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Génesis 1 - la creación buena

Génesis 2:18-25 - el matrimonio


Génesis 3:1-24 - el pecado de desobediencia y sus resultados
Génesis 4:1-8 - el peligro de conflictos y pleitos
Génesis 6:5-22 - el castigo divino sobre el mundo antiguo
Génesis 8:13-22 - el nuevo comienzo
Génesis 11:1-9 - la maldad del hombre castigada con divisiones
Génesis 12:1-9 y 15:1-6 - las promesas a Abram y a sus hijos
Génesis 13:1-6 - un error de Abram y Sarai
Génesis 21:1-7 - la fidelidad y el poder de Dios
Génesis 22:1-19 - una prueba de la fe de Abraham y su significado
Génesis 24 - cómo buscar una esposa o esposo
Génesis 25:27-34 y 27:1-29 - el engaño y la mentira en la familia
Génesis 28:10-22 - Dios está en todas partes y con nosotros
Génesis 37:1-11 - peligro de preferencias de un hijo sobre otro
Génesis 37:12-36 - maldad de hermanos contra un hermano
Génesis 39:1-6 - cómo Dios bendice a los que sufren
Génesis 39:7-23 - José vence la tentación y sufre más
Génesis 41 - cómo Dios pone a José en el lugar más alto del gobierno
Génesis 50:15-21 - José no toma venganza de sus hermanos
Éxodo 2:1-10 - Dios salva la vida de un bebé importante
Éxodo 3:1-15 - Dios se revela a Moisés y lo llama a servirle
Éxodo 4:1-12 - Dios ayuda a Moisés para que le sirva
Éxodo 12:1-28 - el significado de la Pascua de los judíos
Éxodo 14:10-31 - el Señor salva a los judíos de los egipcios
Éxodo 17:8-16 - El arma secreta de los judíos
Éxodo 20:1-17 - los Diez Mandamientos
Éxodo 32:1-20 - la idolatría es una desobediencia terrible
Números 13:1-3,17-33 - los 10 espías y su reporte pesimista e incrédula
Números 20:1-13 - La desobediencia y castigo de Moisés y Aarón
Números 21:4-9 y Juan 3:14-16 - la serpiente de bronce y la fe en Cristo
Deuteronomio 7:6-11 - ¿por qué nos salva Dios?
Deuteronomio 8:1-20 - ¿por qué nos permite Dios sufrir a veces?
Deuteronomio 34:1-12 - la muerte de Moisés, ¿qué nos enseña?

Privilegio que tenemos en Dios.


Debemos entender que es un gran privilegio pertenecer al pueblo de Dios. Lee en tu
Biblia -- (Deuteronomio 7: 6 - 11). Tenemos una Identidad: Santo, escogido, especial.
Fuimos santificados para Dios y tenemos una meta ser santo cada día. Dios nos apartó,
nos separó y nos eligió para servirle porque es su propósito que le sirvamos.

Llamado de Dios en nuestras vidas.


Si sos un músico en tu iglesia, sos un maetro, o un lider, o predicador, ó tenés un
llamado especial para serlo y ejercer algún ministerio dentro de la iglesia debes saber
que tenés un llamado de Dios, por eso estás donde El te ha puesto y eso es servir a Dios.

Lo que mantiene vivo el fuego, la visión, el ministerio es el llamado que Dios un día ha
hecho en nosotros. En algún momento de nuestra vida cristiana hemos sentido en el
corazón como una ardiente pasión por hacer una misión especial, cumplir con lo que el
Señor quiere que hagamos para El. Si no hay llamado en nuestras vidas no hay servicio;
el llamado y el servicio van de la mano. Aunque cabe destacar que muchos "sirven" sin haber
tenido un llamado en sus vidas, por eso luego se ven las consecuencias que no dan frutos esperados y
tienden a abandonar, dejar a un lado lo que hacían para Dios. Pero esto es otro tema que más adelante
trataremos más especificamente.

Siempre tenemos que esperar a que en nuestra vida surga un llamado verdadero para
que no se perjudique o dañe la obra de Dios y tampoco tu vida. El Señor quiere que le
sirvamos con un corazón humilde, sincero, guardar nuestro corazón para servirle a El es
deber de todo cristiano, de todo jóven que desea dedicar su vida para la obra de Dios.
Vamos a ver un ejemplo en la Palabra para entender mejor de lo que es el llamado,
cuando Dios nos llama a: Mateo 9: 9 - 13 y Lucas 5: 27 - 32 (leélos en tu Biblia). En estos
dos pasajes se cuenta la misma historia; les recuerdo que el libro de Mateo fue escrito a
los judíos y Lucas a los gentiles por eso la diferencia de nombres pero es la misma
persona Mateo = Leví; Te pregunto, ¿qué es lo que te impacta de esta historia cuando
Jesús llama a Mateo a seguirle...?

A mí lo que me llama la atención es que Mateo lo dejó todo para seguir al Maestro, no
dudó ni por un momento lo dejó todo, se levantó y le siguió.

¿Cuál fue el resultado de Mateo? ¿Qué encontró él? La respuesta la vemos en Mateo 13:
44, 45, 46... Estas son las únicas palabras de Mateo, no se relatan en otro libro o epístola
de la Biblia. Lo que ocurrió, en el corazón de Mateo, es que encontró la Perla = Tesoro
= a Jesús.

