los artículos 103 y 107
constitucionales, de acuerdo al segundo párrafo de su ordinal 2.
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Asimismo, es cierto el acto de ejecución reclamado a la Juez
Sexagésimo Penal de esta ciudad, no obstante que omitió rendir su
informe con justificación, a pesar de que fue debidamente emplazada,
como consta a foja 24 de este cuaderno de amparo, pues dentro de sus
facultades está el cumplimiento del fallo reclamado.

CUARTO. Estudio. Los conceptos de violación expuestos por el

quejoso son por una parte infundados, por otra inoperantes y uno de

ellos fundado, aunque para ello deba suplirse la queja deficiente,

conforme a lo dispuesto en el inciso a), fracción III del artículo 79 de la


Ley de Amparo, lo que impone conceder el amparo solicitado para los
efectos que más adelante se precisarán.

La autoridad de apelación tuvo por demostrados los hechos


siguientes:

Tocante al ilícito VIOLACIÓN AGRAVADA, se hicieron consistir


en:

En marzo de 2010, por la tarde, cuando el quejoso se


encontraba en el domicilio de la víctima de identidad reservada con iniciales
** ** ** **, sito en avenida ***** ** *******, Manzana **, Lote *, colonia
*** ****** ********, entonces delegación **********, en compañía de ésta
y sus 3 hermanas menores, el peticionario de amparo envió a las últimas
mencionadas a la tienda, para llamar a la pasivo a la habitación donde se
encontraba (en la planta baja) desnudo, le acarició el cuerpo a la pasivo, la
besó en la boca, ante ello, la entonces menor le propinó una bofetada y
corrió pero el activo la alcanzó, la sujetó de las manos y brazos, la desnudó y
recostó en la cama, para enseguida imponerle cópula vía vaginal por
aproximadamente 5 minutos, después le ordenó vestirse y él realizó lo
mismo, luego le indicó que de decir algo al respecto le haría lo mismo a su
hermana.
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Con relación al delito CORRUPCIÓN DE PERSONAS

MENORES AGRAVADO:

En el periodo comprendido de marzo de 2010 a marzo de


2011, el quejoso en diversas ocasiones pernoctaba en el domicilio de la
víctima, señalado anteriormente, quien aprovechaba para quedarse solo
con la pasivo de iniciales ** ** ** **, con quien sostenía relaciones sexuales,
a lo cual accedía la pasivo por temor, ya que la amenazaba que si
comentaba algo, le realizaría lo mismo con sus hermanas menores (3),
aunado a que el activo le daba regalos (“cosas de la tienda”, chicharrones,
videos, discos, ropa, dinero desde $50 a $200, pesos, teléfono celular),
después de tener relaciones sexuales con ella, a fin de que no dijera nada.

I. DETENCIÓN ILEGAL.

En primer término, es preciso decir que en el juicio de amparo


directo es dable analizar las posibles violaciones cometidas durante la
detención del justiciable con motivo de la excepción prevista en el artículo
16 de la Constitución General de la República (flagrancia o caso

urgente), siempre que no hayan sido analizadas previamente en amparo


indirecto; con la salvedad que de existir la violación anunciada, no
ameritaría la reposición del procedimiento, sino la invalidez de la
probanza que se hubiera obtenido de manera ilegal1.

1 Al respecto resultan aplicables las jurisprudencias 1ª J.121/2009 y 1ª J. 45/2013, pronunciadas por la


Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de títulos: “AMPARO DIRECTO. PROCEDE
QUE EN ÉL SE ANALICEN COMO VIOLACIONES AL PROCEDIMIENTO LAS COMETIDAS EN LA
AVERIGUACIÓN PREVIA, CUANDO AFECTEN LAS GARANTÍAS CONTENIDAS EN LOS ARTÍCULOS
14 Y 20 DE LA CONSTITUCIÓN GENERAL DE LA REPÚBLICA, EN TÉRMINOS DEL ARTÍCULO 160,
FRACCIÓN XVII, DE LA LEY DE AMPARO.” y “VIOLACIONES COMETIDAS EN LA DETENCIÓN DEL
INCULPADO CON MOTIVO DE LA EXCEPCIÓN PREVISTA EN EL ARTÍCULO 16 CONSTITUCIONAL
(FLAGRANCIA O CASO URGENTE). ES FACTIBLE SU ANÁLISIS EN AMPARO DIRECTO CUANDO
NO HAYAN SIDO ANALIZADAS PREVIAMENTE EN AMPARO INDIRECTO.”; visibles respectivamente
en la página 36, tomo XXXI, mayo de 2010, Novena Época, del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta y página 529, libro XXII, julio de 2013, tomo 1, Constitucional, Común, Décima Época, del
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta.
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En el caso, por lo que atañe a la detención del justiciable, se
advierte que dicho aspecto no fue motivo de estudio en amparo
biinstancial, por lo que es dable su análisis en la presente vía.

En esa tesitura, al examinar las constancias de autos, deriva que en


la detención del peticionario de amparo existió trasgresión a lo
establecido por el párrafo quinto del artículo 16 de la Constitución Política

de los Estados Unidos Mexicanos (detención por caso urgente).

Para evidenciarlo, es oportuno señalar la forma en que el hoy


quejoso fue asegurado.

1. El 25 de agosto de 2011, se presentó **** *******


******** *****, a denunciar hechos posiblemente constitutivos de delito
en agravio de su entonces menor sobrina ** * *** * o ** ** ** *, en ese
entonces de 13 años de edad, quien se encontraba embarazada, contra el
peticionario de amparo ******** ******** ****.

2. Con motivo de lo anterior el 26 de agosto de 2011, 10 de


septiembre y 22 octubre, ambos de 2014, el ministerio público
investigador giró oficios de búsqueda, localización y presentación contra el
hoy quejoso, siendo cumplimentado hasta el 21 de octubre de 2014,
por los policías Luis Olmedo Villareal, Juan Armando Ruiz Velasco y
Florencia Álvarez Flores, quienes coincidentemente señalaron que el 21
del mencionado mes y año, pusieron a disposición al quejoso, a quien
interceptaron afuera de su domicilio cito en calle ************, # **,
colonia ********* en el pueblo de *** ******* ********, en la entonces
delegación ***** ****, aproximadamente a las 21:30 horas, a quien le
mostraron el señalado citatorio, refiriendo el peticionario de amparo no
tener inconveniente en acompañarlos, pues sabía el motivo de su
búsqueda.
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3. El 27 de junio de 2013, se ejerció acción penal contra el

quejoso, sin detenido, por el ilícito VIOLACIÓN AGRAVADA;


solicitando la respectiva orden de aprehensión, la cual fue negada2 por el
Juzgado Sexagésimo Penal de esta ciudad.

4. El 22 de octubre de 2014, el representante social acordó la


detención del peticionario de amparo bajo la figura jurídica de caso
urgente, por el delito CORRUPCIÓN DE PERSONAS MENORES

AGRAVADO.

5. El 23 siguiente, el quejoso asistido de defensor de oficio,


rindió su declaración ministerial, en la cual únicamente negó los hechos
por “ser falsos”, sin agregar nada más, ni contestar a preguntas
formuladas por el representante social. En esa data, el ministerio público
ejerció acción penal en su contra por el delito CORRUPCIÓN DE

PERSONAS MENORES AGRAVADO, dejándose desglose de la

indagatoria por el diverso VIOLACIÓN AGRAVADA.

6. De dicha consignación conoció el citado Juzgado Sexagésimo


Penal de esta ciudad, calificando de legal la detención del quejoso,
dictando en su contra auto de plazo constitucional por el delito
CORRUPCIÓN DE PERSONAS MENORES AGRAVADO.

7. Seguida la secuela procesal por el ilícito citado en último término,

el 21 de enero de 2015, se ejerció acción penal sin detenido contra el

quejoso por el ilícito VIOLACIÓN, siendo obsequiada la orden de captura


en su contra, por el Juzgado Sexagésimo Penal de esta ciudad, la cual se

2 Por falta de fundamentación y motivación.


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cumplimentó3 y le fue dictado auto de plazo constitucional4 por ese ilícito;
siendo hasta el 18 de febrero de 2015, cuando se declaró fundado el
incidente de acumulación de procesos por ambos delitos, interpuesto
por la defensa del quejoso.

