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ENFOQUES CURRICULARES
Marisa Cazares. UCF, Cuba
"Relacionar el currículum escolar, los profesores y los alumnos, supone uno de los cruces
temáticos más interesantes en el pensamiento educativo, no sólo porque pone en contacto tres
componentes básicos del mismo, sino porque toca muy directamente la práctica educativa,
siendo esencial considerar esta interacción para entenderla y poder cambiarla. El
currículum es la partitura de la cultura escolar en contenidos y formas pedagógicas, y los
profesores y los alumnos son los intérpretes que la desarrollan manifestando su estilo
personal" (Gimeno Sacristán, 1989:3).
El estudio del currículum no puede hacerse más que considerando éste como un producto
histórico y social que cambia (como todas las construcciones sociales) como varían las
circunstancias, como son reformuladas las ideas y los ideales, como cambia el orden de los
discursos y la ordenación de la vida social en general.
Es muy importante y oportuno hacer una pequeña reflexión sobre el término currículum,
derivado de su homólogo latín “curriculum” que significa carrera, corrida, también del verbo
curro, currere, correr, recorrer, rodar, además significa una pista circular de atletismo (Kemmis,
1988:31). En el latín clásico se utiliza este término como curriculum vitae o curriculum vivendi,
para hacer referencia a una carrera de vida. Este significado nos sugiere la idea de un camino,
dirección, de intencionalidad en la dirección de esa carrera; implica que existe un inicio y una
meta a la que dirigirse. Incluso este significado etimológico nos recuerda las visiones vulgares
que miran a la escuela y al período de escolarización como una carrera, como unos cursos que
vamos recorriendo sucesivamente hasta llegar a la meta, como un ciclo, paso a paso, para lograr
una finalidad, son los caminos de aprendizaje, la obtención de alguna titulación o diploma.
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para las reflexiones en este ámbito. Por lo que elegir uno u otro concepto depende
de la capacidad de integrar en un esquema prescriptivo para la acción, valorando
las reflexiones aportados por la práctica y por los resultados de la investigación
curricular en el proceso de enseñanza aprendizaje. Sin duda el análisis de estas
definiciones y el contexto donde se desarrollaron constituyen una aportación para
conocer su evolución, sin embargo, es una aportación limitada porque en muchos
casos resultan aclaraciones ambiguas, que pueden dificultar la profundización
necesaria para su interpretación adecuada en la práctica.
"El esfuerzo total de toda escuela para producir los resultados deseados en
situaciones intra y extraescolares" (Salvador y Alexander, 1954:52).
"El plan general del contenido o los materiales específicos de la instrucción que la
escuela ha de ofrecer a los estudiantes de cara a prepararlos para su graduación y
su ingreso en el mundo profesional o vocacional" (Good, 1959:63).
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"El currículum estaría constituido por todas las oportunidades de aprendizaje que
proporcione la escuela" (Sylor y Alexander, 1966:54).
"La suma de las experiencias que los alumnos realizan mientras trabajan bajo la
supervisión de la escuela" (Johnson, 1970.85).
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"Conjunto de experiencias educativas programadas por la escuela en función de sus
objetivos y vividas por el alumno bajo la responsabilidad de los maestros" (Nassif,
1980:47).
"El currículum es lo que tiene detrás toda educación, transformando las metas
básicas de la misma en estrategias de enseñanza" (Lundgren, 1981:27).
"Proyecto flexible, general, vertebrado en torno a principios que hay que modelar
en situaciones concretas. El currículum más que la presentación selectiva del
conocimiento, más que un plan tecnológico altamente estructurado, se concibe hoy
como un marco en el que hay que resolver los problemas concretos que se plantean
en situaciones puntuales y también concretas" (Gimeno, 1984:109).
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"Conjunto de los supuestos de partida, de las metas que se desea lograr y los pasos
que se dan para alcanzarlas; el conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes,
etc; que se considera importante trabajar en la escuela años tras años. Y por
supuesto la razón de cada una de esas opciones" (Zabalza, 1987:37).
“El currículum de las escuelas de una sociedad constituye una parte integrante de
su cultura. Para comprender el significado de cualquier conjunto de prácticas
curriculares, han de considerarse tanto en cuanto a elementos que surgen a partir
de un conjunto de circunstancias históricas, como en calidad de reflejo de un
determinado medio social”. (Grundy, 1991:76).
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Podemos apreciar en las definiciones antes mencionadas que el currículum
encuentra su sentido y razón de ser a través de un determinado modelo curricular
a apunta a determinadas finalidades en la formación integral del educando. Desde
esta perspectiva el currículum puede ser considerado la planeación necesaria que
de manera anticipada declara explícitamente los fines, resultados de aprendizaje y
los componentes didácticos necesarios para alcanzarlos.
Considero que una u otra forma de entender el término currículum y sus contenidos por
diferentes autores, depende de la capacidad que tengan en responder a las exigencias
prácticas y críticas teóricas que origina el campo de la enseñanza, sobre la base de su
experiencia en la práctica pedagógica.
De todas las definiciones que anteriormente relacionamos hemos resumido a nuestro juicio
los aspectos más significativos contenidos en ellas:
En algunas definiciones citadas, hemos destacado algunas frases en las cuales de una
forma u otra se condiciona la actividad del alumno en el desarrollo del currículum,
para transformarlos en sujetos de su propio aprendizaje en la construcción del
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conocimiento; desarrollar las actividades curriculares como un proceso móvil, de
búsqueda de la verdad, a través de las actividades de trabajo independiente, donde el
propio sujeto es quien tiene que desentrañar las características esenciales del
conocimiento.
No se hace referencia por casi ningún autor a las posibilidades del currículum en la
individualización de la enseñanza, pues a nuestro juicio constituye un aspecto que se
lleva a la práctica sistemáticamente a través de la adecuada comprensión del proceso
de enseñanza-aprendizaje.
Todas las definiciones reflejan en orden ascendente el desarrollo evolutivo del término
currículum, ya que responden al paradigma predominante en el momento de su
formulación.
Analizando todos estos postulados sobre el currículum nos preguntamos: ¿Qué papel
juega el currículum en las actividades escolares?, ¿Qué elementos incluye?, ¿Es el currículum
una proyección anticipada de intenciones?, ¿Qué tan abierto, flexible, cerrado puede ser un
proyecto curricular?, ¿Qué es el currículum?.
Por lo que podemos entender el currículum como una forma de entender la educación que
va a ir permitiendo comprender la vida en la escuela, el qué, el cómo y el cuándo enseñar, lo
cual lleva implícito la búsqueda, la indagación, la investigación y la reflexión en la acción.
1. El currículum como normativa oficial de lo que se pretende que debe suceder en las
escuelas, sobre la estructuración de los estudios a realizar por los alumnos en los diferentes
niveles de enseñanza. Se recoge aquí la idea de organización de los estudios, donde se
integra el marco general de preinscripciones y orientaciones que legitiman el quehacer
didáctico en la práctica de la enseñanza. Aspectos curriculares como la planificación
educativa, el diseño y evaluación de programas, pertenecen a este espacio de definición
de currículum, cuyo eje estructural está en la planificación a nivel de sistema educativo.
Esta visión de curriculum favorece un análisis reflexivo que permite la organización de los
estudios a través de ciertas categorías de análisis.
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aula. Desde esta perspectiva el currículum es un estudio de caso, que persigue un análisis
antropológico y sociológico de la escuela como agente de enseñanza-aprendizaje, que
recoge y especifica (con un grado de concreción que variará de unos planteamientos teóricos
a otros, desde las modalidades más conductistas que propugnan la especificación de los
resultados pretendidos en términos de conductas observables) lo que se pretende hacer, en
una situación dada de enseñanza para alcanzar ciertos propósitos formativos. En este caso no
se trata ya de marcos generales sino de procesos concretos y referidos a situaciones
concretas. La palabra clave es diseño: proyectar, desde unos determinados supuestos de
partida, las metas que se desean lograr y los pasos que se van a dar para alcanzarlas.
Aspectos curriculares como la determinación de los objetivos de aprendizaje, la selección y
organización de los contenidos, la previsión de las actividades a realizar o experiencias a
ofertar a los alumnos, el diseño y manejo de materiales didácticos, la evaluación de
resultados, etc; forman los ejes de organización del currículum.
Quedan implícitos los ideales y aspiraciones de los otros códigos curriculares, hay
un gran control estatal del propio currículum y se encarga a especialistas, tecnólogos
curriculares, la cuestión fundamental: la selección y organización de contenidos,
presentándoselos a los profesores y a los estudiantes como un asunto neutral.
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Partiendo de la riqueza semántica de este término podemos definir algunas
regularidades que lo pueden identificar en torno a la concepción teórica de los diferentes autores
tratados, por lo que se presentan las siguientes tendencias:
El currículum como formación, donde los profesores desde su práctica en las aulas
van consolidando nuevas estrategias de enseñanza-aprendizaje, condicionando su
desarrollo profesional en la acción.
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3. Proporcionan detalles sobre los procesos humanos y las motivaciones que
están detrás de las estructuras formales de las materias escolares y sus
horarios.
Las reflexiones antes señaladas nos permiten entender el currículum como un proyecto
integrador, que va más allá que la selección de objetivos, contenidos, métodos, actividades de
aprendizaje y evaluación de resultados, que favorece un pensamiento comprensivo entre la
relación teoría-práctica en el contexto sociocultural, en sí podemos delimitarlo a la práctica en
acción.
