Los cristianos somos conscientes de que el vía crucis del Hijo de Dios no fue
simplemente el camino hacia el lugar del suplicio. Creemos que cada paso del
Condenado, cada gesto o palabra suya, así como lo que vieron e hicieron
todos aquellos que tomaron parte en este drama, nos hablan continuamente.
En su pasión y en su muerte, Cristo nos revela también la verdad sobre Dios y
sobre el hombre.
Este año, aun en la soledad y aislamiento que las circunstancias nos han
llevado a vivir, por amor y responsabilidad frente a los hermanos, queremos
reflexionar con particular intensidad el camino de la Cruz, para que nos hable
a la mente y al corazón, y sea así origen de la gracia de una auténtica
participación. Participar significa tener parte. Y ¿qué quiere decir tener parte
en la cruz de Cristo? Quiere decir experimentar el amor que esconde tras de
sí la cruz de Cristo. Quiere decir reconocer, a la luz de este amor, la propia
cruz. Quiere decir cargarla sobre la propia espalda y, movidos cada vez más
por este amor, caminar... Caminar a través de la vida, con las circunstancias
que ella nos da, imitando a Aquel que «soportó la cruz sin miedo a la
ignominia y está sentado a la diestra del trono de Dios» (Heb. 12,2).
ORACIÓN INICIAL
Por la señal + de la santa cruz, de nuestros enemigos + líbranos, Señor, Dios
nuestro.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Todos: Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante ustedes hermanos que he
pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi
culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los
ángeles, a los santos y a ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios,
Nuestro Señor. Amén.
Oración (Todos):
Te suplico, Señor, que con la luz de la cruz victoriosa, símbolo de nuestra fe,
aceptemos nuestros sufrimientos y dificultades, alcanzados por tu amor,
abracemos nuestras cruces, que tu muerte y resurrección vuelven gloriosas.
Danos la gracia de mirar desde Ti nuestra vida y descubrir en ella tu amor por
nosotros. Amén.
(Por las autoridades políticas y sanitarias), Padre Nuestro…
Estación de Vidal:
Esconde, justo Padre, Y Tú, Señora, gimes
la espada de tu ira, cual tórtola inocente;
/y al monte humilde /que tu gemir
mira, clemente CANTO: NUEVA
subir el dulce Bien/. le amansará también/. GENERACIÓN
Yo vengo del Sur y del LO QUE DICE JESÚS //
Norte, Yo quiero dejar mi
del Este y Oeste de todo Yo sé que no tengo la recado,
lugar. edad, no tengo pasado, pero
Caminos y vidas recorro ni la madurez de quien tengo amor.
llevando socorro, ya vivió. El mismo de un
queriendo ayudar. Más sé que es de mi Crucificado,
Mensaje de paz en mi propiedad que quiso dejarnos un
canto, y cruzo montañas buscar la verdad, gritar mundo mejor.
y voy hasta el fin, con mi voz. Yo digo a los
el mundo no me El mundo va herido y indiferentes
satisface, cansado, que soy de la gente que
lo que busco es la paz, de un negro pasado, de cree en la cruz
lo que quiero es vivir. guerras sin fin, y creo en la fuerza del
hoy teme las armas que hombre
// AL PECHO LLEVO hizo que sigue el camino de
UNA CRUZ y la fe que deshizo y Cristo Jesús.
Y EN MI CORAZÓN, espera por mí.
Oración (Todos):
Jesús Caído: Cuántos te han buscado en tus santuarios, sedientos de vida, de
esperanza, de paz. Vuelve a levantarte que el camino es largo, levanta
contigo a cuantos hemos caído, tiéndenos tu mano amiga para que nosotros,
tus discípulos, podamos ser misioneros de esperanza y levantar el alma
destrozada de este, tu pueblo, que sabe que solo en ti puede encontrar el
apoyo firme, la luz que necesita, la fuerza que otros le han robado. Amén.