Como se advierte de los antecedentes reseñados, la detención del


accionante de amparo no derivó de un mandato previo del agente del
ministerio público que colmara las exigencias establecidas en el párrafo
quinto del artículo 16 de la Carta Magna, porque se tratara de delito grave
así calificado por la ley, hubiera riesgo fundado de que el indiciado se
sustrajera a la acción de la justicia, y porque no pudiera ocurrir ante la
autoridad judicial por razón de la hora, lugar o circunstancia.

Lo anterior, habida cuenta que la autoridad ministerial sólo había


ordenado a la policía de investigación la localización, ubicación y
presentación del impetrante ante esa autoridad en calidad de probable
responsable y se le dieron efectos jurídicos diferentes.

Sirve de sustento a lo anterior, la tesis 1a. CLXXV/2016 (10a.),5


sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, de título: “ORDEN DE BÚSQUEDA, LOCALIZACIÓN Y
PRESENTACIÓN CONTRA UN INCULPADO EN UNA INVESTIGACIÓN
MINISTERIAL. ES ILEGAL CUANDO EXCEDEN LOS EFECTOS
JURÍDICOS PARA LOS QUE FUE EMITIDA.”

Irregularidad que no fue corregida por la juez que recibió la


consignación, puesto que ratificó la privación de la libertad del quejoso al

3 Al encontrarse preso el peticionario de amparo por el diverso delito relacionado CORRUPCIÓN DE


PERSONAS MENORES DE EDAD.
4 El 16 de febrero de 2015.
5 Visible en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, libro 31, junio de 2016, tomo I, página 697,

Décima Época, registro 2011881.


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estimar actualizada la hipótesis de “caso urgente”, lo cual fue convalidado
por la sala responsable.
Esto es, de haber ajustado su actuación al marco constitucional,
habría propiciado indefectiblemente que decretara la libertad inmediata del
peticionario de amparo, en términos del último párrafo del artículo 268

Bis, párrafo tercero, del código penal adjetivo para esta capital.

Criterio que es acorde al contenido de la tesis6 sustentada por la


Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de título:
“DETENCIÓN POR CASO URGENTE. REQUISITOS PARA SU
VALIDEZ.”

En ese orden de ideas, aun cuando el peticionario de amparo acudió


de manera voluntaria ante el ministerio público, por haberlo así
manifestado los policías remitentes y no existir dato en contrario, lo cierto
es que en la diligencia de su declaración, no realizó ninguna manifestación
en torno a los hechos imputados, por lo que, no aportó datos que
hicieron probable su participación en los ilícitos atribuidos, lo que no
justificó su detención por parte del ministerio público7.

En consecuencia, se declara ilegal la detención del peticionario


de amparo, por tanto, se deben declarar nulas las probanzas que no se
hubieren podido obtener a menos que la persona fuera privada de su
libertad. Es decir, todos los medios probatorios realizados sobre la persona

6 Publicada en la página 466, libro 21, agosto de 2015, tomo I, Materias Constitucional, Penal, Décima
Época, del Semanario Judicial de la Federación, registro 2009821.
7 Al respecto es ilustrativa la jurisprudencia 1a./J. 51/2017 (10a.), emitida por la Primera Sala de la

Suprema Corte de Justicia de la Nación, de rubro: “DETENCIÓN POR CASO URGENTE. EL MINISTERIO
PÚBLICO PUEDE DECRETARLA, UNA VEZ QUE EL INDICIADO RINDA SU DECLARACIÓN
MINISTERIAL Y CONCLUYA LA DILIGENCIA, A LA QUE DE MANERA VOLUNTARIA ASISTIÓ, CON
MOTIVO DE UNA ORDEN DE BÚSQUEDA, LOCALIZACIÓN Y PRESENTACIÓN.”; consultable en la
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, libro 47, octubre de 2017, tomo I, página 345, Materia
Constitucional, Décima Época, registro 2015231.
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asegurada y aquellas en las que haya participado o aportado información
sobre los hechos que se le imputan, esto es, las siguientes pruebas:

1.- Las declaraciones ministeriales de los policías remitentes Luis


Olmedo Villarreal, Juan Armando Ruiz Velasco y Florencia Álvarez Flores, de 22
de octubre de 2014, así como sus ampliaciones ante la juez de proceso, de
25 de abril de ese año; de igual manera los oficios e informe que se refieren a
la puesta a disposición del peticionario de amparo (fojas 356, 359, 362, 364, y
577, del tomo I, respectivamente).

2.- Certificados Médicos practicados al inconforme de 22 y 23, ambos


de octubre de 2014 (fojas 345, 366, 403 y 405, todas del tomo I de la causa ).

3.- Informe policíaco de “modus vivendi” de 22 de octubre de 2014,


habida cuenta que para su elaboración fue entrevistado el peticionario de
amparo (foja 389, tomo I de la causa).

4.- Declaración ministerial del quejoso de 23 de octubre de 2014,


asistido de defensor de oficio; declaraciones preparatorias de 23 de octubre de
2014 y 12 de febrero de 2015, así como la ampliación ante la juez de la causa,
el 25 de marzo de 2014, únicamente en las porciones donde ratificó el
deposado ministerial (fojas 431, 450, 564 y 1030, tomo I de la causa).

5.- Dictamen en fotografía de 22 de octubre de 2014, donde aparece


fijado fotográficamente el peticionario de amparo.

II. LEGALIDAD DEL ACTO RECLAMADO TOCANTE AL

DELITO VIOLACIÓN AGRAVADA.

Una vez dicho lo anterior, es infundado el concepto de violación


mediante el cual señala el quejoso que la sentencia reclamada vulnera lo
dispuesto en los artículos 1, 14 y 16 de la Constitución Federal; toda vez
que a su consideración, no se apegó a los principios de legalidad,
seguridad jurídica, debido proceso, fundamentación y exacta aplicación de
la ley penal.
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Lo expuesto es así, ya que en lo relativo a la prerrogativa prevista
en el arábigo 14 constitucional -audiencia-, de los autos se advierte que se
cumplieron con las reglas que rigen el procedimiento, pues se le hizo
saber al peticionario de amparo la existencia del procedimiento iniciado en
su contra, además, se le otorgó previo al dictado de la sentencia
reclamada, la oportunidad de defenderse en el juicio, ofrecer y desahogar
pruebas, formular conclusiones de inculpabilidad e interponer el medio de
defensa legal que consideró oportuno -apelación- contra la decisión de la
juez de primera instancia, quien resolvió la litis ante él planteada.

Asimismo, se respetaron los principios de exacta aplicación de la


ley en materia penal y de retroactividad de la ley en su beneficio, ya
que para tener por acreditados los delitos y su responsabilidad penal en la
comisión de los mismos, se citaron los preceptos concreta y exactamente
aplicables al caso (con la salvedad que se realizará posteriormente).

Del mismo modo, contrariamente a lo que sostiene el quejoso este


tribunal colegiado observa que la autoridad judicial de segunda instancia
observó y cumplió con las exigencias a que se refiere el párrafo primero
del numeral 16 constitucional al motivar y fundamentar su

pronunciamiento, pues respecto al delito VIOLACIÓN AGRAVADA, citó

el ordinal 174, párrafos primero y segundo y 178, fracción IV, ambos


del Código Penal para esta ciudad, que en lo que interesa disponen:

“Artículo 174. Al que por medio de la violencia física… realice cópula con
persona de cualquier sexo […]

Se entiende por cópula la introducción del pene en el cuerpo humano por


vía vaginal.”

“Artículo 178. Las penas previstas para la violación… se aumentarán en


dos terceras partes cuando fueren cometidos.
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IV. Por la persona que tenga al ofendido bajo su custodia, guarda o
educación aproveche la confianza en ella depositada.”

Por otra parte, se advierte correcta la aplicación de los preceptos


15, 17, fracción I, 18, párrafos primero y segundo y 22, fracción I,
todos del código sustantivo de la materia; que respectivamente establecen
la naturaleza instantánea y dolosa de la acción, así como la forma de
intervención del sentenciado, al haberlo realizado a título de autor material.

De la misma forma, en la sentencia reclamada, fueron invocados


correctamente por la autoridad responsable ordenadora, los numerales
245, 246, 253, 254, 255, 261 y 286 del otrora Código de
Procedimientos Penales para esta entidad, relativos a las pruebas y su
valor jurídico.