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CONSIDERACIONES HISTORICAS ACERCA DEL CURRICULUM.
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Braga (1995:34), plantea que el trivium, y también, la aritmética, así como las
matemáticas en general, no sólo tenían una función formativa sino también práctica: desarrollar
y agudizar el intelecto (no en vano las matemáticas eran consideradas uno de los pilares básicos
del sistema filosófico). Esta virtualidad fue posteriormente recogida por el latín en el curriculum
medieval, incluso en años recientes la introducción de las matemáticas modernas en la escuela
primaria se puede considerar una herencia de esta tradición.
No cabe duda que el factor que está detrás de este cambio fue la demanda de fuerza
laboral cualificada, provocada por el proceso de industrialización.
La disputa en este marco entre el curriculum realista y el clásico o humanista fue muy
dura, ya que los defensores de este último abogaban porque la visión del nuevo era limitada, no
desarrollando las habilidades intelectuales de los alumnos, y dificultando su nivel cultural.
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La separación que se produce entre los contextos de producción y reproducción social es
lo que provoca que surjan problemas educativos desconocidos hasta ese momento: cómo y qué
es lo que debe aprenderse, pregunta que exige una respuesta en un nuevo contexto de
representación, por lo que se hace necesario acudir a un nuevo lenguaje educativo, a la Teoría
del Curriculum (Lundgren, 1992:28).
Durante el siglo XX, la educación empezó a jugar un papel muy importante en los
desarrollos económicos y productivos. El curriculum racional, con relación a esta situación, está
caracterizado por un nuevo pragmatismo: el conocimiento tiene que seleccionarse a partir de las
necesidades de la vida social.
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Cada código curricular conlleva de alguna forma una determinada metodología de
enseñanza. En la antigüedad predominaba una metodología verbal, basada en el uso oral de la
palabra, en la claridad expositiva del profesor y en la recepción y memoria verbal de los
alumnos. Al aparecer la imprenta la metodología se apoya en la palabra escrita. Se potencia la
lectura comprensiva y el análisis de documentos escritos considerados de gran valor cultural,
conocida como enseñanza tradicional.
A partir del siglo XVIII, y sobre todo en el XIX, se va desarrollando una metodología
activa, basada en la utilización de la experiencia del alumno, en la que el profesor pasa a ocupar
un papel de mediador y facilitador. Esta perspectiva se ha visto potenciada por los trabajos de los
autores de la escuela de hoy y, más actualmente, por las experiencias innovadoras de los
movimientos de renovación pedagógica. Es evidente que en la vida diaria conviven juntos todos
los códigos metodológicos.
Finalmente Lundgren (1992:30) afirma que en la sociedad actual predomina una especie
de curriculum oculto o invisible, caracterizado porque las aspiraciones características de los
ideales anteriores son ahora implícitas, convirtiendo las decisiones en torno al curriculum en una
cuestión exclusiva de "tecnología educativa", por lo que se presentan como códigos neutrales
desde la perspectiva axiológica.
Este breve y sencillo bosquejo histórico nos sirve para mostrar como los códigos
curriculares han variado en condiciones históricas concretas, con relación a influencias
culturales, económicas y sociales. En cada época, cada uno de los curriculum dominantes,
defienden o incorporan una determinada forma de entender la relación entre teoría y práctica así
como entre educación y sociedad, por lo que defienden formas distintas de construir la Teoría
Curricular (asumen diferentes metateorías) (Kemmis, 1988:43). Por ello es importante, a nuestro
parecer, que los didáctas analicemos los problemas a la luz de su evolución histórica, estudiando
el curriculum como constructo social y por lo tanto, necesitado de análisis histórico.
Concluyendo podemos decir que los estudios de la historia del curriculum se han
centrado sobre todo en el contenido de la enseñanza, que han ido tomando complejidad y se
prestan a multiplicidad de interpretaciones. Por ejemplo, la diferenciación del curriculum se vio
como una necesidad para adaptarse a la diversidad de capacidades y hoy se ve como una forma
de mantener la estratificación social. De forma que la historia del curriculum emerge como un
nuevo marco para interpretar el significado del curriculum por los datos históricos que aporta,
que puede facilitar la comprensión de por qué y con qué efectos se enseñan ciertas cosas en las
escuelas, lo que enfatiza la consideración del contexto. ..."porque el conocimiento se selecciona,
se organiza y se distribuye en función de convicciones sociales, credos políticos, aspiraciones
profesionales, lealtades de clase y motivos económicos"(Kliebard, 1992, citado por Cascante,
1996).
Podemos señalar que la historia del curriculum está por hacer y que cada día la realidad
de las aulas la enriquece aunque hay informes históricos que son útiles en varios sentidos, como
señala Marsh (1992), citado por Estebaranz (1994:32):
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Proporcionan detalles sobre los procesos humanos y las motivaciones que están
detrás de las estructuras formales de las materias escolares y sus horarios.
Todo lo anterior nos sugiere la complejidad del tema abordado, por lo que para diseñar un
currículum están en gran medida implícitas todas las reflexiones abordadas en torno al mismo y
de igual manera el concepto de currículum que tengan los diseñadores en cada caso y
contextualizados a la realidad educativa concreta reconociendo la mediación cultural de la
escolaridad (no podemos extrapolar superficialmente), por lo que es oportuno analizar de igual
manera los diferentes enfoques curriculares que constituyen marcos organizadores de las
concepciones que justifican la práctica en las aulas, representando en cierta medida el alcance y
la organización del programa educativo (donde se presentan lo que ha de ser aprendido y
enseñado, como los materiales y métodos de enseñanza), proyectado para una escuela concreta,
son expresiones que median el pensamiento y la acción y promueven un proceso de
desarrollo profesional que se erige en el quehacer diario en las aulas, en cómo es vivido y
creado por los participantes activos del proceso, es ahí donde el currículum encuentra su
verdadero significado, en la interacción comunicativa profesor-alumno como parte sustantiva
para mejorar y superar las prescripciones anticipadas, que junto con el contenido cultural y el
ambiente se encuentran en un intercambio dinámico.
ENFOQUES CURRICULARES
EL ENFOQUE TÉCNICO
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Podemos considerar dos momentos muy significativos en el diseño y desarrollo del
currículum, ya que es un proceso pensado por especialistas en la materia y puesto en práctica por
los profesores, existiendo un hiato entre los mismos, que desencadena una gran responsabilidad
en los docentes en la puesta en práctica de ese producto diseñado.
Existe una fuerte tendencia al control en este tipo de diseño, que se manifiesta en el
marcado interés por dirigir el ambiente de aprendizaje y al aprendiz con el objeto de alcanzar las
intenciones planificadas, no dejando nada a la improvisación, a la sorpresa, al camino que se
pueda ir descubriendo, a la iniciativa personal. Realmente todo debe estar planificado sobre la
base de un fin determinado (Tyler, 1949:105).
Entre los años 1949 y 1950 quedó establecido el esquema dominante más persistente para
pensar el diseño curricular, ligado a la obra de Tyler y de Herrick, fundamentalmente a la del
primero de ellos. Dicho modelo ha marcado toda la teoría del currículum y del diseño por mucho
tiempo; se han propuesto y realizado muchas variaciones del mismo, tomando un eslabón
significativo su estructura: el intento de establecer un proceso de decisiones centralizadas,
dependientes unas de otras, que lleve desde la determinación de las necesidades a las que sirve la
enseñanza hasta la realización práctica de ésta. Es uno de los intentos de lograr un esquema
universal para pasar de las intenciones a la práctica.
Los autores que han tomado como referencia la teoría de Habermas sobre los intereses
constitutivos del saber explican los enfoques técnicos del currículum desde la
caracterización de la acción técnica que realizara Aristóteles (Habermas, 1982; Carr y Kemmis,
1988).
"El eidos sólo puede llegar a la existencia mediante la tekné (habilidad) del
práctico, pero a su vez, el eidos prescribe la naturaleza del producto y no la
habilidad del artesano. Por tanto el resultado de la poietiké (efectuar la
acción) es algún producto. Esto no significa que el producto reproduzca
siempre eidos. La habilidad del artesano puede ser defectuosa o pueden
operar factores azarosos. El producto será juzgado, no obstante, de
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acuerdo con la medida en que se parezca a la imagen implícita en el eidos
orientador" (Grundy, 1991: 44).
Para Tyler los objetivos pertenecen a distintos ámbitos del desarrollo personal, por eso es
preciso identificar los conceptos más importantes, las destrezas y los valores que se pretenden
conseguir, destacando en un lugar prioritario cuatro cuestiones fundamentales que deben ser
respondidas al desarrollar cualquier currículum (Tyler, 1973:7-8):
El sujeto de la educación. Es preciso analizar las necesidades de los alumnos, sus intereses
en campos como la salud, las relaciones sociales inmediatas, la vida cívica en la comunidad,
el mundo profesional y los esparcimientos.
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El contenido de las materias de estudio. Los especialistas en materias o asignaturas han
proporcionado tradicionalmente los objetivos que debían conseguir los currícula, al
clarificar las funciones que debe cumplir cada una de ellas, su valor educativo en general y
sugerir sus componentes más concretos.
