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LA OBLIGACIÓN TRIBUTARIA.

La doctrina europea (alemana e italiana) ha entendido el fenómeno de la


tributación como una teoría. Desde Italia se extendió al resto de Europa y de ahí a
Argentina, Brasil y Uruguay, en Latinoamérica. La teoría trata de entender el
fenómeno de la tributación como una relación entre un sujeto activo (acreedor) y
uno pasivo (deudor), teniendo éste último una serie de obligaciones principales y
accesorias. Las obligaciones secundarias son hacer declaraciones, inscribirse en
ciertos registros (en Chile, el Rol Único Tributario), llevar libros de contabilidad,
emitir documentos, cumplir con ciertos deberes de información, etc. La obligación
principal, en cuyo análisis se centra la teoría, es pagar el tributo.
El objeto de la obligación de dar es una suma de dinero, la cual se determina
por la base imponible y la tasa. Se discute si esta obligación tiene o no causa. La
fuente de esta obligación es un hecho jurídico, llamado hecho gravado o imponible.
En el derecho comparado se entiende que las fuentes inmediatas de las obligaciones
son los actos jurídicos o los hechos jurídicos, dependiendo de la intención de
producir efectos jurídicos (en los primeros hay intención, mientras que en los
segundos no); la fuente mediata siempre será la ley.
CONCEPTO:
“La obligación tributaria es un vínculo jurídico en virtud del cual un sujeto
(deudor) debe dar a otro sujeto, que actúa ejercitando el poder tributario (acreedor),
sumas de dinero o cantidad de cosas determinadas por la ley”. (Carlos Giulioni
Fonrouge)
“Vínculo o nexo jurídico que surge entre el Estado u otro ente (sujeto activo o
acreedor) y los contribuyentes o responsables (sujeto pasivo o deudor) en cuanto a
estos últimos se le pueda directamente atribuir o hacerles responsables del hecho
previsto en la ley (hecho imponible) y, en consecuencia, exigir una prestación de tipo
patrimonial (tributo). (José María Martín)
CARACTERÍSTICAS.
• Es un vínculo jurídico.
• Se fuente mediata es la ley.
• Es de carácter patrimonial.
• Es principal.
• Es una obligación de dar.
• Obligación de Derecho Público.
ELEMENTOS DE LA OBLIGACION TRIBUTARIA.
EXTERNOS E INTERNOS
ELEMENTOS EXTERNOS.
 LA LEY.
 EL HECHO GRAVADO.
EL HECHO GRAVADO.
Definición:
“Es un supuesto fáctico al cual el legislador vincula el nacimiento de la
obligación tributaria”.
“Es el presupuesto de hecho establecido en la ley para tipificar el tributo y
cuya realización origina el nacimiento de la obligación tributaria.”
Características:
a.-) Debe estar previsto en la ley: Por el principio de reserva legal,
cualquiera que éste sea (amplio o restringido). Esta característica no impide hacer
una interpretación extensiva del hecho, porque se refiere a la previsión en el sentido
de la ley; apunta más bien a que no pueden existir hechos gravados creados por
analogía.
b.-) Debe tener una connotación de carácter económico: Deben ser
hechos económicos, porque estos son reveladores de la capacidad contributiva; lo
ideal sería determinar ésta respecto de cada persona, pero como esto no es posible
se establecen hechos que denotan en general dicha capacidad. Por esta
característica surgen problemas respecto de algunos hechos gravados:
i.-) ¿Qué pasa si el hecho es un acto nulo?. En este caso los efectos se
mantienen mientras no se declare la nulidad, aunque el acto sea anulable; si se
anula, debieran restituirse también los efectos tributarios, de acuerdo a las normas
de la nulidad. Sin embargo, el Código Tributario restringe la acción para solicitar la
devolución a tres años contados desde que se produce el hecho, con lo que
perfectamente puede suceder que el acto se declare nulo después de este plazo y la
persona pierda su derecho a devolución.
ii.-) Otro problema surge respecto de los actos ilícitos: se señala por algunos
autores que si el Estado gravara estos hechos podría considerarse que está
legitimando la actividad, por lo que no podría imponerse.
El argumento contrario se dio primero en Francia (década del 30), donde se
dijo que el legislador tributario tenía una ética distinta, pudiendo perseguir toda
fuente de riqueza (capacidad contributiva). Pero el real argumento para señalar que
el Estado sí puede imponer, dice relación con la igualdad de sacrificios, puesto que
en caso de no gravar estos hechos se establecería una especie de exención para
quién practica la ilicitud. La Corte Suprema (a propósito del caso Dávila) estableció
que toda renta debía tributar, cualquiera fuera su fuente.
En los EEUU se tributa tanto por los hechos ilícitos que por los lícitos. En el
derecho europeo no es tan claro, pero en Alemania se admiten ciertos actos ilícitos
como hechos gravados.
c.-) Genera el nacimiento de una obligación tributaria: Ha surgido,
respecto de este tema, la duda de si este nacimiento se produce con el
establecimiento del hecho o con la liquidación (sea del contribuyente o de la
autoridad). La doctrina española aún discute este aspecto, pero es claro en la
actualidad que la obligación nace con el hecho, pudiendo nacer indeterminada; en
el segundo momento solamente se está determinando.
Clasificación: Existen tres clasificaciones del hecho gravado, a saber:
a.-) Hecho gravado simple y hecho gravado complejo: El simple es uno
solo; el complejo lo configura una multiplicidad de hechos unidos. Ejemplo de un
hecho simple es una venta (IVA) y de uno complejo es la renta obtenida por una
sociedad. Esta clasificación atiende a la estructura del hecho gravado.
b.-) Hechos instantáneos y hechos conjuntivo o complexivo: Esta
clasificación atiende a la duración del hecho en el tiempo. El instantáneo se
desarrolla en un solo momento (por ejemplo, una venta). Por su parte, el conjuntivo
se desarrolla en un período de tiempo (por ejemplo: la renta). La importancia de
clasificar de esta forma el hecho gravado dice relación con el tema de la
irretroactividad.
c.-) Hechos generales y hechos gravados especiales: Al igual que la
primera, esta clasificación también atiende a la estructura del hecho. El hecho
general se define en términos amplios, mientras que el especial se define en
particular y conduce a otro general. Así, el hecho general en el IVA son las ventas y
servicios, mientras que hecho especial en el mismo impuesto es, por nombrar
alguno, el retiro de bienes corporales muebles, que la ley lo asimila a una venta.
Elementos del Hecho Gravado: En el hecho gravado encontramos un
elemento subjetivo y otro objetivo.
En cuanto al elemento subjetivo, se puede señalar que está relacionado con
la persona física o persona jurídica de derecho público o de derecho privado (sujeto
pasivo) que realiza el acto, operación o negocio jurídico que la ley configura como
elemento objetivo del tributo.
A su turno, el elemento objetivo se refiere al hecho, acto o negocio jurídico
indicativo de capacidad económica que el mismo legislador somete a imposición. Si
ese hecho no tiene capacidad económica no se va a obtener ingreso. Por ejemplo:
IVA el elemento objetivo es la venta, el hecho imponible.
Para el caso del elemento objetivo, existen a su vez cuatro aspectos a saber:
- El aspecto material, que se refiere a la situación base demostrativa de
capacidad económica, el que a su vez puede ser clasificado como situación
base simple o situación base compleja. La simple es la compraventa; en tanto
la compleja requieren más de un acto, a una multiplicidad de hechos, por
ejemplo los relativos a los impuestos a la renta.
- El aspecto espacial, donde el hecho generador (elemento objetivo) se ve
vinculado al elemento territorial.
- El aspecto cuantitativo, que se refiere a la cantidad, a la cuantificación del
tributo. Por ejemplo: En el IVA la venta, prestación de servicios, el monto es
el aspecto cuantitativo.
- El aspecto temporal, que se refiere a la dimensión de tiempo. Podemos hablar
de hechos generadores instantáneos que son aquellos que se producen en un
solo momento, por ejemplo: La venta, y de hechos generadores sucesivos
como por ejemplo la renta, otro ej. Es el impuesto de segunda categoría, que
proviene del contrato de trabajo, que constituye para el empleador la
obligación de tracto sucesivo de pagar.
ELEMENTOS INTERNOS
• SUJETOS (ACTIVO Y PASIVO)
• OBJETO.
• LA CAUSA.
LOS SUJETOS DE LA OBLIGACIÓN TRIBUTARIA.
El sujeto activo es quien detenta la calidad de acreedor; sujeto pasivo es el
deudor. El primero no debe ser confundido con el recaudador.
El sujeto activo es el Fisco, no la tesorería ni otro organismo. En nuestro
sistema también son sujetos activos las municipalidades respecto de las rentas
municipales, de acuerdo a la respectiva ley.
El sujeto pasivo normalmente es el “contribuyente”, o sea, el sujeto que
realiza el hecho gravado. Pero hay casos en que un tercero adquiere la calidad de
“substituto”1 y resulta obligado en lugar del contribuyente (ejemplo: empresa que
remesa al exterior. El contribuyente es el accionista). También el tercero puede ser
“responsable” y resultar obligado junto al contribuyente de la obligación tributaria.
En atención a la obligación conjunta por la cual responden, los responsables se
distinguen en: “responsables subsidiarios”, que responden de una obligación
simplemente conjunta, son fiadores y gozan de beneficio de excusión; y
“responsable solidario”, que responde de una obligación solidaria.
Como es posible apreciar, según el papel que deba cumplir frente al sujeto
activo se distinguen los siguientes sujetos pasivos:
Deudor Directo: Es el “contribuyente propiamente tal”; aquel que normalmente
soporta el impuesto, debe hacer las declaraciones correspondientes y enterar las
sumas en las arcas fiscales.
Deudor Sustituto: Es la persona que por mandato de la ley debe enterar en arcas
fiscales las sumas correspondientes a impuestos soportados por terceras personas.
Tercero Responsable: Es aquella persona que sin ser deudor directo, ni sustituto
se encuentra en la obligación de responder por otros.

_ Según el diccionario, “quien hace las veces de otro”.


Veamos algunos ejemplos:
• 1.-) En el artículo 78 del Código Tributario se expresa clara y expresamente
que el notario es responsable solidario del pago del impuesto de timbres y
estampillas.
• 2.-) El artículo 71 del mismo cuerpo legal señala la responsabilidad
subsidiaria del adquirente de un negocio, industria o de la totalidad de los
bienes de una persona, para el pago de las obligaciones tributarias
correspondiente a lo adquirido. Es un caso de fianza legal. Sin embargo,
existen otros casos no tan claros en la legislación:
• 3.-) Artículo 76 de la Ley de la Renta: Se trata de impuestos sujetos a
retención, en los cuales, si la persona encargada de retenerlos no lo hace se
transforma en responsable solidario. Tomemos como ejemplo, el Impuesto de
Segunda Categoría, que debe ser retenido por el empleador: el trabajador
paga este impuesto por sus remuneraciones, el cual se determina cada mes;
el empleador retiene y lo entera en arcas fiscales dentro de los 12 días del
mes siguiente. Si el empleador efectúa la retención es un responsable
sustituto; en caso contrario será un responsable solidario junto al trabajador
contribuyente. La norma es razonable, porque en el primer caso el trabajador
ya ha sufrido el gravamen (le han retenido), mientras que en el segundo no.
• 4.-) Artículo 6º de la Ley de la Renta: Se trata de las sociedades y
comunidades de hecho. En ellas los comuneros o socios son solidariamente
responsables de la declaración y pago de impuestos que gravan las rentas
obtenidas por la comunidad o sociedad. Estas, en principio, no pueden ser
contribuyentes. La norma no es un caso de responsables solidarios, sino de
contribuyentes solidarios: cada contribuyente debiera responder de su cuota,
pero la ley los obliga a responder por la de los demás; esto es lo particular de
la norma. Por su parte, el Servicio de Impuestos Internos ha dicho que en
ciertos casos la comunidad o sociedad de hecho puede ser contribuyente, de
lo que resulta que los socios son responsables solidarios entre ellos y con la
comunidad o sociedad.
• 5.-) Artículo 7º de la Ley de la Renta: Al igual que en el artículo anterior, no
queda claro quién es el contribuyente (lo único claro es que hay rentas que
deben ser afectas). Este artículo, en su numeral 1º, habla del “que está por
nacer”. Este caso podría corresponder a patrimonios de afectación, puesto
que en Derecho Tributario se permite que sujetos sin personalidad sean
obligados al pago, como por ejemplo la comunidad.
EL OBJETO DE LA OBLIGACIÓN TRIBUTARIA.
Como ya expresáramos, el objeto de la obligación tributaria es una suma de
dinero, la cual se determina multiplicando la base imponible por una tasa, lo que
da como resultado el impuesto bruto, al cual deben restársele los créditos; de esta
operación resulta el impuesto líquido o impuesto a pagar. La fórmula es la
siguiente:
(base imponible x tasa = impuesto bruto) – créditos = impuesto líquido.
A su turno, la base imponible es la cuantificación o valorización del hecho
gravado. Se puede determinar de dos formas:
1.-) Base imponible real y efectiva: Se determina a través de libros de
contabilidad. Sin embargo, hay casos en que el legislador renuncia a estos por
razones de dificultad de fiscalización, costos o imposibilidad de determinación.
2.-) Base imponible presunta: Es aquella que resulta de algún índice o
parámetro. Por ejemplo, antes de la Revolución Francesa había un impuesto
territorial que se calculaba sobre la base del número de puertas y ventanas al
exterior, porque estas eran reveladoras de capacidad contributiva. En nuestra Ley
de la Renta hay ciertas presunciones de rentas en algunas actividades: agricultura,
minería y transporte.
a.-) El artículo 20 Nº 1 letra b.-) (Impuesto de Primera Categoría) se refiere a
los bienes raíces agrícolas, a los cuales se les aplica una presunción equivalente a
un porcentaje del avalúo fiscal del predio.
b.-) El artículo 34 bis se refiere al transporte de pasajeros o de carga.
c.-) Por ejemplo, si el contribuyente no declara, no lleva contabilidad, etc.,
haciendo imposible determinar su renta en forma clara y fehaciente; en estos casos
el artículo 35 de la Ley de la Renta faculta al Director Regional del Servicio de
Impuestos Internos para presumir una renta mínima imponible del 10% del capital
invertido o el equivalente a un porcentaje de las ventas, determinable de la forma
señalada en la misma norma (el Director Regional es libre para elegir si utiliza uno
u otro sistema). Lo determinable en definitiva es la base imponible.
También en el inciso segundo del artículo 38 de la misma ley hay un caso de
renta presunta utilizada como sanción para el caso de no poder determinarla en la
forma señalada por la ley en el inciso 1º del mismo artículo. Además de poder
utilizarse el artículo 35 recién analizado, tratándose de agencias de empresas
extranjeras se puede determinar la renta de acuerdo a otros parámetros: se toma
como base la matriz y se compara su renta líquida con el ingreso bruto, o bien se
compara su renta líquida total con el activo total, estableciéndose una proporción; se
requiere conocer el activo total o el ingreso de la agencia y así se calculará la renta
líquida de esta en base a la misma proporción establecida para la matriz.
LA TASA.
Es una cuota o porcentaje que se aplica sobre la base para efectos de
calcular el impuesto bruto.
LA CAUSA DE LA OBLIGACIÓN TRIBUTARIA.
Como ya se enunciara, es muy discutido en doctrina el tema de si tiene o no
causa la obligación tributaria. En el Derecho Civil, la causa dice relación con la
validez y existencia de un acto: la causa lícita (requisito de validez) se relaciona con
los motivos particulares del acto o personales de las partes; la causa como requisito
de existencia es objetiva. De esto se distingue entre causa ocasional, la primera, y
causa final, la segunda. En materia tributaria el tema se relaciona a la causa final,
la cual controla la seriedad del consentimiento y que en materia civil establece un
puente entre la ley y la voluntad, por ejemplo, buscando el elemento común a todo
contrato de compraventa.
Los causalistas tributarios señalan que la causa vincula la ley y el hecho
gravado: la causa es la capacidad contributiva. DINO JARACH introduce este
elemento a la obligación tributaria, diciendo que la causa del impuesto es esta
capacidad, así como la causa de una tasa es el servicio y la de una contribución es el
beneficio. Anteriormente, GRIZZIOTI señaló que la causa era el beneficio estatal
otorgado por el pago del tributo, pero JARACH criticó su postura porque en ella la
causa sale del ámbito estricto de la obligación tributaria e incluso de lo jurídico.
Posteriormente GRIZZIOTI dijo que el beneficio estatal es la causa remota de la
obligación, siendo la causa inmediata la capacidad contributiva. En cuanto a
aplicación práctica, nunca se podrá señalar que una obligación tributaria es inválida o
inexistente, pero la causa sirve para determinar de qué tributo se trata en cada caso
concreto.
DETERMINACIÓN DE LA OBLIGACIÓN TRIBUTARIA.
Es el conjunto de actos emanados de la administración, de los particulares o
de ambos coordinadamente, destinados a establecer en cada caso en particular, la
configuración del hecho gravado, la base imponible y el alcance cuantitativo de la
obligación.
TIPOS DE DETERMINACIÓN.
a) Autodeterminación: Aquella que es realizada por el sujeto pasivo de la
obligación tributaria, sin intervención de la Administración. Constituye la regla
general en nuestro sistema tributario. Una vez determinada la obligación por el
propio contribuyente, corresponde que éste presente su declaración.
De la declaración se ocupan los artículos 29 y siguientes del Código Tributario.
Allí se señala que se trata de una declaración jurada, que debe ser hecha por escrito.
En nuestro derecho se utilizan los formularios para realizarla; éstos son formatos de
declaración, dentro de los cuales se consignan una serie de antecedentes relativos al
contribuyente, al hecho gravado, a la base imponible, para así determinar en
definitiva, en base a la tasa, el impuesto a pagar.
En nuestro sistema los formularios son por regla general de “declaración y
pago simultáneo”, de modo tal que no se puede determinar la obligación tributaria
sin pagar. Declarar es una obligación accesoria al pago, por lo que no existe
incumplimiento de una sola de ellas; al vincularlas se obliga al contribuyente a
responder, en caso de incumplimiento, por dos obligaciones. En cuanto a los
efectos de la declaración, el Servicio de Impuestos Internos puede “citar” no
solamente al contribuyente, sino a todos los que confeccionaron la declaración,
para determinar responsabilidades (artículo 34 del Código Tributario).
Respecto a este tipo de determinación, se sostiene que esta
autodeterminación que efectúa el contribuyente en la declaración de impuesto es
transitoria, porque el Servicio de Impuestos Internos puede revisar la declaración y
determinar diferencias.
Ejemplos de autodeterminación son los impuestos sujetos a declaración,
como el Impuesto de Primera Categoría, Global Complementario, I.V.A., etc.
b) Mixta: Aquella que es realizada por el sujeto pasivo conjuntamente con la
administración.
c) La Administración: Aquella determinación del impuesto adeudado efectuada
por la administración.
d) Tribunal Tributario y Aduanero: Ya existe una determinación que es
impugnada, mediante un reclamo ante el Juez Tributario que deberá pronunciarse
al respecto mediante un fallo.
FUENTE DE LAS OBLIGACIONES TRIBUTARIAS.
LA LEY
 Pagar.
 Declarar.
 Iniciar actividades.
 Avisar modificaciones.
 Termino de giro.
 Contabilidad.
 Emitir documentos.
 Evacuar informes.
MODOS DE EXTINGUIR LAS OBLIGACIONES TRIBUTARIAS.
Concepto: “Son aquellos actos o hechos jurídicos cuya ocurrencia libera al
deudor de la prestación a que se encuentra obligado.”
En relación a la obligación tributaria, los modos de extinguirla son los
siguientes:
• PAGO.
• CONDONACIÓN.
• COMPENSACION.
• PRESCRIPCION.
LA SOLUCIÓN O PAGO EFECTIVO.
Concepto:
El artículo 1560 del Código Civil define el pago efectivo como “la prestación
de lo que se debe". Pagar en consecuencia, es cumplir la obligación de la misma
forma en que se convino o que se estipuló.
De este modo, según el tipo de obligación, varía la forma del pago, así en las
obligaciones de dar, se paga mediante la entrega de la cosa debida; en las
obligaciones de hacer, cuando se ejecute la conducta o hecho debido y si es
obligación de no hacer, cuando el deudor se abstenga de realizar la conducta
prohibida.
En materia tributaria, la obligación debe ser solucionada sólo mediante
entrega de dinero, ya que se trata de una obligación de dar dinero.
Quien debe pagar.
a) El deudor, ya se trate de un contribuyente directo o bien el sustituto o
responsable.
b) También puede hacerlo un tercero extraño a la obligación tributaria, la
que se entenderá que lo hace a nombre del deudor.
A quien debe pagarse:
Sólo al sujeto activo de la obligación Tributaria, que es el Fisco. (Si es un
tributo municipal a la Municipalidad respectiva)
Quien puede percibir el pago.
a) Tesorería General de la República, ya que es el órgano recaudador de los
dineros fiscales, así lo dispone los arts. 38 y 39 del Código Tributario.
b) El pago también puede hacerse en el Banco del Estado de Chile, Bancos
Comerciales y otras instituciones financieras, quienes actúan como delegados del
Servicio de Tesorerías en toda clase de tributos y obligaciones fiscales. Artículo 47
Código Tributario, y Decreto de Hacienda Nº 668 de 1981.
En los bancos e instituciones financieras puede pagarse cualquier tipo de
gravamen fiscal, incluyendo intereses y sanciones. Para estos efectos, recibirán los
pagos conjuntamente con formularios respectivos en caso de declaración y pago, o
pago de impuestos enrolados mediante el sistema de avisos-recibos de Tesorería.
Asimismo recibirán los pagos por concepto de giros emitidos por S.I.I. o por
Tesorerías.
c) También en las Municipalidades en el caso de los artículo 24 y 28 de la Ley
de la Renta, en virtud del cual el Impuesto a la Renta que afecta a los pequeños
comerciantes de ferias libres y estacionados, que desarrollan sus actividades en la
vía pública, debe pagarse en la respectiva Municipalidad junto con la licencia o
permiso respectivo.
Formas de Pago.
a) Dinero efectivo, debe ser en moneda nacional, por excepción podrá hacerse
en moneda extranjera de conformidad a lo dispuesto en el artículo 18 del
Código Tributario.
b) Cheque cruzado, nominativo o a la orden de Tesorería.
c) Vale Vista bancario nominativo a la orden de la Tesorería respectiva.
d) Letra bancaria a la orden de Tesorería.
e) Por la aposición de estampillas u otras especies valoradas.
