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Contaminación

Los problemas ecológicos derivados del uso de los recursos naturales renovables  han implicado


sus desgastes. Este desgaste se expresa en la erosión del suelo y sus consecuencias posteriores,
como lo son la forestación, la desertificación y que culminan en la perdida de la  biodiversidad. Sin
embargo, existen otra serie de problemas importantes, muy vinculados a los anteriores, pero, que
surgen sobre todo por vía de la contaminación, es decir, por la adición de sustancias que alteran
las propiedades naturales de los recursos, que al rebasar los límites de tolerancia de los
organismos se convierten en amenaza y ocasionan la muerte de los mismos.

La contaminación del suelo es una degradación de la calidad del suelo asociada a la presencia de
sustancias químicas.1Se define como el aumento en la concentración de compuestos químicos, de
origen antropogénico, que provoca cambios perjudiciales y reduce su empleo potencial, tanto por
parte de la actividad humana, como por la naturaleza.23

Se habla de contaminación del suelo cuando se introducen sustancias o elementos de tipo sólido,
líquido o gaseoso que ocasionan que se afecte la biota edáfica, las plantas, la vida animal y la salud
humana.

El suelo generalmente se contamina de diversas formas: cuando se rompen tanques de


almacenamiento subterráneo, cuando se aplican pesticidas, por filtraciones del alcantarillado y
pozos ciegos, o por acumulación directa de productos industriales o radioactivos.

Contaminación del suelo causada por depósitos subterráneos de almacenamiento de alquitrán.

Los productos químicos más comunes incluyen derivados del petróleo, solventes, pesticidas y
otros metales pesados. Este fenómeno está estrechamente relacionado con el grado de
industrialización e intensidad del uso de productos químicos.

En lo que concierne a la contaminación de suelos su riesgo es primariamente de salud, de forma


directa y al entrar en contacto con fuentes de agua potable. La delimitación de las zonas
contaminadas y la resultante limpieza de ésta son tareas que consumen mucho tiempo y dinero,
requiriendo extensas habilidades de geología, hidrografía, química y modelos a computadora.

Los principales causantes de la contaminación del suelo son: los plásticos arrojados sin control,
vertidos incontrolados de materia orgánica proveniente de depuradoras o actividades
agropecuarias, aplicación de plaguicidas (insecticidas, herbicidas, fungicidas) sin seguir las
instrucciones de seguridad o sustancias radioactivas provenientes de ensayos nucleares o de
instalaciones industriales que contaminan el suelo natural o artificial.

La contaminación hídrica o la contaminación del agua es una modificación de esta, generalmente


provocada por el ser humano, que la vuelve impropia o peligrosa para el consumo , la industria, la
agricultura, la pesca y las actividades, así como para los animales.1

Aunque la contaminación de las aguas puede provenir de fuentes naturales, como la ceniza de un
volcán,2 la mayor parte de la contaminación actual proviene de actividades humanas.

Principales contaminantes del agua

Los principales contaminantes del agua son los siguientes:

Basuras, desechos químicos de las fábricas e industrias.

Aguas residuales y otros residuos que demandan oxígeno (en su mayor parte materia orgánica,
cuya descomposición produce la desoxigenación del agua).

Agentes patógenos, tales como bacterias, virus, protozoarios, parásitos que entran al agua
provenientes de desechos orgánicos, que incluyen heces y otros materiales que pueden ser
descompuestos por bacterias aerobias.

Productos químicos, incluyendo los pesticidas, diversos productos industriales, las sustancias
tensoactivas contenidas en los detergentes, y los productos de la descomposición de otros
compuestos orgánicos.

Petróleo, especialmente el procedente de los vertidos accidentales.

Minerales inorgánicos y compuestos químicos.

Sedimentos formados por partículas del suelo y minerales arrastrados por las tormentas y
escorrentías desde las tierras de cultivo, los suelos sin protección (cobertura vegetal), las
explotaciones mineras, las carreteras y los derribos urbanos.
Sustancias radioactivas procedentes de los residuos producidos por la minería y el refinado del
uranio y el torio, las centrales nucleares y el uso industrial, médico y científico de materiales
radiactivos.

La contaminación atmosférica es la presencia en el aire de materias o formas de energía que


implican riesgo, daño o molestia grave para las personas y bienes de cualquier naturaleza,1 así
como que puedan atacar a distintos materiales, reducir la visibilidad o producir olores
desagradables.

Gases contaminantes de la atmósfera

Desde los años 1960, se ha demostrado que los clorofluorocarburos tienen efectos
potencialmente negativos: contribuyen de manera muy importante a la destrucción de la capa de
ozono en la estratosfera, así como a incrementar el efecto invernadero. El protocolo de Montreal
puso fin a la producción de la gran mayoría de estos productos.

Utilizados en los sistemas de refrigeración y de climatización por su fuerte poder conductor, son
liberados a la atmósfera en el momento de la destrucción de los aparatos viejos.

Utilizados como aerosol, una parte se libera en cada utilización. Los aerosoles utilizan de ahora en
adelante otros gases sustitutivos, como el CO2.

Monóxido de carbono

Es uno de los productos de la combustión incompleta. Es peligroso para las personas y los
animales, puesto que se fija en la hemoglobina de la sangre, impidiendo el transporte de oxígeno
en el organismo. Además, es inodoro, y a la hora de sentir un ligero dolor de cabeza ya es
demasiado tarde. Se diluye muy fácilmente en el aire ambiental, pero en un medio cerrado, su
concentración lo hace muy tóxico, incluso mortal. Cada año, aparecen varios casos de intoxicación
mortal, a causa de aparatos de combustión puestos en funcionamiento en una habitación mal
ventilada.

Los motores de combustión interna de los automóviles emiten monóxido de carbono a la


atmósfera por lo que en las áreas muy urbanizadas tiende a haber una concentración excesiva de
este gas hasta llegar a concentraciones de 50-100 ppm,4 tasas que son peligrosas para la salud de
las personas.

Efectos de los gases de la atmósfera en el clima


El efecto invernadero evita que una parte del calor recibido desde el sol deje la atmósfera y vuelva
al espacio. Esto calienta la superficie de la Tierra. Existe una cierta cantidad de gases de efecto de
invernadero en la atmósfera que son absolutamente necesarios para calentar la Tierra, pero en la
debida proporción. Actividades como la quema de combustibles derivados del carbono aumentan
esa proporción y el efecto invernadero aumenta. Muchos científicos consideran que como
consecuencia se está produciendo el calentamiento global. Otros gases que contribuyen al
problema incluyen los clorofluorocarbonos (CFC), el metano, los óxidos nitrosos y el ozono.

Daño a la capa de ozono: el ozono es una forma de oxígeno O3 que se encuentra en la atmósfera
superior de la tierra. El daño a la capa de ozono se produce principalmente por el uso de
clorofluorocarbonos (CFC). La capa fina de moléculas de ozono en la atmósfera absorbe algunos de
los rayos ultravioletas (UV) antes de que lleguen a la superficie de la tierra, con lo cual se hace
posible la vida en la tierra. El agotamiento del ozono produce niveles más altos de radiación UV en
la tierra, con lo cual se pone en peligro tanto a plantas como a animales.

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