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SINDICALISMO Y TERRORISMO DE ESTADO EN COLOMBIA

PRESENTACIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3

1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS
LUCHA SOCIAL Y REPRESIÓN POLÍTICA EN COLOMBIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .4

2. SITUACIÓN ACTUAL.
OCHO AÑOS DE “SEGURIDAD DEMOCRÁTICA”. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .8

3. VIOLENCIA POLÍTICA Y EXCLUSIÓN DE LA CLASE TRABAJADORA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9


3.1. Otras restricciones para la libertad sindical . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .11
3.2. Las empresas multinacionales y las violaciones a los derechos humanos en Colombia :
Atacar a los sindicatos es rentable . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .12

4. RESPUESTA DE LA CLASE TRABAJADORA FRENTE AL TERRORISMO DE ESTADO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14


PRESENTACIÓN

Colombia es el país más peligroso para la exigencia de los derechos laborales. 9 de cada 10 sindi-
calistas mueren en este país. A la situación de las personas afiliadas a organizaciones sindicales
Sindicalismo y terrorismo
deben sumarse otras manifestaciones de abierta violación a los derechos humanos: más de 4 millo- de estado en colombia
nes de personas desplazadas, despojadas de sus tierras: por lo menos 1600 ejecuciones extrajudi-
ciales cometidas por la fuerza pública entre 2002 y 2009; más de 15 mil personas detenidas des-
aparecidas. Crímenes todos estos cometidos al amparo del mismo estado.

A pesar del panorama descrito, Colombia es considerado el país con la "democracia más estable"
de América Latina. Lo que no puede sino ser consecuencia de los grandes intereses económicos
(norteamericanos y europeos) que tienen presencia en este país, razón por la cual en los últimos
años viene negociando Tratados de Libre Comercio con diferentes países, además de que ha veni-
do fortaleciendo su posición estratégica para los intereses norteamericanos en la región, en detri-
mento de los procesos sociales de los países vecinos.

Conocer las raíces de uno de los conflictos armados más viejos de occidente, así como el entrama-
do de intereses políticos y económicos que se benefician de la que es considerada, una de las más
graves crisis humanitarias actuales, así como las propuestas del movimiento popular, en el que
obviamente se incluye el sindicalismo, fueron algunas de las razones de la Fundación IPAR HEGOA
para invitar a LUZ HELENA RAMÍREZ a impartir su conferencia el 3 de junio de 2010 en Bilbao y cuyo
contenido recogemos en esta nuestra publicación HARITIK. Agradecer a esta compañera su parti-
cipación en hacer visible en Euskal Herria la terrible situación que afronta el movimiento sindical en
Colombia lo que ayudará también a fortalecer la solidaridad de clase.

LUZ HELENA RAMÍREZ


es activista colombiana de Derechos Humanos, integrante del Movimiento de Victimas de
Crímenes de Estado, fue becaria de la Taula Catalana per les drets humans a Colòmbia durante el
período 2008 - 2009.
4 1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS
LUCHA SOCIAL Y REPRESIÓN POLÍTICA EN COLOMBIA

Desde muy temprano en el proceso de industrialización del país la violencia estatal al servicio del
capital fue utilizada para garantizar condiciones de explotación laboral y los intereses de los grupos
económicos (nacionales y extranjeros).

Entre 1920 y 1925 se realizaron 73 huelgas tanto en la empresa privada como en el sector estatal.
Las condiciones económicas del país y la explotación extranjera en renglones estratégicos, llevaron
a que muy temprano las reivindicaciones de la clase trabajadora asumieran un carácter antiimpe-
rialista. Se realizaron importantes huelgas por parte de los de la Tropical Oil Company TROCO
(1924 y 1927), del Ferrocarril del Pacífico (1926) y de la United Fruit Company (1928) entre otras.

El “bautizo de fuego” del movimiento obrero en Colombia - como se le llamó a la Masacre de las
bananeras - ocurrida en el mes de diciembre de 1928, marcó el comportamiento que en adelante
se le daría al movimiento obrero. La United Fruit Company tenía bajo su dominio y para uso priva-
do las líneas ferroviales y el puerto marítimo, ciudadelas y campamentos para los empleados de
altos cargos, mientras los obreros y sus familias vivían en insalubres muladares. Los pagos se hací-
an en bonos que sólo podían cambiarse en los comisariatos de la misma empresa. Durante el pro-
ceso de negociación la empresa se acogió a la recién promulgada Ley 69 de Octubre de 19281,
rechazando las peticiones de los trabajadores por considerarlas ilegales. Se declaró la huelga gene-
ral el 12 de noviembre de ese año.

El 5 de diciembre se realizó una concentración en Ciénaga (Magdalena) en la que se anunció la lle-


gada del gobernador del departamento como representante del gobierno, el funcionario nunca
apareció. En la noche de ese día se presentó el ejército nacional, bajo el mando del general Carlos
Cortés, ordenando a los huelguistas que se dispersaran porque la zona había sido declarada en
estado de sitio. Orden que fue desobedecida y a la que respondieron gritando consignas como
“¡Abajo el imperialismo yanqui!” y “¡Viva Colombia Libre!”. El militar ordenó abrir fuego en la
madrugada del 6 diciembre de 1928. El gobierno nacional anunció oficialmente que en los aconte-
cimientos habían muerto 13 personas y 19 habían resultado heridas.