CUANDO DIOS NOS LLAMA, NOS DA UNA MISIÓN

¿Tienes un llamado especial para servir a Dios? ¿Hay una misión que crees debes
cumplir? ¿Cuál es tu misión? ¿Haz tenido un verdadero llamado para servir a Dios?
¿Crees que lo que hoy estás haciendo para El es realmente lo que quiere? Si es necesario
hacer un alto en tu vida de servicio, hazlo, es porque Dios quiere levantar más todavía y
ponerte en el lugar que El tiene preparado para vos.

Disponer toda nuestra vida para el servicio, ya sea como músico, pastor, predicador,
maestro; todo requiere de una sincera disposición. Cuando el Señor nos llama su
Presencia nos acompaña, su Palabra nos respalda, es un gran privilegio servir a nuestro
Señor; debemos hacerlo con sinceridad en nuestro corazón no a cambio de algo sino
sabiendo que nuestra obra no es vano. (1º Cor. 15: 53)
Si tienes un llamado en tu vida cumplelo como el Señor quiere...

INTRODUCCION
Es indudable que, si deseamos conocer en profundidad y amplitud el verdadero
mensaje de D-s (Elohim) para nuestras vidas, nada más necesario que conocer las
particularidades tan especiales que caracterizan al Pueblo de Israel. 
Su historia, sus costumbres y tradiciones (basadas y reflejadas en el Antiguo
Testamento o "Tanaj"), nos permite acercarnos a un máximo posible, a la
"mentalidad judía" y/o "espíritu judío". 

Características que también poseía Yeshúa (Jesús), como descendiente de


Abraham y el linaje davídico, como miembro de la comunidad israelita, y como
rabino que era; manifestándolas de una u otra manera en muchas de sus
expresiones y reacciones.

Consideramos así que: conocer al Pueblo de Israel, es practicamente conocer a


Yeshúa (Jesús), y es de igual manera: llegar al corazón mismo de D-s (Elohim).

Comenta Arturo Allen, en una editorial, lo siguiente:

..."El hecho histórico es que Jesús fue judío y ministró al pueblo judío, en
la tierra de los judíos. Sus discípulos, los apóstoles, y los escritores del
Nuevo Testamento, también fueron judíos. Y por un tiempo, aunque suene
raro, la fe cristiana fue estrictamente judía"....

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ISRAEL
Lewis Chafer, en su Manual de Teología (tomo II), menciona acerca de Israel lo
siguiente:

..."La razón principal por la cual muchos no tienen la capacidad de seguir


las grandes predicciones divinas, es su descuido de no dar a la nación de
Israel, el lugar y la importancia que Dios, en su soberanía, ha señalado
para esa nación...

..."Dicha soberana elección es un hecho revelado que aparentemente las


naciones gentiles (no-judías) no pueden percibir como una realidad...

..."Sin embargo, es la actitud de las naciones gentiles hacia la nación


escogida de Dios (Israel) lo que forma la base sobre la cual es
determinado el destino de las naciones"...No cabe duda alguna, que Israel
es un pueblo muy singular. Ello se debe a que resulta muy difícil
encuadrarlo en las características normales que hacen a cualquier otro
pueblo y/o nación.

Es también indudable, que su caracter de "pueblo especial", surge tras cuatro mil
años de historia, durante los cuales Israel percibió de manera muy íntima y
personal, la poderosa mano de su D-s (Elohim). Esto provocó entre el Eterno e
Israel, una relación bastante particular y exclusiva. Relación que a su vez trajo
como consecuencia las más diversas reacciones por parte de las naciones gentiles:
desde la más dura intransigencia, hasta la más moderada aceptación (pasando por
una silenciosa indiferencia).

Comprendemos en base a Las Escrituras, y de hecho es practicamente imposible de


negar, que es D-s (Elohim) quién forma y estructura a Israel, y quién le guía e
instruye personalmente, con un objetivo específico: el de darse a conocer a las
naciones, y revelarles a ellas por intermedio de este pueblo, el deseo de su santo
corazón y el perfecto plan de salvación.
Para el Bendito y Eterno, como hemos de ver, Israel es su "hijo especial" elegido
para adorarle y servirle de entre todas las naciones; así como también: el inmenso,
precioso y delicado tesoro que EL mismo guarda amorosamente entre sus manos.
Israel es, para el Altísimo: su pueblo, su posesión, su testigo y su siervo;
convirtiéndose por ello en la estructura fundamental de su plan de salvación.

Analizemos pues Las Escrituras, para ampliar aún más y mejor estos conceptos.

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EL LLAMAMIENTO
Es por demás importante destacar, lo que se considera bíblica e históricamente,
como el principio del Pueblo de Israel. Nos referimos a Abraham Avinu ("El
Padre de la Fe" y/o "Nuestro Padre Abraham); es decir: al llamamiento de
Abraham por parte de D-s (Elohim), para formar de él un "Pueblo Especial"
(Génesis 12:1-3).  