En caso de pago en la forma señalada en las letras b), c) y d), debe cumplirse
con lo dispuesto en el artículo 40, es decir señalar el impuesto que se paga, período
tributario al que corresponde el pago, Nº de rol en su caso y el nombre del
contribuyente. Si no se da cumplimiento a estos requisitos, el Fisco no será
responsable de los daños ocasionados por su mal uso o extravío irroguen al
contribuyente. Además, estos pueden ser ingresados directamente en Tesorerías o
bien remitidos por carta certificada, debiendo remitirse a lo menos con tres días de
anticipación a la fecha de pago.
De conformidad a lo establecido en el artículo 48 inciso 1º del Código
Tributario, el pago efectuado mediante las formas previstas en el artículo 47 del
mismo texto legal, extingue la obligación tributaria sólo hasta el monto efectivo
ingresado en arcas fiscales, pero el recibo no acredita por si solo que el
contribuyente se encuentre al día en el cumplimiento de la obligación tributaria
respectiva.
Comprobante de pago.
Se acredita el pago mediante el respectivo recibo, generalmente la propia
declaración o aviso recibo en la que conste el timbre de la institución que recibe el
pago, salvo que se solucione mediante timbre y estampillas.
El recibo acredita el pago, pero no que el contribuyente esté al día en el
cumplimiento de la obligación tributaria.
El pago extingue la obligación hasta el monto de la cantidad enterada.
El artículo 49 inciso 2º del Código Tributario, menciona que no opera en
materia tributaria la regla de que los tres últimos recibos de pago de un
determinado impuesto, permita presumir el pago de períodos o cuotas anteriores.
Cuando debe pagarse.
Debe pagarse a la fecha de su vencimiento, esto es en la fecha establecida
para cada impuesto en sus leyes respectivas, pudiendo el Presidente de la
República fijar y modificar las fechas y declaraciones de los diversos impuestos.
Artículo 36 Código Tributario.
Ejemplos:
a) Declaración y pago dentro del mes de abril de cada año:
- Impuesto 1ª categoría Ley de Impuesto a la
Renta.
- Impuesto 2ª categoría, artículo 42 Nº 2 Ley de
Impuesto a la Renta.
- Reliquidación impuesto único de las rentas del
trabajo cuando se obtengan de más de un
empleador (2º categoría), artículo 47 Ley de
Impuesto a la Renta.
- Impuesto Global Complementario (Ley de
Impuesto a la Renta).
- Impuesto Adicional (Ley Impuesto a la Renta).
b) Declaraciones mensuales, entre los días 1º y 12 de cada mes.
- Impuesto sobre el Valor Agregado (IVA), D.L.825
- Impuesto de 2ª Categoría, artículo 42 Nº 1, Ley
de Impuesto a la Renta, Impuesto único al
trabajo. Por cuanto los empleadores deben
retenerlo y declararlo mensualmente.
c) Impuesto Territorial, se paga durante los meses de Abril, Junio,
Septiembre y Noviembre de cada año.
Plazo vence en día sábado o feriado.
Si el plazo vence en día feriado o sábado, se posterga hasta el primer día
hábil siguiente, esta prórroga no se considera para efectos de calcular los reajustes
que procedan. Artículo 36 inciso 3° del Código Tributario.
Conceptos que comprende el pago.
• El impuesto adeudado
• Sus reajustes
• Intereses, y
• Accesorios, o sea multas.
a) Reajustes.
El artículo 53 inciso 1º del Código Tributario señala que todo impuesto que
no se pague dentro del plazo legal se reajustara en la variación del IPC, en el
período comprendido entre el último día del segundo mes que precede al de su
vencimiento y el último día del segundo mes que antecede al de su pago.
No obstante los impuestos que se paguen fuera de plazo, pero dentro del
mismo mes calendario no serán objeto de reajuste. La prórroga de plazo de
declaración y pago que venza en día sábado o en día feriado no se considera para
estos efectos artículo 36 del Código del Tributario.
b) Intereses moratorios.
El artículo 53 inc. 3º del Código Tributario, sanciona con interés penal del
1,5%, por cada mes o fracción de mes, en caso de mora en el pago de los impuestos.
(Hay que tener presente que la tasa del interés moratorio será la que se encuentra
vigente al momento del pago efectivo de conformidad a lo dispuesto en los artículos
3 y 55 del Código Tributario).
Para el cálculo de este interés penal, los impuestos deberán reajustarse en
forma previa.
En el caso de que la causa del atraso o mora sea imputable al S.I.I. o a
Tesorerías, no procede la aplicación de reajustes ni intereses, siempre y cuando la
causa imputable al S.I.I. o a tesorerías haya sido declarada por el Director Regional
o Tesorero respectivo (artículo 53 inciso 5º del Código Tributario).
Si el contribuyente paga impuestos que se encuentran incluidos en una
liquidación efectuada por el servicio, dentro del plazo de 90 días contados desde la
fecha de ésta, pagará intereses moratorios sólo hasta dicha fecha. Artículo 54 del
Código Tributario.
c) Accesorios: Multas.
En caso de retardo en la presentación de declaraciones de impuestos, se
aplica una multa equivalente a un 10% de los impuestos que resulten de la
liquidación adeudados por los primeros 5 meses, porcentaje que se aumenta en un
2% por cada mes o fracción de mes, con un máximo de un 30 % de los impuestos
evadidos, igual sanción respecto de los impuestos sujetos a retención o recargo de
conformidad a lo dispuesto en los artículos 97 Nº2 y 97 Nº11 del Código Tributario.
LA COMPENSACIÓN.
Concepto.
De conformidad con el artículo 1655 del Código Civil, "Cuando dos personas
son deudoras una de la otra, se opera entre ellas una compensación que extingue
ambas del modo y en los casos que van a explicarse.”
De modo tal que la compensación es un modo de extinguir las obligaciones
que opera cuando dos personas son recíprocamente acreedoras y deudoras,
extinguiéndose las obligaciones de ambas hasta la concurrencia de la menor.
Este es un modo de extinguir que tiene aplicación en materia tributaria,
pudiendo mencionarse por ejemplo:
1. Artículo 27 bis del DL. 825 sobre Impuesto a las Ventas y Servicios, que
permite imputar remanentes de Crédito Fiscal acumulado por seis períodos
consecutivos al pago de cualquier clase de impuestos.
2. Conforme el artículo 177 inciso 4º y 5º del Código Tributario el contribuyente
ejecutado por obligaciones tributarias que fuere a su vez acreedor del Fisco,
podrá solicitar administrativamente la compensación de las deudas respectivas
extinguiéndose las obligaciones hasta la concurrencia de la de menor valor.
3. Puede estimarse que el sistema del IVA con su estructura de Crédito-Débito,
constituye una forma de compensación.
La compensación se produce mediante la operación consistente en restar el
débito fiscal al crédito fiscal resultando en definitiva el impuesto a pagar.
REMISIÓN O CONDONACIÓN
Concepto. Consiste en el perdón de la deuda por parte del acreedor, o la
renuncia gratuita que éste hace de sus derechos a favor del deudor.
Según el artículo 1652 del Código Civil la remisión o condonación de una
deuda no tiene valor sino en cuanto el acreedor es hábil para disponer de la cosa
que es objeto de ella.
La condonación de impuestos sólo procede por ley de acuerdo al principio de
la legalidad.
Las sanciones administrativas e intereses penales por mora en el pago de los
impuestos pueden ser condonados por los Directores Regionales.
LA PRESCRIPCIÓN.
I.- CONCEPTO:
La prescripción es un modo de adquirir las cosas ajenas o de extinguir las
acciones y derechos ajenos, por haberse poseído las cosas o no haberse ejercido
dichas acciones y derechos durante cierto lapso de tiempo y concurriendo los
demás requisitos legales. (artículo 2492 del Código Civil)
Una acción o derecho se dice prescribir cuando se extingue por la
prescripción.
Objetivo de la Prescripción.
Seguridad Jurídica y certeza de los derechos.
II.- CLASIFICACIÓN.
1.- Prescripción Adquisitiva
2.- Prescripción Extintiva o Liberatoria (ésta opera en materia tributaria)
Concepto Prescripción Extintiva:
Modo de extinguir las acciones y derechos ajenos por no haberse ejercido en
un determinado plazo y concurriendo los demás requisitos legales.
La prescripción extingue la acción del fisco pero no la obligación, esto es, si
se paga aun estando prescrita la acción se paga bien y no puede pedirse la
restitución de lo pagado. En consecuencia, la prescripción convierte a la obligación
civil en obligación natural la acción de cobro se extingue pero no la obligación.
III.- REGULACIÓN EN MATERIA TRIBUTARIA DE LA INSTITUCIÓN DE LA
PRESCRIPCIÓN.
i.- Artículo 200 del Código Tributario, que prescribe:
“El Servicio podrá liquidar un impuesto, revisar cualquiera deficiencia en su
liquidación y girar los impuestos a que diere lugar, dentro del término de tres años
contado desde la expiración del plazo legal en que debió efectuarse el pago.
El plazo señalado en el inciso anterior será de seis años para la revisión de
impuestos sujetos a declaración, cuando ésta no se hubiere presentado o la presentada
fuere maliciosamente falsa. Para estos efectos constituyen impuestos sujetos a
declaración aquellos que deban ser pagados previa declaración del contribuyente o del
responsable del impuesto.
En los plazos señalados en los incisos anteriores y computados en la misma forma
prescribirá la acción del Servicio para perseguir las sanciones pecuniarias que accedan
a los impuestos adeudados.
Los plazos anteriores se entenderán aumentados por el término de tres meses
desde que se cite al contribuyente, de conformidad al artículo 63 o a otras disposiciones
que establezcan el trámite de la citación para determinar o reliquidar un impuesto
respecto de los impuestos derivados de las operaciones que se indiquen
determinadamente en la citación. Si se prorroga el plazo conferido al contribuyente en la
citación respectiva se entenderán igualmente aumentados, en los mismos términos, los
plazos señalados en este artículo.
Las acciones para perseguir las sanciones de carácter pecuniario y otras que no
accedan al pago de un impuesto prescribirán en tres años contados desde la fecha en
que se cometió la infracción.”
ii.- Artículo 201 del Código Tributario que dispone:
En los mismos plazos señalados en el artículo 200, y computados en la misma
forma, prescribirá la acción del Fisco para perseguir el pago de los impuestos, intereses,
sanciones y demás recargos.
Estos plazos de prescripción se interrumpirán:
1°.- Desde que intervenga reconocimiento u obligación escrita.
2°.- Desde que intervenga notificación administrativa de un giro o liquidación.
3°.- Desde que intervenga requerimiento judicial.
En el caso del Nº 1, a la prescripción del presente artículo sucederá la de largo
tiempo del artículo 2515 del Código Civil. En el caso del Nº 2, empezará a correr un
nuevo término que será de tres años, el cual sólo se interrumpirá por el reconocimiento u
obligación escrita o por requerimiento judicial.
Decretada la suspensión del cobro judicial a que se refiere el artículo 147, no
procederá el abandono de la instancia en el juicio ejecutivo correspondiente mientras
subsista aquélla.
Los plazos establecidos en el presente artículo y en el que antecede se
suspenderán durante el período en que el Servicio esté impedido, de acuerdo a lo
dispuesto en el inciso 2º del artículo 24, de girar la totalidad o parte de los impuestos
comprendidos en una liquidación cuyas partidas o elementos hayan sido objeto de una
reclamación tributaria.”
En cuanto a la prescripción en materia tributaria, se distingue por una parte
la acción fiscalizadora del SII que permite la fiscalización del cumplimiento de la ley
tributaria y, por otra parte, la acción de cobro de los impuestos adeudados cuyo
titular es la Tesorería General de la República que es la que cobra forzadamente los
impuestos adeudados. Dichas prescripciones están reguladas en los artículos 200 y
201 del Código Tributario
Pero existen otras prescripciones en materia tributaria. A saber:
- Plazo de prescripción para el ejercicio de las acciones penales y las penas
emanadas de un delito o ilícito tributario.
- Plazo de prescripción para el ejercicio de la acción que persigue la
aplicación de la sola sanción pecuniaria.
IV.- PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN DEL SERVICIO PARA REVISAR, LIQUIDAR
Y GIRAR IMPUESTOS.
Se regula en el artículo 200° del Código Tributario.
Si bien el artículo 2521° del Código Civil dispone que “Prescriben en tres
años las acciones a favor o en contra del Fisco y de las Municipalidades
provenientes de toda clase de impuestos”, precepto que constituye la regla
general en materia de plazos de prescripción, en materia tributaria priman por
sobre ella los artículos 200° y 201° antes citados.
Plazo que tiene el S.I.I. para fiscalizar, liquidar y girar impuestos:
El artículo 59° del Código Tributario dispone que “Dentro de los plazos de
prescripción, el Servicio podrá examinar y revisar las declaraciones
presentadas por los contribuyentes”.
En el artículo 200 del Código Tributario se indican dos términos de
prescripción de las acciones del Servicio de Impuestos Internos para revisar,
liquidar o girar impuestos:
a) Termino ordinario:
En este caso, la revisión, liquidación o giro de los tributos fiscalizados por el
Servicio, debe practicarse dentro del plazo de 3 años, contados desde la expiración
del plazo legal en que debió efectuarse el pago.
b) Término extraordinario: Según señala el inciso 2° del artículo 200° ya
referido, existe, además del que hemos denominado término ordinario de
prescripción, un plazo extraordinario de seis años durante el cual el Servicio podrá
revisar, liquidar y girar impuestos sujetos a declaración si ésta no se hubiere
presentado o si la presentada fuere maliciosamente falsa.
Lo importante de destacar es que la diferencia entre el término ordinario y
extraordinario está determinada por la mala fe del prescribiente o contribuyente.
“Para estos efectos constituyen impuestos sujetos a declaración aquellos que
deban ser pagados previa declaración del contribuyente o del responsable del
impuesto”. Tal es el caso, por ejemplo, del Impuesto a la Renta, que opera por
autodeclaración del propio contribuyente, conforme al formulario 22; lo mismo se
puede sostener respecto del IVA, también sujeto a autodeclaración mensual,
conforme al formulario 29 sobre declaración y pago simultáneo mensual de
impuestos; también lo es el impuesto de la Ley de Timbres y Estampillas
establecido en el DL 3475, haciéndose presente que, en este último caso, por regla
general, el obligado a declarar no es el contribuyente sino el responsable del
impuesto.
La declaración presentada es maliciosamente falsa.
A diferencia del caso anterior, el Código no ha definido legalmente qué
debemos entender por una declaración de impuestos “maliciosamente falsa”, pero la
jurisprudencia de los Tribunales superiores de Justicia ha emitido ciertas
precisiones a su respecto.
Podemos señalar que es maliciosamente falsa cuando hay “intención de
defraudar al Fisco”. Si hay declaraciones con ciertos errores o faltas, e incluso
relativamente incompletas, sin que haya intención, se aplica el plazo de 3 años.
Sobre este particular, el S.I.I mediante Circular Nº73 del año 2001, expuso lo
siguiente:
“Lo malicioso de la falsedad de la declaración debe ser acreditado por el
Servicio, toda vez que atendidos los conceptos empleados por el legislador, en
principio, debe presumirse que los antecedentes contenidos en una declaración que
no se ajusten a la verdad se han debido a un error involuntario del contribuyente, a
su descuido o aún, a su negligencia, más no a su mala fe.
Respecto al concepto de malicia aplicable en la especie, debe tenerse presente
que no es necesario que ella haya sido declarada o establecida en un proceso por
delito tributario. (Corte Suprema, 17.12.1996, fallo de Recurso de Casación en el
Fondo, extractado en Boletín del Servicio No 521 - Abril 1997 - pág. 139).
En relación con esta materia, se han generado dudas en las instancias
operativas respecto de aquellos casos en que habiéndose establecido que las
declaraciones de impuesto a la renta de primera categoría presentadas por una
sociedad son maliciosamente falsas, debe adoptarse un criterio respecto de las
declaraciones de los socios relativas al impuesto global complementario. Al respecto,
esta Dirección estima que el hecho de determinarse que la declaración
presentada por la sociedad es "maliciosamente falsa" por si solo, no permite
calificar de igual manera a las declaraciones presentadas por los socios. En
efecto, para los fines de la ampliación de los plazos de prescripción establecidos en el
artículo 200° del Código respecto de éstos, deberá probarse más allá de toda duda
razonable, el conocimiento que éstos tenían de que lo declarado personalmente por
ellos era falso. A tal fin, podría hacerse valer como antecedente para demostrar dicho
conocimiento la circunstancia que los socios hayan actuado personalmente en la
preparación de la declaración de la sociedad o que, atendido el cargo que
desempeñan en la misma no hayan podido sustraerse del conocimiento de la
falsedad incurrida en la declaración. En todo caso esta es una cuestión de hecho, que
debe aparecer revestida de pruebas suficientes que lo demuestren en forma
indubitable.”
Desde cuando se inicia el plazo de prescripción.
El propio artículo 200° ya referido se encarga de contestar: “contado desde la
expiración del plazo legal en que debió efectuarse el pago” o, dicho de otra manera,
desde que la obligación de declarar y eventualmente pagar los impuestos se “hizo
actualmente exigible”
Debe advertirse que los mencionados plazos no se alteran por lo dispuesto en
el inciso 3°, del artículo 36° del Código Tributario, que prorroga el plazo de
declaración y pago de un impuesto que venza en día feriado, o en día sábado o el 31
de Diciembre, hasta el primer día hábil siguiente.
Aumento de los plazos de prescripción para fiscalización.
1.- Aumento de tres meses en el plazo de prescripción por el hecho de
"citarse" al contribuyente.
Según se observa de lo dispuesto en los artículos 63 y 200 del Código
Tributarios, por el simple hecho de notificarse la Citación al contribuyente, se
aumenta automáticamente en tres meses el plazo de prescripción de tres o de seis
años, según el caso, que tiene el Servicio para liquidar, reliquidar o girar impuestos.
Pero es de suma importancia observar que este aumento del plazo no es para
liquidar, reliquidar o girar cualquier impuesto, sino exclusivamente los impuestos
derivados de las operaciones que se indiquen determinadamente en la citación. 

2.- Aumento del término de prescripción por haberse prorrogado el plazo para
dar contestación a la "citación".
En el evento de que el Jefe de la Oficina respectiva del Servicio amplíe el
plazo para dar respuesta a la citación, lo cual podrá hacer sólo por una vez y hasta
por un mes, el plazo de prescripción de tres o de seis años se entenderá aumentado
en los tres meses ya señalados en el apartado anterior y, además, en el término en
que se haya prorrogado el plazo de citación al contribuyente.
3.- Aumento o renovación del plazo de prescripción por devolución de la carta
certificada.
El inciso cuarto del artículo 11 del Código Tributario establece que si el
funcionario de Correos no encontrare en el domicilio al notificado o a otra persona
adulta o si éstos se negaren a recibir la carta certificada o a firmar el recibo, o no
retiraren la remitida al domicilio postal que el contribuyente haya fijado en el plazo
de 15 días contados desde el envío de la carta, se dejará constancia del hecho en el
sobre, bajo la firma del funcionario y la del Jefe de la Oficina de Correos
correspondiente y se devolverá al Servicio.
En los casos señalados, los plazos de prescripción del artículo 200 del Código
Tributario se aumentan o renuevan, según la circunstancia, en tres meses.
De este modo, las circunstancias que pueden motivar la devolución de la
carta certificada y que justifican el aumento o renovación de los plazos de
prescripción del artículo 200° del Código Tributario son:
i) Que el funcionario de Correos encargado de entregar la carta no encontrare en el
domicilio respectivo a la persona a notificar o a otra persona adulta a quien hacer
entrega de la carta.
ii) Que la persona a notificar o la otra persona adulta, según el caso, se negare a
recibir la carta certificada.
iii) Que la persona a notificar o la otra persona adulta, según el caso, se negare a
firmar el recibo correspondiente, caso en que el funcionario de correos obviamente
no entregará la carta.
iv) Que habiéndose depositado la carta certificada en la casilla, apartado postal u
oficina de Correos indicados por el contribuyente, según el caso, ésta no haya sido
retirada por el interesado o por otra persona con poder suficiente en el plazo de 15
días hábiles contados desde la fecha de su envío.
En cuanto a la renovación de la prescripción específicamente, podemos
señalar que esta es una institución desconocida en el derecho antes de la ley
19.506 y que podríamos definir como el efecto que la Ley confiere al hecho de haber
sido devuelta una notificación por Carta Certificada encontrándose ya cumplida la
prescripción, en cuya virtud los plazos de prescripción que se encontraban
cumplidos, vuelven a estar vigentes por tres meses para el sólo efecto de practicar
la notificación de otra forma válida.
Como dijimos, si la carta es devuelta en los términos que señala el artículo
11° del Código Tributario, aumenta el plazo de prescripción en tres meses contados
desde la recepción de la carta en el Servicio, si los plazos no estaban vencidos.
Ahora bien, si la carta es recepcionada en el Servicio después de vencido el plazo de
prescripción, esta se renueva por tres meses.
Requisitos de los plazos de Prescripción.
1° Que exista un derecho a favor del fisco.
2° La inacción del acreedor.
3° El transcurso del Tiempo.
4° Debe ser alegada
5° La prescripción no debe haberse interrumpido
6° La prescripción no debe estar suspendida.
La prescripción debe ser alegada.
Debe alegarla quien quiere aprovecharse de ella, pero el artículo 136 del
Código Tributario contempla una excepción, al señalar que: “El Juez Tributario y
Aduanero dispondrá en el fallo la anulación o eliminación de los rubros del acto
reclamado que correspondan a revisiones efectuadas fuera de los plazos de
prescripción.”.
Artículo 59 del Código Tributario.
Respecto de estas materias, debe tenerse presente además, que si bien el
artículo 200 del Código Tributario señala expresamente el plazo de que dispone el
Servicio de Impuestos Internos, para los efectos de liquidar un impuesto, revisar
cualquiera deficiencia en su liquidación y girar los impuestos a que diere lugar; el
artículo 59 del mismo texto legal establece plazos para los efectos del desarrollo de los
procesos de fiscalización en los cuales existe requerimiento de antecedentes.
En efecto, según se indica en la norma legal en comento “…Cuando se inicie
una fiscalización mediante requerimiento de antecedentes que deberán ser
presentados al Servicio por el contribuyente, se dispondrá del plazo fatal de nueve
meses, contado desde que el funcionario a cargo de la fiscalización certifique que
todos los antecedentes solicitados han sido puestos a su disposición para,
alternativamente, citar para los efectos referidos en el artículo 63, liquidar o formular
giros.
