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Los Anormales -Foucault- Primera parte 15-38

Clase del 8 de enero de 1975


Foucault empieza hablar sobre una pericia hecha en el año 1955, donde una mujer
(Sujeto L) mató a su hija, el amante de la mujer (Sujeto A) fue acusado de incitación y
cómplice del asesinato.
¿“A” tienen culpabilidad moral?
El sujeto A ha tenido una vida “desordenada”, con una madre turbia, un padre que lo
reconoció a una edad tardía. No tiene una verdadera cohesión familiar.
Características psicológicas de “A”: Bovarismo (El síndrome de la insatisfacción
constante), Erostratismo (delinquir con el fin de lograr fama y renombre),
Alcibiadismo (persona de quien se dice reúne grandes cualidades al igual que
defectos, arribismo y pretensión particularmente), Donjuanismo (incapaces de crear
vínculos estables ante su imperiosa necesidad de perseguir nuevas aventuras
sentimentales).
“A” se pudo concebir como un superhombre con el crimen, La mujer “L” veía en el
sujeto “A” a un ser superior intelectualmente. Él hablaba de una pareja que hiciera en
común las mismas hazañas extraordinarias que él, como por ejemplo matar. Ella mató
a su hija para demostrarle a “A” su poder de decisión.
En este sentido se busca la culpabilidad que tiene “A” sobre el crimen realizado por
“L”, la idea es buscar cual es desde el punto de vista penal la responsabilidad de “A”.
Se investiga desde el plano médico legal sus anomalías de origen patológicos, si
presentan un trastorno mental suficiente para alcanzar responsabilidad penal.
Se determina que las paradojas de “A” no tienen ideas delirantes, es decir, “A” no
posee ningún tipo de enfermedad mental y es plenamente responsable.
Foucault habla sobre otro informe pericial.
3 hombres que habían sido acusados de chantaje de asunto sexual. Uno de ellos (X),
es moralmente homosexual, y esa condición la adquirió debido a burlas que tuvo que
soportar desde su niñez, lo que lo incentivó al chantaje sexual fue la ganancia, “X” es
inmoral, charlatán y cínico.
“Y” es víctima del chantaje, un anciano de mucho dinero, que fue amante de “X”. Al
mismo tiempo “X” ama a “Z”. “Z” es inmoral y cínico, el rasgo más típico de su carácter
es la pereza, él se gana la vida siendo homosexual.
Como conclusión Foucault dice que los discursos de este tipo tienen tres propiedades:
1. El poder de determinar directa o indirectamente un fallo en la justicia que
después concierne en la libertad o detención de un hombre, y a veces en el
poder de vida o muerte, discursos que tienen un poder de vida o muerte.
2. Sacan ese poder desde la institución judicial, y funcionan de ella como
discursos de verdad gracias a su status científico y formulados por personal
calificadas.
3. Discursos de verdad que pueden matar y que dan risa.
La primera pericia es grave y es un caso raro, pero la segunda que data del año 1974
lo que está en juego es el pan cotidiano de la justicia penal, estos discursos cotidianos
de verdad que matan, y dan risa están ahí en el corazón mismo de la institución
judicial.
El funcionamiento de la verdad judicial no es solo problemático, sino que da risa.
En el siglo XVIII el sistema judicial funcionaba en bases a las pruebas, si al caso se le
encontraban dos pruebas y media, la pena era proporcional a dos pruebas y media, si
tenemos una prueba plena, la pena era plena, el menor elemento de demostración
bastaba para ocasionar un elemento de pena.
Luego a este sistema se opuso el principio de íntima convicción, en este:
- ya no se debe condenar antes de haber llegado a una certeza total, ya no hay
proporcionalidad entre prueba y pena, esta obedece a la ley del todo o nada, es decir,
una prueba incompleta no debe entrañar una pena parcial.
-En segundo lugar, el sentido que ocupa este principio es que no se pueden convalidar
únicamente pruebas definidas y calificadas por la ley, es decir, debe aceptarse
cualquier prueba que sea convincente. Lo que la hace prueba es su capacidad para
demostrar.
-Por último, la convicción de un sujeto cualquiera, en cuanto a individuo pensante es
susceptible de conocimiento y verdad, es decir, se pasó del método de las pruebas
proporcionales a penas al régimen anónimo de la verdad para un sujeto al que se
suponía universal.