-. ¿Qué experiencias educativas aptas para lograr esos objetivos pueden ser
proporcionadas?. Para Tyler, la experiencia no se liga al contenido ni a la actividad que
desarrolla el profesor, sino al tipo de interacción que se establece entre el estudiante y las
condiciones externas del medio ante las cuales reacciona. Esa experiencia puede ser peculiar
para cada alumno, como el mismo autor reconoce. Cinco principios habría que tener en cuenta
en la selección que se haga:
El estudiante debe vivir experiencias que le permitan actuar de acuerdo con la conducta
señalada en el objetivo, que le den la oportunidad de practicar el comportamiento exigido.
La experiencia para que sea eficaz, debe proporcionarle satisfacción, estar de acuerdo con
sus intereses y necesidades, ser motivadora.
Las respuestas a estas interrogantes aparecen detalladas en su obra sobre los principios
básicos del currículum y la enseñanza, la cual no fue pensada como libro de texto o como
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manual para la elaboración del currículum, pero constituyó una obra pedagógica de consulta para
los maestros y profesores de la época.
Ralph Tyler en su obra Basic Principles of Curriculum and Instruction (1949:1-2), resume
un grupo de técnicas útiles que buscaban muchos profesores de currículum de diferentes
instituciones de enseñanza. A pesar de su visión cerrada para confeccionar el currículum, aportó
consejos específicos, detallados y prácticos, condicionados por la psicología conductista. Sin
cuestionarnos demasiado, el currículum comprende entonces, los propósitos que guían la acción
y la misma acción en toda su dimensión, donde un análisis reflexivo del currículum en este
ámbito ha de extenderse desde un extremo propiamente prescriptivo a otro propiamente
interactivo.
No cabe duda que este modelo está orientado por una perspectiva eficientista, cuyo
modelo didáctico se apoya en la concepción de considerar a los objetivos y a la evaluación como
el eje central del proceso de enseñanza-aprendizaje (Braga, 1995:15), constituye un plan, una
prescripción, una idea acerca de lo que desearíamos que sucediera en las escuelas, visto desde
una perspectiva donde la realidad educativa esta separada de al intención anticipada.
Taba (1974:566), plantea un modelo general de construcción del currículum que si bien
sigue las líneas generales de Tyler, está mucho más elaborado que el de éste, señalando áreas
problemáticas del diseño y relacionando los grandes temas y opciones implicadas en la
elaboración de cualquier propuesta curricular en diferentes niveles. No es un esquema tan
formalista como el anterior, sino orientado a discutir los aspectos y opciones que es preciso
afrontar. El modelo se estructura en dos niveles de decisión (1974:547):
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a. El diseño de unidades de enseñanza o para una materia concreta.
b. El diseño de todo el programa o currículum total.
De forma general se puede apreciar en este enfoque un esquema lineal y jerárquico con
pretensiones muy estructuradas, lo que no es controlable por parte de los profesores, están
intenciones anticipadas limitan el currículum a planes, anteproyectos, propósitos, como un
conjunto de actividades diseñadas para que los alumnos a través del aprendizaje alcancen ciertos
fines u objetivos específicos, legitimando todo el trabajo escolar en su conjunto.
De todas las concepciones curriculares está es la más clásica, por sus raíces históricas y su
vigencia en el tiempo, generando debates con relación a las exigencias contemporáneas que
buscan estrategias para que los alumnos desarrollen habilidades de pensamiento y adquieran
diferentes vías de resolución de problemas. Es incuestionable que todo currículum debe aportar
multitud de elementos a considerar y al menos incluir un conocimiento cultural seleccionado por
su valor educativo y social, por lo que el currículum solo como una planificación o intención
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sirve de poco para orientar el trabajo en las escuelas y termina siendo un marco de
prescripciones limitadas que no condicionan el desarrollo cualitativo de sus participantes.
Estebaranz (1994:219) sintetiza las críticas al modelo de Tyler (como ejemplo de los
modelos tecnológicos), que pueden referirse también a los otros modelos basados en él.
Proporciona una serie de procedimientos muy fáciles de seguir y que parecen muy lógicos y
racionales.
No da orientaciones claras sobre por qué unos objetivos deben ser elegidos sobre otros. Este
problema puede darse a nivel de concreción pero no en las orientaciones generales sobre
objetivos, en las que recomienda que se debe tender a desarrollar el pensamiento, adquirir
conocimientos, formar valores, adquirir actitudes sociales y suscitar intereses. Estos cuatro
tipos de objetivos se justifican por sí mismos si consideramos que estamos hablando de
educación, y desde cualquier visión se consideran importantes.
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“Análisis científico, análisis didáctico, selección de objetivos,
selección de estrategias didácticas y selección de estrategias de
evaluación”.
En tal sentido John Elliott (1991:119) llega a afirmar que estos modelos
teóricos de racionalidad técnica que dan lugar a un desarrollo tecnológico
concreto en el campo de la educación funcionan al igual que el pensamiento
fundamentalista. Las características que posee este movimiento, a juicio de
Elliott, se pueden resumir en cuatro:
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2. Las cuestiones esenciales se derivan de lo que se sostiene que es una
base indudable de conocimiento, tal como la Biblia o en el caso del
movimiento de formación de profesorado basado en competencias, una
ciencia del management, preocupada con la predicción y el control del
comportamiento humano.
Cuando el currículum se concibe como un modelo de esta estrategia, los profesores tienen
su trabajo condicionado por otros, al respecto César Cascante, (1996:72) señala:
En resumen podemos señalar que la sociedad contemporánea por una parte, necesita
planear y ejercer ciertos procesos burocráticos durante la gestión del proyecto curricular; pero se
debe evitar el riesgo de despojar a la educación de su dimensión histórica, pedagógica, social y
cultural, pues desde esta perspectiva curricular la educación puede ser reducida a una mera
técnica, despojada de los avances de la ciencia y la técnica en el contexto social, lo cual
podemos resumir en una pasión por la eficiencia.
Así mismo es oportuno señalar que este enfoque curricular contextualizado en la historia,
constituye un modelo teórico, como fuente original, de la cual se erigen implícita o
explícitamente todas las propuestas que de una forma u otra se han desarrollado bajo la
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concepción tecnológica de la educación, ofreciendo una imagen simplista y muy discutible sobre
los procesos acción y reflexión en los contextos educativos, donde los complejos espacios de
interacción, las escuelas y las aulas, quedan reducidos, sesgados y reconvertidos a simples
ámbitos de productos esperados, abandonando sus cualidades, potencialidades y fuerzas
sustantivas. Finalmente podemos apuntar que esta situación puede cambiar si la construcción del
currículum emerge desde una perspectiva experiencial de los acontecimientos de la práctica
en la acción, donde convergen dialécticamente la teoría y la práctica, por tanto constituye
una nueva interpretación del currículum para abordar las diferentes dimensiones, alternativas e
indagaciones que subyacen en los complejos procesos de enseñanza-aprendizaje, donde se
invalidan las fuerzas de las decisiones anticipadas sin una contextualización racional.
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EL ENFOQUE PRÁCTICO
La racionalidad en la que se pueden situar los enfoques prácticos resulta más confusa a
nuestro juicio que la expuesta para los enfoques técnicos, los cuales se encuadran en la
racionalidad positivista tanto en su vertiente epistemológica como sociológica. Sin embargo, la
forma general de pensamiento dentro de la que pudiéramos situar a los enfoques prácticos suele
definir sus prácticas y concepciones por contraposición a los enfoques técnicos. Este enfoque a
diferencia del técnico, considera el desarrollo del currículum sobre una base cualitativa, donde la
explicación y el diálogo emergen de cada actividad de aprendizaje.
Decir que el currículum pertenece al ámbito de lo práctico es, en un nivel, afirmar que
pertenece al campo de la interacción humana y que está relacionado con la interacción entre
profesor y alumno, es decir la interacción entre sus participantes activos. Cuando en el marco del
desarrollo curricular aceptamos que éste es un asunto práctico, todos los participantes en el
desarrollo curricular habrán de ser considerados sujetos y no objetos, donde el currículum está
comprometido con la construcción de significados compartidos en el aula, donde las
experiencias de aprendizaje del alumno constituyen el núcleo de la planeación curricular desde
una comprensión profunda de lo que realmente ocurre en las aulas.
Esto, a su vez, suscita ciertos problemas de relación con los derechos y las categorías de
los participantes en dicho acontecimiento, lo que tiene incidencia en la toma de decisiones
respecto a los objetivos, los contenidos y la dirección del currículum. En esta posición se hace
visible la preocupación por los procesos psicológicos de los alumnos en el marco de la
motivación individual desde los primeros años de escolaridad formal, donde los espacios sociales
de conversación y diálogo nos rebelan la riqueza de la práctica pedagógica y la imposibilidad de
predecir paso a paso los acontecimientos del proceso docente, por lo que se invalida la eficacia
lógica de una intencionalidad inicial.
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las relaciones profesor-alumno emerjan en un clima de igualdad y comprensión afectiva en la
búsqueda del valor educativo de lo enseñado.
“Los fines justifican los medios porque especifican cualidades que se llevan
a la práctica en las propias actividades (procesos). No consisten en
resultados que mantiene una relación extrínseca con los medios”.
Todo lo anterior no nos quiere decir que las acciones no están orientadas por un objetivo
pero su determinación es contextual, depende de las situaciones específicas y concretas en las
que se piense y se desarrolle dicha práctica, es precisamente en ella y a través de ella donde las
intenciones iniciales son reestructuradas conforme al desarrollo de los acontecimientos.