Comisiones de investigación, como la encabezada por Jorge Eliécer Gaitán, en representación del
Congreso de la República, descubrieron fosas comunes y se cree que las víctimas fueron más de
1.500, convirtiéndose en la más grave matanza de trabajadores en toda la historia del país. Este epi-
sodio también ha sido narrado por el nobel de literatura Gabriel García Márquez, en la novela Cien
años de soledad.

Las luchas obreras consiguieron en los años 30 que se reconociera la organización sindical y que se
regulara la jornada laboral a ocho horas. A la conflictividad social de la clase obrera debe sumarse
la lucha de los sectores rurales por la reforma agraria. Numerosas movilizaciones de campesinos
e indígenas exigían la titulación de tierras y el fin de sistemas de explotación de los terratenientes.

Pese a la fuerte lucha protagonizada por los sectores rurales, sus demandas no se materializaron. La
Ley 200 de 1936 – reforma agraria – y la reforma constitucional del mismo año2, incorporó en el títu-
lo III (de los derechos civiles y las garantías sociales) la función social de la propiedad, la interven-
ción del estado en asuntos económicos, reconocía el derecho a la huelga, la garantía a la educación

1
Normativa aprobada en el gobierno de Miguel Abadía Méndez (1886-1930) que limitaba los derechos de los sindica-
tos y criminalizaba las exigencias de los trabajadores.
2
Inspirada en la revolución mexicana, la Constitución de Weimar y de la República Española
básica por parte del Estado, la libertad religiosa, la asistencia pública en salud. Reformas que tuvie-
ron una total oposición por parte de los grandes propietarios de tierras, quienes recurrieron tam-
bién a la utilización de métodos extrajudiciales (como el uso de la policía) para expulsar de sus tie-
rras a los campesinos.

Entre 1948 y 1953, Colombia vivió una guerra civil que enfrentó a los dos partidos políticos tradi- Sindicalismo y terrorismo
de estado en colombia
cionales: Liberal y Conservador, en lo que se ha llamado “La violencia”, que se caracterizó por la
persecución de la policía estatal (de filiación conservadora en ese momento) contra los seguidores
de Jorge Eliecer Gaitán3, quien fue asesinado el 9 de abril de 1948 en Bogotá (a dicho episodio se
le conoce como El Bogotazo4). Esta confrontación fratricida benefició a la elite económica con las
medidas gubernamentales que les permitieron elevar sus ganancias, en detrimento de los derechos
laborales:

El gobierno proclamó el estado de sitio, prohibió las huelgas y reuniones políticas, cerró las
sedes sindicales e hizo despedir y arrestar a miles de trabajadores gaitanistas. Los industriales
aprovecharon de inmediato el nuevo clima represivo. “La situación colombiana es la mejor que
hemos conocido jamás”, declaro el presidente de la ANDI 5 al año siguiente, en el que murie-
ron por razones políticas casi 30.000 colombianos. Entre 1948 y 1953 la producción industrial
creció el 56% mientras que los salarios perdieron el 14% de su poder adquisitivo6.

“La violencia” terminó en la perpetuación del sistema de privilegios de las élites de los dos parti-
dos tradicionales en lo que se denominó “Frente Nacional” (1958 y 1974), que consistió en un
acuerdo de alternancia en la presidencia y establece la fórmula de paridad política que otorgaba
igual representación a liberales y conservadores en las corporaciones públicas, en la rama juris-
diccional y en los cargos del ejecutivo, no correspondientes a la carrera administrativa. Se garanti-
zó además la impunidad7 de los crímenes cometidos.

Las autodefensas campesinas que surgieron en ese momento para protegerse de la violencia poli-
cial y de los terratenientes, y que se desmovilizaron al amparo de la amnistía ofrecida en 19538, no
obtuvieron la reforma agraria que exigían ni la ampliación de los espacios democráticos. El incum-
plimiento de las promesas gubernamentales (que incluyeron el asesinato de muchos líderes de las
autodefensas que habían entrado a la legalidad) y la intervención norteamericana9, derivaron en el
surgimiento de las FARC en 1964.

En el contexto internacional se encontraba en pleno auge la “guerra fría”, y el Estado colombiano,


en el marco de la “Doctrina de Seguridad Nacional”, impulsó su estrategia anti insurgente, la cual
buscaba vincular a la población civil al conflicto armado interno desde dos posiciones: (I) vincula-
ción a la guerra mediante el paramilitarismo, y (II) blanco principal de la guerra mediante el ataque
y criminalización de los movimientos sociales y la protesta popular10. Es así como en 1965, se apro-
bó el Decreto 339811, que orientaba a las fuerzas militares organizar y entrenar grupos de civiles

