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Nº 151 Julio 2011 | 72 páginas | DISTRIBUCIÓN GRATUITA

Periódico mensual orientado a la difusión y el desarrollo del psicoanálisis


LETRA VIVA LIBROS | Av. Coronel Díaz 1837 | Ecuador 618 | Buenos Aires | Tel. 4825-9034

Conectados
Entrevista a Edgardo Feinsilber
por Emilia Cueto, pág. 40

Dos señalamientos de Jacques Lacan sobre la

en soledad
función del dinero en psicoanálisis
por Pablo Peusner, pág. 44

La naturaleza del “Je”


por Juan Bautista Ritvo, pág. 46

La desaparición del Dr. Gabriel Castillo Cerna y


la Asociación Psicoanalítica Chilena (1º entrega)
Juan Carlos Volnovich, pág. 3 | Diana Sahovaler Litvinoff, pág. 18
por Silvana Vetó, pág. 48 Amelia H. Imbriano, pág. 22 | Eduardo García Dupont, pág. 26
Comentario a Inconsciente, sentido y forclusión, Mario Betteo Barberis, pág. 30 | Martín Smud, pág. 34
de Daniel Paola
por Brigitte Bataille, pág. 49

Descenso
por Mario Pujó, pág. 52

Vestidos de mujer
por Teresa Traynor, pág. 54

Formas de autismo (Primera parte)


por Osvaldo Meira, pág. 58

Comentario a El superyó: la elaboración freudiana,


de Omar Mosquera
Por Juan Pablo De Arriba, pág. 60

Acerca de una Emet del texto “Transmisión y


Talmud”: el Lacan judío [XXIII]
por Silvia Nora Lef, pág. 64

DOSSIER MARTIN HEIDEGGER René Magritte

La fulguración del instante.


La experiencia poética de lo sagrado
por Lucas Soares, pág. 65

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STAFF Y PRODUCCIÓN Conectados en soledad

Presentación
Director - Propietario:
Raimundo A. Salgado
Director ejecutivo: Leandro Salgado

P
Coord. de contenidos: Alberto Santiere
Coord. de contenidos Web: Eugenia Etcheverry edro Páramo fue escrito por Juan Rul- lo que amarra al gadjet es… ¡que no se lo
Publicidad: Mariana Coto fo en 1955. Las primeras y contun- suelta! Neo dialéctica hegeliana… ¿quién
Diseños de publicidad: Cecilia Zugasti dentes palabras “Vine a Comala por- tiene a quién?
Colaboración: Leonardo Bacarin que me dijeron que acá vivía mi padre, un Empero al tener para ser se le ha ado-
Corrección: Patricia Yohai tal Pedro Páramo”, concentran la búsque- sado el “estar”, el “conectarse”,… y tam-
da de un encuentro, entre lo desierto (“pá- bién el crear. Tantos juegan a ser prota-
Imago Agenda N° 151 ramo”), los silencios, vacíos y soledades. gonistas. Se multiplica lo vacuo, prolife-
Julio 2011. Segunda época. Año XXX. Las novelas atrapantes sugieren la fuerza ran impostados personajes… mas algo del
de aquello que se amasa lentamente como deseo estalla tocando al prójimo, movili-
Periódico gratuito orientado a la difusión
y el desarrollo del psicoanálisis.
un destino. Hablan de un transcurrir en el zando, diciendo “¡aquí estoy!”.
tiempo. Hoy las computadoras tienden a La tendencia a elidir vacíos encadena-
Tirada: 12.000 ejemplares. anular el “tiempo de comprender”. La in- dos al brillo suele fracasar hasta con un
mediatez y el vértigo, reescribirían la cita- millón de amigos. Marca bordes para la
Imago Agenda es una publicación de
da obra mexicana relatando la exploración subjetividad mediática que viene adictiva-
Letra Viva, librería-editorial en Facebook. Sin despegarse de la silla el mente pidiendo pista. Pero como el amor
especializada en psicoanálisis desde 1967 protagonista surcaría distancias kilométri- –que desde su “virtualidad” arma un mun-
cas en un click y cerrar de ojos. do–, las uniones de muchedumbres tec-
Av. Coronel Díaz 1837  |  Ecuador 618
Aquella prolongación de la mano de- nificadas –aunque efímeras– suelen des-
Ciudad de Buenos Aires, Argentina.
Tel/Fax: (54-11) 4825-9034. nominada celular en interfaz elocuente pertar de la inacción solitaria. La posibi-
con el ojo –al cual copta mediante míni- lidad de des-pegarse del Otro es territo-
E-mail: letraviva@elsigma.com
Web: www.letraviva.elsigma.com
mos sonidos–, adquiere los nombres que rio freudiano, ergo la soledad no es sinó-
el mercado ordena… Ejemplo: un dispo- nimo de enfermedad, ni tampoco hacer
Impreso en Talleres Gráficos “Planeta Offset”,
sitivo rutilante que subió al podio alude red, mas lo enredado del sujeto alienado
Saavedra 565, Buenos Aires, Argentina. –en su significación más difundida– a la suele emerger.
corta cadena muñida de pesada e irre- Contradicciones de lo subjetivo ¿qué
Inscripta en el Registro de Propiedad gular bola –simil berry– que desalenta- no apagará la tecnología? Quién suscri-
Intelectual bajo el N° 421.249. ba todo movimiento libre en cada escla- be, una vez más, “está en” la PC.
Impreso en Argentina. vo –genéricamente black–. Actualmente Alberto Santiere
I.S.S.N.: 1515-3398.
Las reseñas que acompañan las publicacio-
Conectados en soledad
nes aquí destacadas fueron extractadas de
las mismas con el fin de brindar un mejor co-
nocimiento del material propuesto y facilitar
su difusión. Declinamos, en consecuencia,
Conectados ¿en soledad?
toda responsabilidad sobre las opiniones existencia de múltiples universos sim-
vertidas. De la misma manera, el contenido Escribe bólicos. Tal vez no podamos aludir a
de artículos, dossiers y publicidades es res- una adolescencia cuya ética y estética
ponsabilidad exclusiva de los respectivos Juan Carlos Volnovich subordine a las demás, pero eso no tie-
autores, compiladores y/o anunciantes. jcvolnovich@gmail.com ne por qué autorizarnos a hacer caso
omiso acerca de una cultura dominan-
Suscríbase a te, aunque esa cultura sea la de la par-

E
s muy probable que el operativo de cialidad y la fragmentación.
Imago Agenda instalar en el imaginario social la Porque el caso es que nos ha tocado vi-
figura de adolescentes aislados, se- vir un período trascendente en la historia
miautistas, encapsulados, no sea una ac- de la humanidad; momento en que las in-
y reciba todo el año ción tan neutra ni tan inocente como pu- novaciones tecnológicas están impactan-
diera creerse. Esos jóvenes, “nuestros jóve- do en la familia, en el sistema educativo,
su ejemplar nes”, esos a quienes les espera una tempo- en la vida misma, como nunca antes ha-
ralidad sin futuro y una desafiliación mar- bía sucedido. O, al menos, como desde la
en la comodidad cada por la exclusión del trabajo y la falta invención de la imprenta, desde Gutem-
de inscripción en formas estables de socia- berg, no había sucedido. Y la cuestión no
de su hogar bilidad, tienen muy mala prensa y son ob- se clausura ahí. Quiero decir: antes que
jeto de una verdadera campaña difamato- asistir a la incorporación de novedades
o su consultorio. ria por parte de los medios de comunica- tecnológicas estamos atravesando signifi-
ción de masas a la que contribuyen, mu- cativos cambios culturales. Hemos pasado
Más información chas veces, los “expertos” cuando regis- de una cultura letrada –libro, papel y lá-
tran como conductas desviantes lo que piz–, a una cultura de la imagen que, a su
telefónicamente al en realidad son producciones novedosas. vez, rápidamente, le dejo lugar a la cyber-
4825-9034 Tal vez es un exceso referirnos a quienes cultura.1 Entonces, de lo que aquí se trata
transitan la adolescencia como una totali- es de la cybercultura y de los sujetos que
dad; antes bien, deberíamos reconocer la la protagonizan: nosotros, los “inmigran-
Tapa y contenido: © Letra Viva, Librería y Editorial, 2011.

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tes digitales”, “expertos” en adolescentes que aún no hemos desarrollado los instrumentos
teóricos ni las herramientas epistemológicas con las que podamos teorizar acerca de los pro-
cesos y las operaciones lógicas desplegadas por los “nativos digitales”.2
Porque ocurre que hoy en día, los adolescentes se definen más como usuarios y como au-
tores que como aprendices. Se caracterizan más por las operaciones que pueden llegar a ha-
cer con el flujo de información que reciben, que por el sentido que les encuentran a los tex-
tos que se le ofrecen. De modo tal que, transformados en autores, las pibas y los pibes no in-
terpretan textos, no leen ni descifran, no incorporan algo que en el futuro puede llegar a ser-
virles; solo operan, generan estrategias operativas –muchas veces extremadamente barrocas
y complejas– para que la marea de información se le vuelva habitable.
Con el éxito editorial de Harry Potter, ante la avalancha de best-sellers para niños, con la
familiaridad del chat y de los mensajes de texto por los celulares, con la popularidad de Fa-
cebook o de Twitter, quienes pensaban que la lectoescritura estaba agotada y había cumpli-
do su ciclo en la historia de la humanidad, volvieron a respirar. Claro está que el nuevo gé-
nero literario de mensajes usados por los pibes rápidamente transformó los suspiros de ali-
vio en gritos espantados ante la perversión de la lengua, pero aún así, es inevitable aceptar
que, al menos, leen y producen textos. Escriben y… leen. Pasan el día, y muchas veces las
noches, leyendo y escribiendo.
Pero la lectura de los usuarios-autores nada tiene que ver con la lectura de los alumnos. En
los alumnos la lectura tiene una ventaja jerárquica por sobre otros estímulos informaciona-
les. En los alumnos la lectura deja marcas que perduran y que reaparecen, investidas, resig-
nificadas o expulsadas a lo largo de la vida del sujeto. En cambio, para los usuarios, leer es
una acción destinada a producir imágenes. Es apenas un medio para un fin, una más entre
las múltiples operaciones de recepción del hipertexto que junto a las películas, los sitios de
Internet, los afiches, los juegos de cartas, los disfraces, contribuyen a la producción de imá-
genes propias que son usadas para competir con la abrumación de imágenes aceleradas, es-
tímulos publicitarios que los bombardean y amenazan saturarlos. Así, las pibas y los pibes de
la cybercultura transitan como esquiadores sobre el agua. Se desplazan a toda velocidad in-
tentando, con las imágenes propias que no sólo pero también, les brinda la lectura, reducir
la aceleración. Si se detienen, colapsan agobiados: el aburrimiento se apodera de ellos.
Porque los “nativos digitales” aman la velocidad cuando de lidiar con la información se tra-
ta. Les encanta hacer varias cosas al mismo tiempo, y casi todos ellos son multitasking y en
muchos casos multimedia. Viven hiperconectados. Pueden oír la radio al tiempo que estu-
dian en un libro la lección de historia con la tele prendida, jugando a la play, hablando por el
celular, chateando con medio mundo y comiendo pizza. Prefieren el universo gráfico al tex-
tual. Eligen el acceso aleatorio e hipertextual en lugar de la narrativa lineal. Funcionan mejor
cuando operan en red y, lo que más aprecian, es la gratificación constante y las recompensas
permanentes que, por lo general, los incitan a desafíos de creciente complejidad. Pero, por
sobre todo, prefieren jugar antes que estudiar. Su alimento verdadero son las golosinas digi-
tales y no los alimentos convencionales. Pueden hackear la computadora más sofisticada por
la noche y, por la mañana, reprobar el examen más sencillo de matemáticas.
Vaya como ejemplo de lo que acabo de afirmar: en un trabajo serio y riguroso, Kurt Squi-
re y Henry Jenkins3 encuestaron a 650 alumnos del MIT (Instituto de Tecnología de Mas-
sachussets) y encontraron que el 88% de ellos habían jugado a los videogames antes de los
10 años, y más de 75% lo seguía haciendo. Entre nosotros, el campeón nacional de Counter
Strike –hasta hace poco tiempo atrás uno de los juegos más populares– es uno de los mejo-
res alumnos del Colegio Nacional de Buenos Aires. Estos datos contradicen plenamente las
tesis vulgares que pretenden encontrar una incompatibilidad entre el desarrollo de la inteli-
gencia, la incorporación de conocimientos y los videojuegos.
Por eso la cuestión de los videojuegos tiene poco y casi nada que ver con discusiones acer-
ca de la corrupción cultural o de la adicción electrónica –aunque muchos psicoanalistas en-
vejecidos prematuramente así lo vendan– sino con un profundo cuestionamiento político de
la concepción tradicional y actual de qué es aprender y de cómo se aprende, y de qué tipo
de ciudadano formar, para qué tipo de mundo, –muy diferentes seguramente del que mu-
chos colegas tradicionalistas tienen en su cabeza–.
Entonces, la elección es clara: o los “inmigrantes digitales” nos decidimos a despojarnos
de nuestros prejuicios o los “nativos digitales” nos dejarán a nosotros conectados en soledad.
Porque lo que aquí está en juego es un cambio cultural. Ya no se trata de reformatear viejos
hábitos de pensamiento y contenidos actualizándolos, traduciéndolos al código de las imá-
genes y del lenguaje multimedia, sino de algo mucho más complejo y sutil. A saber: recono-
Librería psicoanalítica cer y recordar que forma y contenido están inextricablemente unidos y que si bien el buen
sentido y los talentos tradicionales no están en cuestión, lo que sí está en cuestión es que las
desde 1967 operaciones lógicas no pueden plantearse en contraposición a la aceleración, al paralelismo,
Av. Coronel Díaz 1837, Buenos Aires. a la aleatoriedad y a la atribución diversificada del sentido.
Tel. 4825-9034 letraviva@elsigma.com El problema, entonces, no es la “soledad”. El problema reside en el Otro. Más, aun: el pro-
blema reside en que la nuestra tiende a ser una cultura sin Otro. Al menos, (Cont. en pág. 16)

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Psicoanálisis vincular

Cuatro familias, veinte terapéutas. Clínica vincular psicoanalítica


Grupo de familias de la A.A.P.P.G., Letra Viva, 2011, 238 pág. / $62.-
Éste es un libro de clínica “Este es un texto escrito les como lo son los agrupa-
familiar, centrado en cuatro pensado en conexión, a va- mientos múltiples y variados, Asistencia
casos clínicos que, analizados rias manos, entre las de vein- el material, los comentarios, Supervisión
profundamente, permiten des- te terapeutas de familia, con las sugerencias. El orden de
plegar la teoría psicoanalítica la herramienta conceptual de lo que vivieron se sumerge en
vincular. lo vincular. Efectivamente es el orden variable de lo que es- Lic. Juan Carlos Toth
El lector que desee acercarse una experiencia inédita, la de cribieron”. Psicoanalista
por primera vez al Psicoanálisis autores que se van haciendo Fragmentos del prólogo de
de las Configuraciones Vincu- tales a medida que escriben, Isidoro Berenstein Tel. 4775-8038
lares encontrará en Cuatro Fa- aquellos hacen un libro y al Cel. 15-5906-3320
milias, Veinte Terapeutas, una hacerlo se hacen autores y se e-mail: imaginatoth@hotmail.com
muestra diversa de las princi- van modificando a medida
pales teorizaciones vinculares que transita el texto…
y su puesta en práctica en la […] ¿Interesa saber el or-
clínica de familias. Quienes ya den en que está escrito un li-
están interiorizados en el Psi- bro? A veces lo primero se es-
coanálisis Vincular podrán en- cribe al final, a veces se escri-
contrar en este libro nuevas be al promediarlo. Estos auto-
propuestas teóricas y discusio- res devienen, no sólo vienen…
nes clínicas que ponen en jue- y van. La especificidad surge
go la multiplicidad de miradas de lo que se llamará la situa-
que hace al psicoanálisis de los ción y las individualidades se-
vínculos tan valioso. rán parte de esa situación, ta-

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Ensayo psicoanalítico Referentes del psicoanálisis

El saber de la herejía Sándor Ferenczi y el psicoanálisis


Daniel Mutchinick, Letra Viva, 2011, 224 pág. / $ 58.- del Siglo XXI
Herejía de la buena ma- de los analistas no pue- Pedro Boschán (comp.) Letra Viva, 2011, 408 pág. / $ 130.-
nera. Con este sintag- den inventar ir más allá
ma, Lacan inventa cómo de instaurar un padre re- La historia y los apor- no son un monumento
cuestionar la religión sin ferente. tes de Sándor Ferenczi, que conmemora el va-
crear otra. Es decir, elegir Síntoma que desarro- discípulo dilecto e in- lioso trabajo de Feren-
la vía por dónde tomar la lla las resistencias con las terlocutor privilegia- czi; es la demostración
verdad pero –aquí el res- que la cultura se libra del do de Freud, constitu- de su vigencia actual
guardo–, ponerla a con- psicoanálisis. yen un aporte trascen- y su fertilidad no sólo
sideración de quien quie- ¿Qué práctica ana- dente a nuestro pen- en cuanto al conteni-
ra confirmarla. Y con esta inven- lítica nos espera con la subsis- samiento psicoanalíti- do de su pensamien-
ción, trabajar para reconocer la tencia de este detenimiento dis- co actual. to, sino a la actitud de
naturaleza del síntoma. cursivo? Los trabajos que aquí una búsqueda perma-
Empleémoslo entonces, para La interpretación no se produ- se publican son los aportes de nente. Ello ha generado nue-
interrogar el dogmatismo que ce sin esperanzas. Estas páginas un destacado grupo internacio- vas ideas que sin duda contri-
se ha instalado en gran parte del aspiran estar al servicio de seña- nal de especialistas, quienes es- buyen a complejizar y enrique-
psicoanálisis lacaniano por nues- lar y diluir este síntoma y poner tudian, se nutren y a la vez reali- cer nuestra manera de entender
tras tierras, y no sólo. en cuestión el augurio de Lacan zan aportaciones novedosas ins- esta “tarea imposible” en la que
Síntoma del que leemos al- respecto del triunfo de la religión piradas en una línea de pensar estamos comprometidos.
gunos rasgos en la prevalencia sobre el psicoanálisis. el Psicoanálisis de tanta vigencia Los trabajos que se presentan
del discurso universitario, en Porque hay que decirlo, por para nuestro contexto de hoy. responden a este desafío, son
el entendimiento de la riguro- más que los psicoanalistas hace- Estos trabajos, presentados en producto del pensamiento psi-
sidad teórica como repetición, mos esfuerzos en reducir sus al- la 7ª Conferencia Internacional coanalítico de Latinoamérica,
en la presentación de la clíni- cances, el discurso psicoanalítico Sándor Ferenczi, que tuvimos el Europa y Norteamérica, reve-
ca para confirmar la teoría, y en por su estructura, sabe hacer in- privilegio de organizar en Bue- lando el interés por estas ideas
las asociaciones analíticas, don- teligencia cómo ningún otro. nos Aires en Octubre del 2009, en todo el mundo.

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en Episteme

“TIEMPO DE VIVIR”
(2005, FRANCIA)
Una película dirigida por François Ozon
y protagonizada por Melvil Poupaud
y Jeanne Moreau, entre otros.

SÁBADO 30 DE JULIO, 20 hs.

en Episteme

Coordinado por ARIEL DYZENCHAUZ


Informes e inscripción:
cafepsicoanalitico.blogspot.com
cafepsicoanalitico@gmail.com

Informes e inscripción: Sánchez de Bustamante 624, Ciudad de Buenos Aires


Tel.: 4862-1119 4862-9316
info@centroepisteme.com.ar / www.centroepisteme.com.ar
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Niñez

Una nueva epidemia de nombres impropios


El DSM-V invade la infancia en la clínica y las aulas
Juan Vasen, Novedades Educativas, 2011, 232 pág./ $ 75.-
Una nueva epidemia de nombres im- A la constitución de entidades bio-
propios ha estallado hace un tiempo en genéticas como condición de enferme-
la clínica y en las aulas. La inminente dad, este libro contrapone un enfoque
aparición del DSM-V amenaza expan- que permite una aproximación al pade-
dirla a niveles inéditos a partir de la cer como situación que no puede desen-
adopción de un supuestamente nuevo tenderse de la época, ni del cristal con
paradigma dimensional que flexibiliza que se mira, y que propone un aborda-
las diferencias entre lo que se conside- je que produzca subjetividad y que no
ra normal y la patología, ampliando de sólo embotelle a los niños en rótulos in-
esta manera la “base” de niños pasibles movilizantes.
de etiquetas inadecuadas y medicación
psicofarmacológica indicada con dudo-
so criterio.
El autor reconstruye con ojo crítico
los nombres propuestos que medicali-
zan y patologizan. Ni el ADD es un “dé-
ficit” de atención, ni la “bipolaridad” es
tal en niños, ni el autismo es tan sólo
un “trastorno generalizado del desarro-
llo”, ni el Síndrome de Asperger debe-
Librería psicoanalítica desde 1967 ría considerarse parte del “espectro au-
tista”, ni los trastornos de ansiedad de-
Av. Coronel Díaz 1837 / Ecuador 618 / Buenos Aires.
Tel. 4825-9034 letraviva@elsigma.com
bieran hacer olvidar a las neurosis, en-
tre otros nombres.

Centro de Investigaciones para la Salud Mental

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Filosofía

Salvo el nombre
Jacques Derrida, Amorrortu 2011, 96 pág./ $ 44,50
En Salvo el nombre se trata nada puede ni se debe nombrar, defi-
menos que de la salvación. Dos nir o conocer, ante todo porque lo
interlocutores conversan acerca que entonces se sobrenombra se
de lo que gira alrededor del nom- sustrae, sin mantenerse en ello,
bre, singularmente del nombre de más allá del ser. ¿Qué es un So-
«nombre», del nombre de Dios, y breNombre, lo que vale más que
de lo que éste deviene en lo que el nombre, pero también lo que
se llama «teología negativa», don- ocupa el lugar del nombre? ¿Y se
de el SobreNombre nombra lo in- da alguna vez para la salvación
nombrable, es decir, a la vez, lo que no se del nombre por fin Salvo?

Narrativa psicoanalítica

Todos fracasos
Experiencias terapéuticas. Para psicólogos, pacientes e impacientes
Horacio Serebrinsky, Psicolibros 2011, 148 pág. / $ 70, -
“No soy un amante de la ocupe, no da muchos datos
conversación, del tener que como para que lo ubiquen; re-
decirse cosas por más fuertes lájese y no llame a su abogado.
que sean. No hay dudas de que Si es para los amigos, creo que
es liberador para el humano y se garantizó una gran venta,
que, temo admitirlo, hace cre- porque muchos están presen-
cer las relaciones. Pero al leer tes y sé que se encargó de cose-
cada página que precede a este char muchísimos en su derro-
prólogo, me hace sentir un tero por la vida. Si el que com-
poco deseoso de ser parte de lo pró el libro –o se lo regalaron–
que se cuenta. Y ahí encuentro es psicólogo –o algo parecido–,
a alguien que siempre vivió, como dirá se verá representado en muchas histo-
el al comienzo, relatando cuentos. Con- rias, y hasta coincidirá que el sentido
tando y siendo parte de historias. Algu- común muchas veces es mejor que lo
nas graciosas, como al llegar a demos- aprendido en los libros. Hasta incluso
trar que Alma y Culo pueden llegar a una buena patada dada a tiempo. Pero
ser lo mismo y otras un poco más tris- estoy seguro que todos, incluyéndome,
te como ser de Racing (necesitaba de- encontrarán a un buen tipo, inquieto
cirlo). Toda frase describe un mundo y curioso que encontró, supongo que
Librería psicoanalítica desde 1967 cálido, en donde el afecto está presen- con mucho trabajo, ver y vivir involu-
te. Incluso el fútbol es mirado desde la crándose con sentimientos verdaderos
pasión, la profesión y la relación con la y que en una pequeña parte están vol-
Av. Coronel Díaz 1837 / Ecuador 618 / Buenos Aires.
Tel. 4825-9034 / 4963-1985 gente. No sé para quién pensó este li- cados en cada relato.”
bro. Si es para los pacientes, no se pre- Fragmentos del prólogo

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Psicosomática

El psicoanalisis y la piel
Jorge Ulnik, Paidós 2011, 296 pág. / $ 99, -
El psicoanálisis y la piel no es pone en juego la interacción madre, la piel como envoltura
un libro más sobre las relaciones entre una mirada aguda y y como soporte, como coraza
del cuerpo y el inconsciente. una escucha específica que en forma de ‘segunda piel’,
Su aporte teórico abarca iluminan los temas y las ideas como demarcación de la
un entramado de aspectos que se desarrollan en el libro. individualidad, como lugar
relevantes para todos aquellos Cada caso es tomado como una de inscripción de memorias
interesados en el tema. Su historia única e individual y no no verbales, como envoltura
revisión de los autores que han como ejemplificación vana de tóxica”.
tratado los múltiples aspectos una teoría preexistente, dándole
de esta compleja relación, a este material una importancia
comenzando por el propio especial en la construcción de
Freud y extendiéndose hacia las hipótesis del autor. Como
las manifestaciones en el campo bien señala Gerardo Gutiérrez
del arte, hacen de esta obra en su prólogo, se trata de “la
una referencia ineludible. piel como fuente, la piel como
La vasta y enriquecedora objeto, la piel como protección
experiencia clínica del autor y como entrada, como contacto
permite una presentación de y como contagio, la piel ‘para
casos y pacientes en la que se dos’ en la relación con la

Ensayo

Sujeto, masa, comunidad


La razón conjetural y la economía del resto
Juan Ritvo, Mar Por Medio, 173 pág./45, -
Si la masa tranquiliza… es porque de sus prejuicios, sus valores y sus as-
las identificaciones recíprocas deri- piraciones. Desde el punto de vista de
van, desde luego, de un factor exóge- la masa, cada cual(en tanto no sea di-
no, pero también porque lo que cada rigente) es intercambiable con cada
cual compromete en esta operación de cual, aunque singularmente cada uno
pertenencia es lo puramente genérico, mantenga relaciones extremadamente
es decir, intercambiable: los miembros particulares con su líder, que pueden
de la masa son intercam- ir desde la aceptación un tanto irónica
biables en la generalidad del mando, al sacrificio de sí.

