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¡Mi Cuerpo es un Templo que Debo Cuidar, Proteger y Defender!

 Leer Salmos 139: 13-16


Fuiste formada con cuidado por el Dios de amor. Él conoce cada
célula de tu cuerpo, cada hueso, cada músculo. Sabía de qué color
serían tus ojos, qué tan alta o baja serías.
 Leer Salmos 139: 1-6
Dios no sólo conoce tu cuerpo, sino que conoce tu alma. Sabe lo
que tus sentidos (vista, oído, gusto, olfato y tacto) perciben. Sabe
qué piensas de lo que tus sentidos perciben. Sabe qué emociones
te provoca lo que tus sentidos captaron y sabe los sentimientos
que anidaron a raíz de ello. Aún así, Dios siempre querrá
escucharte declararlo, porque para Él, lo que tú piensas y sientes
es muy importante.}
Como tenemos cuerpo, alma y espíritu, debemos entender que mi
cuerpo (mi naturaleza humana o “carne”) y mi espíritu (que
proviene de Dios), siempre querrán influenciar en mi alma
(corazón) que es donde se almacenan mis emociones y
sentimientos, los que afectan mi voluntad de hacer o no cosas y
de actuar bien o mal.
Según sea mi relación con Dios, mi amistad con Cristo y mi sensibilidad
al Espíritu Santo, daré frutos espirituales o frutos de la carne (pecado).
(Gálatas 5:22/Gálatas 5:19-21)
Además, Dios sigue muy de cerca mi crecimiento tanto físico como
espiritual, los que debiesen estar siempre en equilibrio. También debo
hacer todo lo posible por comer bien, descansar en la justa medida y
recrearme junto con mis amigos y familia. Pero nada debe quitarle la
prioridad a Dios en mi vida.
(3era Juan 1:2/ Eclesiastés 3:1)
El estudio es importante. Cultivar mi intelecto. Alabar y honrar a Dios
implica que debo tratar, esforzarme por ser una buena estudiante. Si no
tengo hábitos de estudio y me saco malas calificaciones, eso no expresa
mi deseo y amor por Dios, porque Dios me da todo para poder ser reflejo
suyo en mi colegio o universidad, incluso en mi trabajo.
(Mateo 5:13-16)
CUERPO = CÁSCARA pero MENTE RENOVADA + CUERPO=TEMPLO
SANTO
Lo que hago con mi cuerpo, afectará mi relación con Dios. Mis actitudes
frente a mis papás, mis hermanos, mis amigos y compañeros de trabajo;
mis Pastores y líderes, mis sentimientos para con todos ellos, harán que
mi danza sea un perfume agradable a la naríz de Dios o no. Por esta
razón es que debo intentar por todos los medios de mantenerme en
PUREZA.
Cuando algo es PURO quiere decir que todas sus cualidades y
propiedades están intactas. Es cuando algo no está alterado. Por
ejemplo, el agua. Si al agua le echo tierra, ya no es pura porque
modifiqué su esencia original y no se puede beber.
La pureza en el caso de los niños, va de la mano con la inocencia. La
INOCENCIA es la capacidad de ver las situaciones sin maldad, ni malicia.
Dios nos enseña que debemos ser como niños. (Mateo 18:3)
Debo purificar mis pensamientos, mis emociones, mis sentimientos y
actitudes. Renunciar a lo que no me bendice ni construye un buen
carácter en mí. Por tanto, debo cuidar lo que veo, toco, pienso y digo.
(Romanos 12:2)
También es importante destacar la INTEGRIDAD. Este valor nos habla de
ser de una sola línea. No tener caretas ni capas. Ser transparentes.
En la medida que busco a Dios estos valores crecen en mí y se
fortalecen. Por lo tanto, será más difícil apartarme de los Principios de
Dios. Además, tendré un corazón listo para ministrar (servir) a través de
mi danza, porque será una ofrenda perfumada y el poder de Dios podrá
moverse a través de mí trayendo sanidad, liberación, victoria, gozo, etc.
Crecimiento, Pudor e Intimidad.
Conforme van pasando los años y voy entrando a los años de
escolaridad, mi desarrollo corporal requiere que yo tome conciencia de
que necesito mi espacio personal. Es la edad donde debo dormir sola,
para garantizar el descanso de mamá y papá y respetar el espacio de
ellos, ya que necesitan estar juntos. Todo el día están haciendo cosas o
cuidando de nosotros, pero necesitan también un tiempo para ellos
como matrimonio. Además, debo cultivar mi autonomía, por lo que
dormir sola, tener mi propia habitación y hacerme responsable de mis
juguetes, cama, ropa, etc; es súper importante.
Como danzarina, es importante comprender que el tener mi propio
espacio personal antes de dormir, me permite pasar tiempo con Dios a
solas, como en una pijamada. Podré escuchar alabanzas y practicar mis
pasos de danza sin afectar el descanso y el tiempo íntimo de mamá y
papá o de mis hermanos/as. También debo comprender que dormir con
un hermano, no es lo que Dios quiere, porque a Dios le agrada que,
como danzarina, cuide de mí y de mi familia.
Mi cuerpo es mío, algo sagrado y Dios me lo dio a mí para cuidarlo.
Asearlo, alimentarlo y protegerlo. Debo lavarlo a diario, humectarlo.
Cuidar de las cavidades en él (naríz, orejas, uñas, partes íntimas,
hendiduras de los dedos de mis pies, dientes, etc).
Como danzarina, debo además cuidar de beber abundante agua, portar
siempre un KIT de aseo con toalla, jabón. Tener ropa deportiva para mis
ensayos y cuidar de sacarme el sudor ya que se enfría y eso afecta mi
garganta y cuerpo.
Cada vez que ensayo (en casa y en la iglesia); y antes de danzar el
domingo, debo hacer ejercicios de calentamiento y estiramiento. Un
cuerpo listo es un instrumento sano y poderoso para que Dios lo use.
Preguntas:
1. ¿Qué otros hábitos puedo desarrollar para lograr ser agradable a
Dios en el Ministerio de Danza?

2. ¿Qué es lo que más te cuesta hacer en casa, con tus padres, en la


danza?

3. Escribe una carta a Dios contándole qué cosas buenas ves en ti.
Qué cosas buenas ven los demás y qué te gustaría mejorar.

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