Por tanto, se colige que la autoridad responsable ordenadora


expuso, razonada y jurídicamente, los motivos por los que estimó
acreditada la hipótesis normativa para resolver en el sentido en que lo hizo
(coincidentes con la acusación ministerial), ya que razonó por qué los
medios de prueba que informan el sumario de origen, se
consideraron idóneos y suficientes para tener por demostrados los
aspectos jurídicos antes indicados y, en consecuencia, imponerle las
penas que consideró correctas, para lo cual se ciñó a las reglas de
valoración establecidas en la legislación adjetiva penal local.

En ese sentido, no le asiste razón al peticionario de amparo al


señalar como motivo de disenso que incorrectamente en el acto reclamado
se le otorgó valor indiciario a las periciales en psicología suscritas por
********* ***** ******** y ***** ****** ******, ya que dichas opiniones
no fueron ratificadas ante la juez de la causa por sus firmantes, por lo que
en su caso se debió ordenar la reposición del procedimiento a fin de que
los mismos fueran ratificados.
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Al respecto el quejoso consideró aplicable el criterio de rubro:
“DICTÁMENES PERICIALES. EL ARTÍCULO 235 DEL CÓDIGO
FEDERAL DE PROCEDIMIENTOS PENALES, AL EXIMIR A LOS
PERITOS OFICIALES DE RATIFICARLOS, VULNERA EL DERECHO
FUNDAMENTAL DE IGUALDAD PROCESAL.”
Esto es así, porque la jurisprudencia 1a./J. 62/2016 (10a.)8 que
refiere, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
realizó una interpretación del artículo 235 del Código Federal de
Procedimientos Penales, que expresamente exime a los peritos oficiales
de ratificar sus dictámenes en etapa de juicio.9

Aunque es cierto que, el entonces código adjetivo para esta ciudad,


en su artículo 17710, refiere que los peritos ratificarán sus dictámenes en
una diligencia especial, también lo es que sólo sería en caso de que se
objetaran de falsos; lo que no sucedió durante toda la secuela procesal,

8 “DICTAMEN PERICIAL OFICIAL. EL EMITIDO, PERO NO RATIFICADO, EN TÉRMINOS DEL


ARTÍCULO 235 DEL CÓDIGO FEDERAL DE PROCEDIMIENTOS PENALES, EN LA ETAPA DE
AVERIGUACIÓN PREVIA, CONSTITUYE PRUEBA IMPERFECTA, NO ILÍCITA, PARA EL DICTADO
DEL AUTO DE FORMAL PRISIÓN. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
reitera el criterio sustentado en las tesis aisladas números 1a. LXIV/2015 (10a.) y 1a. XXXIV/2016 (10a.),
(1) respectivamente, en cuanto a que el artículo 235 del Código Federal de Procedimientos Penales que
exime al perito oficial de ratificar sus dictámenes viola el principio de igualdad procesal; sin embargo, al
constituir prueba imperfecta, no ilícita, es susceptible de ser ratificado a través de la reposición del
procedimiento, en su caso. En efecto, la diligencia de ratificación de dictamen pericial oficial a que se
refiere dicho precepto, está referida a la etapa de juicio y no a la de averiguación previa; pero ello no
significa que los dictámenes rendidos en la etapa de investigación ante el Ministerio Público no puedan ser
ratificados ante el juzgador para ser perfeccionados como prueba de cargo válida. Bajo ese entendimiento
y tratándose del dictado del auto de formal prisión, de conformidad con el artículo 19 constitucional,
aplicable al sistema procesal mixto, basta que la etapa de averiguación previa arroje ‘datos bastantes’ para
comprobar el cuerpo del delito y la probable responsabilidad del acusado para el dictado del auto de
formal prisión, lo que implica que el estándar de valoración probatoria por parte del juzgador es menor al
que se encuentra obligado para dictar la sentencia definitiva; de ahí que no se requieran, en un primer
momento, elementos probatorios perfectos para sustentar el auto de término constitucional.
Consecuentemente, el dictamen pericial oficial no ratificado aportado en la etapa de averiguación previa
debe ser valorado como dato-indicio en dicha resolución; por lo que no constituye prueba ilícita, toda vez
que deberá ser ratificado en la etapa de instrucción del juicio penal para ser perfeccionado, a efecto de
que pueda otorgársele valor probatorio pleno en la sentencia definitiva”.
9 “Artículo 235. Los peritos emitirán su dictamen por escrito y lo ratificarán en diligencia especial. Los
peritos oficiales no necesitarán ratificar sus dictámenes, sino cuando el funcionario que practique las
diligencias lo estime necesario. En esta diligencia el juez y las partes podrán formular preguntas a los
peritos”.
10 “Artículo. 177. Los peritos emitirán su dictamen por escrito y lo ratificarán en diligencia especial, en el

caso de que sean objetados de falsedad, o el Ministerio Público o el juez lo estimen necesario.”
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toda vez que no existe constancia que lo corrobore.

Aunado a que del escrito de ofrecimiento de pruebas del


inconforme, no se advierte la ratificación de alguna de las periciales
desahogadas en la indagatoria, ni la objeción respecto a alguna opinión
técnica desahogada durante la averiguación previa; por tanto, no resulta
procedente la reposición del procedimiento a efecto de que las peritos
********* ***** ******** y ***** ****** ******, ratificaron sus
dictámenes en presencia judicial.

Por otra parte, se advierte que el tribunal de alzada justificó los


elementos constitutivos del delito VIOLACIÓN AGRAVADA, con los
elementos de convicción en que se fundó la sentencia que ahora se
reclama, dentro de los que destacan:

Lo expuesto por la pasivo de identidad reservada de

iniciales ********, ante el ministerio público y la juez de primera


instancia, asistida respectivamente por sus familiares **** *******
******** ***** y ******** ***** ***** *****, emitidas el 25 de agosto y 6
de octubre, ambas de 2011, 27 de octubre de 2014, 15 de enero y 3 de
marzo, éstas últimas de 2015; en las cuales en esencia señaló que en
2011, contaba con 13 años de edad, que su padre había fallecido hacía 8
años, su madre ***** ***** *******, sufría ataques epilépticos y tenía 3
hermanas menores que ella; vivía en avenida ***** ** *******, Manzana
**, Lote *, colonia *** ****** ********, entonces delegación **********,
junto con su madre, su tío **** ******* ******** ***** , su abuela ******
***** ******* y sus 3 hermanas; el quejoso -tío abuelo- a veces los visitaba
en su domicilio, donde en ocasiones pernoctaba por 2 o 3 días, con quien
se llevaba bien, éste le compraba cosas -pants, teléfono celular, productos
de la tienda- y eventualmente le daba dinero para gastar; narró los hechos
del delito VIOLACIÓN AGRAVADA en igualdad de circunstancias
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como quedó establecido al inicio del presente considerando; agregó que
no dijo nada porque tenía miedo de que la regañaran, además de que el
activo le refirió que de decir algo, le haría lo mismo a una de sus
hermanas, especificó que ese día era lunes y la víctima portaba uniforme
blanco, además de ser cercano al cumpleaños de una de sus
consanguíneas que fue el 27 de marzo.

En las posteriores ocasiones en que el quejoso acudía al domicilio


de la víctima, sostenía relaciones sexuales con ella
-aproximadamente cada 8 días-, sin que a ésta le gustara, ni quisiera
hacerlo -“le daba asco”- y lo permitía por miedo, además de que era más
fuerte que ella, la conducía a su habitación -en la planta baja del inmueble-
a jalones, la desnudaba y le imponía la cópula vía vaginal. El peticionario
de amparo le regalaba las cosas que anteriormente fueron señaladas, le
decía que la quería, lo cual señaló la víctima hacía para que ella se
quedara callada, antes de que sostuvieran relaciones sexuales las cosas
que le daban eran pequeñas y después de ello, le daba regalos más
seguido. La última vez que tuvo relaciones sexuales con el quejoso fue en
enero o febrero de 2011, siendo que en febrero o marzo de ese año, la
víctima no tuvo periodo menstrual, por lo que sospechó que se encontraba
embarazada, sin decir nada a su tío **** ******* ni a su abuela por
pensar que la regañarían, no obstante se lo comunicó al quejoso quien le
dijo que “lo tuviera”, que la ayudaría con los “gastos”; posteriormente su
abuela se dio cuenta que estaba embarazada y comenzaron a
cuestionarla, por lo que comentó lo sucedido, presentando denuncia contra
el quejoso.