Oración (Todos):
Señor Jesús: Por los méritos de tantos que como tu amigo Simón de Cirene
han hecho suyas las cruces de todos, ayúdanos a trabajar con amor por los
otros, a tender nuestras manos al que padece, a ofrecer nuestro corazón al
que llora, a ser hermanos del que camina en soledad llevando la cruz de sus
dolores, danos la alegría de ser Iglesia solidaria, constructora de justicia y de
paz, testimonio vivo de fraternidad y de esperanza. Amén
(Por los que no tienen dónde refugiarse y pasan hambre), Padre Nuestro…
Oración (Todos):
Cristo, Santa faz de Cristo: Rostro humano que nos retratas, faz serena que
nos devuelve la esperanza, Tú nos has prometido dejarnos ver tu rostro,
danos la alegría de mirar tu hermosura doliente y de poder socorrer con
misericordia a los que nos salen al encuentro. Haz que el valor de aquella
mujer misericordiosa sea motivación para que sigamos siendo la Iglesia de la
Misericordia y de la compasión. Amén.
(Por los que con caridad se dedican a ayudar a los demás), Padre Nuestro…
Estación de Vidal:
Tu imagen, Padre mío, Canto: SI VIENES
ensangrentada y viva CONMIGO
/mi corazón reciba,
sellado con la fe/. // SI VIENES CONMIGO
¡Oh Reina! de tu mano Y ALIENTAS MI FE,
imprímela en mi alma, SI ESTÁS A MI LADO, ¿A
/y a la gloriosa palma, QUIÉN TEMERÉ? //
contigo subiré/.
A nada tengo miedo, a ¡Qué largo mi camino! En cosas que se mueren
nadie he de temer, ¡Qué hondo mi dolor! yo puse el corazón.
Señor, si me protegen Ni un árbol me da Fue tierra mi tesoro, fue
tu amor y tu poder. sombra, ni escucho una vana mi ilusión.
Me llevas de la mano, canción. En cosas que se mueren
me ofreces todo bien. ¿Será que a nadie me voy muriendo yo,
Señor, Tú me levantas si puedo mirar ni sonreír? Tú sólo vives siempre,
vuelvo a caer. Señor, Tú sólo quedas, Tú sólo, mi Señor.
Tú sólo junto a mí.
Oración (Todos):
Jesús caído: Te dicen las plegarias humildes que eres “el caído que levantas
los caídos”. Tiéndenos tu mano una vez más, no olvides cuánto necesitamos
la fuerza del Espíritu para no volver a caer. Enséñanos a encontrar en el
corazón de la Iglesia tu legado de amor y de misericordia, ayúdanos a alzar el
vuelo hacia la grandeza del amor de Dios que tú nos revelas. Limpia nuestro
corazón para que veamos a Dios en nuestras vidas. Amén.
(Por la serenidad y esperanza en estos difíciles momentos), Padre Nuestro…
Oración (Todos):
Jesús: Maestro bueno, que supiste asociar a tu camino la fidelidad y la
grandeza de la mujer, que las constituiste en privilegiados testigos de tu
gloria, ayúdanos a seguir encontrando en la dulzura de las mujeres de hoy la
huella maravillosa del amor que no vacila, el testimonio fiel de quienes, como
madres, hermanas, hijas, amigas, serán siempre luz y consuelo para el
mundo, artesanas de la paz, dadoras de vida y esperanza. Amén
(Por todos los creyentes que con fe elevan sus oraciones), Padre Nuestro…
Oración (Todos):
Señor Caído: Vuelve hacia el dolor del mundo tu luminoso rostro lleno de
misericordia, para que tengamos el valor que seguir nuestro camino con el
corazón fortalecido por el amor providente que nos reconcilia con el Padre.