Infancia

Figuras de lo infantil
Leandro de Lajonquiere, Nueva Visión, 288 pág./ $ 75,50
Estanislao Antelo, prolo- nalítica. En lugar de cultivar
guista de la obra, resume los “aplicaciones”, como si fue-
hallazgos de De Lajonquière ran inyecciones, quizás sea
del siguiente modo: más útil expandir las fronte-
• Para De Lajonquiére la ras y concentrarse en la “edu-
infancia es cosa de adultos, cación primordial”.
especie de saludable inven- • La hermenéutica psico-
ción. Por otro lado, no existe socio-lógica vive de lo que
nada parecido a la desapari- dice querer solucionar. Pero
ción de la infancia, aunque existen otros caminos para
sí existe la renuncia adulta quien se aburre con los soli-
a intervenir en la educación loquios. El psicoanálisis po-
de los niños. dría trabajar con la pedagogía para
• El psicoanálisis aplicado a la edu- darle lugar en la teoría a aquellos ras-
cación puede virar fácilmente en orto- gos de la personalidad de los ense-
pedia o en profilaxis. Tampoco existe ñantes que atrapan a los destinata-
algo parecido a una pedagogía psicoa- rios. […]

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Fundación
espacio redes
atención integral en salud mental,
niñez, adolescencia y familia
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Hemeroteca
Psicoanalisis y el Hospital / Nº 39 El niño / Nº 12
Centro interdisciplinario de Estudios sobre el Niño.
“Fragilidad del lazo social” Publicación del Instituto del Campo Freudiano
Veintinueve trabajos ordena- alimentarias, autismo, tran- Encontramos en las experien- fundamentalmente, internos:
dos en dos apartados. Época y sexualidad… Un borde marca cias muchos adultos que traba- sus propios miedos, sus temo-
subjetividad: si una época nom- el límite entre el adentro y el jan en pos de proteger y alentar res a lo que vivencian como ex-
bra el modo en que determina- afuera del discurso. esa particularidad de cada su- ceso o como pérdida. Y, enton-
do momento histórico inscribe jeto como único. Padres, profe- ces, atreverse a elegir. Cada su-
el malestar en la civilizacion, la sionales, artistas, creativos, los jeto es en ello extra-ordinario,
subjetividad de esa época des- convocan a su capacidad lúdi- artista, in-comparable (…)
pliega los recursos que la civi- ca, invocando su posibilidad de
lizacion ofrece al sujeto para imaginar, de crear ficciones, de
suturar su división constituti- jugar –tal como Freud plasmó
va. Bordes del discurso: niños en un bello artículo donde ha-
“díscolos”, educandos aburri- blaba del poeta y su actividad de
dos, “chicos de la calle”, “peli- fantasear–. Entienden que por
grosos para sí o para terceros”, esa vía el niño, el adolescente,
aislamiento, toxicomanía, ac- pueden encontrar el medio de
tuación, violencia, patologías afrontar los peligros externos y,

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(Viene de pág. 4) sin un Otro simbólico ante quien el sujeto pue- Se impone, entonces, una nueva manera de posicionarnos
da dirigir una demanda, hacer una pregunta o presentar una frente a quienes vienen a confrontarnos con nuestros fracasos
queja. La nuestra tiende a ser una cultura colmada por Otros y con el fracaso de una cultura que hizo de la ciencia, virtud,
vacíos4. No hay un Otro en la cultura actual y todavía está por y gloria, del progreso. Los “nativos digitales”. Aquellos a quie-
verse si el Mercado reúne las condiciones de dios único, capaz nes Alessandro Baricco10 llamó los “Bárbaros”. En realidad, esos
de postularse para ocupar el lugar vacante que el Otro tuvo en “nativos digitales”, esas pibas y esos pibes desconfían de la in-
la modernidad5. Más bien parecería que los nuevos tipos de do- formación que queremos transmitirles; si son poco receptivos
minación remiten a una “tiranía sin tirano”6 donde triunfa el le- es porque sospechan que ese saber y ese sistema axiomático
vantamiento de las prohibiciones para dar paso a la pura impe- que les ofrecemos no es ajeno a la catástrofe que les toca vivir.
tuosidad de los apetitos. El capitalismo ha descubierto –y está Y, lo que no les perdonamos es que, con su irreverencia, nos
imponiendo– una manera barata y eficaz de asegurar su expan- hagan saber que nuestra gloria de burgueses cultos y civiliza-
sión. Ya no intenta controlar, someter, sujetar, reprimir, amena- dos generó, permitió –o, al menos, no logró impedir– las peo-
zar a los adolescentes para que obedezcan a las instituciones do- res calamidades que sufrió la humanidad (desde Auschwitz a
minantes. Ahora, simplemente destruye, disuelve las institucio- Hiroshima; desde la ESMA al consenso que toleró la instala-
nes de modo tal que las pibas y los pibes quedan sueltos, caen ción del neoliberalismo entre nosotros, por mencionar sólo al-
blandos, precarios, móviles, livianos, bien dispuestos para ser gunos); gloria de burgueses que produjo una generación su-
arrastrados por la catarata del Mercado, por los flujos comer- frida, castigada y maltratada a la que sólo le queda refugiarse
ciales; listos para circular a toda prisa, para ser consumidos a allí: en la oscuridad de un cyber, en la precariedad de un es-
toda prisa y, más aún, para ser descartados de prisa7. La cultu- tigma (un tatuaje, un piercing, una cicatriz), la precariedad de
ra actual produce sujetos flotantes, libres de toda atadura sim- un estigma elevado a emblema.
bólica: “colgados”8 Así, en contraste con los jóvenes de generaciones anteriores, la
Si como afirmaba antes la nuestra tiende a ser una cultura col- actual es la primera generación que, para lograr su independen-
mada por Otros vacíos, no es difícil aceptar que hay varias ado- cia, cuenta con la dependencia de las nuevas tecnologías. Jeroen
lescencias, que no existe una adolescencia –o, al menos, que no Boschma11 e Inez Groen han impuesto la categoría de Generación
existe una adolescencia hegemónica– y que todo se reduce a la Einstein para aludir a quienes nacieron a partir de 1988. Estos au-
singularidad de cada una y cada uno de los adolescentes.9 tores esgrimen sobrados argumentos para fundamentar el respeto
Ocurre, sin embargo, que el vértigo, la velocidad con la que y la admiración que les despiertan los jóvenes contemporáneos:
se instaló la cybercultura produjo cambios significativos en las pibes que conocen como nadie las reglas del marketing, que leen
subjetividades de lo que hasta ahora habíamos conocido como la prensa como periodistas, que miran películas como semiólo-
cultura “textual” o cultura “letrada”, y esos cambios no han sido gos, que analizan anuncios como verdaderos publicistas, que si-
acompañados con la misma agilidad por desarrollos ni de la pe- guen sin dificultad alguna la complejidad de Dr. House y de Lost.
dagogía ni del psicoanálisis. Más bien parecería ser que las nue- Son jóvenes que se despliegan en un universo simbólico donde
vas tecnologías, y las innovaciones culturales, han reforzado los sus padres y los adultos que los rodean –“inmigrantes digitales” –
dispositivos más convencionales, las respuestas más reacciona- no entran más que para balbucear torpemente. Más rápidos, más
rias, desplazando los problemas referidos al sujeto psíquico des- inteligentes, más sociables, se mueven como pez en el agua en el
de el campo del psicoanálisis al campo ampliado de la medicina. cyberespacio sin pedir permiso a los mayores.
Ubicando –reubicando– al sujeto ahora en calidad de cerebro, _______________
dentro de la neurología o, en el mejor de los casos, dentro del 1. Piscitelli, Alejandro: Nativos Digitales: Dieta cognitiva, Inteligencia colec-
cognitivismo. Y la nosología psicoanalítica clásica se profundizó tiva y Arquitectura de participación. Aula XXI.
2. Desde varias fuentes han surgido convincentes críticas al uso de los tér-
y se expandió ofreciendo viejos odres para vinos nuevos. minos “inmigrantes” y “nativos”. Aun así, tienen una fuerza conceptual
En nuestro país, la masa crítica del psicoanálisis que supo to- que no habría que despreciar.
mar el trauma individual y social de los años de plomo como 3. Squire, Kurt; Jenkins Henry: Harnessing the power of games in education
desafío para promover una producción original, innovadora y en http://website.education.wisc.edu/kdsquire/manuscripts/insight.pdf
fundante a nivel mundial, quedó tributaria de una posición si 04/07/011
no conservadora al menos poco fecunda y retardataria cuando 4. Dufour, Dany-Robert: “El carácter incompleto del Otro” En: El arte de re-
ducir cabezas. Sobre la servidumbre del hombre liberado en la era del ca-
se vio obligada a tomar posición frente a los cambios culturales pitalismo global. Paidós. Buenos Aires. 2007.
que las nuevas tecnologías impusieron. Las computadoras, las 5. Dufour, Dany-Robert: “¿El Mercado será el nuevo gran Sujeto?” En: El
diversas consolas para videojuegos, los celulares, se colaron en arte de reducir cabezas. Sobre la servidumbre del hombre liberado en la
las sesiones a disgusto de los analistas que las registraron más era del capitalismo global. Paidós. Buenos Aires. 2007.
como molestia que como significantes de una cadena a interpre- 6. Arendt, Hanna: Du mensonge a la violence. Calman Levy. París.1972.
7. Virilio, Paul: La inseguridad del territorio. Asunto Impreso. Buenos Aires.
tar; más como evidencia resistencial que como material trans-
2000.
ferencial. Y los analistas de adolescentes acostumbrados a na- 8. Si mi afirmación tuviera algo de verdad, si no hay Otro en la cultura ac-
vegar por el discurso de los pibes a bordo de una estructura ba- tual, el desafío que se abre a las puertas del análisis, adquiere un valor de-
sada en la narrativa de la representación, tendieron a clausu- finitivo porque lo que se juega allí es, justamente, la posibilidad de sostener
rar la cuestión con recursos psicológicos, semióticos y lingüísti- un espacio de resistencia al desmantelamiento simbólico; una invitación a
cos convencionales como si nada nuevo hubiera en los videojue- resistir el arrasamiento subjetivo; la propuesta a darse un tiempo –todo el
tiempo necesario–, a pagar un precio –casi siempre alto aunque la gratui-
gos. Por ejemplo; se conformaron con someterlos a los instru- dad del servicio hospitalario a veces tienda a disimularlo– para tomar dis-
mentos que fueron eficaces para los juegos que le precedieron tancia del vértigo indetenible de los flujos consumistas; paradójicamente,
haciendo caso omiso a su potencia interactiva, aplanando jus- a consumir psicoanálisis para poner distancia respecto de los imperativos
tamente aquello que los videojuegos aportan como novedoso. que los pretenden productivos, eficaces, exitosos, acríticos y líquidos.
Los analistas de adolescentes –“inmigrantes digitales”– queda- 9. Dufour, Dany-Robert: “El carácter incompleto del Otro”. En: El arte de
ron prisioneros de los conceptos de representación que les im- reducir cabezas. Sobre la servidumbre del hombre liberado en la era del
capitalismo global. Paidós. Buenos Aires. 2007.
pidió acceder a la potencia teórica de la simulación; aquella a 10. Baricco, Alessandro: Los bárbaros. Ensayos sobre la mutación. Anaga-
la que hace ya muchos años apelaba Gianfranco Bettetini cuan- ma. Barcelona. 2006.
do propuso el “(Por un) establecimiento semio-pragmático del 11. Boschma, Jeroen: Generación Einstein. Publicado en Holanda fue pre-
concepto de simulación”. miado como el mejor libro europeo del 2006.

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Conectados en soledad

Internet: refugio o escenario


considera excesiva y peligrosa, y frente a la cual se siente pe-
Escribe queño e insuficiente.
Un sujeto altamente informado e instrumentado ante una rea-
Diana Sahovaler Litvinoff lidad aplastante, sin figuras de autoridad confiables, un ideal
dianalitvinoff@fibertel.com.ar que abandona dejándolo librado al goce, es invadido enton-
ces por el pánico cuando debe hacerse cargo de su deseo y su

“N
o te quedes con las ganas de nada”, dice el comer- destino. La subjetividad se defiende oponiendo un yo que so-
cial de un producto de primera marca resumiendo lamente puede realizar estos ideales a través de “tomar presta-
la ideología de la época. La oferta de goces y obje- das” identidades virtuales; se oculta entonces tras los objetos,
tos aparece como solución a la falta de respuestas frente al sen- intenta semblantear el cumplimiento del mandato, simulación
tido de la vida. Objetos que se enaltecen a expensas de un suje- que esconde la intimidad para protegerla.
to que se detiene en su desarrollo y creatividad cuando supone Otras veces, hace todo lo contrario, se exhibe, sube fotos o
que su “angustia existencial” es una equivocación. vídeos íntimos, muestra cuánto gasta, enumera sus actividades
Al idealizarse el objeto como representación de completud más banales. Ya que no hay un padre respetado ante quien mos-
y felicidad, se convierte en modelo de identificación. El trarse y que se interese, el sujeto exhibirá a millones de ojos vir-
hombre quiere devenir ese objeto íntegro, estético, perfecto, tuales sus movimientos y sus fotos. Parece estar en consonan-
contemplarlo y contemplarse en el espejo, en los blogs, los cia con el sexo y la violencia explícitos en la época actual, don-
facebooks o las filmaciones que sube a Internet, donde su vida de la vida se convierte en un show donde todo puede ser mos-
puede ser un espectáculo para que otros se fascinen. Busca trado. El sexo y la violencia, descriptos y graficados en las pan-
convertir su cuerpo en ese “objeto” en los gimnasios, moldearlo tallas y hasta editados para ser comerciados como espectáculo,
con cirugías, fijarlo con piercings y tatuajes, ser incorruptible al la aparente falta de angustia que acompaña las imágenes y dis-
tiempo y al deterioro del envejecimiento. Y aspira ofrecer esa cursos más descarnados, tanto en el emisor como en el recep-
perfección al otro para completarlo a su vez. tor, nos muestran viviendo en una “era pornográfica”. (No nos
La culpa, actualmente, no queda ligada a “darse el gusto”, referimos a la pornografía en su aspecto de “placer preliminar,
como sucedía hace no mucho tiempo, sino todo lo contrario: que implica el gusto por mirar y ser mirado sino a su avance en
sentimos culpa por no poder alcanzar el grado de placer esta- terrenos reservados a la intimidad y al dolor).
blecido por el ideario social y las tentaciones personales de cada El propósito de llevar la curiosidad y el conocimiento a su sa-
uno. El placer nunca parece suficiente, la pareja que se elige ciedad definitiva, tiene el efecto de transformar en objeto al que
puede estar impidiendo el acceso a otra mejor, cualquier gra- recibe dicho trato. La explicitación de la violencia intenta acla-
do de satisfacción parece poca cosa en relación a lo que se ve rar el enigma del sufrimiento y la muerte así como la explici-
en la televisión o en las revistas. Es una característica humana tación en la pornografía intenta aclarar los misterios del sexo.
la no coincidencia entre necesidad y satisfacción que da lugar Por supuesto son intentos fallidos. No está “todo dicho” cuan-
a un resto que nos hace seguir deseando. Pero nuestra cultura do aparentemente se dice todo, y en lugar de la culpa, es la an-
incentiva la insatisfacción sistemática. gustia la que aparece como síntoma.
Todo esto coincide con una sobreoferta comunicacional e in- En la época actual el hombre es sometido a una presión y un
formática, a través de los medios de difusión que aportan su in- control panóptico como objeto consumidor de goce donde se lo
terpretación acerca de lo que ellos conciben como la realidad y insta a “recuperar” el objeto. La capacidad de convocatoria del
la verdad, o a través de Internet que pone a disposición una in- programa Gran Hermano como ejemplo, se debe no solo a que
formación sin límites y facilita la comunicación acortando tiem- reaviva al antiguo espía infantil interesado en los secretos de los
pos y eliminando distancias. Los grandes avances tecnológicos padres, sino a la pretensión de “verlo todo”, “enterarse de todo”.
y científicos, estimulan la fantasía de que “todo lo que se desea Esta propuesta nos da la opción de espiar con permiso lo que que-
es posible”. No se trata entonces de un medio que prohíbe sino daba reservado la intimidad y el misterio, aunque no termina de
de uno que ofrece. El placer parece estar a la vista y garantiza- estar allí eso que aparentemente se muestra; la imaginación se
do a través de la posesión de bienes adquiribles o de vínculos excita a partir de lo que “no sucede” y siempre está por suceder.
con los cuales vivir un erotismo desatado de antiguas prohibi- Quien espía desde la pantalla televisiva la casa del Gran Herma-
ciones y miedos ancestrales. no cree estar frente a la vida misma sin desenmascarar la ficción
Sin embargo, como ya lo había advertido Freud, los deseos es- que existe en el armado de este tipo de “realities”.
tán para ser formulados, no para ser cumplidos. El hombre per- La figura del “Gran Hermano” tomada del libro 1984 de
sigue sus deseos pero también teme a su realización, como Ala- Orwell, es un ojo omnipotente que vigila y condena la emer-
dino aterrorizado cuando, al frotar la lámpara, aparece el genio gencia de conductas y afectos considerados inapropiados en la
ofreciéndose: “Aquí me tienes, pronto para obedecerte como tu población. En el argumento, ante esta amenaza los individuos
esclavo…” Y de esto deriva la respuesta fóbica, que se expre- ocultan o directamente sofocan mucho de lo que sienten. El re-
sa por ejemplo, a través del “ataque de pánico”, que es consi- sultado es la chatura de la vida. Esta situación, de alguna ma-
derado “el mal de nuestra época”. La fobia es un modo de ex- nera, es reproducida en el formato televisivo; los diálogos y las
presar el miedo, sus síntomas fabrican límites, prevenciones, el situaciones suelen ser triviales. Frente a lo intrascendente de
sujeto se mantiene alejado del objeto del deseo. El hombre re- las conductas de los habitantes de la casa, se ha intentado in-
trocede frente a una oferta de goce, que de realizarse, arrasa- troducir tensión y erotismo convocando a personalidades con
ría su subjetividad. Podríamos decir que el objeto ahora está al características singulares en su elección sexual o laboral, pero
alcance de la mano, pero se ha escabullido el sujeto, se ha es- en general fueron absorbidos por el aplastamiento del contex-
condido buscando protegerse de una realización de deseos que to. Aunque podríamos decir que el “éxito” de Gran Hermano

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Psicólogos y Psiquiatras
de Buenos Aires
Asociación Civil
Directores:
Alicia Díaz Farina Evangelina Grapsas Hugo Pisanelli
Posgrado en Psicoanálisis: iniciación a la Práctica Clínica
Derivación de Pacientes y Acompañamientos Terapéuticos / Supervisiones / Ateneos Clínicos / Formación teórica (Freud - Lacan) / Conversaciones Clínicas / Cursos de verano
-

SEMINARIOS 2011 - Abierta la inscripción


“El síntoma y el Fantasma, su abordaje “Clínica de la psicosis
en el psicoanálisis” y el diagnóstico diferencial”
Lic. Jorge Aisicoff Lic. Sandra Pazos

“Sublimación ¿un horizonte clínico? “Curso de formación teórico-clínico


Lic. Jorge Balmaceda de Acompañantes Terapéuticos”
Coordinadora docente :Lic. Sandra Pazos
“Comienzos y finales de Análisis” Docentes: Lic. Josefina Depetris y Lic. Rino De Mozzi
Lic. Vilma Cabrera

“Seminario 10: La Angustia” “Psicoanális aplicado a la terapéutica”


Lic. Úrsula Seibert
Lic. Vilma Cabrera

“Clínica con niños y jóvenes“ “Patologias del Acto“


Lic. Tova Schvartzman y Lic. Perla Szturmak
Estructura y espacio. Función de la mirada
Lic. Gonzalo Kohan
"Lo que nos orienta en la Clínica:
“La ética del psicoanálisis” la Angustia y su Objeto”
Lic. Daniel Kordon Lic. Ana Lía Schreiber

“Clínica psicoanalítica con niños”


“Seminario: RSI” Lic. Ana Sibemhart
Lic. Daniel Kordon

“Inicios de la clínica. Clínica de los inicios” “Fundamentos de la clínica”


Lic. Patricia Leyack Lic. Graciela Steinberg

“Seminario 11 de Lacan “Los Cuatro Conceptos


“Cuerpo y Psicosomática”
Fundamentales del Psicoanálisis” Lic. Graciela Steinberg
Prof. Horacio Manfredi

Condiciones de ingreso: Graduados con título universitario Psicólogos o Médicos


Estudiantes avanzados con libreta universitaria / Entrevista de admisión.

Cursos -Grupo de Supervisión:La clínica del relato


Lic. Estela Shab
-Grupo de Investigación: “La transferencia”.
Lic. Daniel Kordon

Informes e inscripción: info@ppba.org.ar / 4826 9614


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no se da “a pesar” de la banalidad de lo que sucede, sino justa- ¿Cuál es el sentido del creciente fenómeno cibernético que
mente porque refleja una modalidad de la época, que es el es- lleva a exponer cada vez más abiertamente no sólo fotos y vi-
conder la subjetividad, lo propio, tras un discurso insustancial deos donde lo íntimo queda en exposición, sino también el re-
como modo de defenderse de la tendencia de hacer de “la mi- cuento de los movimientos cotidianos, por más banales que fue-
seria privada de cada uno”, un objeto de exhibición. ran? En un medio que se ha transformado en un ojo que mira,
La tendencia que supone que lo íntimo se haga público, tendría surge tal vez algo más que una necesidad de conectarse para
que ver con necesidades políticas o del mercado de “conocer” ín- combatir la soledad.
timamente a sus potenciales clientes. Al mis- El hombre tiene el recurso de transfor-
mo tiempo se fomenta un narcisismo liga- mar en lo contrario aquello que lo asusta
do al gasto; la solidaridad no está de moda, y amenaza, y hasta de provocar el placer
se promueve el retraimiento, el otro es po- y la fiesta allí donde se lo empuja al retiro
tencialmente un rival peligroso o contagio- y la desconfianza, donde acechan el chan-
so. La “inseguridad” esgrimida como amena- taje y la intromisión. Entonces busca y en-
za desde los medios masivos de comunica- cuentra un camino alternativo: revierte el
ción, construye cercos y la diferencia con los sentirse expuesto y despojado en el goce y
otros se estigmatiza. Por eso llama la aten- la diversión de ostentar y enseñarlo todo.
ción que, paradójicamente, se ha visto sur- Se expone y se muestra como lanzando un
gir el fenómeno denominado “redes socia- desafío. Desafía con aquello que lo persi-
les”, que a través de la web presta apoyo a gue, como si dijera: “No temo, aquí estoy
un fuerte impulso a romper el aislamiento y y éste soy, es lo que tengo, lo que pienso y
restablecer a su manera el lazo social. lo que siento; y no soy sólo yo, somos mi-
A pesar de una suerte de campaña que llones que juntos oponemos, al ojo que no
tiende a cargar las tintas sobre peligros y po- deja de escrudiñar y vigilar, nuestro rostro
sibles adicciones, en Internet florece la co- al descubierto”.
municación de afectos amistosos, amorosos Como una protesta por la presión a susti-
y también el debate de ideas políticas o ex- tuir la satisfacción directa, como una reac-
presiones artísticas. No se puede hacer res- ción ante la incomunicación generada por
ponsable a un medio de comunicación de tanta prevención, la realidad virtual pasa de
aquello que se vehiculiza a través de él. La ser refugio a ser escenario. En verdad, siem-
distancia y el anonimato pueden dar pie a ocultamientos, faltas pre estuvieron contenidos ambos aspectos. La distancia termi-
de compromiso o actividades delictivas; pero otras veces pue- na acercando ya que obra como marco y límite, y suele propi-
den favorecer la confesión íntima, la libertad de expresión y fa- ciar el despliegue de la fantasmática personal como una esce-
cilitar primeros encuentros. Internet, como una puerta abierta, nificación con riesgo acotado. Los mensajes cibernéticos se car-
deja entrar y salir todo tipo de información y expresión de sus gan de sentidos banales o profundos, prosaicos o poéticos, pero
usuarios, desde las más violentas y procaces hasta las más amo- siempre intentan reflejar algo del emisor.
rosas y espirituales. El entusiasmo con el que se expresen temo- El sujeto buscará ser reconocido, “existir”, tener miles de ami-
res, sueños y pesadillas a través de un medio que había sido ima- gos que confirmen que él importa. La lucha entre un yo que
ginado para procesar datos objetivos, no se detuvo ante adver- oscila entre esconderse o exhibirse para defender su subjeti-
tencias y prevenciones: “Todo lo que usted diga podrá ser usa- vidad, es parte del secreto del síntoma de nuestro tiempo que
do en su contra y convertido en informes útiles para empresas, nos insta a desentrañar las modalidades en que se manifiesta
para espías políticos o abusadores sexuales…”. el conflicto hoy.