El plazo señalado en el inciso anterior será de doce meses, en los siguientes
casos:
a) Cuando se efectúe una fiscalización en materia de precios de transferencia.
b) Cuando se deba determinar la renta líquida imponible de contribuyentes con
ventas o ingresos superiores a 5.000 unidades tributarias mensuales.
c) Cuando se revisen los efectos tributarios de procesos de reorganización
empresarial.
d) Cuando se revise la contabilización de operaciones entre empresas
relacionadas.
No se aplicarán los plazos referidos en los incisos precedentes en los casos en
que se requiera información a alguna autoridad extranjera ni en aquéllos relacionados
con un proceso de recopilación de antecedentes a que se refiere el número 10 del
artículo 161.
El Servicio dispondrá de un plazo de doce meses, contado desde la fecha de la
solicitud, para fiscalizar y resolver las peticiones de devolución relacionadas con
absorciones de pérdidas.”
En todo caso, cabe señalar que esta norma ha sido modificada por la Ley
20.780, suprimiendo la expresión “fatal” utilizada en el inciso primero, como así
también, eliminando el inciso referido al plazo para los efectos de la fiscalización de
las peticiones de devolución relacionadas con las pérdidas absorbidas.
A su vez, la reforma en cuestión, en la parte final del artículo en cuestión,
incorpora las siguientes regulaciones:
“…Tampoco se aplicarán estos plazos en los casos a que se refieren los
artículos 4° bis, 4° ter, 4° quáter y 4° quinquies, y los artículos 41 G y 41 H de la ley
sobre Impuesto a la Renta.
Los Jefes de oficina podrán ordenar la fiscalización de contribuyentes o
entidades domiciliadas, residentes o establecidas en Chile, aun si son de otro
territorio jurisdiccional, cuando éstas últimas hayan realizado operaciones o
transacciones con partes relacionadas que estén siendo actualmente fiscalizadas. El
Jefe de oficina que actualmente lleva la fiscalización comunicará la referida orden
mediante resolución enviada al Jefe de oficina del territorio jurisdiccional del otro
contribuyente o entidad. Dicha comunicación radicará la fiscalización del otro
contribuyente o entidad ante el Jefe de oficina que emitió la orden, para todo efecto
legal, incluyendo la solicitud de condonaciones. Tanto el reclamo que interponga el
contribuyente inicialmente fiscalizado como el que interponga el contribuyente o
entidad del otro territorio jurisdiccional, deberá siempre presentarse y tramitarse ante
el Tribunal Tributario y Aduanero correspondiente al territorio jurisdiccional del Jefe
de oficina que emitió la orden de fiscalización referida en este inciso. Para efectos de
establecer si existe relación entre el contribuyente o entidad inicialmente sujeto a
fiscalización y aquellos contribuyentes o entidades del otro territorio jurisdiccional, se
estará a las normas del artículo 41 E de la ley sobre Impuesto a la Renta.”
V.- PLAZO DE PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN DEL FISCO PARA PERSEGUIR EL
PAGO DE IMPUESTOS, INTERESES, SANCIONES Y RECARGOS.
Establece el Código Tributario que "en los mismos plazos señalados en el
artículo 200, y computados en la misma forma, prescribirá la acción del Fisco para
perseguir el pago de los impuestos, intereses, sanciones y demás recargos" (artículo
201, inciso primero).
Al respecto, debe tenerse presente que la acción de cobro de los impuestos
adeudados la ejerce el Fisco a través de la Tesorería General de la República, que es
el organismo recaudador.
Este plazo es paralelo al que tiene el Servicio de Impuestos Internos. El plazo
de prescripción de la acción de cobro del Fisco corre paralelo y al mismo tiempo que
el plazo de prescripción de la facultad del Servicio para liquidar y girar los
impuestos. Tiene también la misma extensión, vale decir, tres o seis años, según el
caso, más los aumentos correspondientes que hubieren afectado a los plazos
referidos en el artículo 200° del Código.
Cómputo del plazo. Aumento y renovación en los casos de citación y de
devolución de la carta certificada. El plazo del Fisco, al igual que el del Servicio,
comienza a correr desde la expiración del plazo legal en que debió efectuarse el pago
del impuesto de que se trate y se computa en la misma forma. Se aumenta,
también, con el plazo de tres meses desde que se cite al contribuyente y con el
término de prórroga de la citación. Es aplicable también la renovación y aumento de
los plazos a que se refiere el artículo 11º del Código Tributario, como se ha
explicado anteriormente.
Excepción de prescripción. Si el Fisco demandare el pago una vez vencido el
respectivo plazo de prescripción, de 3 o 6 años, según corresponda, y sus
renovaciones o aumentos, el Código faculta al contribuyente para oponer la
excepción de prescripción en el juicio ejecutivo pertinente.
VI.- PRINCIPIOS GENERALES SOBRE LA INTERRUPCIÓN Y LA SUSPENSIÓN DE
LOS PLAZOS DE PRESCRIPCIÓN EN EL DERECHO CIVIL.
En el Derecho Civil la interrupción de la prescripción de largo tiempo se
produce por ciertas causas o actos jurídicos (hechos del acreedor o del deudor) que
tienen el efecto de hacer perder el tiempo corrido, por lo que debe empezar a
computarse un nuevo período de prescripción; en cambio, en la prescripción de
corto tiempo la interrupción de ella no produce el efecto señalado sino que cambia
la naturaleza misma de la prescripción, en la forma que indica el artículo 2.523 del
Código Civil, es decir, la prescripción de corto tiempo se transforma en una
prescripción de largo tiempo.
Asimismo, en materia civil la prescripción de largo tiempo puede
suspenderse, sin extinguirse, en cuyo caso, cesada la causa de la suspensión, se le
cuenta al prescribiente el tiempo anterior a ella, si alguno hubiere. Por el contrario,
la prescripción de corto tiempo corre contra toda clase de personas y no admite
suspensión alguna (artículos 2.509 y 2.523 del Código Civil).
VII.- LA INTERRUPCIÓN DEL PLAZO DE PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN DEL
FISCO PARA EL COBRO DE LOS TRIBUTOS.
Concepto.
La interrupción de la prescripción se define como el efecto que producen
ciertos actos del acreedor y/o del deudor, que hacen detener el transcurso de la
prescripción, haciendo ineficaz el tiempo antes transcurrido hasta ese momento,
originando, en consecuencia, un nuevo plazo de prescripción.
Sobre el particular, el artículo 201 del Código Tributario establece lo
siguiente:
"Estos plazos de prescripción se interrumpirán:
1°) Desde que intervenga reconocimiento u obligación escrita.

2°) Desde que intervenga notificación administrativa de un giro o liquidación.
3°) Desde que intervenga requerimiento judicial.
En el caso del número 1º, a la prescripción del presente artículo sucederá la de
largo tiempo del artículo 2515, del Código Civil. En el caso del número 2o, empezará a
correr un nuevo término que será de tres años, el cual sólo se interrumpirá por el
reconocimiento u obligación escrita o por el requerimiento judicial" (artículo 201º,
incisos segundo y tercero).
Causales de interrupción de la prescripción. De lo expuesto en el párrafo anterior
se desprende que, de acuerdo con el artículo 201 del Código Tributario, la
interrupción de la prescripción de la acción del Fisco para perseguir el pago de los
impuestos, intereses, sanciones y demás recargos, produce los efectos de la
interrupción de la prescripción de corto o largo tiempo, según cuál sea la causal
que la origina.
A continuación se examinan las causales que originan la interrupción de la
prescripción del Fisco y sus efectos.
Reconocimiento u obligación escrita. De conformidad con el N° 1 del artículo
201, la acción del Fisco se interrumpe desde que intervenga reconocimiento u
obligación escrita.
Se trata este caso de la aceptación o reconocimiento de la obligación, hecho
en forma expresa y por escrito; no es suficiente el reconocimiento tácito, ni el
efectuado en forma oral.
Hay reconocimiento de la obligación hecha en forma escrita por el
contribuyente, por ejemplo, si solicitara que se le giren los impuestos adeudados, o
solicite una condonación de intereses o multas y cuando se celebra un convenio de
pago respecto de los impuestos morosos
Esta causal de interrupción produce el efecto contemplado en el inciso
tercero del mismo artículo 201, que establece que "a la prescripción del presente
artículo sucederá la de largo tiempo contemplada en el artículo 2.515 del Código
Civil." Este último precepto contempla un plazo general de prescripción de tres años
para las acciones ejecutivas y cinco para las ordinarias. Aclara la norma que
tratándose de acciones ejecutivas, cumplidos los primeros tres años, la acción se
convierte en ordinaria y con esta naturaleza dura otros dos años.
Notificación administrativa de un giro o liquidación. Producida la interrupción
de la acción del Fisco por una de estas causales, el nuevo plazo que se sucede es
siempre de tres años, aunque el término interrumpido haya sido de seis años. Por
consiguiente, si notificado administrativamente un giro o liquidación de impuesto,
no se demanda el pago de éste dentro de los tres años siguientes a la fecha de la
notificación, prescribe la acción del Fisco para hacerlo.
Sin embargo, hay que observar que este nuevo plazo de tres años puede
interrumpirse por el reconocimiento u obligación escrita del contribuyente o por el
requerimiento judicial. Asimismo, se suspende su transcurso en el caso del inciso
final del artículo 201°; esto es, durante el período en que el Servicio está impedido
de girar por encontrarse reclamado el giro o liquidación.
Requerimiento judicial. Por último, la prescripción de la acción del Fisco se
interrumpe desde que intervenga requerimiento judicial.
El requerimiento consiste en el acto por el cual se pide al contribuyente, por
vía judicial, el pago de los impuestos, intereses, sanciones y demás recargos
insolutos.
Cabe observar que tras el requerimiento judicial no se inicia un nuevo plazo
de prescripción, situación que es de toda lógica, si se considera que a través del
requerimiento judicial es precisamente la forma como se ejerce ante la justicia la
acción de cobro.
VIII.- SUSPENSIÓN DEL PLAZO DE PRESCRIPCIÓN DE LAS ACCIONES DEL
FISCO.
Concepto.
Podemos definir la suspensión de la prescripción como la detención del
cómputo del plazo de prescripción, en razón de circunstancias especiales previstas en
la ley que le consagran ese efecto, para dar lugar a la reanudación una vez que han
cesado o desaparecido tales razones.
En nuestra legislación tributaria se contempla la suspensión de los plazos de
prescripción, en los siguientes casos:
a) Suspensión por impedimento de girar impuestos reclamados (inciso
final del artículo 201° del Código Tributario e inciso 3° del artículo 24º.
Requisito para que opere la suspensión:
De acuerdo a las disposiciones legales citadas, y considerando que la
suspensión es de derecho estricto, para que ella se produzca deben concurrir
copulativamente los siguientes requisitos:
1.- Que el Servicio hubiere practicado una liquidación de impuesto.
2.- Que el contribuyente hubiere deducido reclamo en contra de la
liquidación, dentro del plazo de noventa días, señalado en el inciso tercero del
artículo 124°.
Lapso de la suspensión: En este caso, la prescripción debe entenderse
suspendida por el lapso que medie entre la interposición del reclamo y la
notificación de la sentencia en que el Juez Tributario y Aduanero se pronuncie
sobre él.
b) Suspensión por la pérdida o inutilización de los libros de contabilidad.
El inciso final del N° 16 del artículo 97°, del Código Tributario establece que:
"En todo caso, la pérdida o inutilización de los libros de contabilidad
suspenderá la prescripción establecida en el artículo 200°, hasta la fecha en
que los libros legalmente reconstituidos queden a disposición del Servicio".
De acuerdo a lo expuesto, la pérdida o inutilización de los libros de
contabilidad, además de llegar a constituir una o más infracciones tributarias,
produce el efecto de suspender el plazo de prescripción establecido en el artículo
200° del Código Tributario. Ahora, el tiempo en que debe el contribuyente
reconstituir sus libros de contabilidad no queda a su arbitrio, sino que él debe ser
fijado por el Servicio, con la sola limitación de no poder ser inferior a treinta días.
Lapso de la suspensión: En este caso la suspensión del plazo de
prescripción se produce por el lapso que media entre la fecha en que se pierden o
inutilizan los libros de contabilidad hasta el momento en que ellos, legalmente
reconstituidos, queden o sean puestos a disposición del Servicio. En consecuencia,
para que se reanude el plazo de prescripción, no es suficiente que el contribuyente
haya efectuado la reconstitución, sino que requiere que tal circunstancia la ponga
en conocimiento del Servicio.
c) Ausencia del contribuyente.
El inciso 3° del artículo 103° de la Ley sobre Impuesto a la Renta, dispone
que: que la prescripción de las acciones del Fisco (entre las que están las del
S.I.I para liquidar, reliquidar liquidaciones deficientes y girar los impuestos)
por impuestos (cualquier impuesto fiscal interno) se suspende en caso que el
contribuyente se ausente del país por el tiempo que dure su ausencia. A su
vez, el inciso 4° establece textual que "transcurridos diez años no se tomará en
cuenta la suspensión del inciso anterior".
Lapso de la suspensión. La suspensión de la acción del Fisco se produce por
el hecho de ausentarse el contribuyente del territorio nacional. En tal sentido, el
transcurso del plazo de prescripción se detiene y no se reanuda sino hasta el
retorno del contribuyente al país.
d) Suspensión de la prescripción en conformidad al Nº 5 del artículo
único de la Ley 18.320.
El contribuyente a quien se le haya practicado una revisión de conformidad
con lo que expresa el artículo único de la Ley 18.320, y que como consecuencia de
la misma se le hayan practicado liquidaciones o giros, puede reclamar de éstos o
aquellas, conforme a las causales y dentro de los plazos y procedimientos normales.
Ahora bien, dado que el efecto especial que la ley 18.320 concede a la
existencia de objeciones al cumplimiento de las obligaciones tributarias mantenido
por el contribuyente por el lapso examinado, es el alzamiento de la limitación que
impide al Servicio revisar el lapso completo que cae dentro de los plazos de
prescripción del artículo 200° del Código Tributario, la ley no ha querido que la
interposición de reclamos contra las decisiones del Servicio mantenga en suspenso
el derecho de éste a desarrollar su labor de protección de los interese fiscales, por lo
que ha establecido que la interposición de reclamo no impida al Servicio llevar a
cabo la fiscalización del cumplimiento tributario del contribuyente dentro de los
plazos y de acuerdo con las reglas que fija el artículo 200o del Código Tributario.
Sin embargo, previendo la posibilidad de que el contribuyente obtenga un
resultado favorable en la reclamación, dispone que los giros que se emitan
quedarán suspendidos en su cobro hasta conocerse el resultado definitivo de la
reclamación por la vía de una sentencia ejecutoriada.
Como contrapartida, a fin de no perjudicar los derechos del Fisco, en la
espera de la sentencia definitiva, la ley ha previsto que la prescripción de las
acciones de cobro, quede suspendida mientras se ventila el procedimiento de
reclamación en sus distintas instancias.
En efecto, de conformidad con la parte final del Nº5 del artículo único
permanente de la ley 18.320, mientras esté pendiente la reclamación del
contribuyente impugnando la efectividad de las irregularidades detectadas por el
Servicio en la revisión, la prescripción de las acciones del Fisco para cobrar los giros
se mantendrá en suspenso, o sea, se estimará que no corre plazo de prescripción en
contra del Fisco desde la fecha de la reclamación y hasta la fecha en que quede
ejecutoriado el fallo que se pronuncie sobre el reclamo.
Lapso de la suspensión. De conformidad con la norma mencionada
anteriormente, la prescripción de la acción de cobro del Fisco, se debe entender
suspendida por el lapso que media entre la fecha de presentación de la reclamación
y la fecha en que la sentencia que resuelve el reclamo deducido por el contribuyente
quede ejecutoriada.
LA CONFUSIÓN.
Según el artículo 1665 del Código Civil “Cuando concurren en una misma
persona las calidades de acreedor y deudor se verifica de derecho una confusión que
extingue la deuda y produce iguales efectos que el pago”.
Este modo de extinguir las obligaciones opera entonces cuando una misma
persona reviste la calidad de acreedor y de deudor.
En materia tributaria, a primera vista pareciera que este modo extinguiría la
obligación tributaria, cuando el Fisco pasa a ser heredero de un contribuyente; esto
es, cuando el causante no tiene herederos que le sucedan en sus derechos y
obligaciones. Sin embargo, esto no es así, por cuanto en virtud de lo dispuesto en el
artículo 1250 del Código Civil, el Fisco debe aceptar la herencia con beneficio de
inventario y como este beneficio, conforme lo dispone el artículo 1259 del Código
Civil, hace que las deudas y créditos del heredero beneficiario no se confundan con
las deudas y créditos de la sucesión, no es posible que la obligación tributaria se
extinga por este modo.
CODIGO TRIBUTARIO.

El primer Código Tributario fue establecido por el D.F.L. N°190 del


05/04/1960, dictado en base a una delegación de facultades del Congreso al
Presidente de la República, y tenía por objeto recopilar y sistematizar un conjunto
complejo de normas tributarias existentes a la época.
Este Código sufrió múltiples modificaciones hasta que fue reemplazado por el
D.L. 830 del 31/10/1974, Código actualmente vigente, y que vino a ser un
compendio parcial de leyes tributarias, ya que contempla normas de orden
administrativo, procesal y penal tributario, pero deja fuera la parte sustantiva que
se refiere a los impuestos propiamente tal, como el Impuesto a la Renta, I.V.A., etc.
El Código ha sufrido varias modificaciones, entre las más recientes destacan la ley
19.506 del 30.07.97, ley 19.578 del 29.07.98, ley 19.738 del 19.06.01, sobre
Evasión y Elusión Tributaria, ley 19.768 del 07.11.01 sobre Modificaciones al
Mercado de Capitales y Flexibilización del Ahorro Voluntario y ley 20-780 sobre
Reforma Tributaria.
ESTRUCTURA.
El Código Tributario está compuesto de 3 libros, un título preliminar y un
título final.
1.-) TITULO PRELIMINAR.
Contiene normas generales, ámbito de aplicación de las normas tributarias,
aplicación supletoria del derecho común, vigencia de las normas tributarias,
atribuciones del Servicio de Impuestos Internos, definiciones, derechos de los
contribuyentes.
2.-) LIBRO I.
2.a) Título I: Normas generales sobre comparecencia, actuaciones,
notificaciones, normas contables y varios.
2.b) Título II: Declaración y plazo de pago.
2.c) Título III: Giros, pagos, reajustes e intereses.
2.d) Título IV: Medios especiales de fiscalización, del examen y secreto de las
declaraciones y de la facultad de tasar, rol único tributario, aviso de iniciación y término
de giro, otros medios de fiscalización.
3.-) LIBRO II.
3.a) Título I: De los Apremios.
3.b) Título II: De las Infracciones y sanciones.
4.-) LIBRO III.
4.a) Título I: De la competencia para conocer de los asuntos contenciosos
tributarios.
4.b) Título II: Del procedimiento general de reclamación.
4.c) Título III: De los procedimientos especiales.
4.d) Título IV: Del procedimiento para la aplicación de sanciones.
4.e) Título V: Del cobro ejecutivo de la obligación tributaria de dinero.
4.f) Título VI: Prescripción.
5.-) TITULO FINAL.
Derogación y vigencia del Código.
CAMPO DE APLICACIÓN.
Las normas del Código Tributario se aplican, según el artículo 1°,
exclusivamente a las materias de tributación fiscal interna que sean según la ley de
competencia del S.I.I.; de esta forma se requieren dos requisitos para su aplicación:
1.-) Debe tratarse de materias de tributación fiscal interna, esto es, que lo
recaudado ingrese en favor del fisco y no por ejemplo, en beneficio de las
municipalidades y, además, que se trate de impuestos internos, es decir, referente a
rentas, actividades o bienes situados en el país y no se refiera al tráfico
internacional, que es de competencia de Aduanas.
2.-) Que según la ley, sea de competencia del Servicio de Impuestos Internos.
La que en general está fijada en el Artículo 1º del D.F.L. Nº7 sobre ley orgánica del
servicio, en la cual se expresa que el campo de atribuciones es:
a.-) Los impuestos establecidos o que se establecieren, en que tenga interés
el fisco y cuyo control no esté encargado por ley a otro órgano.
b.-) Impuestos en que la ley expresamente le otorga competencia al Servicio
de Impuestos Internos para su aplicación y control.
APLICACION SUPLETORIA DEL DERECHO COMUN.
En el Código se ha pretendido reunir la totalidad de las normas
administrativas procesales y penales tributarias, pero ante la eventualidad de que
alguna materia no se encuentre regulada expresamente, el artículo 2° le da
aplicación supletoria a otras leyes que contengan normas de derecho común. Esto
tiene importancia, si se toma en cuenta que el Código ha dejado de regular materias
que si lo están en el derecho común; como por ejemplo en materia de valoración de
la prueba, conceptos de prescripción, concepto de comerciante, etc. En la práctica
tributaria se aplican permanentemente las normas del Código Civil, Código de
Comercio, Código de Procedimiento Civil y Código Procesal Penal.
En algunos casos, el Código hace expresa referencia a otros Códigos, y así su
artículo 148 nos remite a las normas generales establecidas en el Libro I del Código
de Procedimiento Civil.
Por otra parte, de acuerdo al artículo 4, las normas de este Código sólo rigen
para la aplicación o interpretación del mismo y de las demás disposiciones legales
relativas a las materias de tributación fiscal interna a que se refiere el artículo 1º y
de ellas no se podrán inferir, salvo disposición expresa en contrario, consecuencias
para la aplicación, interpretación o validez de otros actos, contratos o leyes.
VIGENCIA DE LAS LEYES TRIBUTARIAS.
Por regla general, las leyes entran en vigencia una vez que han sido
promulgadas y publicadas según la ley, a menos que se establezcan reglas
especiales en cuanto a la fecha en que hayan de entrar en vigencia.
El artículo 3 del Código Tributario entrega determinadas reglas que pueden
ser analizadas de la siguiente manera:
1.-) Si la ley dice cuando ha de entrar en vigencia, esa será la fecha de su
vigencia.
2.-) Si la ley no indica la fecha de vigencia, hay que distinguir una regla
general y algunas reglas especiales:
2.a) Regla General: Las leyes que modifiquen una norma impositiva,
establezcan nuevos impuestos o supriman uno existente, regirán desde el día
primero del mes siguiente a su publicación.