Danos la alegría de amparar y cuidar la vida de los que trabajan por la justicia,
de los que son combatidos porque aman tu voluntad y quieren seguir
sembrando el Evangelio de la fidelidad y de la alegría incluso en la
persecución. Amén
Oración (Todos):
Jesús despojado: Todo lo has entregado y luces ante el mundo vestido de rey
con la púrpura gloriosa de tu sangre. Cubre con tu amor a tantos
calumniados, y despreciados porque son fieles a ti. Que ese amor inmolado
nos renueve y que, vestidos con la gracia de tu amor, seamos capaces de
cubrir con misericordia a cuantos sufren y a cuantos todo lo esperan de los
que hemos decidido ser tus discípulos. Amén
Oración (Todos):
Rey Crucificado: Extiende por el mundo tu reino de salvación. Cosido al
madero danos la libertad, la vida, la paz. Que tus brazos extendidos reúnan el
rebaño, que tu corazón se abra para que en el tengan cabida todas las ovejas
que el pecado dispersó y en ti podamos ser un solo rebaño bajo un mismo
pastor, un solo reino a la sombra redentora de tu cruz. Amén
(Por los científicos), Padre Nuestro…
«Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en la
cumbre de un monte». En verdad este es el Hijo de Dios, dice el centurión y
lo repite la fe. Estamos ante el desconcertante misterio de Dios que se revela
de este modo y que nos anuncia en la muerte de su Hijo hasta dónde puede
llegar el amor, Cuando para muchos cesa la vida, para los que creemos en
Jesús esta hora nona es la hora del reinado de Dios, es la hora en la que,
gracias al amor redentor del Hijo entregado por muchos, por todos, es la
hora en la que se enciende en el Calvario la luz más luminosa, la lámpara que
ilumina la humanidad.
Oración (Todos):
Cristo de la Expiración: Que admirable momento: nos has conquistado el
amor del Padre, nos has dado la ternura de una Madre, nos has reconciliado
con todos, nos has dado la vida plena, nos ha hecho hermanos y discípulos,
nos has dado tu Espíritu. Gracias porque en el silencio sacrosanto que
envuelve el Gólgota, todo ha comenzado a ser nuevamente, todo ha sido
creado para siempre, gracias porque eres luz del mundo y semilla de
eternidad. Amén.
(Por los ancianos y personas enfermas), Padre Nuestro…
Estación de Vidal: su cuerpo
Muere la Vida nuestra a la hora de nona,
pendiente del madero, a la hora de nona,
/¿y yo cómo no muero el Señor,
de amor o de dolor?/ Canto: A la hora de el Señor, murió.
Ay, casi no respira nona El Señor murió.
la triste Madre yerta
/del cielo abrir la puerta Por nuestro amor
bien puedes ya, Señor/. murió el Señor; Es la hora de nona
en la cruz, murió el en mi pueblo,
Señor. las sirenas de alarma
Él nos mandó dar han sonado,
la vida y mi pueblo se queda
como hermanos en dormido,
señal de amor. y mi hermano llora,
y mi hermano muere,
Planearon su muerte y el clamor
en silencio, de su voz no nos duele,
asustaron con gritos y mi hermano muere.
al pueblo;
y en un leño colgaron Es la hora de nona
en la tierra, y la guerra, cuando crece
es la hora del hambre es la hora de nona el dolor y el engaño,
y la muerte, cuando sufre mi cuando falta el amor.
es la hora del odio pueblo,
"Nadie enciende una lámpara para meterla debajo del celemín; la ponen más
bien sobre un candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. Hagan,
pues, que brille su luz ante los hombres; que vean sus buenas obras, y por
ello den gloria al Padre de ustedes que está en los Cielos." Bajar a Cristo de la
cruz es encender la lámpara de su esperanza sobre el mundo. Ahora
nosotros queremos ir al mundo a recoger con amor el cuerpo de Cristo
extendido por todos los confines de este mundo, para reunirlo en la Iglesia,
para congregarlo en la comunión del mismo amor, para hacerlo una familia,
para que se nutra con el Pan de los hermanos y se lance al mundo con la
misión de llenarlo todo con el amor de Dios. Jesús descendido de la Cruz ha
de ser Jesús predicado en la esperanza como semilla de eternidad.
Oración (Todos):
Jesús Sepultado: Haz que alcancemos la perfección y la santidad. Que venga
sobre el mundo el misterio de tu silencio, que encontremos en ti la paz que
buscamos, que puedas ser tú la vida de quienes serán tus discípulos en el
curso de la historia y que han de confesar que las sombras que ahora te
cubren se convertirán en la luz inextinguible que anuncie al mundo tu
victoria. Amén.
