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Halperín

Prólogo (Palti)
-Contexto historiográfico: la vieja tradición mitrista postulaba a la revolución de
Mayo como encarnación de los ideales ilustrados y enfatizaba en el “corte radical”
que produjo, por lo cual sus lazos con el pasado estaban atados a fundamentos no
históricos (como figuras mistificadas). Por su parte, la NEH proponía vínculos más
concretos con el pasado colonial, pero evitaba mostrar la persistencia de
instituciones cuyos fundamentos estaban anclados en el absolutismo, por lo cual
estos vínculos se enfocaban sobre todo en los orígenes ideológicos de la
revolución.
-Las corrientes hispanófilas-católicas se encargaron, por su parte, de explorar los
lazos entre el contractualismo revolucionario y la tradición política española.
-Halperín demuestra cómo lenguajes políticos tradicionales se torsionaron y dieron
lugar al surgimiento de la ideología revolucionaria de Mayo.
-El primer punto de referencia de la tradición política española es de Vitoria, quien,
al igual que muchos de sus contemporáneos, sostenía que el poder había sido
conferido al monarca por el pueblo. Antes, los hombres no estaban divididos en
sociedades ni en naciones y vivían en comunión directa con el Creador. Las
comunidades políticas se estructuraron en torno al poder. Sin embargo, los límites
al poder real no provenían de la voluntad de sus súbditos sino de los propios fines
de su investidura y del apego a determinados principios universales de justicia.
-El pacto de sujeción conllevaba el supuesto de la diversidad de regímenes
posibles, problemática ineludible con la división del cristianismo en múltiples
monarquías nacionales. En ese contexto surge Suárez, para quién la legitimidad
del monarca seguía obedeciendo a un mandato sobrenatural. No obstante, los
fines de los sujetos comienzan a entenderse en términos cada vez más profanos
(como la felicidad de los ciudadanos), por lo cual el centro de la razón filosófica se
desplaza a la razón de Estado.
-Con la llegada de la monarquía barroca, no habrá ya medida común entre el
soberano y los súbditos. Solo el primero podrá entender los principios universales
de justicia. Las ideas ilustradas solo vendrán a reforzar esta lógica. En este
contexto surge Solorzano: la monarquía ya no es la emanación de jerarquías
presentes de por sí en la propia sociedad (como las familiares). El rey es señor
natural de su reino, pero no un “padre común”.
-La llegada de los Borbones a España en el siglo XVIII y las ideas ilustradas va a
estar acompañada de una mayor conciencia sobre la fragilidad del Imperio
hispano. Jovellanos, entre otros autores, buscarán en el pasado español
tradiciones de libertad (como la constitución castellana), contaminándolas, no
obstante, con elementos modernos. En esa búsqueda, el centro de la reflexión no
será el monarca sino la nación española.

-Cuando el absolutismo amplió la brecha entre la esfera política y la sociedad


permitió pensar una comunidad permitió pensar en la existencia de una
comunidad política organizada sin lo que hasta ese entonces la articulaba: el rey.
Por ello más tarde los revolucionarios podrían invocar a la nación (natural) para
impugnar al poder real (convencional). No obstante, debieron así construir una
nueva legitimidad. La revolución se convertirá a sí misma en su propia
legitimación, como una ruptura violenta con un pasado de opresión.
Prólogo Halperín
-En 1810 se inauguró en el Río de la Plata un nuevo estilo político destinado a
satisfacer nuevas exigencias (revolucionarias). En ese contexto se dio la
resurrección de concepciones políticas de la Castilla medieval que permitían
pensar límites para las pretensiones absolutistas, así como en la posibilidad de
revocar un poder que no cumple con sus fines.
Capítulo 1: Vitoria y Suarez
-Contexto: consolidación y expansión de la monarquía castellana, evocadas como
un paso hacia la regeneración cristiana (universalismo trascendente).
-Vitoria toma problemas morales y jurídicos inmediatos e intenta ir a lo más
profundo detrás de ellos, como la naturaleza de la organización imperial o la licitud
de la conquista. Las necesidades coyunturales estaban, en ese sentido, en un
segundo plano.
-Para él, sociedad y poder político eran inseparables. En cuanto al origen de este
último, se apelaba a un pacto de sujeción en el cual los gobernados se someten a
un soberano al cual le fijan atribuciones y límites (así, el rey también se sometía al
pacto). Esta teoría podía justificar tanto al absolutismo como otras formas de
gobierno conocidas.
-Además, esta noción suponía la existencia de una sociedad política en la cual no
existían relaciones de poder, una sociedad creada a partir también de un pacto
entre hombres.
-No es concebible aquí la existencia de un hombre pre-social, la causa final de la
sociedad política es suplir las debilidades de la vida como hombres aislados. Por
otro lado, es evidente que Vitoria no concibe tampoco una sociedad política sin un
poder político. La necesidad explica así el origen del pacto, antes que las
voluntades, a las que se apela sobre todo en función de marcar la diversidad de
regímenes posibles. Vitoria hace posible así la opción absolutista.
-El poder político de la comunidad desaparece con el pacto, por lo cual la voluntad
no puede limitarlo. Sus cláusulas tampoco van a limitarlo necesariamente. Va a
estar limitado en primer término por su fin (el bien común), así como por derechos
naturales pre-políticos que sobreviven al pacto dado su origen divino.
-El origen divino de los derechos naturales hace lícita la intervención de una
comunidad sobre otra en defensa de los mismos.

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