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curricular el mejor equipado para diagnosticar y resolver los problemas del currículum, pues
cuenta con todos los elementos analíticos y comprensivos de los procesos reales de enseñanza y
aprendizaje en el aula.
Schwab puede considerarse como un exponente del modelo naturalista porque acepta la
realidad del currículum, afronta las cuestiones de valor y es escéptico en cuanto a la oportunidad
de prescribir teoría para la práctica. Para este autor, la pedagogía, y también el currículum, se
desarrolla en una sociedad concreta y está influenciada por los patrones, valores sociales y
culturales. Por ello el trabajo de los investigadores debe enfocarse a la descripción y el análisis,
de una realidad concreta, pero puede encontrarse con elementos normativos que prevalecen. Así
desde una aproximación descriptiva, pueden verse implicaciones o consecuencias normativas.
De hecho él ha encontrado cuatro categorías fundamentales que aglutinan las preocupaciones al
diseñar el currículum: el alumno, el profesor, el entorno y la materia de enseñanza-aprendizaje.
Desde la perspectiva de Schwab se limita una comprensión suficiente cómo para modelar y
vertebrar, en toda su dimensión, el discurso verdaderamente coherente, sugestivo y crítico que el
enfoque práctico del currículum necesita
Diseñar no es más que un proceso por el que se adjudican funciones a cada uno de los
cuatro elementos integrantes del proceso de desarrollo curricular desde una posición de valor,
cuyo sentido se va matizando en la práctica por procesos de ajuste mutuo, es el resultado de la
intención ensayada en la acción, a partir de la cual se reestructura reflexivamente el marco
inicial de comprensión. Es un proceso de deliberación en el que las decisiones se toman sobre la
base del consenso. La deliberación trata los medios y los fines del currículum como partes
inseparables, y se clarifican en la discusión ya que no hay una solución correcta sino que la
cuestión es encontrar el mejor tipo de solución a una situación.
En cuanto al contenido apunta Estebaranz (1994:224) que Schwab, considera que las
disciplinas académicas y científicas son el fundamento de la mayoría de las materias escolares y
describe las dos estructuras básicas de las disciplinas que deberían respetarse a la hora de
organizar el contenido de las materias de enseñanza: la estructura sustantiva (los conceptos de
las disciplinas), y la estructura sintáctica (los métodos que utiliza para producir conocimiento).
Las relaciones entre ambas son de carácter dialéctico e integral ya que los conceptos y su
acumulación o expansión no pueden separarse de los medios por los que se ha llegado a adquirir
este conocimiento.
Tanto las aportaciones de Schwab como las de Schön o Habermas han abierto un camino
hacia nuevas formas del conocimiento didáctico: como un conocimiento surgido de la reflexión
y deliberación práctica a la luz de valores educativos, por lo que la Didáctica General se podía
considerar una especie de ciencia moral (Elliott, 1991:51), que genera la profundidad reflexiva y
la relevancia de la práctica en la toma de decisiones.
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emprender en un conjunto particular de circunstancias, con el objeto de realizar los valores
docentes. Desde este punto de vista se promueve un modelo procesual o práctico (Álvarez
Méndez, 1985; Grundy, 1991).
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discusión deliberativa se toman las decisiones sobre el currículum apoyándose en los siguientes
principios (Elliott 1990:244):
d) Dado que los juicios sobre las estrategias llevan consigo un componente de
"salto en el vacío" cuando los objetivos a alcanzar no pueden ser definidos
de forma precisa, deben someterse a un diálogo continuo con los
compañeros participantes en este proceso.
De esta forma la escuela, como institución social más importante dentro de la comunidad,
es concebida como un colectivo de sujetos que construyen de forma colectiva su propio
aprendizaje mediante la deliberación o el discurso práctico, la comprensión de sus tareas y
estrategias profesionales para cumplirlas de modo más conveniente para todos, donde en lugar de
utilizar la teoría como fuente de prescripciones para la acción, se utiliza como guía para la
acción, al mismo tiempo que, mediante la reflexión, se estimula la autoconciencia respecto a las
teorías implícitas que dan sentido a las acciones.
Los problemas educativos y curriculares son prácticos y por tanto no pueden ser tratados
de la misma manera que si fueran teóricos. Los problemas prácticos “se producen cuando las
prácticas empleadas en las actividades educativas son, en algún sentido, inadecuadas a su
finalidad” (Carr 1990:111). Por tanto es importante valorar un posible desajuste entre las
prácticas educativas y las teorías que las orientan, sin subestimar la variabilidad e idiosincrasia
de cada situación educativa.
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La perspectiva de la construcción teórica del currículum basada en la práctica supone un
mundo en el que los profesores deben participar activamente en la toma de decisiones educativas
y aceptar la responsabilidad derivada de hacerlo. Reid (1978:42) en su obra “Thinking about de
Curriculum”, señala siete características de los problemas prácticos o ”inciertas cuestiones
prácticas”:
“En primer lugar, son cuestiones que han de ser respondidas, aun cuando
las respuestas sean para decidir no hacer nada. En esto difieren de las
cuestiones académicas, teóricas, que no exigen una respuesta en absoluto.
En segundo lugar, los fundamentos sobre los que toman las decisiones son
inciertos. Nada puede decirnos infaliblemente qué intereses habría que
tener en cuenta, qué pruebas deberían considerarse o a qué tipo de
argumentos habría que dar preferencia. Tercero, al responder a cuestiones
prácticas, siempre hemos de tener en cuenta el estado de la cuestión actual.
Nunca estamos en situación de partir completamente de cero, fuera del
legado del pasado histórico y de la situación presente. Cuarto, y a partir de
esto, cada cuestión es en cierto sentido única, que pertenece a un tiempo y a
un contexto específicos, cuyos aspectos concretos no pueden ser
exhaustivamente descritos. Quinto, nuestra cuestión nos obligará
ciertamente a escoger entre objetivos y valores en competencia. Podemos
escoger una solución que eleve al máximo nuestra satisfacción a través de
un abanico de posibles objetivos, pero alguno sufrirá menoscabo en
beneficio de otros. Sexto, nunca podemos predecir el resultado de la
solución particular escogida, y todavía menos el resultado que habría
tenido una elección diferente. Finalmente las bases sobre las que decidimos
las respuestas a una cuestión práctica de una manera concreta no son
fundamentos que indiquen la deseabilidad de la acción escogida como acto
en sí mismo, sino que nos llevan a suponer que la acción conducirá a un
deseable estado de cuestión”.
Reflexionando sobre estos planteamientos ofrecidos por Reid, podemos apuntar que: los
medios y los fines son igualmente problemáticos; los valores han de tomarse en cuenta (pero no
pueden determinar la acción); se requiere una acción meditada y reflexiva, pero no siguiendo
reglas, principios o procedimientos establecidos; la responsabilidad de la dirección recae en el
actor, quizá concertado con otros, pero no precisamente ante quienes es responsable. En todos
estos sentidos, el razonamiento práctico puede contrastarse con el técnico, donde los profesores
siguen siendo actores fundamentales activos en el proceso educativo, pues son conscientes de
que la educación es una tarea práctica que expresa valores y una visión clara de la relación entre
la educación y la sociedad.
“La práctica como perspectiva del currículum, requiere que los profesores
y los otros trabajadores que tiene relación con el mismo estén bien
educados e informados sobre los valores, teoría y prácticas educativas. Se
considera a la persona como un sujeto activo, conocedor, moralmente
responsable de sus decisiones, y no solo de actuar, sino de actuar
30
sensatamente”.
El diseño curricular crítico tiene muchos puntos de contacto con el práctico al considerar
al docente como el único investigador válido de su propia práctica, surgiendo la investigación-
acción como planteamiento alternativo en la mejora del proceso educativo (Elliott, 1991:51).
Se ha venido defendiendo la existencia de un enfoque sobre el currículum y la educación
que va más allá de lo que permite el enfoque práctico: se trata de la perspectiva crítica (Carr y
Kemmis, 1988; Carr, 1990; Grundy, 1991; Kemmis, 1988; Popkewitz, 1988).
Desde la concepción curricular crítica los postulados que se defienden son incompatibles
con el interés técnico, pero compatibles con el práctico, ya que en cierta medida es un desarrollo
de éste, donde los profesores y alumnos aprenden de su propia práctica (Braga 1995:95).
En este ámbito es oportuno señalar los criterios de Freire (1979:52) cuando señala:
31
ámbitos dinámicos constituidos y construidos sobre la base del intercambio de los participantes,
vista la enseñanza como un proceso continuo de toma de decisiones.
Todo lo anterior nos hace reflexionar y precisar que el contenido del currículum extrae su
significación no de sus fines, sino de sus comienzos, de su desarrollo. El currículum dentro de
este contexto surge sobre la base de reflexiones conjuntas y sistemáticas de quienes están
comprometidos en el acto pedagógico, por lo que no significa que el profesor no tenga
responsabilidad en la selección de los contenidos (Grundy, 1991:169).
La piedra angular dentro de este paradigma está representada por el interés emancipador.
Para Habermas, emancipación significa independencia de todo lo que está fuera del individuo y
se trata de un estado de autonomía más que de libertinaje (Habermas, 1972, 1990). En este
sentido Habermas identifica la autonomía y la responsabilidad con la emancipación, siendo ésta
sólo posible en el acto de la autorreflexión, y al respecto señala:
32
Sobre esta base podemos plantear que el interés técnico surge de la inclinación y o de la
razón y el práctico, considera el universo como sujeto, no como objeto, apareciendo un potencial
de libertad que le confiere importancia al significado y la comprensión consensuada, por lo que
esta postura no asegura que se facilite el interés emancipador, (interés por liberar a las personas
de la restricción ejercida por lo técnico y del posible fraude de la práctica) como un principio
evolutivo implícito en el habla y la comprensión, siendo éstas las que separan al hombre de otras
formas de vida y de sus antepasados evolutivos.