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Conectados en soledad

La soledad contemporánea
como efecto del discurso que no existe
“mudanza”, a “cambios en el aspecto, naturaleza o estado”. Los
Escribe diccionarios en las diferentes versiones del RAE, refieren princi-
palmente tres acepciones y dos modalidades. Respecto a las acep-
Amelia H. Imbriano
ciones: 1.- unas, hacen referencia a cambios producidos en los
aimbriano@kennedy.edu.ar armados de escenas, por ejemplo, los cambios de decoración en
el teatro; 2.- otras, se encuentran referidas a las modificaciones

M
uchas veces hemos descripto a la sociedad contempo- de la estructura, por ejemplo, las modificaciones producidas en
ránea en relación a los modos en que se manifiesta el los cromosomas; y 3.- una tercera acepción alude a destitución,
“malestar” en nuestra época. Nos hemos referido a: por ejemplo: destituir a alguien de su puesto. Las dos modalida-
la odisea en la civilización contemporánea, el mundo-inmun- des consideradas son: a.- por su forma de aparición: espontánea
do, la tecnociencia y tecnocracia, la producción de la aldea glo- o provocada, y b.- según el tipo de consecuencias.
bal como nueva Babel, lo aditivo adictivo “ready-made-trusch”, Todo discurso, en tanto tal, debe cumplir con dos condicio-
lo virtual, las víctimas del capitalismo, los nombres de la muer- nes: con el objetivo de poder pensar el tipo de mutación produ-
te, en relación a la globalización y la consecuente esclavitud del cida en el “estilo capitalista” consideraremos brevemente algu-
hombre tecnológico. nas cuestiones: Hay cuatro lugares en el discurso: agente, otro,
Hemos insistido repetidas veces respecto de que las transfor- verdad y producción, cuyo algoritmo base es una fórmula que
maciones societarias derivadas de la conjunción del desarrollo por su lado izquierdo presenta la relación agente-verdad, y por
de las tecnociencias y el florecimiento del liberalismo económi- su lado derecho, la relación otro-producción. Algoritmo que pue-
co, construyen una variable cultural en donde es posible el in- de leerse como: un agente posicionado respecto del lugar de la
cumplimiento de los derechos humanos y la transformación de verdad, interviene sobre otro, causando una producción. Todo
lo ilegítimo en legítimo. Punto de ocasión para un debilitamien- discurso, en tanto tal, debe cumplir con dos condiciones: 1.-im-
to de la función paterna en tanto operación jurídica. Al estar en posibilidad: el término que funciona como agente no se redu-
disfunción lo simbólico en tanto Ley, las conflictivas imaginarias ce al otro; 2.- impotencia: el producto no se fusiona con la ver-
no tienen otra alternativa de resolución más que a través de un dad (disyunción lógica entre verdad y producción) reforzando
empuje en lo real. Allí encuentra posibilidad la emergencia del la imposibilidad. El modo discursivo depende de la gestión (ges-
sujeto en una máxima expresión real: mato o muero. ¿Por qué? tión: “dirigir el ejercicio de actividades”) de los términos impli-
¡Porque el sujeto se encuentra absolutamente solo frente a la pul- cados según ocupen esos lugares. Los términos propuestos para
sión! El padre ya no acompaña diciendo NO al goce. esos lugares son los matemas fundamentales de la constitución
Estamos asistiendo a una época muy particular, en tanto seres del sujeto: S1, S2, $ y a.
hablantes: por un lado existen grandes posibilidades de comu- El discurso fundamental, discurso del amo o discurso del in-
nicación y los humanos de toda edad, género, etnia y religión se consciente tiene una direccionalidad de gestión: $ – S1 – S2- a.
conectan muy fluidamente y a veces, demasiado. Por otro lado, Esta gestión se cumple a través de dos operaciones: el cuarto de
estamos atrapados en un giro en falso del discurso, tan en falso, vuelta dextrógiro y la interrupción. Son ellas los modos que po-
que ha perdido la condición de discurso, pues no logra efectuar sibilitan que las dos condiciones del discurso se cumplan. Su cir-
el lazo social. Me refiero a la mutación denominada “discurso ca- culación dextrógira impide que S1 se reduzca a S2, y la interrup-
pitalista”, sobre la cual ya he escrito bastante en un libro que se ción entre $ y a impide que ambos se fusionen. Consecuencias:
llama La odisea del siglo XXI editado por Letra Viva, a quién siem- 1.- se produce el imposible entre S1 y S2, no hay binarismo sig-
pre le estaré agradecida por ser una gran compañera del autor. nificante, no hay pareja, hay aparejo significante y trabajo; 2.- la
En su 2da Edición de 2010 he podido escribir algo así como: ¡el relación entre $ y a es fantasmática, 3.- como producción apare-
discurso capitalista no es discurso! Se trata de una mutación ca- ce una pérdida; 4.- se produce la representación del sujeto: un
pital. La mutación del discurso del amo. significante representa a un sujeto ($) para otro significante, a
Jacques Lacan, en 1970, en el Seminario 17 “El reverso del costas de pérdida de goce. O sea, en este discurso se trata de la
psicoanálisis”, se refiere a una mutación del discurso del amo. emergencia del sujeto en tanto que dividido ($ sujeto tachado) y
Nos proponemos considerar algunas de sus referencias para lue- la producción de un objeto en tanto que perdido (a), que podrá
go considerar el lugar de la verdad en el discurso del amo y en tomar el valor de plus-de-goce o causa de deseo.
el discurso de “estilo capitalista” con el objeto de considerar al- Para analizar el lugar de la verdad en este discurso, utilizaremos
gunas consecuencias posibles. Citamos: para ello el tetraedro vectorizado al que se le extrae una arista,
1.- “Mutación capital que da al discurso amo un estilo capita- que Lacan presenta en “El saber del psicoanalista”. Si lo pasamos
lista”. En 1972, en la Conferencia de Milán, lo presentará como al grafo propuesto por Marc Darmon, presentado por Peusner en
“discurso capitalista”. El niño y el Otro (Buenos Aires, 2008, Letra Viva) y lo aplicamos
2.- “Si esto ocurre no es por casualidad […] hay en alguna al discurso del amo, observamos lo siguiente: la verdad intervie-
parte políticos […], basta con que estén, incluso en otro sitio, ne sobre el agente y el Otro, y no hay posibilidad de reversibilidad
para que lo que pertenece al orden del desplazamiento del dis- de esta dirección, - es imposible de ser manipulada-.
curso se transmita”. El discurso capitalista se define por un algoritmo, en donde el
3.- “Gracias a una serie de mutaciones dialécticas […] que atra- lado izquierdo de la fórmula del discurso del amo sufre una varia-
viesa todo el desarrollo de la cultura, finalmente la historia nos ción: $/S1. Esta gestión se cumple a través de dos operaciones: 1.-
recompensa con ese saber que no se califica como acabado sino una inversión en el lado izquierdo de la fórmula y en consecuen-
como absoluto, como incontestable”. cia, el S1 ocupa el lugar de la verdad, 2.- no hay interrupción en
¿Qué implica una mutación? Todas las acepciones aluden a el denominador. La circulación sigue partiendo del $ y hace posi-

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ble una doble circularidad. No se cumplen las condiciones de im- Nos hemos referido, también repetidas veces, a los estados de
posibilidad e impotencia. Si volvemos a aplicar el esquema pro- excepción –siguiendo a Agamben– y sus consecuencias, hasta lle-
puesto por Darmon las consecuencias no dejan dudas: en esta ges- gar a proponer que es esta mutación del discurso del amo la que
tión la verdad es manipulada. El sujeto opera sobre el significante funciona como estado de excepción. El 25 de Mayo pasado, tuve
amo como verdad, el sujeto dirige la verdad, por eso este discur- el agrado de presentar un libro de Mercedes Minnicelli llamado
so supone el rechazo de la castración y en ello radica la mutación. Infancias en estado de excepción. Derechos de niño y psicoanálisis
En el lugar del agente aparece el sujeto ($) tomando el lugar del (Noveduc, 2010) y les voy a comentar que desde su lectura re-
significante amo (S1) al cual estaba identificado. flexioné mucho pues la autora presenta como hipótesis el niño
El sujeto puede pretender ser el “autor” de su discurso desco- des-institucionalizado como efecto de los estados de excepción y
nociendo el significante que lo funda. ¿Se tratará del sujeto in- nos referimos a la audiencia de este modo: “Es un libro que pone
fatuado al cual Lacan se refiere como “hombre moderno” en su en trabajo el tema referente a las consecuencias de los estados de
“Introducción teórica a las funciones del psicoanálisis en crimi- excepción, entre ellas los niños des-intitucionalizados, a propó-
nología” de 1933? sito de una hipótesis mayor: el sujeto des-institucionalizado, y el
Respecto de la verdad, es una verdad dirigida, construida, des- lector se conmoverá al descubrir que se trata de todos los niños,
de el sujeto tachado que encubre su tachadura con un signifi- también los suyos, y de todos los sujetos, también él”. A propósi-
cante amo, absorbiendo o succionando objetos-partenaire pro- to les comenté que la presentación fue realizada un 25 de Mayo:
porcionales, quedando coagulado. La producción es engañosa, trabajar estos temas es ejercer el derecho de ser ciudadano.
porque el discurso ofrece objetos anticipadamente. El objeto de- La autora trabaja desde el concepto de “estado de excepción” y
termina al sujeto. El sujeto efecto de esta gestión es un sujeto el lugar de la ley en la cultura, pasando por interesarse como psi-
de goce, tomado por el empuje al exceso, lo cual facilita el im- coanalista en la función de la ley en la construcción de la subjeti-
perio del ideal de consumo. Su costo es alto: los consumidores vidad hasta llegar a una conclusión: la infancia está des-institucio-
se convierten en consumidos, se notifican tarde, cuando su es- nalizada y todos somos actores de esa situación, todos somos cóm-
clavitud está consumada. plices; y con coraje denuncia a la actual sociedad que no quiere ver
Si retomamos las acepciones que sobre “mutación” encon- y goza de la fascinación ante el horror. Marta Gerez Ambertín, la
tramos en los diccionarios, podemos considerar que se trata de prologuista del libro, refiere sin rodeos: “Las instituciones no quie-
una mutación que aparece en las escenas, como si se tratara de ren ver lo que la infancia les muestra… son infancias con eclipse de
cambio de decorado, enmascarando una mutación estructural, institucionalidad (…) “Se procuran múltiples intervenciones para
en donde el sujeto del inconsciente es destituido. Es provocada, abordar la violencia infantil y adolescente, pero los adultos nada
y sus consecuencias se imponen hoy bajo figuras de patentiza- quieren saber de su complicidad con esa violencia”.
ción de un sujeto de goce que expresa las con máximas eviden- En la época de la comunicación, asistimos a la falta de memo-
cias la pulsión de muerte. ria, a la des-historización, siendo un buen mecanismo para pro-
ducir nuevos consumidores. La renuncia a la inscripción filiatoria
en el linaje familiar, social y cultural, la ausencia de la función de
los mitos en los modos actuales de la sociedad, causan una ex-
propiación de la interrogación respecto de la vida. Las pregun-
tas sobre el sexo y la muerte son sustituidas por respuestas “pre-
fabricadas” desde la gestión comercialista globalizada.
Minnicelli refiere sobre la infancia: “Resulta sumamente pa-
radójico que, mientras proliferan saberes sobre las técnicas psi-
co-pedagógicas, sobre acciones psico-jurídicas, sobre paráme-
tros psico-técnicos y se escriben nuevas legislaciones, padecen
mayor precariedad la educación, la justicia, el cuidado y la pro-
tección. Este es el saldo a disposición de las nuevas generacio-
nes, precipitadas en nuestro tiempo a ser parte implicada en el
discurso mercantil como sujetos-consumidores en tanto obje-
tos-de-consumo […] En ese mismo marco, se ha expropiado a
las nuevas generaciones la propia experiencia ante la angustia,
producto de la renovación de las preguntas ontológicas sobre el
nacimiento, el sexo y la muerte, sustituyéndolas por explicacio-
nes basadas en información científica”.
Y nosotros agregamos: no se trata solo de las personas llama-
das “niños”, se trata de los sujetos, se encuentran absolutamen-
te expropiados, han perdido los modos “propios” de inventar la
relación que no existe y de soportar su incomodidad frente a la
diferencia sexual y la muerte. El sujeto está solo frente a lo real,
la institución lo ha abandonado.
El problema actual es que así como el discurso del padre (dis-
curso del amo) está mutado hasta su disolución, la institución
consecuencia del mismo también ha mutado: hay gentío, hay
aglomeración, de la cual los “chats” y similares son evidencia.
La institución, desde la familia al Estado, se inscribe como neu-
rosis infantil, y Freud descubrió que lo que tiene “hace camino
al andar”, su patria en la infancia sigue viajando, hace del suje-
to un posible ad-venir.
¡El sujeto está solo, está des-institucionalizado, la neurosis in-
fantil no lo acompaña!

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El cógito del ocaso de la modernidad:


“tengo luego soy”
eficacia del Nombre del Padre, isomórfica con la castración y
Escribe con la barra de la represión, razón por la cual la clínica actual
Eduardo García Dupont suele estar mucho más ligada al goce que al deseo, al Ello que
al Inconsciente, al Ser que al Pensar, a las formaciones del ob-
egarciadupont@psipolis.com.ar
jeto a que a las formaciones del Inconsciente.
El orden simbólico clásico del Nombre del Padre tiende a de-
“Estamos tan confundidos que creemos saparecer, ya no podemos situar como antaño en el lugar domi-
que gozar es ir de shopping”. nante de los discursos al S1 (Significante Amo) del Discurso del
Ernesto Sabato, La Resistencia Amo, en tanto Discurso del Inconsciente. Detectamos un viraje
hacia el Discurso Capitalista, en el que en el lugar del agente se

“N
o hay relación-proporción sexual”. Axioma lacania- sitúa el $ que se dirige al otro del saber para que produzcan ob-
no que nos orienta en el horizonte de toda cura ana- jetos de goce, objetos del mercado, siendo la verdad de quien se
lítica. Axioma que podemos pensar desde diferentes ubica en esa posición que es una suerte de Amo que ordena ese
perspectivas. Una de ellas es la ruptura con la lógica de la Metá- saber y esa producción. También advertimos un viraje al Discur-
fora Paterna, cuyo resultado es que el sujeto acceda al lugar de so Universitario en el que en el lugar dominante se sitúa el S2, el
falo imaginario del Otro. Nadie puede ser el falo de nadie, nadie saber, rebajando a los sujetos a la posición de objetos, y produ-
puede pretender que el otro colme su falta y viceversa. Axioma ciendo sujetos ($) sin conexión con el S1, es decir con el signifi-
que también rompe con la alienación al deseo del Otro identifi- cante Amo. También vislumbramos una sustitución del S1, el $ y
cándose el sujeto con el objeto causa del deseo del Otro, otorgán- el S2 en el lugar dominante por el objeto a, en tanto objetos pro-
dole al Otro consistencia y al sujeto un pseudo ser (self), también ducidos por la ciencia y su hija la tecnología, gadgets, objetos del
esta posición que nos habla de la constitución del fantasma es mercado, objetos de consumo que consumen al sujeto. Entonces
una ficción que si bien es constitutiva, suple y vela la castración el cógito del ocaso de la modernidad es: “tengo luego soy”, con-
estructural. Por último también sostenemos, siguiendo la lógica cluimos, consumido. La falta en ser constitutiva por efecto de la
de este axioma, que la pareja del sujeto, no es ni el Otro, ni el alienación al significante, ya no solo intenta suplirse con la iden-
otro (el semejante), ni otro sujeto (S), ni el sujeto del inconscien- tificación al objeto causa del deseo del Otro, sino con el tener
te ($), la pareja del sujeto ($) es el objeto a. Fórmula del Fantas- objetos propuestos por el mercado, siendo finalmente el mismo
ma: $a que mediatiza todo vínculo con cualquier otro. sujeto uno de esos objetos de consumo, consumido.
Ese objeto a, éxtimo, que habiendo funcionado como satis- Como con su sabiduría popular sostiene nuestro personaje
facción pulsional, en su estatuto de plus de goce, castración mediático Jacobo Winograd, versión degradada de Isidoro Ca-
mediante y cesión mediante al campo del Otro, operará como ñones, el porteño piola, desde su filosofía de “rioba”, al referir-
-φ, es decir como causa del deseo. Condición de transferen- se al tipo de mujer que ofrece la pantalla de la televisión, como
cia, condición también de cualquier investidura del partenaire reflejo de nuestra sociedad, en alusión a su condición “gateril”
desde la libido narcisista (enamoramiento), y desde la libido exclama: “son pumas de bengala”, rematando con su famoso
sexual (fetichización). refrán: “billetera mata galán”, diagnostica agudamente la res-
Queremos indicar que para tener la posibilidad estructural puesta actual al siempre enigmático deseo femenino.
de hacer transferencia, para enamorarse y/o para calentarse Es decir, si para que se amonede el Nombre del Padre es decisi-
es condición para el sujeto que haya operado la castración y la vo el lugar que la madre desde su deseo le otorga al padre, si no
cesión del objeto al campo del Otro, funcionando entonces el es lo mismo que el infans arribe a la posición de ser el falo como
objeto a como agalma (-φ), que más allá de cualquier idealiza- metonimia del falo ausente en la madre que a la posición de ser
ción, tenga estatuto de causa del deseo y del amor. el falo como metáfora del amor de la madre por el padre, obser-
Entonces verificamos que es menester, para vivir una relación vamos de manera cada vez más acentuada la fragilidad de este
temperada de un sexo con el otro, que haya operado la castra- amonedamiento, y si bien lo que interesa al deseo femenino, o al
ción, es decir ese médium que es la Metáfora Paterna, ni más deseo de la madre es el falo, como ocurre estructuralmente, ya no
ni menos que la sustitución del significante Deseo de la Ma- se trata del pene del padre que le otorgará un hijo en tanto falo.
dre por el significante Nombre del Padre, con su consecuente Después de todo hay técnicas de fertilización asistida que ya sus-
significación fálica; el sujeto por efecto de la misma accede a tituyen al padre, tampoco se trata del amor al padre; lo que inte-
una primera posición de falo imaginario del Otro, posición so- resa al deseo femenino o al deseo de la madre son los objetos de
bre la cual deberá a su vez operar la castración a partir de la mercado que el hombre, o ese padre le pueda procurar.
función paterna, pero posibilitando en su constitución su con- Es así como la falta en ser queda taponada con la inmedia-
dición de enamoramiento y fetichización del partenaire; como tez de cualquier satisfacción pulsional: “llame ya. satisfacción
consecuencia de ésto, entonces, en la comedia sexual humana garantizada”, slogan eficaz ante la falta en ser del sujeto y la
a falta de pene la mujer jugará a ser el falo, y el hombre sem- inconsistencia del Otro con su falta de garantías.
blanteará tenerlo en su parada masculina. Se esta produciendo una nueva versión de la alienación del
Bien, observamos en la actualidad una marcada caducidad de sujeto, a las dos constitutivas seriamente jaqueadas: Alienación
la función materna, que consiste en alojar al sujeto en un deseo al sentido: S2, provocando la división del sujeto y su consecuen-
particularizado aunque más no sea por la vía de sus propias ca- te falta en ser. Es decir si el sujeto es lo que un significante re-
rencias, es decir que pueda el hijo ocupar el lugar de suplir su presenta para otro significante, verificamos que con la aliena-
carencia fálica, y también observamos un severo déficit de la ción al S2 al sentido el sujeto perdió el ser que supuestamente

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le otorgaba el primer significante: S1, ya no siendo representa- cuentro perfecto, decimos que aquí sí observamos una diferen-
do por ningún significante si no es para otro significante. cia entre lo cortés de la inaccesibilidad del objeto, que siempre
Alienación al deseo del Otro: identificándose el sujeto con en estos casos quita lo valiente, diferencia crucial con el ries-
el objeto a causa del deseo del Otro para suplir la falta en ser go que implica el acto del encuentro, que nos expone inexora-
producto de la primera alienación significante. (Constitución blemente a los estructurales desencuentros.
del Fantasma Fundamental). Sostenemos que como consecuencia de esta sustitución del
Como consecuencia de la alienación anterior, la nueva for- viejo orden Simbólico, el del Nombre del Padre, es decir el del
ma de ocupar un lugar como objeto causa del deseo del Otro clásico edipo freudiano como solución al goce, por este nuevo
es bajo el nuevo cógito: “tengo luego soy”. Confirmamos esta orden de hierro que anunciara Lacan, cuyo efecto es una acen-
nueva suerte de alienación del sujeto al objeto a, representa- tuada segregación, como ya versa otro slogan publicitario de
do por los objetos del mercado como nuevo Amo absoluto, pa- American Express: “pertenecer tiene sus privilegios”, decimos
sando el mismo sujeto a identificarse con este objeto a postizo, que observamos dos posiciones del sujeto que podrían explicar
y siendo él también finalmente un objeto desechable, descar- estructuralmente el adjetivo propuesto por el sociólogo Zyg-
table, sustituible infinita e interminablemente por un “modelo munt Bauman a los lazos afectivos en la actualidad: “amores
nuevo”. Alienación evidenciada en el slogan de Unicenter: “No líquidos”. Esas dos posiciones son las siguientes:
nos interesa que venga sino que regrese”. O el sujeto se identifica al objeto a postizo del fantasma como
Ahora sí, yendo al tema que nos convoca: “Conectados en objeto del mercado, finalmente también identificado al resto,
soledad”, en principio no encontramos grandes diferencias en- al desecho, como visionariamente propusiera Eliseo Subiela en
tre la pantalla del fantasma que siempre media en una relación su película: El lado oscuro del corazón con su cama eyectora de
presencial y la pantalla de la computadora que media en una los partenaires de ocasión, siendo finalmente el mismo sujeto
relación virtual que también está mediatizada por el fantas- eyectado (representado por el actor Darío Grandinetti).
ma. En ambos casos se trata de una realidad virtual o presen- O el sujeto en una posición histérica identificado al puro $
cial como nudo entre lo Simbólico y lo Imaginario quedando sujeto del significante, será inasible, evanescente, efímero, vo-
por fuera de escena lo Real. Ahora bien, de todas maneras pa- látil, inconsistente, ubicuo, que esté en todas partes y en nin-
sar de lo virtual a lo presencial supone siempre una suerte de guna, sin compromiso, en fin, porque no: “líquido”.
atravesamiento de la angustia que implica vérselas con el de- En este sentido las relaciones cibernéticas por internet, gra-
seo del Otro, el cuerpo y el goce. Esto sí marca una diferencia fican con claridad el modo de lazo social actual, sólo que el
entre esa nueva forma de amor cortes que sostiene la inaccesi- botón de la cama eyectora de Subiela ha sido sustituido por la
bilidad del objeto haciendo que nunca haya un encuentro real tecla “Delete” y ya. Que pase el próximo o la próxima sin rela-
para sostener la ilusión de la relación sexual, es decir del en- ción con ningún prójimo, aunque en este juego no advertimos
que somos siempre nosotros los caídos de la escena por no ha-
berla jugado nunca comprometidamente. Es decir, concluimos
que desde estas dos posiciones estamos destinados, en el rei-
no de la globalización y en el cenit de la comunicación inevi-
tablemente, a continuar conectados en soledad.
La respuesta analítica a esta transformación sociocultural, es
la de la invención de algo nuevo en el amor. Invención que con-
siste en un vínculo a un otro, (el analista) que abstinencia me-
diante, y mediante la función deseo del analista, transmita la
castración causando a su vez el deseo. Ni al modo del Nombre
del Padre (S1), ni al modo del saber Universitario (S2), ni al
modo evanescente del Discurso histérico ($), ni al modo de la
dominancia de los objetos de consumo (a) como plus de goce,
sino al modo de semblante del objeto a como causa del deseo
para que “donde Ello era”, primero el sujeto del inconsciente
pueda advenir y luego, en el horizonte, el sujeto responsable,
el sujeto por fin ético. El sujeto que, sabiendo hacer con su an-
gustia, y transitando los caminos del deseo que lo habita, solo
en tanto acto, pueda acceder al poco margen de libertad posi-
ble por efecto del análisis, es decir si quiere lo que desea, ac-
cediendo también a un amor sin límites más allá de los límites
de la Ley, y a un goce de la vida suplementario.
Aunque no se nos ocurre para esta invención ningún slogan
publicitario, tal vez porque esta posición se encuentre más allá
de la común medida fálica, por lo tanto “no venda”, y por lo tan-
to también no sea demasiado conveniente para el mercado.