Su nombre original: Abram, proviene de los vocablos "Ab" (que significa "Padre")
y "Ram" (que significa: "Poderoso", "Portentoso", "Fuerte"); vale decir que su
nombre completo significaría: "Padre Poderoso", "Padre Fuerte", "Padre
Portentoso".

Cuando responde al llamamiento de D-s (Elohim), su nombre cambia a Abraham,


nombre proveniente de tres vocablos: "Ab" ("Padre"), "Rah" ("Ver") y "Am"
("Pueblo"), lo cual significaría: "Padre de un pueblo que ve" y/o "Padre que
ve a un pueblo".

Se debe recordar que: tanto Abraham como su familia eran idólatras (Jos.24:2),
y vivían en una de las ciudades más importantes de la antigua Mesopotamia.
Cuando recibió el llamado de D-s (Elohim) para dejar "su tierra y su parentela"
(Gn.12:1), se volvió a la fe en un único y verdadero Dios.

Abraham respondió a este específico llamado, cuando tenía 75 años de edad.


Hasta entonces: su tierra fue Ur de Caldea, una de las principales y más ricas
ciudades de la antigua Mesopotamia.

Allí fue dónde contrajo matrimonio con Sarai, la que luego pasó a llamarse Sara
(que significa: "Princesa"). Ella tenía 65 años de edad, cuando acompañó a
Abraham hacia la Tierra Prometida.

Las Escrituras nos muestran que Abraham no dudó en responder a las promesas
de D-s (Elohim); las cuales el Bendito le hizo al llamarle.

Estas cinco promesas fueron: (Génesis 12:2-3)

1 "Haré de tí una nación grande"...


2 "Te bendeciré"...
3 "Engrandeceré tu nombre"...
4 "Serás de bendición"...
"Serán benditas en tí todas las familias de
5
la Tierra"...
Cabe aclarar, aunque más no sea brevemente, que Abraham no era un mendigo,
ni una persona sin cultura, tampoco un nómade del desierto, como algunos (o
muchos) pueden llegar a pensar.

Muy por el contrario, era un hombre de ciudad, con bastantes conocimientos, y


hasta podríamos decir: un próspero hombre de negocios. Esto lo demuestra la
cantidad de personas y bienes que llevaba consigo, al comenzar su peregrinaje
(Génesis 12:5)

De él, nace Itzjak (Génesis 21:1-3), el que conocemos como: "hijo de la


promesa" (Gálatas 4:28); y de Itzjak vienen: Yacov (Jacob) y Esaú (Génesis
25:19-26), siendo Yacov quién recibe el nombre de Israel en Peniel, luego de su
lucha con el Angel (Génesis 32:28).

De Yacov-Israel, vienen las doce Tribus de Israel, conforme al número de sus


hijos varones (Génesis 35:22-26). Con el tiempo, las doce tribus forman El
Pueblo de Israel.

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LA ELECCION
Tomando como base única y certera a La Biblia (Deuteronomio 7:6), encontramos
en primer lugar que es D-s (Elohim) quién escoge a Israel para hacer de él un
"Pueblo Especial", y no Israel a su D-s. 

Esta elección unilateral por parte del Altísimo y Creador, coloca a Israel en una
postura especial y preferencial sobre las otras naciones, ya que es escogido para
ser: "más que todos los pueblos que están sobre la Tierra".

Asimismo, tal llamamiento le exige a los descendientes de Abraham, Ytzjak e


Yacov: la unidad como pueblo, y la santificación (precisamente en
contraposición del paganismo y la idolatría de las demás naciones).

Por ello y para cumplir adecuadamente con los propósitos de D-s (Elohim), Israel
deberá aprender a ser fiel a su Hacedor y Creador, amándole (Deuteronomio 7:
9-10); y poniendo por obra sus mandamientos y estatutos (Deuteronomio 7:11-
16).

Cabe aclarar (y especificar) que D-s (Elohim) no elige a Israel de esta manera por
ser un pueblo con condiciones de superioridad sobre los demás, sino precisamente
por ser lo más insignificante y menospreciado de entre las naciones
(Deuteronomio 7:7); lo que despierta el Amor (especial) de D-s (Deuteronomio
7:8 / Oseas 11:8), y lo que a su vez le permite mostrar su poder y magnificencia,
utilizándolo como su instrumento en la Tierra (Isaías 44:1).

Resumiendo entonces encontramos que:

D-s (Elohim) elige a Israel de manera


a)
unilateral
Lo hace por ser el más insignificante de los
b)
pueblos
Esta elección coloca a Israel en un plano
c)
diferente por sobre las demás naciones
d) Este llamamiento específico le exige a
Israel alcanzar  la unidad como pueblo y la
santificación
Israel queda así obligado a guardar y poner
e)
por obra los mandamientos de D-s (Elohim)
f) Israel debe aprender a ser fiel a su Dios

(Referencias Bíblicas: Deuteronomio 7:6-16)

Los preceptos dados por D-s (Elohim), son la base estructural (y condicional) en la
elección sobre Israel, a fin de que los descendientes de Abraham puedan alcanzar
los propósitos divinos ya determinados (Deuteronomio 8:1).