Esto no es más que la aplicación del principio de la irretroactividad de las
leyes y tal como señala el artículo 3º, sólo los hechos ocurridos a contar de dicha
fecha estarán sujetos a la nueva disposición.
2.b) Reglas Especiales:
1.-) Las leyes referidas a infracciones y sanciones: Si exime un hecho de
sanción o le aplica una menos rigurosa, esta nueva ley cobra efecto retroactivo y se
aplica a situaciones ocurridas antes de su vigencia.
2.-) La ley que modifique la tasa de los impuestos anuales o los elementos
que sirven para determinar la base de ellos, entrará en vigencia el día primero de
enero del año siguiente al de su publicación.
3.-) Las leyes que modifiquen la tasa de interés moratorio: Si los impuestos
se pagan con retardo, se deben intereses por mora y la tasa de interés será la
vigente al momento en que se paguen los impuestos a que acceden. Pese a lo antes
señalado, ésta no es una norma que esté regulando la vigencia de las leyes que
establecen o modifican las tasas de intereses moratorios, sólo dice que se aplicará
la tasa vigente al momento en que se paguen los impuestos a que acceden. En
cuanto a la vigencia de la ley que establece o modifica los intereses moratorios, hay
que estarse a las reglas generales, esto es, en principio el día primero del mes
siguiente a su publicación, lo que ocasiona el problema de dejar vigente la tasa
antigua durante los días que median entre la publicación y la vigencia, lo que se
puede solucionar si en cada caso la ley señala la época de vigencia.
Respecto a la vigencia de las leyes procesales, según la ley sobre efecto
retroactivo de las leyes, rigen en el acto, por ser de orden público (regla general),
pero los términos que hubieren empezado a correr y las actuaciones iniciadas se
rigen por la ley antigua (Artículo 24 Ley sobre Efecto Retroactivo).
Por último, respecto a la vigencia de las interpretaciones del director,
debemos señalar que, según veremos más adelante, el director del S.I.I. tiene la
facultad de interpretar las leyes tributarias, esta interpretación rige por regla
general en el acto, es decir, desde que se emite la circular, oficio o comunicado en
que se vierte el criterio del servicio. La misma regla de vigencia, tienen los cambios
de interpretación.
Funciones del Director.
Se encuentran señaladas en el artículo 6 letra A) del Código Tributario,
complementado con el artículo 7 del D.F.L. Nº7.
El Director es el jefe superior del servicio, nombrado por el Presidente de la
República y es de su exclusiva confianza (artículo 6 D.F.L. 7).
Dentro de las facultades del Director, tiene las atribuciones propias a su
calidad de jefe del servicio y en especial las que señala el artículo 6 letra A del
Código Tributario, a saber:
1.-) Interpretar administrativamente las disposiciones tributarias, fijar
normas, impartir instrucciones y dictar órdenes para la aplicación y
fiscalización de los impuestos.
Esta facultad tiene importancia atendido el gran número y complejidad de las
normas tributarias, que en su carácter técnico obliga a una permanente
interpretación. Además, debe tenerse presente que esta facultad se le ha encargado
precisamente al jefe superior del servicio encargado de aplicar y fiscalizar las
normas tributarias, lo que puede resultar peligroso sino se usa con prudencia, en
términos que su ejercicio se limite a interpretar y no a realizar una labor legislativa
al ir más allá del texto de la ley.
En cuanto a la fuerza obligatoria de esta interpretación administrativa, obliga
a los funcionarios del servicio, no así a los tribunales de justicia, los que
conociendo de un asunto tributario pueden llegar a una interpretación diversa a la
del servicio, primando la fuerza obligatoria de la sentencia, eso sí con efecto relativo
sólo respecto de la causa en que se pronuncie.
Debe tenerse en especial consideración esta facultad del Director y la fuerza
obligatoria de sus interpretaciones, en cuanto obliga a los funcionarios del servicio.
Las interpretaciones del Director se reflejan en circulares, oficios,
instrucciones y otros documentos oficiales en los que se da respuesta a consultas
de carácter general o especial.
Por otra parte, cabe señalar la importancia que tiene para el contribuyente
aplicar la norma tributaria en el mismo sentido que le ha dado el Director. Ello por
lo que dispone el artículo 26 del Código, que permite que el contribuyente quede a
resguardo de eventuales cobros con efecto retroactivo, si de buena fe, se acoge a la
interpretación del Servicio. Para aplicar esta norma debe existir una interpretación
aplicable al caso particular en que le toque intervenir al contribuyente, esta
interpretación debe constar en algún documento oficial del Servicio, ya sean
circulares, dictámenes, informes u otros documentos oficiales destinados a impartir
instrucciones a los funcionarios del Servicio, o a ser conocidos por los
contribuyentes en general, o frente a una situación particular; por último, debe
concurrir la buena fe del contribuyente al acogerse a la interpretación, y la pierde
de pleno derecho desde que se modifica la interpretación y se publica esta
interpretación en el Diario Oficial.
Cabe señalar además, que mediante Ley N°20.780, cuya vigencia será a parir
del 30 de septiembre de 2015, se agrega dentro de esta facultad aquella en virtud a
la cual, el Director del Servicio “Podrá, asimismo, disponer la consulta pública de
proyectos de circulares, o instrucciones que estime pertinente, con el fin de que los
contribuyentes o cualquier persona natural o jurídica opine sobre su contenido y
efectos, o formule propuestas sobre los mismos. Con todo, las circulares e
instrucciones que tengan por objeto interpretar con carácter general normas
tributarias, o aquellas que modifiquen criterios interpretativos previos, deberán
siempre ser consultadas.
Las opiniones que se manifiesten con ocasión de las consultas a que se refiere
este numeral, serán de carácter público y deberán ser enviadas al Servicio a través
de los medios que disponga en su oficina virtual, disponible a través de la web
institucional. Las precitadas respuestas no serán vinculantes ni estará el Director
obligado a pronunciarse respecto de ellas.”
2.-) Absolver las consultas que sobre la aplicación e interpretación de las
normas tributarias le formulen los funcionarios del servicio, por conducto
regular, o las autoridades.
Esta facultad está restringida a las consultas que formulan los funcionarios y
las autoridades, ya que las consultas de particulares son recibidas y se responden
por el Director Regional. En todo caso, si al dar respuesta el Director Regional a
una determinada consulta, implica establecer un nuevo criterio o modificar uno
existente, la respuesta debe ser previamente autorizada por la Dirección Nacional.
3.) Delegar sus atribuciones en otros funcionarios del SII.
Dentro de las delegaciones, se pueden mencionar entre otras:
- Delegación en los Directores Regionales para la aposición de sellos e
incautación de Libros de Contabilidad.
- Delegación al Subdirector de Fiscalización, para autorizar boletas que no
reúnan los requisitos exigidos por la ley del IVA.
4.-) Ordenar la publicación de avisos, en los siguientes casos:
- Actuaciones generales que afecten a muchos.
- Cuando existe la necesidad de que los contribuyentes adecuen
su comportamiento.
5.-) Disponer la colocación de afiches, carteles y letreros alusivos a
impuestos o a cumplimiento tributario, en locales y establecimientos de
servicios públicos e industriales y comerciales. Será obligatorio para los
contribuyentes su colocación y exhibición en el lugar que prudencialmente
determine el Servicio.
6° Mantener canje de informaciones con Servicios de Impuestos de otros
países para los efectos de determinar la tributación que afecte a determinados
contribuyentes. Este intercambio de informaciones deberá solicitarse a través
del Ministerio que corresponda y deberá llevarse a cabo sobre la base de
reciprocidad, quedando amparado por las normas relativas al secreto de las
declaraciones tributarias.
Atribuciones de los Directores Regionales.
Se encuentran señaladas en el artículo 6 letra B) del Código Tributario,
complementado con el artículo 19 del D.F.L. Nº7.
En general, el Director Regional es la autoridad máxima del Servicio dentro
de los límites de su jurisdicción. El D.F.L. Nº7 le encomienda la misión de
supervigilar el cumplimiento de las leyes tributarias encomendadas al Servicio
según las instrucciones del Director.
1.-) Absolver las consultas sobre la aplicación e interpretación de las
normas tributarias.
Al Director Regional le corresponde absolver las consultas de los
contribuyentes y los interesados. Pese a ser el Director Regional el que debe
responder consultas del contribuyente, si la respuesta implica un cambio de criterio
de las instrucciones impartidas por el Director o existen dudas respecto a la
existencia de criterios previos del Director, la respuesta deberá ser autorizada por la
Dirección Nacional.
2.-) Solicitar la aplicación de apremios y pedir su renovación, en los
casos a que se refiere el título I del libro II.
Los Apremios. El apremio es una medida decretada por la Justicia
ordinaria, previo apercibimiento, que consiste en el arresto del infractor
(contribuyente) hasta por 15 días, a fin de obtener el cumplimiento de obligaciones
tributarias infringidas. Es por ende una medida coercitiva y no una pena.
El apremio como medida excepcional, sólo procede en las infracciones que
taxativamente se indican en la ley, que son cuatro:
Artículo 95: Procederá el apremio en contra de las personas que, habiendo
sido citadas por segunda vez en conformidad a lo dispuesto en los artículos 34 o 60,
penúltimo inciso, durante la recopilación de antecedentes a que se refiere el artículo
161 Nº10, no concurran sin causa justificada; procederá, además, el apremio en los
casos de las infracciones señaladas en el Nº7 del artículo 97 y también en todo caso
en que el contribuyente no exhiba sus libros o documentos de contabilidad o
entrabe el examen de los mismos.
Caso del artículo 97 Nº7: El hecho de no llevar contabilidad o los libros
auxiliares exigidos por la Dirección Regional, de acuerdo con las disposiciones
legales, o de mantenerlos atrasados, o de llevarlos en forma distinta a la ordenada o
autorizada por la ley, y siempre que no se dé cumplimiento a las obligaciones
respectivas dentro del plazo que señale el Servicio, que no podrá ser inferior a 10
días.
Cabe hacer presente que este plazo es un plazo mínimo, de tal manera que,
en casos calificados, puede otorgarse un término superior a 10 días. Por tratarse de
un plazo de días, para su cómputo sólo se consideran los días hábiles. Este plazo
debe concederse bajo apercibimiento expreso de aplicarse el apremio en el evento de
que el infractor no subsanare las deficiencias dentro de dicho término; por último,
este plazo es también un requisito previo exigido por el Código para que se
configure la infracción señalada en el artículo 97 Nº7, y pueda aplicarse la multa
correspondiente.
Caso del artículo 97 Nº6: En el caso en cuestión, el contribuyente debe ser
requerido por el Servicio para que, dentro del plazo que se le señale, exhiba dichos
libros o documentos o permita el examen de los mismos, bajo apercibimiento
expreso de aplicársele apremios si no cumpliere esta obligación. Caber recordar,
además que en esta situación también procede multa, la que se aplica en forma
independiente y de acuerdo con el procedimiento del artículo 165 Nº2 del texto legal
en análisis.
Caso del artículo 97 Nº11. Retardo en el pago de impuestos sujetos a
retención o recargo.
Con respecto a este caso, la Dirección del Servicio ha expresado que el
apremio se aplica tanto al que efectuó la retención o recargo como al que no lo hizo,
siempre que sea legalmente procedente exigir tal retención o recargo. Agrega que, si
no es posible efectuar la retención no debe aplicarse apremio.
Requisitos de procedencia: El Código establece que, para la aplicación de la
medida de apremio, será requisito previo que el infractor haya sido apercibido en
forma expresa a fin de que cumpla dentro de un plazo razonable.
El plazo razonable o prudencial de que habla el Código ha sido fijado por la
Dirección Nacional, y como norma general, es de 10 días hábiles, los que se
computan desde la fecha de la notificación del apercibimiento por carta certificada,
por cédula o personalmente.
En el caso de la infracción contemplada por el Nº7 del artículo 97, el plazo de
apercibimiento debe ser común, con el que se dé al infractor para subsanar las
deficiencias.
Autoridad encargada de solicitar se decrete el apremio: En este punto
hay que distinguir en cuanto a la causal.
En el caso del artículo 95 inciso 1º y 97 números 6 y 7 corresponde al
Director Regional solicitar se decrete el apremio al Juez Civil de Turno del domicilio
del infractor.
En el caso del artículo 97 Nº11 corresponde al Servicio de Tesorería General
de la República solicitar el apremio y será competente el Juez Civil del domicilio del
contribuyente.
Procedimiento judicial para la aplicación del apremio: El Código
Tributario establece un procedimiento simple y breve al cual debe ceñirse el Juez
competente, en los casos en que se solicite, por quien corresponda, la aplicación de
la medida de apremio. Al efecto, el Juez citará al infractor a una audiencia y con el
solo mérito de lo que se exponga en ella o en rebeldía del contribuyente, resolverá
sobre la aplicación del apremio solicitado y podrá postergarlo o suspenderlo si se
alegaren motivos plausibles. Las Resoluciones que decreten el apremio son
inapelables.
Cabe señalar que el Código contempla la posibilidad de la renovación de los
apremios referidos cuando se mantienen las circunstancias que motivaron su
aplicación.
Ahora bien su aplicación debe cesar cuando el contribuyente cumpla con las
obligaciones tributarlas respectivas.
3.-) Aplicar, rebajar o condonar las sanciones administrativas fijas o
variables.
La aplicación de las sanciones debe hacerse con arreglo al procedimiento del
libro III. La facultad de rebajar, condonar o suspender estas sanciones se
reglamenta en el artículo 106, donde en general se exige que el contribuyente haya
probado que obró con antecedentes que hagan excusable su acción u omisión o que
se haya denunciado y confesado la infracción y sus circunstancias. Es en base a
esta norma es que el servicio creó el llamado sistema simplificado de aplicación de
sanciones y otorgamiento de condonaciones, en el cual el contribuyente denunciado
que reconoce su responsabilidad, se allana a la denuncia y no reclama, se le aplica
una sanción sobre la cual se le otorga una condonación que puede incluso ser total.
4.-) Condonar total o parcialmente los intereses penales por la mora en
el pago de los impuestos, en los casos expresamente autorizados por la ley.
Debe observarse que la facultad está restringida a aquellos casos
expresamente autorizados por la ley y la regla general está dada en el artículo 56.
Debe tenerse presente, que no son los impuestos los condonables, ya que esto sólo
podría realizarse por ley. El Servicio de Tesorería también tiene facultad de
condonación y conjuntamente con el Servicio de Impuestos Internos dictaron una
circular conjunta, donde delimitan el campo de atribuciones en la materia, el S.I.I.
en general conservó la facultad en todos aquellos casos en que ha existido una
reclamación tributaria.
5.-) Resolver administrativamente todos los asuntos de carácter
tributario que se promuevan, incluso corregir de oficio, en cualquier tiempo,
los vicios o errores manifiestos en que se haya incurrido en las liquidaciones o
giros de impuestos.
Aquí se puede observar la amplitud de facultades otorgadas al Director
Regional y así por ejemplo, es mediante este fundamento que el servicio ha dado
solución ha algunas situaciones de injusticia, en que generalmente por problemas
formales algunos contribuyentes no pueden hacer valer sus derechos. Es el caso de
reclamaciones tributarias mal formuladas, perdidas por problemas de prueba o que
están vencidos los plazos para reclamar, se presenta una solicitud administrativa al
Director Regional alegando la existencia de errores manifiestos, cuya corrección se
solicita según este número. El servicio en general lo acepta en casos calificados, que
se trate verdaderamente de errores manifiestos, que sean de hecho y no diferencias
de interpretación, que los impuestos correspondientes no estén pagados ya que en
este caso se aplica el artículo 126 Nº2. Pero se han aceptado solicitudes aún en
aquellos casos en que los errores no se desprenden de la propia liquidación, es
decir, se aceptan antecedentes externos. En todo caso, el Director Regional no
podrá resolver peticiones administrativas que contengan las mismas pretensiones
planteadas previamente por el contribuyente en sede jurisdiccional.
6.-) Disponer el cumplimiento administrativo de las sentencias dictadas
por los Tribunales Tributarios y Aduaneros, que incidan en materias de su
competencia.
7°.-) Autorizar a otros funcionarios para resolver determinadas materias,
aun las de su exclusiva competencia, o para hacer uso de las facultades que le
confiere el Estatuto Orgánico del Servicio, actuando por "orden del Director
Regional", y encargarles, de acuerdo con las leyes y reglamentos, el
cumplimiento de otras funciones u obligaciones.
8°.-) Ordenar a petición de los contribuyentes que se imputen al pago de
sus impuestos, o contribuciones de cualquiera especie las cantidades que les
deban ser devueltas por pagos en exceso de lo adeudado o no debido por ellos.
La resolución que se dicte se remitirá a la Contraloría General de la República
para su toma de razón.
9°.-) Disponer en las resoluciones que se dicten en conformidad a lo
dispuesto en los números 5° y 6° de la presente letra, la devolución y pago de
las sumas solucionadas indebidamente o en exceso a título de impuestos,
reajustes, intereses, sanciones o costas.
Estas resoluciones se remitirán a la Contraloría General de la República
para su toma de razón.
10.-) Ordenar la publicación o la notificación por avisos de cualquiera
clase de resoluciones o disposiciones de orden general o particular.
Sin perjuicio de estas facultades, el Director y los Directores Regionales
tendrán también las que les confieren el presente Código, el Estatuto Orgánico del
Servicio y las leyes vigentes.
Definición de algunas palabras.
El artículo 8 define términos que tienen importancia, pues sólo este sentido
se le puede dar a las expresiones tanto en el Código como en otras leyes tributarias.
a) Contribuyente (artículo 8 N°5):
Para el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la palabra
significa “que contribuye” y mas para designar “al que paga contribuciones al
Estado”. Ahora bien, como contribuir es dar o pagar cada uno la cuota que le cabe
por un impuesto, podemos concluir que contribuyente es la persona o ente que
debe pagar un impuesto.
Ahondando más en la misma idea, podemos afirmar que contribuyente es el
incidido por el impuesto; es quien verá disminuido su patrimonio por efecto del
impuesto.
Para muchas legislaciones, entre ellas la nuestra, no requiere tener la calidad
de persona y puede ser una sociedad de hecho, una comunidad, un depósito de
confianza en beneficio de criaturas que están por nacer, etc. como lo disponen los
artículos 5, 6 y 7 del Impuesto a la Renta.
Según el tratadista Abundio Pérez Rodrigo, es posible concluir que el
contribuyente es eminentemente una categoría económica, interesando la
capacidad contributiva; o mejor aun prescindiendo que sea o no persona, sus
ingresos y/o sus gastos son estimados por el legislador como suficientes para ser
gravados impositivamente.
Agrega que a veces el legislador ha establecido que sea otro sujeto obligado a
enterar en arcas fiscales el monto del impuesto, siendo varios los ejemplos que
podemos encontrar en nuestra legislación; así el contribuyente del impuesto al
Valor Agregado es el comprador o el beneficiario del Servicio ya que del bolsillo de
éste sale el dinero para pagar el impuesto; pero es el vendedor o el prestador de
servicios el que tiene el deber de enterarlos en arcas fiscales. En renta, el impuesto
único a los trabajadores dependientes grava las rentas de ese tipo de
contribuyentes, pero el empleador se lo tiene que retener y pagar al Fisco.
En concepto de Pérez, surge aquí una categoría diferente al contribuyente,
que se denomina sujeto del impuesto, o más precisamente, sujeto pasivo del
impuesto. Éste puede ser conceptuado como la persona que está obligada a pagar el
impuesto al Fisco pero que no se ve afectado por el impuesto, pues él lo recargará o
retendrá al contribuyente. Doctrinariamente se pretende que este sujeto sea
persona, pero en nuestra legislación encontramos ejemplos de sociedades de hecho
y comunidades a quienes se les otorga la calidad de sujetos de la obligación
tributaria.
Sobre este particular, en nuestra legislación tributaria, no existe
preocupación alguna respecto de la terminología a utilizar.
En el Impuesto a la Renta, opta también por el término contribuyente,
debiendo reconocer que el cuerpo legal en se encuentra mayor precisión, pero no
debido a una precaución especial del legislador, sino al hecho objetivo que en esta
ley, por regla general, coinciden en la misma persona o ente, las calidades de
incidido por el impuesto y obligado a enterarlo en arcas fiscales.
En el D.L. 825 sobre I.V.A. existe el mejor ejemplo de la falta de preocupación
en la utilización de los diferentes términos y así, para referirse al que denominamos
sujeto pasivo de la obligación tributaria, en el Título I, referido a las normas
generales coloca como epígrafe del párrafo 3° “De los contribuyentes” que, por su
ubicación se aplica a los impuestos que esta ley crea; en cambio, en el Título II que
reglamenta el Impuesto al Valor Agregado, titula el Párrafo 3° “Del sujeto del
impuesto”; en ambos caso se refiere al sujeto pasivo de la obligación tributaria. Este
mismo decreto ley, señala al contribuyente o incidido por el impuesto, en el artículo
69 cuando dice que los vendedores o prestadores de servicio deben cargar a los
compradores o beneficiarios del Servicio una suma igual al monto del respectivo
gravamen.
Por otra parte, según se expresa en el artículo 8 N° 5 del Código Tributario,
se entiende por contribuyente “las personas naturales o jurídicas o los
administradores y tenedores de bienes ajenos afectados por impuestos”. En general
nuestra legislación acepta como contribuyente a las personas naturales, personas
jurídicas e incluso a las agrupaciones que carecen de personalidad jurídica, como
las sociedades de hecho.
Cabe agregar que el código utiliza la palabra contribuyente para referirse a
quien debe cumplir con la obligación tributaria; solo a modo de ejemplo podemos
destacar los artículos 16, 21, 24, 39, 54 y 128.
Un contribuyente muy especial, que en el último tiempo ha comenzado a ser
muy utilizado, es la Asociación o Cuentas en Participación, que según el Código de
Comercio (artículos 507 a 510) se entiende como un contrato por el cual dos o más
comerciantes toman interés en una o muchas operaciones mercantiles instantáneas
o sucesivas, que debe ejecutar uno de ellos, en su solo nombre y bajo su crédito
personal, a cargo de rendir cuenta y dividir con sus asociados las ganancias o
pérdidas, en la proporción convenida; este tipo de asociación es esencialmente
privada, carece de personalidad jurídica, no tiene ni domicilio ni patrimonio propio,
y el gestor (quién realiza los negocios) es tenido como único dueño, y en materia
tributaria el artículo 28 del Código establece que pesa en forma exclusiva para el
socio gestor el cumplimiento de la obligación tributaria relacionada con el negocio;
sin embargo las rentas obtenidas por los partícipes con ocasión de estos negocios,
se consideran como rentas de estos, solo si se acredita la efectividad, condiciones y
monto de la participación; en tal caso cada uno tributa por su parte.
