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Es esta consideración cultural lo que justifica la intervención pública en este sector acostumbrado a desenvolverse
en los criterios del mercado. La importancia cultural, social y económica de la producción cinematográfica se basa,
fundamentalmente, en la construcción de identidades – tanto europea como nacional –, la proyección de valores, la
defensa de la diversidad cultural y su papel como uno de los grandes promotores del crecimiento del empleo en
Europa.
Con el paso del tiempo, el patrimonio cultural europeo ha ido evolucionando y ampliando su contenido
incorporando la fotografía y la cinematografía, por el valor histórico y cultural que contienen. Por ello es necesario
impulsar una serie de medidas y técnicas adecuadas para la conservación, clasificación, accesibilidad, etc.
Uno de los puntos más importantes de los que se encargaría el derecho audiovisual sería la complementariedad
entre las políticas de los Estados miembros y de la Unión. De esta manera, se promueven las orientaciones comunes
para afrontar los retos que plantea la transición al entorno digital; y se establece la necesidad de un esfuerzo
conjunto por aprovechar al máximo la eficiencia a los instrumentos de financiación existentes.
La principal barrera a derrumbar por todas estas medidas y orientaciones es establecer un modelo a seguir para que
el sector audiovisual no varíe de un Estado a otro, que el tamaño del sector audiovisual sea parecido en todos los
países, el volumen de producción se apareje y el entorno lingüístico no afecte. De esta forma se acabaría con las
deficiencias estructurales tan comunes: desequilibrio entre la producción, la distribución y el consumo, las
dificultades para obtener financiación, el establecimiento de un sistema definido de ayudas estatales, etc.
Como ya hemos dicho anteriormente, la consideración del cine como valor cultural permite al Estado asumir cierto
grado de proteccionismo. Para ello, realiza un marco normativo que se basa en cuatro puntos:
1. La definición y el apoyo a los sectores independientes que existen en nuestra cinematografía en los tres
sectores (producción, distribución, exhibición).
2. La creación de mecanismos que eviten los desequilibrios en el mercado audiovisual.
3. La adaptación de nuevas tecnologías y formatos. Es destacable el creciente interés hacía el desarrollo de
tecnologías digitales.
4. El respaldo a la creación y a los autores como fuente de origen de la creatividad.
a. Película cinematográfica: Toda obra audiovisual que, fijada en cualquier medio o soporte, se encuentre
elaborada y definida por la labor de creación, producción, montaje y posproducción. Además, ha de estar
destinada a ser explotada comercialmente en las salas de cine.
b. Obra audiovisual: Sigue los mismos requisitos que la película cinematográfica, pero, al contrario que esta, las
obras audiovisuales deben ser difundidas a través de otros medios de comunicación y no en las salas de cine.
A partir de estas dos definiciones se derivan otros tipos de obras audiovisuales: películas cinematográficas, películas
cinematográficas de cortometraje, película de televisión serie de televisión y miniserie de televisión. Las diferencias
entre unas y otras no se basan en el contenido sino en el formato y la explotación comercial (nunca en salas de cine).
El patrimonio cinematográfico y audiovisual se integra de toda obra cinematográfica y audiovisual del cine español
desde que este se inicia. Por tanto, las tareas de conservación y restauración de los soportes originales son
esenciales para la protección de este patrimonio. La administración encargada de su gestión es el Instituto de la
Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA), un organismo autónomo adscrito al Ministerio de Cultura y
Deporte. Su objetivo fundamental es el de la planificación de las políticas de apoyo al sector cinematográfico.
Profundizando aún más. La salvaguarda del patrimonio cinematográfico se ejerce por la Filmoteca Española; órgano
creado en 1953 a partir de una Orden Ministerial. Además, desde 1964 se exige legalmente en España que se
entregue a la Filmoteca Española una copia de toda película que haya recibido algún beneficio de los Organismos
oficiales (crédito, protección, galardón).
- Certificado de nacionalidad: Si no se obtiene, la ayuda recibida deberá ser reembolsada. Este certificado lo
solicita la empresa productora o distribuidora, una vez finalizada la producción. Es expedido por el ICAA.
- Certificado cultural: Para obtenerlo es necesario que la obra audiovisual se relacione en mayor o menor
grado con la realidad cultural española. El encargado de conceder este certificado es el ICAA.
