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3. Si tuvieran que resumir el tema del cuento en una palabra, ¿Cuál podría ser? ¿Por
qué?
Dolor. Porque en la historia se habla muchas veces de situaciones difíciles que la gringa
tuvo que pasar, la muerte de su hijo siendo la principal y la causante de que al final de la
historia ella quiera tomar venganza
4. Teniendo en cuenta que el final queda abierto les propongo que escriban el
desenlace de la historia respetando el mismo narrador (extensión mínima de dos
párrafos)
Hubieron algunas mañanas al despertarme en las cuales dudaba sobre mi plan, no creo
que a Basilio le hubiera agradado esta situación, pero he ahí el problema, el ya no está aquí
para detenerme. Ya no hay vuelta atrás.
Todas esas dudas se desvanecían cuando al levantarme me encontraba completamente
sola en la frialdad de la casa, escuchando el ladrido de los perros y un silbido que hacía que
el odio contaminará mi corazón una vez más y me volviera a concentrar en mi meta.
Esa mañana comencé mi día más temprano, ya que tenía que estar preparada para el
gran acontecimiento, y me senté frente a él portón a esperar.
Fue solo un instante. Un silbido, ladridos, gritos y luego silencio. La imagen de el asesino
de mi hijo despedazado frente a aquel portón quedará grabada en mi memoria para
siempre.
Pereda salió inmediatamente a la calle, horrorizados, llorando, gritando.
Recordé aquel día cuando aquel Jeep estacionó frente a mi casa para darme la noticia que
acabaría con mi vida y comenzaría una llena de rencor y odio.
Recordé como los vecinos me miraban con lastima al enterarse lo que había ocurrido,
muchos dijeron que fue mi culpa por no controlarlo lo suficiente. ¿Harán lo mismo con
Pereda?
Lo que ocurrió después sigue siendo borroso para mí, pero recuerdo encontrarme en el
asiento trasero de la patrulla, esposada, sin procesar lo ocurrido.
Recuerdo ver cómo mi hija estaba siendo detenida luego de intentar escapar, como los
vecinos habían salido y veían la escena horrorizados, como un padre lloraba junto al
destrozado cuerpo de su hijo. Y ahí lo ví, tirado en el piso, se encontraba igual que el día
que tuve que reconocer su cuerpo.
Una lágrima se me escapó, seguramente fue la que aguante el día de su entierro. Ese fue el
momento en el que entendí que no iba a volver. Ya no había vuelta atrás.