El Servicio se ha pronunciado en el sentido de que solo son admisibles estas
asociaciones para los fines del artículo 28, si se trata de comerciantes y de
operaciones mercantiles, puesto que así las define el Código de Comercio.
Otra situación especial, con respecto a quienes son contribuyentes se da en
el artículo 5 de la Ley de Renta, tratándose de la comunidad hereditaria. Se
establece la institución del “muerto vivo”, y se refiere a que fallecido el
contribuyente puede seguir tributando por las rentas de su propiedad no obstante
que no existe.
En este sentido se distinguen dos grandes etapas: al producirse la apertura
de la sucesión (fallecimiento del contribuyente) se forma una comunidad
hereditaria, en que cada comunero puede tributar según las cuotas que le
corresponden en los bienes del causante, pero la ley les permite que se siga
tributando por el causante, como si éste estuviese vivo. Esta primera etapa termina
cuando se determinan las cuotas de cada comunero en la herencia o cuando han
transcurrido tres años desde la apertura de la sucesión, contando como primer año
el que va entre la delación y el 31 de diciembre de ese año; produciéndose alguna
de estas dos circunstancias cada comunero debe tributar según la parte que le
corresponda en la herencia.
b) Representante: Los guardadores, mandatarios, administradores, interventores,
síndicos, liquidadores y cualquiera persona natural o jurídica que obre por cuenta o
beneficio de otra persona natural o jurídica.
c) Persona: Las personas naturales o jurídicas y los "representantes".
d) Residente: Toda persona natural que permanezca en Chile, más de seis meses
en un año calendario, o más de seis meses en total, dentro de dos años tributarios
consecutivos. Para lograr el carácter de residente que exige este artículo, el
contribuyente necesita mantenerse en Chile en forma ininterrumpida, durante el
período de tiempo que la misma disposición señala.
e) Unidad Tributaria: La cantidad de dinero cuyo monto, determinado por la ley y
permanentemente actualizado, sirve como medida o como punto de referencia
tributario; y por "unidad tributaria anual", aquélla vigente en el último mes del año
comercial respectivo, multiplicada por doce o por el número de meses que
comprenda el citado año comercial.
Para los efectos de la aplicación de sanciones expresadas en unidades
tributarias, se entenderá por "unidad tributaria anual" aquella que resulte de
multiplicar por doce la unidad tributaria mensual vigente al momento de aplicarse
la sanción.
f) Transformación de sociedades: El cambio de especie o tipo social efectuado por
reforma del contrato social o de los estatutos, subsistiendo la personalidad jurídica.
Del examen de esta definición se desprende que para estar en presencia de
una transformación de sociedad debe verificarse una alteración, variación o cambio
de la especie o tipo social que ha adoptado la persona jurídica; dicha variación debe
realizarse como legalmente proceda, ya sea por reforma del contrato social, en el
caso de las sociedades de personas o por modificación de los estatutos, en las
sociedades anónimas, y tanto la empresa primitiva como la derivada de la
transformación deben ser sociedades.
Es decir por transformación debe entenderse la variación de la organización
jurídica de la sociedad en otra de las clases de sociedades contempladas en nuestra
legislación, sin otra limitación que la empresa original sea una sociedad y que la
empresa transformada o resultante sea también una sociedad.
De acuerdo con lo anterior, esta definición no comprende los casos en que la
empresa primitiva o la resultante sean una persona natural, una comunidad o una
sociedad de hecho.
En cuanto a sus efectos, subsiste la misma persona jurídica, el mismo
contribuyente con distinta organización y en consecuencia, la empresa que se
transforma no debe dar aviso de término de giro.
Derechos de los contribuyentes.
Artículo 8º bis.- Sin perjuicio de los derechos garantizados por la Constitución y las
leyes, constituyen derechos de los contribuyentes, los siguientes:
1° Derecho a ser atendido cortésmente, con el debido respeto y consideración; a ser
informado y asistido por el Servicio sobre el ejercicio de sus derechos y en el
cumplimiento de sus obligaciones.
2° Derecho a obtener en forma completa y oportuna las devoluciones previstas en
las leyes tributarias, debidamente actualizadas.
3° Derecho a recibir información, al inicio de todo acto de fiscalización, sobre la
naturaleza y materia a revisar, y conocer en cualquier momento, por un medio
expedito, su situación tributaria y el estado de tramitación del procedimiento.
4° Derecho a ser informado acerca de la identidad y cargo de los funcionarios del
Servicio bajo cuya responsabilidad se tramitan los procesos en que tenga la
condición de interesado.
5° Derecho a obtener copias, a su costa, o certificación de las actuaciones
realizadas o de los documentos presentados en los procedimientos, en los términos
previstos en la ley.
6° Derecho a eximirse de aportar documentos que no correspondan al
procedimiento o que ya se encuentren acompañados al Servicio y a obtener, una vez
finalizado el caso, la devolución de los documentos originales aportados.
7° Derecho a que las declaraciones impositivas, salvo los casos de excepción legal,
tengan carácter reservado, en los términos previstos por este Código.
8° Derecho a que las actuaciones se lleven a cabo sin dilaciones, requerimientos o
esperas innecesarias, certificada que sea, por parte del funcionario a cargo, la
recepción de todos los antecedentes solicitados.
9° Derecho a formular alegaciones y presentar antecedentes dentro de los plazos
previstos en la ley y a que tales antecedentes sean incorporados al procedimiento de
que se trate y debidamente considerados por el funcionario competente.
10° Derecho a plantear, en forma respetuosa y conveniente, sugerencias y quejas
sobre las actuaciones de la Administración en que tenga interés o que le afecten.
Los reclamos en contra de actos u omisiones del Servicio que vulneren cualquiera
de los derechos de este artículo serán conocidos por el Juez Tributario y Aduanero,
conforme al procedimiento del Párrafo 2º del Título III del Libro Tercero de este
Código.
En toda dependencia del Servicio de Impuestos Internos deberá exhibirse, en un
lugar destacado y claramente visible al público, un cartel en el cual se consignen
los derechos de los contribuyentes expresados en la enumeración contenida en el
inciso primero.”
Actuaciones del Servicio.
Constituyen actuaciones del S.I.I., todos los actos o gestiones que sus
funcionarios competentes efectúen en ejercicio de las facultades que el Código
Tributario y demás leyes les confieren para la aplicación y fiscalización de los
impuestos, como por ejemplo notificar una liquidación de impuestos, giros de
impuestos, notificación de una resolución, practica de una clausura, etc.
En cuanto al funcionario competente para realizar las actuaciones, es el
indicado por la ley o el autorizado al efecto por la autoridad correspondiente.
Oportunidad Conforme al artículo 10, dichas actuaciones deben realizarse en días
hábiles y horas hábiles, a menos que por la naturaleza de los actos fiscalizados
deban realizarse en días u horas inhábiles. Para los fines de lo dispuesto en este
inciso, se entenderá que son días hábiles los no feriados y horas hábiles, las que
median entre las ocho y las veinte horas. Son feriados los días domingo y los
festivos señalados por la ley.
Sobre el particular cabe señalar que en las actuaciones del Servicio, no
resulta aplicable el feriado judicial, ni aún tratándose del ejercicio de las facultades
jurisdiccionales del Servicio. Además las actuaciones deben realizarse en horas
hábiles, es decir, entre las 08:00 y las 20:00 horas. Sin embargo el artículo 10
contempla una excepción, en cuanto permite realizar actuaciones en días y horas
inhábiles, cuando la naturaleza de los actos fiscalizados así lo requiera, como por
ejemplo la fiscalización de establecimientos comerciales que normalmente
funcionan en días y horas inhábiles, como bares, discotecas, etc.
Las notificaciones.
Es una especie de actuación del Servicio y que tiene por objeto poner en
conocimiento del contribuyente y de terceros interesados, la realización de una
determinada actuación o resolución del S.I.I. En función a esta notificación, hecha
con arreglo a la ley, es que dichas actuaciones o resoluciones producen efectos.
El artículo 13 establece una regla en cuanto al domicilio del contribuyente,
señalando que debe considerarse para los efectos de la notificación el domicilio que
el contribuyente señale en su declaración de iniciación de actividades o en la
presentación o actuación de que se trate o el domicilio indicado en la última
declaración de impuestos respectiva. Además se establece la posibilidad de que el
contribuyente señale un domicilio postal para los efectos de ser notificado en él por
Carta Certificada, en cuyo caso debe indicar la casilla, apartado postal u oficina de
correos.
Si aún de esta forma no es posible determinar el domicilio del notificado, las
notificaciones por cédula o por carta certificada deben practicarse en la habitación
del contribuyente o de su representante o en los lugares en que estos ejerzan su
actividad.
Las notificaciones, y en general las actuaciones deben realizarse por el
funcionario competente, así las notificaciones deben practicarse por un ministro de
fe. Conforme a lo que señala el artículo 86 del Código Tributario, son ministros de fe
los funcionarios del Servicio, nominativa y expresamente autorizados por el
director; y según el artículos 51 del D.F.L. N°7, los funcionarios que forman parte
de la planta de fiscalizadores tienen, de pleno derecho, el carácter de ministro de fe.
Es importante este requisito ante posibles vicios de nulidad de una notificación
sobre todo teniendo en consideración que la escasez del personal ha obligado al
Servicio ha utilizar a personal administrativo, técnico e incluso auxiliares en las
labores de fiscalización, labor que normalmente implica notificar denuncias y
resoluciones.
El Código tributario contempla las siguientes notificaciones:
1.-) Notificación personal.
2.-) Notificación por cédula.
3.-) Notificación por carta certificada.
4.-) Notificación por aviso postal simple.
5.-) Notificación por aviso en el diario oficial.
6.-) Notificación por aviso en los diarios.
7.-) Notificación por correo electrónico.
8.-) Notificación por página Web.
9.-) Notificación tácita.
Normas comunes a las notificaciones.
El Código Tributario contiene normas comunes aplicables a todas las
notificaciones, las cuales son:
1.- Las notificaciones deben, practicarse en tiempo hábil: las notificaciones son
actuaciones del Servicio y por ende deben practicarse en días y horas hábiles
conforme al artículo 10 del Código Tributario.
Artículo 10 del Código Tributario: “Las actuaciones del Servicio deberán
practicarse en días y horas hábiles, a menos que por la naturaleza de los actos
fiscalizados deban realizarse en días u horas inhábiles. Para los fines de lo dispuesto
en este inciso, se entenderá que son días hábiles los no feriados y horas hábiles, las
que median entre las ocho y las veinte horas.
Los plazos de días insertos en los procedimientos administrativos establecidos
en este Código son de días hábiles, entendiéndose que son inhábiles los días sábado,
domingo y festivos.
Son horas hábiles las que median entre las 8:00 y 20:00 horas.
El artículo 131 del Código Tributario establece que los plazos de días
contemplados en el Libro Tercero comprenden únicamente días hábiles. Por su
parte, el artículo 59 del Código de Procedimiento Civil señala que “son días hábiles
los no feriados”.
Si bien el artículo 313 del Código Orgánico de Tribunales dice que son días
feriados “los que la ley determina y los comprendidos en el tiempo de vacaciones de
cada año, que comenzará el 1° de febrero y durará hasta el 1° de marzo”, lapso este
último que se conoce como Feriado Judicial, precepto que no rige en materia
tributaria según lo contempla expresamente el artículo 131 en referencia.
Las notificaciones deben, practicarse en lugar hábil: el Código Tributario
establece que:
a.- La notificación por carta certificada debe hacerse enviando dicha carta a la
casilla postal del notificado, o en defecto a su domicilio.
b.- La notificación por cédula deberá ser entregada en el domicilio del notificado.
c.- La personal debe hacerse en cualquier lugar que se encuentre o sea habido el
notificado.
Artículo 13 del Código Tributario: Para los efectos de las notificaciones, se tendrá
por domicilio:
a.- El que indique el interesado en la presentación o actuación de que se trate;
b.- El que indique el contribuyente en su declaración de iniciación de actividades:
c.- El que conste en la última declaración del impuesto respectiva;
d.- El domicilio postal, tratándose de notificaciones por carta certificada.
Según las instrucciones dadas por el Servicio, dicho organismo puede optar
por cualquiera de los domicilios señalados para efectuar la respectiva diligencia de
notificación.
A falta de los domicilios señalados, se ha previsto por el legislador, según
establece el inciso final del artículo 13º, que la notificación por cédula o por carta
certificada pueda practicarse en los lugares donde es más probable que se
encuentre la persona que debe ser notificada y así tome conocimiento de la
notificación, y al efecto considera como tales: “la habitación del contribuyente o de
su representante, esto es, el lugar o morada donde la persona pernocte, o los
lugares en que éstos ejerzan su actividad. Si estos últimos fueren dos o más, la
notificación por cédula podrá hacerse en cualquiera de ellos.
3.- Las notificaciones deben ser practicadas por un ministro de fe:
Artículo 51 D.F.L. Nº7: “Los funcionarios pertenecientes a la planta de
fiscalizadores, tendrán de pleno derecho el carácter de ministro de fe, para todos los
efectos que señala el articulo 86º del Código Tributario.”
Artículo 86 del Código Tributario: “Los funcionarios del servicio, nominativa y
expresamente autorizados por el director, tendrán el carácter de ministros de fe, para
todos los efectos de este código y las leyes tributarías y en los procesos por delitos
que digan relación con el cumplimiento de obligaciones tributarias.”
4.- El consentimiento del notificado: Para que la notificación quede perfecta no se
requiere que el notificado consienta en ella ni que estampe su firma o no ejecute
acto alguno durante la diligencia.
5.- Recepción de la carta: Si el funcionario de correos no encuentra al notificado en
su domicilio, o si la persona adulta presente en él, se niega a recibir la carta o
firmar su recibo, o si remitida al domicilio postal registrado en correos, dicha carta
no es retirada dentro del plazo de 15 días contado de su envío, debe dejarse
constancia de este hecho en la carta, bajo la firma del funcionario y la del Jefe de la
Oficina de Correos que corresponda, se devolverá al Servicio, aumentándose o
renovándose por este hecho los plazos de prescripción que establece el artículo 200
en tres meses, contados desde la recepción de la carta devuelta.
Cabe hacer presente, que conforme el artículo 11 inciso 1º del Código
Tributario: ”Toda notificación que el servicio deba practicar se hará personalmente,
por cédula o por carta certificada dirigida al domicilio del interesado, salvo que una
disposición expresa ordene otra forma de notificación.”
1.- La notificación personal.
Es la que se efectúa entregando personalmente al notificado, copia íntegra de
la resolución o documento que deba ser puesto en su conocimiento.
La notificación personal es sin lugar a dudas la más perfecta de todas las
notificaciones, puesto que en ella hay certeza de que el interesado ha tomado
conocimiento de la resolución o actuación que se le notifica.
Constancia de la Notificación Personal:
Como toda clase de notificación, de esta debe dejarse constancia o
certificación por escrito del lugar, día y hora en que se realiza con la firma y timbre
del funcionario encargado de la diligencia.
2.- La notificación por cédula.
Concepto: Consiste en entregar en el domicilio del notificado una cédula que
contenga la copia integra de la resolución o actuación de que se trata con los datos
necesarios para su acertada inteligencia.
Artículo 11 inciso 1º del Código Tributario: “Toda notificación que el servicio
deba practicar se hará personalmente, por cédula o por carta certificada dirigida al
domicilio del interesado, salvo que una disposición expresa ordene otra forma de
notificación.”
Artículo 12 inciso 1º del Código Tributario: “En los casos en que una
notificación deba hacerse por cédula, esta deberá contener copia integra de la
resolución o actuación de que se trata, con los datos necesarios para su acertada
inteligencia. Será entregada por el funcionario del servicio que corresponda, en el
domicilio del notificado, a cualquiera persona adulta que se encuentre en él, y si no
hubiere persona adulta que la reciba, se dejara la cédula en ese domicilio.”
Etapas de la notificación por cédula:
a. Entregar la cédula o copia: En ésta el funcionario del Servicio (ministro de fe)
debe entregar la cédula, copia o documento en el domicilio del notificado a
cualquier persona adulta que se encuentre.
Si no se encuentra persona adulta en el domicilio, el documento a notificar
deberá dejarse en ese domicilio.
b.- Diligencia adicional cuando no se encuentre persona adulta en el domicilio:
Cuando el funcionario del servicio no encuentre a ninguna persona adulta en el
domicilio del notificado, deberá enviar aviso al notificado el mismo día
comunicándole el hecho de la notificación mediante carta certificada.
¿Cuando se exige la notificación por cédula?
1.- Artículo 161 Nº1 del Código Tributario: “Las sanciones por infracción a las
disposiciones tributarias, que no consistan en penas corporales, serán aplicadas
por el Director Regional competente o por funcionarios que designe conforme a las
instrucciones que al respecto imparta el director, previo el cumplimiento de los
tramites que a continuación se indican:
En conocimiento de haberse cometido una infracción o reunidos los
antecedentes que hagan verosímil su comisión, se levantará un acta por el
funcionario competente del servicio, la que se notificara personalmente o por
cédula.
2.- Artículo 165 Nº2 del Código Tributario: “Las denuncias por las infracciones
sancionadas en los números…., del artículo 97, se someterán al procedimiento que a
continuación se señala:
En los casos a que se refieren los números …, del artículo 97, las infracciones
serán notificadas personalmente o por cédula por los funcionarios del servicio, y las
multas respectivas serán giradas inmediatamente de vencido el plazo a que se refiere
el numero siguiente, en caso de que el contribuyente no haga uso del recurso
establecido en dicho número. Si se presenta este recurso, se suspenderá el giro de la
multa hasta que se resuelva sobre los descargos del contribuyente.”
3.- La notificación por carta certificada.
Concepto: Es la que se practica dirigiendo al domicilio del interesado una
carta certificada.
Se materializa con la entrega que hace el funcionario de correos de Chile a
cualquier persona adulta que se encuentre en el lugar de la notificación.
La persona que recibe la carta, debe firmar el recibo correspondiente.
Artículo 11 inciso 2º Código Tributario: “La carta certificada mencionada en el inciso
precedente podrá ser entregada por el funcionario de correos que corresponda, en el
domicilio del notificado, a cualquiera persona adulta que se encuentre en él, debiendo
esta firmar el recibo respectivo.”
Según lo dispuesto en el inciso segundo del nuevo artículo 13º, el
contribuyente podrá también fijar un domicilio postal para ser notificado por carta
certificada, señalando para tal efecto, la casilla o apartado postal u oficina de
correos donde ésta deberá remitírsele.
De este modo, los contribuyentes que por cualquier circunstancia, tengan
dificultades para la recepción de su correspondencia, pueden superar dicho
inconveniente fijando un domicilio postal para recibir oportunamente los avisos y
notificaciones que el Servicio les remita.
Conforme las instrucciones del Servicio la carta certificada debe remitirse en
primer lugar al domicilio postal fijado, y a falta de éste al que indique el
contribuyente en su declaración de iniciación de actividades o al que indique el
interesado en su presentación o actuación o al que conste en la última declaración
de impuesto respectiva.
A falta de los domicilios indicados en el párrafo precedente, la notificación
por carta certificada puede practicarse, según lo dispuesto en el inciso final del
artículo 13º, en la habitación del contribuyente o de su representante en los lugares
en que estos ejerzan su actividad.
La carta certificada remitida al domicilio postal, debe ser retirada por el
interesado o su representante, dentro del plazo de 15 días contados desde su envío
por el Servicio. El funcionario de Correos debe hacer entrega de la carta al
interesado o a la persona a la cual éste haya conferido poder para retirar su
correspondencia, debiendo estas personas firmar el recibo respectivo.
En cuanto a la entrega de la carta certificada, se ha previsto en el artículo
11, inciso cuarto, que en el evento que el funcionario de correos no encontrare en el
domicilio al notificado o a otra persona adulta o éstos se negaren a recibirla o a
firmar el recibo, o no retiraren la remitida al domicilio postal dentro del plazo de 15
días contados desde su envío, se proceda a dejar constancia de este hecho en la
carta y luego, bajo la firma del funcionario y del Jefe de la Oficina de Correos que
corresponda, se devuelva al Servicio.
El procedimiento que se ha establecido permite al Servicio tener la certeza de
que la carta no ha sido entregada al destinatario, y puede adoptar, en tal evento, las
medidas conducentes para practicar la notificación por otros medios, que pueden
ser la notificación personal o por cédula, evitándose el riesgo de que se promuevan
incidentes de nulidad por falta de notificación.
La devolución de la carta certificada determina, según lo dispuesto en el
inciso cuarto del artículo 11º, que se aumenten o renueven, en tres meses, los
plazos de prescripción para revisar, liquidar y girar impuestos y aplicar las
sanciones pecuniarias que accedan a los impuestos adeudados que establece el
artículo 200º del Código Tributario. En consecuencia, si la carta devuelta es
recibida antes de que haya vencido el plazo de prescripción normal, se produce el
aumento de tres meses a contar del último día del plazo y si ésta se recibe después
de transcurrido el plazo de prescripción, éste se renueva por un término de tres
meses a contar de la recepción por el Servicio de la carta devuelta.
La recepción de la carta por el Servicio se acreditará con el atestado de un
Ministro de Fe, quien debe dejar constancia, en el mismo sobre, de la fecha en que
ésta ha sido devuelta por Correos. Dicho sobre se agrega a los antecedentes del
caso respectivo.
Cómputo de los plazos en las notificaciones por carta certificada:
En las notificaciones por carta certificada los plazos que hubieren de
computarse empiezan a correr tres días hábiles completos después del envío de la
carta.
Debe entenderse por fecha de envío la fecha en que la respectiva oficina del
S.I.I., entrega la carta al servicio de correos y este certifica su recepción.
Constancia del envío de la carta certificada:
Los funcionarios del S.I.I. encargados del despacho de la carta certificada
deben dejar constancia del hecho del envío en el expediente o documento de que se
trata estampando el lugar, fecha, su firma y timbre.
Recepción de la carta certificada después de los tres días:
En ciertos casos calificados el interesado puede ser admitido a probar que
recibió la carta certificada después del mencionado plazo de tres días.
Si así fuese, los plazos correspondientes solo empiezan a correr desde la
fecha en que efectivamente se entregó la carta certificada en el domicilio del
destinatario.
4.- La notificación por aviso postal simple.
