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Contribuyendo a la paz estable

Estudiantes:

Alejandra Gomajoa

Yasmin Revelo

Nataly Castro

Corporación Universitaria Iberoamericana

Facultad de ciencias humanas y sociales

Programa de psicología

Sibundoy

2019
Contribuyendo a la paz estable

El presente análisis de documento emanado por María Emma Wills, busca generar una

propuesta inicial para la construcción de acciones de paz, donde se tengan en cuenta los

apartados que dicha escritora plasmo en su texto “Los tres nudos de la guerra colombiana”,

donde se refiere al campesinado sin representación política, la polarización social en el marco

de una institucionalidad fracturada y las articulaciones perversas entre regiones y centro.

Desde distintos periodos de tiempo, la paz ha sido un tema de especial importancia de

debate, ya que, al ser abordada por distintas corrientes del País, ya sea desde el punto de vista

político, educativo, social o religioso, se busca con ella la constante evolución de la calidad en

las relaciones humanas, donde se incluyan los distintos escenarios, actores, visiones, procesos,

estructuras y poderes que hacen de ésta un factor inestable en la sociedad.

La guerra contemporánea colombiana ha sido marcada por una serie de sucesos durante

más de 50 años, los cuales han ido desdibujando la esperanza de miles de personas al observar

las desigualdades sociales, altos niveles de pobreza, exclusión, discriminación, conflicto

armado causante de miles de muertes violentas, secuestros, desplazamientos forzosos,

paramilitarismo, masacres con desaparecidos, incremento de grupos armados y delincuencia,

y demás.

Colombia tiene una extensa historia de violencia e impunidad, caracterizada por una serie

de problemas de fondo en la configuración del orden político y social del País, que a su vez,

contribuyo a que las victimas fueran ignoradas tras los oscuros acontecimientos de la guerra

por la sucesión de dichos eventos (asesinatos selectivos, desapariciones forzosas, masacres

con menos de seis víctimas, secuestros, violencia sexual, minas antipersonal) dentro de una

estrategia de guerra que deliberadamente apuesta por asegurar el control a nivel local, pero
reduciendo la visibilidad de su accionar en el ámbito nacional. Es por esto que uno de los

nudos que se generó fue “la enemistad absoluta entre militantes de los partidos Liberal y

Conservador como base de la identidad política, buscando eliminar al adversario mediante

la guerra, unas expectativas de titulación de predios para campesinos truncada por las

tramas locales del poder político y económico”. (Wills, 2015). Para nadie es un secreto que la

sociedad misma ha sido víctima y a su vez, cómplice o participe en la confrontación, ya que,

por diversos motivos como la indiferencia o el silencio, se han extendido las

responsabilidades sobre el desencadenamiento del conflicto, donde lo esencial es buscar un

esclarecimiento que nos compete a todos como país.

La guerra contemporánea colombiana “trata de una guerra difícil de explicar no solo por

su carácter prolongado y por los diversos motivos y razones que la asisten, sino por la

participación cambiante de múltiples actores legales e ilegales, por su extensión geográfica y

por las particularidades que asume en cada región del campo y en las ciudades, así como por

su imbricación con las otras violencias que azotan al país”. (Bello, 2016).

El rompimiento de las relaciones entre Estado, Política pública y campesinos hace parte de

los factores que se desataron tras los nudos de la guerra en Colombia propuestos por Wills,

donde estuvieron inmersas las guerras civiles, la creación de partidos políticos y la lucha por

las tierras, el cual se ve evidenciado como un problema de reconocimiento político más que

una situación de tipo económico, ya que no se había podido representar los intereses de los

campesinos para su bienestar, pese a que son ellos el pilar que constituye la mano de obra que

lleva a cabo dichas tierras para su producción. En el primer periodo de la guerra

contemporánea en Colombia, se hace notoria la división interna de lo político con respecto a

las tierras y lo militar en relación al tipo de tratamiento o solución que se le debía dar al

conflicto social y los grupos emergentes o guerrillas. La recolección y procesamiento de la


información se inició de manera tardía inicialmente debido a la falta de voluntad política para

reconocer la problemática y afrontarla, seguido por la falta de logística y medios para captar o

recuperar la información.

