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28 agosto, 2019

Tratamiento contable de inventarios de fácil destrucción o pérdida


Algunos tipos de inventarios, por sus condiciones, están expuestos a lo que se denomina “fácil
destrucción o pérdida”. Estos inventarios deben ser evaluados para reconocer adecuadamente las
pérdidas en el momento en que se presenten, pues dejan de ser recursos controlados por la
entidad.
Ciertos inventarios, como los productos perecederos, huevos, productos de vidrio y los volátiles
como la gasolina, el ACPM y otros similares, tienden a presentar pérdidas por daño físico,
evaporación y otras situaciones similares.

Al margen de lo que permitan o requieran las normas fiscales, una entidad debe evaluar las
pérdidas presentadas en este tipo de inventarios y reconocerlas en el estado de resultados
en el momento y medida en que se presenten, cuidando siempre que los valores registrados
correspondan a la realidad económica de la entidad.

La sección 13 del Estándar para Pymes y la NIC 2 guardan un asombroso silencio en


relación con este tipo de pérdidas; sin embargo, con base en las definiciones de “activo” e
“inventario”, y haciendo uso del juicio profesional, podemos encontrar el tratamiento adecuado para
este tipo de pérdidas.

El marco conceptual del Estándar para Pymes define a los activos como recursos controlados por
la compañía producto de hechos pasados, de los cuales se espera obtener beneficios económicos
futuros. A su turno, la sección 13 del mismo Estándar establece que los inventarios son activos que
se mantienen para ser vendidos, transformados en otros productos que serán vendidos o en forma
de suministros y materiales para ser consumidos en el ciclo de las operaciones.

“si un activo se ha echado a perder por destrucción, pérdida, evaporación, degradación, procesos
biológicos o cualquier otro motivo, la entidad ya no puede decir que cuenta con un recurso
controlado del cual espera beneficiarse”

De acuerdo con las definiciones anteriores es claro que, si un activo se ha echado a perder por
destrucción, pérdida, evaporación, degradación, procesos biológicos o cualquier otro motivo, la
entidad ya no puede decir que cuenta con un recurso controlado del cual espera beneficiarse.

En este caso no basta con el simple reconocimiento de un deterioro, pues el deterioro consiste en


la baja expectativa de realización de un activo; de manera que la realización esperada se ubica por
debajo del valor en libros. Pero en los casos mencionados la entidad ni siquiera puede probar
la existencia de un activo, pues este se ha dañado, se ha evaporado o ha desaparecido.

Medición de las pérdidas

Las entidades que manejan este tipo de inventarios deben llevar un estricto control de sus
existencias, no solo para efectos del reconocimiento de las pérdidas, sino también para propósitos
de control interno.

Suponga que una entidad se dedica a la comercialización de gasolina, ACPM y otros derivados del
petróleo. Si la entidad no implementa medidas adecuadas para controlar estrictamente sus
inventarios, se expone a ser objeto de robos o defraudaciones por parte de empleados mal
intencionados o de cualquier persona que tenga cierto privilegio de acceso a las materias primas.
Igual ocurre con las tiendas que comercializan productos altamente perecederos, como frutas,
legumbres o vegetales. Un empleado malintencionado, u otra persona con algún nivel de acceso a
los inventarios, podría tratar de sustraer mercancía sin autorización, y luego argumentar que la
misma fue desechada porque no estaba en buenas condiciones.

Reconocimiento de pérdidas

Una vez que la entidad haya verificado las existencias de sus inventarios y haya
determinado la cuantía de los dañados, evaporados o físicamente deteriorados, debe
elaborar la respectiva acta de destrucción o disposición (algunas veces no se destruye el
inventario, sino que se dona a ciertas instituciones que lo pueden aprovechar), en la cual
establecerá el monto que debe reconocer como pérdida.

Esta pérdida de inventarios debe reconocerse inmediatamente, en el período en el cual se


presenta, sin diferirla a ejercicios siguientes, por lo cual debe generarse su baja efectiva en las
cuentas del inventario.

Impuesto diferido

Si el monto reconocido como pérdida en resultados en distinto al que se le permite tomar a la


entidad como deducción en el cálculo de su impuesto de renta, se genera una diferencia
temporaria.

La entidad debe evaluar si cualquier exceso en la pérdida contable sobre la aceptada


fiscalmente será deducible en un período futuro. Si este exceso se puede deducir en períodos
posteriores, entonces la entidad debe reconocer un activo por impuesto diferidoa la tasa de
impuestos que se espere esté vigente cuando la deducción pueda ser tomada.

Juan David Maya Herrera


Consultor de Estándares Internacionales de Información Financiera
Certificación Internacional por el ICAEW en IFRS Full (NIIF Plenas)
Correo: jmaya@actualicese.com

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