Ahora bien, esto de la verdad universal aloja dos fenómenos, son dos prácticas y
constituyen la práctica real de la verdad judicial y a la vez desequilibran con respecto a
esta formulación estricta y general de la íntima convicción.
1.- A pesar del principio de que no se debe castigar antes de haber llegado a la
prueba, a la íntima convicción del juez, en la práctica se mantiene la proporcionalidad
entre el grado de certeza y la gravedad de la pena impuesta. Cuando hay
incertidumbre el juez da una pena atenuada.
2.- Lo que buscaba la íntima convicción era que todas las pruebas puedan aportarse y
reunirse y solo la conciencia del juez , jurado o magistrado debía ponderarlas pero
algunas pruebas tienen de por si un sustento de poder, este poder se lo da el sujeto
que enuncia la prueba, como por ejemplo un informe policial o uno de expertos, el cual
le otorga un status a esta prueba, no son pruebas legales entendidas por el derecho
clásico pero son enunciados judiciales privilegiados que entrañan presunciones de
verdad.
Foucault dice que quiere recalcar la pertenencia que existe entre la verdad y la
práctica de la justicia. Existe la institución destinada a reglar la justicia y las
instituciones calificadas para enunciar la verdad, por otro punto existe un encuentro
entre el tribunal y el sabio, (institución judicial y saber médico y científico). En este
punto se generan discursos con status de verdad que poseen efectos judiciales, y que
además tienen la curiosa propiedad de ser ajenos a todas las reglas, ya sean
científicas, del derecho y son grotescos en sentido estricto.
Foucault califica de grotesco al hecho de poseer por su status de los que su calidad
intrínseca debería privarlo, con esto Foucault se refiere a que algo grotesco no
deberías tener poder por su calidad de ser algo grotesco, pero sin embargo es esa
misma calidad lo que le otorga status y poder. En este sentido la segunda pericia que
presentó Foucault es grotesca, habla sobre la cotidianeidad de actos homosexuales y
que parece ridículo, pero en sí misma es un mecanismo de poder.
El grotesco es un proceso esencial de la soberanía arbitraria y también un
procedimiento inherente a la burocracia aplicada. Este mecanismo de poder se puede
ver ejemplificado en el nazismo o fascismo, un poder arbitrario, Mussolini estaba
inscrito en los mecanismos de poder, pero es la imagen ubesca de quien se sabe
personaje desmesurado, loco sin bridas, payaso de un orquestado circo, bufón
suicida…, y aun así, en el delirio de la farsa, somete a todo un pueblo a sus
alucinaciones. Mi ejemplo, sería como Piñera, el cual se ha vuelto poderoso gracias a
ser grotesco, un personaje delirante, que se sabe ridículo y lo usa a su favor.
Foucault dice en relación con las pericias que la justicia instaura un discurso grotesco
que hace hablar a un sabio grotesco. Califica al discurso científico como una parodia,
porque es un poder incontrolable, es dejar a otros que planteen la verdad en un
discurso de un sujeto que tiene un saber.
El autor quiere analizar la tecnología de poder que utilizan los discursos y los intenta
hacer funcionar. Para eso plante la pregunta:
¿Qué pasa en ese discurso grotesco que está en el corazón de nuestra práctica
judicial y penal?
En este discurso hay una serie de duplicaciones, ya que hay una introducción de
dobletes sucesivos, la pericia psiquiátrica permite doblar el delito, con otras cosas que
no son el delito mismo, sino con componentes, como son las maneras de ser del
culpable, que se presentan como causas, origen, motivación, el punto de partida del
delito. Estos elementos tienen la función de:
-Repetir tautológicamente la infracción para inscribirla y constituirla como rasgo
individual, la pericia permite pasar del acto o delito a la conducta o forma de ser del
individuo.
-También tienen la función de desplazar el nivel de realidad de la infracción, porque lo
que las conductas infringen no es la ley, sino que infringen aquello contra lo cual
aparecen, con respecto a lo que aparecen, pueden ser un nivel de desarrollo optimo
ej: inmadurez psicológica. Un criterio de realidad ej: mala apreciación de lo real.
