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GUIA # 6

NORMA DE COMPETENCIA: ASISTIR A LAS PERSONAS EN LAS


ACTIVIDADES DE LA VIDA DIARIA SEGÚN CONDICIONES DEL
USUARIO, ASIGNACION Y/O DELEGACION DEL PROFECIONAL Y
GUIAS Y PROTOCOLOS VIGENTES.

JUAN CAMILO SANCHEZ PACHON

JEFE: SANDRA ANDRDE

CEFAP DE LA CARACAS

ETICA Y COMUNITARIA

BOGOTA D.C

6 MAYO 2020
Qué es el duelo.

El Duelo es un proceso interno que se produce ante la pérdida de una relación


afectiva, sea del tipo que sea, pudiendo ir desde la pérdida de un trabajo, un
cambio de residencia, la ruptura de una relación de pareja hasta la muerte de un
ser querido…

Por lo tanto, haremos un proceso de duelo ante todas y cada una de las pérdidas
que vayamos teniendo a lo largo de la vida. Por supuesto, hay pérdidas con mayor
importancia que otras y que por lo tanto sentiremos su duelo con mayor
intensidad.

Etapas del Duelo

Cuando una persona está en Duelo y acude a nuestro centro, es frecuente que
nos pregunte sobre cuáles son las etapas del Duelo, porque conocerlas, permite
ser consciente de en qué etapa y fase del Duelo se encuentra. Esto hace que se
reduzca mucho esa sensación de desorientación que suele producirse ante una
pérdida.

Fase de Negación: habitualmente es una de las primeras reacciones ante la


pérdida. Nos permite amortiguar el dolor temporalmente. Permite a la psique
separarse de la realidad traumática para poder asimilarla poco a poco.
Puede vivirse como una sensación de calma aparente, como si no hubiese
ocurrido. Si ponemos un ejemplo, como puede ser la muerte de un familiar, es
posible que inicialmente nos cueste hacernos a la idea de la pérdida y que en
nuestros pensamientos siga apareciendo como disponible. Otros ejemplos de
negación podrían ser pensamientos “pero si ayer mismo estaba bien” “no me lo
puedo creer” “no consigo hacerme a la idea de no volver a verle” o tener la
sensación de verle por la calle, actuar como si no hubiera fallecido, hablar en
presente como si siguiera vivo… Si nos fuésemos a otro ejemplo como puede ser
la ruptura de pareja, una conducta típica de la fase de negación es hacer como si
no se hubiera producido diciendo “estamos pasando una crisis” o “seguro que
pronto me llama”. En ocasiones ésta fase puede durar años, pudiendo llegar a
producir un Duelo Patológico.
Para salir de la fase de negación es muy importante hacer lo necesario para
admitir y asumir la realidad, por dura que sea, ya que es lo que va a permitir a la
persona hacerse responsable de su propio proceso de duelo, y con él de su vida.

Fase de Racionalización: es lo que usamos para entender lo que ocurre y al


hacerlo nos aporta seguridad. Se trata de una necesidad como seres racionales
que somos para poder interpretar la realidad externa. Por ello resultan tan
necesarias las explicaciones del médico ante un fallecimiento o, para personas
creyentes, las explicaciones dadas por un sacerdote.
Al realizar el proceso de la fase de racionalización la persona cognitivamente (“de
cabeza”) pasa a tener la certeza de que la relación terminó para siempre.
Muchos de los rituales de duelo tradicionales tienen la función de “hacernos saber”
que ha habido un final. Como ejemplos podríamos hablar de los rituales fúnebres,
o los rituales de cambio de etapa como bodas, despedidas de solteros/as. En
éstos últimos ejemplos podríamos hablar de pérdida del Yo soltero.

Fase de Protesta: todas las relaciones tienen momentos buenos y malos. De


éstos últimos, tendremos rabia acumulada a nivel inconsciente que en el momento
de la pérdida de la relación puede hacerse más fácil su acceso.

