Síntomas
Una vez que te contagias con tos ferina, los signos y síntomas
demoran unos 7 a 10 días en aparecer, aunque a veces puede ser
más tiempo. Por lo general son leves al principio y se parecen a
los del resfriado común:
Moqueo
Congestión nasal
Fiebre
Tos
Provocar vómitos
Vómitos
Factores de riesgo
Complicaciones
Hernias abdominales
Bebés
Neumonía
Convulsiones
Daño cerebral
Como los bebés y los niños de uno a dos años están en mayor
riesgo de complicaciones de la tos ferina, es más probable que
necesiten tratamiento en un hospital. Las complicaciones pueden
poner en riesgo la vida de los bebés menores de 6 meses.
Prevención
La mejor forma de prevenir la tos ferina es mediante la vacuna
contra la pertusis que los médicos suministran junto con otras
vacunas que actúan contra otras dos enfermedades graves: la
difteria y el tétanos. Los médicos recomiendan comenzar la
vacunación durante la infancia.
2 meses
4 meses
6 meses
15 a 18 meses
4 a 6 años
Inyecciones de refuerzo
Medicamentos preventivos
Si estuviste en contacto con alguien que tiene tos ferina, tal vez el
médico te recomiende antibióticos para protegerte de la infección
en los siguientes casos:
Estás embarazada
Qué es
La tos ferina es una enfermedad infecto-contagiosa aguda
que afecta al aparato respiratorio. Su principal síntoma es tos
violenta en accesos o paroxismos que puede dificultar la
respiración. El contagio se realiza directamente desde la
persona enferma a la sana por el aire, al hablar y toser,
fundamentalmente, por las gotas de Pflügge.
Una de las características de esta enfermedad es que con
frecuencia se puede escuchar un sonido convulsivo profundo
cuando el paciente trata de inspirar.
Según la Asociación Española de Pediatría, la tos ferina es
una de las enfermedades infecciosas más contagiosas,
que afectan principalmente a los lactantes menores de seis
meses, a adolescentes y adultos, si bien es el primer grupo el
más vulnerable.
Causas
La tos ferina o tos convulsiva es una infección bacteriana
aguda que afecta a las vías respiratorias altas. Esta
enfermedad la causan la bacteria Bordetella pertussis
o Bordetella parapertussis, patógenos exclusivamente
humanos que pueden afectar a individuos de todas las
edades y provocar discapacidad permanente en los bebés e
incluso la muerte.
Cuando una persona con el virus estornuda o tose, pequeñas
gotas que contienen la bacteria se mueven a través del aire
favoreciendo la propagación de una persona a otra.
El tiempo medio de la enfermedad suelen ser seis semanas
aunque puede durar hasta diez.
Síntomas
Inicialmente las manifestaciones clínicas de la tos ferina
son semejantes a los que aparecen con un resfriado común.
Estos síntomas suelen aparecer cuando ha transcurrido una
semana desde la exposición a la bacteria.
Entre 10 y 12 días más tarde pueden comenzar los episodios
más graves de tos. En el caso de los niños, todo termina en la
mayoría de los casos en un estertor, un sonido que se
produce cuando el paciente trata de tomar aire. Es raro que
éste aparezca en menores de 6 meses y en personas adultas.
La tos puede provocar que los pacientes tengan vómitos e
incluso que los pacientes lleguen a perder el conocimiento.
De hecho, es frecuente que los episodios de asfixia y las
pausas largas de la enfermedad al respirar aparezcan en los
bebés.
Otros síntomas comunes son:
Diarrea.
Fiebre leve.
Rinorrea.
Etapas de la enfermedad
Periodo de incubación: Dura entre 1-2 semanas. En este
periodo el paciente no suele presentar síntomas.
Periodo catarral o de inicio: Dura 2 semanas con
síntomas catarrales inespecíficos: rinitis, estornudos,
febrícula (si la hay), lagrimeo, tos leve, seca e irritativa, que
se va haciendo cada vez más intensa, de predominio
nocturno y que puede provocar vómitos. La tos comienza a
ser en accesos provocados por el mínimo estímulo.
Periodo de estado convulsivo o asfíctico: Dura unas 4-6
semanas. La tos se vuelve paroxística o convulsiva en
accesos o “quintas”. El enfermo, encontrándose bien, nota
que va a tener un acceso, realiza una inspiración profunda y
comienza con una tos a golpes, ininterrumpida, atropellada,
que dificulta la respiración, por lo que el niño estira la cara y
el pecho hacia delante, saca la lengua, se va poniendo
colorado, cianótico y con ojos llorosos y tiene una gran
sensación de angustia.