3
Jefe único del Partido Liberal, en ese momento en la oposición.
4
Revuelta urbana que sacudió la capital de Colombia tras el asesinato del líder político Jorge Eliecer Gaitán, dejó un
saldo oficial de 2.585 muertos en tres días.
5
ANDI, Asociación Nacional de Industriales.
6
Piccoli, Guido (2004), El sistema del pájaro, Colombia sistema de barbarie, Editorial Txalaparta, Tafalla.
7
No se sabe con precisión el número de víctimas, pero se habla de unas 300.000 muertes en cinco años.
8
Mediante la cual se amnistiaron unos 5000 combatientes de las guerrillas liberales.
9
Que se evidenció en el operativo militar adelantado contra las zonas controladas por las autodefensas campesinas,
adelantada por unos 16 mil hombres, apoyados por fuego aéreo y con militares norteamericanos, tuvieron a cargo la
operación. Los ataques a estas zonas, se habían adelantado sin éxito desde 1962. El operativo militar se enmarcó en los
lineamientos del Plan Laso (Latin American Security Operation), en su ejecución fueron utilizadas armas químicas
10
Banco de Datos – CINEP, “Colombia: deuda con la humanidad. Paramilitarismo de Estado. 1988– 2003. Panorama de
Derechos Humanos y Violencia Política en Colombia”, en Noche y Niebla. p. 17.
6 para labores contrainsurgentes, de inteligencia y seguridad. Esta normativa se convirtió en perma-
nente en 196812. El estado colombiano renunció entonces al monopolio de las armas.

A pesar del proceso de consolidación de las estructuras civiles de guerra sucia -al amparo del esta-
do- durante la década de los años 70 y 80, el movimiento social colombiano vivió un proceso de for-
talecimiento: en 1971 nacen el Consejo Regional Indígena del Cauca CRIC13, la Asociación de
Usuarios Campesinos ANUC y las Juntas de Acción Comunal JAC14. Entre 1971 y 1980 se realizaron
128 huelgas locales y regionales. En 1985 eran más de 32.000 las organizaciones cívicas con unos
cinco millones de afiliados. En 1986 nació la Central Unitaria de Trabajadores CUT, primera central
sindical con independencia del estado, de los partidos tradicionales y de la iglesia. También se for-
talecieron las estructuras guerrilleras15, como ocurrió en otros países de la región. Entre 1979 y 1983
las FARC pasaron de tener 9 frentes a 2716. Habían aparecido otros grupos guerrilleros (ELN, EPL,
Quintín Lame, M-19).

La respuesta oficial a los procesos no se hizo esperar. El presidente Julio César Turbay Ayala (1978
– 1982) para enfrentar los grupos guerrilleros y contener la lucha social, implementó el Estatuto de
seguridad. Aparecieron varios escuadrones de la muerte: El MAS (Muerte a Secuestradores), La
Triple A (Acción Anticomunista Americana), Movimiento Democrático contra la Subversión,
Movimiento Patriótico de Autodefensa Nacional, la Mano Negra, el Escuadrón del Machete,
Muerte a Comunistas.

A pesar de que en 1989 la Corte Suprema de Justicia declaró inconstitucional la reglamentación


que amparaba los grupos de civiles armados, en 1994 empieza el proceso de creación de las
Asociaciones Comunitarias de Seguridad Rural (CONVIVIR). La filosofía de estas asociaciones era
colaborar con la Fuerza Pública promoviendo “la organización de la comunidad en forma de coo-
perativa, junta de acción comunal o empresa comunitaria, con el objeto de promover vigilancia y
seguridad privada a sus cooperados o miembros, dentro del área donde tiene asiento la respectiva
comunidad”.

La presión de organismos nacionales e internacionales de derechos humanos, condujo a la ilegali-


zación de varias de dichas cooperativas, limitando sus alcances a labores defensivas y ordenando
la devolución del armamento de uso restringido de las fuerzas militares. Las CONVIVIR permitieron
a los grupos paramilitares su consolidación en muchas regiones del país, y la posterior estructura-
ción como organización político militar bajo un mando nacional unificado alrededor de las
Autodefensas del Magdalena Medio que comandaban los hermanos Fidel, Vicente y Carlos Castaño
y en 1997 nacen las Autodefensas Unidas de Colombia AUC.

11
“Todos los colombianos hombres y mujeres, no comprendidos en el llamamiento al servicio militar obligatorio, podían
ser utilizados por el gobierno en actividades y trabajos con los cuales se contribuyera al establecimiento de la legali-
dad”, así como “amparar, cuando lo estime conveniente, como de propiedad particular, armas que estén consideradas
como de uso privativo de las Fuerzas Armadas”.
12
“Por la cual se adoptan como legislación permanente algunos decretos legislativos, se otorgan facultades al Presidente
de la República y a las asambleas, y se introducen reformas al Código Sustantivo del trabajo y se dictan otras disposi-
ciones" Ley 48 de 1968.
13
A finales de los años ochenta, el trabajo del CRIC transformó profundamente la realidad del Cauca: Se recuperaron
30.000 hectáreas de tierra, los «cabildos» se fortalecieron como máxima autoridad y sus tareas se multiplicaron.
Nacieron más de 60 empresas de producción, así como 40 almacenes comunitarios. El diario Unidad Indígena comenzó
a publicarse regularmente, 18 escuelas bilingües entraron en funcionamiento y se publicaron varios abecedarios para la
alfabetización. Formaciones de distintos niveles y seminarios se generalizaron (Cepeda; 2005,63)
14
Que aunque surgieron de iniciativa estatal, rápidamente se radicalizaron exigiendo el primero una verdadera reforma
agraria y otras medidas de apoyo a la producción agropecuaria y las segundas realizaron acciones de movilización exi-
giendo regularización en los servicios públicos, acceso a derechos sociales, y planes de vivienda.
15
En 1987 nace la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar, de la que forman parte las FARC, el ELN, el EPL y el M-19.
16
Colombia dentro del Laberinto, Jenny Pearce, Altamir Ediciones, 1992
El accionar criminal de los escuadrones de la muerte se ha acompañado de un discurso legitima-
dor por parte de altos funcionarios en los sucesivos gobiernos. En su informe del año 2000 la Oficina
en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos indicó que
fue “... testigo de declaraciones de altos oficiales del Ejército señalando que los paramilitares no aten-
tan contra el orden constitucional y por consiguiente no es función del Ejército combatirlos”17.
Sindicalismo y terrorismo
de estado en colombia
Todos los sectores sociales organizados han sido declarados objetivo militar por exigir condiciones
de vida digna. La lista de víctimas es interminable e incluye dirigentes estudiantiles, campesinos,
barriales, de organizaciones de mujeres, de pueblos indígenas, de comunidades afrocolombianas,
de organizaciones defensoras de derechos humanos. El Proyecto “Colombia Nunca Más” docu-
mentó más de 40.000 violaciones graves a los derechos humanos ocurridas entre 1966 y 1998 per-
petradas por agentes estatales y por grupos paramilitares.