Librería psicoanalítica desde 1967


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El Ciborg vs. Robinson Crusoe:


un enfrentamiento desigual
No hay relación sexual. Aquello que sostiene la política de la
Escribe lengua es justamente el imposible agotamiento de la significa-
Mario Betteo Barberis ción, el envión imaginario de la suposición y la falla en el ideal
de una comunicación, o sea, que no se pueda saber con exacti-
mariobto@gmail.com
tud qué piensa la pareja, el padre o la madre, el hijo o incluso
el probable competidor. El saber no es la información. El lap-
La conectividad. A fines del siglo XX, el campo de la física y sus, el chiste, el olvido, el sueño vienen a ser “formaciones del
de la electrónica encontró a un científico con la ambición de accidente”, del desliz. En cambio, para la tecnología “hay rela-
someterse a diversas pruebas que permitieran ensayar con el ción sexual”: ella está en su horizonte, es decir, que habría una
cuerpo humano y demostrar la existencia de la posibilidad escritura de la proporción entre los seres parlantes. El impera-
de vulnerar los límites del cuerpo. Estamos hablando del más tivo de la conexión y de los dispositivos necesarios, de las tec-
famoso proyecto de investigación realizado por el Dr. Kevin nologías de la virtualidad, es alabado por la capacidad de po-
Warwick, conjunto de experimentos conocido como Proyecto tenciar y multiplicar las posibilidades humanas. La telepresen-
Ciborg. La primera fase de esta investigación, que comenzó el cia es uno de esos ejemplos, donde espacios telemáticos suspen-
24 de agosto de 1998 incluyó un transmisor que fue implan- den temporalmente la base de la identidad, la localización geo-
tado bajo la piel del brazo de Warwick y usado como control gráfica y la presencia física. De esta manera se altera la relación
remoto para abrir puertas, luces, calefactores y otros disposi- entre espacio privado y espacio público. ¿De qué se trataría hoy
tivos computarizados mediante señales de proximidad. El pro- la presencia del analista cuando hay telepresencia?
pósito principal de este experimento era probar los límites que La tecnología se muestra en los instrumentos, y éstos tienen
el cuerpo aceptaría y qué tan fácil sería recibir una señal sig- la función de franquear la distancia o de levantar el obstácu-
nificativa de un chip. lo que nos separaría de una verdad que nos estaría esperando.
En la segunda etapa probó una interfaz neuronal más com- El gran giro tecnológico se dio a propósito de la navegación, es
pleja. El dispositivo (un electrodo de distribución) fue implan- decir durante el momento de los grandes viajes que implicaba
tado en el sistema nervioso de Warwick al inicio del 2002. El la conquista de los mares lo que llevaba como consecuencia la
experimento fue exitoso y la señal producida fue tan detalla- conquista de las tierras y sus riquezas. Introdujo el “no importa
da, que un brazo robot construido para ese fin fue capaz de re- cuándo”, “no importa dónde” y “no importa quién”. Luego, la
producir los movimientos del brazo de Warwick. Pero más pu- aparición de la electricidad y la química permitió acelerar este
blicitada ha sido una extensión del experimento, en la cual un proceso, ya que abrió el campo a la experimentación, al con-
chip distribuidor fue implantado en el cuerpo de la esposa de trol y la prueba. Es decir, ha habido mutación en las socieda-
Warwick con el objetivo de crear alguna forma de telepatía o des occidentales: emergencia del poder político bajo la forma
de empatía usando el Internet para comunicar las señales des- de los Estados; la extensión de las relaciones de mercado alre-
de lejos. Fue también un “éxito” y por primera vez se produjo dedor del globo terráqueo; la puesta en marcha de las grandes
una comunicación puramente electrónica entre el sistema ner- técnicas de producción. El uso de la palabra “técnica” en 1910
vioso de dos seres humanos. Cuando ella movía el brazo, él lo ya no coincide con la del siglo XXI. No podemos estar seguros,
sentía en su cuerpo. Esta experiencia nos propone un proble- para el psicoanálisis en la actualidad, a qué se refiere la palabra
ma nunca antes visto. “técnica”. ¿Qué lugar ocupan los “escritos técnicos” de Freud
Este experimento puso de relieve que la tecnología desafía bajo este nuevo paradigma? Son preguntas que vitalizan el es-
el espacio de la intimidad y del misterio; de lo oculto y de lo tado moroso y repetitivo que puede tomar el discurso del psi-
no sabido; de la estructura definitivamente incompleta del len- coanálisis. ¿Qué es hoy para el psicoanálisis, en su referencia
guaje y de la imposibilidad de producir cualquier tipo de uni- a la economía por ejemplo –cuando el capitalismo ya no es el
dad entre los sexos. Una idea de cuerpo que va dejando de ser de la época de Freud– la mutación a un capitalismo post indus-
propiedad y pasa a ser “acceso”. Warwik se enorgullece hoy en trial, cada vez más lejano de la máquina, la industria, el obre-
afirmar que la intimidad que logró con su esposa al compartir ro, la producción, en pos de un acceso a vías rápidas de intan-
los impulsos nerviosos es mucho más intensa que la relación gibilidad monetaria?
sexual. Una nueva forma de intimidad en la cual hay transmi- Si hubiera una relación sexual, un conector (lógico, topológi-
sión completa, comunicación sin equívoco entre dos cuerpos, co) enlazaría un conjunto “hombre” con un conjunto “mujer”.
es decir, que abre las puertas a la cancelación del rasgo funda- Eso no impide que haya acto sexual, entendido como aquel en
mental que sostiene la existencia del ser parlante, el del deseo el que los participantes se enfrentan con algo que se llamará el
y del enigma de lo sexual. Una intimidad que paradójicamente objeto de su fantasía, aquello que permite al deseo ser apto para
deja de ser tal, ya que apuesta a hacer caer el fundamento del el placer. El acto sexual sería ese acto que ocupa el lugar de esa
término “inconsciente”, sea desde su raigambre freudiana, sea no relación. Si dos términos entran en conexión de tal manera
el que fue derivando en Lacan a lo largo de sus seminarios. Su que producen un valor único, entonces hay “relación”. Ni el hijo,
objetivo consiste en un proyecto político y económico desde el ni la pulsión ni la fantasía cumplen la función de producir un
cual, se fabricarían dispositivos. Éstos, a la manera de un pa- tercer término, así como el falo tampoco lo es. El falo es como
nóptico invisible, harían de la subjetividad, un simple recuer- el río: al mismo tiempo que une las orillas, las separa. De allí la
do del pasado. importancia del litoral y su pasaje a lo literal. El sentido no es
sexual más que en la medida que el sentido sustituye justamen-

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te la falta en y de lo sexual. El sentido no refleja lo sexual sino son hoy bastante escasos en proporción a los avances en la tecno-
que lo suple, y ésta es una constatación que muchos científicos logía. Y allí Lacan se muestra esperanzado de que esos artefactos
detestan por su falta de rigurosidad y de consistencia. puedan dar algunas nociones más satisfactorias de la vida. Con-
“No hay relación sexual” evoca una imposibilidad de inscrip- fiaba en el matema. Confiaba en los “gadgets”, (accesorio portá-
ción, de escritura, que se asemeja a aquel proverbio que dice til y de escaso tamaño que da acceso rápido a un servicio), como
que el pez no deja huellas en el agua en que nada. ¿Cuál sería aquello por lo cual se animaría la vida, apostando a que el gad-
el objeto que le corresponde a la no relación sexual? No get no sea un síntoma. Pero hoy es un síntoma.
lo hay a pesar de que Lacan haya poco a poco deli-
mitado más y más algunos soportes para ello: (la El obstructor. Entre el hombre y la mujer no hay más
lógica, la topología). El “no hay relación sexual” que un muro, por más amor que amure. Es el caso
dicho por Lacan es una sintagma que se pone en más evidente de un cierto goce parasexuado, es decir,
serie con otros “no hay”, con el “no hay meta- donde cada sexo lo único que puede hacer es estar
lenguaje”, “no hay Otro del Otro”, “no hay uni- al lado del otro. De allí que el falo no es comple-
verso del discurso”, “no hay transferencia de la mento de ninguno de los sexos. Ese es un intere-
transferencia”. sante descubrimiento del psicoanálisis. El falo no
Si seguimos de cerca los últimos minutos de la completa sino que obstruye, imposibilita de algu-
alocución que hiciera Lacan en Roma en 1975 bajo na manera de que haya complementariedad entre
el nombre de “La tercera”, nos encontraremos con los sexos. El falo es aquello que impide que ten-
una llamativa toma de partido de Lacan ante los gamos acceso a cualquier tipo de garante sexual.
“avances de la ciencia”. La vida es situada en el re- Es más bien el garante parasexuado. Y lo sexual
gistro del Real ya que de la vida… de ella no sabe- entendido como enigma y no como secreto.
mos nada. De allí que el mito que evoca Freud, del Raquel Welsh llegó a decir que “el órgano sexual
Eros unificador nos revela su fracaso, ya que jamás más importante de la mujer era el cerebro”. La cere-
dos cuerpos pueden hacer uno, por más que se apriete, se abra- bralidad de ese goce no es privativo de la mujer. El “goce
ce, se estruje. La ciencia vendría a insertarse, si se puede decir, del idiota”, para llamar elegantemente a la masturbación, es la
en ese modo del goce que fuera del simbólico toca lo más vivo y evidencia más singular de que no hay goce solitario. ¿Es ima-
lo más muerto del lenguaje. La ciencia nos da artefactos de con- ginable un mundo sin el otro? Por más que William Defoe con
sumo en el preciso lugar donde no hay relación común entre los Robinson Crusoe haya intentado ficcionar ese estado, el otro y
cuerpos. Y Lacan en ese momento homologa muy rápidamente a el Otro implican la estructura de lo humano. Esa es su única na-
la ciencia con la tecnología. Digamos que los avances de la ciencia turaleza. No hay soledad en el ser hablante. El significante se
especifica por la duplicidad de sentido, lo doble, el doblez: por
lo tanto, no existe el significante aislado, solo siempre está en
relación a otro. Entonces, ¿por qué pensar al autismo como ex-
cluido del lenguaje? Estrictamente hablando, ponemos en duda
la existencia del autoerotismo y de cualquier otro “auto”.

La soledad es un término que reverbera en el romanticismo,


el hombre separado de Dios y de las verdades eternas, el espa-
cio vacío y el hombre solo, como un fenómeno de índole em-
pírico. La soledad es un sinónimo de dolor, de sufrimiento, así
como habla de cierta experiencia ascética. No es un término
que tenga consistencia en el campo freudiano. Tampoco en la
filosofía. Eso no quita que sea utilizado abundantemente en el
habla cotidiana. Carencia de compañía, lugar desierto, pesar y
melancolía por la ausencia de un ser querido, falta de comuni-
cación. Es la psicología la que entiende que le compete expli-
car qué es la soledad y como combatirla.
Los niños pueden jugar solos mucho tiempo, hasta que de re-
pente se dan cuenta de algo, y salen a buscar a otro. Pero en la
infancia se vislumbra el terror de estar solo, de la necesidad de
la presencia de alguien cerca, al otro lado de la puerta, la luz
prendida, y así… Donald Winnicot, por ejemplo, exploró la ca-
pacidad individual para estar a solas como un signo de madu-
rez del desarrollo emocional. Señalaba que la literatura psicoa-
nalítica había dedicado más atención al temor y al deseo de es-
tar a solas que a la aptitud. Sin embargo, la soledad tiene mala
prensa, está mal vista. Se olvida fácilmente que el yo se cons-
tituye en la relación con el semejante; que se trata de la socie-
dad entendida como lugar del socius; que el objeto causa del
deseo, por más que se busque en el espejo, habita un espacio
(el de la fantasía), el cual implica irremediablemente una rela-
ción, y por ende desde el momento que hay objeto, puede ha-
ber angustia pero nunca soledad.
Solo nos resta esa frase de M. Giardinelli: “Qué solos que-
dan los muertos”.

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Conectados en soledad

La colonización de una historia


Claudia estaba frente a la computadora, como entrevistadora,
Escribe chateando con Manuel: Los estudiantes catalanes se están juntan-
do para protestar contra la baja del presupuesto… ¿No creés que
Martín Smud también deben protestar por la educación que les han propinado
martinhsmud@yahoo.com.ar desde chicos? Manuel se sorprendió, la primera parte de la pre-
gunta se la esperaba pero la segunda, no. La primera parte era

U
na mujer llega a consulta, no sabemos aún si es una pri- la que todos realizaban, y decidió contestar más o menos pare-
mera entrevista, no le importa contar lo mal que está y cido, como tantas veces lo había hecho en otros reportajes: El
sobre todo lo mal que piensa que va a estar. El tema es, contagio crece día a día en las redes. No diluirnos pasa por la ca-
dice, la edad, los cuarenta y pico, es gorda, y no tiene buena pacidad que desarrollemos para reunirnos en la red, nuestra or-
presencia. Y además no sabe qué hacer con los adolescentes que ganización ha sido el primer eslabón capaz de movilizar a la gen-
se le enamoran por Internet. Ella no es inocente, todo lo contra- te desde Internet a la calle. Las acampadas son sólo una forma de
rio, ha puesto una foto en su perfil de su hermosísima sobrina manifestación. Nosotros somos el sujeto político con visión estra-
Katia de veinte años y un estudiante catalán, Manuel, está jun- tégica a mediano y largo plazo.2
tando plata para venir a las Américas “a desposarla”. Claudia Pero no se había olvidado de la segunda parte de la pregun-
llora porque le va a tener que decir la verdad. Ese momento se ta. Y encima la entrevistadora le volvía a preguntar: ¿Y protes-
acerca. Manuel ya casi estaba subido al avión, con una guita- tan también por los valores pedagógicos que les han inculcado?
rra y un cuaderno donde le había escrito maravillosas cancio- Manuel no sabía qué responder, él personalmente estaba harto
nes de amor y de sexo. Lo único que estaba esperando era que de cómo se ocupaban de ellos el Estado y las instituciones edu-
terminaran los conflictos y las protestas de los estudiantes es- cativas privadas. Pero no sabía bien cuál sería la opinión de sus
pañoles en contra de la ley ómnibus que entre, otras cuestio- compañeros sobre el tema. Escribió dudando: A nivel personal,
nes, bajaba el presupuesto para educación. el sistema educativo… se creen que viven… y educan como lo rea-
—¿Qué pasará cuando se entere? —le pregunta a su psicólo- liza el verticalismo y autoritarismo educativo yanqui pero, a dife-
go/analista aunque pareciera preguntarse a ella misma. rencia de ellos, a lo que salimos es a un treinta por ciento de des-
—Estás esperando que esté con un pie en el avión para de- ocupación. ¿Para qué país nos están educando?
círselo. Manuel estaba decidido a estudiar Historia. Tenía facilidad
—No está bien lo que hago —agrega Claudia de una mane- para relacionar hechos históricos y darles un horizonte. Quizás
ra que pareciera buscar algo en ese raro personaje sentado en- no era descabellado que él estudiara Historia, desde jovencito se
frente. había enamorado de un autor llamado Zigmund Baugman del
—Internet es esto. A Cyrano de Bergerac1 le hubiera encantado. que había leído todos los libros, y también desde aún más chi-
co estaba fascinado por una época: la colonización de España a
Algo pasa, un breve silencio. Conocía la historia de Cyrano. finales del siglo XV. El encuentro de Colón con las poblaciones
Le encantaba seducir y cada vez le gustaba más aunque, para originarias lo llenaba de curiosidad. Colón podría haber estado
ella, al poder de seducción necesitaría sumarle una hermosa cara confundido en relación a la tierra que llegaba, de lo que no po-
para que la operación fuese perfecta. El problema era “ella mis- día estar confundido: esa gente era distinta a ellos. Con Colón
ma”, se había enamorado y no podía decirle la verdad ni dejar llegaba el Imperio a un mundo donde no se conocía la rueda, ni
de perseguir a su joven y hermosa víctima. Ahora además de ser la pólvora, ni los caballos pero, sobre todo, no se conocían virus
su novia, había inventado otro perfil: el de una experimentada tan “letales” como la gripe, el sarampión, las paperas.
periodista gráfica, lo estaba entrevistando vía chat, y le había ¿Alcanzaban estos dos amores, estas dos cuestiones para to-
pedido una crónica diaria de los acontecimientos que estaban mar una decisión fundamental para su destino que lo llevaría,
ocurriendo con la protesta estudiantil. De esta manera, se ente- seguramente, a ser profesor de Historia en este mismo sistema
raba de propia mano cómo iban los acontecimientos de protes- educativo al que ahora repudiaba? ¿Alcanzaba con Baugman
tas y cuándo se acercaría el momento de “la verdad”. para intentar ponerle nombre a estas épocas que nos tocaban

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Viernes 29 de julio - 17.30 hs. Sábado 30 de julio

PASE Y ENSEÑANZA
Lo que el Pase nos enseña
JORNADAS DEL
Panelistas: CARTEL 2011
Ursula Kirsch (EFA) Secretaría de Carteles. Responsable: María Gabriela
Analía Stepak (EFBA) Correia. Coresponsables: Nys Bassi, Rosa Candela,
Clelia Conde, Diego Fernández, Edith Fernández de
Aida Canan (EFA) Baggiani, Leonor Raiman
Presenta: Helga Fernández
Secretaría de Enseñanza. Responsable: Graciela
Berraute. Coresponsables: Diana Averbuj, María Cristina CURSO INTENSIVO ANUAL
Babich, Aida Canan, Verónica Cohen, Liliana Pecchia,
Liliana Fernández de Pozzi, Juana Sak, Alicia Russ, LA PRÁCTICA DEL PSICOANÁLISIS
Susana Stanisio
LA FOBIA: UN TIEMPO EN LA
ESTRUCTURA
CURSO 2011 - FREUD - LACAN. ARTICULACIÓN Coordina: Graciela Frecha
PARA ENTRAR AL DISCURSO • Consideraciones estructurales del sujeto de
la fobia - 7/5
DEL PSICOANÁLISIS • La doble cara del objeto: fóbico y fetiche -
LA TRANSFERENCIA EN EL ANÁLISIS 4/6
• Fobia en la niñez y en la adolescencia - 2/7
Y CON EL PSICOANÁLISIS • Fobia y Estructuras clínicas - 6/8
• Modalidades de la fobia y su relación con el
Curso a cargo de miembros de la EFA que espacio y el tiempo - 3/9
desarrollan, bajo la orientación de Anabel • Fobias sociales y los Nombres del padre -
Salafia, un programa de Escuela para entrar en 1/10
el discurso del psicoanálisis y sus dispositivos. • Fobia y función del objeto en la transferen-
cia - 5/11

Viernes de 18.00 a 19.15 hs. 1er. sábado de cada mes,


(excepto 5tos viernes) de mayo a noviembre
Entrada libre y gratuita 10.00 a 13.30 hs

INFORMES: Charcas 2650 • Ciudad de Bs. As. • 4961-7908


escuelafreudianadelaargentina@gmail.com • www.escuelafreudiana-arg.org
Para suscribirse a nuestra agenda semanal de actividades, envíe un mail a: escfa@sinectis.com.ar

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vivir y que se originaron en lo que se llamó “Renacimiento” pero “Puedo tener una novia en Argentina”. Él aceptaba sus dudas,
que él denominaba “Colonización” y que Zigmund Baugman si- quería explicar el porqué y justificar su proyecto de irse por un
tuaba en la actualidad y denominaba “modernidad líquida”? En tiempo a la Argentina para entenderlo él mismo. Sus compa-
estas épocas líquidas, de Estados no sólidos, el Imperio fluye. “La ñeros parecían comprenderlo, además de haber visto la foto de
fluidez o la liquidez son metáforas adecuadas para aprehender la hermosa morocha argentina, más linda que una noche estre-
la naturaleza de la fase actual –en muchos sentidos nueva– de llada, que convencería a cualquiera. Y algunos le habían dicho
la historia de la modernidad”.3 ¿Y alcanzaba el amor que sentía que ésto de irse de este quilombo tampoco estaba mal, quizás
por Claudia para recorrer todo el mar en su búsqueda? pudiera terminar de estudiar en Argentina y hasta encontrar al-
Los estudiantes estaban realizando una denuncia: la tecnolo- gún “curro”. Manuel en alguna parte lo sentía como una huída,
gía ya no necesitaba de trabajadores (y me- no le gustaba sentirlo así, quería estar segu-
nos de ellos, todavía estudiantes). A Manuel ro de qué haría, pegar ese salto, que lo lle-
le gustaba escribir sobre este tema: La mo- varía más allá del mar, del océano, a otra
dernidad representa una época de enormes civilización. Quería pero…
cambios, si comparáramos entre este comien- Claudia se sentía incómoda, era atractiva
zo de siglo XXI y el comienzo del siglo XX, el la idea de que se viniera cuando una tarde
cambio en las estructuras del tiempo y del es- se le ocurrió entre el trajinar de textos que
pacio son inimaginables. Si a comienzos del iban y venían. Pero ahora tendría que ser
siglo XX, la lucha era por las condiciones ma- dura, y decirle que no todo con la tecnolo-
teriales de trabajo, se asesinaba a hombres gía estaba bien, decirle que la entrevista-
que abrazaban el anarquismo y el socialismo dora era ella, su novia. Que la que lo que-
buscando que el trabajo fuera de ocho horas ría pronto a su lado, era ella, la que no po-
diarias y descanso dominical; hoy a comien- día decirle la verdad. Debía cortar la histo-
zos del siglo XXI, la tecnología y la demogra- ria, que se avivara de su ingenuidad, que
fía han expulsado al trabajador. supiera la verdad.
Sobre este tema, Claudia y Manuel habían —Pero… hoy levantamos el teléfono para
debatido mucho en extenuantes encuentros quejarnos de nuestro Internet domiciliario
eróticos dialécticos. Claudia lo quería hacer y nos atiende una mexicana que sabe per-
enojar y le decía: fectamente donde está nuestro problema…
—Que expulse a las personas a las cuales Mi querido Manuel, a esto se llama globali-
estaba destinada a servir, podría pensarse como inevitable, pues zación, ¿has oído nombrarla? – dijo Claudia tratando de recal-
es la condición del hombre la que lo lleva a desechar, marginar, car un tono duro de burla.
cagar de hambre a una parte importante de la población. Manuel sintió que estaba chateando otra vez con miles de mal-
—Eso es una ruindad y sobre todo, una entrega ideológica… entendidos y que una energía sulfurosa nacía de sus entrañas
ya que no se puede hacer nada, no hagamos nada, eh… La tec- como le pasaba también continuamente con su novia argenti-
nología nos vuelve unos pasivos, observadores y masturbado- na. Se sonrió para sus adentros de su ocurrencia “Quizás estas
res de mierda. mujeres argentinas fueran la venganza de lo que nosotros hi-
cimos en el siglo XV. Es como si hoy todo eso estuviera todavía
¡Cuánto le gustaba a ella este chico! Y entonces le decía, siem- dando vueltas. Por fin las colonias se estaban levantando con-
pre intentando hablar bien de la tecnología porque le encanta- tra las metrópolis”. A la entrevistadora le iba a dar su mereci-
ba la fluidez de sus palabras cuando se enojaba. do, al otro lado del mundo, para que viera por fin…:
—La tecnología suprime la vieja idea espacial de presencia. El —La globalización es más vieja de lo que pensás…
espacio puede recorrerse en una fracción instantánea de tiem- Claudia se asustó. ¿Podría saber él la verdad? ¿Podría saber
po, las diferencias entre lejos y aquí a la vuelta desaparecen. Si que era una cuarentona con alma de teenager y sufriendo como
no mirá como te estoy tocando ahora –Claudia quería descu- loca de que esto que estaba viviendo no le correspondía vivirlo.
brir su juego, por fin, le quería decir las ganas que tenía de en- ¿Era una ficción lo que había armado? ¿Acaso no vivimos todos
tregarse a él, y que ¡ahí sí! no hubiera espacio entre sus cuer- en una época de ficciones y nos enamoramos del que no sabe-
pos. Pero él estaba jadeante de enojo–. mos quién es? Ella era su novia pero ninguno de los dos esta-
Ahora era la entrevistadora, y chateaba con Manuel preguntán- ba enamorado del otro sino de una ficción que se reflejaba en
dole acerca de las circunstancias que estaban viviendo los estu- la luminosidad de la pantalla. (Continuará… )
diantes españoles para ser nombrados como “los indignados”. _______________
—Además de la educación que tuvimos, hoy lo peor que pue- 1. Refencia a la película Cyrano de Bergerac (Francia, 1990), dirigida por
des decir para buscar trabajo, es que eres español –escribía a su Jean Paul Rappeneau, con Gerard Depardieu y Vincent Perez. Cyrano
entrevistadora que con el pasar de los días y de la comunica- es un brillante poeta y un hábil espadachín que expresa su amor por
la bella Roxane a través de Christian, el apuesto soldado a quien ella
ción diaria se había vuelto increíblemente familiar. ––La mate- ama. Cyrano es jactancioso y fanfarrón, de genio vivo pero a la vez in-
rialidad del espacio común ha cobrado otra dimensión, ha per- genioso e irónico, noble y orgulloso. Pero esconde una herida secreta
dido su valor estratégico, el vivir cerca para nuestros emplea- que le atormenta: su agudo sentido del ridículo, su fealdad y su sus-
dores es visto como una cualidad negativa. ceptibilidad le han impedido ser amado por Roxane. Sin embargo, ya
que su amada ama a otro, él ayudará a su rival escribiendo en su nom-
La entrevistadora leía lo que él escribía tan convincente en el bre apasionadas cartas de amor.
teclado de su computadora y moría de amor pero de un amor 2. Entrevista realizada en Página/12, por Adrián Perez el día miércoles 15
de junio 2011, A pocas horas de haber sido desalojados por los Mos-
distinto que cuando era su novia, era un amor más doloroso. sos d’Esquadra del Parlamento catalán, Aitor Pinoco Girona, coordina-
Lo que él escribía dolía. dor internacional de comunicación y contenidos de Democracia Real Ya
Manuel se encontraba en una letanía. No sabía bien qué ha- (DRY), habla con Página/12 sobre los desafíos del movimiento 15-M.
cer con esto de irse a Argentina. Ayer le había escrito a unos 3. Bauman, Zigmund: Modernidad líquida (2000), Fondo de Cultura Eco-
amigos, que le preguntaron acerca de su nick en el messenger: nómica, México (2003) pag. 8.