El cumplimiento de tales preceptos se torna fundamental, no sólo para recibir las


bendiciones de D-s (Elohim), sino también para mantener la correcta comunión con
EL (Deuteronomio 8:6)

Por esta elección y selección, D-s (Elohim) pone a prueba los verdaderos
sentimientos y deseos de Israel, haciéndole pasar las diferentes experiencias de la
verdadera fe en EL (Deuteronomio 8:2-4)

Es D-s (Elohim) quién compara este llamamiento al de una relación filial entre
padre e hijo, y a la obligación paternal/divina de educar, corregir y guiar a Israel
(Deuteronomio 8:5).

Por ser un llamamiento especial, Israel se encuentra obligado a cumplir con las
obligaciones impuestas por el Altísimo y Rey (Deuteronomio 8:11).

Así, D-s (Elohim) previene a Israel, porque esta elección puede llevar a los
descendientes de Abraham al camino del orgullo y la vanidad, corriendo el peligro
de que tal actitud de altivez y soberbia le ocasione el olvido de su total dependencia
del Dios eterno y su alejamiento de los propósitos divinos (Deuteronomio 8:12-
17).

Por ello, Israel debe mantener la humildad de corazón y la consciencia plena de su


dependencia total del Bendito y Creador, como base para la continuidad del
llamamiento divino (Deuteronomio 8:18).

La desobediencia a los deseos y propósitos divinos producirán los juicios de D-s


(Elohim) sobre Israel, su consecuente separación del Bendito, y su destrucción
total  (Deuteronomio 8:19-20)

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LA EXIGENCIA
Si bien ya hemos desarrollado algunas de todas las exigencias que este
llamamiento santo provoca sobre Israel, bien podríamos resumir las mismas, para
comprender aún mejor, la profundidad en cuanto a la elección sobre los
descendientes de Abraham.

Asimismo, no debemos olvidar que tales exigencias no son otra cosa que los deseos
mismos del corazón de D-s (Elohim).

De tal manera, vemos que es el Bendito y Eterno, quién propone cinco pautas
específicas a Israel, para que pueda cumplir con el llamamiento divino.
Veamos:

a) Temor a D-s (Elohim)


- es la reverencia, el respeto y la obediencia que se manifiesta a EL
- es la devoción, veneración y adoración que la misma santidad del Bendito exige a los
seres humanos
- es el reconocimiento pleno de la soberanía divina
- es el medio para permitirle al Altísimo obrar según sus propósitos divinos
b) Caminos de D-s (Elohim)
- es EL quién propone la forma adecuada
- para alcanzar totalmente los propósitos divinos
c) Amor a D-s (Elohim)
- es la pauta fundamental
- la fuerza espiritual
- y la esperanza cierta
- para alcanzar los logros divinos
d) Servicio a D-s (Elohim)
- es el propósito principal
- del llamamiento para con Israel
- quién debe servir al Bendito
- con integridad, responsabilidad, fidelidad y obediencia
- para lo que se hace imprescindible la entrega y renuncia total
e) Mandamientos de D-s (Elohim)
- Israel no puede cumplir con su llamamiento
- si no se ajusta a los preceptos divinos
- los cuales le darán precisa y exactamente
- la sabiduría y fortaleza para actuar correctamente

(Referencias Bíblicas: Deuteronomio 10:12-13)

Para cumplir con estas exigencias divinas, y poder concretar fehacientemente los
propósitos para los cuales Israel ha sido escogido y llamado entre las naciones:

a) Israel deberá tener un corazón sensible a la voz de D-s (Elohim)

b) Israel deberá ser dócil a los propósitos del Bendito

c) Israel deberá comprender y practicar la justicia de D-s (Elohim)

d) Israel deberá reconocer siempre al único y verdadero Dios

como Dios absoluto y su D-s (Elohim)

(Referencias Bíblicas: Deuteronomio 10:14-21)

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DESIGNIOS Y RAZONES
Cuando se leen Las Escrituras, encontramos que Israel, es el centro estructural de
la obra profética de Dios. Por eso mismo, los designios del Creador y Bendito,
parten de Israel hacia las naciones.

Este concepto es fácilmente visible (y entendible) en el llamamiento específico que


D-s (Elohim) hace al Pueblo Hebreo, cuando lo elige específicamente y de forma
unilateral.

Si consideramos el pasaje bíblico de Isaías 43:10, observaremos que, en primer


lugar y con dicha selección, el Creador busca que Israel, se convierta en un testigo
fiel de la existencia divina, certificándola paso a paso, con su propio andar
cotidiano.

De hecho, la existencia misma de Israel, demuestra a su vez: la existencia del Dios


de Israel; porque sin EL, el Pueblo Judío no hubiera podido sobrevivir y permanecer
a través de la historia, y luego de tántas persecusiones, violaciones y matanzas.

En segundo lugar, y dentro del mismo llamamiento, D-s (Elohim) designa a Israel
como su siervo, a fin de que pueda alcanzar tales propósitos. Por ello, los
descendientes de Abraham, como Pueblo Elegido, no solamente deberá convertirse
en un fiel receptor de los preceptos y mandamientos divinos; sino también: en un
fiel transmisor de los mismos hacia las demás naciones, a fin de que éstas alcanzen
a conocer al único y verdadero D-s (Elohim).