La violencia estatal contra el movimiento social ha permitido la perpetuación de la pobreza. Según


el Banco Mundial la inequidad en Colombia es igual a la registrada en 193818. El 64% de la pobla-
ción es pobre (82% rural). Doce mil propietarios poseen el 20% del total de las tierras productivas19.
Más de cuatro millones de personas han sido despojadas de sus tierras y obligadas a desplazarse
forzadamente. Al menos 15 mil personas han sido desaparecidas forzadamente. Desde 1986 - año
de creación de la Central Unitaria de Trabajadores CUT - han sido asesinados 2743 sindicalistas. El
terror se ha aplicado entonces bajo el manto de la democracia más estable de la región.

17
Documento de las Naciones Unidas E/CN.4/2000/11, de 9 de marzo de 2000, párrafo 111.
18
En artículo “Concentración de la riqueza y desigualdad”. Viva la ciudadanía. http://www.viva.org.co/caja_herramien-
tas_contenido.htm?cmd%5B825%5D=x-825-14493678&cmd%5B822%5D=x-822-14493673&cmd%5B874%5D=x-874-
14493673&cmd%5B824%5D=c-1-ea6969cff970bf6fd8b20fe89588a05c.
19
http://indh.pnud.org.co/files/rec/gestLaTardeseptiembre07.pdf.
8 2. SITUACIÓN ACTUAL. OCHO AÑOS DE “SEGURIDAD DEMOCRÁTICA”

En el año 2002, en un contexto nacional de debilitamiento del movimiento social producto del accio-
nar de la guerra sucia y en lo internacional enmarcado en la cruzada contra el terrorismo, llega a la
presidencia Álvaro Uribe Vélez. Una vez electo, Uribe implementó la denominada política de segu-
ridad democrática, que sostiene que en Colombia no existe un conflicto armado sino una amena-
za terrorista. Estos planteamientos han priorizado la salida militar del conflicto armado que vive el
país desde hace cerca de cinco décadas.

La seguridad democrática incluye el pago de información a particulares y el estímulo con ascensos


y dinero a agentes de la fuerza pública que muestren resultados en la “lucha contra el terrorismo”.
En desarrollo de estas directrices se han conocido casos de ejecuciones extrajudiciales (“falsos
positivos”), en los que jóvenes campesinos o pobladores de los barrios marginales de las ciudades,
son presentados como guerrilleros dados de baja en combate. La justicia colombiana ha tenido
conocimiento de más de 1600 de estos casos entre los años 2002 y 200820.

La política de Uribe combina por un lado la “mano dura” contra el “terrorismo” con el “corazón gran-
de” de la paz. Se ha presentado entonces la “negociación” con los grupos paramilitares como un apor-
te significativo en la búsqueda de la paz y la superación de la impunidad estructural. El proceso ade-
lantando con los grupos paramilitares no obedece a una negociación política, en cuanto cualquier
negociación supone la existencia de posturas antagónicas21, tampoco se trata de un proceso de paz, ni
de desmovilización ni mucho menos del desmonte de estos escuadrones de la muerte.

Se ha constatado por parte de organizaciones de derechos humanos el “rearme” de unas 21 “bandas


emergentes”, estructuras de las que harían parte al menos unos 10.20022. La normativa aprobada para
está negociación (Ley de Justicia y Paz) solo ha sido aplicada al 1% de los casi 36 mil “desmovilizados”
y no garantiza el cumplimiento de los estándares internacionales de los derechos de las víctimas23.

Los vínculos con el paramilitarismo alcanzaban más del 20% de los parlamentarios electos para el perí-
odo 2006 – 2010. También se han conocido las relaciones de estos grupos con altos cargos en el cuer-
po diplomático24, y en los órganos de control, en la Registraduría, la Superintendencia de Vigilancia, el
Consejo Superior de la Judicatura, la Dirección Nacional de Estupefacientes, Industria Militar (Indumil), la
Armada, el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), y los Ministerios del Interior, Transporte,
Comunicaciones y de Relaciones Exteriores25. No se trata entonces de “casos aislados”, se trata de la con-
solidación de un poder mafioso en la estructura del estado.