Si nos fuésemos al ejemplo del fallecimiento de una persona cercana, la rabia


surge por el mismo hecho del fallecimiento y ésta se añadirá a la ya acumulada.
Es muy importante saber que, aunque evidentemente la persona más perjudicada
es la fallecida, es normal y tenemos todo el derecho a sentirnos enfadados por su
pérdida sin a la vez sentir culpa.

Fase de Tristeza: La tristeza es la emoción asociada a la pérdida, por lo que en


todo duelo habrá un espacio para ella. Hay que tener en cuenta que cuando
hablamos de pérdida, no lo hacemos exclusivamente de la relación que se ha
terminado, sino que también perdemos muchos elementos asociados.

Cambiando ésta vez de ejemplo, yendo a un caso de divorcio, además de la


ruptura de pareja, sentiremos la pérdida de tener que repartir el tiempo a disfrutar
de los hijos, si es que los hay, o los lugares a los que fuimos juntos, o a la casa
común si es que tenemos que irnos.

Fase de Miedo: ante la pérdida de una relación se abre una nueva etapa en la


que nos preguntaremos ¿Qué será de mí sin la relación que se acabó? Esto, por
el mero hecho de conectarnos con lo desconocido nos hará sentir miedo. Su
intensidad puede ser muy variable según lo que suponga para nosotros la pérdida.

Suele ser una emoción muy intensa ante la pérdida de familiares de primer grado
pudiendo llegar a sentir cierta carencia de sentido de nuestra vida. Es muy
importante acoger el miedo apoyándonos en el cariño de otros seres queridos.

Fase de Aceptación emocional: además de aceptar la pérdida a nivel racional, si


hemos expresado las emociones que nos ha producido, estaremos disponibles
para aceptar en el plano emocional. Cuando acompañamos a nuestros pacientes
en un duelo, y nos encontramos en ésta fase, el paso será el de decir adiós.
El hecho de decir adiós lleva a la persona que está realizando su proceso de duelo
a chequear cuanto ha limpiado a nivel emocional. Si siente que todavía hay
emociones por salir le acompañaremos nuevamente a expresar tantas veces
como necesite. Esto será clave para evitar hacer un falso duelo.

Fase de Perdón: Como ya hemos comentado, en todas las relaciones hay


momentos buenos y malos, y la tendencia suele ser que tengamos esos conflictos
guardados en la recamara incluso durante años. En esta fase, será el momento de
perdonar aquello que creamos haber padecido por estar en la relación que
termina. Al llegar a éste punto, si sientes que hay cosas que no puedes perdonar,
como en la fase anterior, es mejor volver a fases previas y seguir limpiando
emociones “almacenadas”.

Fase de Gratitud: Si cognitivamente hemos aceptado la pérdida, hemos expresado


emociones y al estar emocionalmente en paz, hemos perdonado aquello que nos hizo daño,
podremos ver y agradecer aquello que la relación que termina no aportó. Este proceso permite
cerrar el duelo con una capa positiva, constructiva y agradable, para que el recuerdo de la relación
quede en positivo en la memoria.

Fase de Nuevos Apegos: es la fase en la que el proceso de despedida del duelo ya ha


terminado y la persona se encuentra libre de la relación, lo que le va a permitir internamente,
estar abierta a nuevas relaciones.

A través del proceso de Duelo podremos actualizar nuestro sistema emocional interno al ir
despidiéndonos de relaciones que se hayan terminado e incluso, podremos resolver heridas
pasadas que nos siguen afectando en el presente.

Para que pueda realizarse un proceso de Duelo terapéutico, en el que como decía, poder ir
despidiéndote de elementos que te generan sufrimiento, es necesario el acompañamiento
profesional, ya que es lo que permite que la persona vaya dando los pasos con la protección que
dan los conocimientos del profesional y la relación terapéutica que creamos en la consulta.

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