- Turismo de rodajes: La actividad de fomento se extiende al diseño de las estrategias turísticas vinculadas al
cine con la elaboración de guías y rutas de “tierras de cine”. Ej. Andalucía Film Commission.
- Archivos fílmicos: Constan de un gran valor histórico, social y cultural. Ej. Copias del NO-DO (RTVE).
El ICAA se encarga de calificar las películas por grupos de edad conforme a la siguiente clasificación:
Quedan fuera de estas disposiciones las películas y series de televisión, que se rigen por una normativa específica, así
como las obras audiovisuales creadas para su divulgación a través de medios en los que su regulación específica
contemple sistemas de autorregulación.
3. LA PRODUCCIÓN, DISTRIBUCIÓN Y EXHIBICIÓN: UN RÉGIMEN DE AYUDAS PÚBLICAS:
3.1 LOS REQUISITOS PARA SER BENEFICIARIO DE LAS AYUDAS PÚBLICAS:
REQUISITOS GENERALES:
1. La calificación de la película por grupos de edades del público al que este destinada.
2. La obtención del certificado de nacionalidad española:
a. Películas realizadas por una empresa de producción española: 75% del equipo tienen la nacionalidad
española.
b. Coproducción: La mayor parte de la producción recae sobre el equipo español.
c. Se realice en cualquiera de las lenguas oficiales de España.
3. La acreditación documental del coste de producción.
4. La entrega de una copia de la obra cinematográfica o audiovisual a la filmoteca Española.
5. La autorización del uso de la obra por el ICAA para la promoción de la cinematografía española.
6. Mantener temporalmente la titularidad de los derechos de la película.
Cabe destacar que el ICAA convoca todos los años ayudas para la producción, distribución y exhibición y promoción
en el interior y el exterior de las obras audiovisuales. Gracias a estas ayudas se fomenta la producción
independiente, acompañada de incentivos específicos que permitan la competitividad y el desarrollo de las
empresas.
1. Ayudas selectivas para la producción de largometrajes comandados por productores independientes y para
proyectos con especial valor cinematográfico: películas para tv o series de animación.
2. Ayudas anticipadas para la financiación del coste de la producción de proyectos de largometrajes. Estas
ayudas tendrán en cuenta la viabilidad económica y financiera del proyecto, la difusión, el carácter
innovador, etc.
3. Ayuda para la producción de cortometrajes. Ayudas sobre proyecto o una vez realizados.
La Ley de Cine prevé ayudas para las salas de exhibición cinematográfica, con el objetivo de favorecer el acceso de
los espectadores a la diversidad de la producción cultural. Estas ayudas se llevarán a cabo con los órganos
competentes de las Comunidades Autónomas.
Por otro lado, es necesario destacar que el desarrollo de las nuevas tecnologías hace imprescindible la previsión de
ayudas para la modernización de las salas de exhibición – incorporando nuevos sistemas de proyección digital – y su
adaptación en condiciones de accesibilidad a personas con discapacidades.
La ley de cine establece que dentro de cada año natural, las salas de exhibición han de proyectar obras
cinematográficas de Estados miembros de la Unión Europea, al menos en un 25% del total de sus proyecciones. El
incumplimiento de esta cuota de pantalla supone una infracción administrativa, acompañada de una sanción que
puede partir desde los 4.000 hasta los 75.000 euros.
Las obras originarias de los Estados miembros y de terceros Estados que sean parte del Convenio Europeo. Con obra
originaria se entiende aquella obra realizada esencialmente con la participación de autores y trabajadores que
residan en uno o varios Estados referidos. Cabe destacar que, para que se considere obra europea, la contribución
de los productores de los Estados Europeos participantes sea mayoritaria en el coste total de la coproducción.
El reconocimiento del derecho a la diversidad cultural y lingüística en el marco de la comunicación audiovisual exige
que la comunicación audiovisual incluya una programación en abierto que refleje la diversidad cultural y lingüística
de la ciudadanía.
1. 51% del tiempo de emisión anual de cada canal se reserva para obras europeas. El 50% de ese tiempo estaría
destinado a obras europeas en cualquiera de las lenguas españolas.
2. 10% del total de la emisión estará reservado a productores independientes. La mitad de ese 10% debe haber
sido producida en los últimos cinco años.
3. Los prestadores de un catálogo de programas deben reservar a obras europeas el 30% del catálogo.