Agregó que en 2 ocasiones después de que el activo sostuvo


relaciones sexuales con ella, le dio 50 y 20 pesos, diciéndole que se
comprara lo que quisiera; asimismo refirió que la última vez que el quejoso
la “violó” quedó embarazada dando a luz a una niña; las veces que
sostuvo relaciones sexuales con el activo, su abuela ****** no se
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encontraba en la casa y cuando sus hermanas iban a la escuela o el activo
las mandaba a la tienda; ella acudía a la escuela por la tarde.

Lo que se concatenó con el dicho ministerial de **** *******

******** *****, el 25 de agosto de 2011, quien refirió ser tío de la


víctima, estar a cargo de su manutención y de sus hermanas; señaló que
el quejoso a veces se quedaba en su domicilio y advirtió el trato de la
pasivo con el “normal”, sabía que a veces el activo le compraba cosas
-ropa, teléfono celular- a la víctima y la llevaba al parque; él notó a la
víctima pálida y demacrada, por lo que su madre ****** la llevó al médico,
donde le practicaron un ultrasonido y supieron que estaba embarazada,
confesándole la pasivo llorando -ante la insistencia del testigo- que había
tenido relaciones sexuales con el quejoso, por lo que acudió a denunciar
los hechos, proporcionando las características físicas para la elaboración
del retrato hablado del activo. Declaración que ratificó ante el juez de la
causa, agregando en lo que interesa que cuando el quejoso se quedaba
en su domicilio, dormía en su habitación, la cual se encuentra en la planta
baja del inmueble.

Concatenado a lo anterior, se ponderaron las declaraciones


ante la juez de la causa de ***** ***** *******, quien refirió padecer
ataques epilépticos y no constarles los hechos, sin embargo señaló que el
quejoso acudía a su domicilio, en donde pernoctaba por 2 o 3 días; el
comportamiento de la víctima y sus demás hijas con el activo, consistía en
que le pedían dinero y que las llevara al parque.

Por lo que hace a las declaraciones hasta aquí reseñadas,


correspondientes a la entonces menor víctima, su progenitora y tío -este
último con carácter de denunciante-, la sala responsable legalmente les
confirió valor probatorio, en términos del artículo 255 del entonces Código
de Procedimientos Penales para la Ciudad de México, al reunir los
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requisitos de la misma legislación, ya que de ellos se desprende la razón
de su dicho, toda vez que la pasivo fue quien resintió los actos ilícitos,
mientras que su madre y tíos si bien no los presenciaron, lo cierto es que
les constó que el activo acudía y pernoctaba en varias ocasiones al
domicilio donde se encontraba la menor, además de que a **** *******,
la víctima le refirió que con quien había sostenido relaciones sexuales fue
con el quejoso y que por tal motivo se encontraba embarazada; asimismo,
ambos testigos percibieron dicho embarazo.

Sumado a lo anterior, los declarantes no presentaron causa de


inhabilitación conforme a la ley; por su edad (a pesar de que la pasivo era
menor de edad), capacidad e instrucción, tuvieron el criterio necesario
para juzgar el acto con completa imparcialidad, además se trata de hechos
que conocieron por medio de sus sentidos, siendo claros y precisos, sin
dudas o reticencias y sin que hubiera prueba que hayan sido obligados a
declarar por fuerza o miedo ni impulsados por engaño, error o soborno.

Por ello, este tribunal conviene con que la sala hubiese dado valor
probatorio preponderante al dicho de la víctima, pues como ya se dijo, se
trata de quien resintió la conducta delictiva.

Debe tenerse en cuenta que la Primera Sala ha establecido que en la


práctica judicial en materia penal, cuando un menor interviene como
víctima del delito, su interés superior encauza al juzgador a tomar las
medidas necesarias para garantizar y proteger su desarrollo, así como el
ejercicio pleno de los derechos que le son inherentes, por lo que el juez, al
valorar el testimonio de un menor víctima del delito, deberá tomar en
cuenta que ellos tienen un lenguaje y pensamiento diferente, por lo que la
toma de declaraciones se debe realizar con apoyo de personal
especializado, sin que ello implique una limitación en la posibilidad de
cuestionar o comunicarse con él, pues sólo se trata de modular la forma en
que se desarrolle dicha comunicación.
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Que su testimonio se debe analizar tomando en cuenta su minoría de
edad, pues de no ser así se corre el riesgo de una valoración inadecuada;
esto es, se debe considerar su desarrollo cognitivo y emocional, pues un
menor de edad narra un evento vivido de forma desordenada e
interrumpida a partir de los recuerdos que le son relevantes e influenciado
por la presencia de emociones11.

Por ello, son perfectamente entendibles ciertas vaguedades con las


que se narran circunstancias de modo, tiempo y lugar en que ocurrieron
los hechos que se juzgan.

Desposados que se corroboraron con el dictamen médico de


lesiones, edad clínica y ginecológico que se le practicó a la víctima, el
25 de agosto de 2011, en el que se le apreció como impúber mayor de
12 años, menor de 13 años; himen bilabiado, íntegro y elástico; embarazo
de aproximadamente 30 semanas de gestación (foja 46, tomo I de la
causa).

Medios de prueba que se engarzaron con el dictamen de

psicología que se le practicó a la pasivo, en el que se concluyó que


sí presentó alteraciones psicológicas compatibles con víctimas de
agresión sexual, esto es, tristeza, depresión, sin expectativas de vida,
culpa, insomnio, recuerdos recurrentes de los hechos denunciados,
aislamiento, vergüenza, limitación de afecto, disminución de autoestima,
irritabilidad, tensión, necesidad de protección, vinculación sentimental,
introversión, agresividad, vulnerabilidad, confusión por no saber qué hacer
o quién la ayudará económicamente una vez que su hijo nazca,
sentimientos ambivalentes hacia su agresor, desea que sea castigado,
pero también que la ayude económicamente; se detectaron factores de
11 Véase tesis aislada 1a. CCCLXXXVIII/2015 (10a.), de la Primera Sala, Gaceta del Semanario Judicial de
la Federación, Libro 25, Diciembre de 2015, Tomo I, página 267, registro 2010615, de rubro: “MENOR DE
EDAD VÍCTIMA DEL DELITO. VALORACIÓN DE SU TESTIMONIO EN LOS PROCEDIMIENTOS
JUDICIALES.”
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riesgo que pueden afectar su libre desarrollo de la personalidad; suscrito
por ***** ****** ****** (foja 51, tomo I de la causa).

En la misma materia, de 26 de septiembre de 2011, la perito antes


mencionada amplió su opinión señalando que en la víctima advirtió un
conocimiento distorsionado y ejercicio inadecuado de la sexualidad,
además que estas últimas no eran apropiadas para su edad, con una
pareja con asimetría de edad (activo 40 años, víctima 13 años);
perteneciente a una familia incompleta, desintegrada, aparentemente
funcional, con falta de supervisión de un adulto, madre ausente y sin
autoridad, cuenta con pocas habilidades para elaborar términos complejos
con relación a la sexualidad, así como comprenderlos, encontrándose en
un estado de vulnerabilidad, siendo proclive a ser manipulada y sometida;
concluyéndose que la pasivo sí presentó alteraciones en el normal
desarrollo de la personalidad.

Otro en esa materia, realizado a la pasivo, desahogado ante la


juez de la causa, en el que además de identificar la sintomatología antes
descrita, refirió que la víctima al ser expuesta a prácticas sexuales desde
los 9 años de edad, se generaron sensaciones de rechazo y culpa, por
temor y por su propio desarrollo mental no las pudo evitar, afectando su
desarrollo sexual. Tuvo un embarazo cuando aún no contaba con la
capacidad cognitiva, emocional ni económica para hacerse responsable de
un hijo, es decir tuvo una vivencia precoz de la sexualidad, se afectó su
libertad de elegir cuándo y con quién iniciar su vida sexual, asimismo se
afectó su dignidad e integridad física ya que no decidió embarazarse. Se
detectó daño moral y psicológico, por lo que a fin de mejorar su estilo y
calidad de vida, se sugirió integración a proceso psicoterapéutico por 52
sesiones, con un costo total de $41,080.00; además debido al estado de
depresión encontrado a la entonces menor, fue canalizada al Hospital
Psiquiátrico Infantil, Juan N. Navarro; suscrito por ***** ******** ******
***** (foja 12, tomo II de la causa).
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De igual forma, se valoró la experticial en arte forense, en el
cual consta el retrato hablado del sujeto activo, con base en los datos
proporcionados por el denunciante **** ******* ******** ***** (foja 90,
tomo I de la causa).