No puede dejar de mencionarse además, el papel que viene jugando el gobierno colombiano en la
desestabilización de los procesos sociales de la región. Colombia es un aliado estratégico de los inte-
reses norteamericanos, que se afianzan con la suscripción de nuevos acuerdos de cooperación en
materia militar, so pretexto de la lucha contra el narcotráfico, que en esta fase implica la ubicación de
7 nuevas bases militares, que se suman a las ya existentes.26.
20
Ver http://www.semana.com/noticias-opinion-on-line/falsos-positivos-practica-vieja-ejercito/119383.aspx.
21
En “Cinco falacias en el proceso con los paramilitares” de Javier Giraldo S.J., publicado por FICA.
22
En http://www.terra.com.co/actualidad/articulo/html/acu16920-unos-10200-hombres-en-bandas-emergentes-tras-desarme-
paramilitar.htm.
23
La extradición de 16 de los jefes paramilitares hacia Estados Unidos, es una jugada más para garantizar la impunidad de los crí-
menes contra la humanidad que pretende ocultar la información sobre los promotores y beneficiarios de los mismos.
24
Salvador Arana (Chile), Luis Camilo Osorio (México), Jorge Noguera (Cónsul en Milán), Juan José Chaux (Países Bajos), Jorge
Visbal (Canadá), Camilo Ospina (representante ante la OEA)
25
Infiltraciones ’paras’ en varios organismos reveló el ex jefe de informática del DAS, Rafael García. El Tiempo, Abril 18 de 2008,
http://www.eltiempo.com/justicia/2008-04-18/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-4107018.html).
26
Las actuales son las de Cali, Túmaco, Tres Esquinas, Guajira y Arauca a las que se suman, con el convenio suscrito en 2009,
las bases aéreas de Palenquero, Malambo y Apiay; las bases del ejército de Tolemaida y Larandia y las bases navales de
Cartagena y Málaga.
3. VIOLENCIA POLÍTICA Y EXCLUSIÓN DE LA CLASE TRABAJADORA.

Unos de los sectores más vulnerados por la violencia política estatal en Colombia ha sido el de las
y los trabajadores organizados, convirtiéndolo en el país más peligroso para la defensa de los dere- Sindicalismo y terrorismo
de estado en colombia
chos laborales. Desde la fundación de la Central Unitaria de Trabajadores CUT en 1986 han sido ase-
sinadas 2743 personas sindicadas27. Por más de 15 años, la Organización Internacional del Trabajo
(OIT) y la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, han instado al Estado colom-
biano a que garantice el ejercicio sindical28 y que se supere la situación de impunidad imperante en
las violaciones graves de los derechos humanos contra el movimiento sindical.

Asesinatos contra sindicalistas en Colombia. 1 de enero de 1986 a 7 de agosto de 2009


Total
Año 86 87 88 89 90 91 92 93 94 95 96 97
Número 34 60 125 85 47 90 140 200 104 224 274 170 2.704
Año 98 99 00 01 02 03 04 05 06 07 08 09
Número 97 82 134 194 191 101 94 72 76 39 49 22
Fuente: Banco de datos de Derechos Humanos, ENS, Centrales Sindicales

Total de violaciones. 1 de enero de 1986 a 7 agosto de 2009


Tipo de violación Nº de casos Porcentajes %
Amenazas 4.418 42,6
Homicidios 2.704 26,1
Desplazamiento forzado 1.611 15,5
Detención arbitraria 633 6,1
Hostigamiento 280 2,7
Atentado con o sin lesiones 237 2,3
Desaparición 190 1,8
Secuestro 162 1,6
Tortura 79 0,8
Allanamiento ilegal 47 0,5
Homicidio de familiar 3 0,0
TOTAL 10.364 100.0
Fuente: Banco de datos de Derechos Humanos, ENS, Centrales Sindicales

Los momentos de mayor violencia física (expresados en asesinatos, atentados), coinciden con la rea-
lización de paros, huelgas, negociaciones de pliegos de derechos laborales. La década de los
noventa fue el momento en el que se implementaron con mayor vigor las medidas neoliberales (pri-
vatizaciones, recorte de derechos sociales, entrada de capital extranjero). Sin duda, el ataque al
movimiento sindical tiene como objetivo debilitar uno de los sectores con mayores niveles de orga-
nización y conciencia política, que además ha conseguido niveles importantes de articulación con
otros sectores del movimiento social.

El descenso de asesinatos de los últimos años obedece a varios factores: (I) ya se ha implementa-
do la reforma laboral, (II) las privatizaciones y concesiones han dejado en manos privadas la mayor
parte de los sectores estratégicos, (III) la contrareforma agraria de unas 10 millones de hectáreas
permite la explotación de recursos y la realización de los megaproyectos, (IV) el proceso de “nego-

27
Instituto Nacional Sindical INS
28
Ver CEACR: Observación individual sobre el Convenio sobre la libertad sindical y la protección del derecho de sindi-
cación, 1948 (núm. 87) Colombia (ratificación: 1976) Publicación: 2008 y Informe de la Comisión de Aplicación de
Normas, 98ª Conferencia Internacional del Trabajo, Tercer punto del orden del día: Información y memorias sobre la
aplicación de convenios y recomendaciones, 2ª parte: Observaciones e informaciones acerca de ciertos países, p. 38.
10 ciación” con los grupos paramilitares, requirió mostrar cifras favorables en materia de derechos
humanos y (V) la presión de las organizaciones sindicales y los organismos de derechos humanos
han denunciado la violencia antisindical, tema que ha sido obstáculo para la firma de tratados de
libre comercio (en especial el de USA). No se trata de que haya mejorado el panorama de derechos
humanos de los y las trabajadoras, se trata del cambio en la configuración de la violencia estatal29.