Artículo 11 inciso final del Código Tributario: “Las resoluciones que
modifiquen los avalúos de bienes raíces podrán ser notificadas mediante el envío de
un aviso postal simple dirigido a la propiedad afectada o al domicilio que para estos
efectos el propietario haya registrado en el Servicio, y a falta de éste, al domicilio del
propietario que figure registrado en el Servicio. Estos avisos pueden ser
confeccionados por medios mecánicos y carecer de timbres y firmas.”
Conforme a lo establecido en el inciso fin del artículo 11, las resoluciones que
modifiquen los avalúos y/o contribuciones de bienes raíces, se pueden notificar por
medio de aviso postal simple. Respecto del lugar hábil para enviar el aviso postal, el
Código Tributario permite que además de poder ser remitida a la propiedad
afectada, puede remitírsele también al domicilio que para estos efectos el
propietario haya registrado en el Servicio y a falta de éste, al domicilio del
propietario que figure registrado en el Servicio.
5.- La notificación por aviso en el diario oficial.
Concepto: Es la que se practica, haciendo publicar un aviso por una vez en
el diario oficial.
Las actuaciones del servicio que deben ser publicadas en el diario oficial son
las que cumplen con dos condiciones que señalaremos sin perjuicio de otras a las
que específicamente se refiere la ley.
a.- Que sean de carácter general: Esto es, que estén dirigidas o afecten a grupos
mas o menos extensos de contribuyentes, los que por esta razón no puedan
individualizarse, como por ejemplo, los arrendatarios agrícolas, los dueños de taxis.
b.- Que sea preciso que se notifique a estos contribuyentes a fin de que ajusten su
conducta tributaria a los preceptos o instrucciones contenidos en las resoluciones,
oficios o actuaciones publicadas, es decir, las actuaciones generales que se
publiquen deben ser aquellas destinadas a orientar o seguir la conducta tributaria
de los contribuyentes o a instruirlos respecto de modalidades administrativas que
ellos deben observar para una mejor fiscalización o una más expedita atención.
En consecuencia, esta forma de notificación se utiliza, tanto para comunicar
resoluciones o instrucciones que tienen un efecto vinculatorio general, como para
hacer oponible a terceros resoluciones de carácter particular.
Según el artículo 15 del Código Tributario, las notificaciones por avisos y las
resoluciones o los avisos, relativos a actuaciones de carácter, general, que deban
publicarse, se insertarán por una vez en el diario oficial, pudiendo disponer el
Director, Subdirectores o Directores Regionales su publicación en extracto.
6.- Notificación por aviso en diarios.
Artículo 43. Tiene carácter excepcional y se refiere a modificaciones de la
tasa o alteración del avalúo por reajustes automáticos en materia de impuesto
territorial. El Artículo 6 letra a Nº4, permite al Director aplicar este tipo de
notificación a otros casos.
7.- Notificación por correo electrónico.
Se encuentra regulada en el inciso 1° del artículo 11 del Código Tributario el
cual dispone que “Toda notificación que el Servicio deba practicar se hará
personalmente, por cédula o por carta certificada dirigida al domicilio del interesado,
salvo que una disposición expresa ordene otra forma de notificación o que el interesado
solicite para sí ser notificado por correo electrónico. En este último caso, la notificación
se entenderá efectuada en la fecha del envío del correo electrónico, certificada por un
ministro de fe. El correo contendrá una trascripción de la actuación del Servicio,
incluyendo los datos necesarios para su acertada inteligencia, y será remitido a la
dirección electrónica que indique el contribuyente, quien deberá mantenerla actualizada,
informando sus modificaciones al Servicio en el plazo que determine la Dirección.
Cualquier circunstancia ajena al Servicio por la que el contribuyente no reciba el correo
electrónico, no anulará la notificación.”
Además, mediante la ley 20.780 se complementa dicha regulación en los
siguientes términos: “La solicitud del contribuyente para ser notificado por correo
electrónico regirá para todas las notificaciones que en lo sucesivo deba practicarle el
Servicio, sin perjuicio de lo dispuesto en el inciso final de éste artículo. En cualquier
momento el contribuyente podrá dejar sin efecto esta solicitud, siempre que en dicho
acto individualice un domicilio para efectos de posteriores notificaciones. Tratándose
de los contribuyentes obligados a emitir documentos tributarios en formato distinto
del papel, el Servicio utilizará para los efectos indicados en el presente artículo, las
mismas direcciones de correo electrónico que el contribuyente use para la emisión de
tales documentos o las que hubiere señalado en sus declaraciones de impuesto. Una
copia de la notificación y de la actuación se entregará digitalmente al contribuyente o
su representante a la dirección de correo electrónico antes indicada. La falta de
dirección de correo electrónico del representante o la no recepción de la notificación
por parte de éste último no invalidarán la notificación enviada a la dirección de correo
electrónico utilizada o señalada en las declaraciones de impuesto. El Servicio deberá
tener y conservar un registro donde conste la no recepción de las notificaciones
electrónicas cuando la dirección de correo electrónico utilizada por el contribuyente
para emitir documentos o aquella señalada en sus declaraciones de impuestos
presente fallas o problemas de recepción. El Servicio, además, mantendrá en su
página web y a disposición del contribuyente en su sitio personal, una imagen digital
de la notificación y actuación realizadas.”
8.- Notificación por página web.
Para los efectos administrativos, se encuentra en el artículo 13 del Código
Tributario y regirá a partir del 30 de septiembre de 2015, conforme lo dispone la
Ley 20.780.
Dicha notificación está regulada en los siguientes términos: “El Servicio podrá
notificar a través de su página web al contribuyente que no concurra o no fuere
habido en el domicilio o domicilios declarados, cuando, en un mismo proceso de
fiscalización, se hayan efectuado al menos dos intentos de notificación sin resultado,
hecho que certificará el ministro de fe correspondiente. Para estos efectos, entre un
intento de notificación y otro deben transcurrir al menos quince días corridos. En
estos casos, la notificación se hará a través del sitio personal del contribuyente
disponible en la página web del Servicio y comprenderá una imagen digital de la
notificación y actuación respectivas. El Jefe de oficina dispondrá además, mediante
resolución, la publicación de un resumen de la actuación por contribuyente o grupos
de ellos. Un extracto de la resolución se publicará en un diario de circulación nacional
y en formato de papel, indicando el rol único tributario del contribuyente respectivo,
su nombre o razón social, el tipo y folio de actuación realizada, y el folio y fecha de la
notificación electrónica. En ningún caso se indicarán valores o partidas revisadas.
También se publicará en la página web del Servicio la referida resolución o un
extracto de ella cuando comprenda a grupos de contribuyentes.”
Para los efectos judiciales, actualmente vigente, se encuentra regulado en el
artículo 131 bis del Código Tributario que dispone “Las resoluciones que dicte el
Tribunal Tributario y Aduanero se notificarán a las partes mediante la publicación de
su texto íntegro en el sitio en Internet del Tribunal.
Se dejará testimonio en el expediente y en el sitio en Internet de haberse
efectuado la publicación y de su fecha. Los errores u omisiones en dichos testimonios
no invalidarán la notificación.”
9.- Notificación tácita.
Artículo 55 C.P.C.: “Aunque no se haya verificado notificación alguna o se
haya efectuado en otra forma que la legal, se tendrá notificada una resolución
desde que la parte a quien afecte haga en el juicio cualquiera gestión que suponga
conocimiento de dicha resolución sin haber antes reclamado la falta o nulidad de la
notificación.
Asimismo, la parte que solicito la nulidad de una notificación, por el solo
ministerio de la ley, se tendrá por notificada de la resolución cuya notificación fue
declarada nula, desde que se le notifique la sentencia que declara tal nulidad. En
caso que la nulidad de la notificación haya sido declarada por un tribunal superior,
esta notificación se tendrá por efectuada al notificársele el ”cúmplase” de dicha
resolución.”
Aunque no se haya verificado notificación alguna o se haya efectuado en otra
forma que la legal, se tendrá por notificada una resolución desde que la parte a
quien afecte haga en el juicio cualquier gestión que suponga conocimiento de dicha
resolución sin haber reclamado de la falta o nulidad de la notificación.
De las actuaciones del contribuyente y de los plazos.
Ante el S.I.I., se puede actuar personalmente o a través de representantes
legales o mandatarios, y esta circunstancia se da en todo orden de materias, tanto
en materias administrativas como jurisdiccionales, sin embargo, a objeto de
determinar la forma en que se puede acreditar el mandato tratándose de la
comparecencia por mandatario, debemos distinguir si se realiza para efectos
administrativos o jurisdiccionales:
1.-) Actuaciones en materia administrativa relacionadas con el Servicio.
Según el artículo 9 del Código, la única formalidad que se exige es que conste
por escrito, si el Servicio tiene dudas con respecto a la representación, de todas
formas debe aceptar la actuación, y el Servicio tiene la facultad de exigir que se
ratifique lo obrado o que se ratifique fehacientemente la existencia del vínculo. Si el
Servicio hace uso de esta facultad, debe señalar un plazo y también percibir al
compareciente en el sentido de que si no da cumplimiento, se tendrá por no hecha
la presentación o no realizada la actuación para todos los efectos legales.
Respecto a los procedimientos administrativos establecidos en este Código,
los plazos de días insertos son de días hábiles, entendiéndose que son inhábiles los
días sábado, domingo y festivos.
Los plazos se computarán desde el día siguiente a aquel en que se notifique o
publique el acto de que se trate o se produzca su estimación o su desestimación en
virtud del silencio administrativo. Si en el mes de vencimiento no hubiere
equivalente al día del mes en que comienza el cómputo, se entenderá que el plazo
expira el último día de aquel mes.
Cuando el último día de un plazo de mes o de año sea inhábil, éste se
entenderá prorrogado al primer día hábil siguiente.
Finalmente, las presentaciones que deba hacer el contribuyente, que pendan
de un plazo fatal, podrán ser entregadas hasta las 24 horas del último día del plazo
respectivo en el domicilio de un funcionario habilitado especialmente al efecto. Para
tales fines, los domicilios se encontrarán expuestos al público en un sitio destacado
de cada oficina institucional.
2.-) Actuaciones en materia jurisdiccional: Se encuentran reguladas en el
Libro Tercero del Código Tributario.
LOS DEBERES TRIBUTARIOS U
OBLIGACIONES TRIBUTARIAS ACCESORIAS.

Como se dijo con anterioridad, la obligación tributaria consiste en pagar una


determinada suma de dinero; sin embargo, también se señaló que existían ciertas
obligaciones anexas a la principal o deberes que la complementan, que sirven para
su cumplimiento.
Son de todo tipo y afectan indistintamente al contribuyente y a terceros. Las
que afectan a terceros normalmente son de control, como por ejemplo, los notarios
deben dejar constancia del pago del impuesto a la herencia en los documentos que
se refieren a la materia; en las transferencias de inmuebles pertenecientes a una
sucesión; así como del pago del impuesto de timbres y estampillas en los
documentos que dan cuenta de las operaciones gravadas con este impuesto, etc.
También existen algunas de estas obligaciones que afectan a terceros que sirven a
la recaudación de los impuestos, ejemplo: las que afectan a los empresarios, al
empleador respecto de los impuestos que gravan las rentas que paga a sus
trabajadores dependientes y los impuestos que retiene a los profesionales que le
prestan servicios.
En cuanto a las obligaciones que afectan al contribuyente, éstas dicen
relación con el llamado “ciclo de vida del contribuyente”, que es la obligación que
pesa sobre toda persona o entidad de comunicar al Servicio todo hecho de
importancia para el cumplimiento de los fines del mismo, desde el momento en que
nace a la vida tributaria y las modificaciones de importancia que sufra, hasta el
momento en que cesa su actividad como contribuyente.
Los principales deberes tributarios u obligaciones accesorias son:
1.-) Inscripción en el R.U.T. (Artículo 66).
En virtud de lo dispuesto en el artículo 66 del Código Tributario, deben estar
inscritas en el Rol Único Tributario, todas las personas naturales y jurídicas y las
entidades o agrupaciones sin personalidad jurídica, pero susceptibles de ser sujetos
de impuestos, que en razón de su actividad o condición causen o puedan causar
impuestos.
El Servicio de Impuestos Internos, con el objeto de simplificar los
procedimientos administrativos, dispuso que el trámite de iniciación de actividades
y el de inscripción en el RUT se hagan conjuntamente con dos formularios
simultáneos.
Cabe expresar que en la actualidad, tratándose de las personas naturales
que tienen cédula de identidad, no es necesario este trámite, ya que las
numeraciones se han uniformado; no obstante, mantiene su importancia
tratándose de personas jurídicas, en que precisamente constituye un trámite
obligatorio en la formación de la empresa.
2.-) Inscripción en los registros especiales (Artículo 67).
Los casos más comunes son los de inscripción en el registro de retenedores,
tratándose de los compradores de trigo, arroz, productos hidrobiológicos, etc.
3.-) Aviso de iniciación de actividades (Artículo 68 del Código
Tributario).
Atento lo dispuesto en la norma legal en comento, los siguientes
contribuyentes deben hacer una declaración jurada de inicio de actividades:
a.-) Artículo 20° N°1 Letras a) y b) del DL Nº 824: Aquellos que posean o exploten a
cualquier título bienes raíces agrícolas que tributan sobre renta efectiva; y los
contribuyentes propietarios o usufructuarios de bienes raíces agrícolas, que
cumplan los requisitos legales, los cuales tributan sobre la base de renta presunta.
b.-) Artículo 20° N° 3, 4 y 5 del DL Nº 824: Actividades de la industria y el comercio;
los servicios de gran escala; y todas las rentas, cualquiera sea su origen, naturaleza
o denominación, cuya imposición no esté establecida expresamente en otra
categoría ni se encuentren exentas.
c.-) Artículo 42° N°2 del DL Nº 824: Ingresos provenientes de las actividades
liberales o de cualquiera otra profesión u ocupación lucrativa.
d.-) Artículo 48° del DL Nº 824: Constituido por las participaciones o asignaciones
percibidas por los directores o consejeros de las S.A., quienes están afectos al
impuesto global complementario o adicional, según corresponda; el primero para
los domiciliados o residentes en Chile y el segundo para los no domiciliados ni
residentes en Chile.
Se encuentran exentos de esta obligación, aquellos que obtienen rentas de
los inmuebles no agrícolas, de capitales mobiliarios (Artículo 20 Nº1 letras c), d), e)
y f) y 20 Nº2 de la ley de renta) y a los trabajadores dependientes (Artículo 42 Nº1
ley de renta).
En cuanto a la oportunidad para cumplir con este deber, ello debe ser dentro
del plazo de los 2 meses siguientes a aquel en que se dio inicio a las actividades. El
plazo se cuenta desde el mes siguiente a aquel en el cual se verificó el hecho cierto
consistente en el inicio de actividades de que se trate. De esta forma, si se inicia con
fecha 15 de octubre el plazo vence el 31 de diciembre.
Tratándose de sociedades, es importante tener en cuenta que la iniciación es
un hecho cierto y determinado, que no necesariamente coincide con las
declaraciones que se puedan hacer en la escritura social, de esta forma, es posible
que una sociedad se cree y se disuelva sin que haya hecho inicio de actividades y
sin que haya dado este aviso.
A este respecto, se debe tener en consideración que el artículo 68° inciso 2°
del Código Tributario, entiende que se inician actividades “cuando se efectúe
cualquier acto u operación que constituya el elemento necesario para la determinación
de los impuestos periódicos que afecten a la actividad que se desarrollará, o que
generen los referidos impuestos”.
Las actividades que generan esta obligación pueden ser dos:
I.-) Aquella que genere el elemento necesario para determinar la base
imponible de un tributo;
II.-) Aquella que genere el impuesto.
Esta declaración se realiza en un formulario único que facilita el propio
Servicio de Impuestos Internos, el que contiene todos los datos necesarios para el
enrolamiento del contribuyente en cada uno de los registros en que deba inscribirse
y con este trámite se entiende que el contribuyente cumple con las distintas
obligaciones de inscripción que se requieran.
Casos en que el Director puede eximir de la obligación de presentar
declaración de inicio de actividades:
a.-) Contribuyentes de escasos recursos económicos o que no tengan la
preparación necesaria para hacer la declaración de inicio de actividades, sin
perjuicio de que el Director disponga que la declaración de inicio de actividades se
haga mediante un procedimiento simplificado. En estos casos los contribuyentes
podrán acogerse a este beneficio, dentro del plazo de 90 días de publicada la
resolución que la otorgue, lo que no obsta a que voluntariamente se sometan al
régimen normal de declaración de inicio de actividades.
b.-) Contribuyentes no domiciliados ni residentes en Chile, en alguno de los
siguientes casos:
I.-) Cuando sólo obtengan rentas derivadas de la tenencia o la enajenación de
capitales mobiliarios (venta a un precio mayor al precio de adquisición). Artículo 20
N°2 del DL Nº 824.
II.-) Que obtengan otras rentas establecidas por resolución del Servicio de
Impuestos Internos.
Este beneficio se puede otorgar aun cuando el contribuyente extranjero haya
designado en Chile a un representante que se haga cargo de la inversión en nuestro
país.
Conjuntamente con lo anterior, el artículo 68 del Código Tributario dispone
que el contribuyente debe informar al Servicio además, todo cambio de importancia
que se produzca en su vida comercial o industrial, es decir, debe actualizar la
información proporcionada al Servicio; así por ejemplo, debe comunicar toda
modificación de la razón social de la empresa, cambios de domicilio, apertura o
cierre de sucursales, modificaciones en cuanto a los representantes de la empresa,
nuevos aportes o disminución del capital social, la conversión de la empresa
individual en sociedades, aporte de todo el activo y pasivo social a otra sociedad,
etc.
Para tales efectos, el Servicio de Impuestos Internos estableció que las
modificaciones a los datos consignados en el formulario de inicio de actividades
deben avisarse al ente fiscalizador dentro del plazo de 15 días hábiles de sucedida
la modificación (Resolución N°55 de 29/09/2003).
La Resolución N°55 de 29 de Septiembre del año 2003, establece:
1° Los contribuyentes, cuyas rentas estén gravadas en la Primera y Segunda
Categorías a que se refieren los números 1°, letras a) y b), 3°, 4° y 5° de los artículos
20°, 42° N°2 y 48° de la Ley sobre Impuesto a la Renta, deberán poner en
conocimiento del Servicio las siguientes modificaciones efectuadas a los datos y
antecedentes contenidos en el formulario de Inicio de Actividades:
a) Modificación de Razón Social;
b) Cambio de domicilio;
c) Modificación de la actividad o giro declarado;
d) Apertura, cambio o cierre de sucursal;
e) Modificación del domicilio postal (Casilla, o Apartado Postal, u Oficina de
Correos);
f) Ingreso, retiro o cambio de socios o comuneros (cesión de derechos); modificación
del porcentaje de participación en el capital y/o utilidades;
g) Aporte de capital de Personas Jurídicas;
h) Cambio de representantes y sus domicilios;
i) Transformación de sociedades;
j) Conversión de empresa individual en sociedad;
k) Aporte de todo el activo y pasivo a otra sociedad;
l) Fusión de sociedades;
m) Absorción de sociedades, y
n) División de sociedades.
2° Este aviso deberá darse expresamente en la Unidad del Servicio que corresponda
a la jurisdicción del domicilio del contribuyente, utilizando los formularios
especialmente diseñados para tal efecto, dentro del plazo de quince días hábiles
siguientes a la fecha de la modificación de los datos o antecedentes, o a contar de la
fecha de inscripción en el Registro de Comercio, en los casos que ella sea
pertinente. En el caso de modificaciones del porcentaje de participación en las
utilidades, los contribuyentes tendrán plazo hasta el 31 de enero del año
inmediatamente siguiente a aquel en que se practicó la modificación en cuestión,
para comunicarlo al Servicio.
3° Derógase la Resolución N° Ex. N°5791, de fecha 20-11-1997.
4° Aquellas sociedades que hubiesen modificado los porcentajes de participación en
el capital, previo a la entrada en vigencia de esta Resolución, tendrán plazo hasta el
día 30 de septiembre de 2003 para cumplir con esta obligación, a través del
Formulario 3239, Formulario de Modificación Actualización de la Información.
5° Esta resolución entrará en vigencia a partir de su publicación en el Diario
Oficial".
4.-) Aviso de término de giro (Artículo 69 del Código Tributario).
Según el artículo 69 del Código Tributario, toda persona natural o jurídica
que por término de su actividad industrial o comercial o por cese de su actividad
deja de estar afecta a impuesto, debe comunicarlo por escrito al Servicio dentro de
los 2 meses siguientes al término del giro o actividad.
Las obligaciones son:
a.-) Dar el aviso escrito en el formulario que al efecto proporcione el Servicio.
b.-) Acompañar el balance final o los antecedentes que el Servicio estime
necesarios para el cálculo de los impuestos adeudados.
c.-) Pagar los impuestos correspondientes calculados hasta la fecha del
balance.
Presentada la solicitud por el contribuyente, el Servicio revisa y se
determinan los impuestos a pagar y, una vez concluido el trámite, el Servicio otorga
un certificado de término de giro.
Efecto del aviso de término de giro.
El aviso de término de giro, da inicio a un procedimiento de fiscalización por
los impuestos que pudieran adeudarse, pues el certificado de término de giro que el
Servicio de Impuestos Internos otorgue con motivo del aviso, zanjará
definitivamente la situación tributaria del contribuyente, pues, según lo dispuesto
en el artículo 25 del Código Tributario, la liquidación de impuestos que se efectúe
se estimará como definitiva para todos los efectos legales, sin perjuicio del derecho
de reclamación del contribuyente si procediera. Pese a lo antes expresado, en el
certificado de termino de giro que el órgano fiscalizador extiende al finalizar el
proceso de término de actividades, hay una leyenda que señala: "...Se deja
constancia de que el contribuyente se responsabiliza de los impuestos que se
adeuden o que resultaren adeudarse por futuras revisiones que se practiquen
conforme a la Ley, para lo cual es necesario conservar, por lo menos durante seis
años los libros y demás documentos contables".
Situación de la conversión de la empresa individual en sociedad; aporte
del total de activos y pasivos; fusión de sociedades; transformación de la
sociedad y compra de los bienes con ocasión del término de giro (Artículos 69,
71, 8 Nº13).
Según el artículo 71, producido el cese de la actividad de un contribuyente
por venta, cesión o traspaso a otra de sus bienes, negocios o industria, el
adquirente queda responsable en calidad de fiador de las deudas tributarias que
afectaban al anterior propietario y que se refieren a los bienes vendidos, cedidos o
transferidos. Esto significa que el adquirente va a responder subsidiariamente
respecto del deudor principal, motivo por el cual, las notificaciones de las
correspondientes citaciones, liquidaciones y giro debe hacerse a ambos.