Estos dos designios, que de una u otra manera centralizan el llamamiento de D-s
(Elohim) para con Israel, tiene tres lineamientos específicos. Ellos son los
siguientes:

1- El Pueblo de Israel aprenderá a conocer a D-s (Elohim)


por medio del servicio y la estrecha comunión

2- El Pueblo de Israel aprenderá a creer en D-s (Elohim)


al vencer con su servicio los desafíos de la verdadera FE

3- El Pueblo de Israel aprenderá a entender a D-s (Elohim)


por medio de la constante obediencia y realización de los propósitos
divinos

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TIEMPO Y FORMA
En relación al llamamiento que D-s (Elohim) le hace a Israel, es posible observar
que, si bien el Creador marca sus tiempos específicos en cuanto a la obra profética
que debe realizar con la humanidad, para el Pueblo Elegido tal elección:

a) es para siempre (Eterna)

b) depende exclusivamente del AMOR de D-s (Elohim)

c) está estrechamente ligado a la misericordia divina (Jeremías 31:3).

 
Y de igual manera, vemos que ello manifiesta:

a) la gracia de D-s (Elohim)

b) el perdón de D-s (Elohim)

c) el total interés de D-s (Elohim) por Israel (Oseas 14:4).

D-s (Elohim) tiene también la forma, en cuanto al llamamiento y la selección de


Israel. Así encontramos que:

a) D-s (Elohim) mismo lo ha decidido creando las condiciones para ello

b) D-s (Elohim) mismo se encarga personalmente de instruir y enseñar a Israel

c) D-s (Elohim) mismo se preocupa por proteger y guardar a Israel de cualquier


adversidad

d) Israel es para D-s (Elohim) uno de sus bienes más preciados y delicados

(Referencias Bíblicas: Deuteronomio 32:10)

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EL HIJO
La relación tan especial e íntima entre D-s (Elohim) e Israel, está perfecta y
hermosamente simbolizada (muchas veces) en el Antiguo Testamento ("Tanaj"),
como la de un padre con su hijo. 

Así, entre la variedad de expresiones y textos bíblicos al respecto, encontramos en


Exodo 4:22, que: D-s (Elohim) mismo llama "hijo" a Israel. Como es posible de
observar también en este caso, es una designación unilateral por parte del Creador
y Bendito para con su pueblo, que va -por supuesto- acorde a su corazón y al
mismo plan salvítico.

Asimismo, la tal "nombramiento" lleva implícito un propósito muy específico: Israel


debe servir a su Hacedor, tal cual ha sido establecido en el cronograma divino
(Exodo 4:23).

Para Israel, la condición de "hijo" también implica un poderoso llamado a la


santidad, requerimiento indispensable para ser ese..."pueblo único de entre
todos los pueblos que están sobre la Tierra" (Deuteronomio 14:2).

Dada esta condición especial, Israel no puede -ni debe- actuar con rebeldía para
con D-s (Elohim), ya que ello podría provocarle su destrucción (Jeremías 11: 3-
4).

Por ello también, Las Escrituras nos explican que por su condición de "hijo", Israel
deberá pasar por experiencias de sufrimiento como consecuencia de cada
desobediencia que protagonice. Esto a su vez manifestará la ternura del Bendito y
Eterno hacia su "hijo" sufriente; y luego de un tiempo prudencial

el mismo D-s (Elohim) volverá a mostrar su misericordia derramando bendiciones


para su "Pueblo/Hijo" (Jeremías 31:9-12).

En el Antiguo Testamento ("Tanaj"), es posible de observar esta relación padre/hijo


= D-s (Elohim)/Israel, y de ampliar los contextos de la misma, en los pasajes
bíblicos siguientes: Isaías 43:6 > Oseas 1:10 > Oseas 11:1-4 > Isaías 63:16 >
Isaías 64:8.

Es precisamente esta relación padre/hijo entre D-s (Elohim)/Israel, la que en


general acepta el rabinismo ortodoxo como valedera. De allí precisamente procede
la negación de Yeshúa como el Meshiaj, considerado por tal condición también
como El Hijo de Dios.

Por estas mismas apreciaciones, es que el judaísmo en general, tampoco acepta


que lo expuesto por el profeta Isaías (en su capítulo 53) se refiera a Yeshúa.

Para ellos, mas bien, sería que Las Escrituras están hablando de Israel como:

a) el siervo sufriente: como consecuencia de las penurias vividas en medio de


las naciones gentiles;

b) el siervo hijo: que luego observa los frutos de su sufrimiento, en el reinado


del Meshiaj, gobernando a las naciones desde Jerusalem.

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EL PRIMOGENITO
Si deseamos comprender con una mayor amplitud la condición de Israel como
"hijo" de D-s (Elohim), debemos detenernos a observar la característica
fundamental que el mismo Creador le otorga al Pueblo Escogido.

Dice el "Tanaj" (Antiguo Testamento):

..."Israel es mi hijo, mi primogénito"... (Exodo 4:22)

La característica fundamental, a la cual nos referimos, es la de: "Primogénito".


