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AUTORÍA MEDIATA

POLITOFF, MATUS Y RAMIREZ


Lecciones de Derecho Penal Chileno
Parte General
(Página 402-415)

Existen ciertos supuestos en que la imputación de la conducta de una persona puede hacerse
directamente al tipo penal respectivo, pero no por su realización inmediata, sino por
haberlo realizado mediante otro, que ha sido utilizado como instrumento de su obrar. Son
los casos de la llamada autoría mediata, que entre nosotros se encuentra ya
mayoritariamente aceptada como categoría independiente de la inducción, que, según
CURY, corresponde sólo a una forma de participación criminal en el hecho de otro.

Autor mediato es, en términos generales, el que hace ejecutar el hecho mediante otro, cuya
voluntad, según parámetros jurídicos, no es libre, o que no conoce el sentido objetivo de su
comportamiento o lo abarca en menor medida que el sujeto de detrás o que es sustituible a
voluntad en el marco de una maquinaria de poder organizada1.

Luego, a efectos de la aplicación de la ley, no hay diferencias en el nivel de responsabilidad


del autor inmediato con el del mediato: ambos son autores con la diferencia radical que el
autor inmediato realiza la acción típica personalmente, mientras el mediato hace ejecutar el
hecho mediante otro.

De allí que pueda afirmarse que el autor mediato da comienzo por sí mismo a la ejecución
del hecho y no depende en su punibilidad (en grado de tentativa) de la actividad de otro (si
instrumento); para los efectos de la tentativa, el autor mediato da comienzo a la ejecución
del delito cuando logra el control del instrumento a utilizar, poniendo de este modo en
peligro el bien jurídico protegido (conforme a la teoría objetivo-material aquí sostenida),
aunque el instrumento no haya realizado por sí mismo ningún hecho que, aisladamente,
puede considerarse como ejecución del delito.

El criterio de que no basta ser causa material para que al sujeto se lo considere como
verdadero autor podía inferirse también de la doctrina kantiana de la imputación, según la

1
ROXIN, Autoría y dominio del hecho, p. 337.
cual la noción de autor se entiende como sinónimo de causa libre. La imputación en sentido
moral es el juicio por el cual a alguien se lo mira como autor de una acción que es llamada
entonces un hecho sometido a las leyes2. Si el hecho material es realizado por una causa no
libre, quien lo ejecuta no puede considerarse como autor para los fines de imputación.

A. El Intermediario realiza una conducta objetivamente atípica.

1. Los casos de autolesión por el instrumento.

En nuestro código el suicidio no es un hecho típico, no podría castigarse la instigación al


suicidio como figura delictiva autónoma, y aun si se quisiera aplicar la menos graves de
auxilio al suicidio, ello no sería posible si el suicida sobrevive al intento, pues no hay
tentativa ni frustración en dicha figura, al contemplar la muerte como una condición
objetiva de punibilidad. Supongamos ahora que se trata de inducir a otro a lesionarse: aquí
no habría punibilidad alguna, salvo que se trate de las lesiones para no cumplir el servicio
militar.

La verdad es que en toda esta casuística no hay inducción impune, sino autoría mediata de
homicidio o lesiones, en su caso, si más allá del convencimiento se ha aprovechado el autor
de situaciones de subordinación psicológica por causas sentimentales u otras similares.
Ahora bien, cuál haya de ser la intensidad del dominio del hecho por el que está detrás no
puede contentarse sino en los casos particulares.

2. Delitos especiales de una persona calificada (intraneus) a través de una no


calificada (extraneus) que actúa dolosamente.

Pertenece también a los casos en que falta la tipicidad en la conducta del ejecutor, el caso
del instrumento doloso (autor inmediato) que no posee una característica especial del tipo
legal, que sí concurre en el hombre de atrás. Por ejemplo el funcionario público que hace
llenar por un amigo, que no es funcionario público, un registro con datos falsos, o el
funcionario que, para cometer cohecho, se sirve de un intermediario para solicitar dinero. El
funcionario es autor mediato y el extraneus es cómplice.

De igual manera se debe considerar autor mediato (y no simple autor) al empleado público
que hace que un particular aplique torturas u otros apremios ilegítimos a una persona
privada de libertad, aun que nuestra ley para este último haya previsto una pena menor. La
situación inversa, esto es, el extraneus que se sirve de un instrumento calificado, es resuelta
generalmente en el sentido de que el hombre de atrás sólo puede ser instigador o

2
KANT, Immanuel, The Metaphisics of Morals, p. 27.
cooperador (no autor mediato) por falta en él la característica de autor exigida por el tipo
legal.