El artículo 69 inciso 2º, señala que siempre que se produzca la conversión de
una empresa individual, es decir, en aquellos casos en que el contribuyente es una
persona natural y pasa a formar una sociedad que continúa el giro, y en aquellos
casos en que una sociedad aporta a otra el total de sus activos y pasivos o en
aquellos casos en que una sociedad se fusiona con otra, ya sea porque es absorbida
por otra sociedad o porque se junta con otra y crea una tercera sociedad; es
necesario que se dé el correspondiente aviso de término de giro, sin perjuicio, de la
responsabilidad como fiador de la sociedad que se crea o subsiste.
Más adelante, la norma contempla una situación de excepción, en términos
que si la sociedad que se crea producto de la conversión de la empresa individual, o
la sociedad que se crea o subsiste a raíz del aporte del total de activos y pasivos o
de la fusión; se hace responsable en la correspondiente escritura de las deudas
tributarias que afectaban al empresario individual, al aportante o a la sociedad
original, no será necesario hacer el aviso de término de giro. Cabe hacer presente,
que en el caso de la conversión, la responsabilidad que adquiere la nueva sociedad
es solidaria.
Si la sociedad no hace la declaración de responsabilidad, debe hacer término
de giro y se aplica el artículo 71; si la sociedad hace la declaración de
responsabilidad no es necesario hacer término de giro; en todo caso, la empresa que
desaparece debe hacer un balance de término de giro y la sociedad que se crea o
subsiste pagar los impuestos de la renta que se determinen dentro de los 2 meses
siguientes, y los demás en los periodos correspondientes.
Estas figuras son distintas de la figura definida como transformación en el
artículo 8 Nº13. En este caso, estamos ante un mismo contribuyente que es una
sociedad y que cambia su ropaje jurídico, convirtiéndose en un tipo distinto de
sociedad de las muchas que existen, subsistiendo para fines tributarios, su
personalidad jurídica, incluso conservando el mismo número de R.U.T. En esta
situación, no es necesario dar aviso de término de giro, ni tampoco hacer la
declaración de responsabilidad, ya que se trata de la misma persona y no puede ser
deudor solidario de sí mismo.
El artículo 69 inciso 3º, señala la situación por cambio de giro o
transformación, cuando el contribuyente queda afecto a un régimen tributario
distinto, en el mismo ejercicio. Frente a este escenario, el contribuyente deberá
separar los resultados sólo para los efectos de determinar los impuestos
correspondientes. Con esto se confirma la idea de que en la transformación se trata
de una misma persona jurídica que cambia su ropaje jurídico.
Casos en que no hay obligación de avisar el término de giro.
En las siguientes situaciones el contribuyente no debe avisar el término de
sus actividades:
1.-) Empresas individuales que se conviertan en sociedades de cualquier
naturaleza, cuando la sociedad que se crea se haga responsable solidariamente, en
la respectiva escritura social, de todos los impuestos que se adeudaren por la
empresa individual, relativas a su giro o actividad.
2.-) Sociedades de cualquier naturaleza que aportan a otra u otras sociedades todo
su activo y pasivo siempre que en la escritura de aporte la sociedad que se crea o
subsiste se haga responsable de todos los impuestos que se adeuden por la
sociedad aportante.
3.-) Sociedades de cualquier naturaleza que se fusionen, siempre que la sociedad
que se crea o subsista se haga responsable en la escritura de aporte de todos los
impuestos que adeudare la sociedad fusionada que deja de existir.
4.-) En la transformación de sociedades, por subsistir la personalidad jurídica.
5.-) Cambios de actividad o giro, caso en que sólo se informa esta circunstancia.
6.-) Contribuyentes que tienen varias actividades afectas a primera categoría y que
cesa en una o varias de ellas pero que mantiene por lo menos una, sólo debe dar
aviso de la modificación.
7.-) Contribuyentes, personas naturales, que sólo tengan actividades de segunda
categoría. En este caso, los contribuyentes no están obligados a hacer Término de
Giro, pero sí lo desean pueden hacerlo.
Finalmente, respecto de estas materias, debe tenerse presente que mediante
Ley 20.780, con vigencia a partir del 30 de septiembre del 2015, se incorporaron, a
continuación del final, los siguientes tres incisos.
“Si el Servicio cuenta con antecedentes que permiten establecer que una
persona, entidad o agrupación sin personalidad jurídica, ha terminado su giro o
cesado en sus actividades sin que haya dado el aviso respectivo, previa citación
efectuada conforme a lo dispuesto en el artículo 63 del Código Tributario, podrá
liquidar y girar los impuestos correspondientes, en la misma forma que hubiera
procedido si dicha persona, entidad o agrupación hubiere terminado su giro comercial
o industrial, o sus actividades, según lo dispuesto en el inciso primero.
En tales casos, los plazos de prescripción del artículo 200 se entenderán
aumentados en un año contado desde que se notifique legalmente la citación referida,
respecto de la empresa, comunidad, patrimonio de afectación o sociedad respectiva,
así como de sus propietarios, comuneros, aportantes, socios o accionistas.
El ejercicio de la facultad a que se refiere el inciso quinto procederá
especialmente en los casos en que las personas y entidades o agrupaciones
referidas, que estando obligadas a presentar declaraciones mensuales o anuales de
impuesto u otra declaración obligatoria ante el Servicio, no cumpla con dicha
obligación o, cumpliendo con ella, no declare rentas, operaciones afectas, exentas o
no gravadas con impuestos durante un período de dieciocho meses seguidos, o dos
años tributarios consecutivos, respectivamente. Asimismo, esta norma se aplicará en
caso que, en el referido período o años tributarios consecutivos, no existan otros
elementos o antecedentes que permitan concluir que continúa con el desarrollo del
giro de sus actividades.”
5.-) Timbraje de documentos tributarios y Libros de Contabilidad.
Esta obligación consiste en que el contribuyente antes de emitir documentos
tributarios por los cuales desarrolla su giro, debe previamente timbrarlos ante el
Servicio de Impuestos Internos. En este mismo sentido, antes de proceder al
registro de las operaciones realizadas por el contribuyente en su contabilidad, debe
timbrar los libros que la conforman.
Respecto de los documentos tributarios, el sustento legal de este deber lo
encontramos en el inciso 3º del artículo 54 de D.L. Nº825 que al efecto dispone “Los
documentos tributarios que, de acuerdo a los incisos anteriores, puedan ser emitidos en
papel, deberán extenderse en formularios previamente timbrados de acuerdo a la ley y
contener las especificaciones que señale el reglamento.”
A su turno, en cuanto a los libros de contabilidad, el mandato legal se ubica en
los incisos segundo y tercero del artículo 17 de la Ley de Timbres y Estampillas -D.L.
Nº3475- que sobre el particular disponen:
“Para los efectos de controlar el pago del impuesto, las letras de cambio y demás
documentos señalados en el Nº3 del artículo 1º que emitan los contribuyentes a que se
refiere el Nº2 del artículo 15, deberán numerarse correlativamente, timbrarse y
registrarse en el Servicio de Impuestos Internos, sin perjuicio del cumplimiento de otros
requisitos que determine el Director del citado Servicio.
Las exigencias contenidas en el inciso anterior serán aplicables, en todo caso, a
las facturas, las cuentas o los documentos que hagan sus veces y a los libros de
contabilidad.”
Cabe señalar además, que el procedimiento de timbraje está regulado en la
Circular del S.I.I. N°19 de 1995, y como requisito que antecede al timbraje debe
verificarse la actividad del contribuyente (Circular N°20 de 1995) en los casos en
que avisen el inicio de actividades, el cambio de domicilio o ampliación del giro,
también cuando abran sucursales, y en todos estos casos cuando deba emitir
facturas afectas a IVA y que genere crédito fiscal.
La Corte Suprema ha sostenido que la negativa a timbrar documentos
tributarios no está contemplada en nuestra legislación, vulnerando de este modo
principios fundamentales de nuestro ordenamiento (Causa Rol N°20.421 de fecha
02 de marzo de 1993).
Por su parte, la Corte de Apelaciones de Santiago, ha sostenido que el
timbraje restringido no atenta contra la libertad al trabajo o la libertad económica,
si el contribuyente no se enmarcó en las normas legales o reglamentarias, razón por
la cual se valida el actuar del Servicio de Impuestos Internos (Corte de Apelaciones
de Santiago, autos Rol N°444-2006).
Por otra parte, cabe mencionar que el artículo 8º quater del Código
Tributario, establece que los contribuyentes que hagan iniciación de actividades
tendrán derecho a que el Servicio les timbre en forma inmediata tantas boletas de
venta y guías de despacho como sean necesarias para el giro de los negocios o
actividades declaradas por aquellos. Lo anterior, se entenderá sin perjuicio de la
facultad del Servicio de diferir por resolución fundada el timbraje de dichos
documentos, hasta hacer la fiscalización correspondiente, en los casos en que
exista causa grave justificada.
6.-) Obligación de llevar contabilidad.
Sobre este particular, tanto el Código Tributario como el Código de Comercio,
no definen lo que procede entender como contabilidad, sino que se limitan a
establecer algunas normas sobre ella.
En primer lugar, habría que decir que el término contabilidad tiene su origen
en la palabra contar y que ésta surge como un requerimiento básico para la
planificación de la existencia económica del ser humano.
En cuanto a su definición, han sido muchas y con diferentes orientaciones;
así, para William Paton es un arte que tiene dos funciones básicas: “la medición y
clasificación de información económica y la comunicación de los resultados de estos
procedimientos a las partes interesadas”.
También se podría entender como la técnica de la economía que sirve la
función de registrar, sistemáticamente, los hechos económicos de la empresa y,
como objetivo, entregar información óptima respecto de su desenvolvimiento para
una mejor administración y aplicación de los recursos, en miras al logro de sus
fines.
Otras entienden la contabilidad, como una técnica cuyo objetivo es satisfacer
las necesidades de información y control, ayudando así a que las empresas logren
mayores utilidades.
Esta materia está tratada en los artículos 16 al 20 y 97 Nº7 y 16 del Código
Tributario; en el artículo 68 de la Ley sobre Impuesto a la Renta; en los artículos 59
y siguientes del D.L. 825 sobre Impuesto a las Ventas y Servicios; en los artículos
25 a 44 del Código de Comercio, y en diversas otras disposiciones que en este
momento sería extenso traer a colación.
Los libros del Comerciante:
A partir de la legislación vigente y normas de contabilidad establecidas, es
posible clasificar los libros de contabilidad de acuerdo a lo siguiente:
1.- Libros Obligatorios:
Principales: Según lo dispone el artículo 25 del Código de Comercio “Todo
comerciante es obligado a llevar para su contabilidad y correspondencia:
1º El libro diario;
2º El libro mayor o de cuentas corrientes;
3º El libro de balances;
4º El libro copiador de cartas”.
Libro Diario: Este libro sirve al comerciante para anotar día por día las
operaciones que ocasionan modificaciones en las cuentas, entendidas éstas -desde
el punto de vista material- como la inscripción, en una hoja o en un libro, de los
movimientos de valores, expresados en cantidad que se producen en toda operación
de comercio o de industria, durante cierto lapso de tiempo.
La anotación hecha en el libro diario recibe el nombre de asiento o partida. El
asiento consta de fecha, cuentas o cuentas deudoras, cuenta o cuentas acreedoras,
cantidad que se carga o acredita en cada una de las cuentas y una breve glosa o
explicación de la operación efectuada.
Libro Mayor o de cuentas corrientes: En este libro los registros se efectúan
por orden de cuentas; es un registro obligatorio, en el que se centralizan todas las
cuentas del libro diario, es decir, todo lo consignado en el libro mayor emana del
Diario. La fórmula que se utiliza tradicionalmente es titular la página con el nombre
de la cuenta, luego dividirla en varias columnas. En la primera se anota el mes y el
día de la operación; en la segunda el detalle; en la tercera el Debe, en la cuarta el
Haber y en la quinta el saldo que puede ser deudor o acreedor.
Libro de Balances: En contabilidad este libro es conocido como el de
Inventario y Balances ya que cumple como función la de registrar los inventarios
practicados y los balances confeccionados en el negocio.
Auxiliares: Que corresponden a los exigidos por distintas disposiciones
legales o reglamentarias, dentro de los cuales podemos señalar:
a.- El registro especial en el cual deben anotarse los impuestos retenidos en
cumplimiento a las normas contenidas en la Ley sobre Impuesto a la Renta.
(Artículo 77 Ley sobre Impuesto a la Renta)
b.- Libro de remuneraciones, según el artículo 62 del Código del Trabajo.
c.- Los libros de compras y ventas a que se refiere el artículo 59 del D.L. 825,
sobre Impuesto a las Ventas y Servicios.
d.- El registro FUT.
2.- Libros facultativos, que son los que el contribuyente libremente, esto es,
sin estar obligado por alguna disposición legal, reglamentaria o instrucción, opta
por llevar para un mejor ordenamiento de su negocio. Dentro de ellos podemos
mencionar en libro banco, caja, clientes, proveedores, documentos por cobrar, etc.
Sistemas de Contabilidad.
Sistema Jornalizador: Es aquel en que todas las operaciones se registran
detalladamente en el Libro Diario, en forma de asientos para luego hacer los
traspasos correspondientes al Libro Mayor a partir del cual se genera el Balance
correspondiente. Esta denominación se origina por la circunstancia del
asentamiento jornada a jornada y operación por operación, de conformidad a lo
dispuesto en el artículo 27 del Código de Comercio.
Este sistema cuyo uso en otro tiempo se encontraba generalizado, se ha ido
reemplazando por otros más modernos, por lo que se puede afirmar que
actualmente se encuentra en desuso.
Sistema Centralizador: En consideración al gran volumen de operaciones
ejecutadas diariamente por las entidades económicas y empresas en general,
resulta imposible registrarlas en el libro diario. Por esta razón, el artículo 28 del
Código de Comercio autoriza para omitir en el Libro Diario el asiento detallado, si se
llevan otros libros auxiliares que lo reemplacen parcialmente en sus funciones,
como libros de caja, de compras y ventas, de remuneraciones, etc. El sistema
consiste, en que los totales de estos auxiliares deben pasarse al libro Diario,
mediante un asiento resumen de las operaciones practicadas durante el período
respectivo, es decir, este sistema se sustenta en la división del Libro Diario. Dentro
de este sistema, encontramos algunas variantes como por ejemplo el sistema de
diarios múltiples; el sistema del diario caja.
Exigencias legales a los libros de contabilidad.
Dada la importancia que tienen los libros de contabilidad, la operación y
resultado del mismo, como igualmente, que a esos libros, el legislador les asigna un
particular efecto probatorio, la ley ha impuesto variadas exigencias en diferentes
disposiciones legales.
Así, el artículo 31 del Código de Comercio establece:
“Se prohíbe a los comerciantes:
1º Alterar en los asientos el orden y fecha de las operaciones descritas.
2º Dejar blancos en el cuerpo de los asientos o a continuación de ellos.
3º Hacer interlineaciones, raspaduras o enmiendas en los mismos asientos.
4º Borrar los asientos o parte de ellos.
5º Arrancar hojas, alterar la encuadernación y foliatura y mutilar alguna
parte de los libros.
A su turno, el artículo 26 del Código de Comercio dispone que los libros de
contabilidad deben ser llevados en lengua castellana.
Por otra parte, atendida la importancia de los libros de contabilidad, el
Código de Comercio dispone que “Los comerciantes deberán conservar los libros de
su giro hasta que termine de todo punto la liquidación de sus negocios”, agregando,
“La misma obligación pesa sobre sus herederos.”
El Código Tributario también establece una obligación de conservación,
referido a los libros de contabilidad, al señalar en su artículo 17 que “Los libros de
contabilidad deberán ser llevados en lengua castellana y sus valores expresarse en
la forma señalada en el artículo 18, debiendo ser conservados por los
contribuyentes, junto con la documentación correspondiente, mientras esté
pendiente el plazo que tiene el Servicio para la revisión de las
declaraciones...”
Sanciones referidas a los libros de contabilidad.
Artículo 97 Nº7 del Código Tributario, que sobre el particular prescribe: “El
hecho de no llevar contabilidad o los libros auxiliares exigidos por el Director o el
Director Regional de acuerdo con las disposiciones legales, o de mantenerlos atrasados,
o de llevarlos en forma distinta a la ordenada o autorizada por la ley, y siempre que no
se dé cumplimiento a las obligaciones respectivas dentro del plazo que señale el
Servicio, que no podrá ser inferior a diez días, con multa de una unidad tributaria
mensual a una unidad tributaria anual.”
Artículo 97 Nº16 del Código Tributario, que al efecto dispone: “La pérdida o
inutilización no fortuita de los libros de contabilidad o documentos que sirvan para
acreditar las anotaciones contables o que estén relacionados con las actividades
afectas a cualquier impuesto, se sancionará de la siguiente manera:
a) Con multa de una unidad tributaria mensual a veinte unidades tributarias
anuales, la que, en todo caso, no podrá exceder de 15% del capital propio; o
b) Si los contribuyentes no deben determinar capital propio, resulta imposible su
determinación o aquél es negativo, con multa de media unidad tributaria mensual
hasta diez unidades tributarias anuales.
Se presumirá no fortuita, salvo prueba en contrario, la pérdida o inutilización de
los libros de contabilidad o documentos mencionados en el inciso primero, cuando se
dé aviso de este hecho o se lo detecte con posterioridad a una notificación o cualquier
otro requerimiento del Servicio que diga relación con dichos libros y documentación.
Además, en estos casos, la pérdida o inutilización no fortuita se sancionará de la
forma que sigue:
a) Con multa de una unidad tributaria mensual a treinta unidades tributarias
anuales, la que, en todo caso, no podrá exceder de 25% del capital propio; o
b) Si los contribuyentes no deben determinar capital propio, no es posible
determinarlo o resulta negativo, la multa se aplicará con un mínimo de una unidad
tributaria mensual a un máximo de veinte unidades tributarias anuales.
La pérdida o inutilización de los libros de contabilidad o documentos
mencionados en el inciso primero materializada como procedimiento doloso
encaminado a ocultar o desfigurar el verdadero monto de las operaciones realizadas
o a burlar el impuesto, será sancionada conforme a lo dispuesto en el inciso primero
del N° 4° del artículo 97 del Código Tributario.
En todos los casos de pérdida o inutilización, los contribuyentes deberán:
a) Dar aviso al Servicio dentro de los 10 días siguientes, y
b) Reconstituir la contabilidad dentro del plazo y conforme a las normas que fije
el Servicio, plazo que no podrá ser inferior a treinta días.
El incumplimiento de lo previsto en el inciso anterior, será sancionado con multa de
hasta diez unidades tributarias mensuales.
Para los efectos previstos en los incisos primero y segundo de este número, se
entenderá por capital propio el definido en el artículo 41, Nº 1°, de la Ley sobre
Impuesto a la Renta, vigente al inicio del año comercial en que ocurra la pérdida o
inutilización.
En todo caso, la pérdida o inutilización de los libros de contabilidad suspenderá
la prescripción establecida en los incisos primero y segundo del artículo 200, hasta la
fecha en que los libros legalmente reconstituidos queden a disposición del Servicio.”
El Código Tributario con relación a los libros de contabilidad.
Estas normas básicamente están contenidas en los artículos 16° al 20° del
Código Tributario, y podríamos sintetizarlas del modo siguiente:
1.-) La contabilidad y la confección de inventarios deben ajustarse a prácticas
contables adecuadas que reflejen claramente el movimiento y resultado de los
negocios (Artículo 16° inciso 1° del Código Tributario). Estas prácticas están
constituidas por los principios contables y las normas contenidas en el Código de
Comercio. A este respecto cabe precisar que los Principios Contables los
encontramos en las denominadas NIIF (Normas Internacionales de Información
Financiera) de reciente aplicación en nuestro país.
2) Los ingresos y las rentas tributables se determinan según el sistema contable
que regularmente le haya servido al contribuyente para computar sus rentas de
acuerdo a sus libros de contabilidad.
3) En caso de que el contribuyente explote más de un negocio, comercio o industria,
de diversa naturaleza, para contabilizar sus rentas tributables puede utilizar
distintos sistemas de contabilidad para cada negocio, comercio o industria.
4) Para que el contribuyente pueda cambiar el sistema de contabilidad que usó
regularmente para computar sus rentas, debe tener autorización del Director
Regional.
5) Los balances se refieren a un periodo de 12 meses, salvo los casos de inicio de
actividades (en que el período comprenderá desde la fecha de inicio hasta el 31 de
diciembre de ese año), término de giro (el período del balance irá desde el 1° de
enero hasta la fecha del aviso de término de giro), o cuando se cambie por primera
vez la fecha del balance al 30 de junio (en este caso el período va desde que se haga
el cambio hasta el 30 de junio), los balances se cierran al 31 de diciembre de cada
año o hasta el 30 de junio, cuando el Director Regional así lo autorice, aunque este
último caso no tiene aplicación práctica, pues el Director Nacional estableció que
los balances siempre deben cerrarse al 31 de diciembre de cada año, lo anterior a
fin de simplificar y efectuar un mayor control a los contribuyentes, además de
uniformar la fecha de cierre de los balances.
6) Se contabilizan los ingresos que generan las operaciones en el año en que se
devenguen, es decir, cuando exista un derecho sobre estás. A su turno, el monto de
toda deducción o rebaja permitida u otorgada por la Ley, deberá ser deducido en el
año en que corresponda.
7) Los contribuyentes que acrediten renta efectiva, deberán hacerlo mediante
contabilidad fidedigna, salvo norma en contrario.
8) Los libros de contabilidad deben llevarse en lengua castellana y en moneda en los
términos del artículo 18 del Código Tributario (nacional o extranjera). Además, la
contabilidad y la documentación que la respalda, deben mantenerse mientras esté
pendiente el plazo de prescripción que tiene el Servicio de Impuestos Internos para
revisar.
9) Los contribuyentes, además de los libros exigidos por ley, pueden ser obligados a
llevar libros adicionales o auxiliares que determine el Director Regional.
10) Los asientos o partidas deben anotarse en los libros a medida que se
desarrollan las operaciones, lo que implica que no debe haber desfase de tiempo
entre la operación mercantil y su anotación en los registros respectivos.
11) Los contadores tienen una doble prohibición al confeccionar los balances: a)
Extraer los datos de simples borradores; b) Firmar el balance sin cerrar el libro de
balances.