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(Viene de pág. 30) por Emilia Cueto [ecueto@elsigma.com] www.elSigma.com

Tras las constelaciones pulsionales


Entrevista a Edgardo Feinsilber
En el ámbito institucional tiene una fuerte inserción en Mayéutica la pulsión fonante-sonante al final de su enseñanza, a partir de
Institución Psicoanalítica, donde ha ocupado el cargo de Presiden- la necesidad de periodizar los tiempos lógicos en la obra de La-
te en varias oportunidades. La primera desde 1984-86 y del ‘86 al can; ellos no son entendidos como superaciones dialécticas sino
‘88. ¿Cuáles son los desafíos más complejos que se le han presen- como conjuntos de conceptos que se ordenan según sus razones,
tado a la hora de presidir la institución? en los que la homonimia en los términos no los identifica en su
significación. Por ejemplo, lo imaginario al principio de la obra
Fueron distintos momentos de la vida institucional y del psicoa-
de Lacan en la que se lo identificaba a lo especular, es diferente
nálisis en nuestro medio. Mayéutica fue creada en 1977 y yo era
de la imagen del objeto causa y la idea final de tomarlo como lo
miembro de la EFBA desde 1976, cuando fui admitido en la prime-
que da consistencia a una forma. Así con cada uno de los térmi-
ra entrada a la Escuela para analistas que no fueran invitados por
nos, como por ejemplo la idea de lo Real como lo que vuelve al
Oscar Masotta. En ese entonces nos presentamos 42 candidatos y
mismo lugar, luego como lo imposible, lo indecible y finalmente
entramos 7. Como ve, era otra época del psicoanálisis. Por aque-
como lo indecidible, debido a la diferenciación entre la letra y el
lla época le escribimos a Lacan para solicitar la autorización para
significante. Harari fue un cuidadoso lector de Freud y de Lacan,
publicar sus clases y nos respondió que en cuanto consistía en un
y nos legó una posición ética en la que privilegiamos el psicoaná-
trabajo de lectura e interpretación, la transcripción estaba admiti-
lisis a los psicoanalistas, pero que no hay de aquel sin estos últi-
da por él. Luego de la primera escisión en la Escuela, por cuestio-
mos. En cuanto al mismo movimiento, siempre fue un cultor de
nes transferenciales a fines de 1981 dejé esa institución y en 1982
relaciones, impulsándonos al diálogo con otros analistas de nues-
solicité la entrada en Mayéutica. En mi primera presidencia traté
tro medio como con los de otras lenguas. Por eso inventó como
de continuar con la reformulación de las secciones para posibilitar
un adelanto el Centro de Extensión Psicoanalítica en 1983, en
el trabajo de los miembros y continuar con la política del psicoa-
cuyo consejo directivo participaban con el mismo valor de deci-
nálisis como lo entendíamos. En ese tiempo, debido a la propues-
sión analistas de otras instituciones. También fue un ideólogo de
ta de Roberto Harari conformamos el Centro de Extensión Psicoa-
la Lacanoamericana, pero sobre todo de la Convergencia, porque
nalítica en el Centro Cultural San Martín. Fue la primera iniciati-
en tanto movimiento tiene un alcance mayor para la sobreviven-
va de trabajar con analistas de otras instituciones, y creo que tam-
cia del psicoanálisis. La relación del psicoanálisis con los avances
bién lo ha sido a nivel internacional. En mis últimas presidencias,
de las ciencias caóticas, para revisar la teoría de la causalidad; el
dos décadas después, se trataba de garantizar la designación de
trabajo sobre la obra de Joyce para reformular la lingühisteria del
los analistas, y así inventamos la de Miembro Analista, en lugar de
‘parlêtre’ o ser-hablante; la reflexión sobre la técnica psicoanalí-
los grados que habían sido propuestos por Lacan en 1967, de los
tica para confrontar la idea de un contrato por la de un montaje
que se abstuvo en la creación de su nueva Escuela.
pulsional preferentemente poiético, son algunos de sus desarro-
llos reconocidos por los interesados en el psicoanálisis.
Otro de los espacios en los que ha sido partícipe desde sus oríge-
nes es Convergencia, Movimiento Lacaniano por el Psicoanálisis Freudiano,
¿Qué valor le otorga a esos encuentros? Usted no solo compartió espacios institucionales, también se anali-
zó con Roberto Harari y según ha manifestado lo unía una profunda
Un valor decisivo para la existencia misma del psicoanálisis. amistad. ¿Cuáles son las marcas que ese encuentro le han dejado,
Nuestra idea es que el psicoanálisis se sostiene desde cuatro ver- no solo como analista sino también en lo personal?
tientes, el análisis personal o didáctico, el análisis de control, la
formación teórica y la práctica institucional. En esta última nos Nuestra amistad lo era “por las ideas”, por lo que podíamos
resulta una necesidad la confrontación con otras posiciones, tan- trabajar juntos aceptando las diferencias. Yo entendía que sus
to en la concepción de la práctica como en sus fundamentos con- amigos no tenían que ser por eso los míos, pero que no podían
ceptuales, en tanto el psicoanálisis es una praxis del decir. He ser mis enemigos. Él fue siempre mi maestro, y yo trataba de te-
participado activamente para su fundación desde 1996, la que ner una vida propia al poder pasar por los agujeros de sus con-
aconteció en Barcelona en 1998, después de un primer intento sistencias, donde las idealizaciones no fueran imperantes para
el año anterior en la misma ciudad. Es decir que el psicoanáli- todos los casos. Una cosa es que el otro pueda equivocarse o
sis y los psicoanalistas se sostienen en la existencia de las insti- no, y otra con resultados muy distintos es poder servirse de eso.
tuciones, y en nuestro caso en un movimiento que no reconoce Siempre lo tuve como un referente de mi pensamiento, y él en
un centro único ni con directivas desde un lugar de poder hacia sus últimos textos se referencia en mis conceptualizaciones y lo
las demás escuelas o agrupamientos. cita, lo que da un reconocimiento mutuo de lo que nos retorna.
Como analista me impulsaba a aprender de mis fracasos, y en
La segunda ocasión en la que presidió Mayéutica comprendió tres lo personal a dar valor al amor, a los propios intereses, en tanto
períodos: 2004/06, 2006/08 y del 2008 al 2010. Este último estuvo que tomemos la propuesta de Lacan, que el neurótico se carac-
atravesado por la muerte de Roberto Harari, fundador de Mayéutica, teriza, –entre otras manifestaciones, como las privaciones que
en junio de 2009, a quien como usted dice en el homenaje publica- imponen los síntomas–, por traicionar su propio deseo.
do en Imago Agenda, lo unía una fecunda e insustituible relación de
cuarenta y tres años. ¿Cuáles son a su criterio los aportes más des- En mayo de 2006 participó en un coloquio de psicoanalistas realiza-
tacados que produjo Harari al movimiento psicoanalítico? do en Chengdú, China, ¿Qué destacaría de esa experiencia?
Creo que se trata de su aporte a la renovación conceptual y Un analista chino formado con Lacan retornó a su tierra, y sien-
a la invención de nuevos términos, tales como el realenguaje o do profesor universitario conformó primero un grupo de estu-

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diantes que se dedicaron a traducir a Freud al chino. Concluida conviene a la abstención analítica. Entiendo que la interpretación,
esta tarea, fundó una institución, con estudiantes y egresados tanto para Freud como para Lacan, es una traducción, en la que
de la universidad, y de otras ciudades vecinas, ya que Chengdu, juega su papel la sugestión propia de toda lengua. El problema
a unos dos mil kilómetros al sudoeste de Pekín, y camino nece- no es por lo tanto su implicancia sugestiva sino que se sirve para
sario al Tibet, es capital de provincia, y lugar donde el empera- eso de la homonimia para obtener la significación, con lo que li-
dor inventó el dinero billete. Casi todos habían sido sus anali- mita el valor del signo. Por su parte, el forzaje propuesto como
zantes en un primer tiempo, y mostraban una pasión por el psi- propio del decir del analista sinthoma, como lo entiende Lacan
coanálisis que me hacía recordar la nuestra allá por los ’70 al- desde su Seminario 23 Le sinthome, se basa en la fuerte unión del
rededor de la obra de Lacan. Comenzaron entonces a traducir sonido con el sentido para obtener otra dimensión de lo significa-
los seminarios de Lacan, y tenían dos reuniones semanales, una do, al servirse también del procedimiento del pliegue. Es que la
para discutir algún texto de Freud, y otra para otro de Lacan. El praxis del psicoanálisis es una praxis de lo Real, pero no excluye
analista es Huo Datung, quien conoció a Harari en una activi- los otros registros de la experiencia como lo Simbólico y lo Ima-
dad en París, por lo que lo invitó a dar seminarios allá, y a par- ginario. El efecto en el analizante es el de poder ir más allá de
ticipar en la entrada de su grupo, Institución Psicoanalítica de los Nombres-del-Padre que lo compulsan a un orden repetitivo.
Chengdu a Convergencia. Mantenía también una estrecha rela- Este es uno de los efectos de los viajes de Lacan a Japón y China
ción con muchos analistas franceses, por lo que ante su deman- y de su intento de aprendizaje de esas lenguas, de su impresión
da, la Comisión de Enlace Francesa de Convergencia organizó al conocer que los poetas chinos cuando escriben canturrean, de
un viaje con unos quince analistas franceses, quienes presenta- su trabajo de leer el Tao con François Cheng. Por lo que entien-
rían trabajos en un coloquio junto a otros tantos analistas chi- do que el forzaje es en los tres registros, lo mismo que la inter-
nos. Como Harari tenía que dar unos seminarios en Australia pretación, pero con otra utilización de lalengua.
por esa época, me preguntó si quería viajar, y luego su propues-
ta fue aceptada en Mayéutica. También incidió en mi decisión ¿Cuál es su vinculación –del forzaje– con el acto analítico?
una correspondencia que mantuve con Huo Datung quien de-
mandaba mi presencia en representación de los latinoamerica- La interpretación es propia del acto analítico, que instituye un
nos, importante para él para ubicarse políticamente en el cam- sujeto hablante sujetado a la castración, sujetado al Otro que
po del psicoanálisis. Fue una experiencia particular, escuchar a pueda componer cada vez. Se trata de un significante que se re-
analistas chinos hablar de la interpretación de los sueños de sus pite, que deja al sujeto en otra posición ante las cuestiones de
pacientes, o plantear sus propuestas en topología. Para mi era su vida, pero que no puede reconocerlo en ese momento ya que
necesario hablar en francés para ser traducido al chino, lo que está tomado por él, tal como lo formula Lacan en su Seminario
también fue una experiencia singular. “La lógica del fantasma”. El forzaje se nutre en él, pero apunta
al surgimiento de lo que Lacan llamó al final de su obra, en el
tal vez su último escrito en 1979, LOM, el hombre por fonéti-
¿Cuáles son las diferencias más notables que ha podido evidenciar
ca del francés, el que se hace reconocer por su obra, cualquiera
en las manifestaciones del malestar, como efecto de las variacio-
ella sea, en la que gana un nombre propio, y le permite a cada
nes en esa cultura respecto de la occidental?
uno tener a su cada una, pues hay un sinthoma-él y un sintho-
China es un inmenso país, con cerca de 58 lenguas, de las cua- ma-ella, puesto que lo sexual es la diferencia.
les sólo 6 son variantes del mandarín. Sus signos escritos no son
letras sino ideogramas que se entienden por lo que le precede y En Constelaciones Pulsionales, siguiendo a Lacan y los desarro-
lo que lo procede. Es una lengua con mucho canto, porque hay llos de Harari, privilegia el concepto “constelaciones” –utilizado
media docena de entonaciones que dan significación a las pala- por Freud–, en relación al de estructura. ¿Cuáles son las diferen-
bras. Ellas son regionales, por lo que les resulta difícil entender a cias más notables que esta perspectiva le proporciona a la hora de
otro con otra tonalidad, de diferentes regiones. Una de las cues- pensar la clínica psicoanalítica?
tiones culturales que más me impactaba era escuchar sus argu-
mentaciones teóricas, pues para ellos, que no se sirven del de- Constelaciones es un término utilizado tanto por Freud como
sarrollo de la lingüística del siglo XX, su referente es el Tao, por por Lacan, como lo desarrollo en mi último libro. Creo que para
lo que en vez de hablar de sincronía y diacronía, presentan sus Lacan, que se decía no estructuralista, era la manera de limitar
propuestas desde la idea del Tao de latitud y longitud. Yo no he cierta ideología que conlleva el término de estructura. En ella
conocido el interior chino, y lo que vi fueron ciudades muy oc- lo propio es el conocimiento de los elementos que conforman
cidentalizadas, con mocasines, vaqueros, celulares y camione- un conjunto, tal que en su interrelación, al modificarse uno de
tas impactantes. He visto a los chinos hacer gimnasia corrien- ellos, se modifican todos los otros. En cambio en la constela-
do hacia atrás, pues consideran que es importante para la mus- ción, tan ficcional como la estructura, en el conjunto de elemen-
culatura, vi llevar a sus pajaritos en sus jaulas y colgarlas en las tos que la componen, al modificarse uno de ellos no necesaria-
ramas de las plazas para que tomen aire y gorjeen a los vientos, mente se modifican los restantes. Es que para Lacan desde sus
vi cómo en Pekín, ciudad mediterránea construida en círculos primeros seminarios, como en el tercero, la estructura se defi-
concéntricos, las casas se dividen en cuartos donde vive una fa- ne como un conjunto de elementos co-variantes. Como ve la di-
milia, no tienen baños, por lo que deben recurrir a los baños pú- ferencia en la clínica es importante, pues es cotidiana la expe-
blicos, cada tantas cuadras, pero son observaciones muy limita- riencia de observar un cambio en una manifestación del sujeto,
das como para generalizar una reflexión social. sin que necesariamente lo acompañen otros en otros registros
de su experiencia. Además, y ahora conceptualmente, la estruc-
tura no puede incluir lo Real que la causa, es decir que lo Real
Siguiendo el planteo de Lacan en relación a los modos de interven-
queda por fuera en tanto es lo imposible de representarse por
ción del analista, sostiene la interpretación en el orden simbólico y
medio de un significante.
el forzaje en torno a lo real ¿Cómo opera el analista con esta herra- _____________
mienta y cuál es su efecto en el analizante? Edgardo Feinsilber es autor de “Goces y materialidad de lo inconciente”, “La interpre-
tacion en psicoanalisis”, “Constelaciones pulsionales”, “La soledad. Novaciones en
Preferimos hablar de incidencias, en la propuesta de Harari, ya psicoanálisis” y (junto a Zulema Lagrotta), “Finales de análisis”; los dos primeros edi-
que intervención tiene una resonancia intervencionista que no tados por Catálogos y los tres últimos por Letra Viva Editorial.

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EL PSICOANALISTA LECTOR Pablo Peusner [http://elpsicoanalistalector.blogspot.com]

Dos señalamientos de Jacques Lacan


sobre la función del dinero en psicoanálisis
“En asuntos de dinero mienta conceptual del momento: los cuatro discursos. Y en
no puedo tener miramiento alguno”1. ocasión de hablar de uno de ellos, afirma: “subrayé que se-
J. Lacan guramente no hubiera sido tan fácilmente propuesto un gra-
fo tal, puesto que en suma se trata de un grafo…”7. Efectiva-

E
l 21 de mayo de 1971, la Escuela Freudiana de París mente, y aquí Lacan lo dice con todas las letras, los discur-
celebraba su congreso anual en Aix-en Provence con el sos tienen estructura de grafo8 –esencialmente, a partir de su
tema de “La técnica psicoanalítica”. Entre los trabajos reescritura como tetraedros orientados privados de una aris-
presentados se encontraba el de Paul Mathis titulado “Pun- ta–. Y es echando mano al dispositivo de los discursos, a los
tuaciones sobre la función del dinero en la técnica analítica”. términos que los componen y a los lugares que adjudica, que
Como de costumbre, Lacan participó activamente en la dis- Lacan ofrece una opción para pensar la posición del dinero
cusión posterior y realizó un comentario no muy extenso que en el análisis. Cito: “Pienso que es totalmente imposible de-
fue más tarde recogido en las Lettres de l’École freudienne nº cir alguna cosa acerca de la función del dinero sin pregun-
9, de 1972 (pp. 195-205)2. tarse masivamente en principio si el dinero está en el lugar
No hace falta conocer el texto de Mathis para comprender mismo del analista, si es identificable con ese objeto a y si el
el sentido de los señalamientos de Lacan. Lo curioso es que discurso del analista está especificado por ese lugar, arriba y
lo encontramos allí hablando del dinero, y ofreciendo algu- a la izquierda que ocupa el analista”9.
nas pistas para que en tanto psicoanalistas reflexionemos so-
bre una problemática en la que –según decía Freud– “copar- La sugerencia resulta valiosa, puesto que si se tratara del
ticipan poderosos factores sexuales”3. discurso capitalista, el lugar del agente estaría ocupado por el
significante amo, el S1. Pero desde el momento en que Lacan
En primer lugar, Lacan rectifica una de las ideas desarrolla- sugiere al dinero en el lugar que es el del objeto a en el dis-
das por Mathis en su intervención: no es un precepto univer- curso analítico, se inaugura una lógica distinta, calificable de
sal que una de las modalidades de la educación del niño con- anticapitalista. El paciente no es un cliente al que debe satis-
sista en “separar muy cuidadosamente la manipulación del facerse, puesto que –como suele decirse en el mundo del in-
dinero de lo que concierne a su deseo”4. Pero además, afir- tercambio de bienes y servicios– siempre tiene la razón. En el
ma: “hay zonas sociales en las que el niño aprende pronto a caso del analizante, esa lógica no puede aplicarse.
manipular el dinero y a conocer su valor. El niño es capaz de Este breve escrito no tiene por función profundizar en
saber muy pronto que el dinero no es simplemente algo que las consecuencias de tales ideas a la hora de conceptuali-
se recibe de manera dosificada por el deseo materno. Creo zar la función del dinero en el psicoanálisis, pero sí rescatar
que se puede enunciar otra ley. (…) La separación del domi- un texto que no es de los más conocidos y citados cuando
nio de la formación del deseo con el aparato del dinero, está se abordan este tipo de problemas, pero que podría aportar
muy localmente designado en la sociedad”5. Probablemente alguna luz a la discusión. Es una fuente más, otra, para re-
los psicoanalistas que no retrocedemos ante los niños poda- frendar aquella idea que anima nuestra tarea: liber enim, li-
mos extraer de esta idea algún tipo de indicación táctica a la brum aperit…
hora de diseñar nuestro dispositivo de trabajo…
pablopeusner@gmail.com
La segunda línea que Lacan introduce en su intervención
_____________
se inicia con la inscripción de la práctica del psicoanalista en 1. Carta a Pierre Martin, del 18 de junio de 1974. Incluida en Pierre
el marco de las llamadas profesiones liberales. Lo que resul- Martin, Argent et psychanalyse, Navarin, Paris, 1984, pp. 198. Esta línea
ta curioso es el modo en que las caracteriza: “La profesión li- retoma palabras de Freud en La interpretación de los sueños, Cap. IV,
beral está muy exactamente y únicamente definida por lo si- parte 3.
guiente: ella está instituida por un desconocimiento sistemá- 2. El texto, cuyo título completo es Interventions sur l’exposé de P. Mathis:
tico de la función del dinero”6. El contexto de sus palabras “Remarques sur la fonction de l’argent dans la technique analytique” au
permite suponer que la profesión liberal no se reduce sola- Congrès de l’École freudienne de Paris sur « La technique psychanalyti-
que », está también incluido en el archivo Pas-tout Lacan, disponible
mente a un intercambio de dinero por un servicio –tal como
en la página web de la École Lacanienne de Psychanalyse: www.ecole-
se deduciría de una lógica capitalista de mercado–. Sabemos lacanienne.net/pastoutlacan70.php.
que en el marco de las reflexiones freudianas acerca del dine- 3. Freud, S. “Sobre la iniciación del tratamiento” (1913), en Obras Com-
ro en el texto de “La iniciación de tratamiento”, siempre es- pletas, Amorrortu editores, Bs.As., varias ediciones, Volumen XII, p.
tuvo muy presente la idea de que los honorarios que percibe 132.
el psicoanalista son su medio de vida; y si bien Freud no ig- 4. Lacan, J. Interventions sur l’exposé de P. Mathis…, Óp. Cit. p. 195 [Tra-
noró las articulaciones entre el dinero y los factores sexuales ducción personal].
5. Ibíd. p. 195-196.
que participan de un análisis, se ocupó de los aspectos teóri-
6. Ibíd. p. 196.
cos de dicha articulación del lado del paciente. 7. Ibíd. p. 202.
El cuestionamiento de Lacan al desconocimiento de la fun- 8. Para desarrollos y consecuencias de esta afirmación, véase Darmon,
ción del dinero por parte de quienes ejercemos profesiones li- Marc. Ensayos acerca de la topología lacaniana, Letra Viva, Bs.As., 2008,
berales es retomado tres veces a lo largo de su intervención. Cap. X.; y Peusner, Pablo. El niño y el Otro, Letra Viva, Bs.As., 2008.
Promediando su desarrollo y casi al pasar, introduce la herra- 9. Lacan, J. Interventions sur l’exposé de P. Mathis…, Óp. Cit. p. 205.

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Problemas y cotroversias en el psicoanálisis

La naturaleza del “Je”


Ahora bien, en un segundo nivel, el Je y los deícticos que lo cir-
Escribe cundan y sitúan, se ubica en una temporalidad corriente, que en
términos tópicos es estrictamente pre-conciente. En esta instancia
Juan Bautista Ritvo el Je, que es un elemento del código, es pronunciado efectivamen-
juanritvo@gmail.com te, forma parte del mensaje. El sujeto desconoce ese Je que en cas-
tellano queda discretamente puntuado en la desinencia: pienso, me

E
n las proposiciones que van desde el 5.6 al 5.641 de su Trac- muevo, etc. Aquí es puro enunciado que nada sabe de sí ni podría
tatus1, Wittgenstein expone una teoría del sujeto que es útil saber: este Je es, por decirlo de alguna forma, algo objetivo.
confrontar con la psicoanalítica, en particular con el momen- El tercer nivel es decisivo. Cada vez que me pregunto dirigién-
to de “Subversión del sujeto” de Lacan, en el cual éste menciona lo dome al Otro “¿Qué soy?”, “¿Quién soy?”, se sabe que solo escu-
impronunciable e impensable que se pone en juego cada vez que cho mi propio mensaje en forma invertida. Pero aquí el Je adquie-
se pronuncia el nombre propio y que metaforiza por su –1 y por re una nueva modalidad: el vacío de la enunciación se revela, sú-
el significado asimilado a la raíz cuadrada de –1. bitamente, en medio de la angustia, relacionada de múltiples mo-
“¿Pero de dónde proviene ese ser –dice Lacan– que aparece como dos a sus parientes, el deseo, el sufrimiento.
faltando en el mar de los nombres propios? No podemos pregun- En este punto, el sujeto deja de ser un mero punto de emisión
társelo a ese sujeto en cuanto Yo (Je). Para saberlo le falta todo, sin extensión, para convertirse en un sujeto encarnado. Contra Des-
puesto que si ese sujeto, Yo, estuviese muerto, ya lo hemos dicho, cartes, podemos decir que el Pienso, luego soy, con todas las inmen-
no lo sabría. Y que por consiguiente no me sabe vivo. (…) ¿Qué sas resonancias que posee, incluidas las ilusorias, supone el roce del
soy Yo? (Que suis-je?) cuerpo. Como dice Joubert a propósito de Rousseau, se trata de la
Soy (Je suis) en el lugar desde donde se vocifera que ‘el univer- carne que toca el himen del espíritu.5
so es un defecto en la pureza del No-Ser’ (Paul Valery)”.2 Mas el pasaje supone un cambio de la temporalidad, ya no pre-
Agrego a este párrafo otro que proviene del mismo texto pero de conciente sino inconsciente; a condición de que pensemos al in-
unas páginas anteriores, en las que el Je se temporaliza. consciente como algo intersticial entre conciencia y preconciencia
“Pero el francés dice: là où c’était… (allí donde eso estaba3). Utili- y no al modo de la psicología “profunda”. Es decir, como una fron-
cemos el favor que nos ofrece de un imperfecto distinto. Allí donde tera que cesa de aparecer cuando interviene la represión eficaz, y
eso estaba en este mismo momento (instant), allí donde por poco que retorna con el choque traumático de la enunciación.
eso estaba, entre esa extinción que luce todavía y esa eclosión que No obstante, nada ganaríamos con adjudicar un saber a ese Je en-
se estrella, Yo (Je) puedo ver al ser desapareciendo de mi dicho. carnado, si desconociéramos que el Je vacío de partida, ese Je que
Enunciación que se denuncia, enunciado que se renuncia, ignoran- pertenece por derecho propio al territorio de la lengua, es decir, a
cia que se disipa, ocasión que se pierde, ¿qué queda aquí sino el la sincronía, afecta decisivamente al que llamo encarnado.
rastro (trace) de lo que es preciso que sea para caer del ser?”4 ¿Cómo? En el instante temporal casi infinitesimal pero decisi-
Antes de exponer los textos pertinentes de Wittgenstein para vo entre la desaparición que está en vías de efectuarse, que está
ponerlos en diálogo y en fricción con los que acabo de citar, tarea constituyéndose como tal, y un significante que marchite y alie-
que nos insumirá varias notas sucesivas, prefiero introducir un co- ne al sujeto, allí mismo, en tal intervalo acontece lo esencial del
mentario preliminar sobre los alcances del Je. sujeto, si es que como podemos utilizar el vocablo “esencia” y sus
¿El Je aislado y formal, es exactamente el mismo que el Je del derivados. Es el punto de la angustia que revela, a la vez, la va-
Je suis, es decir el Je del Cogito? ciedad del yo de la enunciación, el temblor de la carne y los lími-
Para responder al interrogante, propongo distinguir tres niveles tes del saber que, no obstante, es el único saber auténtico del que
sin duda interrelacionados: disponemos.
1) El Je como articulador formal; 2) el Je de la temporalización El discurso psicoanalítico todavía no se ha hecho cargo de él, en-
corriente, dominada por un presente que divide las aguas entre el tre otras y buenas razones, porque se contenta con pensar el tiem-
pasado y el futuro; es lo que me gustaría denominar el Je standard; po del inconsciente como un simple tiempo a posteriori, dejando
3) El Je del Cogito, en el cual se presentifica la temporalización con de lado que el a posteriori, como inversión simple, que conduce
efecto retardado y de inminencia diferida, como en la cita del tex- de vuelta, desde la derecha a la izquierda, la flecha temporal, es
to de Lacan, “un poco más y…”; temporalización en la cual hay un algo pre-conciente por completo.
instante vacío y que se corresponde con la angustia. De aquí debemos partir.
Veamos: El primero es el más fácil de definir, basta acudir a _____________
los manuales usuales. El pronombre de primera persona es, al 1. Wittgenstein, L. Tractatus Logico-Philosophicus, Alianza Universidad, Ma-
drid, 1973. pp.163/167. Véase asimismo, Kripke, Saul, Wittgenstein: re-
igual que los otros deícticos y tal como lo afirmó Benveniste, una glas y lenguaje privado, UNAM, México, 1989, pp.129 y 145.
irrupción del discurso en el seno de la lengua, ya que solo desig- 2. Lacan, J. Escritos 2, Siglo XXI, Buenos Aires, 2008, pp.779/780. Quiero
na al que habla, en tanto habla actualmente: su sentido se redu- aclarar que en lo que sigue no intento decir “qué quería decir verdadera-
ce a su empleo efectivo. Es un operador perfectamente vacío: de- mente Lacan”. El estilo de “Subversión del sujeto” –elíptico, voluntaria-
signa sin significar. Así como la serie entera de los números natu- mente patético, enigmático–, está hecho para que nadie pueda leerlo sin
rales se deduce a partir del conjunto vacío, la posición del suje- aportar algún excedente significante, que es, en definitiva, el alcance que
to empieza a construirse a partir del triángulo indicial sin conte- tiene cualquier interpretación: interpola en lo dicho algo no dicho. Por
nido: Yo, aquí, ahora. supuesto, la paráfrasis y el comentario servil ignoran estas condiciones
de enunciación.
El niño que pide dame eso desconoce que en la desinencia ver-
3. El traductor elige esta versión (podría haber dicho “allí donde era”) para
bal en la cual dos personas vacías se conjugan (yo, tú) junto con adecuarse al Wo Es war freudiano, aunque escribir “estaba” por “era” no
el útil y polivalente designador “eso”, se articulan designaciones parece un buen criterio; pero, en definitiva, no es decisivo para los fines
que nada significan en sí mismas. A partir de ahí, se iniciará el lar- que me propongo con la cita.
go camino que, detenido provisoriamente en los juegos lingüísti- 4. Ib. pp.762/763.
cos triviales, se habrá de tornar vertiginoso cuando se trate de ce- 5. Laserre, Pierre, Le romantisme français, Mercure de France, Paris, 1907,
ñir el trasfondo infinito de las significaciones. pp. 143/144.