Ello significa:

· el primer nacido de una familia

· el que tiene derecho a la primogenitura

· el que hereda el rango y las prerrogativas paternas

· el que suplanta al padre en la jefatura de la familia

Bíblicamente:

· es el que abre matriz entre las hijas de Israel (Ex. 13:2)

· es el hijo de la fortaleza y el principio del vigor (Gn.49:3)


· es el que posee todos los derechos por ser el primero (Gn.25:25 y 32)

· es el que recibe el doble de los bienes de la herencia (Dt.21:17)

· es el que posee todos los derechos a la sucesión (2° Cr.21:1-3)

Si relacionamos los conceptos anteriores, podemos comprender -acorde al plan de


D-s (Elohim)- las razones por las que el mismo Bendito considera a Israel como
"su hijo primogénito".

De tal manera Las Escrituras establecen que:

a) D-s (Elohim) elige a Israel para que sea un pueblo especial -más que todos
los demás pueblos- es decir: mayor y con más privilegios ( Deuteronomio 7:6);

b) D-s (Elohim) elige a Israel para hacerlo su especial tesoro -sobre las demás
naciones -es decir: con un valor diferente (Exodo 19:5);

c) D-s (Elohim) le otorga a Israel obligaciones y responsabilidades, para cumplir


entre las naciones, como "hijo mayor" (Isaías 43:10-12 / Isaías 44:6-8).

Si observamos Las Escrituras con atención, vemos que esta condición de Israel
como "hijo primogénito", viene desde el momento mismo en que D-s (Elohim)
llama a Abraham; lo cual nos manifiesta que el Altísimo ya lo tenía programado así,
desde un principio.

Veamos:

a) Israel, es el "hijo primogénito" elegido por D-s (Elohim)


    · para recibir sus bendiciones > y ser de bendición entre las naciones

b) Israel como "hijo primogénito" elegido por D-s (Elohim)


    · será una nación grande > y su nombre engrandecido entre las naciones

c) Israel, como "hijo primogénito" elegido por D-s (Elohim)


    · tiene una bendición especial
    · todo aquel que le bendiga, será bendecido
    · todo aquel que le maldiga, será maldecido
      (aclaramos que MALDECIR también significa:= Denigrar = Murmurar =
Detractar = Condenar=
        Burlarse de...= Execrar = Mentir acerca de...)

d) Israel, como "hijo primogénito" de D-s (Elohim)


    · es el único instrumento por el cual el Altísimo bendecirá (o maldecirá) a las
naciones

(Referencias Bíblicas: Génesis 12:2-3)

Si bien el concepto de Israel como "hijo primogénito" de D-s (Elohim) es un


concepto difícil de comprender, y una realidad bíblica (para muchos) muy difícil
de aceptar, Las Escrituras nos certifican en el Antiguo Testamento ("Tanaj") que:
"no hay bendición para las naciones sin Israel" (Génesis 18:18).

Considere pues, dentro del esquema global de salvación, que ésta es una de las
razones por las cuales Yeshúa Ha'Meshiaj (Jesús el Mesías), debía nacer
-precisamente- dentro de la Casa de Israel. En EL, son benditas todas las
familias de la Tierra, que lo acepten como el Ungido, el Enviado del Altísimo.

Por otra parte, no existe contraposición o desacuerdo escritural entre la condición


de Israel, como "hijo" e Yeshúa (Jesús) como "Hijo". Muy por el contrario, el
esquema profético y de salvación se aclara aún más.

Israel, como "hijo primogénito", ha sido designado por D-s (Elohim) el Hacedor
de los Cielos y la Tierra, como "el hijo mayor" de entre las naciones. Es decir:
está sobre los demás pueblos y tiene un claro objetivo: dar a conocer a las
naciones acerca de la existencia del verdadero D-s (Elohim) y enseñarle, a través
de los preceptos y mandatos encomendados (La Ley), el camino hacia EL.

Por su parte, Yeshúa (Jesús) es "el primogénito de toda la creación" (Colosenses


1:15); es decir: "El Mayor", pero por sobre todas las cosas creadas "visibles e
invisibles", y no solamente la Tierra (Colosenses 1:16).

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PARA FINALIZAR
D-s (Elohim) considera a Israel, como uno de sus bienes más preciados, y el que
se atreve a levantarse contra Abraham y su descendencia, deberá sufrir las
consecuencias de la ira y el juicio del Altísimo (Zacarías 2:8)

Aún para los agnósticos (y/o incrédulos) en cuanto a este tema, encontramos esta
condición de Israel como "hijo primogénito" en el Nuevo Pacto, cuando el Rabí
Saulo de Tarso (Pablo), pleno del conocimiento de Yeshúa como el Mesías
prometido, le escribe a los creyentes en la misma fe, de Roma, diciéndoles:..."al
judío primeramente" (Romanos 2:9-10).

Así también, debe comprenderse, que esta condición de "hijo primogénito" para
Israel, no afecta ni altera, en manera absoluta, los planes divinos de D-s (Elohim)
para con los gentiles. No debe olvidarse nunca que Yeshúa es, y siempre lo será, de
acuerdo a dichos planes: "Luz para revelación a los gentiles, y gloria del Pueblo de
Israel" (Lucas 2:32).

PUEBLO ESCOGIDO

PARA ESTUDIO: Deuteronomio 7 y 8.