Por actividad económica las violaciones se centran mayoritariamente en el sector agrario


(Sintrainagro, Fensuagro, Sintrapalmas) con cerca del 41%; en el sector extractivo (USO), con cerca
del 5%; en el sector salud, educación y servicios públicos domiciliarios (Fecode, Anthoc,
Sintraemcali, Sintraemdes, Aspu, Sintraelecol) con un 45% siendo crítico el sector de la educación;
en la justicia (Asonal Judicial y Aseinpec) con cerca del 3%.

La impunidad en los casos de la violencia estatal contra las personas sindicadas es estructural. Sólo
en el 22% de los asesinatos se tiene alguna información sobre la autoría y en estos casos los para-
militares aparecen como presuntos responsables en el 65%, las guerrillas del 23,4% y la fuerza
pública del 8,2%. Durante los casi ocho años del gobierno Uribe han sido asesinados más de 500
dirigentes sindicales, varios de los cuáles fueron presentados como guerrilleros dados de baja en
combate30.

Sindicatos más afectados por homicidios 1986 - 2009

Nombre del Sindicato Sigla Nº Género


1. Sindicato Nacional de Trabajadores Sintrainagro 844 femenino 27
de la Industria Agropecuaria masculino 817
2. Federación Colombiana de Educadores Fecode 830 femenino 166
masculino 664
3. Unión Sindical Obrera USO 115 femenino 1
masculino 114
4. Asociación Nacional de Trabajadores y Empleados Anthoc 58 femenino 24
de Hospitales, Clínicas, Consultorios y masculino 34
Entidades dedicadas a la Protección de la Salud
5. Sindicato de Trabajadores Sintraelecol 46 femenino 1
de la Electricidad de Colombia masculino 45
6. Asociación Nacional de Funcionarios Asonal Judicial 45 femenino 8
y Empleados de la Rama Judicial masculino 37
7. Sindicato Unitario de la Industria Sutimac 38 femenino 0
de Materiales para la Construcción masculino 38
8. Asociación Sindical de Trabajadores Aseinpec 32 femenino 0
del Instituto Nacional Penitenciario masculino 32
9. Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria Fensuagro 30 femenino 1
masculino 29
10. Sindicato de Trabajadores Sintraemcali 22 femenino 0
de las Empresas Municipales de Cali masculino 22
11. Sindicato Nacional de Trabajadores Sinaltrainal 22 femenino 1
de la Industria de Alimentos masculino 21
12. Sindicatos de Conductores Sincontaxcar 21 femenino 0
de Taxis de Cartagena masculino 21

29
Simultáneamente con la disminución de los asesinatos y atentados, aumentan las amenazas de muerte a los sindicalis-
tas y a sus familiares, el aumento de las privaciones de la libertad, detenciones y allanamientos, y ha aumentado el
aumento de las violaciones por parte de organismos de la fuerza pública.
30
Fenómeno conocido como falsos positivos. Bajo esta modalidad han sido asesinados 49 dirigentes sindicales de 23
organizaciones. (Fuente INS).
13. Sindicato de Trabajadores y Empleados Sintraemsdes 20 femenino 0
de Servicios Públicos, Autónomos e Institutos masculino 20
Descentralizados de Colombia
14. Sindicatos de Trabajadores de Empresas Sintrapalmas 19 femenino 0
de Palmas, Oleaginosas y Similares masculino 19
15. Asociación Sindical de Profesores Universitarios Aspu 19 femenino 0 Sindicalismo y terrorismo
de estado en colombia
masculino 19
Fuente: Banco de datos de Derechos Humanos, ENS.

Recientemente se ha acusado el ex-director del Departamento Administrativo de Seguridad DAS,


Jorge Noguera, de haber colaborado con grupos paramilitares para la eliminación de dirigentes sin-
dicales31. Es también conocida la responsabilidad de empresas transnacionales en asesinatos y otros
crímenes cometidos contra las y los trabajadores sindicalizados.

La violencia estatal se ha acompañado de discursos deslegitimadores de su función social32, y el


Presidente Álvaro Uribe en su plataforma política (Estado comunitario, desarrollo para todos), pro-
mueve un cambio en la actividad sindical pasando de un modelo reivindicativo a otro participativo,
que coadministre las empresas, en lo que se denomina “contrato sindical”.

3.1. OTRAS RESTRICCIONES PARA LA LIBERTAD SINDICAL

En Colombia trabajan 18 millones de personas, la tasa oficial de desempleo es del 15% y la sindi-
cación es del 5,11%. Esta baja representación sindical obedece en gran medida a la violencia sis-
temática de la que ha sido objeto el movimiento sindical. Sin embargo no deben desconocerse otros
factores que incluyen la existencia de una legislación laboral que restringe el derecho a la libertad
sindical (incluido el derecho a la huelga), la criminalización de la lucha social, las políticas antisin-
dicales implementadas por el estado y el empresariado, y la flexibilización y desregulación de las
relaciones laborales33. Esta situación ha conducido a la pérdida de la capacidad de negociación de
las condiciones laborales por parte de las organizaciones sindicales.