Calificaciones morales, ej: la modestia, fidelidad. Son reglas éticas.
En resumen lo que hace la pericia es doblar el acto criminal en conductas o elementos
de otro tipo para analizar no en términos legales sino en criterios de irregularidad ya
sea psicológica, fisiológica o morales.
Gracias a psiquiatra el juez no juzga en si el acto delictivo, sino el acto en relación a su
historia, su conducta, sus irregularidades y de esta forma un cómplice sospechoso
puede convertirse en culpable. El saber experto permite transformar al individuo y de
esta forma castigarlo, no se castiga solo la infracción sino en lo que el sujeto se ha
transformado gracias a la pericia.
Aquí Foucault dice que la pericia tiene 1.- la función de duplicar el delito y la segunda
función seria duplicar al autor del delito con ese personaje, que es el delincuente.
La pericia ya no juzga si el individuo estaba consiente o demente al momento de
delinquir para poder otorgarle o no responsabilidad de los hechos, sino que ahora lo
que la pericia hace es establecer antecedente infraliminares de la penalidad. Mostrar
como el individuo se parecía a su crimen antes de haberlo cometido, como el individuo
en todas las conductas nombradas tienen un deseo de crimen.
En este sentido no intenta atribuirle o no responsabilidad al sujeto, sino que evita eso
dándole al sujeto una indiscernibilidad jurídica, y esto se logra gracias a la descripción
de elementos que el sujeto no tiene, como por ejemplo: faltas de éxitos, inteligencias,
deseos inalcanzables, etc. Debido a esta descripción al sujeto no se le puede plantear
responsabilidad de los hechos ya que el sujeto resulta ser responsable de todo y nada.
Es una personalidad indiscernible de la que la justicia, está obligada a desligarse.
Lo que los jurados juzgan ya no es un sujeto jurídico, sino que es un objeto, es el
objeto de una tecnología y un saber de reparación, readaptación, reinserción,
corrección. En síntesis, se duplica al actor del delito en un sujeto delincuente que será
luego objeto de una tecnología especifica.
Luego Foucault dice que la pericia psiquiátrica tiene una tercera función, la de
constituir otro tipo de desdoblamientos. Desdobla al médico que al mismo tiempo será
un médico juez, esto porque el médico en su calidad e experto usa su saber
psiquiátrico en pos de demostrar que tiene ciertas conductas o rasgos que hacen
posible la aparición de la conducta infractora.
Foucault dice que bajo oficio de castigar se convierte en el hermoso oficio de curar y la
pericia sirve a esta inversión.
El autor quiere decir algunos elementos antes de terminar la clase:
La pericia psiquiátrica en sus inicios era un acto puramente médico en sus
formulaciones y principios generales sin embargo ahora no hay médicos ni psiquiatras
que se atrevan a firmar las pericias que el autor presenta.
Aun así, hay psiquiatras que se niegan a firmar pericias en su práctica habitual y en
definitiva son esos mismos psiquiatras quienes aceptan hacerlos, este es un problema,
este parece ser una desconexión o involución en el plano de la normatividad científica
de los discursos. Hubo un movimiento de desconexión donde la psiquiatría penal se
liberó de esa normatividad y se vio sometida a nuevas reglas de formación.
Se pasa de un problema jurídico de la atribución de responsabilidad del criminal a otro
totalmente distinto, el de si el individuo es peligroso, si es susceptible a una acción
penal, es curable o readaptable, en lo sucesivo a la sanción penal no deberá recaer
sobre un sujeto de derecho reconocido como responsable, es un elemento correlativo
de una técnica que consiste en apartar a los individuos peligrosos, encargarse de
palabras, encargarse del individuo delincuente.
Hay una sustitución del individuo jurídicamente responsable por el elemento correlativo
de una técnica de normalización, emergen técnicas de normalización, las cuales son
efecto del encuentro, de la armonización del saber médico y judicial, apoyado en la
institución judicial y la institución médica pero que en sí mismo tienen su autonomía y
sus reglas.

Foucault: Los anormales


El código penal establece que si al momento de cometer el crimen se está bajo un
estado de demencia no hay crimen. Así, la pericia psiquiátrica determina como un
saber experto divisiones entre enfermedad y responsabilidad, entre hospital y prisión.