LECTURA DEVOCIONAL: Salmo 144.
VERSÍCULO PARA MEMORIZAR: I Pedro 2:9.

PROPÓSITO

 Enumerar algunas características que nos identifican como pueblo escogido de Dios.

INTRODUCCIÓN
    Los israelitas eran el pueblo escogido, especial y santo de Dios, porque Él
había depositado en ellos, aunque no lo merecían, su amor.  Dios cumplió la
promesa que hizo a los patriarcas libertándoles de Egipto; y de la misma manera
iba a seguir mostrándoles esa bondad, siempre y cuando ellos respondieran
amándole (Deuteronomio 7:6-11).  Él pedía un amor práctico, que conlleva a
cumplir sus mandatos (7:1-5).  Como resultado de ese amor continuo, iban a ser
prosperados, protegidos de las enfermedades y serían distinguidos entre todas las
demás naciones (7:12-15).  La idolatría debía ser erradicada para que no cayeran
en la tentación de tomar para sí “cosas abominables” (7:16-26).

    El cristiano no ha recibido el mandato divino que los israelitas recibieron de


Dios al entrar a Canaán de destruir la idolatría; sin embargo, debemos considerar
nuestra participación en la cultura contemporánea y nuestras asociaciones, dado
que puede afectar esa exclusiva devoción que Dios demanda (Romanos 12:1-2;
II Corintios 6:14-7:1).  El pueblo de Dios debe ejercer una influencia positiva a
favor de Dios antes de verse envuelto en el mundo sin Dios, pues es pueblo
escogido es diferente.

A. ERES PUEBLO SANTO (Dt. 7:6-8)


 Pueblo apartado para el servicio de Dios y escogido para llevar a cabo los
propósitos importantes de Dios.

1. ESCOGIDOS
 

1. No por fuerza numérica (hasta la muerte de José eran solamente un


puñado de personas).  El Señor no depende de ejércitos ni de fuerza
humana alguna (Zacarías 4:6).
2. Ni por méritos extraordinarios.  Porque siempre habían seguido una
conducta indigna y desagradable al Señor.
3. Sino por el pacto hecho con sus antepasados (Deuteronomio 8:18).

2. ESCOGIDOS POR DIOS (Dt. 7:6-8)


 

4. Para ser santos (vs. 6a).


5. Para ser suyos (vs. 6b).
6. Para ser humildes (vs. 7).
7. Para ser herederos (vs. 8).

    Estas son las dimensiones de nuestro privilegio; no hicimos mérito alguno
para merecerlo.  Sin embargo, al igual que Pablo (I Timoteo 1:12) nos tuvo por
fieles, habiéndonos escogidos para ser santos, suyos, humildes y herederos.  Nos
llamó con el propósito de “anunciar las virtudes de aquel que nos llamó de las
tinieblas a su luz admirable” (I Pedro 2:9b).

3. TE AMARÁ, TE BENDECIRÁ, TE MULTIPLICARÁ (7:13)

    En el pacto que hizo Dios con Israel, prometió concederles una gran variedad
de bendiciones, mientras ellos permanecieran fieles.  Por consiguiente, aquel
pueblo era realmente feliz como nación.  La promesa sería cumplida, sólo si
ellos permanecían obedeciendo a su Dios.

    Tenían la promesa de una nueva tierra y de un nuevo ambiente: 1.  Fructíferos
en hijos.  2.  Fructíferos en ganado.  3.  Suficientes frutos de la tierra. 
Actualmente, ya quisiéramos estar gozando de ese nuevo ambiente y de esa
nueva tierra.  Hoy rodeados de guerra, enfermedades, carestía, temor, etc., al
igual que toda la creación, gemimos esperando la redención de nuestro cuerpo
(Romanos 8:22-23).

B. QUITARÁ DE TI TODA ENFERMEDAD (7:15)


    Egipto era conocido por sus condiciones insalubres.  Se le describe como
“padre de las peores enfermedades”.  Siempre ha sido terriblemente azotado por
enfermedades.  Informes de escritores modernos dicen que a pesar de tener una
temperatura uniforme y serena, ese país padece algunas dolencias muy malignas,
como: Oftalmias, disenterías, viruelas y diversas plagas.  Podemos ver que al
igual que en el antaño, Egipto sigue siéndonos manifiesto como el sitio que
debemos evitar, y en ningún momento visitar por ninguna cosa (Isaías 31:1).

    El Salmo 91:9-10, dice “porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, al
Altísimo por tu habitación, no te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada”. 
Como consecuencia de haber sido escogidos, viene el disfrute de ser fructíferos,
santos y victoriosos.

C. CONSUMIRÁS A TODOS (7:16)


    Del versículo 16 al 26, trata del poder de Dios dando victoria a su pueblo.  El
mismo Dios que arrancó de las garras de Faraón, arrebatará a Canaán de las
manos de quienes la han contaminado.

     La victoria de Dios se promete muy poderosamente, pero también


estratégicamente.

a. Las avispas les ayudarían (vs. 20).  Algunos creen que estas
avispas se refieren a las invasiones egipcias debilitando la
resistencia de los cananeos.  Sea lo que fuere, se ve manifestado
el poder de Dios.
b. Las fieras serán limitadas (vs. 22).