Cuadro Nº 1. Evolución de la sindicalización en Colombia 1947 – 2005


AÑOS 1947 1965 1974 1984 1996 2002 2005
Afiliación 165.595 700.000 835.200 873.442 876.005 853.944 831.047
Tasa de sindicación 4,7 13,4 12,5 9,3 6,0 4,93 4,60
Fuente: Censo Ministerio de Protección Social y ENS.

Cuadro Nº 2. Convenciones, pactos y cobertura de la contratación colectiva


URTEA 2000 2001 2002 2003 2004 2005 *
Convención colectiva 496 328 492 173 434 200
Pacto colectivo 153 149 204 110 192 160
Contrato sindical 4 6 4 1 2 0
Total 648 483 700 284 628 360
Fuente: Ministerio de la Protección Social y cálculos de la ENS. * Datos hasta 29 de noviembre de 2005.

31
http://www.colectivodeabogados.org/Llamado-a-juicio.
32
A las organizaciones sindicales se les responsabiliza de la mala situación económica del país, del déficit fiscal, del desem-
pleo y la falta de crecimiento.
33
Para reducir costos laborales se promueve la firma de contratos a término fijo, la subcontratación a través de terceros, el
uso de cooperativas de trabajo asociado o de contratos civiles para eludir las obligaciones que entraña el contrato laboral.
12 Las políticas neoliberales en el ámbito laboral se han materializado en dos reformas laborales (Ley
50 de 1990 y Ley 789 de 200234), y sustentan que el desempleo estructural y de larga duración es
consecuencia de la intervención estatal en el ámbito laboral y de la rigidez salarial, sin embargo la
aplicación de las medidas liberalizadoras han conducido a un desmejoramiento de las condiciones
de vida de las y los asalariados y a profundizar las condiciones precarias en el mercado laboral, y
por supuesto tampoco ha permitido mejorar las tasas de desempleo.

Las dos terceras partes de las personas que trabajan en Colombia perciben menos de un salario
mínimo, es decir viven en condiciones de pobreza; en materia de seguridad social sólo 30 de cada
100 son cotizantes al sistema de pensiones, 35 están afiliados al sistema de riesgos profesionales y
41 están afiliados al régimen contributivo de salud. Esto significa que cerca de 12 millones de tra-
bajadores no están cubiertos por el sistema de seguridad social. De cada cuatro adultos mayores,
menos de uno está pensionado en Colombia. La tasa de trabajo infantil es de un 14,3%. Los jóvenes
y las mujeres se emplean principalmente en el sector informal y en labores de baja remuneración,
y el desempleo femenino está seis puntos por encima del masculino.

A pesar de los compromisos asumidos por el estado colombiano se ponen todo tipo de trabas para
impedir la sindicación de las personas trabajadoras, dichas prácticas incluyen la revocatoria directa
de la inscripción de las organizaciones sindicales a petición de los empleadores o por iniciativa pro-
pia del funcionario de conocimiento del Ministerio; oponerse a las reformas estatutarias de los sindi-
catos, interviniendo en la autonomía de los sindicatos o al cambio de las juntas directivas o modifica-
ciones estatutarias.

3.2. LAS EMPRESAS MULTINACIONALES Y LAS VIOLACIONES A LOS DERECHOS HUMA-


NOS EN COLOMBIA35 : ATACAR A LOS SINDICATOS ES RENTABLE.

En Colombia las empresas extranjeras no sólo se han beneficiado de la implementación del neoli-
beralismo, que desregulariza el mercado laboral, traslada al sector privado la gran mayoría de los
derechos sociales y garantiza la extracción de recursos naturales, también han obtenido ganancias
de los crímenes cometidos contra las organizaciones sindicales y las comunidades.

A continuación se mencionan algunas de ellas, haciendo especial énfasis en las de capital español,
interesadas además en la aprobación del Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea36.

- Drummond Company: demandada por el asesinato a manos de grupos paramilitares de


tres líderes sindicales, que entre otras cosas estaban exigiendo a la empresa media hora
para poder almorzar en una jornada de doce horas de trabajo continuo.

- Coca Cola Company: demandada por el asesinato de nueve sindicalistas

- Oxy37: responsable del bombardeo de la Fuerza Aérea en la vereda Santodomingo


(Arauca, 13 de dic. de 1998) que ocasionó 17 muertos y 25 heridos, en el cual la empresa

34
En esta reforma legislativa se eliminó el Ministerio del Trabajo.
35
Para más información ver resultado del Tribunal Permanente de los Pueblos TPP en Colombia
http://www.omal.info/www/rubrique.php3?id_rubrique=24.
36
El Tratado de Libre Comercio espera ratificación en el Parlamento Europeo después de alcanzar un acuerdo en la
novena ronda de negociación en marzo pasado. Para más información ver: http://www.recalca.org.co/.
37
Repsol YPF es socia de OXY. Los principales accionistas de Repsol son el banco catalán La Caixa (31%), Banco Bilbao
Vizcaya Argentaria (9%) e Iberdrola (3,5%).
aportó las coordenadas para dirigir el bombardeo. También se le responsabiliza del asesi-
nato de los dirigentes sindicales Alirio Martínez, Leonel Goyeneche y Jorge Prieto (5 agosto
2004), por la masacre perpetrada en el caserío La Cabuya (20 de noviembre de 1998);
detenciones masivas en 2002, 2003 y 2005, con un resultado de 118 líderes sociales y sindi-
cales privados de la libertad.
Sindicalismo y terrorismo
de estado en colombia
- Chiquita Brands: antes conocida como la tristemente célebre United Fruit Company, que
admitió sus vínculos con grupos paramilitares en Colombia, por lo que fue condenada a
pagar 25 millones de dólares. En Colombia no se encuentran procesados.