(Por todos los fallecidos en esta pandemia), Padre Nuestro…
Oración final
EL TRIDUO PASCUAL
San Agustín, en una de sus cartas, se refiere al triduo como "los tres
sacratísimos días de la crucifixión, sepultura y resurrección de Cristo".
Las diferentes fases del misterio pascual se extienden a lo largo de los tres
días como en un tríptico: cada uno de los tres cuadros ilustra una parte de la
escena; juntos forman un todo. Cada cuadro es en sí completo, pero debe ser
visto en relación con los otros dos.
Para ello nada más hermoso y gratificante que recrear las escenas bíblicas de
Jesús Resucitado, no ya en estaciones dolorosas, sino en estaciones
luminosas, gloriosas y renovadoras.
El Vía Crucis se celebra popular y devocionalmente los viernes, y tal vez los
martes (días de misterios dolorosos); el Vía Lucis es propio del Domingo, día
en que resucitó Jesús al amanecer, y también el miércoles, en que
tradicionalmente se meditan los misterios gloriosos de salvación. No
obstante, según la devoción y práctica personal, nada impide que uno y otro
se celebren también particularmente en distintos días y circunstancias, según
lo establezca cada uno por sí mismo, en compañía o en comunidad familiar o
eclesial.
Mt. 28, 1-7: “Pasado el sábado, al alborear el primer día de la semana, María
Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. De pronto se produjo un
gran terremoto, pues el Ángel del Señor bajó del cielo y, acercándose, hizo
rodar la piedra y se sentó encima de ella. Su aspecto era como el relámpago y
su vestido blanco como la nieve. Los guardias, atemorizados ante él, se
pusieron a temblar y se quedaron como muertos. El Ángel se dirigió a las
mujeres y les dijo: «no teman, sé que buscan a Jesús, el Crucificado; no está
aquí, ha resucitado, como lo había dicho. Vengan, vean el lugar donde
estaba. Y ahora vayan enseguida a decir a sus discípulos: "Ha resucitado de
entre los muertos e irá delante de ustedes a Galilea; allí le verán." Ya se lo
alabra del Señor / Gloria a Ti, Señor Jesús.
había dicho”. P
Jn. 20, 1-9: “E l primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al
amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Echó
a correr y fue a donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús
tanto quería, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos
dónde lo han puesto". Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro.
Los dos corrían juntos; pero el otro discípulo corría más que Pedro; se
adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el
suelo y el sudario con el que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con
las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro,
el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no
habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos”
Palabra del Señor / Gloria a Ti, Señor Jesús.
Oración (Todos):
Solamente tú, Jesús Resucitado, nos llevas a la gloria de la vida. Solamente tú
nos haces ver una tumba vacía desde adentro. Convéncenos de nuestro
poder impotente delante de la muerte cuando estamos sin ti. Haz que nos
fiemos totalmente de la omnipotencia del amor, que vence a la muerte.
Amén.
Jn. 20, 10-18: “Los discípulos, entonces, volvieron a casa. Estaba María junto
al sepulcro fuera llorando. Y mientras lloraba se inclinó hacia el sepulcro, y ve
dos ángeles de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a
la cabecera y otro a los pies. Le dijeron: «Mujer, ¿por qué lloras?» Ella les
respondió: «Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto.»
Dicho esto, se volvió y vio a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Le dice
Jesús: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?» Ella, pensando que era el
encargado del huerto, le dice: «Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has
puesto, y yo me lo llevaré.» Jesús le dice: «María.» Ella se vuelve y le dice en
hebreo: «Rabbuní» - que quiere decir: «Maestro» -. Le dijo Jesús: «No me
toques, que todavía no he subido al Padre. Pero vete donde mis hermanos y
diles: Subo a mi Padre y Padre suyo, a mi Dios y su Dios.» Fue María
Magdalena y dijo a los discípulos que había visto al Señor y que había dicho
estas palabras”. P alabra del Señor / Gloria a Ti, Señor Jesús.
Hoy Cristo nos llama por nuestro nombre, personalmente, porque nos ama a
cada uno. Y a veces se oculta bajo la apariencia del hortelano, o de tantos
hombres o mujeres que pasan a nuestro lado, sin que nos demos cuenta.