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SABER DE LA HISTORIA Sección coordinada por Mauro Vallejo [maurosvallejo@gmail.com]

La desaparición del Dr. Gabriel Castillo Cerna


y la Asociación Psicoanalítica Chilena (primera entrega)
por SILVANA VETÓ*

E
l Dr. Gabriel Castillo Cerna, psiquiatra de la Universidad de Chile “egresado” de su Instituto y, además, un activo colaborador de la Aso-
(UCh), “egresado” del Instituto de Psicoanálisis de la Asociación ciación. Después de sus estudios universitarios y la especialización en
Psicoanalítica Chilena (APCh) y ex profesor de la Escuela de Psi- psiquiatría, Castillo habría trabajado en la Clínica Psiquiátrica de la UCh,
cología de la Universidad Católica de Chile (PUC), desapareció el lunes dirigida entonces por el Dr. Ignacio Matte Blanco, donde se formó la ma-
11 de octubre de 1976, aparentemente en manos de agentes de la ex Di- yor parte de los psicoanalistas de la época. En algún momento entre me-
rección Nacional de Inteligencia (DINA), a los 43 años de edad. No hubo diados de los sesenta y antes de octubre de 19721, comienza su forma-
testigos de su detención ni tampoco de su paso por campo de concen- ción en el Instituto de Psicoanálisis.
tración alguno. El caso fue sobreseído en 1980 y en 1982 la familia so- Su participación en las actividades de la APCh son intensas entre 1974
licita la “Muerte Presunta”, luego de lo cual en su Certificado de Defun- y 1975.2 En septiembre de 1975 solicita la designación de un tutor para
ción aparece la fecha 11 de octubre de 1978, mientras que el lugar de realizar su trabajo de ingreso a la Asociación, con la cual habría pasado
defunción permanece vacío. al rango de “miembro”, pero ello no se concretó. Aún a inicios de 1976,
En el Informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación participaba activamente en las actividades de la APCh.3
o Informe Rettig (1991), Castillo figura como militante del Partido Co- Además del Informe Rettig, Castillo aparece en dos placas puestas
munista. También se afirma que habría sido detenido en 1975, interro- por el Colegio Médico de Chile en nombre de los médicos asesinados o
gado y dejado en libertad (Tomo 2, p. 838). Su militancia no ha podi- desaparecidos durante la dictadura, una en sus propias dependencias
do ser corroborada, las entrevistas realizadas la desmienten, pero el PC y otra en la Facultad de Medicina de la UCh, así como en dos libros
chileno no guarda archivos de la época. Respecto de su primera deten- patrocinados por el Colegio Médico sobre los mismos casos4. En
ción, sólo los registros del Programa de Derechos Humanos del Go- contraposición a esto, la APCh ha brillado por su ausencia. Ninguno de los
bierno, contienen alguna mención corroborativa: se trata del testimo- textos escritos por sus integrantes acerca de la historia del psicoanálisis
nio de su segunda esposa, quien afirma que éste habría desaparecido lo menciona, y reina (o reinaba hasta hace muy poco) la idea de que no
algunos días en 1975, regresando agitado y con marcas de tortura, en hubo psicoanalistas víctimas directas de la represión política –aun a pesar
muñecas y tobillos. de la dedicatoria que a pie de página realizara el psicoanalista de la APCh,
Uno de los aspectos más problemáticos del caso, es que al parecer Dr. Juan Pablo Jiménez, en un texto de 19895–. Sólo una investigación
Castillo habría presentado un grave trastorno de tipo psiquiátrico que, vinculada al psicoanálisis, que lamentablemente no ha sido publicada,
según algunos, había comenzado en 1974, mientras que, para otros, en ha puesto atención en este caso, y pertenece a un psicoanalista de la
esa fecha no había hecho más que acrecentarse. Es probable que haya Sociedad Chilena de Psicoanálisis (ICHPA), no de la APCh.6
sido dicha condición la que desarrollara en él una religiosidad extrema Después de junio de 1976, Castillo desaparece de los registros de la
que, entre otras cosas, se tradujera en reiteradas apariciones públicas en APCh. Algunas tímidas iniciativas individuales intentan dar con su para-
que llamara a levantarse contra el régimen de Pinochet, específicamente dero, pero a nivel institucional sólo hay redoblamiento de su desapari-
en la ex Parroquia Universitaria, donde “se sabía que asistían agentes o ción. En 1999, 23 años después de su desaparición y una década des-
‘escuchas’ de la ex-DINA” (Vicaría de la Solidaridad, foja 91). pués del fin de la dictadura, se realiza una especie de pequeña conme-
La familia sospechó que el motivo de su desaparición se vinculaba al moración, plagada de ambigüedades.
hecho de haber tenido en tratamiento por mucho tiempo a la madre del ____________
ex Canciller Orlando Letelier, asesinado en Washington D.C. por la DINA * Master en Psicoanálisis, Universidad París 8, Francia; Doctoranda en Historia, Uni-
versidad de Chile. E-mail: silvana.veto@gmail.com.
el 21 de septiembre de 1976, sólo 20 días antes de la desaparición del
psiquiatra. Según parece, la familia de Letelier compartía esa sospecha, 1. El 27-10-1972 el Presidente de la APCh, Dr. Whiting, envía una carta a su par de la
puesto que Fabiola Letelier, hermana del ex Canciller, fue la abogada de Asociación Psicoanalítica Argentina, Dr. Arnoldo Rascovsky, anunciando quiénes
la familia de Castillo. viajarían a París en mayo de 1973 para el Congreso de la IPA. Allí, Castillo aparece
En las declaraciones realizadas a raíz de su desaparición, pudimos en la rúbrica “egresados y candidatos” (APCh, Cartas enviadas-recibidas extran-
jero, 1972-1975).
tomar conocimiento de que su psicoanalista fue el Dr. Carlos Whiting, 2. Participa como conferencista en actividades organizadas por la UCh y la PUC, jun-
Presidente de la APCh durante un largo y convulsionado período (julio to a los más destacados psicoanalistas de la época. Dichas actividades figuran en
de 1971 y diciembre de 1977). En dicha declaración, Whiting asevera las actas de la APCh como actividades de la Asociación, es decir, en ellas Castillo
haberlo tratado entre el “13 de marzo de 1957 al 28 de enero de 1972, habría representado a la institución. Como se verá en la próxima entrega, el grado
logrando en ese período que se recuperara de las crisis de depresión de vinculación de Castillo a la APCh será un tema crucial.
3. En efecto, es uno de los dos “egresados” seleccionados para presentar un caso
que sufría (…)” (Vicaría, foja 11). Luego afirma: “En 1975 comenzaron clínico en las reuniones con el psicoanalista argentino David Liberman, quien para
(…) algunos comportamientos extraños (…) en una ocasión el Jefe de algunos fue un importante catalizador del desarrollo del psicoanálisis local de la
Extensión, Ricardo Vergara, no lo incluyó en los cursos planeados en el época.
año 1976, ya que algo andaba mal (…) de comportamiento irracional 4. Maldonado, Moya, Romero & Vega. (1993). Porque fuimos médicos del pueblo.
en él, ésto consistía en un aumento exagerado de su religiosidad, an- Los médicos asesinados durante la dictadura militar en Chile. Santiago: Comisión
de solidaridad con médicos objeto de represión; (1999). Ellos se quedaron con
tes ateo o moderado y un cambio en su enfoque político. Hace cerca de nosotros. Santiago: LOM.
dos meses atrás la Directiva de la Asociación analítica chilena se reunió 5. Jiménez. (1991) Algunas reflexiones sobre la práctica del psicoanálisis en Chile
para discutir su problema y se debatieron dos diagnósticos, uno esqui- hoy. En Casaula; Coloma & Jordán (Eds.). Cuarenta años de psicoanálisis en Chi-
zofrenia forma hebefreno paranoidia? o psicosis tólica?” (Vicaría, foja le. Biografía de una sociedad científica. Santiago: Ananké. (p. 439-461).
11; destacado en el original). 6. Dicha investigación es una tesis de Magíster de 2009, realizada en Universidad
Adolfo Ibáñez (Santiago). Además de no haber sido publicada, no es asequible en
La Directiva de la APCh debatió acerca de Castillo porque éste era un la biblioteca de dicha universidad.

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Libros

Inconsciente, sentido y forclusión


de Daniel Paola (Letra Viva, Buenos Aires, 2011)
por Brigitte Bataille
La política del psicoanalista. Analisis finito y posiblemente lo tanto, andando sobre lo no-secuestrable, es decir sobre lo
finito. Conocí a Daniel Paola cuando hizo una presentación en real de la estructura en el psicoanálisis. Sigue su propio cami-
Paris de su hipótesis que hablaba de un real desconocido que no sin repetir un discurso habitual. Me parece que entre nues-
era testimonio de un silencio en Argentina. Fue un texto que me tro primer encuentro y hoy, con este libro, quizás hay un pasa-
emocionó. Daniel intentaba transmitir su oposición al encuentro je del miedo de un eventual análisis infinito, a la posibilitad de
de todo discurso oficial, ya sea determinado por un Estado o un análisis finito con el acto efectivo del analista.
por el psicoanálisis mismo. Quizás parecía un poco triste para
la época por dos razones: lo real de los cuerpos desaparecidos Una luz sobre un significante. Lacan decía que el psicoanáli-
durante la dictadura, y su efecto sobre la cura analítica en sis se inventa con cada cura, entonces pienso que tenemos que
Argentina. Esta superposición hacía que los analistas tuvieran inventar andando. Reconozco bien a Daniel cuando lo veo ex-
dificultades para poner su acto desde un lugar del semblante, traer una palabra para despertarnos y crear una nueva mane-
ya que la fuerza de la desaparición real existente en muchas ra, una luz puesta sobre el pensamiento. Así es su estilo al in-
familias, daba por tierra cualquier intento discursivo que no era tentar salir de un discurso que bien podría caer en lo oficial si
reconocido. Mi encuentro con estas preguntas, que resuenan estábamos durmiendo en un lindo canto teórico.
para otros en otras historias en el mundo, hacía que lo que Con Lacan, también Daniel me recuerda que el significante
escribiera en aquella oportunidad, resonara como una carta «forclusión» en efecto no debe estar reservado para la psicosis.
publica. Así fue como nació nuestra amistad. Nos recuerda que el corte que introduce el fin del análisis, no sólo
Hoy Daniel me parece más optimista sobre el acto del analis- provoca a veces un «à quoi bon», es decir una desolación como
ta al escribir Inconsciente, sentido y forclusión. Si bien sigue ho- en la canción de Gainsbourg «Je suis un à quoi boniste (la canción
radando contra un discurso oficial analítico, construye hoy un dice aquoiboniste es decir es la referencia a quien no le importa
hecho real buscando y extrayendo un significante del Semina- nada), à quoi bon, à quoi bon…!. El fin de una cura podría tam-
rio de Lacan “El sinthoma”: la forclusion del sentido. Sigue, por bién dar lugar por el contrario a un entusiasmo pulsional, ¡por

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que no!… sobre un fondo de vacuidad. Entonces por una no-to- el funcionamiento como cuarto, es injertar un vacío como un
da neutralidad del analista, que tiene que inducir el injerto de sentido forcluido, para que el sujeto crea y acepte un interva-
un dicho o que interpreto como un vacío propio de un acto, va lo entre dos límites que comprende lo desconocido. Pero injer-
a generar un estado nuevo del sujeto en juego. A veces me per- tar no es forzar con ninguna voluntad positiva los hechos de
mito hablar del juego de “taquin” (empuja-empuja, pousse-pous- parte del analista. Si se hace es porque, además, algo se gene-
se) que permite mover las letras porque falta una, y la que falta ra a partir de su deseo. Es decir que no sería suficiente consi-
hace parte entera del juego. ¿De qué manera el zoom que Daniel derar la forclusión del sentido al principio de la cura como ac-
hace sobre la forclusión del sentido me hace pensar? ción que hay que realizar. Solamente hay que permitir un pro-
ceso de dichos que hacen al analizante prestado a la acepta-
Hay que especificar el psicoanálisis. Lo que me parece cru- ción de una negatividad, (caso contrario sería como una su-
cial transmitir hoy, es la «invención del psicoaná- gestión que censura sobre el desfile de sus signifi-
lisis con cada cura» como decía Lacan. En un con- cantes propios).
texto político más y más normalizante y mercantil, La experiencia es no evitar sino pasar por los sig-
donde toda suerte de psicoterapias oscurece poco nificantes, que son como personajes de la ficción a
a poco el nervio del psicoanálisis, parece urgen- construir antes de darse cuenta un día de una ope-
te especificar una diferencia y seguir construyen- ración que ya fue.
do una política del analista, fuera de todo dogma.
Si el psicoanálisis molesta, quizás es porque funcio- In-consistir. No forzar es decir que la política del
na a partir de negatividades que nos presentan que analista es desafiliarse de la consistencia, que per-
toda cosa no es controlable. Por lo tanto falta un as- tenece a la ideología psicológica y que fabrica un
pecto, un saber: que nadie ni ningún estado puede análisis infinito, abuso de poder en la transferencia,
atrapar su sustancia medular, porque ello constitui- o lo que es lo mismo identificación al saber. Para
ría una positividad, una consistencia, entonces psi- permitir la operación de introducir este vacío que
cológica. Con el psicoanálisis, en cambio, solamen- es el funcionamiento de la estructura de la enuncia-
te queda un movimiento en el juego, relaciones, contingencia, ción, el analista debe ¡in-consistir! Es preciso decir: ¡todavía la
un real que escapa… negatividad! Y el análisis tiene que hacer sus tours.
Por fin a propósito de tours voy a evocar un sueño topológi-
Negatividades. El discurso de este libro lo definiría más por co que tuve: ¡el torno del alfarero!
una no-consistencia –al contrario de la psicología que insiste en Hay equívocos en francés sobre el significante tour para de-
curar desde la consistencia del positivismo–, el análisis funcio- cir torno, torre, manipulación mágica, un ser andando en un
na con un transferencia dialéctica, sobre cosas que no se pue- lugar, o también la máquina que sirve al alfarero para hacer su
den atrapar en tanto constituyen campos diferentes como de- vaso de tierra. En este sueño, el alfarero está en su tour, y va
bates posibles al interior de su propio discurso generado a par- a hacer un tour de magia a causa de una burbuja de aire en la
tir del vacío y del enigma. Si la ciencia analiza, el psicoanáli- tierra liquida. Va a retornar el vaso como si fuera una botella
sis construye, deconstruye y re-construye el mundo del suje- de Klein. Esta operación, normalmente imposible, fue efecti-
to. Un mundo de palabras, objetos, y de imágenes y es en esta va para el alfarero únicamente gracias a la burbuja que era un
construcción que modifica el contexto del sujeto y al volver lo agujero que autorizaba el retorno. A partir de este tour y gra-
cambia. Su posición existencial toca el narcisismo primordial, cias a la burbuja de aire, empezaban las equivocaciones sobre
y ésto es lo que estimula el acto analítico inductor de un cam- la palabra tour… Pero un vaso retornado parece a un vaso. No
bio. Entonces hay vacío, hay real fuera de toda posibilidad de se podía ver nada de la operación. Súbitamente si aquí queda-
pensar, que se transmite. ¿Es éste el sentido forcluido? ba una traza de la operación, que fue un pequeño agujero, la
burbuja, el aire, se solidifican. Así no era un vaso como otro.
Solo el vacío se transmite. El analista permite que un saber No podía tener flores ni agua…
pase del lado del analizante. Pero no es el analista quien tie- En este objeto hay nuevos nombres, de S1 al S2 y S3 y más.
ne el saber. Así el analista no sabe nada por anticipación y eti- Según mis amigos, parecía que fuera un instrumento de músi-
queta lo que va a pasar en tal cura, si esto no es de tal modo, ca que se llama potée, donde se utiliza el agujero con la mano
constituiría una psicoterapia. para hacer una percusión musical de tipo brasilera… Según los
En la práctica clínica, otra cosa que diferencia el funciona- analistas, era la botella de Klein. Según Lacan mi alfarero fa-
miento analítico de la psicología, es precisamente que hay una bricaba el vaso de Heidegger, que habla del acto de creación a
distinción entre la palabra y la enunciación. De esta forma se partir de la nada, ex-nihilo, y que este era un vacío activo.
injerta la estructura del funcionamiento del lenguaje en la cura, ¿Será posible que el vaso de tierra, de Heidegger tenga que
porque el analista no se ubica en la consistencia de saber, sino ver con el sonido? Unos dicen que si fabricamos una punta tor-
en la negatividad de saber: es decir que el mismo funcionamien- nando sobre el surco de los antiguos vasos de los griegos, como
to de la negatividad parte de la operación, si el analista allí se la que permitió leer discos a buena velocidad, se podría escu-
posiciona. La cura analítica conduce a un injerto del funcio- char en teoría a la voz o el canto del alfarero griego que estaba
namiento como cuarto elemento forcluido e incluido, como el fabricando su vaso en el tour, torneando, en la época.
Sinthoma. La forclusión de sentido que presenta Daniel a par- Todas estas equivocaciones, son nuevos mundos que se abren,
tir de Lacan, se transmite como vacío operativo a partir del de- a partir de una burbuja de aire, al exterminar el vaso. Estos
seo negativo del analista. Quizás es la única cosa que se trans- mundos son el punto que vista de la cura.
mite en un análisis y ésto tiene muy poco a ver con contenidos El análisis hace sus tours antes de que una burbuja de aire
y consistencias psicoterapéuticos. venga a retornar y a cambiar por completo la situación, dejan-
do solo una pequeña traza de su operación… ¡Así el psicoaná-
Injertar la estructura. Entonces lo real que ek-siste, partici- lisis: es una práctica de circulación, de aeración! ¡Aire!
pa en la estructura (¡¿Ek?!) como un cuarto. Quizás la políti-
ca analítica se encuentre basada en esta orientación: injertar brigitte.bataille@noos.fr

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¿Qué hay de nuevo, viejo?

Descenso
ba, los chicos durmiendo. La cantidad de domingos que se ha-
Escribe bía quedado en casa, la cantidad de cosas que había dejado de
hacer o, al contrario, las veces que adelantaba trabajo para po-
Mario Pujó der estar disponible un día de semana. «Lo que a los cuarenta y
m.pujo@fibertel.com.ar ocho años son muchas, muuchas veces». Las imágenes desfila-
ban en ronda por su cabeza. Había arriesgado la vida, el auto,

L
o peor parece que había sido el miércoles, durante el par- había relegado a los chicos, la familia, trabajado a deshoras…
tido de ida. De repente sintió una taquicardia impresio- El asunto se le presentaba como una evidente injusticia. Que
nante. El corazón se le salía del pecho. Cuando dejaba de no merecía. Una verdadera decepción amorosa. «¿Viste las mi-
mirar se le pasaba. Pero apenas volvía a mirar, el ritmo cardíaco nas despechadas? Bueno, yo, lo mismo. De aquí en más, ¡nada!
se disparaba. «¡Ah no! −se dijo−, ¡encima un infarto no!». De- Sólo me voy a dedicar a lo que me hace bien». ¡A olvidarse de
bía tener una rara expresión porque su mujer le preguntó qué le la Copa América! «Ahora sigo a las leonas».
pasaba. «No puedo mirarlo, no puedo mirarlo», y se sentó frente Lunes 27, una mañana blanca, fría, atemporal. Expresiones
al jardín, de espaldas al televisor. Lo del domingo lo tomó con desencajadas. Ojos irritados. Caras de no dormir. En el edifi-
serenidad. «Estaba preparado». Intuía lo que se venía. «Aunque cio, el encargado camina absorto por el pasillo. El rostro de-
si nos daban el primer penal, nos poníamos dos a cero». E ine- mudado, habla solo y gesticula al aire. El abogado del cuarto
vitablemente repasaba las diversas variantes, las innumerables ensaya un argumento: «No es como perder una final, porque
alternativas, lo que habría ocurrido, lo que hubiera podido ser cuando perdés una final salís segundo» −explica deshauciado
o no ser… «Pero ahora ya está, no hay nada que hacer», se re- en el ascensor−. «Esto es peor. Mucho peor. Esto es convertir-
signaba, despertando crudamente a lo ineluctable. El momento se de repente en el pior de todos».
de la revelación vino después. Cuando ya ni pensaba. «No que Enamoramiento e hipnosis. Freud amplía la estructura del
me hubiera olvidado, pero casi». Decidió hacer un asado y fue aparato psíquico individual para dar cuenta de los fenóme-
a encender el fuego. Era un tronquito un poco grueso. Lo daba nos grupales. Y anota la derrota militar como un caso para-
vuelta para un lado, para el otro. Estuvo un buen rato mirando digmático de desestructuración de una masa artificial por caí-
las llamas y, mientras tanto, recordaba una a una las veces que da del ideal. Un momento de desconcierto, incluso de estupor,
había vuelto en zig zag por la Panamericana, a toda velocidad, de emergencia de lo que no se puede creer. No una expresión
porque el partido empezaba a las nueve. La cantidad de veces de incredulidad, sino de increencia. La irrupción de lo real en
que entraba a su casa hecho una tromba y les decía a los chicos: tanto intramitable.
“ahora no, después”; y, a las once, cuando el partido termina- El descenso de River resulta, de derecho, imposible.

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Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires
Seminario-Taller

El Cine al filo del Psicoanálisis


A cargo de Hugo Dvoskin y José Rehin
Películas: Casablanca, Match point, Frankenstein,
Hable con ella, 21 gramos, Gente como uno,
Después del casamiento, Hiroshima mon amour, Babel
Las películas no se proyectarán durante el Seminario.
En el primer encuentro discutiremos Casablanca

Fecha de inicio: Jueves 25 de Agosto de 2011


Frecuencia: Semanal
Horario del seminario: de 19 a 21 hs
Lugar: Puán 480

Informes e inscripción: inscripcioneseube@filo.uba.ar


Secretaría de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil
Facultad de Filosofía y Letras. UBA.

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Colaboración

Vestidos de mujer
presente en el accionar travesti seguimos insistiendo en que
Escribe hay algo que pasa por este particular atuendo femenino que
Teresa Traynor es compulsivamente inevitable: “A mí me gustaba Rubén pero
a él jamás lo veía como yo y yo no quería ser como él. Enton-
rony_art@telecentro.com.ar
ces ahí hay algo más que la sexualidad. Mi problema era que

Q
no me podía gustar Rubén e ir a su casa con tremendos mo-
uisiera comenzar este trabajo planteando algunos inte- ños y trenzas como tenía mi hermana. Para mí no era ilícito
rrogantes, respecto de los cuales no creo haber obtenido mi deseo sexual hacia Rubén. Lo ilícito era que yo iba con ves-
todas las respuestas, pero al menos me servirán como tido a tomar un helado con él, sentía que me veían mal ves-
guía de este desarrollo. tida, él mismo me veía así, pero era lo que yo más quería, es-
¿Qué lleva a un sujeto infantil que oscila aproximadamen- tar así vestida”.
te entre los 6 y 13 años de edad a sentir la compulsiva nece- Adhiero a la tesis de Catherine Millot expuesta en su en-
sidad de vestir ropas de mujer? sayo sobre transexualismo Exsexo2 donde afirma que el su-
¿Cuáles son las operaciones identificatorias producidas en el jeto transexual impide la precipitación en la psicosis por vía
seno de la estructura edípica para que un sujeto perteneciente de la operación en la que produce la ablación de sus genita-
al género masculino sienta que ha nacido con el sexo equivo- les masculinos.
cado, y necesite cambiarse el nombre y usar ropas femeninas Abro la pregunta ¿podríamos afirmar que el hecho mismo de
sin perder el miembro viril? ¿Cómo pensar ese oscuro tránsi- vestirse de mujer anuda a un cierto registro simbólico el deso-
to que va desde la aparición en la familia del mal nombrado villado hilo de la trama imaginaria del sujeto?
mariquita, hasta su exclusión del hogar y su inserción en los Creo que hay que volver a recordar lo que plantea Lacan
ambientes prostibulares, que son los verdaderos espacios de en el seminario de “Las relaciones de objeto”: El falo partici-
construcción del cuerpo travesti? pa siempre de algo que lo vela, sobre la cortina se proyecta la
¿Por qué es casi imposible pensar el travestismo por fuera imagen de una ausencia.
de la escena pública, cuestión que marca una de las diferen- Podemos pensar entonces que algo falló en la veladura del
cias con el transexualismo? ¿Cuáles son las coordenadas que falo materno, imaginario, para que el travestismo reproduzca
regulan el encuentro con el cliente? en lo real grotescamente, una cortina que lejos de ocultar, de-
Debates sobre discriminación, sobre derechos ciudadanos, nuncia, lo insoportable de esa ausencia.
sobre identidad de género recrean un panorama confuso que Habrá entonces que disfrazarse de “La Mujer” que su madre
no aporta luz a la implicancia subjetiva que supone la elec- no es, ya que ella, la madre, no es más que Una.
ción de trasvestirse. Recurro al escritor cubano Severo Sarduy3 quien en nume-
Voy a citar algunos testimonios extraidos del libro Cuerpos rosos ensayos y novelas ha trabajado el tema del travestismo
desobedientes, travestismo e identidad de género, de Josefina Fer- generosamente: “el travesti no imita a la mujer… para él no
nández1 que hablan de las primeras experiencias en las que el hay mujer, sabe que ella es una apariencia, sabe que su reino
sujeto infantil comienza a sentir su transformación: y la fuerza de su fetiche encubren un defecto… El travesti no
“Me di cuenta que había dos sexos y de que yo no estaba en copia, simula… es más bien la inexistencia del ser mimado lo
el lugar que quería… Era chiquita, tendría seis años. No era que constituye el espacio, la región o el soporte de esa simu-
nena pero tampoco me parecía que era trágico que no haya lación, de esa impostura concertada, aparecer que regula una
nacido nena. En todo caso, podría comportarme como nena y pulsación goyesca entre la risa y la muerte”.
listo. Más allá de que fuera al baño de distinta manera. Yo me Desde ya el travesti no quiere engañar a nadie, en todo caso
sentía única, no conocía a nadie como yo…”. quiere denunciar justamente la inexistencia del ser mimado,
En otro lado leemos: simulado. La erección cosmética del travesti, la agresión es-
“Mis juegos eran las muñecas, las comadres, preparar la co- plendente de sus párpados temblorosos, su voz siempre en
midita… hacía todo lo que puede hacer una niña. Salíamos a off, como si perteneciera a otro personaje, su cuerpo insufla-
caminar, paseábamos, juntábamos huevitos de ayer para ha- do de hormonas y siliconas, su bizarra y barroca vestimenta,
cer collares. A mi no me gustaba el futbol…”
El travesti no quiere ser confundido con el gay, ni con nin-
guna otra categoría transgenérica, su definición pasa por el FE DE ERRATAS
acto de travestirse y funcionar con los códigos que ellos supo-
nen propios de la femineidad: El artículo de cometario de la publicación Fluc-
“Esta situación de mostrarnos, de mariconear sin vergüen- tuat Nec Mergitur Nº5, que publicáramos en esta
za desde chiquitas es propia del travestismo. Aunque nos di- misma página de nuestro número anterior (junio
gan que somos niños homosexuales que luego nos hacemos 2011), por un error de imprenta apareció firma-
travestis, no es así. Porque muchos homosexualitos se que- do por Carlos Giusti, y su autoría corresponde
dan ahí ¿no? Porque a diferencia de los gaycitos, nuestro de-
seo primero es de ser niña, lo tenemos a flor de piel y por en- a Patricia Werfel.
cima de cualquier otro deseo. En el caso de los homosexuales En nuestra página web (www.imagoagenda.com.
su deseo primero es el deseo sexual por un varón como ellos. ar) podrá encontrar ambos textos con sus auto-
Este no es nuestro caso”. res mencionados de forma correcta.
Si bien el ejercicio de la homosexualidad no deja de estar