Mientras los otros dos intereses se preocupan del control y de la comprensión, el interés
cognitivo emancipador puede definirse: como un interés fundamental por la emancipación y la
potenciación para comprometerse en una acción autónoma que surge de intuiciones auténticas,
críticas, de la construcción social de la sociedad humana (Grundy, 1991:38). Este interés es el
que se sitúa en el origen de la ciencia social crítica, el que busca promover el conocimiento
emancipatorio, el que libera a los individuos de las presiones, obstáculos, etc. que le permiten
actuar conforme a los dictados de su racionalidad autónoma.
Para abreviar, señalaremos las condiciones que según Wilfred Carr y Stephen Kemmis
(1988:161-162) exige una aproximación crítica a la teoría y la práctica educativa:
33
b) Admitir la necesidad de utilizar las categorías interpretativas de los
docentes, aunque desde el reconocimiento de que esto no es suficiente
por sí sólo.
En este ámbito Grundy (1991:140) reconoce que el enfoque crítico es compatible con el
práctico de tal manera que puede decirse que supone en realidad un desarrollo del mismo, pues
la práctica reflexiva supone necesariamente la autocrítica y la crítica, ya que una no se da sin la
otra.
Dicha reflexión implica que todos los aspectos seleccionados para ser incluidos en el
currículum son contenidos culturales, es decir representaciones e interpretaciones del mundo
natural o social que no constituyen necesariamente verdades completas. Todo esto nos permite
34
corroborar que en la praxis curricular está implícita la crítica de todo el saber. Al respecto Lucas
(1986:190-191) señala que la Biología como disciplina científica contiene más conceptos y
realidades que lo que cualquier biólogo conoce, y ciertamente más de lo que es razonable para
un no-biólogo de tratar de aprender y destaca (191):
En este sentido la tarea de construir una ciencia crítica de la educación supone buscar
nuevos criterios de construcción y de validez para las teorías educativas. Carr y Kemmis
(1988:142-143) han identificado algunas condiciones necesarias para la existencia de una ciencia
educativa crítica:
1. El primer requisito se refiere a que ésta "debe rechazar las nociones positivistas de
racionalidad, objetividad y verdad" como limitadas y parciales. Esto niega el valor
meramente instrumental del conocimiento, entendiendo que los problemas educativos
pueden ser resueltos mediante las aplicaciones técnicas del mismo, negando que el
conocimiento puede ser neutral o libre de valores o intereses (p:142).
2. En segundo lugar la teoría educativa "debe aceptar la necesidad de utilizar las categorías
interpretativas de los docentes" (p:142). Este presupuesto se comparte con la visión
interpretativa de la ciencia, pero no se reconoce como suficiente, ya que se parte de que la
conciencia individual puede estar distorsionada (Gramsci, 1967).
35
situaciones inadecuadas, ofreciendo fundamentos teóricos que hagan a los profesores ser
más conscientes de cómo pueden superarlas.
La mayor parte del trabajo de la teoría crítica del currículum está centrado en un análisis
de la escolarización en interacción con la sociedad, así como en las relaciones características de
la vida social en un momento histórico concreto. El desarrollo del mismo, informado por un
interés emancipador, es problemático y requiere reflexión y acciones arriesgadas de los
participantes, analizando si las prácticas educativas están centradas en una perspectiva diferente
de razonamiento, basada en la relación teoría-práctica cualitativamente superior. Al respecto
Kemmis plantea: "La teoría social crítica ha sido capaz de superar las limitaciones del
razonamiento práctico y técnico en la teoría social en parte porque utiliza una forma distinta de
razonamiento: el razonamiento dialéctico" (Kemmis, 1988:80). Este tipo de razonamiento puede
ser considerado también a nuestro juicio razonamiento reflexivo.
Dentro del marco de desarrollo curricular el razonamiento dialéctico tiene como interés
central la noción de la unidad de los opuestos, según la cual se trata de comprender las dos
posturas y de cómo se relacionan entre sí. Esta cuestión ha sido analizada con profundidad por
Kemmis cuando señala:
36
Durante el desarrollo del currículum la praxis constituye uno de los problemas
fundamentales, la cual está dirigida hacía un interés emancipador, (centrado en el diseño y
desarrollo del currículum) donde la cuestión fundamental radica en si los profesores se plantean
sus prácticas curriculares a favor de la emancipación de los alumnos a través de la participación
de éstos en los procesos de aprendizaje.
Esto no significa que el profesor haya perdido su papel de enseñar, al contrario el proceso
de enseñanza-aprendizaje ocupa un lugar cualitativamente superior basado en la colaboración
profesor-alumno en la praxis curricular, pudiendo ocurrir en un momento concreto que sean
los propios alumnos los que decidan sobre la forma y el contenido del currículum, estando éstos
en mejor posición para controlar la construcción de su aprendizaje, con vistas a lograr
paulatinamente el desarrollo de un aprendizaje autónomo. "La idea del currículum negociado
constituye un ejemplo del concepto de colaboración en la praxis curricular" (Grundy,
1991:169).
Debemos señalar que no siempre los esfuerzos para desarrollar de este modo los procesos
de enseñanza-aprendizaje con los estudiantes reciben el apoyo de éstos, ya que históricamente la
enseñanza tradicional ha dejado marcada la relación profesor-alumno durante el mismo y
cualquier otra forma de enfocarlo, siempre al inicio, puede provocar resistencia.
37
fundamentos que tienen los diseñadores , permiten responder a las preguntas que se hacen los
estudiosos del campo del currículum (Tyler, Coll, Taba, Carr, Kemmis, Grundy, entro otros.
En la integración del saber y saber hacer en el currículum es necesario considerar desde esta
perspectiva dos aspectos: el epistemológico y el profesional
38
En la definición anterior queda evidente la dependencia del contenido con relación a los
objetivos, como saberes científicos, técnicos y culturales que se incorporan a los programas y
planes de estudios con el propósito de consolidar las aspiraciones sociales en la formación del
profesional.
Estos cuerpos de conocimiento que producen las sociedades humanas a lo largo de su historia
introducen al estudiante en una manera de organizar la experiencia y entender el medio físico y
social, lo que a su vez promueve estrategias investigativas. En este ámbito la importancia de
enseñar a aprender el conocimiento académico estructurado, reside en que facilita la
comprensión y motivación del estudiante por la profesión, por lo que es necesario reflexionar
sobre la naturaleza del conocimiento que se va a seleccionar y estructurar en el currículum.
CONTENIDOS CURRICULARES
LAS FUENTES TEÓRICAS LOS PRINCIPIOS PARA
LOS CRITERIOS PARA INTEGRARLOS
LA SELECCIÓN
39
objeto del profesional. Los ciclos de formación son: de formación básica, de formación básica
específica, del ejercicio de la profesión o terminal y de elección libre.
Al respecto el ciclo de formación básica, tiene como objetivo que el estudiante domine los
contenidos que resultan imprescindible para la comprensión del objeto del profesional, que
incluye el objeto de trabajo o aquel que recibe la acción del profesional, así como los modos de
actuación que constituye el proceso mediante el cual el profesional actúa sobre el objeto de
trabajo. El objeto de la profesión contiene aspectos esenciales llamados campos de acción tanto
en el plano de los modos de actuación como del objeto de trabajo. Contribuye además, a lograr
la formación científica general, acorde con los requerimientos de la época contemporánea, que
se plasman como objetivos en el diseño curricular de cada carrera. Corresponde a la adquisición
y/o acreditación de conocimientos y habilidades de carácter inter y multidisciplinario,
metodológico, instrumental y contextual mediante los cuales el estudiante será capaz de
comunicarse eficazmente y sentar las bases para el estudio de una carrera universitaria.
Así mismo el ciclo de formación básica específica, persigue que el estudiante domine
contenidos generales y esenciales del objeto del profesional y que, por lo general se identifican
con sus campos de acción. Este ciclo corresponde a las experiencias de formación profesional
necesarias para adquirir el carácter distintivo de cada carrera a través de las cuales se
caracteriza el perfil de las distintas áreas de conocimiento. Además incluye los aprendizajes
mínimos que cada profesional debe manejar en función de su disciplina y serán totalmente o en
su mayoría asignaturas de carácter obligatorio.
Por su parte el ciclo del ejercicio de la profesión o terminal, cuyo objetivo es que los
estudiantes dominen los contenidos particulares o específicos del objeto del profesional y que se
40
manifiestan en los distintos campos de actuación. Es el conjunto de experiencias educativas de
carácter disciplinario que el estudiante podrá elegir para determinar la orientación de su perfil
profesional e incorpora una dimensión social y laboral de los contenidos del currículum.
DE FORMACIÓN
BÁSICA
DE ELECCIÓN LIBRE
Entre los ciclos existe una interrelación en función de contribuir a la formación integral de los
estudiantes, concebida en cuatro dimensiones: Intelectual, humana, social y profesional.