Reglas especiales para llevar la contabilidad, declarar los impuestos y
pagarlos.
Estas reglas están contenidas en el artículo 18° del Código Tributario y se
reducen a los siguientes tópicos:
1) Los contribuyentes deben llevar su contabilidad, presentar sus declaraciones y
pagar los impuestos en moneda nacional.
2) El Servicio puede autorizar para llevar contabilidad en moneda extranjera,
mediante resolución fundada, a contribuyentes determinados o grupos de
contribuyentes, en los siguientes casos:
i) Cuando se justifique atendida la naturaleza, volumen, habitualidad u otras
características de las operaciones de comercio exterior en moneda extranjera;
ii) Cuando el capital se haya aportado desde el extranjero o las deudas se hayan
contraído con el exterior mayoritariamente en moneda extranjera;
iii) Cuando una determinada moneda extranjera influya de manera fundamental en
los precios de los bienes o servicios propios del giro del contribuyente;
iv) Cuando el contribuyente sea una sociedad filial o establecimiento permanente de
otra sociedad o empresa que determine sus resultados para fines tributarios en
moneda extranjera, siempre que sus actividades se lleven a cabo sin un grado
significativo de autonomía o como una extensión de las actividades de la matriz o
empresa.
Esta autorización será otorgada siempre que, además de cumplirse con las
causales antes señaladas, no se disminuya o desvirtúe la base sobre la cual deban
pagarse los impuestos. La autorización rige desde el primer ejercicio del
contribuyente, cuando éste lo solicite en la declaración de inicio de actividades, o a
partir del año comercial siguiente a la fecha de presentación de la solicitud, en los
demás casos. Los contribuyentes que se acojan a lo dispuesto en este numeral
deberán llevar su contabilidad de la forma autorizada por a lo menos dos años
comerciales consecutivos, pudiendo solicitar su exclusión de dicho régimen, para
los años comerciales siguientes al vencimiento del referido período de dos años.
Dicha solicitud deberá ser presentada hasta el último día hábil del mes de octubre
de cada año. La resolución que se pronuncie sobre esta solicitud regirá a partir del
año comercial siguiente al de la presentación y respecto de los impuestos que
corresponda pagar por ese año comercial y los siguientes. El Servicio podrá revocar,
por resolución fundada, las autorizaciones para contabilizar, declarar y pagar en
moneda extranjera, cuando los respectivos contribuyentes dejen de encontrarse en
los casos establecidos en él. La revocación regirá a contar del año comercial
siguiente a la notificación de la resolución respectiva al contribuyente, a partir del
cual deberá llevarse la contabilidad en moneda nacional.
3) El Servicio está facultado para:
a) Autorizar a los contribuyentes que llevan su contabilidad en moneda extranjera,
para que declaren todos o algunos de los impuestos que les afecten en la moneda
extranjera en que llevan su contabilidad. Sin embargo, el pago de los impuestos
deberá efectuarse en moneda nacional, de acuerdo al tipo de cambio vigente a la
fecha del pago.
b) Autorizar a determinados contribuyentes o grupos de contribuyentes para que
paguen todos o algunos de los impuestos, reajustes, intereses y multas, que les
afecten en moneda extranjera. Tratándose de contribuyentes que declaren dichos
impuestos en moneda nacional, el pago en moneda extranjera deberá efectuarse de
acuerdo al tipo de cambio vigente a la fecha del pago.
4) Cuando se hubieren pagado los impuestos en cualesquiera de las monedas
extranjeras autorizadas, las devoluciones que se efectúen en cumplimiento de los
fallos de los reclamos que se interpongan de conformidad a los artículos 123 y
siguientes del Código Tributario, como las que se dispongan de acuerdo al artículo
126 del Código Tributario, se llevarán a cabo en la moneda extranjera en que se
hubieren pagado si así lo solicitare el interesado. De igual forma se deberá proceder
en aquellos casos en que, habiéndose pagado los impuestos u otras obligaciones
fiscales o municipales en moneda extranjera, se ordene la devolución de los mismos
en virtud de lo establecido en otras disposiciones legales. Cuando el contribuyente
no solicite la devolución de los tributos u otras obligaciones fiscales o municipales,
en moneda extranjera, éstos serán devueltos en moneda nacional considerando el
tipo de cambio vigente a la fecha de la resolución respectiva. Para los efectos de las
reglas especiales del artículo 18 del Código Tributario, se considerará moneda
extranjera cualquiera de aquellas cuyo tipo de cambio y paridad es fijado por el
Banco Central de Chile para efectos del número 6 del Capítulo I del Compendio de
Normas de Cambios Internacionales o el que dicho Banco establezca en su
reemplazo. Cuando corresponda determinar la relación de cambio de la moneda
nacional a una determinada moneda extranjera y viceversa, se considerará como
tipo de cambio el valor informado para la fecha respectiva por el Banco Central de
Chile de acuerdo a la norma mencionada.
Contabilidad Fidedigna.
El Servicio de Impuestos Internos, en la Circular N°8 de 2000, ha definido la
contabilidad fidedigna como "aquella que se ajusta a las normas legales y
reglamentarias vigentes y registra fiel, cronológicamente y por su verdadero monto
las operaciones, ingresos, desembolsos, inversiones y existencias de bienes relativos
a las actividades del contribuyente que dan origen a las rentas efectivas que la ley
obliga acreditar, excepto aquellas partidas que la ley autorice omitir su anotación”.
Del mismo modo, se entiende por contabilidad fidedigna "aquella que es
digna de fe y de crédito y que se ajusta a las normas legales y reglamentarias
vigentes, que refleja fiel y cronológicamente, por el verdadero monto, las
operaciones, ingresos, desembolsos, inversiones y existencia de bienes del negocio
del contribuyente. La contabilidad es fidedigna cuando está respaldada
fehacientemente por la documentación soportante".
Requisitos de la contabilidad fidedigna.
La Circular N°8 de 2000 señala, además, los siguientes requisitos copulativos
que debe cumplir una contabilidad fidedigna:
1) Que las anotaciones contables se hagan cronológicamente, dando como salvedad,
el hecho de que si el libro de contabilidad fuera timbrado con posterioridad a las
operaciones que registra, es admitido como prueba fidedigna si está en armonía con
la documentación justificativa.
2) Que los asientos registrados estén respaldados con la documentación idónea y
fehaciente, de tal modo que si la documentación no es fidedigna tampoco lo serán
los asientos que consten en los libros.
3) Que la contabilidad no tenga omisiones que puedan alterar la información de los
registros. La circular en comento expone que antes de tachar de no fidedigna una
contabilidad, se deben dar los fundamentos por los cuales se impugna la
contabilidad, argumentos que deben constar en la citación y liquidación que se
notifique al contribuyente.
Hechos que según el Servicio de Impuestos Internos califican a la contabilidad
de no fidedigna.
1) Omisión de registrar inversiones de la empresa.
2) Omisión de registrar ingresos.
3) Omisión de registrar gastos y/o compras.
4) Falta de documentación que respalde las anotaciones contables.
5) Adulteración de las cifras del balance, especialmente cuando tienen incidencia en
las cuentas de pérdidas y ganancias o en el resultado del balance.
6) Disimular la naturaleza del ingreso registrándolo en una cuenta distinta de la de
resultados.
Tipos de contabilidades.
La primera gran distinción de la forma como puede llevarse la contabilidad,
está contenida en el artículo 17 incisos 3° y 4° del Código Tributario, que se refiere:
1) Mediante libros de contabilidad.
2) En hojas sueltas, en las cuales distinguimos: i) Hojas sueltas impresas
computacionalmente (contabilidad computacional); ii) Hojas sueltas escritas a
mano, mecanografiadas o de cualquier otro modo. Estos métodos deben ser llevados
bajo las normas de control que determine el Director Nacional y previa autorización
del Director Regional. Normas contenidas en la Circular N°36 de 1999, la que, para
el caso de llevar hojas sueltas impresas computacionalmente, impone la obligación
de sujetarse a la resolución N°4228, de 1999, esto es: a) designar un correo
electrónico, y b) comprometerse a declarar, pagar impuestos, presentar informes
que el Servicio de Impuestos Internos requiera, vía Internet. En caso de que no se
cumplan estas exigencias, el servicio fiscalizador revoca la autorización, pues tal
concesión es una facultad privativa.
La segunda distinción a este respecto es:
i) Contabilidad completa. Este tipo de contabilidad debe llevar los libros que señala
el artículo 25° del Código de Comercio, y que son: 1) El libro diario. 2) El libro mayor
o de cuentas corrientes. 3) El libro de balances. 4) El libro copiador de cartas.
Ciertamente este tipo de contabilidad también debe considerar los registros
auxiliares obligatorios.
Respecto a lo que ha de entenderse por contabilidad completa, el Servicio de
Impuestos Internos ha establecido que para los efectos tributarios, la contabilidad
completa comprende los libros Caja, Diario, Mayor e Inventarios y Balances o sus
equivalentes y los libros auxiliares que exija la ley o el propio servicio, como son el
Libro de Compras y Ventas y el libro auxiliar de remuneraciones.
ii) Contabilidad simplificada. Este sistema consiste en la obligación de llevar un solo
registro o planilla de entradas y gastos, con la misma salvedad que se hizo respecto
de la contabilidad completa, esto es, que este tipo de contabilidad también debe
considerar los registros auxiliares obligatorios.
La contabilidad y la Ley sobre Impuesto a la Renta.
Por otra parte, cabe mencionar que cuando estamos en presencia de renta
efectiva, la ley exige llevar contabilidad la que, por regla general, debe ser llevada en
forma completa, es decir, debe llevarse con todos los libros y reglas establecidas en
el Código de Comercio, en el Código Tributario y en leyes especiales, además de la
sujeción a las instrucciones que al respecto se dicten, y los libros y registros que
exija el Director del Servicio.
Excepcionalmente se permite llevar contabilidad simplificada, la que
normalmente consiste en un libro de ingresos y gastos. Con arreglo a lo dispuesto
en el inciso 2º del artículo 68 de la Ley sobre Impuesto a la Renta, la contabilidad
simplificada está compuesta de un libro de entradas y gastos sin perjuicio de los
libros auxiliares exigidos por las leyes o por el Servicio de Impuestos Internos.
En general se puede resumir la obligación de llevar contabilidad de la
siguiente manera:
1) Cuando la ley lo disponga los contribuyentes están obligados a llevar
contabilidad en la forma que señala el artículo 17, es decir, las personas que deban
acreditar sus rentas efectivas, deberán llevar contabilidad completa y está deberá
ser fidedigna.
Excepcionalmente pueden llevar contabilidad simplificada los siguientes
contribuyentes:
a) Los contribuyentes del artículo 20 N° 3, 4 y 5 de la Ley de Renta,
previamente autorizados, que tengan poco capital y un escaso movimiento.
b) Los contribuyentes del artículo 42 N°2 de la Ley de Renta,
trabajadores independientes.
2) No están obligados a llevar contabilidad:
a) Los contribuyentes del artículo 20 N°2 de la Ley de Renta, es decir, las
rentas de capitales inmobiliarios.
b) Ciertas rentas de la minería del artículo 34 de la Ley de Renta, como
son los pequeños mineros de mediana importancia.
c) Los pequeños contribuyentes del artículo 22 de la Ley de Rentas.
d) Los del artículo 42 N°1, trabajadores dependientes.
No obstante lo señalado anteriormente, según el artículo 70 si un
contribuyente no probare el origen de los fondos con que ha efectuado un gasto,
desembolso o inversión se presume que corresponde a utilidades afectas al
impuesto de primera o segunda categoría, según los casos. Por su parte, el artículo
71 dispone que si el contribuyente alega que sus ingresos o inversiones provienen
por ejemplo de rentas efectivas de un monto superior al que la ley presume de
derecho, deberá acreditarlo mediante contabilidad fidedigna.
Importancia de la contabilidad para efectos tributarios.
Los libros de contabilidad constituyen un medio probatorio de particular
relevancia en materia tributaria.
Conforme el artículo 21 del Código Tributario “Corresponde al contribuyente
probar con los documentos, libros de contabilidad u otros medios que la ley
establezca, en cuanto sean necesarios u obligatorios para él, la verdad de sus
declaraciones o la naturaleza de los antecedentes y monto de las operaciones que
deban servir para el cálculo del impuesto.
Dicha disposición obedece a que, lo que el contribuyente declara debe ser lo
mismo que se registra en la contabilidad y lo que se registra en la contabilidad debe
ser lo mismo que se contiene en los documentos, por lo que resulta lógico que se
exija al contribuyente que pruebe la efectividad de sus declaraciones con los
antecedentes que la ley le obliga a llevar.
Como consecuencia de ello, es que al Servicio de Impuestos Internos le está
impedido prescindir de las declaraciones y antecedentes presentados o producidos
por el contribuyente y liquidar otro impuesto que el que de ellos resulte, a menos
que esas declaraciones, documentos, libros o antecedentes no sean fidedignos.
En este caso, el Servicio de Impuestos Internos, previo los trámites
establecidos en los artículos 63 y 64 del Código Tributario, practicará las
liquidaciones que procedan, tasando la base imponible con los antecedentes que
obren en su poder.
Para obtener que se anule o modifique la liquidación o reliquidación, el
contribuyente deberá desvirtuar con pruebas suficientes las impugnaciones del
Servicio, en conformidad a las normas pertinentes del Libro Tercero.
7.-) Obligación de emitir documentos tributarios.
Esta obligación consiste en el deber de otorgar ciertos documentos
tributarios, en los casos que lo determine la ley.
Es así como el artículo 88 del Código Tributario, establece que los siguientes
contribuyentes deben otorgar facturas:
i) Aquellos contribuyentes considerados como vendedores según la Ley
sobre Impuesto a las Ventas y Servicios.
ii) Importadores, distribuidores y comerciantes mayoristas. La misma
norma establece que si los anteriores contribuyentes venden
directamente al consumidor, entonces, podrán otorgar boletas por
estas ventas.
El inciso 3º del artículo 88 del Código Tributario, dispone que la Dirección
Nacional puede exigir, a su juicio exclusivo, el otorgamiento de boletas o facturas de
cualquier ingreso, operación que directa o indirectamente sea un elemento de la
base imponible de un impuesto, estableciendo los requisitos que estos documentos
deben reunir. En virtud de esta disposición el Servicio de Impuestos Internos dictó
una resolución, por la cual a los contribuyentes del artículo 42 N°2 del DL Nº 824,
se les impuso la obligación de emitir boletas de honorarios (Resolución N° 1.414,
publicada en el Diario Oficial con fecha 6/11/1978).
Además, se faculta a la Dirección Nacional para establecer el mínimo por el
cual deban otorgarse las boletas. El Servicio de Impuestos Internos, mediante la
Resolución 3943, de 29/10/1992 y publicada en el Diario Oficial el 03/11/1992,
estableció que el mínimo por el cual deben emitirse boletas asciende a la suma de
$180.
Por su parte, el artículo 52 del DL Nº 825, establece la obligación de emitir
facturas o boletas a los contribuyentes de esta ley, aun cuando se trate de
operaciones a las que no se apliquen los impuestos de dicha ley, e incluso cuando
se trate de operaciones exentas de dichos impuestos.
Sobre el particular, el artículo 53 del DL Nº 825, precisa que deben otorgarse
facturas y boletas en los siguientes casos:
a) Se emite factura en operaciones con otros vendedores, importadores y
prestadores de servicios, es decir, otros contribuyentes de la ley sobre impuestos a
las ventas y servicios. Según la misma norma, también se emite factura en las
ventas de inmuebles, o en las promesas de ventas de inmueble y en los contratos de
confección e instalación de especialidades y en los contratos generales de
construcción, cuando el contribuyente sea una empresa dedicada a estas
operaciones.
b) Se emite boleta en los casos no contemplados en la letra anterior, es decir, en las
ventas a los consumidores finales.
Además, el artículo 57 del DL Nº 825 impone la obligación de extender notas
de débito y notas de crédito, en las siguientes situaciones:
(i) Notas de crédito: cuando al consumidor se le haga una rebaja al precio ya
contenido en el documento, por descuentos y también cuando se haga devolución
de la cosa (cuando se rescilia o deja sin efecto la operación comercial).
ii) Notas de débito: Cuando el precio con posterioridad al otorgamiento sufre un
aumento por intereses, reajustes, etc.
Por su parte, el inciso primero del artículo 55 dispone que “En los casos de
ventas de bienes corporales muebles, las facturas deberán ser emitidas en el mismo
momento en que se efectúe la entrega real o simbólica de las especies. En los casos de
prestaciones de servicios, las facturas deberán emitirse en el mismo período tributario
en que la remuneración se perciba o se ponga, en cualquier forma, a disposición del
prestador del servicio.”
En este mismo sentido, en los incisos 6º y 7º del artículo 55 se expresa que
“Las boletas deberán ser emitidas en el momento de la entrega real o simbólica de las
especies, en conformidad a las disposiciones reglamentarias respectivas.”
“En caso de prestaciones de servicios, las boletas deberán ser emitidas en el
momento mismo en que la remuneración se perciba o se ponga, en cualquier forma, a
disposición del prestador del servicio.”
A su turno, el artículo 55 incisos 4° y 5° del DL Nº 825 establecen la
obligación de emitir guías de despacho si se desea postergar la emisión de la factura
hasta el 10° día del mes siguiente al momento en que se hizo la venta (otorgándose
la guía de despacho en el momento mismo de la operación), y el inciso final de la
misma norma, establece la obligación de emitir guías de despacho cuando haga un
traslado de mercadería sin factura. Además, el artículo 97 N°17 del Código
Tributario sanciona a quien traslada mercaderías sin guías de despacho o facturas,
sin perjuicio, de que el vehículo no podrá continuar al lugar de destino y el
funcionario del Servicio de Impuestos Internos, puede hacer que vuelva a su lugar
de origen con auxilio de la fuerza pública sí fuere necesario. Además, en caso de
que el contribuyente no otorgue todos los documentos antes señalados, será
sancionado según el artículo 97 N°10 del Código Tributario.
Finalmente, cabe mencionar que mediante Ley 20.727 de fecha 31 de enero
de 2014, se reemplazó el artículo 54 del D.L. Nº825, incorporando como deber de
los contribuyentes, la emisión de documentos electrónicos en los siguientes
términos:
"Artículo 54.- Las facturas, facturas de compra, liquidaciones facturas y notas
de débito y crédito que deban emitir los contribuyentes, consistirán exclusivamente en
documentos electrónicos emitidos en conformidad a la ley, sin perjuicio de las
excepciones legales pertinentes. Las guías de despacho y las boletas de ventas y
servicios se podrán emitir, a elección del contribuyente, en formato electrónico o en
papel. Con todo, los comprobantes o recibos generados en transacciones pagadas a
través de medios electrónicos tendrán el valor de boleta de ventas y servicios,
tratándose de contribuyentes que hayan optado por emitir dichas boletas en formato
papel, en la forma y condiciones que determine el Servicio de Impuestos Internos
mediante resolución. Tratándose de contribuyentes que hayan optado por emitir
boletas electrónicas de ventas y servicios en que el pago de la respectiva transacción
se efectúe por medios electrónicos, ambos sistemas tecnológicos deberán estar
integrados en la forma que establezca el Servicio de Impuestos Internos mediante
resolución, de forma tal que el uso del medio de pago electrónico importe
necesariamente la generación de la boleta electrónica de ventas y servicios por el
contribuyente respectivo.
En dicha norma modificatoria se expresó además que “La obligación de emitir
facturas y demás documentos electrónicos señalados en el artículo 54 de la ley sobre
Impuesto a las Ventas y Servicios entrará en vigencia luego de nueve meses de
publicada esta ley en el Diario Oficial. No obstante, en el caso de empresas de menor
tamaño, según éstas se clasifican y definen en la ley No 20.416, que fija normas
especiales para las empresas de menor tamaño, que de acuerdo a los respectivos
instrumentos de planificación territorial estén domiciliadas en zonas urbanas, la
obligación de emitir documentos electrónicos entrará en vigencia luego de treinta
meses desde la publicación de esta ley en el Diario Oficial. Tratándose del mismo tipo
de empresas, pero domiciliadas en zonas rurales, dicho plazo será de treinta y seis
meses, contados desde la citada publicación. Con todo, tratándose de microempresas
definidas por la referida ley, los plazos serán de treinta y seis meses si están
domiciliadas en zonas urbanas y de cuarenta y ocho meses en caso de encontrarse
domiciliadas en zonas rurales.”
8.-) Obligación del consumidor de exigir ciertos documentos y de
retirarlos del local del vendedor o prestador de servicios.
Tal deber lo encontramos en el inciso final del artículo 88 del Código
Tributario, que dispone que el adquirente de la cosa o el beneficiario del servicio,
debe exigir la factura o boleta, en su caso, debiendo además retirarla del
establecimiento del emisor El no cumplimiento de estas obligaciones está
sancionado en el artículo 97 N°19 del Código Tributario.
9.-) Obligación de declarar y pagar los impuestos.
La declaración es el acto de poner en conocimiento del Servicio la
determinación del impuesto y los datos necesarios para su liquidación. Se realiza
por escrito, bajo juramento, en formularios especiales y eventualmente puede
enviarse por carta certificada; se presenta en bancos e instituciones recaudadoras
dentro de los plazos que para cada impuesto señala la ley; sin embargo, el Director
Regional a su juicio exclusivo y en casos calificados puede prorrogar el plazo hasta
por 4 meses, pudiendo ser superior si el contribuyente está en el extranjero y se
trata del impuesto a la renta.
Además, existe la obligación de pagar el impuesto dentro de los plazos
legales, y de no cumplirse dicha obligación es el Servicio de Tesorería el encargado
de perseguir su cumplimiento, a tal efecto, hay que tener presente que el artículo
169, establece que las listas de deudores morosos constituyen “título ejecutivo”,
siendo Tesorería el encargado de la cobranza de tipo administrativo y judicial. Los
impuestos en mora deben pagarse reajustados y, además, devengan un interés del
1,5% por cada mes o fracción de mes en mora según el artículo 53. Por otro lado, si
se trata de impuestos de retención o de recargo, se aplicará una multa del 10% de
los impuestos adeudados con un incremento del 2% por cada mes o fracción en
mora y con un tope del 30%. En estos casos, Tesorería requiere el pago para dentro
de 5º día y ante el incumplimiento envía los antecedentes a la justicia ordinaria, la
cual cita al deudor a una audiencia en cuya virtud se resuelve, pudiendo aplicar a
modo de apremio un arresto de hasta 15 días.

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