Así, ciertamente las imputaciones enderezadas por la pasivo se


robustecen con las periciales en materia de psicología que se le
practicaron y la de arte forense que se realizó del quejoso, que la sala
responsable correctamente valoró como indicios, pues reunieron los
requisitos previstos por los artículos 162 y 254 del otrora Código de
Procedimientos Penales para la Ciudad de México; puesto que las
correspondientes a la materia en psicología, destacó que la menor
presentaba afectación psicoemocional consistente en tristeza, depresión,
sin expectativas de vida, culpa, insomnio, recuerdos recurrentes de los
hechos denunciados, aislamiento, vergüenza, limitación de afecto,
disminución de autoestima, irritabilidad, tensión, aislamiento, necesidad de
protección, vinculación sentimental, introversión, agresividad,
vulnerabilidad, confusión y sentimientos ambivalentes hacia su agresor; los
cuales son síntomas característicos que presentan los menores que han
sido víctimas de agresión sexual, lo cual está descrito por especialistas en
la materia.

A lo que se sumó las documentales públicas siguientes: A)

acta de nacimiento de la víctima, con fecha de nacimiento de 1 de


diciembre de 1997, suscrita por la Juez del Registro Civil Guadalupe
Rodríguez Vargas y; B) expediente clínico de la pasivo, expedido
por el Hospital Infantil Inguaran del entonces Distrito Federal, en el cual se
describe la atención a la entonces menor por embarazo y control del
mismo, dando a luz a una niña el 5 de noviembre de 2011, con el
respectivo certificado de nacimiento de esta última, donde aparece como
madre la víctima (fojas 43 y 113, tomo I de la causa).
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Documentales que correctamente fueron tomadas en cuenta en
términos del artículo 250 del entonces Código de Procedimientos Penales
para la Ciudad de México, al ser suscritas por servidores públicos en
ejercicio de sus funciones, con las cuales se demostró la minoría de edad
con la que contaba la víctima y la atención médica que recibió con motivo
del embarazo que presentó a consecuencia de la agresión sexual que dijo
sufrió por parte del quejoso.

De igual forma a lo anterior se vinculó, la inspección

ministerial, practicada en el inmueble afecto a los hechos -avenida


***** ** *******, manzana **, lote *, colonia *** ****** ********,
entonces delegación ********** - en donde se describieron las
características del inmueble por fuera y dentro, de entre las que destacan,
que se trata de un casa de 1 piso, donde se localizaron recámaras en
planta baja y alta, con camas (foja 171, tomo I de la causa). Además del
serial fotográfico de la inspección antes descrita donde aparece la
fachada del señalado inmueble (foja 176, tomo I de la causa).

Diligencia a la cual legalmente otorgó eficacia demostrativa en


términos del artículo 253 del otrora Código de Procedimientos
Penales de esta entidad, al haber sido realizada por el agente del
ministerio público en ejercicio de sus facultades de investigación del
delito, a quien le está permitido dar fe de la existencia del lugar de los
hechos, constatando las características del lugar señalado por la
víctima, los cuales son coincidentes y en especial por la existencia de
la habitación en la planta baja del inmueble, donde refirió la ofendida
fue agredida sexualmente.

Medios de prueba que contrario a lo que aduce el inconforme,


la autoridad de apelación valoró fundada y motivadamente, tanto en lo
individual como en su conjunto, conforme a lo establecido en los preceptos
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antes mencionados del entonces código adjetivo de la materia, y una vez
realizado tal ejercicio, tuvo por actualizada la prueba circunstancial
prevista en el artículo 261 de la citada codificación y por acreditada la

conducta delictiva de VIOLACIÓN AGRAVADA, así como la

intervención del quejoso en términos de la fracción I (autor material), del

artículo 22 del Código Penal para la Ciudad de México, pues con base en
el examen conjunto de tales probanzas ya relacionadas, se aprecia que
estuvo en lo correcto al establecer como segmento fáctico de esos
acontecimientos que:

En marzo de 2010, por la tarde, el activo por medio de la violencia


física, impuso la cópula vía vaginal a la pasivo, ya que cuando la ofendida de
identidad reservada de iniciales ** ** ** **, dentro su domicilio cito en
avenida ***** ** ******* , manzana **, lote *, colonia *** ******
********, entonces delegación **********, acudió a la habitación donde se
encontraba el quejoso, por llamado de este último -aprovechando la
confianza en él depositada-, en donde estaba desnudó, acarició el cuerpo
de la pasivo y besó, para enseguida la víctima correr, siendo alcanzada por el
agente delictivo, la desnudó, acostó en la cama, la sujetó de manos y brazos
-violencia física-, para enseguida imponerle la cópula vía vaginal por
aproximadamente 5 minutos, finalmente le ordenó vestirse, lo cual él
también realizó.

De igual forma, correctamente el tribunal de apelación, señaló que


se encontraba acreditada la agravante de cuando el activo

aprovechó la confianza en él depositada, contemplada en la

fracción IV del ordinal 178, del Código Penal para esta ciudad, puesto
que la víctima señaló al activo como su tío abuelo paterno, quien
pernoctaba en varias ocasiones y varios días en su domicilio, lo que
denotó la existencia de confianza de la víctima hacia el activo, quien
ingresaba al domicilio de manera libre, circunstancia que el agente
delictivo aprovechó para realizar la conducta ilícita que se le imputa.
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Agravante que tuvo por actualizada esencialmente con el dicho de la
menor quien refirió que era su tío abuelo, quien se quedaba a dormir en su
domicilio y, con lo referido por el denunciante **** ******* ********
*****, puesto que este último observaba una relación normal entre la
víctima y el activo, además de permitirle el libre acceso a su domicilio, en
el cual se encontraba la entonces menor; con lo cual legalmente la sala
responsable tuvo por acreditada la señalada agravante, ya que el activo se
valió de la confianza en él depositada por la víctima para la imposición de
la cópula.

De esa forma, la sala responsable correctamente estableció juicio


de tipicidad en los términos aludido, la cual es ajustada a legalidad, ya que
la acreditación de todos y cada uno de los elementos de los delitos por los
que resultó sentenciado el peticionario de amparo, se sustentó en
suficientes elementos de prueba, que por su enlace lógico, jurídico y
natural, se comprobó su existencia.

Hecho lo anterior, tuvo por acreditados los restantes elementos de


los ilícitos de referencia, al descartar la actualización de sus aspectos
negativos. Determinó que la conducta además de ser típica era
antijurídica. Sin que se actualizara alguna causa de ausencia de la misma,
atipicidad o de licitud. También, legalmente se acreditó la culpabilidad del
justiciable al ser imputable y tener conciencia de la antijuridicidad, por lo
que le era exigible otra conducta.

Hecho lo anterior, la autoridad de apelación declaró la


responsabilidad del quejoso ******** ******** ****, por la comisión
del delito VIOLACIÓN AGRAVADA, en agravio de la entonces menor
de edad de identidad reservada de iniciales ** ** ** *.

Determinación que es ajustada a legalidad, pues contrariamente a lo


que afirma el quejoso, en el sentido de que las pruebas de cargo son
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insuficientes para demostrar la participación del quejoso en la comisión del
delito que se le imputa, ya que la sala responsable fundó su decisión en un
testigo de oídas (no le constan los hechos) una pericial en psicología
incorporada de manera ilegal al proceso y una indebida y parcial
valoración del acervo probatorio.

Se advierte que la determinación recurrida se fundó en el dicho de


la víctima, ante quien recayó directamente la conducta ilícita desplegada
por el activo, además de existir como se advirtió la existencia de diversos
elementos que abonan a lo referido por la citada ofendida, como se
precisó en el acto reclamado, esto es, el dictamen médico de

integridad física y ginecológico que se le practicó en el que se


advirtió mayor de 12 años, menos de 13, con embarazo de
aproximadamente 30 semanas de gestación.