41
2. La dimensión humana, es una modalidad insustituible de la formación
integral y está relacionada con la formación de actitudes y la integración
dialéctica de valores que influyen en el crecimiento personal y social del
estudiante como sujeto activo en la construcción del conocimiento. Esta
modalidad debe considerar al sujeto en sus dimensiones emocionales,
espirituales y corporales en toda su integridad.
42
b. Desarrolle un hábito reflexivo, crítico e investigativo que le permita
formarse esquemas básicos de vida y mantener abierta su voluntad de
indagar y conocer. Así aprende a discernir el sentido de los procesos
históricos locales y universales, y el valor de modelos y proyectos que
intentan transformar situaciones concretas.
En cada carrera será necesario considerar tres componentes esenciales del proceso formativo,
atendiendo al tipo de actividad que desarrolla el estudiante y que en su organización y dinámica
le permite la apropiación de los modos de actuación profesional en función del perfil de egreso.
Estos componentes son:
COMPONENTES
DEL
PROCESO FORMATIVO
O
CARRERA UNIVERSITARIA
43
DE CARÁCTER DE CARÁCTER
ACADÉMICO DE CARÁCTER INVESTIGATIVO
PRÁCTICO O LABORAL
PRÁCTICAS PRE-PROFESIONALES
Hay que apuntar que, por el carácter sistémico del proceso formativo y porque todos ellos
contribuyen a cumplir los objetivos curriculares de cada carrera, los contenidos de cada uno de
los componentes se deben manifestar interrelacionados entre sí, los cuales se presentan en el
siguiente organigrama:
OBJETIVOS CURRICULARES
OBJETIVOS DE LAS
CONTENIDOS PROGRAMÁTICOS
ASIGNATURAS
Sistema de Sistema de Sistema de
Conocimientos
44 Habilidades Valores
ACCIONES Y OPERACIONES
A partir del principio de sistematicidad en la planificación del proceso formativo se tiene que
garantizar que los objetivos curriculares que se declaran en cada carrera, determinen y precisen
los objetivos que se deben alcanzar en las asignaturas y semestres. En sentido inverso y en
correspondencia con este principio se hace necesario que en el desarrollo del proceso formativo
los contenidos se integren como sistema, interrelacionando cada componente y estos entre sí en
cada asignatura, de modo tal que en cada semestre se vayan alcanzando los objetivos
programados, mediante la interrelación de los contenidos y de la relación inter, multi y
transdiciplinaria.
Toda la organización del proceso formativo se realiza para que el estudiante cumpla los
objetivos curriculares declarados en cada carrera en estrecha relación con el perfil de egreso,
para que resuelva los problemas de la práctica profesional. Esto se hace, sobre la base del
establecimiento de asignaturas rectoras en cada semestre, que generalmente son asignaturas de la
profesión, de manera que asegure, como hilo conductor a lo largo de la carrera, los rasgos
esenciales del modelo del profesional.
45
corresponder con un nivel de integración de las habilidades que convencionalmente le llamamos,
función, actividad, acción y tarea.
Por tanto las funciones serán las habilidades de la carrera que en su generalización se concretan
en los objetivos curriculares. Las actividades serán las habilidades a formar en la asignatura que
en su generalización se manifiestan en los objetivos. Mientras tanto las acciones lo serán de las
unidades de cada programa de asignatura.
El sistema de habilidades de la carrera s e determinan a partir de los modos acción y las
funciones propias del profesional. El carácter sistémico pone de manifiesto el dominio de la
integración del método científico de investigación, los métodos del pensar y en la utilización
creadora de las técnicas relacionadas con la práctica pre-profesional.
En este principio está presente que el futuro profesional sea capaz de resolver los problemas que
se presentan en la práctica pre-profesional, de modo que el componente académico se combine
con el práctico o laboral, siendo esto esencial para que la actividad profesional sea comprensiva,
profunda y transformadora, esto se debe hacer desde los primeros semestres a partir de las
asignaturas rectoras o de la profesión.
El estudiante se forma en especial en los últimos años de la carrera, mediante su participación
activa en la solución de los problemas concretos existentes en la práctica pre-profesional, lo que
evita los errores de carácter pragmático.
46
un proceso interactivo, de manera que el estudiante, dirigido por el profesor vaya gradualmente
dominando en mayor grado las habilidades y competencias que le posibiliten realizar por si
mismo las tareas que se le planteen y, consecuentemente, incrementar su actividad
independiente.
Por su parte el aspecto profesional del currículum está dirigido hacia la correcta
selección, organización, planificación, ejecución y evaluación de los contenidos
curriculares desde la perspectiva de una profesión, los cuales rebasan la
dimensión epistemológica y se integran dialécticamente hacia una perspectiva
social y laboral, lo cual constituye un elemento esencial en la formación de un
egresado competente en el saber hacer profesional.
47
aspecto se imbrican desde un perspectiva dialéctica lo epistemológico, lo profesional y lo
sociocultural en la proyección curricular.
Desde esta perspectiva la dimensión profesional del currículum está dirigida a definir el
conjunto de acciones o tareas específicas de un tipo particular de profesión, es decir un saber
hacer basado en competencias profesionales, por lo que para definir una profesión es
importante determinar las funciones que se solicitan del profesional, desde una perspectiva
laboral y social, en correspondencia con las demandas del Estado, región o país.
48
Considerar este principio constituye una de las exigencias del principio del carácter científico y
educativo de la enseñanza, ya que solo cuando los estudiantes pueden utilizar los conocimientos
para resolver problemas de la vida, aumenta en ellos el valor de la ciencia.
Como reglas que ilustran la aplicación del principio citamos las siguientes:
Aplicar los conocimientos teóricos a situaciones prácticas de la profesión y argumentar
teóricamente las realizaciones prácticas.
Vincular la enseñanza con distintas situaciones que reflejen los problemas de la
profesión en busca de soluciones creativas.
Desde esta perspectiva la noción de práctica pre-profesional nos hace reflexionar en torno al
perfil de egreso, como el conjunto de saberes, tanto teórico-conceptual como técnico-práctico y
actitudinales que conjugan dialécticamente la formación académica general con la formación
especializada de los miembros de una determinada profesión, hacia la búsqueda de la formación
integral de un hombre de nuevo tipo en coherencia con las demandas sociales del entorno.
El perfil del egresado contiene las actividades, los procedimientos, las características y los roles
sociales preestablecidos por la Universidad. El perfil del egresado determinará la formulación
del plan de estudios porque precisa elementos filosóficos, educativos y culturales de la
formación. Las instituciones de educación superior deben preveer que el egresado, cuente con
los elementos teóricos, metodológicos y prácticos que le permitan resolver problemas de uno o
varios campos de acción profesional. El perfil del egresado, materializa la integración de
elementos formativos y recursos para la promoción de un egresado con características que
respondan a la visión institucional.
49
FUENTE PSICOPEDAGÓGICA
Lo anterior nos explica por qué existen variaciones respecto a lo que es la enseñanza. Una es
considerar que el objetivo de la enseñanza es producir el rendimiento del alumno, es decir que el
aprendizaje es el logro de la enseñanza (impartición de contenidos), y otra es propiciar en dicho
alumno la realización de las tareas del aprendizaje en la que el docente es visualizado como
aquél que instruye al estudiante sobre cómo adquirir el contenido a partir de sí mismo y de otros
apoyos. Así el aprendizaje se convierte en un resultado del alumno y la enseñanza es la tarea por
la cual se le enseña al alumno cómo aprender.
50
la realidad en general, es deseable propiciar en el estudiante (de nivel superior)
tanto la incorporación de conocimientos científicos, humanos, técnicos y
artísticos, como favorecer la apropiación de estrategias cognitivas, habilidades de
pensamiento, destrezas profesionales, actitudes y juicios valorativos.
Esto nos lleva a considerar los programas de las asignaturas, como una guía que orientan el
desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje. Es decir, crear situaciones de aprendizaje que
le permitan al alumno asimilar, desarrollar y aplicar en la práctica dichos aprendizajes y
asimismo, producir aquellas estrategias de enseñanza mediante las cuales el docente ayudará al
alumno en la adquisición de aquellos aprendizajes.
51
aprendizaje en toda su dimensión y complejidad y que a su vez justifique la
propuesta curricular de un aprendizaje centrado en el estudiante.
Para lograr cumplir esta finalidad en el marco del desarrollo curricular es
necesario se analice y reflexione profundamente por parte del profesorado
en esta dirección, por lo que consideramos importante el análisis reflexivo
de las posiciones teóricas más relevantes que justifican la comprensión de
dicho proceso: estas son las teorías de Piaget, Vigotsky, Ausubel y la
teoría del Procesamiento Humano de Información (PHI), las cuales
divergen y convergen en principios comunes que generan el desarrollo de
la actividad cognoscitiva del alumno como proceso de desarrollo
funcional, el cual tiene lugar a través de etapas definidas. Ello significa
que la composición y la estructura final de la acción realizada por el
estudiante difiere de su composición y estructura original, mientras que la
transferencia a la acción en la forma asignada, es decir, la final, puede
tener lugar sólo como resultado de una serie de transformaciones. Este
modelo integrador se retoma con el propósito de lograr una visión holística
sobre las diferentes etapas y aspectos que identifican el aprendizaje del
estudiante como un proceso centrado en su propia actividad.
Los procesos intelectuales constituyen la base operativa de un concepto (Leontiev
y Galperin 1965:12) y sus vínculos esenciales actúan en forma de procesos
internos del pensamiento. De dichos procesos es imposibles observar su
desarrollo y todavía más imposible controlar su ejecución.