D. ACUÉRDATE (8:18)
    Alguien dijo que recordar es volver a vivir.  Sin embargo, hay cosas que
debemos olvidar.  El apóstol Pablo dijo: “Olvidando ciertamente lo que queda
atrás” (Filipenses 3:13).  Ahora bien, ¿cuáles serán esas cosas que el apóstol dice
que se debe olvidar?  ¿Olvidará acaso el trato de Dios para con su alma? 
Imposible.  Tenemos la más clara evidencia que el apóstol Pablo siempre
testificó de lo que Dios hizo por él.  ¿A qué se refiere entonces?  Sin duda se
refiere a todas aquellas cosas que no tenían relación con Cristo, las cuales
también debemos olvidar nosotros.  Muchas veces se escuchan testimonios que
dan pena y vergüenza; más bien deberían ser olvidados; incluso, parece que
quien los cuenta, todavía disfruta y se siente orgulloso por las cosas malas que
antes hizo.
    Sin embargo, hay cosas que sí, definitivamente, debemos recordar,
especialmente la obra de Dios en nuestra vida.  Eso, por supuesto, no lo
debemos olvidar por ningún motivo.  Tampoco debemos olvidar lo siguiente:

1. Que somos pueblo santo.  No sólo una idea mental, sino un actuar
como tales.
2. Que somos real sacerdocio.  Y por lo tanto, debemos ejercer ese
oficio de interceder por otros.
3. Que somos linaje escogido.  Debemos hacer manifiesto esa
relación de selección hecha por Dios.
4. Somos pueblo adquirido por Dios.  Debemos valorar el precio
que Cristo pagó por nosotros.

 
    La expresión “acuérdate” es una palabra clave utilizada por Moisés cuando se
dirige a los israelitas.  En este capítulo se utiliza en dos ocasiones (Dt. 8:2 y 18). 
Notemos el uso de esa advertencia:

1. “Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová tu


Dios te sacó” (Dt. 5:15).
2. “Acuérdate bien de lo que hizo Jehová tu Dios con Faraón y con
todo Egipto” (7:18).
3. “Acuérdate, no olvides que has provocado la ira de Jehová tu
Dios en el desierto” (Dt. 9:7).
4. “Acuérdate de lo que hizo Jehová tu Dios a María en el camino,
después que saliste de Egipto” (Dt. 24:9).
5. “Acuérdate de lo que hizo Amalec contigo en el camino, cuando
salías de Egipto” (Dt. 25:17).

    Esta palabra se encuentra relacionada con el aviso de “no olvidarse” que en
este capítulo es utilizada tres veces (8:11, 14, 19).  Se repite a lo largo de
Deuteronomio (4:9, 23, 31; 6:12; 9:7; 24:19; 25:19; 26:13).

    La provisión diaria del maná llegó a convertirse en un hecho corriente.  La


resistencia de sus ropas al no desgastarse, vino a ser algo que no revestía
importancia (8:4-5).  Los israelitas no debían olvidar que ésta era una provisión
sobrenatural.

    Actualmente, la manifestación diaria del sustento, al parecer, ya perdió


significado para muchos.  El dar gracias a Dios por los alimentos no es muy
habitual en algunos hogares, y mucho menos en lugares públicos.  Es tan natural
que parece limitarse a un abrir el refrigerador a un acudir al mercado, o extraer
el dinero del monedero.  No nos asombramos, y muchos meno pensamos que
nada nos hizo falta esta semana que pasó.  Todo es normal, que hasta parece que
Dios no existe.  Por ese motivo esta palabra: “ACUÉRDATE” debe ser clave
para nosotros los cristianos.

    Los israelitas tampoco debían olvidar las experiencias humillantes que
pasaron y que llegaron a constituirse en la disciplina de Dios.  Es bueno recordar
que en cada situación se les presentó una vía de escape, lo cual sin la ayuda de
Jehová hubiera sido imposible.  1.  Fueron esclavos en Egipto.  De allí fueron
liberados con poder.  2.  Padecieron hambre; Dios les dio de comer.  3. 
Sufrieron sed; el Señor les proveyó agua de la roca.

    La historia nos ofrece lecciones importantes.  Recordémoslas y apliquémonos


más.  En tiempos de riqueza y de bienestar, los seres humanos tendemos a
confiar en nosotros mismos.  Tendemos a volvernos independientes, y muchos
hasta se vuelven arrogantes.  Esta actitud la vemos expresada en Dt. 8:17, lo cual
implica olvidar a Dios.

CONCLUSIÓN
    A cada persona Dios le otorga la habilidad para prosperar, ya sea un israelita
de los tiempos del Antiguo Testamento, o un cristiano del Nuevo Testamento. 
Ninguno debe olvidar que es Dios el que provee la capacidad para prosperar. 
Jesús nos enseñó una hermosa actitud de dependencia diaria, cuando nos
instruyó para que oráramos diciendo: “Danos hoy nuestro pan cotidiano”.  Como
cristianos no podemos darnos el lujo de olvidar a Dios, de la misma forma que
tampoco podía hacerlo el israelita en la vida diaria.  Esta actitud viene a
identificarnos que pueblo suyo somos y ovejas de su parado.

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