- EMGESA: ENDESA filial de la transnacional ENDESA por la violación de Derechos


Laborales en contra de los afiliados a Sintraelecol.

- Telefónica: acusada por la Unión Sindical de Trabajadores de las Comunicaciones (USTC)


por la vulneración del derecho de asociación de sus trabajadores, con despidos respecto a
los intentos de sindicación (más de 1200 despidos en 2007).

- UNION FENOSA: acusada por Sintraelecol, por la violación del derecho a la vida, tortura y
tratamiento cruel, inhumano o degradante. La estigmatización que hace la empresa coincide
con las justificaciones de grupos armados ilegales sobre varios homicidios ocurridos en los
últimos años contra sus afiliados. Entre los directivos sindicales asesinados están Iván Franco,
(19 de marzo de 2000), Javier Jonás Carbono Maldonado (9 de junio de 2000), Edgar Manuel
Ramírez Gutiérrez (22 de febrero de 2001), Víctor Carrillo (1 de marzo de 2001), Martín
Contreras Quintero (23 de octubre de 2001).
14 4. RESPUESTA DE LA CLASE TRABAJADORA FRENTE AL TERRORISMO DE
ESTADO

Las organizaciones sindicales han sido conscientes de la importancia de construir espacios de


coordinación amplia con otros sectores sociales, que incluyen la movilización social y la defensa de
los derechos de las poblaciones. Es así como se han articulado en espacios como la Gran Coalición
Democrática, de la que hacen parte no sólo organizaciones sociales sino también partidos políticos
de oposición.

La experiencia de articulación con otros sectores sociales permitió en el 2003 -en un momento de
gran popularidad del presidente Uribe-, con la campaña de abstención activa derrotar un referen-
do que pretendía por vía popular, implementar recortes de corte neoliberal, como la reducción del
tamaño del estado, el congelamiento de salarios, el aumento de la edad de jubilación, entre otras.

La situación de crisis humanitaria y de violación sistemática de derechos humanos ha llevado a que


se incluya en las banderas de la lucha sindical la ampliación de espacios democráticos, del respe-
to a la vida y la salida política negociada al conflicto armado. De igual manera, la situación de empo-
brecimiento, las privatizaciones y la apropiación de los recursos naturales por parte de empresas
multinacionales, han puesto a las organizaciones sindicales a luchar por la soberanía, por los dere-
chos sociales y a oponerse a los Tratados de Libre Comercio.

En el marco del proceso de impunidad con los grupos paramilitares, también han acompañado la
reivindicación de los derechos de las víctimas a verdad, justicia y reparación integral, así como ha
señalado la responsabilidad estatal en la violencia contra el movimiento sindical, que por su magni-
tud y sistematicidad, puede catalogarse como genocidio. El reconocimiento de la lucha por los
derechos laborales como parte de un sistema democrático hace parte de las condiciones para la
no repetición de los crímenes.

La denuncia internacional y las alianzas construidas con el movimiento sindical a nivel internacional,
han puesto en el debate público los altos índices de asesinatos y ataques contra el sindicalismo y la
impunidad, situación que ha jugado en contra del gobierno colombiano a la hora de la firma de
acuerdos comerciales, como el de los Estados Unidos. Sin embargo, otros Tratados han sido firma-
dos como el suscrito con la UE, que es prioritario para la inversión española en Colombia (donde
tiene unas 170 empresas).

La aprobación de este tipo de tratados afectará a los ciudadanos europeos con la eliminación de
puestos de trabajo y el deterioro de las condiciones laborales. Es necesaria la solidaridad y coordi-
nación de acciones entre los pueblos del norte y el sur.
Sindicalismo y terrorismo
de estado en colombia
16 TÍTULOS PUBLICADOS
http://www.labsindikatua.org/formakuntza/iparhegoa/argitalpena/Haritik

1. La lucha de clases en la nueva Unión Europea: una estrategia sindical para la construcción euro-
pea -2004-

2. Análisis de la fiscalidad vasca. -2004-

3. Los hombres cobran un 36% más que las mujeres. -2005-

4. NO al actual tratado constitucional europeo. -2005-

5. Jai egunak bizi egunak. Domingos y festivos cerramos. -2005-

6. Informe sobre el empleo. Año 2004. -2005-

7. La amenaza Bolkestein. -2006-

8. Dialogo social, negociación colectiva y género. -2006-

9. Apuntes solidarios sobre la realidad del pueblo Palestino. -2007-

10. La nuclear no es la energía del futuro. -2007-

11. Empleo de calidad para acceder a unas condiciones de vida dignas. -2008-

12. Egungo krisialdi ekonomikoa aztergai -2008-

13. La clase trabajadora frente a la crisis -2009-

14. Política fiscal y presupuestaria. Un instrumento básico para el reparto de la riqueza y el cam-
bio social -2009-

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