Muy concretamente en el caso de la teoría de Piaget, el estudio no se aborda
directamente, aunque si se distingue como el proceso de las estructuras
cognitivas del individuo mediante procesos de desequilibración-equilibración. Es
de significativa importancia valorar el desarrollo de la independencia
cognoscitiva del estudiante para organizar pedagógicamente las diferentes
actividades de aprendizaje que vayan consolidando un desarrollo ascendente por
los diferentes niveles de asimilación, donde se vaya aumentando gradualmente el
nivel de complejidad de la actividad.
52
En las obras de Vygotski se encuentran ideas muy importantes y sugerentes
relacionadas con su concepción de aprendizaje. Este autor (1985: 89)
fundamenta su concepción de aprendizaje y señala:
53
En el marco de la organización de las actividades curriculares, el aprendizaje es un
proceso guiado, apoyado por el adulto, donde se crean espacios de diálogos de significados
compartidos, a través de procesos de negociación, de construcción de perspectivas
intersubjetivas. El aprendizaje se basa en una internacionalización progresiva de significados
compartidos, provenientes del medio sociocultural.
Vygotski (1985:92) asigna un significado especial a las relaciones existentes entre el
desarrollo y el aprendizaje, por su repercusión en el diagnóstico de las capacidades
intelectuales y en la elaboración de una teoría de la enseñanza, lo cual abre una nueva
perspectiva de actuación. Para él (1985:4) lo que las personas pueden hacer con la ayuda de otras
puede ser, en cierto sentido, más indicativo de su desarrollo mental que lo que pueden hacer por
sí solas. De aquí que considere necesario no limitarse a la simple determinación de los niveles
evolutivos reales si se quiere descubrir las relaciones de este proceso evolutivo con las
posibilidades de aprendizaje del estudiante.
Resulta imprescindible revelar como mínimo dos niveles evolutivos: el de sus
capacidades reales y el de sus posibilidades para aprender con la ayuda de los demás. La
diferencia de estos dos niveles es lo que denomina (Vygotski, 1985:7) “zona de desarrollo
próximo”, la que define como:
54
clase, involucrando a los propios estudiantes en la construcción de las condiciones más
favorables para el aprendizaje.
En este ámbito la principal contribución de la teoría de la asimilación de David Ausubel
estuvo encaminada a la fundamentación del aprendizaje significativo y su papel en el desarrollo
de la independencia cognoscitiva del estudiante (Novak; 1982:25). Cuando este autor hace
referencia al aprendizaje significativo se refiere al contenido a aprender, que debe tener un
significado psicológico para el estudiante, sobre la base del conocimiento experiencial, tiene
que haber en el alumno una estructura cognoscitiva con elementos pertinentes y relacionados.
Siendo de gran importancia en este contexto tener en consideración el acervo experiencial
de conocimientos, con que cuenta el estudiante al iniciar una actividad. Si el estudiante
condiciona sus conocimientos previos, podrá relacionar de manera coherente el nuevo contenido
de aprendizaje con aquello que ya sabe, consolidando la posibilidad de un aprendizaje
significativo, ya que significa no solamente un proceso de reconstrucción de lo aprendido, sino
también el punto de partida para realizar nuevos aprendizajes. Seguidamente en el siguiente
organigrama resumiremos los criterios antes mencionados
APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO
EL CONTENIDO A SIGNIFICADO
APRENDER PSICOLÓGICO PARA EL
BASADO EN ESTUDIANTE
EL
CONOCIMIENTO
EXPERIENCIAL
55
Que el contenido del nuevo material de estudio sea potencialmente significativo, en el
sentido lógico y psicológico y,
Que el estudiante este motivado para relacionar el aprendizaje con lo que conoce. Siendo
la motivación la fuerza impulsora del desarrollo del aprendizaje de los alumnos.
Es importante resaltar que para el logro del aprendizaje del estudiante se requiere de una gran
actividad interna como sujeto activo de su propio aprendizaje, por lo cual es importante
considerar procesos como: atención, memoria, pensamiento, imaginación, lenguaje, entre
otros. Dichos procesos son estudiados profundamente por la teoría del Procesamiento Humano
de la Información (PHI), donde se concibe al individuo como sujeto activo elaborador y
constructor de la información que recibe de su entorno sociocultural y no como un receptor de
estímulos y emisor de respuestas.
Desde esta concepción los modelos teóricos antes planteados reflejan la complejidad del
aprendizaje y proporcionan un grupo de supuestos teóricos para fundamentar el proceso de
enseñanza-aprendizaje con vistas a propiciar el desarrollo de una práctica educativa de
excelencia, en coherencia con las exigencias contemporáneas.
56
Por lo que hemos considerado el currículum centrado en el aprendizaje del estudiante
como un modelo integrador o sistémico considerando los diferentes paradigmas antes expresados
y su adecuación a la práctica pedagógica, por lo que podemos distinguir los siguientes
subsistemas:
a. Subsistema Psicológico. La teoría psicológica del aprendizaje nos dice que es el
aprendizaje y cómo aprenden los seres humanos; ofrece en buena medida la explicación del
proceso de enseñanza-aprendizaje y reconoce como la actividad es el principio operatorio
más importante de la práctica operativa. Esta concepción de aprendizaje pone en el centro
de atención al sujeto activo, consciente, orientado hacia un objetivo; en interacción con
otros sujetos. Se considera dos niveles evolutivos que favorecen las posibilidades de
aprendizaje de los estudiantes: El de sus capacidades reales y el de sus posibilidades para
aprender con la ayuda de los demás; la diferencia de estos dos niveles es considerada por
Vygotski (1985:7), “Zona de Desarrollo Próximo”, la cual ayuda a presentar una nueva
fórmula para la teoría y la práctica pedagógica. Desde esta perspectiva es oportuno referir
algunos criterios que deben ser considerados durante el diseño de un currículum:
Partir del nivel de desarrollo de los estudiantes, integrar este criterio supone atender dos
aspectos: el nivel de competencia cognitiva del sujeto los conocimientos adquiridos
con anterioridad.
Construir aprendizajes significativos tanto conceptuales como procedimentales, así
como los relativos a actitudes y valores, para lo cual se deben valorar las siguientes
condiciones
El contenido debe ser potencialmente significativo
La motivación por parte del alumno favorece sus aprendizajes, conectando lo que
ya sabe con lo nuevo.
La vinculación de los contenidos escolares con situaciones reales.
57
PLANIFICACIÓN, ORIENTACIÓN, EJECUCIÓN Y EVALUACIÓN. Esta concepción
cambia la tradicional relación de autoridad y distancia existente entre ambos participantes
del proceso, estudiantes y profesores, pues la función fundamental del profesor es de
orientador y guía del estudiante, con el fin de potenciar sus posibilidades, convertir en
realidad las posibilidades de su zona de desarrollo próximo en el desarrollo de sus
competencias profesionales.
De forma general podemos concluir este apartado valorando que el éxito de este modelo de
estrategia didáctica, centrada en el aprendizaje del estudiante depende, entre otras cosas, de:
Considerar a los estudiantes como personas responsables, honestas y dignas de confianza,
cuyo sentido de la responsabilidad les permitirá convertirse en sujetos activos e
independientes de su aprendizaje, capaces de generar y perseguir una búsqueda de un
conocimiento profundo y reflexivo sobre la realidad que les rodea.
El papel del profesor cambia, deja de ser el que lo sabe todo y por tanto trasmite los
conocimientos de una forma acabada para convertirse en motivador, orientador y
facilitador del aprendizaje de los estudiantes en el camino hacia búsqueda y comprensión
de los conocimientos.
Esto no significa que el papel del profesor se devalúe, se haga menos importante; al
contrario de hecho aumenta el nivel de responsabilidad, pues no sólo debe actuar como
facilitador (ayudando a los estudiantes a encontrar información, sugiriendo directrices
alternativas, proponiendo experiencias o materiales bibliográficos que los estudiantes no
posean), sino que debe actuar como enriquecedor de los conocimientos, lo cual supone una
actualización científica de forma sistemática.
La evaluación de la actividad revela el valor dialéctico del proceso de enseñanza-
aprendizaje, como elemento que refleja sistemáticamente cómo marcha el mismo y permite
tomar nuevas estrategias de enseñanza que favorezcan la adquisición de los conocimientos.
Desde esta dimensión el proceso de construcción del conocimiento implica que la
estructura cognitiva del estudiante entra en una relación dinámica con el objeto cognoscible; en
esta relación, las condiciones sociales y las formas de presentación y representación del objeto
confluye en la consolidación de estructuras de pensamiento superiores, particularmente
significativas en la interpretación de la realidad en la construcción de sus conocimientos, donde
el profesor debe asumir la función de orientar en toda su dimensión el proceso de enseñanza-
aprendizaje.
58
La cultura es un todo explicativo integral sobre el hombre y sus relaciones con el
mundo natural y social en sus diferentes expresiones, es resultado de la creación
del pensamiento humano, su desarrollo tiene carácter histórico-crítico y por tal
motivo siempre está en constante evolución y se evidencia a través de múltiples y
variadas manifestaciones teórico-prácticas.
La posición que asuma una institución respecto a las necesidades sociales y culturales queda
impregnada en los perfiles profesionales correspondientes y se proyecta también en los
contenidos como componentes de una particular concepción del mundo, donde el currículum se
convierte en la instancia mediadora entre la sociedad y la escuela.