Los diversos en psicología en los que se determinaron que

presentó alteraciones psicológicas atribuibles al delito VIOLACIÓN

AGRAVADO que denunció, compatibles con las localizadas en personas


que fueron agredidas sexualmente. De igual forma con la inspección
ministerial, del inmueble donde sucedieron los hechos, las fotografías que
fueron captadas de ello. Además, los rasgos físicos que presenta el retrato
hablado que fue elaborado con datos proporcionados por el denunciante,
corresponden con los observados en la ficha signáletica perteneciente al
quejoso; así como el acta de nacimiento de la menor y el expediente
clínico, donde se advirtió el embarazo de la víctima, el tratamiento que
recibió y el alumbramiento de su hija.

Por ende, el acto reclamado no se basó en un testimonio de oídas,


sino en la imputación directa y categórica de la sujeto pasivo, robustecido
con diversos elementos de prueba que sustentan su acusación en contra
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del peticionario de amparo, sin que por ello resulte parcial la valoración
probatoria realizada en el acto reclamado, en perjuicio del quejoso.

Misma calificación de infundado merece el motivo de disenso por


medio del cual el peticionario de amparo aduce que se le causa perjuicio la
indebida valoración probatoria efectuada por la sala responsable respecto
a las periciales en psicología signadas por “********* ***** ********” y
***** ****** ******, puesto que: se trasgredió en su perjuicio el
derecho de defensa adecuada, ya que el quejoso no se encontró presente,
pues éste debe participar en todas las actuaciones o diligencias, siempre y
cuando lo permita la naturaleza de las mismas.

Ello, en virtud que no se advierte alguna opinión técnica firmada por


“********* ***** ******** ”; enseguida porque las restantes diligencias
efectuadas por ***** ****** ******, por su naturaleza -periciales en
psicología-, no requieren la presencia ni intervención física del imputado12,
al serle practicadas las mismas a la ofendida del delito, a fin de advertir la
afectación psicológica y secuelas que de ello derivaron, directamente
relacionadas con el hecho delictivo del que dice fue objeto y del cual
señalan como autor al inculpado; por tanto, en los términos descritos, no
se transgredió en perjuicio del quejoso el derecho a una defensa
adecuada, por lo que las mismas fueron legalmente valoradas por la sala
responsable en los términos anteriormente mencionados.

Ahora bien, en lo tocante a la responsabilidad penal del quejoso, la


sala responsable de forma legal, ponderó las declaraciones emitidas por el
peticionario de amparo, ante la juez de la causa el 23 y 24 de octubre y

12Al respecto es aplicable en lo conducente la jurisprudencia emitida por la Primera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, de título: “DEFENSA ADECUADA EN LA AVERIGUACIÓN PREVIA. SU
EJERCICIO NO ESTÁ SUBORDINADO A QUE EL MINISTERIO PÚBLICO TENGA QUE DESAHOGAR
TODAS LAS DILIGENCIAS QUE PRACTIQUE CON LA PRESENCIA DEL INCULPADO O SU
DEFENSOR (INTERPRETACIÓN DE LAS FRACCIONES IX Y X DEL ARTÍCULO 20 DE LA
CONSTITUCIÓN FEDERAL).”; visible en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, tomo XIX,
mayo de 2004, página 325, Materia Penal, tesis 1a./J. 31/2004, registro 181578.
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25 de marzo, de 2014, 12 y 13 de febrero y 3 de marzo, estas últimas
de 2015, en todas asistido de defensor de oficio, en las cuales adujo
que los “regalos” a la víctima y sus hermanas eran poquitos, el teléfono
celular fue por sus “estudios”; sin que fuera cierto que le había dado $200;
asimismo, señaló que la pasivo en una ocasión le confesó que había
tenido relaciones sexuales a los 8 años de edad -sin saber con quién-,
además a ******, quien fuera novio de su madre, le tocó el pene en un
motel, en donde se encontraba con el señalado ****** y su madre, a partir
de ahí tuvo una relación con la víctima “tipo novios”, sin sostener
relaciones sexuales, ella lo “chantajeba”, le pedía que le comprara cosas y
la llevara al parque, de lo contrario le diría a su abuela ****** y a su tío
**** *******, que la había violado, por lo que nunca la forzó a tener
relaciones sexuales, ni la agredió, no obstante posteriormente adujo sí
sostuvo relaciones sexuales con la víctima un par de veces.

No contestó preguntas que le pudieran formular las partes, ni deseó


carearse con persona alguna.

Deposados a los cuales la autoridad de apelación correctamente


refirió que lo señalado por éste, no logró desvirtuar la imputación directa y
categórica que realizó en su contra la víctima, así como que no aportó
elemento de prueba que corroborara la referencia de que las relaciones
sexuales que mantuvo con la entonces menor hubieran sido con el
consentimiento de esta última, lo cual incluso resultaría inconducente,
pues no resulta legalmente aceptable, ya que el bien jurídico transgredido
en perjuicio de la víctima por los hechos delictivos, no es de los que se
encuentren disponibles a favor de la menor, ya que por su condición
-minoría de edad-, no es legalmente aceptable que otorgue su
consentimiento para la práctica de relaciones sexuales, debido a que no
tiene la madurez emocional para dar su consentimiento razonado en la
actividad sexual.
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En virtud de lo anterior, es infundado que la sala responsable haya
transgredido en detrimento del quejoso el principio de presunción de
inocencia, al aseverar este último que no existen pruebas contundentes de
su participación en los hechos delictivos que se le atribuyen, dado que se
incumplieron las formalidades esenciales del procedimiento y no se realizó
un enlace armónico de los medios de prueba.

Para justificar tal aseveración, de inicio, se debe precisar que el


principio en estudio se caracteriza por la presunción de que toda persona
es inocente en tanto no se establezca legalmente su plena responsabilidad
en la comisión de un evento punible a través de una resolución judicial
definitiva.

Aunado a ello, se debe decir que la garantía que le asiste radica en


que la persona no sea condenada sin la existencia de medios convictivos
eficaces y suficientes que destruyan la presunción de inocente de la que
goza, esto es, que se demuestren todos los elementos del delito y su
responsabilidad en la comisión de aquél.

En ese tenor, dicho principio es calificable de “poliédrico”, pues se


pueden identificar insertas en él al menos tres vertientes del derecho: la
primera, como regla de trato procesal; la segunda como regla probatoria;
mientras que la tercera como estándar probatorio o regla de juicio.

En el caso en cuestión, el citado principio en su vertiente de estándar


probatorio, se caracteriza porque las probanzas ofrecidas por la parte
acusadora deben ostentar la calificación de pruebas de cargo, esto es, que
directa o indirectamente se encuentren encaminadas a acreditar los
hechos relevantes en un proceso penal, a saber: el delito y la
responsabilidad penal del procesado.
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En el entendido de que la prueba de cargo será directa si el medio de
convicción versa sobre el hecho delictivo en su conjunto, en tanto la
indirecta se refiere a que el medio probatorio sea atinente a un hecho
secundario a partir del cual pueda inferirse la existencia del delito,
destacándose que en materia penal se denominará prueba indiciaria o
circunstancial a las inferencias que se realicen para acreditar los
elementos del delito o responsabilidad, a partir de pruebas de cargo
indirectas.

En esa línea argumentativa, la prueba indiciaria se debe encontrar


debidamente requisitada, esto es, que a partir del cúmulo de hechos
probados de forma debida, se determine de manera fundada y razonada
un juicio de culpabilidad.

Aunado a lo anterior, las denominadas pruebas de cargo


-directas o indirectas- deben ser suficientes para enervar la presunción de
inocencia, pues les corresponde desvirtuar la hipótesis de inocencia
alegada por la defensa y al mismo tiempo, deben descartar que las
pruebas de descargo o contraindicios originen una duda razonable sobre
la hipótesis de culpabilidad sustentada por la parte acusadora.

En la inteligencia de que no se puede restar valor probatorio a las


pruebas de descargo simplemente con el argumento de que existen
pruebas de cargo suficientes.

Señalado lo anterior y contrario a lo esgrimido en el planteamiento de


inconformidad en estudio, este tribunal de control constitucional no
advierte que se haya irrogado perjuicio al citado principio en su vertiente
de estándar probatorio, pues del caudal probatorio expuesto, se advierte
que quedó demostrado el delito VIOLACIÓN AGRAVADA y la
responsabilidad del quejoso en su comisión, lo que destruye la calidad de
inocente de la cual gozaba.
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En efecto, de los reseñados medios de convicción, quedó
evidenciado que de manera suficiente enervaron el estatus de inocente del
cual gozaba, quien preponderantemente se limitó a negar su participación
y posteriormente a aceptar haber sostenido relaciones sexuales con la
víctima, pero que ello había sido con su consentimiento; de ahí que quedó
demostrado que no se actualiza el supuesto de duda razonable que
permita considerar que las pruebas de cargo fueron insuficientes o
ineficaces para desvirtuar la inocencia del quejoso.

