El bautismo de Cristo
(Battesimo di Cristo)
Año h. 1450
Estilo Renacimiento
Índice
1Análisis
o 1.1Comentarios
2Notas
3Enlaces externos
Análisis[editar]
Representa el momento en que Cristo, situado en el centro de la composición, es
bautizado por san Juan Bautista, ubicado a la derecha. El cuerpo de Cristo, forma
un eje vertical en el cuadro que se sitúa entre los tres ángeles a su derecha y san
Juan Bautista a su izquierda. Cada uno de los ángeles tiene un peinado, color y
pose distintos, lo que refuerza simbólicamente la presencia de la Santísima
Trinidad. Los tres ángeles, vestidos de colores diferentes, en contraste con la
norma iconográfica, no sostienen los vestidos de Cristo sino que se agarran la
mano, en señal de concordia: muchos críticos ven en ellos las celebraciones
tenidas en aquellos años en Florencia para la unificación de la iglesia occidental
con la oriental (entre de ser uno de los temas mayormente discutidos fue aquel de
la Trinidad, en la que había habido un papel distinguido el camaldulense Ambrogio
Traversi).
Este simbolismo parece verse reforzado por la presencia, justo a la derecha del
neófito o catecúmeno que va a ser bautizado, de unos dignatarios vestidos con
trajes bizantinos, que era la vestimenta que entonces se asimilaba a los trajes de
la Antigüedad. Uno de ellos señala, con la mano, al Espíritu Santo descendiendo
sobre el Cristo bajo el aspecto de una paloma que despliega sus alas, pudiendo
ser una prefiguración de la cruz.
Debajo de Cristo corren las aguas del río Jordán. El río traza una S invertida,
motivo recurrente en las composiciones de Piero Della Francesca (el corte en la
ropa de la Madonna del parto) como los personajes sólidos, bien asentados sobre
sus pies.
En la composición se encuentra una destacable alusión a la perspectiva,
fundamental en la obra de Piero, ya que las propias figuras conforman el espacio
donde se asientan. La composición se basa en un cuadrado y un círculo,
representando el cuadrado la tierra y el círculo el cielo.
Es una pintura al aire libre que realiza la unión de dos elementos: el paisaje y los
personajes. El paisaje se ha identificado como propio de la región de Umbría. El
centro del semicírculo superior está ocupado por la paloma (símbolo del Espíritu
Santo), la concha sostenida por el Bautista y la figura de Cristo.
Las figuras están sabiamente interpretadas, obteniendo un marcado acento
volumétrico gracias al empleo de la luz y resaltando el aspecto escultórico y
anatómico de los personajes. La luz cenital anula las sombras, dando
homogeneidad a toda la composición. Las tonalidades no son muy vivas, al bañar
las figuras con esa luz blanca y uniformemente distribuida.
Se observa un esmerado detallismo que puede apreciarse en la meticulosa
atención que el artista presta a detalles secundarios como las hojas de los árboles
y el reflejo de las montañas en el agua, fruto de la observación de la naturaleza.
Este paisaje rico y diferenciado es inusual en la pintura florentina de la época.3
Hay que precisar que el tronco del árbol y las orillas del río no conservan sus
colores originales, al haber sido sometidos a una limpieza agresiva. El tono ahora
visible corresponde a una capa pictórica inferior, que quedó al descubierto al
eliminarse los tonos finales.
Hay un paralelismo entre distintas partes del cuadro. Así, la paloma del Espíritu
Santo es similar a las nubes sobre el fondo; Jesús se parece al blanco tronco del
árbol que hay junto a él, observándose que los árboles se van oscureciendo
conforme se alejan de Cristo; el motivo de la línea curva se presenta en las eses
del río Jordán y en la postura del joven que va a ser bautizado que está a la
derecha.
Finalmente, para testimoniar la síntesis geométrica que tanto amaba Piero della
Francesca, Juan Bautista forma con el brazo derecho y con la pierna izquierda dos
ángulos de la misma amplitud.
Comentarios[editar]
Según Roberto Longhi: «Estos personajes serían sacerdotes judíos
contemporáneos del Cristo».
Según André Chastel: «En realidad son testigos bizantinos directamente
tomados de los grupos reunidos en Florencia para el Concilio... ellos aportan
así la prueba de que hay un solo bautismo puesto que estos personajes son
griegos. Griego o latino, el bautismo es idéntico y también válido». (L'Italie et
Byzance, Editions de Fallois, París, p. 255).
Según P. Rotondi, del Museo del Vaticano, Piero della Francesca realiza
aquí la primera pintura «al aire libre», en la que «la agilidad del pincel y la
ausencia de retoques prueban que el cuadro se hizo de un solo trazo».4