Recibamos el dulce y desafiante encargo de anunciar al mundo a Cristo
muerto y resucitado para nuestra salvación.
Oración (Todos):
Señor Jesús, danos la limpieza de corazón y la claridad de mente para
reconocer la verdad. Que nunca negociemos con ella para ocultar nuestras
flaquezas, nuestra falta de entrega, que nunca sirvamos a la mentira, para
sacar adelante nuestros intereses. Amén
Canto: EL PEREGRINO DE EMAÚS
No le conocí al caminar,
Que llevabas conversando, ahora sí, en la fracción del pan.
me dijiste buen amigo,
y me detuve asombrado Van tres días que se ha muerto
a la vera del camino. y se acaba mi esperanza,
“¿No sabes lo que ha pasado dicen que algunas mujeres
ayer en Jerusalén, al sepulcro fueron de alba.
de Jesús de Nazareth Pedro, Juan y algunos otros
a quien clavaron en cruz?” hoy también allá buscaron,
Por eso me vuelvo en pena más se acaba mi confianza
a mi aldea de Emaús. no encontraron a Jesús,
por eso me vuelvo triste
Por la calzada de Emaús, a mi aldea de Emaús.
un peregrino iba conmigo.
QUINTA ESTACIÓN: EL RESUCITADO PARTE EL PAN
Lc. 24, 28-35: “Ya cerca de la aldea donde iban, Él hizo ademán de seguir
adelante; pero ellos le apremiaron diciendo: "Quédate con nosotros porque
atardece y el día va de caída" Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la
mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A
ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero Él desapareció. Ellos
comentaron: "¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino
y nos explicaba las Escrituras?" Y, levantándose al momento, se volvieron a
Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que
estaban diciendo: "Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a
Simón" Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo
habían reconocido al partir el pan”. Palabra del Señor / Gloria a Ti, Señor
Jesús.
Señor, "quédate con nosotros" y haz que inflamados por tus palabras, te
acojamos y celebremos la alegría de sentarnos a tu Mesa donde los ojos
vendados se abren, el desconocido se transforma en conocido y cercano, los
pies cansados del viaje se vuelven prontos para salir a anunciar, y en su
nombre acoger a los pobres de pan, a los pobres de corazón, a los pobres de
sentido de la vida a quiénes llenos de alegría se testimonia la Buena Nueva de
la esperanza hecha vida.
Jn. 20, 19-23: “Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando
cerradas las puertas, por miedo a los judíos, del lugar donde se encontraban
los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz con
ustedes» Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se
alegraron de ver al Señor. Jesús les dijo otra vez: «La paz con ustedes. Como
el Padre me envió, también yo los envío.» Dicho esto, sopló sobre ellos y les
dijo: «Reciban el Espíritu Santo. A quienes les perdonen los pecados, les
quedan perdonados; a quienes se los retengan, les quedan retenidos».
Palabra del Señor / Gloria a Ti, Señor Jesús.
En la Iglesia siempre debe soplar este aliento divino del perdón que renueva,
transforma y santifica a la humanidad. Jesús resucitado hace partícipes a los
discípulos de la misericordia de Dios: el poder de perdonar los pecados, la
capacidad de volver a la amistad con Dios después de haberlo abandonado
por el pecado. El Padre y el Hijo resucitado han amado tanto al mundo que
han donado su Espíritu para ofrecer el amor hecho perdón.
Oración (Todos):
Señor Jesús, cuando nos alejemos de Ti por el pecado, ayúdanos a sentir la
alegría profunda de tu misericordia en el sacramento de la Penitencia,
porque éste nos limpia y purifica, devolviéndonos tu amistad, nos reconcilia
con la Iglesia y nos ofrece la paz y serenidad de conciencia para seguir con
nuevas fuerzas el seguimiento de Cristo. Amén.
Si la oveja se ha perdido
a buscarla va el pastor. La mujer buscaba, triste,
Que en el cielo hay mucha fiesta las monedas que perdió;
cuando vuelve un pecador. Y saltaba de alegría,
cuando, al fin, las encontró.
La alegría más hermosa,
la alegría en el perdón. Qué afanosa rebuscaba,
Que en el cielo hay mucha fiesta toda su casa barrió;
cuando vuelve un pecador Y saltaba de alegría,
cuando, al fin, las encontró.