Muchas veces los jueces envían indistintamente a la cárcel o a los hospitales pese a la
culpabilidad, puesto que asumen que es tan difícil salir de la cárcel como de un
hospital psiquiátrico.
Desde aquí se empiezan a ver los sujetos desde dos ámbitos entremezclados: Médico
y judicial. Se establece una doble calificación que organiza el dominio de la
perversidad. Así, desde este dominio se habla del sujeto desde un ámbito biográfico,
de la vida del sujeto y no de implicancias propiamente tales del crimen.
Así, se establece la cárcel y la cura de la enfermedad mental como ámbitos de
protección social, que se encargarían. Todo el entramado continuo Jurídico-médico,
responde al peligro. De esta forma, el individuo peligroso (ni enfermo ni criminal).
Se generan dos nociones: Una la de la perversión: Permite unir los conceptos médicos
y jurídicos y la de individuo peligroso: Permite justificar la existencia del continuo
médico-judicial.
Foucault dice que el discurso médico-judicial tiene un parentesco con el discurso
padre-hijo sobre la moralidad. Emanar verdades sobre la forma de ser de la persona
sobre su orgullo, su maldad, etc. En estos discursos se enuncian evidencias morales
para determinar la clasificación del “imputado”. Así se entra en el terreno de lo
biográfico, aludiendo a la infancia del imputado donde “era cruel con los animales”,
“era perezoso”, pero no se enfrenta el acto mismo del crimen.
La pericia médico-legal que es la realizada por los médicos, los psicólogos, los
expertos, no es dirigida hacia los delincuentes o inocentes, sino que dirigida hacia los
anormales. Así se desarrolla un poder al médico o al judicial, se desarrolla un “poder
de normalización”. Así, se tiende a partir de lo médico-judicial al control del anormal.
Así esto deja de constituirse como un problema médico o jurídico a un problema
político.
El poder de normalización tiene una historia que se refleja aplicado a la
homosexualidad. Primero explica que en la edad media los leprosos eran excluidos
como práctica social; se trataba de expulsar a estos individuos al mundo exterior, lo
que desencadena en la exclusión del leproso de manera jurídica y política. Esta
exclusión significaba la muerte de estos sujetos, puesto que cuando se expulsaban se
desarrollaba una ceremonia fúnebre donde se daban por muertos. Así Foucault hace
una analogía entre esta expulsión y la que se hace con los locos, los criminales, los
fenómenos, los niños, los pobres, etc. Posteriormente desaparece el modelo de
exclusión, para dar paso a un mecanismo y modelo de control de los individuos. Esto
se denota en la época de las pestes, cuando ciudades enteras eran encerradas y
controladas. Estas ciudades se dividían en calles que eran vigiladas, en distritos, en
barrios controlados. Es así como se genera una pirámide de control que va desde los
que vigilan las calles hasta aquellos que están encargados de los barrios, los distritos
o las ciudades enteras. Así esto se opone totalmente a lo de los leprosos, no es una
expulsión, es una cuarentena.
Así se individualizan los sujetos, si bien la lepra era alejar a los sujetos, la peste es
acercarlos cada vez más al poder para tenerlos controlados como individuos
particulares. Así la peste trae consigo un poder extensivo y exhaustivo, que no tiene
límites sobre la corporalidad de los individuos, ni de sus viviendas, ni de sus
movimientos. El reemplazo del modelo de la lepra (expulsión) al de la peste (control),
según Foucault constituye la invención de las tecnologías positivas del poder.
A partir de estas medidas, la edad clásica elaboró el arte de gobernar. Desde aquí
nace el proceso de normalización y de separar a aquellos normales de los anormales.
Efectos de la normalización que se traspasan a las instituciones como la infancia, el
ejército, la producción, etc. Así la norma trae un principio de calificación y un principio
de corrección, su función no es excluir, sino que rechazar a los no aptos. Así, tiende a
la transformación y a la intervención con la finalidad de volver aptos a los ineptos.
De esta manera se crea un mecanismo de disciplina-normalización que es un poder
que no busca reprimir sino producir. Este mecanismo busca crear individuos con
características particulares, fabricar, crear. Así este poder no es un poder que tenga
superestructuras anexas a él, sino que estas estructuras están también puestas en
este juego de poder.

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