Desde la dimensión curricular se deben analizar los requerimientos sociales y culturales que el
medio formula a la escuela, aquellas demandas sociales y culturales hechas en torno al conjunto
de conocimientos, valores, actitudes procedimientos destrezas que contribuyen a la socialización
del alumno dentro del entorno sociocultural de la comunidad.
Aunque todo proyecto curricular requiere de una prospectiva “un ver de lejos y a
lo lejos” en este tiempo de constantes cambios se torna difícil definir cuál es la
59
prospectiva o perspectiva más adecuada. A este respecto la UNESCO (1990)
propone que ante estos cambios se priorice en aquellos contenidos que son útiles
y necesarios para la adquisición del conocimiento, los que mejor preparen para
vivir en un mundo caracterizado por la evolución de las técnicas, el desarrollo de
la información y de los medios de comunicación.
Estudios realizados por diversas organizaciones mundiales concuerdan en que la
prospectiva defina apoyar un cambio en las estructuras, de las mentalidades y de
los comportamientos para asegurar la supervivencia de la humanidad.
60
PLANTEAMIENTOS COGNITIVOS NECESARIOS PARA
FUNDAMENTAR EL PROCESO DE ENSEÑANZA-APRENDIZAJE EN
EL CURRÍCULUM.
61
significativas de los planteamientos cognitivos más recientes con vistas a la
reflexión del profesor para la organización de los conocimientos durante el
desarrollo del currículum.
. La teoría de J:S: Brunner.
Este autor plantea que el aprendizaje no es algo que ocurre al individuo, como
propugna el aprendizaje operante sino algo que el hace que ocurre al manejar y
utilizar la información de forma que la conducta del sujeto se implica en tres
procesos fundamentales: Adquisición, transformación y evaluación de la
información. En (1957:67) hace referencia que el aprendizaje es un proceso de
descubrimiento de ir más allá de la información ofrecida. La clave esta en
codificar algo de un modo genérico de forma que posibilite al máximo la
transferencia de lo aprendido a situaciones nuevas. Para que ello ocurra se hace
necesario cuatro condiciones fundamentales:
Disposición para aprender. Es de vital importancia situar al estudiante en
situaciones concretas que estimulen el aprendizaje, donde se transforme en el
sujeto activo de su propio actividad.
Nivel de Motivación. Se hace necesario un procedimiento (caracterización
psicopedagógica del estudiante) que suscite en el sujeto un estado de
necesidad con respecto al conocimiento, así se le planificarán las actividades
de aprendizaje dirigidas al desarrollo individual.
Dominio del aprendizaje básico y aprendizajes sucesivos. Este dominio se
manifiesta en la puesta en marcha de procesos de codificación genérica,
donde el nivel ascendente de la complejidad de la actividad .
Diversidad en el adiestramiento: Las actividades de aprendizaje deben
diseñarse de tal manera que el alumno pueda enfrentarse a una variedad de
acontecimientos, objetos, fenómenos que le permitan penetrar en la esencia
del contenido.
Realmente este proceso consiste en el ámbito pedagógico de forma tal que las
ideas deben presentarse inicialmente de un modo simplificado, pero en ningún
momento con errores de contenidos para volver sobre ellas de forma
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progresivamente más compleja, como una espiral. Esta idea del aprendizaje en
espiral fue aplicada por Bruner a toda la organizan del currículum en general,
donde el profesor constituye un intermediario entre el conocimiento del
alumno y la realidad cognoscible en un momento dado.
La teoría de D.P. Ausubel.
Este autor (1977:18) señala una distinción significativa entre el aprendizaje
receptivo y por descubrimiento, por una parte, y entre aprendizaje mecánico
significativo por otra, en este aspecto nos detendremos a detallar las cuestiones
más relevantes por su importancia para la planificación de actividades
independientes con carácter diferenciado.
El aprendizaje receptivo se caracteriza porque el alumno recibe el contenido que
ha de interiorizar de modo que pueda ser recuperado. En el aprendizaje por
descubrimiento el sujeto debe descubrir el material por sí mismo antes de
incorporarlo a su estructura cognitiva. Ambos son diferentes pero se complementa
o superponen continuamente. Ambos tipos de aprendizaje pueden ser mecánicos o
significativos. El mecánico se produce cuando la tarea del aprendizaje consta
de asociaciones puramente arbitrarias o cuando el sujeto lo hace arbitrariamente.
Existe aprendizaje significativo cuando las actividades están relacionan
congruentemente y el estudiante decide aprender así.
Según Ausubel (1977:34), son dos las condiciones de aprendizaje significativo:
disposición del sujeto a aprender y que el material se potencialemente
significativo, es decir relacionados con sus estructuras de conocimiento, lo que
supone que el material tenga sentido lógico y que la estructura mental del sujeto
posea ideas de afianzamiento con las que poder relacionarse.
Es por tanto, el aprendizaje según Ausubel (1962:118), es un proceso consistente
en incorporar un contenido a estructuras de conocimiento ya existentes. Su teoría
insiste en el aprendizaje significativo con sentido frente al memorìstico o
mecánico. Un factor importante para que halla aprendizaje significativo es la
disponibilidad de una estructura cognitiva estable, organizada de tal manera que
contenga ideas o conceptos suficientemente generales, extensos o abstractos para
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que ella puedan asimilarse otros más concretos y menos extensos.
En síntesis la idea general de Ausubel es que el aprendizaje se inserta en
esquemas de conocimientos ya existentes. Cuando mayor es el grado de
organización, claridad y estabilidad del nuevo conocimiento, Más fácilmente se
acomodará y mejor será retenida merced a los puntos de referencia y
afianzamiento bajo los cuales este material puede ser incorporado, relacionado y
transferido a situaciones subsiguientes de aprendizaje.
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acumulativo pues, los tipos más sencillos de aprendizaje son los requisitos para
aprender los más complejos.
En el Sistema Educativo Cubano es una aspiración a largo plazo que los profesores,
condicionados por los resultados de sus prácticas docentes, sean los autores de los
currícula que desarrollan en sus aulas.
El trabajo de los profesores en torno a los currícula no debe limitarse a modificaciones de los
diseños curriculares elaborados por los órganos ministeriales correspondientes. Al contrario debe
tener desde el primer momento de su proyección una participación directa, que favorezca la
integración dialéctica de todos los aspectos didácticos que intervienen en dicho currículum.
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desarrollo de un currículum en acción sobre la base de relaciones de igualdad.
Analizar las diferentes interacciones curriculares y reflexionar cómo la
comunicación en el aula promueve el desarrollo de un modelo dinámico en el
aula (Cañal, 1988:139).
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adecuada comprensión de los fenómenos biológicos y sus repercusiones
sociales y ambientales.
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Es necesario reflexionar sobre cómo durante el desarrollo de las diferentes
unidades didácticas se puede utilizar lo que sabemos.
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Conocer la historia de una ciencia permite aproximarse al proceso de creación
científica y tiene un indudable interés cultural, contribuyendo a contextualizar
los conocimientos, a comprender su evolución y las relaciones CTS. Por tanto
es incuestionable que en el currículum se contemplen elementos de la ciencia
estudiada.
La evolución histórica de una ciencia no es un proceso meramente
acumulativo. Los conocimientos se articulan en cuerpos coherentes o teorías,
hasta que dificultades insuperables provocan una revolución teórica, el
surgimiento de un nuevo paradigma. La enseñanza de las ciencias biológicas
debe tener en cuenta estos hechos y no dar una visión simplemente
acumulativa del desarrollo científico que, además, resulta arbitraria y
escasamente comprensible. Así los alumnos podrán comprender en que se
basa la teoría evolucionista de Darwin sobre el origen de las especies.
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Valorar el contenido de las diferentes unidades didácticas y orientar
actividades concretas en estrecho vínculo con la naturaleza.
Considerar la protección y conservación de la naturaleza, como idea de
máxima generalización que tendrá vigencia en el desarrollo de todas las
unidades didácticas del currículum.
Planificar actividades de trabajo independiente encaminadas a la búsqueda y
comprensión de la influencia de la naturaleza en la sociedad.
Estos criterios didácticos antes señalados han sido generados sobre la base de un análisis
reflexivo de las teorías curriculares y su adecuación a las características de los contenidos de las
ciencias biológicas. Constituyen un grupo de valoraciones que habrán de ser valoradas
oportunamente por los profesores de esta área de conocimiento, pues favorecen una organización
de los contenidos biológicos en el currículum de una manera coherente, flexible e integrada,
como elemento conductor de nuestras aspiraciones en la enseñanza de la Biología en la Escuela
Media Cubana.
Dichas reflexiones pueden ser valoradas integralmente por todos los profesores del área
de ciencias, pues constituyen nuevas perspectivas que favorecen la comprensión y mejora de los
procesos de enseñanza-aprendizaje. En tal sentido Porlán (1996:24) fundamenta la importancia
de la organización de los contenidos curriculares en el área de ciencias, resaltando el papel del
profesorado en el conocimiento de las diferentes ramas de la ciencia para garantizar su
integración en el currículum y favorecer que las concepciones distorsionadas de los alumnos
evolucionen y cambien progresivamente.
Todo lo anterior nos permite considerar el aula como matriz de intercambio didáctico (Porlán,
1993:93) lo cual promueve el desarrollo de un modelo de enseñanza basado en la concreción del
currículum en la práctica a través de la investigación.
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