3. Instrumento doloso en que falta el elemento subjetivo exigido por el tipo.

El caso paradigmático de esta hipótesis es la ausencia del animus rem sibi habendi en el
ejecutor material del hurto: el dueño de un predio que quiere apropiarse de gallinas del
vecino y las hace sacar del gallinero ajeno por uno de sus empleados. Aunque el ejecutor
esté plenamente consciente de la ajenidad de las cosas que sustrae por encargo de su patrón
(y de ahí que sea un instrumento doloso de éste), no realiza el tipo penal por faltar el ánimo
de apropiación.

El propietario del predio es el autor mediato. El ejecutor inmediato se halla, como en la


hipótesis anterior en la situación de un partícipe, ya que el mayor peso del hombre que está
atrás resude en el propósito de apropiarse perseguido por éste, que está ausente en el
ejecutor.

B. El intermediario realiza una conducta ajustada a derecho.

También es posible que el autor mediato utilice a un sujeto que actúa lícitamente: (P) se las
arregla, aprovechando su influencia, para que (A), actuando como instrumento lleve a cabo
una agresión contra (B), en el curso de la cual, como (P) ha previsto, (B) frente al
enfurecido (A) se encuentre en una situación que obligue a defenderse legítimamente y a
lesionar a su agresor. En tal caso (P) es autor mediato del homicidio o lesiones en la
persona de (A). La conducta de (B) está justificada.

La doctrina de algunos fallos de la jurisprudencia alemana ha resuelto asimismo ciertos


casos de decisiones legítimas de un tribunal o de una autoridad que tienen su base en
medios de pruebas o datos falsos suministrados por el autor mediato y en que la autoridad
engañada es utilizada como instrumento para una estada o una privación de libertad. El juez
que, en razón de medios de pruebas falsas, es engañado y llevado a imponer una pena a un
inocente no actúa ilícitamente, el hombre de atrás, en cambio, es el autor mediato.

C. El intermediario actúa sin dolo.

Se trata de la hipótesis clásica de autoría mediata, en que el intermediario actúa


antijurídicamente pero sin dolo: (R) es demasiado pequeño para sustraer con facilidad el
abrigo ajeno, por lo que pide a (T), un tercero de buena fe, que le alcance el abrigo, lo que
éste hace. (T) no sólo actúa sin ánimo de apropiación, sino además sin dolo (por error de
tipo), ya que yerra acerca de la ajenidad de la cosa. (R) es autor mediato. Otro tanto
acontece en el ejemplo del médico que dolosamente hace que la enfermera de buena fe
inyecte al paciente una dosis mortal de morfina, haciéndola creer que se trata de un
medicamento inofensivo. El médico es el autor mediato.

D. El intermediario está amparado por una causal de exculpación.

Otra hipótesis reconocida desde antiguo: el instrumento actúa antijurídicamente y con dolo,
peor su culpabilidad aparece excluida por la presencia de una causal de exculpación, sea ella
la ausencia de capacidad para sea culpable (inimputabilidad por menoría de edad o
enajenación mental) o la inexigibilidad de otra conducta (miedo insuperable o fuerza moral
irresistible), producida a través de la coacción del autor mediato, caso que según nuestra
doctrina mayoritaria aparece recogido en el n°2 del art. 15.

También corresponde aquí el error de prohibición del intermediario de buena fe, inducido
por el hombre de atrás o de que éste se aprovecha, cuando el subordinado cometió un delito
sin advertir la ilicitud del hecho y sin haber estado en condiciones de percatarse de ella, su
actuar es inculpable, pero el superior que dio las ordenes a sabiendas de su ilicitud es autor
mediato.

E. El intermediario realiza un hecho que reúne todos los elementos del delito.

En la casuística examinada hasta ahora el ejecutor/instrumento aparece en una posición


caracterizada por que falta algo a su acción para ser autor inmediato en el sentido respectivo
tipo legal, lo que determina que esté exento de pena o que se le deba estimar sólo un
partícipe (aunque, en nuestro sistema legal, el carácter secundario de la función de éste,
cuando sea punible, no influya siempre sobre el nivel de su penalidad, cada vez que se le
considere autor.

Más interesante es el caso en que en forma más estricta debiera hablarse de autor detrás del
autor, es decir, cuando la conducta del hombre que está delante, esto es, autor inmediato,
cumple todas las exigencias del tipo delictivo, de la antijuricidad y de la culpabilidad. Ello
puede suceder en dos casos:

- Si detrás hay un sujeto que manipula al hechor sobre el sentido de la acción.

- Si el ejecutor actúa en el seno de un aparato organizativo, en que las órdenes se sucedan


jerárquicamente hacia los autores inmediatos, desde los hombres que están detrás, los
llamados delincuentes de escritorio.

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