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FCPA 3
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despliegan sobre el tablado de la escena pública que la ver- de la tarde estamos con el baño, el perfume, el maquilla-
dad tiene estructura de ficción y que la mujer esta mal dicha je, el vestido, antes ya fuiste a comprarte toda la ropa. Va-
como la verdad. mos a trabajar a ofrecer un espectáculo… porque durante
Si su inconsciente pudiera enunciar algo lo diría de esta todo el día en tu cotidianeidad te sentís maltratada, enton-
manera: maldita tú, mujer que por mal velar tu privación me ces esas horas de la noche son tu venganza, sentís que sos
obligas a mí a conservar el pene por debajo de tus vestidos y Susana Giménez y que se sacan el sombrero por vos, que
desmentir así tu falta. te saludan y les gustás, porque no tenés un gramo de más,
Hasta aquí la lectura que podríamos hacer de lo que el per- porque tenés todo”.
sonaje travesti nos da a ver, generando un campo escópico No puedo dejar de recurrir al texto de Freud: “Pegan a un
respecto del cual algunas miradas no pueden sustraese, otra niño”, texto que es el engrama sobre el que Lacan dicta el se-
cosa será pensar cuál es el sujeto allí jugado en esa puesta en minario de “La lógica del Fantasma”.
escena. La fórmula de “Pegan a un niño”, que le sirve a Freud para
Constructo neobarroco, híbrido, cyborg, el travesti muestra hablar de la génesis de las perversiones sexuales, articula el
superposición de texturas, no sólo de afeites y agregados, no modo en que tras el castigo se oculta el goce masoquista repri-
sólo de marcas en el cuerpo, no sólo de intersexualidad sino mido. El sujeto goza de dicho castigo ejecutado por el agente
también de interdiscursividad. de la castración y en consecuencia lo erogeiniza, en última ins-
En su accionar pueden leerse dos posiciones: en un primer tancia se trata de ser flagelado por el pene del padre.
nivel de lectura, un discurso compatible con cierta posición ma- “Vienen a buscar el bulto y eso los convierte en tus es-
soquista muy del lado de la queja femenina: esta queja apunta clavos” confirma otro testimonio presencial, al referirse a
a reclamar al Otro social o político, la falta de inserción labo- la clientela, con lo cual nuestro personaje condensa por un
ral que los obliga a prostituirse, la ausencia de modelos iden- lado la identificación paródica con la madre fálica: ropas de
tificatorios, que les permita salir de la prostitución, sintiéndo- mujer más miembro viril, y por otro, la asunción de la figu-
se además víctimas del maltrato policial. ra obscena y feroz que encontramos en la vertiente sadeana
Son por lo tanto criaturas abandonadas por la negligen- del Super Yo. Es en esta vertiente de la obediencia debida
cia estatal que no provee las medidas sanitarias pertinentes al Otro absoluto en la que desaparece como sujeto y se co-
para protegerlos del HIV y de las prácticas estéticas margina- loca del lado de instrumento de goce del Otro, es decir en
les tales como las inyecciones caseras de siliconas o de acei- la posición de objeto.
te industrial con el que “Deben modelar su cuerpo a pedido En ese ciclo de florecimiento y disolución, de acción flage-
de la clientela”. (Esta última frase es textual de un testimo- lante y goce pasivo juegan, en la torsión de la banda, las dos
nio presencial). caras del travestismo, que en su accionar repetitivo, en su co-
Pero en otra lectura que hace a la acción puntual del en- dificada performance, en el ensayo orgiástico y disciplinado de
cuentro con el cliente queremos afirmar que el travesti asu- cada noche, es como aquel insecto camuflado, con exceso de
me una posición sadeana. precauciones, que por hacerse pasar por otro, va a parar a la
Leemos en Intenciones de R.Callois: “La máscara abre la puer- boca del Gran Depredador.
ta a la audacia libertina, permite palabras y gestos prohibidos, ________________
introduce una excitación equívoca de alto voltaje brutal… cu- 1. Fernández, Josefina, Cuerpos desobedientes, travestismo e identidad
de género. Edhasa. Buenos Aires, 2004.
brirse la cara con un rostro falso los invita a creerse otro, un
2. Millot, Catherine, Exsexo, Catálogos, Buenos Aires, 1987.
antepasado, un demonio, un dios”.4 3. Sarduy, Severo, Ensayos generales sobre el barroco, F.C.E., Buenos
Cito otro testimonio que acompaña esta idea de Callois, Aires, 1987.
en el mismo texto de Josefina Fernandez: “Desde las seis 4. Callois, Roger. Intenciones. Ediciones Sur. Buenos Aires, 1980.

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Formas de autismo (Primera parte)


por Osvaldo Francisco Meira
“…El otro día, por ejemplo, tuve un sueño extra- Son los momentos de la identificación primaria, –al padre, al
ño: mis padres volvían de un viaje y en lugar de re- amor al padre, dice Freud–, como primera palanca fundamen-
unir a la familia en su casa, para ver las fotos, envia- tal. Esta incorporación, consiste en la introducción dimensional
ban un mensaje anunciando que las habían colgado
en Facebook… del propio lenguaje, con su significante fundamental: el falo,
Me está pasando cada vez más seguido. Amigos, fa- el que siempre habrá de tener el “halo/disco” del padre. Él em-
miliares, compañeros de trabajo. Están allí, frente a pezará ya dando libreto al goce, que de por sí, no lo tiene; des-
mí, y de pronto ya no. pués, por su operar destinal, él mismo encauzará la ley vía pro-
Se han ido tras un bip después de mascullar, ansio- hibición, en la escena castratoria del neurótico, cuando el pa-
sos, una última palabra que es siempre la misma:
‘Disculpame’.
dre ya aparezca en primacía.
Me descubro entonces frente a cuerpos vacíos, aban- Registro poderoso el de la necesidad, porque en su casi binaris-
donados por almas sin lastre que seguramente reto- mo, permite la conjunción, el temple, con todo lo que en la na-
zan liberadas y ligeras en praderas cibernéticas de las turaleza y el mundo, resuena con este dos. Corresponde a un an-
que ya no quieren regresar. Se entiende que ante se- dar que no requiere ni pretende una hiancia. Tal es su grado de
mejante nirvana se apaguen los sentidos que nos atan compacidad. Tiene el formato del engranaje entre una saliencia
a la pesada y tosca realidad. Cuando algo se conecta
allá, algo se desconecta acá. Por eso jamás me enojo y una entrada… es lo automático de la máquina. Es lo maquinal
cuando me dejan hablando solo…”. del automaton simbólico. Pero implica una ya posibilidad de ser…
y entonces he aquí el problema porque es crucial su potencia, para
Héctor Guyot – La Nación quien forzadamente está de-cidiendo y está siendo, ahí.
Y es así que puede este alguien llegar hasta a tomar el sende-

E
ste es un enfoque sobre el salto… y sus variadas conse- ro, en determinado recodo aún lejano en su ex-sistencia ya vi-
cuencias. Se puede decir que casi sería marcable este acto vida, –por alguna razón que le es singular, sabiendo entonces o
sobre lo biológico; una teorización del advenimiento. El no de la regresión en la que se compromete–, que lo lleve a ha-
“nacimiento” que podría pensarse sobre el nacimiento real, de cérsele como necesario el ponerse en las formas de la necesidad,
la ex-sistencia. y reinstalando así su solidez… Las que siempre tendrán ese ras-
Postulado en el momento brutal del cambio de medio, salida go autista anclado en lo más arcaico. Podrá tener sin ser lo mis-
del mar amniótico al aire de la tierra, al que se hace imperioso de mo, en el suceder del sujeto, el ropaje de una bella indiferen-
aspirar, del desprendimiento de las cubiertas, de la instalación del cia de corte narcisista, cuando ya se ha atravesado la constitu-
mundo que trae el Habla, en este instante en donde todo llena de ción de la imagen corporal. Sus rasgos, su formato, habrán de
perplejidad, aunque esté aún tan embotado el sensorio. aparecer incoercibles en la negativa a pensar, en cualquier ám-
Es que al puro registro de la necesidad, de esa real y rápida eta- bito de ofrecimiento transferencial, en los cuadros de tanta clí-
pa en tiempo físico, hay que pensarlo mediante las formas de la nica aparecida como “caracteropática”.
incorporación, se introduce lo oral/invocante del lenguaje. Aclaro a esta altura de la exposición, que no se pretende en
Es el salto “en crudo”, sin posibilidad del no sentir ni del no este reflexionar describir al cuadro psicopatológico del autismo
escuchar. Es el momento de la Hilflosigkeit de Freud, de la me- vero, quizás el más grave que nos toque tratar, porque en él la
nesterosidad del ya ex-sistente, quien va tomando percepción incidencia del rechazo es tan eficaz que hasta limita el desplie-
de su ex-sistencia, precisamente en el contradictorio, ambiguo gue mismo de la estructura palabrera, como se viene expresan-
y secuenciado proceso de la toma del y por el lenguaje y su ci- do, deviniente en el advenimiento del infante.
frar de goce. Pero es en este arribo, en donde expreso mi conjetura: hay
Hay ya ahí, hasta se puede constatar clínicamente, ya le apa- aquí una opaca reivindicación de un goce pasivo, con la de–ci-
recen, las formas de su también rechazo al habla y a lo que trae. sión de ese alguien de no vérsele a éste mochado, aún a costa
Se puede conjeturar que percibe ya, lo que es meterse en la le- de empobrecer su ex-sistencia. Pretende la eternización del Da
vedad de la ex-sistencia. del goce, aún cayendo él en una vida paralizada y hasta abyec-
A este momento de absoluto desamparo, –pero por ser ya ex- ta, de la que si aparece en su escena angustia, sólo proviene de
sistente, percibido–, en el que todo se registra en la necesidad, la neurosis de sus allegados.
Heidegger lo ubicó en el orden de la subsistencia. Allí no hay Esta estagnación en un tiempo apostado a la inmovilidad, hace
casi otra cosa, pero decimos, receptada, que el formato binario pensar, por ejemplo, viendo el tema desde otro ángulo, en las
que da lo nutricio con la madre. Es lo fusional, pero en lo que posibilidades de ser diferentes del Otro singular, al que cada su-
siempre algo resta para que eso primero separable, que en de- jeto de esta serie, recurre con su suposición. Así, en un polo pue-
finitiva le resulta ser el cuerpo todo de la madre, dé elementos de localizarse hasta su diálogo en creencia, con un Dios absoluto
de su independencia y para la propia. al que en el extremo se lo ex-siste, en un lugar que se pretende
Registro poderoso el de la necesidad, porque será la primera no terreno, y que llamará celestial. Su bloqueo es aquí, al casi
pauta para la elección siempre forzada, del ¿y por qué cambiar- no requerir del semejante para confirmarse en ex-sistir, siendo
lo? Y es así, en este lugar para su “pensar”, de donde se pueden de sólo vivir “en eternidad” con su Otro. Su goce es innegable,
adquirir las formas del autismo. –por eso siempre fue denostado, desde los padres de la Iglesia–,
Momento ubicuo, de consistencia real, atemporal, para este transita en el comulgar místico, del que no se hace necesario
incipiente ser, que va recibiendo por la nombrada incorpora- aún, el llegar a perfilarlo como delirio. Lo cierto es que en este
ción, lo que ya le trae el habla, por las palabras, por el canto, ámbito de ser, este alguien, casi escapa “santamente” al “infier-
por los gestos de su madre, del mundo fálico y gozante al que no del deseo”, como diría Lacan, porque la espera que conlle-
adviene. varía, está eliminada con su Mesías ya presente.

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En el otro polo de esta imaginaria serie, se encuentra el “go- le faltaba algo para estar ahí… daba la impresión de soportar
zador del instante”, por así decir, que es el se quiere retratar en con un sosegado fastidio a una persona a quien debía parecerse,
este trabajo. Su ex-sistencia no se da, en la espera, propia del pero de la que se olvidaba a la menor ocasión–. Aureola de dul-
horizonte del deseo. Para él no existe la espera porque transcu- zura, se descubrió muy pronto que también de indiferencia; nun-
rre en sus sucesivos “Da”, que paradójicamente no reparan en ca pareció sufrir ni sentirse apenada, nunca se le vio una lágri-
la llegada del siguiente; no hacen serie, “no vienen” a su caso. ma de muchacha… era divertida aunque una parte de sí misma
Sin querer recurrir al impresionismo de lo siniestro (como a ve- ida lejos de ti y del momento presente… ¿Dónde? ¿En los sueños
ces se hace en golpe bajo), la imagen del Conde Drácula, ayuda adolescentes? No…en nada… ¿Era el corazón el que no estaba
a su entendimiento, parece reflejarla. Su autor (Stocker), qui- allí? Tatiana tiende a creer que sí…’ Una nada, en la que Lol se
zás ha capturado en su vodevil a un rasgo relevante, de ahí la ausentaba. Se ausentaba porque no lograba suturar ese vacío
vigencia de su temática. Nos dice que nuestro personaje trans- con ningún semblante femenino, para demandar algo desde el
curre en una mortaja (entonces “no vive”), hasta que en no- llanto, el dolor, algo que convocara a la ternura, al amor”. Algo,
ches especiales, sale a consumar su goce sanguinolento, en un digo yo, que le permitiera ser-en-el-mundo, desde la mascara-
“nuevamente” que es en sí para el espectador, lector (o vícti- da de su sexo… esperado ‘por todos’…”
ma) de su drama, pero nunca para él, por “ser” eterno. Sólo hay Sigue la cita: “…este corazón que le faltaba ya en la ado-
su goce y un impensable Otro carente de lugar, al que no pue- lescencia, dice del rechazo de Lol, por la condición castrato-
de ni pretende suponer, porque “él solo, bien se lame” su san- ria del amor…”
gre. Sólo una estaca de madera clavada en su corazón lo podrá … “Algo ocurre en la escena del baile, que tenía lugar en el ca-
volver al tiempo…y sólo la imaginería de Hollywood, capaz de sino de T. Beach. Irrumpe una bella mujer que captura la mira-
facturar taquilla, encuentra momentos alternativos para perfi- da del novio de Lol, Michael Richardson, hasta perturbarlo. Lol
larlo como deseante. lo mira y se da cuenta que ha quedado fascinado por esa mujer
y ‘que la nueva historia de Michael empezaba a nacer… pero esta
Para ilustrar esta clínica, que al fin y al cabo, no resulta tan visión y esta certidumbre no parecían ir acompañadas de un sufri-
rara en estos tiempos de inmediatez posmoderna, en donde es- miento … parecía que el sufrimiento no había encontrado en ella
tos registros de goce en la época, se esencian oscuramente fu- dónde deslizarse, que había olvidado el viejo álgebra de
sionados con la técnica y su incidencia, –la que no necesita de las penas de amor” ¿Olvido o ignorancia? ¿Estaba perdiendo
ninguna hiancia para ser, ni de ningún tiempo para ubicar–, re- un amor? ¿Era posible para Lol duelar esta pérdida amorosa, de
currí a una recomendación de lectura que da Lacan en su Semi- reconocer lo que se perdía con la pérdida de este novio, hipnoti-
nario 12, sobre la obra de M. Durás, “El arrebato de Lol Stein”. zado por la belleza de la otra mujer? En la escena del baile Lola
Aprovecho estos párrafos que tomo del trabajo de la Lic. Mari- no se angustia, no explota de furia, no sufre penas de amor…
té Ferrari: “La pasión escópica de Lol Stein…”, presentado en Lola permanece indiferente, capturada ella también por la esce-
las XVIII Jornadas del Colegio de Psicólogos, que agradecida- na de los amantes, de la que pareciera no sustraerse… ¿Por qué
mente me facilitan la exposición. lo que ve, la captura, la transforma casi en estatua de sal, inmó-
Comienza la cita: vil, sin poder restarse de esta escena, donde aparece, –para los
“… Sin Jacques Hold, –quien es llevado por su deseo a contar otros–, humillada, en el lugar de objeto caído, resto?…
la historia–, angustiado por la ‘perturbadora presencia de la mi- De repente aparece la luz del día, la orquesta deja de tocar.
rada de Lol, espiando la intimidad de la pareja enmarcada en la Ingresa abruptamente la madre de Lol, indignada por lo que le
ventana del hotel’, es probable que nada pudiéramos conjeturar habían hecho a su hija –angustia que queda de su lado–. Enton-
de esa pasión muda que sostiene la ex-sistencia de Lol. ces Lol gritó, gritó que no era tarde, que la hora engañaba… los
“Según Tatiana Karl, –en diálogo imaginario con Jacques–, amantes se fueron, Lola no podía resistir perderlos de vista. Cuan-
lo de Lol se remonta a tiempos bastante anteriores al episodio do deja de divisarlos, se desvanece… (La segunda [y última]
del baile… ‘En el colegio –yo no era la única en pensarlo– a Lol parte será publicada en el próximo número de Imago Agenda).

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Libros

El superyó: la elaboración freudiana


de Omar Mosquera (Letra Viva, 2011)
Por Juan Pablo De Arriba

“E
sta situación en apariencia simple se complica con la Es por este sesgo que Mosquera abre además un camino
existencia del superyó” había afirmado Freud alguna inédito para pensar las funciones del Überich en base a los
vez, allá por 1924. Y de hecho todo se complicó: tal destinos pulsionales de transformación en lo contrario y vuelta
fue el enredo, que no faltaron las lecturas apresuradas, ansio- contra la propia persona: sólo así se revela el componente
sas por achacar el filo de los conceptos con al- de la pulsión sádica en la conciencia moral, y
guna justificación meramente interesada, tris- de la pulsión escópica en la observación de sí.
temente dogmática: sea como último obstácu- Así, a la luz de lo elaborado en el libro, una
lo hacia el campo de los placeres liberados, sea metapsicología del imperativo permite articular
como centro ordenador de la adaptación social, el trastocamiento del deber-ser en lo que el
el superyó fue maldito, y fue ese “mal-decir” el autor llama deber-gozar-ser, trastocamiento que
que resolvió -bastante rápido- la complicación no puede ser pensado por fuera de una serie de
que auguraba dicho concepto. avatares propios de la época actual.
Sin embargo, nada estaba más lejos de la ela- Tanto por su novedad como por sus consecuen-
boración freudiana. Podría decirse que con El su- cias clínicas y teóricas, el trabajo que realiza Mos-
peryó: la elaboración freudiana Omar Mosquera quera en relación a la temporalidad del superyó
no hace sino un relevamiento de esa “complica- merece un destacado particular. Esta temática,
ción” ya señalada por Freud. ¿Complicación? Si, por demás presente en Freud –y por demás es-
por la encrucijada que soporta como instancia casamente trabajada en la bibliografía psicoa-
psíquica entre lo individual y lo colectivo; por nalítica- permite afirmar al autor que el superyó
su ensambladura entre la realidad exterior y las también es tiempo. No sólo destaca el acopio del
mociones pulsionales del ello; por ese cruce paradójico entre pasado cultural por parte del superyó, sino ese tiempo que tra-
moral y goce; etc. Por suerte el autor no ahorra en complicacio- duce el Drang pulsional, tiempo suspendido de la instancia su-
nes. Todo lo contrario: un trabajo riguroso y detallado, no sin perior, donde el presente se traspone en pasado, en un “habien-
los auxilios de “la hechicera” (la metapsicología), en el inten- do sido” sin historia ni progresión.
to de salvar a la transmisión analítica de esa reiteración monó- Otro mérito del trabajo de Mosquera es haber resaltado un
tona y vacía, iteración que termina forjando meras contraseñas perfil distinto del rostro “poco feliz” del superyó, y trabajar-
semánticas –como gusta citar Mosquera siguiendo las expresio- lo en todo su relieve: me refiero al papel que juega dicha ins-
nes de uno de sus maestros-, haciendo de los conceptos analí- tancia en el humor, ahí donde el superyó habla en otro idio-
ticos más virulentos no más que un simple cordero que pasta, ma, no ya el del masoquismo, sino el de una actitud –la “hu-
sumiso, en el campo de la academia o la institución. morística”- que protege al yo de la desdicha y los afectos peno-
Se encontrará en este libro, entonces, con una especie de ge- sos de la vida. Dignidad de una defensa que tiene el mérito de
nealogía teórico-clínica del superyó, que va desde las primeras no operar como fuga.
aproximaciones y balbuceos freudianos, pasando por su deli- Este recorrido teórico-clínico no podía cerrar sin una referen-
mitación precisa en el cénit de su conceptualización, hasta los cia al superyó de la época, donde Mosquera trabaja ciertos pro-
rostros contemporáneos de aquella instancia. En principio hay cesos a nivel histórico (el desenfreno tecnológico, la disolución
algo así como un genuino “ajuste de cuentas” con la elabora- de la alianza capitalismo y protestantismo, la biopolítica, etc.)
ción freudiana: ciertas especulaciones impacientes de algunos que han dado lugar a ese rostro productivo del superyó, donde
pos-freudianos se empeñaron en hacer del superyó un mero el imperativo ya no es el de la renuncia, sino el de producción
“representante cultural”, destacando sólo su perfil de prohibi- y consumo acelerados, en un deber-gozar-ser sin precedente.
ción normativa como heredero del Complejo de Edipo. Sin em- En una especie de “diagnóstico de época” Mosquera realiza una
bargo, si se rastrea a fondo la letra freudiana -tal como el au- singular lectura del Moises… de Freud, señalando de esta ma-
tor nos propone-, una lectura semejante no es sostenible. Aquí nera el “retorno a la sensorialidad” correlativo a la declinación
Mosquera retoma el trabajo de Freud allí donde sitúa al superyó del precepto de renuncia pulsional.
como representante del mundo exterior y “abogado del ello”. No por ser exhaustiva dicha elaboración deviene totalizante.
Una puesta a punto fundamental, porque no es lo mismo situar Todo lo contrario: se podrán encontrar preguntas e inquietu-
al superyó como representante del ello que nombrarlo como su des que apuestan a una re-elaboración del lector, y también hi-
abogado, ya que de esta manera “la ley queda situada al servi- pótesis y relecturas, constatando un caro principio freudiano:
cio de la exigencia pulsional”, como señala el autor. Es esta ver- “no hay repetición sin invención”.
tiente pulsional del superyó la que le permite a Mosquera ex- El superyó: un concepto -ese filo con el que corta un analis-
plicar ese carácter inapelable e imperativo de la voz superyoi- ta- como pregunta y horizonte. De la metapsicología a la clíni-
ca que la clínica pone en evidencia. ca, de la clínica al malestar cultural, para de nuevo repensar y
Ahora bien, aquí el autor realiza un aporte metapsicológico cuestionar nuestra práctica. Lejos de las recopilaciones super-
por demás novedoso: en tanto abogado del ello, el superyó arti- puestas, las yuxtaposiciones de desgrabaciones heterogéneas,
cula su eficacia al servicio del Trieb, por lo que puede ser pensa- las ediciones rápidas sin revisión, en este libro se pueden seguir
do como otro destino de pulsión. Una hipótesis arriesgada, que los senderos de un trabajo de años, el esfuerzo sostenido en el
sólo puede ser conjurada con los hechizos metapsicológicos. estudio y la enseñanza de la elaboración freudiana.