Cuando el hijo se fue lejos,
triste el padre se quedó; La alegría más hermosa…
Y, ¡qué inmensa su alegría,
cuando el hijo regresó!.
Cada día, cada instante,
por su ausencia se apenó;
OCTAVA ESTACIÓN: EL RESUCITADO CONFIRMA LA FE DE TOMÁS
Jn. 20, 24-29: “Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con
ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: "Hemos visto al
Señor" Pero él les contestó: "Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si
no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado,
no lo creo". A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás
con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:
"Paz a ustedes". Luego dijo a Tomás: "Trae tu dedo, aquí tienes mis manos;
trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente".
Contestó Tomás: "¡Señor mío y Dios Mío!". Jesús le dijo: "¿Porque me has
visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto". Palabra del Señor /
Gloria a Ti, Señor Jesús.
Jn. 21, 1-9.13: “Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al algo de
Tiberíades. Y se apareció de esta manera: estaban juntos Simón Pedro, Tomás
apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos
discípulos suyos. Simón Pedro les dice: "Me voy a pescar". Ellos contestan:
"Vamos también nosotros contigo". Salieron y se embarcaron; aquella noche
no pescaron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la
orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice:
"¿Muchachos, tienen pescado?". Ellos contestaron: "No". Él les dice: "Echen la
red a la derecha de la barca y encontrarán". La echaron, y no tenían fuerzas
para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto
quería le dice a Pedro: "Es el Señor". Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que
estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se
acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien
metros, remolcando la red llena de peces. Al saltar a tierra ve la brasa con un
pescado puesto encima y pan (...). Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo
mismo el pescado”. P alabra del Señor / Gloria a Ti, Señor Jesús.
Jn 21, 15-17: “Después de comer, dice Jesús a Simón Pedro: "Simón, hijo de
Juan, ¿me amas más que éstos?". Él le contestó: "Sí, Señor, tú sabes que te
quiero". Jesús le dice: "Apacienta mis corderos". Por segunda vez le pregunta:
"Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". Él le contesta: "Sí, Señor, tú sabes que te
quiero". Él le dice: "Pastorea mis ovejas". Por tercera vez le pregunta: "Simón,
hijo de Juan, ¿me quieres?". Se entristeció Pedro de que le preguntara por
tercera vez si lo quería y le contestó: "Señor, tú conoces todo, tú sabes que te
quiero". Jesús le dice: "Apacienta mis ovejas." Palabra del Señor / Gloria a Ti,
Señor Jesús.
Las tres preguntas de Jesús son la mejor prueba de que Él es fiel a sus
promesas, de que nunca abandona a los suyos. Cristo, el Buen Pastor pone a
Pedro y a sus Sucesores al frente de la naciente Iglesia, para pastorear al
Pueblo de Dios con la solicitud de un padre, de un maestro, de un hermano,
de un servidor. Solamente la respuesta al amor de Dios anima a ser
colaboradores en el anuncio de su Reino.
Oración (Todos):
Señor Jesús, haz que aprendamos a conocer, amar, obedecer y respetar a
nuestra Iglesia. Enséñanos siempre en Ti. Que nunca te perdamos de vista, y
sigamos siempre tus indicaciones, aunque nos parezcan difíciles o absurdas,
porque sólo así alcanzamos frutos que serán tuyos, no nuestros. Amén.
Canto: IGLESIA SOY Yo la veré envejecer,
pero a mi madre aún con arrugas
Iglesia soy, y tú también. y defectos la querré.
En el Bautismo renacimos La quiero más, pues sé muy bien,
a una vida singular que ha envejecido sin dejarme de
y al confirmar hoy nuestra fe, querer.
lo proclamamos compartiendo el
mismo pan. La Iglesia es tan maternal
que me ha engendrado,
No vayas triste en soledad me alimenta y acompaña sin cesar.
ven con nosotros y verás La Iglesia es tan maternal
a los hermanos caminando en el que nunca duda en abrazarme y
amor. perdonar.
