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Por MSc. José Ostos/Profesor Universitario/ Entrenador Alto Rendimiento ANAJ/ e-mail:
jostos2008@hotmail.com
Este sistema defensivo es uno de los más sólidos de la apertura Española; conduce
normalmente a posiciones cerradas algo pasivas y restringidas para las negras, pero al
mismo tiempo difíciles de romper. En este sentido, tiende a producirse una lucha de
maniobras en la que las blancas tratan de mantener una mínima iniciativa duradera. Esto
exige del primer jugador elevada precisión, si no desea perder dicha iniciativa. Con
respecto a las negras, su intención es, en primer lugar, igualar las posibilidades para luego
hacerse con la iniciativa, lo cual obliga al segundo jugador a llenarse de paciencia, a fin de
ir neutralizando la presión continua de las blancas, mediante una serie de cambios
simplificadores que vayan reforzando la solidez de su posición.
La idea básica de esta defensa es sostener lo más posible el peón “e5”. Sin
embargo, de ser necesario, las negras realizan el cambio de peones “e5:d4” e intentan
crear presión sobre el flanco de dama y el centro, utilizando la gran diagonal “a1-h8” y la
columna semiabierta “e1-e8”, sin perder de vista la casilla trampolín “e5”. En ciertos
casos, este plan de acción se ve potencialmente reforzado con la presión que se pueda
ejercer por la columna semiabierta “b”, en caso de que las blancas en algún momento
hayan realizado el cambio “A:c6”.
A su vez, las blancas buscan ganar espacio en el centro en procura de una fuerte
iniciativa, aprovechando que la principal deficiencia de esta defensa es que permite
demasiada libertad a los avances centrales.