Al terminar la crisis aparece una inspiración ruidosa (al pasar
el aire por una faringe muy estrecha) que es lo que se llama
“gallo” de la tos ferina. En este momento la tos va cediendo y
al final de acceso se expulsa un esputo mucoso blanquecino
y con mucha frecuencia vómitos. El enfermo está agotado. El
número de “quintas” diarias y su intensidad varían
dependiendo de la agresividad del germen, así como del
carácter del paciente (más frecuente en nerviosos e
irritables).
Tras unos días la cara está abotargada, edematosa y con los
párpados hinchados. Debido a las “quintas” de tos pueden
aparecer pequeñas hemorragias subconjuntivales, petequias
en cara, epistaxis, pérdida de conciencia (si la apnea o falta
de respiración es prolongada, ulceración en el frenillo de la
lengua (al golpearse con los dientes), incontinencia de orina,
prolapso rectal, etc.
Periodo de convalecencia o remisión: Dura entre 1-3
semanas. Las “quintas” se van haciendo menos frecuentes
hasta desaparecer. Pueden aparecer nuevas crisis de tos
convulsiva después de varios meses, ante la presencia de un
catarro banal.
La tos ferina puede llegar a producir la muerte en los lactantes menores de seis meses.
Prevención
La vacuna contra la tos ferina es la opción más eficaz para
controlar la transmisión de la enfermedad en la población.
Aun así, ni la inmunidad que ofrece la vacuna ni la inmunidad
natural aportan una protección duradera.
Según la AEP, en los últimos años se ha producido
una reemergencia de la tos ferina en los países con altas
tasas de vacunación. El aumento de la incidencia se ha
producido en bebés menores de seis meses y en
adolescentes y en adultos. En los primeros, el motivo es que
por su edad todavía no han sido vacunados; en los segundos,
la razón es porque ha disminuido su inmunidad debido al
tiempo que ha transcurrido desde que recibieron la vacuna o
porque han padecido alguna enfermedad que les ha
debilitado.
Debido al brote que se ha producido en los lactantes menores
de seis meses, desde la AEP recomiendan vacunarse a
cualquier adolescente o adulto que esté o vaya a estar en
contacto con el bebé:
Padres.
Abuelos.
Contactos domiciliarios.
Personal sanitario.
Cuidadores de guarderías.
Desde la sociedad explican que la vacunación de todos los
futuros contactos domiciliarios de los bebés que vayan a ser
amamantados hasta los seis o doce meses de edad debe
realizarse, al menos, dos semanas antes del nacimiento del
bebé.
Para proteger a un bebé desde el momento de su
nacimiento, se recomienda la vacunación de todas las
mujeres gestantes a partir de la semana 27 de embarazo, con
el fin de transferirle anticuerpos a través de la placenta. Esta
vacuna no afecta a la lactancia materna ni tampoco a la
madre, ya que es una vacuna inactivada.
Tipos
En la actualidad no hay subtipos descritos para esta
patología.
Diagnóstico
El diagnóstico de la tos ferina se basa en analizar el cuadro
clínico de los síntomas. No obstante, si las manifestaciones
no son obvias puede ser complicado establecerlo. De hecho,
en bebés pueden confundirse los síntomas con los de la
neumonía.
El diagnóstico definitivo puede obtenerse al analizar las
secreciones nasales en el laboratorio.
Tratamientos
En los primeros días de la enfermedad los antibióticos
pueden reducir los síntomas. Sin embargo, si el diagnóstico
se realiza tarde, los antibióticos no serán tan efectivos.
En bebés menores de 18 meses la enfermedad puede llegar
a ser mortal, por lo que es muy importante que estén
constantemente bajo supervisión ya que en algunos casos
pueden requerir ser hospitalizados.
Si al paciente le cuesta beber líquidos, se
le puede administrar estos por vía intravenosa.
Los expectorantes, los antitusígenos y los jarabes para la tos
no suelen ser eficaces y los especialistas desaconsejan su
utilización.
Otros datos
Según los datos del Ministerio de Sanidad, en España se
registran algo más de 3.000 nuevos casos al año. La
incidencia más alta se da en menores de un año y, en
especial, en bebés de menos de dos meses, edad a la que se
administra la primera dosis de la vacuna.
Pronóstico
En adolescentes y adultos el pronóstico suele ser muy bueno.
Los bebés tienen mayor riesgo de complicaciones y de
fallecer a consecuencia de la tos ferina, como ha ocurrido
recientemente en Andalucía y en Cuenca, donde tres bebés
menores de dos meses perdieron la vida a causa de esta
enfermedad y un cuarto está ingresado en la Unidad de
Cuidados Intensivos del Hospital Virgen de la Salud de
Toledo.
Alergias.
Asma bronquial.
Enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Reflujo gastroesofágico.
¿Cuál es su pronóstico?
Las complicaciones más graves y frecuentes que pueden ser causa de
muerte en lactantes y niños pequeños son:
COMO SE DIAGNOTICA
El diagnóstico se realiza:
COMO E TRATA