Ven con nosotros y serás
en la familia un hijo más, Tensiones hay y las habrá
iremos juntos caminando en el porque nosotros somos hombres
amor. y no ángeles de luz,
pero al final, sólo al final
la Iglesia humilde encontrará su
plenitud.
UNDÉCIMA ESTACIÓN: EL RESUCITADO ENVÍA A LOS DISCÍPULOS
Mt. 28,16-20: “Los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les
había indicado. Al verlo, ellos se postraron, pero algunos vacilaban.
Acercándose a ellos, Jesús les dijo: "Se me ha dado pleno poder en el cielo y
en la tierra. Vayan y hagan discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en
el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar
todo lo que os he mandado. Y sepan que yo estoy con ustedes todos los días,
hasta el fin del mundo." P
alabra del Señor / Gloria a Ti, Señor Jesús.
Ser llamado es un honor, ser enviados es un deber. Las tareas son distintas, la
misión es única, hacer propia la causa de Jesús, es decir por aquello que Él ha
vivido y se ha sacrificado: el reino de justicia, amor y paz. Vayan por todas
partes como bautizados-enviados a anunciar la Buena Nueva que todos
esperan en la familia, en la escuela, en la iglesia, por las calles, por las
autopistas, por los caminos virtuales, porque el corazón continúa también
hoy buscando la felicidad, que es el eterno Amor del Resucitado que está con
nosotros hasta el fin del mundo.
Oración (Todos):
Jesús Resucitado, tu promesa llega consoladora: "Yo estoy con ustedes todos
los días" (Mt. 28,20). Solos no somos capaces de llevar el mínimo peso con
perseverancia y entrega. Nosotros somos la debilidad, tú eres la fuerza.
Nosotros somos la tristeza, tú eres la felicidad. Nosotros somos la noche, tú
eres la luz. Amén.
Canto: NOS ENVÍAS POR EL MUNDO
Hch. 1, 6-11: “Ellos lo rodearon preguntándole: Señor, ¿Es ahora cuando vas a
restaurar el reino de Israel? Jesús contestó: No les toca a ustedes conocer los
tiempos y las fechas que el Padre ha establecido con su autoridad. Cuando el
Espíritu Santo descienda sobre ustedes, recibirán fuerza para ser mis testigos
en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines del mundo".
Dicho esto, lo vieron levantarse, hasta que una nube se lo quitó de la vista.
Mientras miraban fijos al cielo, viéndolo irse, se le presentaron dos hombres
vestidos de blanco, que les dijeron: "Galileos, ¿Qué hacen ahí plantados
mirando al cielo?. El mismo Jesús que los ha dejado para subir al cielo volverá
como lo han visto marcharse." P alabra de Dios / Te alabamos Señor.
Oración (Todos):
Señor Jesús, tu ascensión al cielo nos anuncia la gloria futura que has
destinado para los que te aman. Haz, Señor, que la esperanza del cielo nos
ayude a trabajar sin descanso aquí en la tierra. Que no permanezcamos
nunca de brazos cruzados, sino que hagamos de nuestra vida una siembra
continua de paz y de alegría. Amén
Oración (Todos):
Jesús Resucitado que siempre estás presente en la comunidad pascual,
infunde en nosotros, por intercesión de María, tu Espíritu Santo: el Espíritu
de la vida, el Espíritu de la felicidad, el Espíritu de la paz, el Espíritu de la
fuerza, el Espíritu del amor, el Espíritu de la Pascua, el Espíritu de
unidad. Amén.
Bendición solemne
P. Dios fuente de luz, que nos ha mandado el Espíritu consolador a través de
sus discípulos, los bendiga y los colme de sus dones.
T. Amén.
P. El Señor Resucitado les comparta el fuego de su Espíritu y los ilumine con
su sabiduría.
T. Amén.
P. El Espíritu santo, que ha reunido pueblos distintos en una única Iglesia, los
vuelva perseverantes en la fe y felices en la esperanza hasta la visión beata
del cielo.
T. Amén.
P. Y la bendición de Dios omnipotente, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda
sobre ustedes, y con ustedes permanezca siempre.
T. Amén.
ORACIÓN A LA VIRGEN DE LA ESPERANZA