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NOVEDADES EDITORIALES
 NO SE VUELVE LOCO EL QUE QUIERE  CUATRO FAMILIAS, VEINTE TERAPEUTAS
Vicisitudes de las afecciones narcisistas Clínica Vincular Psicoanalítica
Alicia Hartmann AA.VV. (Grupo de Familia de la A.A.P.P.G.)
______________________ ______________________
 LOS LÍMITES DE LA REPRESENTACIÓN  FOBIAS EN LA INFANCIA
Psicoanálisis y estética crítica. Edición bilingüe Mirtha Benítez / Ariel Pernicone
Juli Carson ______________________
______________________  EL ABANDONO DE LAS PALABRAS
 SÁNDOR FERENCZI Y EL PSICOANÁLISIS Oscar del Barco
DEL SIGLO XXI ______________________
Pedro Boschán (comp.)  ANGUSTIA Y OBJETO a
______________________ EN LA PRÁCTICA PSICOANALÍTICA
 EL SUPERYÓ. La elaboración freudiana Stella Maris Rivadero y colaboradores
Omar Mosquera ______________________
______________________  SIMBOLISMO Y GESTUALIDAD
 EL AMOR EN TIEMPOS DE CINE EN EL CUERPO HUMANO
Hugo Dvoskin Susana Weingast
______________________ ______________________
 EL SABER DE LA HEREJÍA  RELATOS DE INTEGRACIÓN.
Daniel Mutchinick Perspectivas psicoanalíticas sobre el devenir de los
______________________ procesos de integración
 PSICOANÁLISIS EN LAS TRINCHERAS Viviana Cuevas
Práctica analítica y derecho penal ______________________
Andrea Homene  LACAN Y LOS FENOMENÓLOGOS.
______________________ Husserl, Levinas, Merleau-Ponty
 VIOLENCIA Y ABUSO SEXUAL FAMILIAR Guy-Félix Duportail
Investigación psicoanalítica sobre la ______________________
psicopatología de los vínculos  TEST DE LA FAMILIA.
María L. Kuitca / Elda S. Irungaray Una mirada vanguardista sobre una prueba clásica
______________________ Haydée Nodelis
 PERSPECTIVAS. Aportes de la Teoría y la Clínica ______________________
AA.VV. (Colegio de Psicólogos de  TEST DE BENDER.
Provincia de Buenos Aires. D. XII) Depresiones, Trastornos de la Personalidad
______________________ Haydée Nodelis
 DE EXILIOS Y DESTINOS ______________________
El extranjero: un sujeto fuera de lugar  TEST DE PHILLIPSON.
María Ester Jozami Melancolías, Psicosis marginales, estructuras límite y
______________________ otros cuadros
 LO FUNDAMENTAL DE HEIDEGGER EN LACAN Haydée Nodelis
Segunda edición corregida y aumentada ______________________
Héctor López  FRAGMENTOS, INSTRUMENTOS Y HUELLAS DE
______________________ UNA CLÍNICA PARTICULAR
 OMAR Y LOS ESPECTROS DE UN ACOSO (Nouvelle) María Patricia Romero Day
Norberto Schenquerman ______________________
______________________  INCONSCIENTE, SENTIDO Y FORCLUSIÓN
 CONSTELACIONES PULSIONALES Daniel Paola
Edgardo Feinsilber

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Colección
FILOSOFÍA Y PSICOANÁLISIS
Directores: Agustín Kripper y Luciano Lutereau

Títulos publicados
_________________________________________________________________

1. Lacan y los fenomenólogos


Husserl, Levinas, Merleau-Ponty
Guy-Félix Duportail
_________________________________________________________________

2. Lo fundamental de Heidegger en Lacan


Héctor López
_________________________________________________________________

3. Los límites de la representación


Psicoanálisis y estética crítica
Juli Carson
_________________________________________________________________
Título de próxima aparición
_________________________________________________________________

4. La forma especular
Fundamentos fenomenológicos de lo imaginario en Lacan
Luciano Lutereau
_________________________________________________________________

http://coleccionletraviva.blogspot.com    Colección Filosofía y Psicoanálisis


FCPA 4
(1 pág)

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Colaboración

Acerca de una Emet del texto “Transmisión


y Talmud”: el Lacan judío [XXIII]
por Silvia Nora Lef *

J
acques Lacan esboza en el discurso expuesto en el Congreso Cielo y Tierra abrirá el Pacto como Acto = la Circuncisión. Corte
de la Escuela Freudiana de París, el 8/7/1978, las siguien- desde la Infinitud en la finitud. Intercesión de la Palabra como
te aseveraciones, al modo de versículos bíblicos/pasukim: esencia en la existencia para el ser hecho del humus. Adam, hom-
“(…) entre la Thorá y el Talmud, lo que se produce de más sor- bre rojo por tener naturaleza terrena, cuya esencia será sujeta al
prendente es un cambio de lengua”. límite. Jaiá/Javá, Eva en su traducción latina, femenina de Jai/
“La Thorá en sentido amplio, es decir, la Biblia, está en he- Uno de los setenta y dos Nombres del Creador en la Thorá, pro-
breo, mientras que el Talmud, está en arameo, mezclado con genitora, dadora de vida. En ambos, late la naturaleza además
hebreo, pero arameo”. de la cultura. Nacen y mueren. Sufren y gozan. Mortales aunque
“Es por otra parte un hecho completamente sorprendente que con el don espiritual concedido al modo del Rúaj Adonay/Espí-
los judíos que se interesan de cerca en lo que se ha llamado es- ritu Santo, por el cual trascienden su esfera y re-crean la obra
crituras, siempre lo han hecho en otra lengua que el hebreo, ya creada. En lengua escrita, en lengua oral, en símbolos, en distin-
sea en arameo, en yidisch, en ladino o en judeo-árabe”. tos modos, en diversidad de esferas. A través de la paternidad,
“Ahora bien, lo repito, la Mischná e incluso en parte la Guema- a través de la maternidad trasuntan la enseñanza que recibirán
rá, en todo caso en su parte haggádica, es la lengua del sueño. quienes se hallen en el rol signados como filiación.
La lengua que se habla, porque la otra, es aquella de los símbo- Ben/Bar/hijo de la Ley/Mitzvah, Bat/hija de la Ley/Mitzvah.
los, de las pequeñas letras, se escribe” Banim/hijos, Banot/hijas, Bnei Israel/Hijos de Israel. Ley que va
“Esto es por lo cual la tradición judía refiere que a Moisés sobre como Transmisión y Talmud de Padres a Hijos, desde el símbo-
el monte Sinaí, le fueron dadas simultáneamente: la Thorá escri- lo, desde la letra, desde la Palabra, desde el Nombre.
ta, y la Thorá que viene de la boca, la Mischná, la Ley Oral”. Ley que nombra desde lo literal lo simbólico: Brit Milá. Pacto
Nuestro maestro hebraico/moreh de masoret/tradición, el de Palabra. Palabra hecha Acto. Nombre que desliza en la len-
Jacques Lacan iehudi/ibrí/judío no cesa de desplegar, uno a gua del sueño lo que es central: la falta, la hiancia estructural,
uno, los conceptos nodales que se transmiten vía tradición de la finitud, el límite como registro. Registro de la castración que
generación en generación/ de dor vador. De Padres/Abot a Hi- se inscribe en lo simbólico y anuda sentidos para todo humano,
jos/Banim, de Madres/Imaot a Hijas/Banot va en cuatriplici- desde la singularidad emblemática de lo judío. Para el hombre,
dad, vía paternidad/filiación/lo masculino/lo femenino como para la mujer, para el padre, para la madre, para el hijo, para el
emblema que atraviesa y horada la Letra. Versión escrita de la judío, para el no judío. Nombre de nombres que enuncia el agu-
Ley/Thorá sche bijtab y versión oralizada en la Transmisión de jero, la incompletud, lo que motoriza el deseo, lo que pone en
esa misma Ley como Talmud/Thorá sche beal pé. Thorá que nu- marcha las formaciones del inconsciente. ¿Será Jacques Lacan
clea en el Tanaj, Thorá, Nebihim uKetubim. Versión de los Cin- un receptor de esa lógica adámica, abráhmica, freudiano-mosai-
co Libros de Moisés, Profetas y Escritos. Talmud que compen- ca? ¿Es su hermenéutica un nuevo capítulo/Pérek en la tradi-
dia la Mischná y la Guemará. El hebreo será la lengua simbóli- ción hebraica? ¿Será Freud un antecesor talmúdico de la Torah?
ca, escrita y sacra. El arameo será la lengua ancestral, también ¿Será Lacan un sujeto iehudi/ibrí/judío a quien identifica el Brit
paradigmática, oralizada y sagrada. Ambas lenguas y el cam- Milá/la Circuncisión más aún que a su propio maestro/moreh
bio de una a otra habrán de graficar el shinui/el cambio que de masoret/tradición hebraica, Sigmund Freud? ¿Es el lengua-
va de una versión a la Otra, el giro que trueca una en Otra. El je del sueño, talmúdico y de la versión escrita de la Torah aná-
Talmud habrá de tallar la interpretación y de labrar la exége- logo al sueño que sueña Freud? ¿Es Jacques Lacan un lingüista
sis sobre cada versículo de la Thorá. Fuente, inspiración, pie- de esta doble lengua sacra, del hebreo y del arameo en correla-
dra articulada de la Ley Mosaica revelada en el Sinaí y devela- ción? ¿Hay un eslabonamiento que va de Freud a Lacan en esta
da en la Letra de la ancestral y rabínica hermenéutica. Del he- dirección? ¿Tematiza Jacques Lacan la ética del analista con la
breo al arameo, desde el arameo hacia el hebreo va la Ley, en- inscripción simbólica del Brit Milá en su disquisición? ¿Y aquello
tregada en el Monte a Mosché/Moisés, al unísono, en su doble que no cesa de no inscribirse y que retorna desde el lo real que
faz, en su complejidad, escrita y hablada, en símbolos, en le- es: el síntoma mudo, ocluso de la falta en el Otro cuerpo? ¿Aca-
tras, en claves, con llaves para descifrar, decodificar. El sujeto so el Brit Milá no es puro símbolo? ¿Es hebraico? ¿Es arameico?
iehudi/ibrí/judío atraviesa con su singularidad propia y especí- ¿Es de Torah? ¿Es de Talmud? ¿Es de Freud? ¿Es de Lacan? ¿Es
fica la condición universal de la especie, descripta al modo de de Transmisión? ¿Atraviesa y horada a todo ser hecho del hu-
falible, castrada, finita, limitada, angustiosa y mortal. Ser pa- mus? ¿O, acaso alguien podría decir, en este sentido netamente
sible de defecto, hablador y escritor de y desde múltiples idio- simbólico, soy in-circunciso? ¿O, lo que es idéntico: no soy cir-
mas como leshonot/lenguas, va en busca del matiz, de la sutile- cunciso? ¿O, lo que es igual, esta circuncisión hebraica, inscripta
za, de la diferencia. Habla y escribe en diversidad de lenguajes, simbólicamente en la cultura universal de la especie humana no
sostiene su ética de la alteridad, de la diferencia, de la búsque- me tocó? ¿Acaso alguien podría decir: yo no soy judío?
da del Otro en el otro. Va tras el hallazgo del Uno en lo múlti- _____________
ple, simboliza el Nombre, enuncia la norma, destaca la Ley, ad-
* Silvia N. Lef es filósofa especializada en ética, abogada penalista, mediadora y
hiere al precepto. psicoanalista. Es autora de El Nombre del Padre como arjé de la Creación y Trai-
Descubre en la lógica de la Creación, el Principio como Ver- ción Fatal: memorias de un sociópata. Ensayo y ficción analítica, en formato de
bo/Letra/Ley/Relación. guión cinematográfico que tramitan el tema de la Ley y sus avatares en la con-
Creación que será re-creación, diálogo primigenio que entre temporaneidad. (Ambos editados por Letra Viva).

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Textos filosóficos

Dossier
Martin Heidegger
3ra época - 80ma parte
1997 - 2011
Compilador: Rogelio Fernández Couto

La fulguración del instante.


La experiencia poética de lo sagrado
por Lucas Soares
En vez de ser edificada con lo recordado, I. El instante poético
que la escritura, sin memoria y sin yo,
se convierta en construcción del presente ¿Qué es lo que hoy tiene para decir la poesía acerca de lo sa-
Alberto Girri1 grado, huidas ya las Musas griegas y acaecida la muerte de Dios
y de los diferentes “mundos verdaderos” que se escondían tras su

L
o que voy presentar hoy es la continuación de un curso de nombre? ¿Qué le queda al poeta en tiempos donde lo único es-
reflexión que despuntó en el Seminario Central de 2007, table es la fragmentación; donde una multiplicidad de discursos
en cuya ocasión presenté un trabajo titulado “No existen líquidos disuelve toda posibilidad de referentes últimos (lo cual
los poetas, existen los hablados por la poesía. Notas sobre la fun- para algunos pensadores contemporáneos constituye una libe-
ción poética del lenguaje”, y que prosiguió en el Seminario Cen- ración, y para otros un tormento)? Ante una época de transva-
tral de 2009, a través de otro trabajo titulado “La poesía como el loración irrefrenable de todos los valores, la poesía nos permite
más peligroso de los bienes”. Al igual que en aquellas ocasiones, todavía aferrarnos a la tabla de salvación del instante. El instan-
lo que me interesa aquí es probar ideas, tanteos, orientaciones de te como su anclaje vital. “Después que uno –señala Wallace Ste-
lectura relativas al estatus filosófico de la poesía bajo la impronta vens– ha abandonado la creencia en Dios, la poesía es la esencia
del horizonte abierto por la ontología poética heideggeriana. Pero que ocupa su lugar, como redención de la vida”2. Tal es el lugar
para abordar la cuestión que hoy nos convoca, lo sagrado (das que Nietzsche le asigna a la poesía trágica en su obra. Tal es la
Heilige), voy a apartarme por esta vez de dicha ontología. Sabi- entrega filosófica al poema a que nos insta el pensar futuro pro-
do es que para Heidegger el nombramiento poético de lo sagra- puesto por Heidegger. Si la dimensión de lo sagrado permane-
do supone que el poeta es una suerte de mediador al servicio del ce cerrada en nuestra época, la poesía deviene el refugio donde
decir inicial del Ser. El poeta como un rapsoda del Ser. (Ello pue- aún puede vivenciarse una experiencia del mismo.
de verse claramente reflejado en la conferencia de 1937, “Hölder- Ahora bien: ¿qué es lo que entendemos aquí por instante poé-
lin y la esencia de la poesía”; en el curso de 1934-35 titulado Los tico y en qué sentido puede llegar a vislumbrarse en su natura-
himnos de Hölderlin: “Germania” y “El Rin”; y en la conferencia leza mudable un viso de eternidad, que es donde creo estaría
“¿Y para qué poetas?”, de 1946, entre otros textos.). De allí que, operando una experiencia poética de lo sagrado?
como decía, voy a tratar de despegarme de la ontología poética El instante poético es una insinuación puesta en palabras. Un
heideggeriana, basada en la articulación de tres tópicos (la instau- punto de vista que ordena y desordena el mundo en un parpa-
ración del Ser con la palabra, el tópico hölderliniano de la presen- deo. Castillo de naipes cuya efímera vida deja sin embargo in-
cia/ausencia de dioses y el de la poesía como lenguaje originario sondables resonancias en nuestra mente. El instante poético des-
de un pueblo), para intentar pensar uno de los tantos modos de garra el velo de la realidad que nos circunda para hacernos in-
presencia de lo sagrado en la experiencia poética. tuir lo que ella encierra de verdaderamente extraño y contradic-
Formulo, pues, sintéticamente mi idea para después profun- torio. “Y cuando me resulta extraña una palabra –dice Clarice
dizarla a partir de tres puntos: la experiencia poética de lo sa- Lispector–, es entonces que ella adquiere sentido. Y cuando me
grado pasa fundamentalmente por una aprehensión profunda resulta extraña la vida, entonces comienza la vida”3. El instan-
del instante. El instante es el tiempo de lo sagrado en poesía. te poético permite vincularnos con el misterio de las cosas ocul-
El tiempo que sustenta la función poética del lenguaje. Se trata to bajo la maleza de lo cotidiano. Es una caja de resonancia de
de pensar la cuestión de la experiencia poética de lo sagrado no significantes a la que –por suerte– no hay por qué buscarle algo
tanto bajo la óptica heideggeriana de un desocultamiento de la tan molesto como un sentido. Son justamente esas resonancias
verdad de Ser, sino –más humildemente– como la captura de la las que nos dejan boyando en torno de eso que anhelamos y no
densidad ontológica del instante. sabemos qué es. El instante poético vive de aquello que se le es-

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capa. Ahí es donde se poetiza: donde no se sabe. Si se sabe, no Al fotografiar el relámpago de una percepción, el poeta sacra-
se poetiza. Por eso el decir poético se aferra al instante, y se pro- liza el instante como la memoria de lo que se olvida. Deja una
pone dejarlo abierto y expuesto como una herida para ver qué es instantánea de lo que –por la fuerza disuasiva de lo cotidiano–
lo que acontece a partir de su desangrado. La llaga viva del ins- se nos pasaría de largo en la estrecha corriente de la conciencia.
tante no es sino la pregunta esencial que éste abre, la cual obje- Como un flash fotográfico, queda en nosotros la resonancia del
tiva ese signo sin significado que somos. Lo sagrado sería así la instante poético. La experiencia poética de lo sagrado reside en la
experiencia poética de ese signo. verdad de esa resonancia, en el vislumbre de lo implícito que nos
Se poetiza sobre aquello que es: la forma más desnuda del toca completar. El instante poético es sólo la punta del iceberg.
acontecer: el instante. La poesía es el registro que planta en no- La verdadera poesía deja oculto lo más importante para que ello
sotros la simiente viva y temblorosa del instante. Que actúa en sea desocultado y recreado en cada uno. El decir poético es –para
el núcleo del instante. Como en Parménides, todo poema en el usar un término esclarecedor de Heidegger– “el apenas-permiti-
fondo no busca decir otra cosa que esto: se es. “Pero la palabra do-develar el misterio”8. Nos hace siniestrar la realidad, si segui-
más importante de la lengua –apunta Lispector– tiene sólo dos mos la definición de Schelling acerca de lo siniestro como “algo
letras: es”4. Porque se es verdaderamente en el instante. O me- que, debiendo haber quedado oculto, se ha manifestado”9. Des-
jor: es el instante poético el que verdaderamente nos instala en la domestica nuestro estar en el mundo, de forma tal que lo cono-
aporía acerca de qué es ser, qué somos y quiénes somos. Apunta cido se vuelve desconocido, y lo desconocido, conocido. El ins-
Heidegger: “Ahora se muestra: no sólo no sabemos quiénes so- tante poético intensifica así nuestra visión consciente e incons-
mos, que finalmente e, incluso, primero debemos participar pre- ciente de la realidad. Es una purificación del percibir, en cuanto
cisamente en la poesía, para previamente, crear la condición ne- llega a revelarnos nuestros lados omitidos, la trascendencia de
cesaria a fin de que devenga el tiempo en el que, entonces, po- los divinos detalles y la textura secreta de las cosas.
damos experimentar quiénes somos. Nos excluimos de lo poéti- No habría en este sentido mayor estímulo que el resabio de
co en cuanto configuración fundamental de la existencia histó- imágenes y silencios que deja a su paso el instante poético, a la
rica cuando, a través de la poesía, no dejamos que la pregunta manera de los rieles que se ven desde la ventana del tren. To-
¿quiénes somos? llegue a ser, en nuestra existencia, una pregun- mando prestado de Marx sus palabras para definir “lo concre-
ta que realmente preguntamos, es decir, que sostenemos duran- to”, diría que la verdad del instante poético expresa “la síntesis
te todo el breve tiempo de vida”5. de múltiples determinaciones”10. En él decanta la unidad de lo
diverso como proceso de síntesis, resultado y a la vez punto de
par­tida de otra cosa. Lo sagrado intuido en el instante. Como si
II. El Momento de Verdad del instante poético en el instante poético refulgiera el Aleph, aquel punto del espa-
cio que condensa todos los puntos.
Para ir más a fondo: ¿cuál sería el componente de verdad del Pero ya es hora de dar algún indicio de lo que estamos tratan-
instante, si éste es por definición lo que justamente no está des- do de sugerir. En un libro bellísimo, llamado Los treinta y tres
tinado a durar, lo más efímero y superficial? ¿Qué es, pues, lo nombres de Dios, Marguerite Yourcenar se refiere poéticamente
que habría de verdad en el instante poético? a Dios mediante treinta y tres nombres-instantes. En ellos po-
Cuando Badiou habla de verdades –puesto que para él no exis- demos intuir sus modos de presencia bajo un sentimiento agu-
te jamás la verdad sino que sólo hay verdades agrupadas en cua- dizado del instante:
tro sentidos: científica, artística, política y amorosa–, señala que
éstas son eternas, singulares y universales. ¿En qué sentido una 16.
verdad singular puede ser a la vez universal? Entendiendo su La mano
singularidad a la luz de su origen o construcción, y su universali- que se pone en
dad en relación con su destinación, es decir, a partir de sus efec- contacto
tos a distancia del mundo en que tal verdad fue concebida. Ello con las cosas
puede servirnos para definir el Momento de Verdad del instante
poético. En tal sentido éste sería particular, tendría un aquí y un 18.
ahora en lo que respecta a su origen, pero universal en cuanto La mirada
a su destinación y a sus efectos en nosotros. La experiencia sa- y lo que mira
grada del instante poético nos instala en el espacio de una pre-
gunta que es a la vez singular y universal. La peculiaridad de su 32.
verdad estriba en que, siendo única e irrepetible por definición, El silencio
atañe también a todos. Una verdad cuyo sentido alcanza en el entre dos amigos
poema la inmovilidad de lo eterno. Algo que nos trasciende y
a la vez es nosotros. Como señala Girri: “Que por ser el poema 33.
momento en el tiempo, objeto en el tiempo, con cierto número La voz que viene
de variantes a su alcance, ese momento y objeto tendrían una del este,
reiteración infinita en la eternidad. Poemas que en la eternidad entra por la oreja
seguirán dándose”6. Hablamos de una verdad que permite des- derecha
prendernos por un instante de nosotros mismos para pasar a vi- y enseña un canto11
venciar una experiencia que nos compromete a todos. El espa-
cio sagrado de la poesía es la epifanía del instante. “El Momen-
to de Verdad –apunta Barthes– no es develamiento, sino por el III. El pasar fluyendo
contrario surgimiento de lo ininterpretable, del último grado del
sentido, del después de lo cual no hay nada que decir: de allí, la El instante poético nos hace retornar al estado primigenio de
filiación con el haiku y la Epifanía”7. La patria del poema es el ver por primera vez. Volver a mirar con ojos ignorantes para
efímero paraíso del instante. Al entrar en ese paraíso adquiri- reencontrarnos con la infancia del mundo. Con aquello que, a
mos plena conciencia de que lo que más estimula nuestra per- pesar de haber sido visto innumerables veces, revela su verda-
cepción epifánica de la vida es su condición efímera. dero sentido sólo a la luz de su aparecer en el poema. El ins-

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tante poético nos permite rozar esa realidad más profunda que riencia poética de lo sagrado como la mostración de esa dificul-
hay atrás del pensamiento: “la idiosincrasia sensorial de las co- tad, tan humana, de entregarse sin red al instante.
sas” (palabras de Girri)12. Como cuando vemos algo o alguien
por primera vez. Como una intuición que ve antes que el pen- Texto presentado en el Seminario Central 2010 - DAS HEILIGE. El camino
hacia el Otro pensar de la Fundación Centro Psicoanalítico Argentino.
samiento. La experiencia poética de lo sagrado abre atajos para __________________
ver y vernos antes que el pensamiento. 1. Girri, A., “El motivo es el poema”, en Poemas selectos, Buenos Aires,
Lo sagrado acontece en la experiencia poética como un pasar Corregidor, 2010, p. 250.
fluyendo. Nada es igual a lo que fue tras ser traspasados por la 2. Girri, A., Poemas de Wallace Stevens, Bibliográfica Omeba, 1967, p.
fluencia del instante poético. Como en el río heraclíteo, ese tras- 32. (Debo a Rogelio Fernández Couto, gran lector de poesía, el des-
cubrimiento de esta edición.)
pasar supone un contacto con el flujo mudable de las aguas, y 3. Lispector, C., Agua viva, Buenos Aires, El cuenco de plata, 2010, p. 107.
a la vez una experiencia de lo permanente ligada al cauce. De 4. Ibíd., p. 41.
lo que se trata –como señala Gadamer– es que “en el momento 5. Heidegger, M., Los himnos de Hölderlin: “Germania” y “El Rin”. Bi-
vacilante haya algo que permanezca”13. El tránsito por el poema blos, Buenos Aires, 2010, p. 63.
es un pasar fluyendo que abre compuertas en la mente. La expe- 6. Girri, “El motivo es el poema”, op. cit., p. 261.
7. Barthes, R., La preparación de la novela, Buenos Aires, Siglo XXI,
riencia sagrada del instante poético estriba en la vivencia simul- 2005, p. 162. Para Barthes el haiku constituye una especie de pro-
tánea del cauce y la fluencia siempre distinta de las aguas. pedéutica de lo que él llama el Momento de Verdad: “Momento de
Bajo las actuales condiciones de la época, la poesía se limita a la historia, de una descripción, de una enunciación, nudo brusco
traducir e instaurar una experiencia de lo sagrado más apegada a del curso de lectura, que toma un carácter excepcional: conjunción
una fotografía del instante aprehendido en palabras y silencios, de una emoción que inunda (hasta las lágrimas, hasta la perturba-
ción) y de una evidencia que imprime en nosotros la certeza de que
que a la búsqueda de un sentido divino-trascendente-redentor. lo que leemos es la verdad (ha sido la verdad)” (p. 159).
Digamos que aborda la densidad de lo que existe desde la abis- 8. Heidegger, Los himnos de Hölderlin, op. cit., pp. 223-224.
mal sencillez del instante. Desde la celebración de su epifanía. 9. Freud, S., Lo siniestro, Buenos Aires, Homo Sapiens, 1987, pp. 18,
Entregarse al instante poético, experimentar lo sagrado de ese 46. Sobre el uso de lo siniestro por parte del poeta, agrega Freud:
acto, implica el salto que, desde la perspectiva que tratamos de “Pero en este caso el poeta puede exaltar y multiplicar lo siniestro
mucho más allá de lo que es posible en la vida real, haciendo suce-
sugerir, no es otra cosa que la asunción del estrecho parentesco der lo que jamás o raramente acaecería en la realidad” (p. 61).
que existe entre el sentido y el sinsentido. La experiencia poéti- 10. Marx, K., Introducción a la crítica de la economía política, Buenos
ca de lo sagrado se vincula con la asunción del mundo como im- Aires, Almagesto, 1992, p. 37.
posibilidad de lo estable y de lo absoluto. O en todo caso, con lo 11. Yourcenar, M., Los treinta y tres nombres de Dios, Córdoba, Al-
absoluto del instante. Consiste –para decirlo con una bellísima ción, 2003.
12. Girri, “El motivo es el poema”, op. cit., p. 244.
frase de Lispector– en entregarse “al expectante silencio que si- 13. Gadamer, H-G., La actualidad de lo bello, Barcelona, Paidós, 1998,
gue a una pregunta sin respuesta”14. Para reencontrarnos así con p. 124.
la prístina impresión del instante y su pasar fluyendo. La expe- 14. Lispector, op. cit., p. 25.

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