Por lo anterior, resulta aplicable la tesis invocada por el quejoso, pero


no con los alcances que pretende, de rubro: “PRESUNCIÓN DE
INOCENCIA. CONSTITUYE UN PRINCIPIO CONSTITUCIONAL
APLICABLE EXCLUSIVAMENTE EN EL PROCEDIMIENTO PENAL.”

Por tal motivo, hasta lo aquí señalado, no se advierte transgresión a


los derechos humanos del quejoso.

III. DELITO CORRUPCIÓN DE PERSONAS MENORES.

Es esencialmente fundado suplido en su deficiencia, conforme

a la fracción III, inciso a) del ordinal 79 de la Ley de Amparo, el concepto


de violación por medio del cual el peticionario de amparo señala que
existió una inexacta aplicación de la ley penal.

En el caso concreto, el Ad quem, al emitir la resolución controvertida,


acreditó los delitos CORRUPCIÓN DE PERSONAS MENORES DE

EDAD AGRAVADO, previsto y sancionado en el 184, párrafo primero, con


relación al 191, primer párrafo y VIOLACIÓN AGRAVADA, previsto y

sancionado en el numeral 174, párrafos primero y segundo, con relación al

ordinal 178, fracción IV, todos los numerales del Código Penal para la Ciudad
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de México, cometidos en perjuicio de la ofendida de iniciales ********, así como
tuvo por demostrada la responsabilidad penal del peticionario de amparo en su
comisión y en tales condiciones, individualizó las sanciones a imponer.

Tal declaratoria como se anticipó, viola el derecho fundamental de


legalidad del quejoso, relativa al principio de exacta aplicación de la ley
penal, elevado a rango de derecho fundamental en el artículo 14
constitucional, puesto que de las pruebas existentes en autos, no se
demostró que el activo hubiese inducido a la víctima a realizar actos
sexuales, sino la imposición de la cópula mediante violencia física y/o
moral, por lo que el ilícito de que se trata, consiste en hacer participar
-inducir- a un menor de edad a prácticas sexuales desviadas, lo que en el
caso no aconteció.

En efecto, este tribunal colegiado en suplencia de la queja deficiente,


aprecia que la autoridad responsable, realizó una indebida ponderación de
los medios probatorios para tener por acreditado el delito de que se trata y
la responsabilidad plena del ahora peticionario de amparo en su
perpetración; de tal forma que el cúmulo probatorio valorado por el tribunal
de apelación, no acredita ni indiciariamente el ilícito que nos ocupa, por tal
motivo se impone a éste colegiado, apreciar las pruebas tocante a este
ilícito, de manera directa13.

El hecho que tuvo por demostrado la sala responsable consistió:

13 Al respecto es aplicable la jurisprudencia sustentada por la Primera Sala de Nuestro Máximo Tribunal13,
de texto y rubro siguientes: “PRUEBAS, APRECIACIÓN DE LAS, EN EL AMPARO. El tribunal
constitucional no puede válidamente substituirse al juez natural en la apreciación de los elementos de
convicción, a menos que advierta alteración de los hechos, infracción a los dispositivos que norman el
ejercicio del arbitrio judicial sobre el valor jurídico de la prueba, o infracción a las reglas fundamentales de
la lógica.”; visible en la página 152, del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-1995, tomo
II, parte SCJN.
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En el periodo comprendido de marzo de 2010 a marzo de
2011, el quejoso en diversas ocasiones pernoctaba en el domicilio de la
víctima, señalado anteriormente, quien aprovechaba para quedarse solo
con la pasivo de iniciales ** ** ** **, con quien sostenía relaciones sexuales,
a lo cual accedía la pasivo por temor, ya que la amenazaba que si
comentaba algo, realizaría lo mismo con sus hermanas menores (3), aunado
a que el activo le daba regalos (“cosas de la tienda”, chicharrones, videos,
discos, ropa, dinero desde $50 a $200 y teléfono celular), después de tener
relaciones sexuales con ella, a fin de que no dijera nada.

Una vez establecido lo anterior, el tribunal de apelación tuvo por


comprobado el delito contra el peticionario de amparo, previsto en el
artículo 184, párrafo primero, del Código Penal para la Ciudad de México,
el cual en lo que interesa dispone:

"Artículo 184. Al que por cualquier medio… induzca… a una persona


menor de dieciocho años… a realizar prácticas… sexuales […]”

De la transcripción que antecede se advierte que, los elementos de


la figura delictiva que nos atañe son los siguientes:

a) Existencia de una conducta de naturaleza positiva consistente


en que por cualquier medio se induzca a una persona a realizar prácticas
sexuales.
b) Calidad específica que sea menor de dieciocho años.
c) De carácter cultural en cuanto a inducir a prácticas sexuales.

Ahora bien, con relación a la acepción de inducir, la Primera Sala


de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la ejecutoria del amparo
directo en revisión 2943/2011, señaló que el mismo se debe entender
como: “la realización de una acción que es la causa generadora de alguna
de las consecuencias que actualizan el delito de corrupción”, como en el
caso la realización de prácticas sexuales.
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En ese orden de ideas, el legislador al crear este tipo penal lo hizo en
el catálogo de delitos contra el libre desarrollo de la personalidad
cometidos contra personas menores de 18 años o quienes no tuvieran
capacidad para comprender el significado del hecho o para resistir la
conducta, en el que incluyó los ilícitos de prostitución, turismo sexual,
pornografía, trata de personas y lenocinio -todos encaminados a la
intervención de infantes-, los cuales son enfocados con el trato sexual de
la delincuencia sobre los menores, por recompensa económica y
promiscuidad; es decir, actos contrarios al pudor y a la libertad sexual de
los menores, del cual se advierte que la intención fue la de eliminar la
práctica sexual contra menores -a través de un beneficio- y no
necesariamente encausarlo a encuentros sexuales entre el actor y la
víctima, sino más bien, a que él la utilice para ello. Pues, en la corrupción
de menores el daño que se produce es psíquico, en el cual se altera el
desarrollo y maduración sexual normal del menor, aunque muchas veces
coincidan también los daños físicos. Además, ese tipo de delito es de los
conocidos de peligro abstracto, por lo cual no es necesario comprobar que
efectivamente la acción del corruptor ha modificado la conducta sexual de
la víctima.

La inducción de la que la autoridad responsable hace referencia,


como se dijo, se debe entender como la realización de una acción que es
la causa generadora de alguna de las consecuencias que actualizan el
delito CORRUPCIÓN DE PERSONAS MENORES; es decir, que la menor
sea conducida a la realización de prácticas sexuales, lo cual en el caso
como se adelantó no se comprueba, sino la imposición por parte del activo
de la cópula a la menor, mediante el uso de la violencia física y/o moral y
como quedó precisado el quejoso fue sentenciado por el ilícito
VIOLACIÓN, en uno de los hechos considerados por la sala
responsable, sin soslayar que los restantes eventos atribuidos como
CORRUPCIÓN derivaban con las mismas características del activo de
tener cópula con la pasivo a través de la violencia.
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En efecto, con base en lo anterior, del cúmulo probatorio descrito en
el apartado anterior -al ser el mismo con el cual la sala responsable tuvo
por comprobado ambos delitos en perjuicio del quejoso-, los hechos en
que se hace depender la versión de cargo no colman el primer elemento
del delito CORRUPCIÓN DE PERSONAS MENORES AGRAVADO,

consistente en inducir a la pasivo a realizar actos sexuales, sino la


materialización de actos sexuales -cópula vía vaginal- por medio de la
violencia física y moral, es decir, la menor ofendida, le atribuye la comisión
de una conducta que en todo caso debe ser sancionada en otro tipo
delictivo, pero no el de corrupción.

Ello puesto que con la imposición de la cópula a la víctima, no se


advierte que la pretensión del activo fuera inducir a la pasivo a la práctica
sexual y enseñarle a permitirlo a cambio de dinero o “regalos”, sino
efectivamente una agresión sexual en su contra, tal como lo describe la
menor en sus diversas declaraciones, lo cual se ve corroborado con las
pruebas siguientes.