En el segundo periodo de la guerra contemporánea se desarrolla el exceso de autoridad por

parte de los militares, donde se da la falsa idea de que la seguridad y el orden público son un

campo exclusivo de su competencia sin medir su fuerza de autoridad, llevando a cabo una

serie de excesos, abusos, torturas, arrestos arbitrarios, tratos violentos y demás, por la falta del

diseño institucional acorde con el Estado social de derechos. Finalmente, como tercer periodo

de guerra, encontramos una evidente fractura del sistema estatal, donde los procesos

negociadores y de inclusión de guerrillas que adelanto el gobierno nacional no fueron del todo

acogidos; a su vez, se da la producción de sustancias ilícitas articuladas con los grupos

guerrilleros, compra de tierras con blanqueamiento de dinero, surgimiento del narcotráfico,

todo ello indudablemente dio lugar a los nacientes grupos de autodefensas y paramilitares,

los cuales se disputaron el control territorial como vía para gobernar. “La contribución

principal que hace la profesora Wills es que el conflicto colombiano se explica por la

sempiterna e inequitativa redistribución de la tierra, por la sistemática aniquilación de

formas de representación política de inmensos sectores sociales subalternos, así como por las

fracturas internas de la institucionalidad estatal que han impedido la modernización del

Estado en el sentido de garante de derechos, responsable de la construcción del sentido de lo

público”. (Wills, 2015)

Todos los actores armados han incorporado el ataque a la población civil como estrategia

de guerra. Sin embargo, las modalidades de violencia empleadas y la intensidad de su

accionar difieren según las evaluaciones que cada actor hace del territorio, del momento de la

guerra y de las estrategias que despliega, dentro de las cuales se implica a la población civil.

Es así, como las personas civiles son vistas por estos grupos armados como un objetivo de
exterminio y desestabilización. “Por otra parte, la violencia del conflicto armado tiene una

dimensión no letal que acarrea consecuencias igualmente graves. Al 31 de marzo del 2013, el

RUV reportó 25.007 desaparecidos, 1.754 víctimas de violencia sexual, 6.421 niños, niñas y

adolescentes reclutados por grupos armados, y 4.744.046 personas desplazadas. El trabajo

de Cifras & Conceptos para el GMH reporta 27.023 secuestros asociados con el conflicto

armado entre 1970 y 2010, mientras que el Programa Presidencial de Atención Integral

contra Minas Antipersonal (PAICMA) reporta 10.189 víctimas de minas antipersonal entre

1982 y 2012”. La desaparición forzada y los asesinatos selectivos fueron las modalidades

preferidas para mantener la intimidación y el terror en las comunidades, por cuanto se

reducían otros tipos de violencia como las masacres y los secuestros, aumento esto, la

reputación de la violencia de los paramilitares permitiéndoles ocultar sus actos delictivos

practicando el ocultamiento de cadáveres, incineración de cuerpos y entierros en fosas

comunes. Además de lo anterior, las guerrillas, son responsables de nueve de cada diez

acciones de sabotaje, quema de vehículos, ataque a instituciones y atentados terroristas; ocho

de cada diez acciones de ataque a propiedad privada; y cinco de cada diez acciones de ataque

a organizaciones, respecto del total documentado por el GMH para el periodo 1988-2012.

Todos estos y muchos actos de barbarie y sufrimiento que se han registrado en el País, que

son innumerables; han quedado registrados a lo largo de la historia en la mente y memoria de

cada persona, donde se ha visto la impunidad de delitos, la exclusión, la violencia como

método de resolución de conflictos, la intolerancia y demás, por ello, algunas acciones

tendientes a promover la paz, serian: inicialmente tener la necesidad de reconocer el problema

en busca de políticas públicas dirigidas a generar responsabilidades, transformando la

estructura institucional con objetivos propios a la paz por medio de la inclusión de todos los

sectores de la sociedad incluyendo las víctimas del conflicto con su respectivo

restablecimiento de derechos, la construcción de los cimientos propios de una sociedad


democrática, donde haya un enfoque diferencial, inclusión social y respeto por los derechos

de todos, se debe promover los derechos como la verdad, la justicia, la reparación integral a

victima garantizando la no repetición, realizar un ajuste y reestructuración de la normatividad

del país que facilite la transición a la paz, generar un presupuesto nacional para dar prioridad a

poblaciones vulnerables, mejorar el funcionamiento de la fuerza pública para que se respeten

los derechos de todos, generar políticas públicas, continuar con la realización de espacios de

rendición de cuentas y quitar todo tipo de alianzas que comprometan intereses económicos

con los grupos ilegales.


BIBLIOGRAFIA

- Wills, María Emma (2015). Los tres nudos de la guerra


colombiana. Centro de Memoria Histórica.

https://www.mesadeconversaciones.com.co/sites/default/files/en
sayos/los-tres-nudos-de-la-guerra-colombiana-1447173574-
1460381073.pdf
http://rutasdelconflicto.com/geografia-del-terror/

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