A) Dictamen de psicología que se le practicó a la pasivo, en


el que se concluyó que sí presentó alteraciones psicológicas
compatibles con víctimas de agresión sexual, esto es,
tristeza, depresión, sin expectativas de vida, culpa, insomnio,
recuerdos recurrentes de los hechos denunciados, aislamiento,
vergüenza, limitación de afecto, diminución de autoestima,
irritabilidad, tensión, necesidad de protección, vinculación
sentimental, introversión, agresividad, vulnerabilidad, confusión
por no saber qué hacer o quién la ayudará económicamente una
vez que su hijo nazca, sentimientos ambivalentes hacia su
agresor, desea que sea castigado, pero también que la ayude
económicamente; se detectaron factores de riesgo que pueden
afectar su libre desarrollo de la personalidad (foja 51, tomo I).
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B) En la misma materia, de 26 de septiembre de 2011, la perito
antes mencionada amplió su opinión señalando que en la víctima
advirtió un conocimiento distorsionado y ejercicio inadecuado de
la sexualidad, además que estas últimas no eran apropiadas
para su edad, con una pareja con asimetría de edad (activo 40
años, víctima 12 años); perteneciente a una familia incompleta,
desintegrada, aparentemente funcional, con falta de supervisión
de un adulto, madre ausente y sin autoridad, cuenta con pocas
habilidades para elaborar términos complejos con relación a la
sexualidad, así como comprenderlos, encontrándose en un
estado de vulnerabilidad, siendo proclive a ser manipulada y
sometida; concluyéndose que la pasivo sí presentó
alteraciones en el normal desarrollo de la personalidad (fojas
296 y 297, tomo I de la causa).

C) Otro en esa materia, realizado a la pasivo, desahogado ante la


juez de la causa, en el que además de identificar la
sintomatología antes descrita, refirió que la víctima al ser
expuesta a prácticas sexuales desde los 9 años de edad, se
generaron sensaciones de rechazo y culpa, por temor y por su
propio desarrollo mental no las pudo evitar, afectando su
desarrollo sexual. Tuvo un embarazo cuando aún no contaba
con la capacidad cognitiva, emocional ni económica para
hacerse responsable de un hijo, es decir tuvo una vivencia
precoz de la sexualidad, se afectó su libertad de elegir cuándo y
con quién iniciar su vida sexual, asimismo su dignidad e
integridad física ya que no decidió embarazarse (foja 12, tomo II
de la causa).

De los que se advierte que la pasivo presenta sintomatología


compatible con víctimas de agresión sexual, tales como tristeza,
depresión, sin expectativas de vida, culpa, insomnio, recuerdos
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recurrentes de los hechos denunciados, aislamiento, vergüenza, limitación
de afecto, diminución de autoestima, irritabilidad, tensión, aislamiento,
necesidad de protección, vinculación sentimental, introversión,
agresividad, vulnerabilidad, confusión y sentimientos ambivalentes hacia
su agresor.

En ese tenor, con las pruebas existentes no se demostró que el


activo hubiese inducido a la víctima a realizar actos sexuales; es decir, no
se acreditó que la corrompiera para llevar a cabo ese tipo de actos. Es así,
debido a que ese tipo de ilícito consiste en hacer participar a un menor
de 18 años a prácticas sexuales desviadas, lo cual no ocurrió, sino que si
bien la víctima llevó a cabo prácticas sexuales, ello fue con motivo de una
imposición mediante violencia física y moral; es decir, la finalidad del
quejoso era la imposición de la cópula de manera violenta y si bien en
varias ocasiones le proporcionaba dinero y “regalos”, lo cierto es que para
obtener la cópula, siempre la sometía a través de la violencia física y
moral, medios característicos del delito de VIOLACIÓN; por lo que, con
tales “regalos” y dinero, no logró inducir a la víctima a sostener relaciones
sexuales con él.

Así, es cierto que el sujeto activo en los actos atribuidos, poseía un


fin sexual; pero en el caso del delito CORRUPCIÓN DE PERSONAS

MENORES no se trata de saciarlo mediante la realización personal de


actos sexuales a la víctima, sino de inducir al menor a que los lleve a cabo
por sí y, esto, como se sabe, se robustece si se tiene presente que, para
cuando el activo es quien realiza la conducta sexual en la pasivo, el propio
legislador estableció diversos delitos.

Consecuentemente, al haberse evidenciado que el acto reclamado


es violatorio de los derechos fundamentales de legalidad y exacta
aplicación de la ley penal, lo procedente es conceder el amparo y
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protección de la Justicia Federal a ******** ******** ****, para que
la Sexta Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia de esta ciudad,
realice lo siguiente:

a) Deje sin efectos el acto reclamado.

b) En su lugar dicte uno nuevo, donde reitere los demás aspectos


que no fueron materia de protección constitucional.

c) No tenga por acreditado el delito CORRUPCIÓN DE

PERSONAS MENORES AGRAVADO, cometido en detrimento de **

** ** * o ** ** ** *, que se imputa al justiciable, por ende, no lo

condene por este evento punible.

d) Consecuente con el párrafo anterior, con libertad de

jurisdicción, considerando los bienes jurídicos que constituyen el

ámbito de protección de los artículos 174 y 178 del Código Penal para

esta ciudad, proceda a individualizar las sanciones aplicables.

e) La prisión preventiva sufrida por el quejoso, se deberá contar

a partir del 21 de octubre de 2014, fecha a partir de la cual


efectivamente se detuvo al quejoso por los hechos que se le imputan y, no
a partir del 22 de octubre de ese año, como lo señaló la sala
responsable.

Asimismo, se deberá tener en consideración que la Ley Nacional de


Ejecución Penal entró en vigor el 17 de junio de 2016, por lo que, la
sentencia que se dicte en cumplimiento a esta ejecutoria deberá fundarse
y motivarse de conformidad al procedimiento previsto en los artículos 100
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a 106 de la citada legislación.

Concesión que se hace extensiva al acto de ejecución reclamado a


la Juez Sexagésimo Penal de esta ciudad, por no combatirse por vicios
propios.

Ahora bien, atento a lo dispuesto en los preceptos 192, último

párrafo, 238 y 258 de la ley de la materia de acuerdo con los delimitados


efectos de la concesión de amparo, se estima prudente otorgar el plazo de
10 días a la sala de alzada responsable, para que dé cumplimiento a esta
resolución; apercibida que de no hacerlo, se le impondrá multa de cien
veces la unidad de cuenta correspondiente.

Por lo expuesto y fundado, con apoyo además en los artículos 1°,

fracción I, 74, 75 y 184 de la Ley Reglamentaria de los artículos 103 y

107 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así

como 1º, fracción III, 34, 35 y 37, fracción I, de la Ley Orgánica del
Poder Judicial de la Federación, se

R E S U E L V E:

ÚNICO. La JUSTICIA DE LA UNIÓN AMPARA Y

PROTEGE al quejoso ******** ******** ****, contra los actos y


autoridades mencionados en el resultando primero de esta ejecutoria;
para los efectos precisados en el último considerando de la presente
resolución.
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Notifíquese; con testimonio de esta resolución, vuelvan los autos a
la sala del conocimiento; con el apercibimiento señalado requiérase a
dicha autoridad cumpla esta ejecutoria en el plazo indicado para ello;
háganse las anotaciones correspondientes en el libro de gobierno y, en su
oportunidad, archívese el expediente como asunto concluido.

Así lo resolvió el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del


Primer Circuito, por unanimidad de votos de los magistrados Mario Ariel
Acevedo Cedillo (presidente y ponente), José Alfonso Montalvo Martínez y
Alejandro Gómez Sánchez.

Firman los magistrados que integran el tribunal, ante la secretaria de


acuerdos que da fe.

(NOMBRES Y FIRMAS).
MAAC/DMMR/VHS

dos de agosto de dos mil diecinueve

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El dos de agosto de dos mil diecinueve, la licenciada Denisse Marisol Macias
Ruíz, Secretario de Tribunal, con adscripción en el Segundo Tribunal
Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, hago constar y certifico que
en esta versión pública no existe información clasificada como confidencial o
reservada en términos de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la
Información Pública. Conste.

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